un cuento de conejos

De: Alias de MSNMINERO16 (Mensaje original) Enviado: 04/01/2004 12:49
Había una vez, un sótano oscuro y enmohecido donde había muchísimas jaulas de conejos. En algunas de estas jaulas había sólo un conejo, mientras que en otras había dos, y en otras había tres, cuatro o más. Pero una cosa es certera: todos y cada uno de estos conejos vivían en una jaula. Nacían en ellas y vivían en ellas todas sus vidas. No conocían otra cosa. De hecho, ni siquiera habían visto a un conejo fuera de una jaula. Así que sus vidas seguían así, aceptadas por todos como algo normal…

Excepto para algunos conejos. Ellos sentían un deseo de ser “libres” (¿pero qué podía significar esto?). Algunos anhelaban algo que sus corazones deseaban con ansias, pero no estaban seguros qué era. (Algunos de estos conejos se sentían culpables por desear otra cosa. Después de todo, los conejos más viejos les habían dicho que esta era una buena vida, la mejor que iban a tener, ¡y que tenían que comenzar a disfrutarla y no quejarse más!)

Entonces estos peculiares conejos hicieron lo siguiente: intentaron algo diferente. Los que vivían solos en sus jaulas empezaron a leer: libros sobre espiritualidad, la búsqueda de la felicidad, manifestando lo que uno desea. Sí, toda clase de cosas buenas…

Los conejos que vivían con otros conejos en la misma jaula comenzaron a relacionarse entre sí para ver si esto colmaba sus anhelos.

Y otros conejos participaban en grandes debates y discusiones con otros conejos desde sus jaulas: sobre el propósito de la vida, el ego, y sobre Dios.

Esto los mantenía muy ocupados, y les sirvió por un tiempo.

Un Nuevo Sonido Irrumpió En La Escena

Entonces un día, en medio de la normalidad del día, un nuevo sonido irrumpió en la escena: ¡la puerta del sótano enmohecido se abrió repentinamente y había alguien parado allí! Los conejos más viejos eran los únicos que recordaban si alguna vez se había abierto. (“Sí, era en el año ’22, después de la inundación que trajo las ratas hacia aquí, sí”) ¿Podría esa misteriosa presencia acaso ser Dios, cambiar los diarios sucios o traer una nueva clase de bebedero para conejos?

¡Era Dios! (¡Debía serlo!) Era el conejo más grande y más hermoso que habían visto. ¡Qué milagro! Y hablaba (mientras que movía sus grandes bigotes). Les habló de una hermosa pradera de donde el venía, que estaba del otro lado de la puerta. Una extensión ilimitada, con árboles verdes, colinas, cielo azul, y muchas, muchas cosas ricas para comer. Y lugar de sobra para correr y arrojarse y jugar. ¡Sin necesidad de darios!

Los conejos pensaron que El Gran Conejo hablaba del más allá, el gran cielo al que todos los buenos conejos ascienden cuando les llega la hora. Pero “¡No!” les dijo. “Les hablo de lo que está al alcance de ustedes ahora, su derecho de nacimiento.” El Omnipotente Blanco les dijo que era lo más normal en el mundo tener acceso a tal grandiosidad, tal abundancia, tal deleite. Y que todo lo que debían hacer era abrir sus jaulas, trepar las escaleras y salir afuera.

Pero (ellos pensaron), El Conejo Majestuoso habrá olvidado cuánto tiempo estos conejos ya habían vivido en las condiciones actuales, cómo estas mismas condiciones definieron su vida real, y que si cualquier conejo aspiraba a algo más grande, se le respondía a él o a ella que debía ser “realista”. De hecho, esta realidad particular era Verdad (con V mayúscula) para todos los conejos, ya que era todo lo que ellos conocían. Se hubiera requerido mucho coraje para un conejo especialmente curioso salirse del conocimiento colectivo y experimentar algo diferente. Y qué desafío también, considerando que cada conejo como individuo había sido criado en este ambiente, esta sociedad de creencia.

El Espíritu Santo, Otro Conejo Admirable

Entonces, cuando El Ilustrado Con Pelo los invitó a salir afuera y experimentar por si mismos la gloria y la expansión de la realidad, el sótano se llenó de voces de conejos.
Los conejos que habían leído libros espirituales hablaban de la batalla entre el ego y el Espíritu Santo (era claramente otro Conejo Admirable, pero con alas).

Los conejos con títulos médicos y otras licenciaturas más avanzadas hablaban de la necesidad de terapias y grupos de encuentro, para ayudar a los conejos infelices a comprender y a aceptar sus vidas en las jaulas del sótano. Otros conejos exclamaban la importancia de encontrar la felicidad a través de la creatividad, ofreciéndose como voluntarios para armar talleres de tejido, trabajos en madera y jardinería.

Los conejos más viejos, que eran los pilares de la sociedad, les recordaban a todos que todos los conejos podrían concretar cada uno de sus deseos y necesidades en el mismo sótano: amistades, educación, carrera, matrimonio… y luego alentaron a todos a “volver a la realidad” y a no aspirar a fantasías que no habían sido comprobadas (y por lo tanto eran muy sospechosas). Incluso fue sugerido que se “ayudara” a recuperar la perspectiva de los conejos que intentaran romper con la tradición – quizás un poco de reclusión serviría, o encarcelación, o quizás un poco de terapia de shock. (Luego de escuchar estas sugerencias, algunos de los conejos no tan valientes inclinaron sus cabezas y resignaron su búsqueda por más.)

Se escuchaban ir y venir a las voces de los conejos a medida que las ideas y sugerencias atravesaban el sótano resquebrajado de goteras. Y El Exaltado permanecía callado, escuchando, observando. Entonces, a medida que la mayoría parecía llegar a un acuerdo en que la vida en las jaulas del húmedo sótano era la Verdad y la Realidad, y que cualquier otra cosa era una pérdida de tiempo, El Noble habló sin alzar la voz, y entonces todos debieron silenciarse y esforzarse para escuchar.

Un Extraño Poder Y Una Innegable Atracción

El habló de la necesidad de romper con las creencias y limitaciones del pasado, de ir más allá de los mandatos de normalidad del inconciente colectivo, de respirar libremente y jugar en la enormidad de lo que es accesible para todos. De experimentar personalmente la vasta abundancia de lo que uno es. Mientras hablaba, de su voz emanaba un extraño poder y una innegable atracción que conmovía a todos los habitantes del sótano. El silencio era ensordecedor.
Los corazones de algunos de los conejos se expandían y flotaban en una vibración más alta, colmándolos de un regocijo desconocido. Las mentes de otros conejos se expandían más allá de algo concebible -y de repente podían comprender el significado de “pradera” y “cielo”. Y la esperanza florecía en muchos de ellos. Suavemente empujaron las puertas de sus jaulas, y vieron que se abrían de a poco.

Esto asustó a algunos de los otros conejos, algunos de los cuales eran miembros de sus familias o de empresas en común o simplemente amigos. Enviaron una señal de alarma, por una traición de las promesas que no podrían convertirse en realidad. Y algunos de los conejos que habían testeado las puertas de sus jaulas, las volvieron a cerrar suavemente y retornaron adentro con un suspiro.

Pero otros abrieron las puertas de par en par y comenzaron a brincar de a poco por el húmedo suelo hacia la escalera.

Esto asustó a otros conejos, quienes exclamaron “¡No pueden obtener algo por nada a cambio!” y “¡Tienen que trabajar duro para obtener la felicidad – esto es demasiado fácil!” y “¡No sean tan precipitados, tómense su tiempo y piénsenlo!” Lo que causó que un cierto número de conejos volviera atrás dudando, retornaran a sus jaulas, y se encerraran otra vez con un suspiro.

Un conejo solitario continuó a través del suelo y comenzó a subir las escaleras. A esta altura muchos exclamaron en llanto, “¡Yo pensaba que me amabas!” y “¡Sólo piensas en tí mismo!” y “¡Te estás hundiendo en tu ego!”, y tantas otras cosas que los conejos se dicen entre sí para aferrarse a lo que conocen.

Expandiéndose Más Allá Del Inconciente Colectivo De Los Conejos

Pero el conejo continuó subiendo la escalera y antes de alcanzar la cima espió por la puerta. Dándose vuelta, con una expresión de alegría en su cara, exclamó: “¡Es verdad!” dijo “¡Hay una pradera allí afuera! ¡Hay un cielo, y árboles, y un río, y todo parece extenderse eternamente!”

Y, a pesar de los llantos resonantes del Gran Inconciente Colectivo de los Conejos, él saltó diestramente por el umbral y salió por la puerta. Nunca más fue visto (aunque se dice que su espíritu los visitó una vez para contarles sobre los grandes y gloriosos misterios del más allá, pero como los conejos no creen en fantasmas, nadie lo escuchó).

Y la vida continuó en las jaulas del húmedo y enmohecido sótano, y algunos conejos murieron y otros nacieron.

El pequeño amanecer

De: Alias de MSNMINERO16  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2004 12:52
(En algun lugar de tu mente estas esperando despertar )

Habia una vez en un jardin muy bonito , una colonia de hormigas que trabajaban como solo ellas saben hacerlo estaban unidas por la consciencia de la madre reina que era la que dirigia todo lo que las demas hacian ,esa consciencia de la madre las impedia ser libres de hacer las cosas por ellas mismas. Un dia una de tantas se desvio de su camino y se perdio sintiendose sola y mal.

– Que he echo ? se preguntaba , me e ido del camino y me e perdido -, estaba sola y asustada, no tenia a nadie con quien poder compartir su soledad ,

Pasaron los dias y la hormiga se sentia cada vez peor sin saber nada. No se fijaba en que cada dia que pasaba salia el sol para que ella fuera ella misma y eligiera su camino.

Un dia la hormiguita desperto y se dijo asi misma que si no podia volver a su casa algo tenia que hacer por que estaba sola ,entonces empezo a pensar por ella misma a recoger su propia comida , a hacerse su propio nido, a ser consciente de el color de las flores , a ver las piedras y los arboles , a ver los pajaros e incluso sintio el viento en ella.

Paso el tiempo y la hormiguita de la historia una mañana , se sintio tan pequeña que creia que iba a morir ante tanta grandeza , de repente empezo a salir el sol y vio aquel pequeño amanecer , se dio cuenta que el mundo estaba echo a su medida , que era ella la que creia se pequeña cuando era tan grande como todo lo que habia visto antes, entonces recordo el camino a su casa , al llegar alli la miraron como una extraña y la acogieron con miedo, sentian que no era la misma hormiga que se habia perdido aquel dia y que volvio con la luz en la mirada de aquel pequeño amanecer.

La ciudad de los juguetes

De: Alias de MSNMINERO16 (Mensaje original) Enviado: 04/01/2004 16:20
Erase una vez una ciudad de un país perteneciente a un mundo imaginario.

En esta ciudad vivían solo personas adultas y de todas las clases sociales, su vida transcurría como en cualquier ciudad de ese mundo.

Una mañana por la fatalidad del azar se produjo una gran explosión en una central nuclear, de la cual emanó una gran nube de gas tóxico, que ensombreció la ciudad. Todas las personas de dicha ciudad calló desplomada sin consciencia en cuestión de minutos.

Cuando las autoridades de la ciudad más próxima se percataron de los hechos, comunicaron al presidente del país lo sucedido.

El Presidente de la nación al enterarse de lo sucedido, ordenó automáticamente aislar la ciudad.

Nadie podía salir ni entrar en dicha ciudad. Pasaron dos días y aquellas personas permanecían

Todavía tumbados por todos lados, calles, jardines, campos, etc. … pero al tercer día, las personas empezaron a recobrar la consciencia, se levantaron del suelo y se pusieron a caminar como si nada hubiera pasado.

El presidente había mandado a unos observadores para que le tuvieran constantemente informado.

Aquellos observadores se quedaron atónitos cuando vieron que todas aquellas personas se levantaban como si nada hubiera pasado, pero más sorprendidos se quedaron cuando observaron que actuaban de forma extraña.

Se apresuraron a informar al Presidente, el cual ordenó inmediatamente incomunicar dicha ciudad y ordenó a los observadores que siguieran vigilando.

Aquellos observadores estuvieron durante mucho tiempo intentando averiguar cual era el motivo del cambio de las personalidades de aquellos ciudadanos, y como no podían entrar en aquella ciudad, todo lo tenían que observar desde grandes distancias, y era muy difícil saber que ocurría realmente. Pasó mas tiempo y ya se dieron cuenta que aquellas personas actuaban como niños, aunque tuvieran cuerpos de adultos.

Esa ciudad cambió como de la noche a la mañana, pues todas esas personas al tener mente de niño y actuar como tales, solo pensaban en estar todo el día jugando.

Aquellas personas, al convertirse su mente en niño, actuaban tal y como eran de adulto, pero desde la perspectiva de niño, quiere decirse que aquella persona que era de buen corazón de adulto, ahora también lo era de niño, y el que actuaba de mala fe de adulto, ahora también lo era de niño. El Presidente de la nación ordenó a los observadores que no actuarán hasta nueva orden, que solo se limitaran a tenerle informado, pues no se podía hacer nada y habría que esperar a ver si recobraban la memoria por ellos mismos.

Aquella ciudad se transformó como en un gran recreo, cada persona tenia muchos juguetes, pues no dejaban de fabricarlos y se pasaban todo el día jugando.

Pasado mucho tiempo, aquel gas tóxico empezó a remitir y algunas personas se encontraban diferentes, aunque tenían muchos juguetes, ellos se notaban distintos a los otros niños.

Empezaron a no querer participar en tantos juegos como los otros niños.

Aquellos niños que sí estaban inmersos en todos los juegos, miraban con recelo a estos otros niños y los tomaban por locos.

Empezó a haber muchos de estos niños que sentían que algo pasaba, y como no se encontraban en armonía con los demás niños, empezaron a unirse entre ellos.

Cargados de juguetes hasta los dientes, estos niños se reunían e intentaban averiguar porque se sentían diferentes a los otros niños.

Cada uno de ellos aportaba algunas ideas o corazonadas, pero se dejaban llevar por el niño mas fuerte o más osado, porque como no recordaban nada, se dejaban llevar y así no tenían que esforzares en pensar, y cuando terminaba la reunión salían todos corriendo a jugar con sus respectivos juguetes.

Aquellos cabecillas de grupo empezarón a decir a los niños de su grupo, que el problema estaba en que ellos tenían muchos juguetes y además no son los correctos, pues son juguetes muy infantiles y hay que usar los que él usa, pues son los correctos.

Y esto ocurría en todos los grupos de niños que se reunían para averiguar que pasaba.

Muchos niños dejaron sus juguetes y cogieron los que le indicaba el cabecilla, pero lo que ocurría es que los juguetes que ofrecían los cabecillas no se parecian en nada, pues cada cabecilla tenia un juguete distinto a los otros cabecillas.

Todos los niños que estaban de acuerdo con el cabecilla, cambiaron sus juguetes y se quedaron con él, pero aquellos que aun cambiando sus juguetes no encontraron respuesta a su inquietud, decidieron dejar el grupo y al cabecilla para buscar ellos mismos sus juguetes.

Así pues cada uno de estos niños empezó a fabricar sus juguetes sin ayuda de nadie y a su medida y entonces se empezaron a encontrar mejor.

Estos niños jugaban solos y con sus juguetes echo a su medida, pero empezaron a encontrase unos con otros en la calle y al observarse sus juguetes, pues eran distintos a los ya conocidos y que tenían todo el mundo, le preguntaba uno al otro, ¿ oye que juguete más bonito tienes, quien te lo ha hecho?

Yo mismo me lo he hecho.

¡ No me digas! Entonces tú eres como yo, que también me he fabricado el mío.

Entonces aquellos dos niños se dieron cuenta que podría haber mas niños que se fabricaran ellos mismos los juguetes, sin tener que depender de los cabecillas.

Entonces se fueron encontrando a muchos mas niños que se fabricaron sus juguetes, y decidieron reunirse para intercambiar sus juguetes y sobre todo dijeron que no habría cabecillas y que nadie se metiera con el juguete del otro.

Aquellos niños, aunque cada uno tenia su juguete echo a su medida y les ayudaba a ser más felices, todavía no se encontraban bien, pues en su interior sabían que algo pasaba en sus mentes, pues se estaban dando cuenta que entre su cuerpo y su mente había algo raro, pero de momento no intuían nada, el único logro que se había alcanzado es que los juguetes que se habían fabricado eran menos infantiles y un poco mas sofisticado de los que usaban los demás niños.

Todos aquellos que ya se podrían llamar adultos niños, quedaron de acuerdo en que harían todo lo posible en averiguar todos juntos, qué es lo que estaba pasando, y como no había ningún cabecilla,

decidieron llamar a las reuniones: “ Reuniones LA AUTO ENSEÑANZA “.

Aquella reunión de niños llamada la Auto enseñanza, era distinta a las clásicas, porque se intercambiaban los juguetes y se procuraba no decir mucho del juguete del otro, aunque a veces se ocasionaba alguna discusión que otra, pero no pasaba a mayores.

Pasado un largo periodo de tiempo, el Presidente de la nación mandó llamar a los observadores para que le tuvieran informado, pues los observadores ya habían montado un sistema de observación muy sofisticado y estaban al corriente de todo lo que estaba ocurriendo en la ciudad.

Aquellos hombres le informaron al Presidente de que en la ciudad, aunque ya había muchos niños que se preguntaban que algo raro estaba pasando, habían muchos mas que no habían progresado nada y que el gas era mas fuerte de lo que pensaban.

Los observadores le dijeron al Presidente:

Hemos encontrado muchos grupos de niños que ya no juegan con juguetes infantiles y están dándose cuenta que les pasa algo, pero cuando terminan de investigar, toman sus juguetes y se ponen a jugar, lo que da a entender, que esto va para largo, Señor Presidente.

En estos grupos hay cabecillas que intentan ayudar a los niños que sienten que les pasa algo, pero estos niños se dejan llevar por los cabecillas, y no piensan por si solos y no llevan la iniciativa de averiguar que les pasa y esto atrasará mucho su recuerdo, pues se conforman con el juguete que les dio el cabecilla.

Pero hay una pequeña esperanza, Señor Presidente.

Hay unas reuniones de adultos niños, que se sale de lo normal y a las que las llaman; las reuniones de la Auto enseñanza, pues ellos piensan por si solos y no admiten a ningún cabecilla, pero si no los ayudamos desde aquí, no podrán ellos solos.

¿Tieneis algún plan?

No, Señor Presidente.

Bueno, dejarme pensar un momento.

¡Ya lo tengo! protegeros bien y tened cuidado con el gas, entrar por las noches, coger algún miembro de ese grupo, enseñarle esta ciudad e id diciéndole lo que ha pasado y acedle ver que ningunos de ellos son niños, que son todos personas adultas, y la mayoría, con una gran preparación, pues todos ellos mantenían esa gran ciudad y lo hacían bastante bien, pues hasta tenían una central nuclear.

Luego por las mañanas devolverle a su casa, y observarle, para ver lo que va ocurriendo, pues lo más normal es que a lo primero no recuerde nada por la mañana de lo que vio por la noche aquí, pero con el tiempo, observar si va recordando, si se lo comunica a los demás, y sobre todo, observar como lo hace, y procurar que no se vuelva un cabecilla.

Muy bien Señor presidente, ¿pero a quien escogemos?

Para mí todos son iguales, son personas adultas, que por fatalidad del azar han perdido la memoria de quienes eran y momentáneamente tienen mentes de niño, pero si puedes elegir, escoge aquel que no tenga ganas de ser cabecilla.

Los observadores escogieron a uno de dicha reunión, llamado Pedro y por las noches le llevaban a la otra ciudad y le iban enseñando y diciendo cuanto debía saber y sobre todo recordar, y luego lo depositaban en su cama tras sedarle durante el viaje de regreso.

Pedro, cuando se levantaba por las mañanas se sentía raro, pues empezaba a recordar algo de lo que pasaba por las noches, pero en todo momento él creía que eran sueños.

Pedro no entendía nada de lo que le pasaba, y cuando se reunía con los demás niños de la reunión, intentaba explicar lo que le pasaba en los supuestos sueños e intentaba explicar que en sus sueños veía una ciudad en que todo el mundo eran personas adultas, y que le decían que nosotros también éramos personas adultas, pero que no lo sabíamos porque ocurrió una catástrofe y no tenemos consciencia de ellos, y que también le contaron que para volver a ser lo que éramos habría que dejar todos los juguetes que teníamos, pues esos juguetes nos tendría atrapada la mente de niño y no dejaría que volviera la mente de adulto que supuestamente teníamos.

Pero Pedro, él mismo no creía lo que contaba, pues él no podía demostrar nada de lo que le estaba ocurriendo, mas si él dudaba de sus supuestos sueños, no digamos nada de los que le oían.

Aquellos observadores seguían llevándose todas las noches a Pedro y seguían explicándole y enseñándole todo lo que tenia que saber, y a su vez Pedro comunicaba algunas cosas a los otros niños y otras no, porque él ya empezaba a sentirse un poco menos niño y los otros niños estaban ya cansado de oír sus supuestos sueños.

Pasado un tiempo, el Presidente mandó llamar a los observadores y les preguntó como iba el asunto de Pedro; a lo que estos le respondieron;

Tenemos un pequeño problema, Señor Presidente, a pesar de todo lo que le estamos enseñando y diciendo, Pedro no cree nada, pues él cree que es su mente la que le esta jugando una mala pasada, y si él no se cree a sí mismo, como va poder hablar con convicción a los demás.

Creo que el plan a fracasado, Señor Presidente, pues con estos adultos con mente de niño no se puede hacer nada.

No desesperéis, no podemos dejar que todas las personas de esa ciudad se queden con la mente de niño.

Mirad, vamos a preparar otro plan, coger a Pedro y meterle caña, os explicaré. Cuando le traigáis esta noche, aparte de seguir con el proceso al que le estáis sometiendo, intentar limpiar su cuerpo del gas tóxico y además insertarle un chip en el cerebro, y acedlo con los mas sofisticados elementos que tengamos, de manera que hablemos con él, sin que se de cuenta, y entonces, aparte de toda la información que le estáis dando durante la noche, dársela también durante el día a través del chip implantado en el cerebro, y así podrá ser mas consciente de la información que está recibiendo, pues esa información actuará subliminalmente, y a ver si despierta ya de una vez y podemos contar con él.

Durante el tiempo que estuvieron haciendo eso con Pedro, este cada día iba recordando más y más y ya iba dejando sus juguetes y se sentía cada vez mas adulto.

Cuando iba a las reuniones de la Auto enseñanza, ya veía las cosas desde otro punto de vista.

Un buen día por fin ya recordó lo que sucedió, y se dio cuenta que ya no pensaba como niño, y a partir de ese momento todo lo que veía y escuchaba, lo hacía desde la consciencia de adulto.

Entonces, como ya tenia consciencia de adulto, quiso comunicarseló a los demás niños, y entusiasmado les dijo:

Escucharme; he descubierto que nosotros no somos lo que creemos ser, nosotros somos adultos y por una extraña circunstancia creemos que somos niños.

Debemos de procurar dejar los juguetes que nos hemos fabricados y intentar no jugar con ellos, pues mientras juguemos, nuestra mente estará atrapada con ellos, y no podremos recordar que somos adultos.

Pedro intentó contar todo lo que recordaba, pero los niños no entendían mucho lo que les quería decir Pedro y lo miraban con extrañeza.

Pasado el tiempo, Pedro seguía intentando explicar a los niños todo lo que él recordaba, pero los niños ya estaban aburridos de escucharle, entonces Pedro se dio cuenta que aparte de no entenderle, los niños empezaban a creer que Pedro quería ser un cabecilla.

Entonces Pedro, que nunca se le había pasado por la imaginación ser un cabecilla, pues siempre huyó de ellos, tomó la decisión de no hablar mas del asunto, y que se apañara cada uno como pudiera, porque él les hablaba desde el corazón, mas si los niños no lo veían así, el no tenia la culpa.

Los observadores al ver el rumbo que tomó las cosas, fueron a ver al Presidente para informarle de lo sucedido, pues el silencio de Pedro había trastocado los planes.

Al verlos llegar, el Presidente les preguntó:

¿ Que ocurre, no me digáis que hay mas problemas?

Si, Señor Presidente, Pedro a decidido no hablar con los niños, de todo lo que le hemos enseñado.

¿Sabéis el motivo de ello?

Si, Señor Presidente, se lo explicaré; en las reuniones de la Autoenseñanza se dejó claro que nadie seria un cabecilla, y como Pedro insistió tanto en que le escucharan y hablaba tanto de lo que le enseñamos, los demás niños creen que quiere ser un cabecilla, y Pedro ante esa circunstancia desea permanecer callado.

¿Pero porqué piensan eso de Pedro, acaso no le conocen?

La cuestión no es esa, Señor Presidente, lo que ocurre es que en esas reuniones de la Autoenseñanza se dijo que buscarían todos junto la respuesta a lo sucedido, e inconscientemente si uno de los miembros se destaca un poco mas que los demás, estos en vez de averiguar todos juntos sus teorías, le tachan de querer ser cabecilla.

Pero; dijo El Presidente, ¿ acaso tu no me dijiste que esos niños eran diferentes a los demás?

Si Señor, pues una vez les oí decir en esas reuniones, que se apoyarían los unos a los otros, que no habría cabecillas, que analizarían sus experiencias y sus juguetes, y que tanto ellos como sus juguetes son todos iguales, también dijeron que ningún niño seria superior a otro, aunque su juguete fuese el mas bonito y sofisticado, pero, Señor Presidente, no predican con el ejemplo, pues antes de averiguar que juguete les trae Pedro, le juzgan y le condenan de antemano, pues le tachan de cabecilla sin intentar primero comprenderle.

Bueno, replicó El Presidente; la culpa no es de los niños, ellos tienen mentes de tales, la culpa si alguien la tiene, es de Pedro, pues al tener mente de adulto debería saber actuar para que no ocurriera esto, así pues traerme a Pedro para hablar con él.

Pedro se presentó ante el Presidente, el cual le pidió que le contara lo sucedido, a lo que Pedro le respondió lo siguiente:

E intentado explicarles todo aquello que recuerdo y que vosotros me habéis enseñado y no he conseguido nada, no hay manera de que me entiendan, así pues he decidido guardar silencio.

Pero Pedro, como eres tan bruto, a nosotros nos a costado mucho tiempo en convencerte, te hemos estado informando día y noche, tuvimos que limpiarte de gas tóxico, y por último te tuvimos que insertar un chip en el cuerpo, y a pesar de todo esto, todavía dudabas, y ahora tu pretendes que ellos te crean; pero, Pedro, como eres tan bestia; escúchame, te voy a decir lo que tienes que hacer, presta mucha atención:

Como ya vuelves a tener mente de adulto, tienes que obrar en consecuencia con todo lo que hagas y digas, no debes tener ni jugar con juguetes, pues los niños han de ver en ti algo diferente a ellos, para que les dé lugar a pensar y a preguntar, mas cuando te pregunten porqué tu no tienes juguetes, ni tampoco juegas; antes de contestarles tienes que saber que clase de niño es, cuantos juguetes tiene y sobre todo hasta donde puedes contarle lo que sabes, por eso ahora tienes que prepararte para saber hablar desde una mente de adulto a una de niño, mas recuerda que tú lo fuiste hasta hace bien poco, así pues no te debería ser tan difícil.

No debes agobiar ni presionar a los niños, debes esperar que ellos vayan a ti, no vayas por las calles diciéndoles que tiren los juguetes, pues según vaya desapareciendo el gas tóxico de sus cuerpos, ellos solos irán cambiando de juguetes e irán recordando y sintiéndose cada vez más raros

Así pues deja a los niños de las calles que el tiempo haga su trabajo y tu prepárate por si algún día te piden ayuda.

Y ahora con respecto a los niños de las reuniones, que ya les faltan poco para ser adultos, deberías de encontrar la forma de llegar a ellos, intenta hacerlos ver, que todavía tienen juguetes aunque ellos no lo vean así, diles que cuando les veamos que tienen la intención de dejar los juguetes, nosotros les iremos trayendo uno a uno y les enseñaremos esta ciudad y entonces recobrarán por completo la memoria, pues verán las cosas por si mismos.

Pero Señor Presidente, si a mí me han enseñado todo esto aun siendo un niño y teniendo juguetes, ¿porqué no lo hacen con todos ellos?

Mira, Pedro, lo hemos hecho contigo y con muchos otros de los barrios de la ciudad, mas aun habiendo elegido los más idóneos, se han vuelto locos la mitad, otros muchos se han hecho supercabecillas, y otros sabiendo que son adultos, no dicen nada a los niños pues se aprovechan de ellos para su beneficio, mas con todo el esfuerzo que tenemos que hacer para despertar a un solo niño, ¿te imaginas lo que nos costaría despertar a cinco millones de niños que hay en esa ciudad?

Pero Señor Presidente, tengo la sensación que en las reuniones de la Autoenseñanza me catalogan de cabecilla, y es una cosa que no tolero.

Mira Pedro, en tu expresión noto una falta de madurez, escucha atentamente.

Cuando una madre tiene un niño pequeño, esa madre está constantemente, vigilando al niño, le prohibe muchas cosas por el peligro que puede ocasionar al niño, y constantemente le regaña, mas esa madre sabe que el niño la cataloga de cabecilla, mandona y mala madre, pues está todo el día metiéndose con él. Pero un día ese niño cuando sea mayor, comprenderá porqué su madre actuó así, y sabrá que fue por lo mucho que le quería.

Mas si otra madre se despreocupa de su hijo, no le vigila, y no le prohibe nada, porque no tolera

que su hijo la tache de cabecilla y mala madre, y ese niño un día se cae a un pozo y se rompe la espalda y se queda toda su vida en una silla de ruedas; ¿Qué pensaría de su madre? cuándo sea adulto ¿Acaso no pensaría que su madre antepuso su orgullo a su deber?

Así pues, recuerda que tú eres quién tiene la mente de adulto y ellos todavía no, por lo tanto tienes que obrar en consecuencia, sin orgullo y con mucha paciencia, y recuerda que cuando ellos sean adultos les pasará lo mismo.

Pero Señor Presidente, ellos son casi adultos, ya han cambiado mucho de juguetes y se han afianzado con los que tienen ahora y no los van a querer soltar, pues pensarán que después de tanto luchar se quedan sin nada.

Pedro, diles que teniendo juguetes y mentes de niños, es ahora cuando no tienen nada, mas cuando recuerden y vuelvan a ser adultos serán lo que fueron, grandes médicos, o abogados, o directores de empresa, etc… y por último, diles que cuando sean adultos y sean superior en conocimiento a ti, tú te alegraras, pues podrás aprender de ellos y no cometerás el error de creer que quieren ser cabecillas, porque siempre se aprende del que mas sabe, no del igual o del inferior; mas no se puede asimilar todo esto teniendo mente de niño y sobre todo teniendo juguetes.

Bueno Señor Presidente, le agradezco todo cuanto dice, pues voy entendiendo mejor las cosas y procuraré recordar y actuar en consecuencia, permítame abusar de su generosidad para formularle la última pregunta; verá Señor Presidente:

Ya hay una cantidad de grupos de adultos niños que quieren reunirse entre todos ellos para averiguar que está pasando en la ciudad, pues se ven bastante diferentes a los demás niños que están jugando con sus juguetes por las calles.

Estos grupos quieren que entre todos aportemos una idea para poder llevarnos bien entre nosotros y no estar tan descontrolados como están los niños de las calles, y nosotros los de la reunión de la Autoenseñanza quisiéramos aportar alguna idea, por eso, si me pudiera decir algo al respecto, se lo agradecería mucho, Señor Presidente.

Querido Pedro, esta pregunta me temo que me va ocasionar dolor de cabeza, pero intentaré decirte algo. La iniciativa es muy buena, pero vayamos por partes.

Veamos las fichas que tenemos; por un lado tenemos unos grupos de niños que no conocemos, y se supone que la mayoría de estos grupos tienen cabecillas reconocidos y “afiliados a la Seguridad Social”, permíteme esta pequeña broma, seguimos; tenemos que todos estos niños tienen una gran cantidad de juguetes, a esto le sumamos que todos los grupos que acudirán querrán unirse, si los demás están de acuerdo con la idea que ellos van aportar, mas luego, tenemos a vosotros, que aun teniendo la información que te estamos dando, tienes problemas con los tuyos por falta de credibilidad.

Espera un momento Pedro; que estoy pensando ¿como puedes tú y tus amigos aportar una idea a los demás grupos cuando no sois capaces de poneros de acuerdo vosotros mismos?

Bueno, sigamos; también tenemos el problema de que aquello que se diga, va ha salir de mentes que todavía no son adultas, así pues, no sé por donde empezar.

Mira Pedro, el solo hecho de intentarlo es maravilloso, pero tu que tienes mentalidad de adulto sabes que todavía eso es imposible, pero no impidas nunca que otros lo hagan, pues han de comprobar por ellos mismos los resultados, porque una gran idea no se juzga por los resultados

Si no por el empeño y el corazón que se ha puesto en ella, mas nunca saldrá algo malo de una hermosa causa, aunque el resultado no sea el deseado no os aflijáis pues, la semilla sembrada hoy florecerá mañana, mas si tenéis paciencia ya la veréis.

Escucha Pedro, le dijo el Presidente; empecé a contestarte esta pregunta con un poco de broma, pero ahora estoy triste, porque aunque sé que queréis ayudar a los demás grupos, no podréis hacerlo antes de tiempo, mas cuando los de tu grupo comprenda que el tiempo que pierdan gastando fuerzas en ayudar a los demás, fuera del espacio tiempo, lo dedicarán a recordar que son adultos, y dejar sus juguetes, podrán estar preparado cuando de verdad sea el día, pues hay un tiempo de preparación y otro de actuación, estar muy atento y no lo invirtáis.

Me has comprendido Pedro.

Alto y claro Señor Presidente.

Y para terminar permíteme contarte una historia.

Había una vez un Señor que tenia una huerta y tenia la facultad de hablar con las hortalizas.

En aquel huerto, había de todas clases de hortalizas. Un día aquellas hortalizas se preguntaron

que hacían allí y para que servían, al verse tan diferentes unas a otras no se entendían, así que optaron por agruparse por afinidad, se agruparon todas las lechugas, los tomates, los pimientos, las cebollas, etc… Pero aunque estaban todas las de la misma especies juntas, seguían sin saber para que estaban ahí. Un día dijo una hortaliza a otra:

Porqué no le preguntamos al Señor que nos cuida, ¿ para qué estamos aquí?

Cuando le preguntaron al Señor, este les contesto: estáis aquí para servirme de ensalada, pues es vuestra meta y vuestro destino.

Que debemos de hacer para ello, señor.

Pues esperar a estar preparadas, y cuando estéis, tenéis que limpiaros y lavaros, mas luego tenéis que reuniros y mezclaros, y todos junto hacer una ensalada, y entonces serviréis de alimento para mi, y vuestra energía será parte de mi y servirá para darme vida.

Aquellas hortalizas se pusieron contentisimas, pues se dieron cuenta que su existencia no era en vana, pues nada menos que servia para dar vida.

Todas las hortalizas se pusieron a trabajar para crecer pronto, iban a por agua para regarse, luchaban con todos los insectos, se reguardaban de la lluvia, del calor de sol, etc…

Y llegó el gran día, llamaron al Señor y le dijeron que ya estaban preparadas, que esperaban que la ensalada fuera de su gusto, que habían sufrido mucho por complacerle y que esperaban que él lo apreciara, y que volviera a la hora de comer, pues iban a reunirse todas juntas para hacer la ensalada.

Cuando llegó la hora de comer y este hombre dio su primer bocado; de un acto reflejo escupió la ensalada de la boca, mas acto seguido se echó a llorar, pues recordó todo lo que sufrieron aquellas hortalizas, cuanto hicieron por él, todo el frío, y el calor que pasaron, la lucha con los insectos; cuanto esfuerzo en vano.

Pues todas aquellas hortalizas se olvidaron de lavarse y limpiarse, antes de hacer nada.

Me has comprendido, mi querido Pedro.

Así pues, vuelve a la ciudad y hagas lo que hagas, hazlo con mente de adulto y espera que tus amigos, dejen de ser niños, para recorrer el camino juntos, hasta pronto Pedro.

Después de despedir a Pedro, el Presidente se fue a descansar, estando tumbado en la cama, vio perplejo como se iluminó toda la habitación en la cual aparecieron tres seres de luz.

Muerto de miedo y con voz temblorosa, les preguntó, que quienes eran y que querían.

Aquellos seres de luz le dijeron; somos los observadores de este planeta y venimos a decirte y a hacerte lo mismo que has hecho con Pedro.

Queremos decirte, que vosotros los adultos no sois lo que creéis ser y que debéis dejar de jugar con los juguetes que tenéis, pues no os deja desarrollar la mente que tenéis; que por la fatalidad del destino habéis olvidado.

No sé quienes sois, pero creo que os habéis equivocado con nosotros, pues somos personas adultas y no tenemos juguetes, respondió el Presidente.

Vosotros los adultos de este planeta tenéis muchos más juguetes de lo que os imagináis.

El Presidente con cara de asombro les preguntó ¿a qué clases de juguetes os referiis?

Tenéis muchas clases de juguetes, por ejemplo; tenéis los juguetes infantiles como los de la ira, la vanidad, la critica, el egoísmo etc… también tenéis unos juguetes menos infantiles, como el de las religiones, las ceremonias, las clases sociales, también tenéis unos juguetes mas sofisticados como, las videncias, las facultades paranormales, o las supersticiones, etc… y sobre todo tenéis lo juguetes supersofisticados, que son los más peligrosos, pues al estar enganchados a ellos, os evitan dar el gran salto. Esos juguetes tendrás que descubrirlo tu solo cuando llegue el momento.

No entiendo nada, replicó el Presidente.

Ya lo entenderás….. ya lo entenderás.

Escucha atentamente; te llevaremos con nosotros por las noches, te enseñaremos y te diremos todo lo que tienes que recordar, te implantaremos un microchip y te haremos ver que no eres el que tienes que ser.

“¿Te recuerda algo todo esto?”

Te hemos elegido por los grandes y sabios consejos que le has dado a Pedro, así pues, cuando acabe el proceso y recuerdes todo, aplícate a ti todos y cada uno de los consejos dado a Pedro.

Mas cuando recuerdes que no eres una persona adulta, sino una parte de lo que vosotros llamáis Dios, ósea una chispa de luz divina, deberías de actuar en consecuencia, y comunicar a los demás adultos lo que son en realidad, pero hazlo siempre desde el punto de vista de la chispa de luz que eres. “¿Te vuelve a sonar de algo todo esto?”.

Bien, ahora nos tenemos que marchar, que tengas buena suerte.

Pasaron cientos de años, y todas aquellas personas adultas se convirtieron en lo que eran, en millones de chispitas de luz.

Vivían en paz y armonía, vagaban por el universo completamentes libres.

Un día, una de estas chispitas, después de viajar por el universo, se posó en una estrella para descansar; no pasó ni una hora, cuando divisó a lo lejos, tres bolas de luz que se acercaban a ella.

Cuando estas tres bolas de luz se acercaron a ella la chispita de luz las saludó y les preguntó: quienes sois y que queréis.

A lo que contestaron:

Somos los observadores de este universo, y venimos a decirte que: “TU NO ERES QUIEN CREES SER ……………………. F I N

meditemos-1055

Yo soy un ser libre y por ello elijo voluntariamente, es decir sin coacción y sin dejarme influenciar por nadie, lo que quiero hacer en mi  vida y con mi vida, pero también asumo total y personalmente la responsabilidad y las consecuencias que se deriven de mi elección.

meditemos-1054

Para favorecer mi evolución espiritual y equilibrar mi estado anímico y mi salud física, me olvido de todas las cosas negativas del pasado y comienzo desde este mismo instante una nueva vida sin envidias, violencia, rencores, celos, vanidad, orgullo, etc., guardando tan solo en mi recuerdo todas las lecciones aprendidas que serán mi libro de consultas en el presente.

meditemos-1053

Trato de apartar de mi mente todos los sentimientos negativos como el odio, la ira, el rencor, violencia, la hostilidad, etc., de la forma más simple: haciendo una respiración profunda.

meditemos-1052

Aprendo cada día a valorarme un poco más.

Yo soy un ser único e irrepetible; no existe nadie igual que yo; soy una persona maravillosa, valerosa, amorosa, fuerte y saludable y todos a mi alrededor  me quieren y me respetan.

meditemos-1051

Estoy muy atento  en cada momento de mi vida en apartar de mi mente todo tipo de idea negativa o destructiva y cambiarla por ideas positivas, sabiendo que con ello consigo además de apaciguar mi mente afrontar todos los problemas que se me planteen y conseguir todo aquello que me proponga con total facilidad

meditemos-1050

Confío en ese Ser poderoso que llevo dentro y tengo una profunda fe en que él me ayuda a resolver todos mis problemas y a tomar todas mis decisiones con pleno acierto y sé que con su sabiduría me guía continuamente  por el camino acertado.

Me dejo llevar por él y me siento feliz y seguro; siempre está conmigo y nunca me abandona.

la soledad interior

IDDU KRISHNAMURTI

LA SOLEDAD INTERIOR

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…… Si se me permite repetir lo que dije el otro día, estas charlas tienen muy poca significación si no experimentamos no sólo directamente sino también de forma inmediata lo que se está diciendo; no sirve de nada reflexionar, o recordar y luego poner en práctica lo que se ha dicho,porque la experiencia directa de lo que es la verdad tendrá su propio efecto sin que la mente haya de buscar intervención alguna sobre ella.Ésta es la razón por que es muy importante escuchar no sólo lo que se está diciendo, sino todo en la vida.

Cuando escuchamos a otra persona decir algo, cuando leemos, cuando oímos el canto de los pájaros o el sonido del mar agitado, es importante escuchar atentamente, porque en el mismo acto de escuchar existe una vivencia directa que no se encuentra contaminada por ninguno de nuestros prejuicios o nuestro particular condicionamiento. Tengo la impresión de que la mayoría de nosotros encuentra extremadamente arduo escuchar, porque hemos leído muchas cosas, y entonces justificamos o comparamos lo que hemos leído con lo que estamos escuchando, o intentamos recordar lo que se está diciendo para luego reflexionar sobre ello. Entonces la mente está intranquila y, por lo tanto, no escucha con atención.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.
Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.

Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: ¿Niega usted el valor y la integridad de los santos de todas las épocas, incluyendo a Cristo y a Buda?

KRISHNAMURTI: Eso plantea una cuestión muy interesante: ¿Por qué quiere usted santos?, ¿Por qué quiere héroes?, ¿Por qué quiere ejemplos? ¿Y quién es un santo? Porque una Iglesia canonice a alguien, ¿es ese alguien un santo? ¿Y cuál es su medida de un santo? Su medida estará acorde con sus deseos, esperanzas y condicionamientos; pero, como usted ve, la mente quiere a alguien a quien aferrarse, algo que esté más allá de sí misma. Usted quiere líderes, santos, ejemplos a seguir, a imitar, porque por sí mismo es pobre, deficiente; por ello, usted dice: “Si pudiese seguir a alguien, me enriquecería”. Usted nunca se verá enriquecido; usted se convertirá en el más pobre porque es solo cuando la mente, cuando la totalidad del ser, se encuentra vacía, sin buscar, que la creatividad de la realidad aparece.

Ustedes no tienen que creer en lo que yo estoy diciendo: sus santos, sus líderes les han conducido hacia ninguna parte. Ustedes solo tienen guerras, miseria, disputas, un continuo batallar interna y externamente. Pero si pueden ver lo que ustedes son -que son pobres internamente, que están atrapados en luchas y miserias-, verlo sin tratar de cambiar lo que son por otra cosa -lo cual solo sería una modificación; si pudiesen permanecer con lo que es sin guardar ningún deseo de transformarlo, entonces habría una transformación. Pero, mientras la mente esté tratando de imitar, de ajustarse, de medirse con sus ideas preconcebidas de lo que es o de lo que no es un santo, entonces todo ello no será más que una persecución de su particular realización, lo cual es vanidad.

Interlocutor: Si pudiésemos experimentar la inmortalidad, ¿existiría el miedo a la muerte?

KRISHNAMURTI: ¿Es posible para la mente, para usted, tener la experiencia de algo que no es mortal, que no es creado por la mente, que no pertenece al tiempo? Obviamente, si pudiésemos tener la experiencia de ello, no existiría el miedo a la muerte. Pero, ¿es eso posible? ¿Es posible para una mente que es temerosa, que funciona dentro de los dominios del tiempo, es posible para una mente así experimentar aquello que está fuera del tiempo? Quizá, si uno llevase a cabo algunos trucos, podría experimentar algo, pero eso aún estaría dentro de los dominios del tiempo.

Por lo tanto, abandonemos por el momento la cuestión de qué es lo inmortal, porque desconocemos lo que es; pero sí que conocemos el miedo a la muerte, a la vejez y a deterioro; estamos muy familiarizados con ello. En consecuencia, examinémoslo, profundicemos en ello; y no preguntemos si podemos estar libres del temor si experimentamos la inmortalidad; una pregunta así tiene muy poca razón de ser.

Tenemos miedo a la muerte, lo cual significa que estamos temerosos de llegar a un final. Tememos ver que todo lo que hemos adquirido -las experiencias que hemos acumulado, el conocimiento, las relaciones, los afectos, las virtudes que hemos cultivado- llegue a acabarse. Uno puede albergar la esperanza o la creencia de que habrá una resurrección en el futuro, pero sigue habiendo temor, porque el futuro es incierto. Aunque sus religiones, sus sacerdotes, sus esperanzas, han dicho que existe algún tipo u otro de continuidad, aún subsiste la incertidumbre. Uno no quiere morir; este es un hecho. En consecuencia, ¿existe en ello la comprensión del temor relacionado con la muerte?

¿Es posible morir mientras se vive? Por favor, escuchen: si yo no estoy acumulando, si no estoy viviendo en el futuro, en el mañana; si estoy satisfecho con el desbordante júbilo del momento, entonces, no existe una continuidad. Continuidad implica tiempo: yo fui, yo soy, yo seré. Siempre y cuando yo esté seguro de que seré, no tendré miedo; pero el seré es algo muy incierto; y entonces busco la inmortalidad, una confirmación de que voy a continuar.

¿Existe transformación en la continuidad? ¿Puede algo que continúa en el tiempo estar en un estado de completa revolución? ¿Puede haber renovación en algo que continúa? ¿Y no es importante morir internamente cada día, no teóricamente, sino realmente no acumular, no dejar que ninguna experiencia eche raíces, no pensar en el mañana psicológicamente?

Mientras pensemos en términos de tiempo, existirá el miedo a la muerte. He aprendido, pero no he llegado a la culminación, y antes de morirme debo encontrarla; o, si no la encuentro antes de morir, al menos espero encontrarla en mi próxima vida, etcétera. Todo nuestro pensar se basa en el tiempo: nuestro pensamiento es lo conocido, es el resultado de lo conocido, y lo conocido es el proceso del tiempo; y es con esa mente que tratamos de descubrir lo que es inmortal, lo que más allá del tiempo, lo cual no es sino una búsqueda en vano, carente de sentido, excepto para los filósofos, teóricos y especuladores. Si yo quiero hallar la verdad, no mañana, sino realmente, directamente, ¿acaso no debo yo -con el mí, el yo que siempre está acumulando, compitiendo y dándose a sí mismo continuidad por medio de la memoria- dejar de continuar? ¿Es posible morir mientras se vive –que no es perder la memoria de forma artificial, lo cual es amnesia, sino dejar realmente de acumular por medio de la memoria y, en consecuencia, cesar de darle continuidad al mí? Viviendo en este mundo, que pertenece al tiempo ¿es posible para la mente generar, sin ningún tipo de compulsión, un estado en que quien tiene experiencias y la experiencia misma carezcan de razón de ser? Mientras haya alguien que tenga experiencias, que sea el observador, el pensador, debe existir el miedo a acabarse y, en consecuencia, a la muerte. Mientras siga buscando otras experiencias, mientras siga fortaleciendo mi propia continuidad a través de mi familia, de mi propiedad, de mi nación, de mis ideas, de cualquier forma de identificación, debe existir el miedo a que todo se acabe.

Y, por tal razón, si fuese posible para la mente comprender todo esto, ser plenamente consciente de ello y no únicamente decir: “Sí, es muy simple”; si la mente pudiese ser consciente de la totalidad del proceso de la conciencia, si pudiese ver completamente lo que significa la continuidad y el tiempo, y la futilidad del buscar a través del tiempo para encontrar lo que está más allá de él; si tomase consciencia de todo ello, entonces, quizá hubiese muerte, que, de hecho, es la creatividad total que está más allá del tiempo.

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