26 cuentos para pensar Jorge Bucay

COMO CRECER?

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: “Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda”.
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia condena…

ANIMARSE A VOLAR

..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás…
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento -contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando…
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pendejadas?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo caso, prueba tirarte desde una escalera.
-…O desde la copa de un árbol, pero… ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó…
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas… pero igual… se precipitó a tierra…
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno… – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas… necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.

EL BUSCADOR

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.
Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
– No, ningún familiar – dijo el buscador – ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?.
El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda qué fué lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

EL ELEFANTE ENCADENADO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas, clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…

EL OSO

Esta historia habla de un sastre, un zar y su oso.
Un día el zar descubrió que uno de los botones de su chaqueta preferida se había caído.
El zar era caprichoso, autoritario y cruel (cruel como todos los que enmarañan por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón mandó a buscar a su sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera decapitado por el hacha del verdugo.
Nadie contradecía al emperador de todas la Rusias, así que la guardia fue hasta la casa del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la mazmorra del palacio para esperar allí su muerte.
Cuando cayo el sol, un guardiacárcel le llevó al sastre la última cena, el sastre revolvió el plato de comida con la cuchara y mirando al guardiacárcel dijo – Pobre del zar.
– El guardiacárcel no puedo evitar reírse – ¿Pobre del zar?, dijo pobre de tí, tu cabeza quedará separada de tu cuerpo unos cuantos metros mañana a la mañana.
– Si, lo sé pero mañana en la mañana el zar perderá mucho más que un sastre, el zar perderá la posibilidad de que su oso, la cosa que más quiere en el mundo, su propio oso, aprenda a hablar.
– ¿Tú sabes enseñarle a hablar a los osos?, preguntó el guardiacárcel sorprendido.
– Un viejo secreto familiar… – dijo el sastre.
Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al soberano su descubrimiento:
¡¡El sastre sabía enseñarle a hablar a los osos!!
El zar se sintió encantado. Mandó rápidamente a buscar al sastre y le ordenó:
-¡¡Enséñale a mi oso a hablar!!
-Me gustaría complaceros pero la verdad, es que enseñar a hablar a un oso es una ardua tarea y lleva tiempo… y lamentablemente, tiempo es lo que menos tengo…
-El zar hizo un silencio, y preguntó ¿cuánto tiempo llevaría el aprendizaje?
– Bueno, depende de la inteligencia del oso… Dijo el sastre.
– ¡¡El oso es muy inteligente!! – interrumpió el zar
– De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia.
-Bueno, musitó el sastre… si el oso es inteligente… y siente deseos de aprender… yo creo… que el aprendizaje duraría… duraría… no menos de…… DOS AÑOS.
El zar pensó un momento y luego ordenó:
– Bien, tu pena será suspendida por dos años, mientras tanto tú entrenarás al oso. ¡Mañana empezarás!
– Alteza – dijo el sastre – Si tu mandas al verdugo a ocuparse de mi cabeza, mañana estaré muerto, y mi familia se las ingeniará para poder sobrevivir. Pero si me conmutas la pena, yo tendré que dedicar el tiempo a trabajar, no podré dedicarme a tu oso… debo mantener a mi familia.
– Eso no es problema – dijo el zar – A partir de hoy y durante dos años tú y tu familia estarán bajo la protección real. Serán vestidos, alimentados y educados con el dinero de la corte y nada que necesiten o deseen, les será negado… Pero, eso sí… Si dentro de dos años el oso no habla… te arrepentirás de haber pensado en esta propuesta… Rogarás haber sido muerto por el verdugo… ¿Entiendes, verdad?.
– Sí, alteza.
– Bien… ¡¡Guardias!! – gritó el zar -Que lleven al sastre a su casa en el carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para sus niños. Ya… ¡¡Fuera!!.
El sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba agradecimientos.
– No olvides – le dijo el zar apuntándolo con el dedo a la frente – Si en dos años el oso no habla…
– Alteza…
…Cuando todos en la casa del sastre lloraban por la pérdida del padre de familia, el hombre pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos.
La esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes había sido llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante…
Cuando estuvo a solas el hombre le contó los hechos.
– Estás LOCO – chilló la mujer – enseñar a hablar al oso del zar. Tú, que ni siquiera has visto un oso de cerca, ¡Estás, loco!
Enseñar a hablar al oso… Loco, estás loco…
– Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, ahora… ahora tengo dos años… En dos años pueden pasar tantas cosas, en dos años.
En dos años… – siguió el sastre – se puede morir el zar… me puedo morir yo… y lo más importante… por ahí ¡¡hasta el oso habla!!

EL TEMIDO ENEMIGO

La idea de este cuento llegó a mí escuchando un relato de Enrique Mariscal. Me permití, partir de allí y prolongar el cuento, transformarlo en otra historia, con otro mensaje y otro sentido. Así como está ahora se lo regalé una tarde a mí amigo Norbi.
Había una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que todos lo admiraran por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, también él necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era.
Él no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle si él, era el más poderoso del reino.
Invariablemente todos le decían lo mismo:
-Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee: Él, él conoce el futuro.
( En aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran llamados, genéricamente “magos”).
El rey estaba muy celoso del mago del reino, pues aquel no sólo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además el pueblo entero lo amaba, lo admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí.
No decían lo mismo del rey.
Quizá porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecuánime, y mucho menos bondadoso.
Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan:
Organizaría una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después de la cena, pediría la atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiración de los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción. Se acabaría, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes…
Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó…
…Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante le silencio de todos le preguntó:
– ¿Es cierto que puedes leer el futuro?
– Un poco – dijo el mago.
– ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?
– Un poco – dijo el mago.
– Entonces quiero que me des una prueba – dijo el rey –
¿Qué día morirás?. ¿ Cuál es la fecha de tu muerte?
El mago se sonrió, lo miró a los ojos y no contestó.
– ¿Qué pasa mago? – dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?… ¿no es cierto que puedes ver el futuro?
– No es eso – dijo el mago – pero lo que sé, no me animo a decírtelo.
– ¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-… Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes… Contéstame pues, ¿cuándo morirá el mago del reino?
Luego de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo:
– No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey…
Durante unos instantes, el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los invitados.
El rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.
Lentamente el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio…
Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.
Se dio cuenta de que se había equivocado.
Su odio había sido el peor consejero.
– Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado.
– Me siento mal – contestó el monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido.
Y con un gesto confuso giró en silencio encaminándose a sus habitaciones…
El mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.
¿Habría leído su mente?
La predicción no podía ser cierta. Pero… ¿Y si lo fuera?…
Estaba aturdido
Se le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su casa.
El rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta:
– Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.
– ¡ Majestad!. Será un gran honor… – dijo el invitado con una reverencia.
El rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegurándose de que nada pasara…
Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría si el mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora.
Bien temprano en la mañana el rey golpeó en las habitaciones de su invitado.
Él nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuanto el mago lo recibió, hizo la pregunta… necesitaba una excusa.
Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.
El rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le pidió que se quedara un día más, supuestamente, para “consultarle” otro asunto… (obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).
El mago – que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados – aceptó…
Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.
No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos en cuenta en cada una de las decisiones.
Pasaron los meses y luego los años.
Y como siempre… estar cerca del que sabe vuelve al que no sabe, más sabio.
Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.
Ya no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder.
Empezó a aprender que la humildad también podía ser ventajosa empezó a reinar de una manera más sabia y bondadosa.
Y sucedió que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes.
El rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisión o simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.
Un día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó.
Recordó aquel plan aquel plan que alguna vez urdió para matar a este su entonces más odiado enemigo
Y sé dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hipócrita.
El rey tomó coraje y fue hasta la habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas entró le dijo:
– Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho
– Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón.
– Aquella noche, cuando te invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban… Estoy tan avergonzado…
Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.
Hoy he sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia.
Necesité decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos.
El mago lo miró y le dijo:
– Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de tu espada, fue tan clara tu intención, que no hacía falta ser adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, – el mago sonrió y puso su mano en el hombro del rey.
– Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo también te mentí… Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de la tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.
Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles… y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.
Tu muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.
El rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentía en esta relación que habían sabido construir juntos…
Cuenta la leyenda… que misteriosamente… esa misma noche… el mago… murió durante el sueño.
El rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente… y se sintió desolado.
No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.
Estaba triste, simplemente por la muerte de su amigo.
¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la noche anterior a su muerte?.
Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después.
Un último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos…
Cuentan que el rey se levantó y que con sus propias manos cavó en el jardín, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago.
Enterró allí su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra, llorando como se llora ante la pérdida de los seres queridos.
Y recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.
Cuenta la leyenda… que esa misma noche… veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey murió en su lecho mientras dormía… quizás de casualidad… quizás de dolor… quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.

LA ALEGORIA DEL CARRUAJE

Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Sal a la calle que hay un regalo para tí.
Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy “chic”. Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo… todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.
Entonces miro por la ventana y veo “el paisaje”: de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino… y digo: “¡Qué bárbaro este regalo! “¡Qué bien, qué lindo…!” Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.
Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto: “¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?” Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le faltan los caballos – me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto – digo yo.
Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.
Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.
Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: -¡Qué me hizo!
Me grita:-¡Te falta el cochero!
-¡Ah! – digo yo.
Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde ir.
Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo… Yo disfruto el viaje.
“Hemos nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo.
A poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos.
No permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque… ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco podés descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje…”

OBSTÁCULOS

Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo… dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto… Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos… Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo… y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado… descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños…
Me siento abatido… Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca… No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire… De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo… cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras… Los obstáculos los trajiste tú.

osho habla sobre el amor

Osho habla del amor :

1.-El corazón del hombre es un instrumento musical, contiene una música grandiosa. Dormida, pero está allí, esperando el momento apropiado para ser interpretada, expresada, cantada, danzada. Y es a través del amor que el momento llega.

Un hombre sin amor nunca conocerá qué música ha estado llevando dentro de su corazón. Es sólo a través del amor que la música comienza a tomar vida, se despierta y deja de ser un potencial para convertirse en realidad.

2.-Preguntas: “¿Qué es amor?” Es una profunda necesidad de ser uno con el todo, una profunda necesidad de disolver en una unidad el tú y el yo. El amor es así porque estamos separados de nuestra propia fuente. De esa separación surge el deseo de volver al Todo y de unificarse con El. ”

3.-Tu ego se ha convertido en una barrera entre tú y tu tierra: el Todo. El hombre se asfixia, no puede respirar, ha perdido sus raíces. Ya no es alimentado. El amor es un deseo de nutrición; el amor es enraizarse en la existencia .

4.-El amor en uno mismo es valioso: no tiene ningún propósito, no tiene ningún fin.

Tiene una inmensa significación; una gran alegría; un éxtasis en sí mismo, pero estos no son fines. El amor no es un negocio donde importan los propósitos, las metas. Siempre hay una cierta locura en el amor…. El amor no tiene razón alguna. Simplemente puedes decir : “No sé . Todo lo que sé es que amar es experimentar el espacio más hermosos dentro de uno mismo.” Pero eso no es un propósito. Ese espacio no es mental. Ese espacio no puede ser convertido en una comodidad. Este espacie es como un capullo de rosa con una gota de rocío sobre sí brillando como una perla. Y con la primera brisa de la mañana y al sol, el capullo está bailando.

El amor es la danza de tu vida.

5.- Amor es el encuentro, el encuentro orgásmico de la vida y la muerte …. Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que deben recordarse.

El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el “aquí-ahora”. No puedes amar en el pasado.

El segundo paso hacia el amor es: aprende a transformar tus venenos en miel…

El tercer paso hacia el amor es compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo bello que tengas, no lo escondas.

Y la cuarta: sé la nada. Una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la nada.

Cuando estás vacío, hay amor.

Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece.

El amor y el ego no pueden converger.

5.-Es muy fácil amar a la gente en lo abstracto, el verdadero problema surge en lo concreto. Y recuérdalo, si no amas a los seres humanos concretos, reales, seres humanos, todo tu amor por los árboles y los pájaros es falso, pura habladuría.

6.-El amor es una flor muy frágil. Tiene que ser protegido, tiene que ser reforzado, tiene que ser regado; sólo entonces se fortalece.

7.-Ama como algo natural, tal y como respiras. Y cuando ames a alguien, no empieces a exigir; si no desde el principio mismo estarás cerrando las puertas. No tengas ninguna expectativa. Si algo aparece en tu camino, siente gratitud. Si nada viene, no es necesario que venga, no lo necesitas, no puedes mantener esa expectativa.

8.- El amor no es un negocio, así que deja de tratarlo como tal. Sino, malograrás tu vida, el amor y todo lo que hay de hermoso en ello, porque todo lo que es bello no es en absoluto negociable. El negocio es la cosa más fea del mundo, un mal necesario. Pero la existencia no sabe acerca de negocios. Los árboles florecen, no es un negocio; las estrellas brillan, no es un negocio y no tienes que pagar por ello y nadie te exige nada. Un pájaro viene y se posa en tu puerta, te canta una canción y no te pide un certificado o algo así. Ha cantado su canción y luego, muy contento se va volando, sin dejar huellas. Así es como el amor crece. Da y no esperes a ver cuánto puedes conseguir.

9.-Conviértete en un individuo, eso es lo primero. Lo segundo: no esperes perfección, no pidas y no exijas. Ama a la gente común. No hay nada de malo en la gente común. La gente común es extraordinaria ¡Cada ser humano es tan único!

Ten respeto por ese ser único.

Tercero: da y da sin ninguna condición, y sabrás qué es el amor. No lo puedo definir. Puedo enseñarte la forma en que crece. Te puedo enseñar cómo plantar un rosal, cómo regarlo, cómo fertilizarlo, cómo protegerlo. Luego un día, inesperadamente, aparece la rosa, y tu casa se llena de fragancia. Así es como ocurre el amor.

10.-La palabra “amor” puede tener dos significados absolutamente diferentes; no sólo diferentes, sino diametralmente opuestos. Un significado, es el amor como relación de pareja; el otro es el amor como un estado del ser.

En el momento en que el amor se vuelve una relación de pareja, se convierte en esclavitud, porque hay expectativas, hay exigencias y hay frustraciones, y un esfuerzo de ambos lados para dominar. Se convierte en una lucha por el poder….

…. el amor como un estado del ser es una palabra totalmente diferente. Significa que tú simplemente amas; no estás estableciendo una relación de pareja. Tu amor es como la fragancia de una flor. No crea una relación; no te pide que seas de una forma determinada, que te comportes de cierta manera, que actúes de cierta forma. No exige nada. Simplemente comparte. Y en este compartir, tampoco existe el deseo de recibir una recompensa. El mismo compartir es la recompensa.

Cuando el amor se convierte para ti en una fragancia, tiene una tremenda belleza y posee algo que está muy por encima de la mal llamada humanidad. Tiene algo de divino.

12.- Quiero que sepas que el amor llega de improviso. No como una consecuencia de algún esfuerzo de tu parte, sino como un regalo de la naturaleza. En ese momento no lo hubieras aceptado si hubieses estado preocupado porque algún día, de pronto, pudiera terminar. Así como viene se va.

Pero no hay necesidad de preocuparse, porque si una flor se ha desvanecido, otras flores llegarán. Las flores siempre seguirán naciendo, pero no te aferres a una flor, de lo contrario, pronto te encontrarás aferrado a una flor muerta. Y esa es la realidad: la gente se aferra a un amor muerto, que alguna vez estuvo vivo.

13.- Si tienes algo, algo que te proporciona alegría, paz, éxtasis, compártelo. Y recuerda que cuando compartes hay un motivo. No te estoy diciendo que por compartir llegarás al cielo. No te estoy dando meta alguna.

Te estoy diciendo, que con sólo compartir estarás tremendamente satisfecho. En el compartir mismo está la satisfacción, no hay ninguna meta; no está orientado hacia ningún fin. Es un fin en sí mismo.

14.-Cuando no tienes amor, le pides al otro que te lo dé. Eres un mendigo. Y el otro te está pidiendo que se lo des a él o a ella. Ahora bien, dos mendigos extendiendo sus manos uno al otro y ambos con la esperanza de que el otro lo tenga… Naturalmente ambos se sienten derrotados y ambos se sienten engañados.

Esta es la paradoja: aquellos que se enamoran no tienen amor, por eso se enamoran. Y porque no tienen amor, no pueden darlo. Y algo más : una persona inmadura sólo se enamora de otra persona inmadura, porque sólo ellas pueden comprender el lenguaje de la otra. Una persona madura ama a una persona madura. Una persona inmadura ama a una persona inmadura.

El problema básico del amor es madurar primero, entonces encontrarás una pareja madura; entonces la gente inmadura no te atraerá para nada. Es sencillamente así.

15.- …cuando dos personas maduras están enamoradas, ocurre una de las más grandes paradojas de la vida, uno de los fenómenos más bellos: están juntos y sin embargo tremendamente solos; están tan unidos que casi son uno. Pero su unión no destruye su individualidad, de hecho, la realza: se vuelven más individuos. Dos personas maduras enamoradas se ayudan mutuamente a ser más libres.

16.- Yo te amo. No puedo evitarlo. No es cuestión de que pueda amarte o no, simplemente te amo. Si no estuvieses aquí, este auditorio estaría lleno de mi amor, no habría ninguna diferencia. Estos árboles todavía recibirían mi amor, estos pájaros lo seguirían recibiendo. E incluso si todos los árboles y los pájaros desaparecieran, eso no haría ninguna diferencia: el amor seguiría fluyendo. El amor es, así que el amor fluye.

17.- Así como la luz rodea a la llama, el amor te rodea. Tú eres amoroso, eres amor.

Entonces tiene eternidad. No está dirigido a nadie. Cualquiera que se acerque beberá de él. Cualquiera que se acerque a ti estará encantado con él, enriquecido por él. Un árbol, una roca, una persona, un animal, no importa. Incluso si estás sentado, solo… Buda, solo, sentado bajo su árbol está irradiando amor. El amor está constantemente lloviendo a su alrededor. Eso es eterno y ése es el verdadero anhelo del corazón.

el portero del hotel

De: Alias de MSNMINERO16  (Mensaje original) Enviado: 05/02/2004 20:31
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del hotel. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.

Un día se hizo cargo del hotel un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:
– A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entren por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio…”
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero… – Me encantaría satisfacerlo, señor – balbuceó – pero yo… yo no sé leer ni escribir…” – Ah ¡Cuánto lo siento! – Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida…” No lo dejó terminar: – Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga dinero, hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte…” Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué hacer? Recordó que en el hotel cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio.
Pensó que ésta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que sólo contaba con unos clavos oxidados y unas pinzas muy viejas, entonces decidió usar parte del dinero para comprar una caja de herramientas.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Que más da? Pensó, y emprendió la marcha. A su regreso, trama una hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino llamo a la puerta de su casa:
– Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme…”
– Mire, si, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar… como me quede sin empleo…” – Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
El portero accedió y le presto el martillo. A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino toco la puerta:
– Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por que no me lo vende?”
– No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería esta a dos días en mula.” – Hagamos un trato – dijo el vecino – Yo le pagare los dos días de ida y los dos de vuelta, mas el precio del martillo, total usted esta sin trabajar. ¿Que le parece?” Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días… Acepto.
Volvió a montar su mula. Al regreso otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa: – Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?”
– Si, así es…”
– Mire, yo necesito unas herramientas, y estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje, mas una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.”

El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pago y se fue.

El ex-portero pensó entonces que mucha gente podría necesitar que el viajara a traer herramientas de las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquiló un carretón para almacenar las herramientas y algunas semanas después alquiló un cuarto que se convirtió en la primera ferretería del pueblo.

Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su Ferretería y ganar dos días de marcha.

Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por que no? Las tenazas…y las pinzas…y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos… Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas.

Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Ahí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo: – Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela”

– El honor seria para mí – dijo el hombre – nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no se leer ni escribir. Yo soy analfabeta.

– ¿Usted? – dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo. ¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir?. Estoy asombrado. Me pregunto, ¿que hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?”

– Yo se lo puedo contestar, respondió el hombre con calma. ¡Si yo hubiera sabido leer y escribir…seria portero del hotel!

Moraleja:
Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Pero las adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar siempre será la opción más segura.

Para todos aquellos que los cambios los atemorizan, vean que siempre vendrán cosas mejores, lo que nos hace falta es arriesgarnos un poco y seguir adelante, por eso más vale arrepentirnos de algo que hagamos que de algo que nunca hicimos.

la ciudad de la montaña

Erase una vez, una ciudad que estaba situada en la cima de una gran montaña, en ella sus habitantes vivían en paz y armonía.

En esa ciudad, todos y cada uno de sus habitantes sabían todos los oficios conocidos, pues cuando se producía  una avería en cualquier parte de la ciudad, lo arreglaban aquellas personas que se encontraban

en aquel lugar. Nadie al que le faltase conocer algún oficio, podía entrar en esa ciudad y menos, permanecer en ella.

Estas personas, cuando tenían una avería en sus casas, no necesitaban llamar a nadie para arreglarla, pues ellos estaban capacitados  para hacerlo.

Así pues, todos ellos vivían en paz y armonía, porque todos se valían por si solos, y toda la ciudad y casas estaban siempre limpias,  relucientes y sin averías.

Un día, después de salir del trabajo, dos amigos llamados, Pedro y Juan, fueron a dar un paseo fuera de la ciudad.

Iban paseando por la ladera de la montaña, cuando Juan divisó otra ciudad allá a lo lejos, en un valle.

Juan, observó que esa ciudad estaba habitadas por mucha gente,

y se sorprendió, pues creía que no existía mas ciudades que la que el conocía, y le preguntó a Pedro:

Juan.- ¿Quienes son esas gentes que viven allí en el valle?

Pedro.- ¿ No te acuerdas?, todas esas personas que ves allí

en el valle, un día vivieron con nosotros, pero se marcharon de aquí.

Juan.- ¿Porqué se fueron?

Pedro.- Eso es muy largo de contar, otro día hablaremos de ello si quieres.

Juan.- ¿Como viven esas personas en esa ciudad?

Pedro.- Pues no muy bien , tienen muchos problemas y sufrimientos.

Juan.- ¿Y porqué no vuelven con nosotros?, si aquí se vive mucho mejor que allí abajo.

Pedro.- Mira Juan, eso es imposible, porque las personas que viven allí abajo lo han olvidado todo, no saben arreglar nada, porque no conocen los oficios, y para poder vivir aquí, tienen  que conocerlos todos.

En esos momentos se le ocurrió una idea a Juan, que inmediatamente se la expuso a Pedro, y así le dijo:

Pedro, ¿porqué no bajamos al valle y a las personas que allí viven les enseñamos los oficios?, podríamos  crear una especie de universidad, donde se enseñaría carpintería, fontanería, albañilería, electricidad, ect… Podrían  aprender todo aquello que necesitan para poder vivir con nosotros.

Mira, Juan, tu idea no está mal, pero tu no conoces a esas personas, son bastante brutas, orgullosas y vanidosas, no van a querer

estudiar ni aprender los oficios, pues ellos creen que ya saben arreglarlo todo, pero como me gusta tu idea, vamos hablarlo con nuestro pueblo, a ver que opinan.

Así pues, expusieron al pueblo la idea de Juan y el pueblo aceptó.

Entonces bajaron al valle y construyeron un gran edificio donde había miles de aulas, y en cada aula se enseñaba un oficio.

La gente del valle empezó acudir a las clases, y  estudiar un oficio.

Cada cual elegía el oficio que quería, pues la elección era libre.

Muchos estudiaban carpintería, otros albañilería, otros fontanería, ect..

Pasó el tiempo y muchas personas estudiaban oficios y otros no estudiaban nada, pero aquellos que estudiaban, empezaron a preguntarse para que servia aprender aquello que estaban estudiando.

Un día a la salida de las clases, un grupo de amigos que estudiaban oficios diferentes, se pusieron a hablar entre ellos y en un momento de la conversación, uno les preguntó a los otros, ¿oyes, sabéis alguno para qué estamos estudiando los oficios?.

Ninguno sabia la respuesta, pero algunos  tenían varias hipótesis, entonces propusieron reuniese una vez a la semana al salir de clase, para intentar averiguar cual era el motivo de tener que aprender un oficio.

Se reunieron durante mucho tiempo, donde hubo sus mas y sus menos, hasta que un día por fin se pusieron de acuerdo y supieron que había una ciudad en lo alto de la montaña, donde vivían mucha gente feliz y en armonía, pero la cuestión era ahora averiguar como podrían acceder a dicha montaña, y qué  tenia que ver con los oficios que estaban aprendiendo cada uno.

Entonces, quedaron de acuerdo que el día que se reunieran, expusiera quien quisiera el argumento o la hipótesis de cómo acceder a la ciudad de la montaña.   

Un día expuso su argumento el carpintero, y dijo:

Para acceder a esa ciudad, hay que ser un buen  carpintero, porque esa ciudad esta hecha toda de madera y hay que saber trabajar la madera, deberíais dejar vuestros oficios y aprender el mío, además os voy a exponer mi tesis sobre la madera.

Claro, cuando exponía su tesis de la madera, tanto el albañil como el fontanero y los demás no entendían nada y además ni siquiera le hacían caso al carpintero.

A la semana siguiente expuso su argumento el albañil, y dijo:

Para acceder a esa ciudad, hay que ser un buen albañil, porque esa ciudad esta hecha toda de ladrillo y cemento, y hay que saber trabajar la masa, deberíais dejar vuestros oficios y aprender el mío, además os voy a exponer mi tesis sobre la masa.

Claro, cuando exponía su tesis sobre la masa, tanto el carpintero, como el electricista y los demás no entendían nada, ni siquiera le hacían caso al albañil.

A la otra semana, expuso su argumento el electricista, y dijo:

Para acceder a esa ciudad, hay que ser un buen electricista, porque esa ciudad esta hecha de luz y energía, y hay que saber trabajar con los cables. Deberíais dejar vuestros oficios y aprender el mío, además os voy a exponer mi tesis sobre la corriente.
Claro, cuando exponía su tesis sobre la corriente, tanto el carpintero, como el albañil, como el fontanero, y los demás no entendían nada, ni les interesaban lo que decía el electricista.

A la siguiente semana hablaron otros ,y seguía ocurriendo lo mismo, y no había manera de ponerse de acuerdo en como se podía acceder a la ciudad de la montaña.

En una soleada mañana, donde la brisa mecía las copas de los árboles y se oía el trinar de los pájaros, Pedro y Juan paseaban por la ciudad de la montaña, se sentaron en un banco, y se pusieron a observar el valle y a sus habitantes.

Pedro preguntó a Juan: ¿sabes algo sobre la idea que tuviste, y que resultados esta teniendo?, a lo cual, Juan respondió; tenias razón Pedro, lo habitantes del valle son muy brutos, y son muy vanidosos, porque apenas han aprendido un oficio, ya se creen que lo saben todo y no dan lugar a escuchar a otras personas que tienen otros oficios y además no tienen ni idea de que han de aprender mas oficios. Tanto el fontanero, como el albañil, o el carpintero, creen que tienen la verdad de cómo llegar hasta aquí, y no se escuchan unos a otros, y así no habrá manera de que sepan que tienen que aprender mas oficios.

No te aflijas Juan, dales tiempo, ya se darán cuenta que con la manera de pensar que ellos tienen, no encontrarán el camino hacia aquí.

Pero Pedro, si cada uno de ellos cree que con su oficio es suficiente para poder acceder a la ciudad de la montaña, ¿cómo y cuando se darán cuenta de su error?.

No te preocupes Juan, algún día ocurrirá algo, y poco a poco se irán dando cuenta, que tienen que cambiar de manera de pensar.

Pasó mucho tiempo, y aquellas reuniones ya se hacían aburridas, pues

siempre se hablaba de lo mismo, y cada uno seguía queriendo enseñar su oficio a los demás, y lo mas gracioso es que no se daban cuenta  que llevaban muchísimo tiempo hablando de lo mismo, y que no se adelantaba nada.

Pero un día le ocurrió algo extraño a un miembro de aquel grupo, y fue rápido a comunicarlo a los demás.

Escucharme, dijo; esta noche he tenido un sueño, y me ha parecido ver la ciudad de la montaña, he visto que la gente vive muy feliz, además he visto que en esa ciudad no hay nada estropeado, todo esta limpio y reluciente, todo funciona muy bien, y es porque todos los habitantes de allí, saben arreglarlo todo, pues cada habitante domina todos los oficios. ¿Os dais cuenta de lo que os quiero decir?.

Pues os quiero decir, que creo que para acceder a la ciudad de la montaña, tenemos que aprender todos los oficios.

Y a partir de ahora ya no deberíamos de discutir mas los unos con los otros, sino que todo lo contrario, cuando hable el albañil, hay que poner mucha atención, pues tenemos que aprender su oficio, y cuando hable el fontanero, hay que hacer lo mismo, y así con todos, y dejarnos ya de discutir, y de creer que nuestro oficio es el que nos llevará a la ciudad de la montaña, y veréis que ya las reuniones no serán aburridas, pues en vez de estar discutiendo de quien lleva razón o no, estaremos aprendiendo los oficios que vallan explicando los otros miembros del grupo.

Algunos miembros del grupo, decían ; ¿que como vamos hacer caso de un sueño?, que las cosas que no se tocan o no se ven, no vale para nada, que todo eso eran pamplinas, y que era imposible aprender todos los oficios, y que habría que seguir buscando como acceder a la ciudad de la montaña.

Pero, la persona que tuvo el sueño les dijo; aunque el aprender todos los oficios no fuera el camino para acceder a la montaña, por lo menos se enriquecería nuestro saber, y seria mejor que estar siempre discutiendo sin llegar nunca a nada concreto.

Entonces los miembros del grupo dijeron que intentarían escucharse los unos a los otros.

Pasó mucho tiempo, y muchas personas estaban intuyendo algo y empezaron a estudiar y aprender mas oficios, pues se corrió la voz de que había una ciudad en la cima de la montaña, donde todo el mundo vivía en paz y armonía, y eran muy felices.

Allá, en la ciudad de la montaña, estaba Juan sentado en un banco del jardín, mirando y observando la ciudad del valle, se le acercó Pedro y le dijo: ¡Hola! Juan, te veo muy pensativo, ¿te ocurre algo?.

¿Que están haciendo ahora la gente del valle?, dijo Pedro.

Mira Pedro, esta gente del valle no hay quien haga carrera de ellos.

¿Por qué dices eso Juan, es que todavía no los conoces?.

Cuéntame Juan, ¿que es lo que pasa?

Escucha Pedro, ya hay muchas personas en la ciudad del valle que ya saben varios oficios, pero en vez de aprender mas, creen que ya son suficientes, y se creen superiores a aquellos que tienen menos oficios que ellos, y la vanidad se apodera de ellos, y lo que me preocupa es, que si no siguen aprendiendo mas oficios, no podrán venir hacia aquí.

No te preocupes Juan, dales mas tiempo, ya te dije que las personas del valle son muy brutas, y les cuesta mucho aprender las cosas. 

Pasaron muchos años, y en la ciudad del valle, ya había un grupo numeroso de personas que ya habían aprendido todos los oficios, y se reunieron y tomaron el camino hacia la ciudad de la montaña.

En los jardines de la ciudad de la montaña, estaban paseando Pedro y Juan, hacía una mañana expendida, el sol brillaba, y sus rayos se reflejaban en las tranquilas aguas del lago.

En un momento del paseo, Juan divisó algo que procedía del valle, y vio una muchedumbre de personas que se dirija hacia ellos.

¡Mira Pedro!, exclamó Juan, ya vienen personas de la ciudad del valle, eso significa que esas personas ya han aprendido todos los oficios, y por eso han encontrado el camino hacia aquí.

No te exalte Juan, que ahora viene lo peor, veras que enfado se van a llevar. Tu no digas nada, déjame hablar a mi.

Aquellas personas venían contentas y alegres, todas ellas portaban maletas llenas de herramientas para poder desarrollar los oficios, portaban, picos, palas, alicates, martillos, destornilladores, ect…

Al llegar a la altura de Pedro y Juan, el portavoz del grupo se acercó a ellos y les dijo: ¡hola! Buenos días, ¿podrían decirme, si esta es la ciudad de la montaña?

Si, contestó Pedro, ¿qué deseáis buen hombre?.

Queríamos entrar y vivir en ella, pues nos hemos preparado para ello.

Lo siento, dijo Pedro, pero todavía no estáis preparados.

¡Como!, exclamaron aquellas personas, nos hemos pasado media vida investigando cual era el motivo de nuestra existencia, discutiendo hasta la saciedad hasta averiguar la existencia de la ciudad de la montaña, nos ha costado sudor y lagrimas ponernos de acuerdo en que había que aprender todos los oficios, y nos hemos pasado la otra media vida aprendiendo todos los oficios, mientras las demás personas solo pensaban en divertirse y en pasarlo bien, y ahora que estamos aquí, nos dice que no podemos entrar, pero ¿por qué?.

Pedro les contestó; para mi es un orgullo que halláis aprendido todos los oficios, pues es lo principal que tenéis que saber para poder entrar en esta ciudad, y que tengáis todas las herramientas necesarias para ello, pero esas herramientas que tenéis, no valen para esta ciudad.

¿Porqué no valen las herramientas para esta ciudad, si las tenemos limpias y relucientes, y muy bien cuidadas?, dijeron  aquellas personas.

Es muy sencillo, dijo Pedro, esta ciudad es mental, todo en ella es mental, por lo tanto, las averías que se ocasionan en ella, hay que arreglarlas con herramientas mentales.

Esto quiere decir que todos los oficios que sabéis y que ejecutáis con herramientas físicas, ahora tenéis que aprender a ejecutarlo con herramientas mentales, ¿me habéis comprendido?

Si, contestaron todos, ¿pero eso como se hace?

Tenéis que volver al valle, y aprenderlo por vosotros mismos, tenéis que averiguarlo aunque os lleve otra media vida, y cuando lo consigáis  podréis entrar en la ciudad de la montaña y vivir con nosotros, así pues, marchar en paz, les dijo Pedro.

Juan, que en todo momento estuvo callado y escuchando todo aquello que les decía Pedro a los habitantes del valle, estaba un poco desorientado, a lo cual Pedro le miró y le dijo, ¿qué te ocurre Juan, quieres decirme algo?

Si ,Pedro, quería que me dijeras ¿como sabias que aquellas personas no sabian arreglar las cosas con la mente?

Mira Juan, en primer lugar, en la ciudad de la montaña no se entra con herramientas físicas y en segundo lugar, ¿no te fijaste en sus herramientas?

Si Pedro, pero no noté nada raro en ellas, sino todo lo contrario pues estaban nuevas y relucientes.

Si Juan, estaban relucientes, pero de orgullos y vanidades, en ellas se reflejaban que sus dueños creían que eran los mejores en sus oficios, reflejaban también que creen que unos son superiores a los otros y reflejaban muchas mas vanidades, y esto quiere decir que aunque vayan todos por buen camino, pues se preocuparon de aprender todos los oficios, ahora tienen que aprender el camino de la humildad, y que no deben creerse  unos superiores a otros a la hora de ejecutar su trabajo.

Pero Pedro, ¿  ahora cómo van a saber como se crean  herramientas mentales?

Tienes que saber Juan, que será una tarea difícil y larga.

Tendrán que aprender que las herramientas mentales se crean desde el corazón, se darán cuenta que no podrán crear ninguna herramienta mental, si no son humildes y exentos de vanidades y sobre todo, tienen que ser limpios de corazón.

Pero Pedro, todo esto que dices, ¿no podrían aprenderlo aquí?.

Es imposible Juan, han de aprenderlo primero en la ciudad del valle,

pues para poder entrar en la ciudad de la montaña, tienen que venir con la lección bien aprendida, pues para que la puerta de la ciudad se abra, tienen que llegar con todos los oficios aprendidos y limpios de corazón. Pues, vaya tarea que les espera, dijo Juan.

Si ,exclamó Pedro, el dedicar toda una vida en aprender todos los oficios tiene su mérito, y cuesta un gran esfuerzo, pero el trabajar la humildad y la vanidad, supone un esfuerzo mayor, pero no hay que olvidar el lema de la ciudad de la montaña, que dice así:

EL QUE “TODO LO SABE”, NO ES POR QUE SEA UN ELEGIDO O POR QUE SEA SUPERIOR A OTROS, SINO PORQUE, “YA ES”, EL QUE TENIA QUE “SER”.

Con esto te quiero decir Juan, que los habitantes de la ciudad del valle

se valoran constantemente uno con otros, se creen superiores a los demás según la cantidad de oficios que sepan, y menosprecian a los que saben menos oficios, y en vez de ayudarlos y enseñarlos, lo que hacen es humillarlos, pero harán todo esto hasta que un día se den cuenta, que el saber mas o menos oficios es cuestión de tiempo, porque llegará el día en que todos serán iguales y sabrán todos los oficios, y todos los habitantes de la ciudad del valle, vivirán en la ciudad de la cima de la montaña.

¿Lo entiendes Juan?. Sí, Pedro, tus palabras son sabias.

Y ahora, entre Tu y Yo Juan, en verdad te digo, que es mas difícil

que aquellos que se hacen llamar espirituales de la Nueva Era, entren en el reino de los cielos, que un camello por el ojo de una aguja.

Porque aquellos que miden su grado de evolución espiritual según sus facultades, o sus logros de poderes.

Aquellos, que alardean de tener el conocimiento de las cosas, dimensiones, ángeles, ect… y lo usan para aumentar sus egos.

Aquellos, que tienen el don de la videncia, y lo usan para embaucar a las personas, y sobre todo, aquellos que obtuvieron sus facultades por su buen hacer en vidas anteriores, y ahora en vez de usarlo en bien de los demás, lo  usan para el comercio; te diré  Juan, que  han de saber, que el reino de los cielos se gana cuando; tengas quien tengas delante de ti, tomes conciencia de que “(Tu estás en El, y El está en Ti).”

Bueno, vamos a recogernos Juan, que se está haciendo tarde y la noche refresca y los dos amigos se recogieron, y en sus corazones brillaba la esperanza de que algún día no muy lejano, todos vivirían juntos en la ciudad de la cima de la montaña, en paz, en alegría, y sobre todo en humildad y con la conciencia de que todos son iguales y de que nadie es superior a otro a la hora de ejecutar su trabajo.

la piramide magica

Érase una vez, un joven que trabajaba en una gran ciudad; su vida era igual que la de los demás habitantes.
Tenía sus problemas, sus dudas, su estrés como cualquier otro.
Su jornada laboral era larga y penosa, mas cuando llegaba a su casa hacía todo lo posible por relajarse y descansar, e intentaba comprender por qué la vida era tan dura.

Este joven deseaba la llegada del fin de semana, pues él lo dedicaba a disfrutar de la naturaleza, a recorrer montes y valles, porque estando en el campo se sentía libre y durante ese tiempo se olvidaba de los problemas y del estrés de la ciudad; un día recorriendo el monte, vio un extraño bosque que le llamó mucho la atención, y decidió introducirse en él.

En el bosque se respiraba una paz inmensa, el trinar de los pájaros era como un sonido celestial, corrían toda clase de animales en paz y armonía.

El joven estaba entusiasmado y después de ir caminando varias horas por el bosque, se sentó a descansar al pie de un árbol, pues la paz que se respiraba invitaba a ello y apoyando su espalda en el tronco, decidió dormir un rato.

No pasaron ni cinco minutos, cuando oyó un gran ruido que provenía de detrás de unos árboles situados a su espalda.

El joven se levantó y con mucho cuidado apartó unos arbustos y observó a través de ellos. Se quedó petrificado pues no daba crédito a lo que estaban viendo sus ojos; era una gran nave que despedía una enorme luz.
Paralizado por la visión, observó como por una luz que se proyectaba desde la nave al suelo, descendía un Ser resplandeciente. Este Ser, una vez posado en el suelo se dirigió hacia él.

Asustado el joven dejó de observar desde los arbustos y volvió a sentarse en la base del árbol, cerró los ojos y esperó que todo fuera un sueño.

Estando con los ojos cerrados, sintió una voz que le dijo:

– ¡Hola!, ¿ qué tal?

El joven abrió los ojos y vio aquel ser delante de él, era alto y brillaba con una luz resplandeciente.

– no temas nada, soy amigo, ¿Cómo te llamas?.

El joven todavía un poco asustado le dijo:

– me llamo Oscar.

– Dime Oscar: ¿qué haces en este bosque?.

Con voz aun temblorosa le dijo:

– me sedujo la paz y la tranquilidad que se respira en él, pues vengo de la ciudad donde todo es desarmonía y caos.

– ¿Acaso no estás contento con tu mundo? Le preguntó aquel Ser.

– No mucho, le contestó Oscar, pues hay mucho sufrimiento y enfermedades y no entiendo porque hay tantas

desgracias en todas partes del planeta.
Aquel Ser miró a Oscar y le dijo:

– Yo me llamo Zul, y vengo de otro planeta, ¿quieres venir conmigo a conocerlo?; no temas nada somos gentes de bien, nuestro planeta fue como el tuyo, pero ya estamos en otro grado de evolución y ya está erradicado el mal y el sufrimiento, si decides venir podrás ver como será tu planeta en el futuro, cuando vaya elevando su grado de evolución y así no estarás tan apenado por tu mundo.

Oscar, con más miedo que vergüenza, decidió subir a la nave. Allí se encontró con otros seres de luz muy parecidos a Zul, pero con la diferencia de que tenían otro grado de luz, osea que brillaban a otra intensidad que oscilaba entre el blanco y el amarillo dorado; pero lo que más sorprendía a Oscar era, que cuando se aproximaba a cualquiera de estos seres, desprendían un halo de paz y amor, y le daba una gran seguridad y bienestar y éste perdió el miedo a estar en la nave.

Estos seres habían adquirido una gran simpatía hacia Oscar y le propusieron compartir con él, su mundo, su ciudad y sus costumbres, y Oscar aceptó complacido pero un poco receloso.

Todos aquellos seres estaban muy contentos de recibir al invitado, y eso hizo sentirse menos nervioso a Oscar.

Zul miró a Oscar y le dijo:

– siéntate en ese sitio, pues dentro de muy poco tiempo estaremos en nuestro mundo, no te preocupes de nada.

Pasado un corto periodo de tiempo, la nave se iba acercando al planeta de Zul, y éste le dijo:
– ya estamos llegando, prepárate Oscar, que vamos a bajar.
Después de sobrevolar la ciudad, la nave se paró en una explanada.
Una vez allí, la nave proyectó la luz al suelo por la cual bajaron Oscar y Zul, y la nave siguió su recorrido.

Una vez en el suelo, Oscar se quedó atónito de lo que veían sus ojos, pues aquel planeta brillaba y era como de color dorado.

Él no tenía una explicación para lo que estaba viendo, pero sin decir nada siguió a Zul, que iba en dirección a la ciudad.

Zul miró a Oscar y le dijo:

– ya estás en mi planeta, ¿qué te parece?.

– Es maravilloso – exclamó – todo brilla, todo es reluciente, los colores son como fluorescentes, además todas estas personas que veo están como iluminadas, no hay humos ni polución, no hay suciedad en las calles. Este mundo no se parece en nada al mío.

– Bueno Oscar, te voy a enseñar un poco mas la ciudad, ven sígueme. Le dijo Zul.

Mientras iba caminando, Oscar no perdía detalle, pues todo era nuevo para él, todas las personas que se cruzaban con él le saludaban y sonreían, pues todas irradiaban un halo de paz y amor.

Zul contemplaba la cara de Oscar y veía cuanto entusiasmo reflejaba su rostro, pues Oscar no dejaba de observar todo cuanto pasaba a su lado.
En un momento dado, Oscar vio como una gran columna de cientos de personas bien ordenadas, como si de un desfile se tratara, iban todas hacia un gran parque que se divisaba a lo lejos.

– ¿Qué ocurre, quienes son todas esas personas? – Preguntó Oscar

– Ven, vamos con ellos y lo verás con tus propios ojos, hoy es el día de la reunión energética- le dijo Zul.

Cuando Oscar se iba acercando a la explanada, vio como había situadas en ella, cientos de pirámides colocadas en columnas perfectamente ordenadas.

Se acercó más y se dió cuenta de que esas pirámides estaban hechas de varillas luminosas y estaban aisladas del suelo, median 1,50m de alto y en su vértice tenia un orificio para colocar algo, y observó como todas tenían un asiento en su interior.

Estando un poco confundido, Oscar se dirigió a Zul y le dijo:

– ¿para qué sirven todas esas pirámides?
– No son pirámides, dijo Zul, son ( C.P.E ), “Cabinas Piramidales Energéticas”.

– ¿Y para que sirven? – preguntó Oscar.

– Mira Oscar – le dijo Zul- ahora tenemos que estar callados, la ceremonia dura unos 15 minutos, observa todo cuanto va a suceder y luego te lo explico todo.

Pasado unos minutos se oyó una señal de aviso y acto seguido todas aquellas personas se situaron al lado de cada (C.P.E.),
Había algo que Oscar no se había dado cuenta antes, y era que aquellas personas no tenían tanta luz como las demás que estaban presenciando la ceremonia.

Sin decir nada, Oscar siguió observando todo cuanto ocurría; sonó un segundo aviso y vió como cada una de aquellas personas sacaban de su bolsillo una especie de varilla luminosa terminada en punta y eran distintas unas de otras.
Aquellas varillas median entre 15cm y 20cm, tenían muescas muy raras, y algunas de esas personas tenían varias en su mano.
Acto seguido todas aquellas personas pusieron sus respectivas varillas en el vértice de la (C.P.E.), y algunos mediante un soporte especial colocaron hasta siete varillas en el vértice de la (C.P.E.).

Al tercer aviso se introdujeron dentro de la misma y se sentaron en el asiento que había en el centro de la (C.P.E.).

Oscar se acercó a Zul y le susurró al oído:
– ¿qué son esas varillas luminosas que han colocado en el vértice de la pirámide mágica esa?, perdón quiero decir de la cabina.

– Es un ( C.O.V.), “Captador de Onda Vibracional”, pero calla y observa lo que va ha ocurrir ahora – le dijo Zul.

Aquello era un espectáculo, el ver tantas cabinas y personas sentadas en estado de meditación y silencio total.
A los pocos segundos de poner los captadores de ondas vibracional, Oscar se quedó perplejo al ver como descendían cientos de rayos de luz y cada uno incidían en la punta de los captadores e iluminaba por completo el habitáculo de la cabina. Dicha energía era tan intensa como opaca y no se podía ver a las personas que estaban dentro.

A su vez el rayo de luz que incidía en la punta del captador emanaba una oleada de vibración energética que inundó todo el parque y sus alrededores y todos los que observaban aquel espectáculo eran bañados por los efectos de la vibración, y les hacían sentir un estado de paz y armonía.

Oscar, que sentía ese estado de paz y armonía, miró a los ojos de Zul y encogiéndose de hombros le dio a entender que no comprendía nada de lo que estaba sucediendo. Zul le insinuó con un gesto, que esperara un poco y luego le explicaría todo.

Pasado los 15 minutos, todas aquellas personas, al toque del último aviso, salieron de las cabinas y retiraron sus captadores de onda vibracional, y automáticamente desaparecieron los rayos de luz que provenían del espacio y también desapareció la luz que había en el interior de las cabinas.

Oscar, observo que todo había vuelto a ser como antes de la ceremonia, salvo una cosa de la cual se quedó impresionado y era que todas aquellas personas que habían estado dentro de la cabina, desprendían una gran luz y sus cuerpos brillaban e irradiaban una energía de distintas intensidades.

Oscar miró a Zul y le preguntó si podía explicarle todo cuanto había sucedido, a lo que Zul le respondió:

– ven, vamos a sentarnos en un banco y te explicaré cuanto has visto.
Mira Oscar, nuestro planeta vibra a una frecuencia mucho mas elevada que el vuestro.
La vibración de este planeta la mantiene sus habitantes, pues las personas somos como baterías que necesitamos recargarnos para después ir soltando nuestra carga según vamos viviendo.

Para mantener un planeta como el nuestro, que todo tiene un brillo y luz especial como árboles, flores, pájaros, etc… es porque nosotros despedimos esa vibración de nuestros cuerpos, pero como todo en la vida del universo tiene un desgaste, por eso cada cierto tiempo tenemos que recargarnos en la (C.P.E.), porque en estas cabinas adquirimos unas energías de tal vibración que nos da fuerza para mantener este planeta y nuestros cuerpos de luz.

– ¿Por qué son diferentes los captadores de onda vibracional?

– Porque no todas las personas vibran a la misma frecuencia y cada una tiene un captador según su vibración e irán cambiando de captador según vayan evolucionando interiormente, porque la energía de la cabina (C.P.E), te ayuda a mantener tu nivel de vibración y luz, pero la evolución interior del ser se adquiere a través de nuestro comportamiento en la vida y en el día a día.

– ¿Eso significa que según la luz que tenéis, así de evolucionáis estáis?.

– Así es, a más luz y vibración, más sabiduría y conocimiento tenemos, y lo usamos para ayudar a los demás, para que obtengan más vibración y luz y así entre todos subimos el nivel de vibración del planeta.

– Y si, las personas que usan un captador, de nivel bajo, se pone uno de nivel superior; ¿ no evolucionaría más deprisa?

– No, pues como te he dicho antes la pirámide mágica, como tu la llamas, no evoluciona por ti, pues tu tienes que aumentar tu vibración con tus actos y tu esfuerzo personal y luego la cabina te ayudara a mantener el grado evolutivo adquirido, porque si te introduces en una cabina con un captador superior a tu vibración, te encontrarás mal, pues tu cuerpo no está ni limpio ni preparado para recibir una onda de vibración mas elevada que tu evolución.

– ¿Cómo sabéis qué captador de onda vibracional corresponde a cada persona y cuando se puede cambiar a otro superior?.

– Eso nos llevó muchos años de investigación, pero actualmente a cada persona de este planeta se lo dicta su interior, porque cada uno sabe lo que tiene que cambiar en su interior para su evolución y mientras no consiga superar su conflicto, no dará paso al siguiente captador; es la Ley, y todos lo saben, mas si alguno cree que ya ha superado su conflicto y pasa al siguiente captador, y no es así, automáticamente no aguantará la vibración superior y se dará cuenta que todavía no ha conseguido adaptar su cuerpo de luz a la nueva vibración y tendrá que seguir trabajándose.

– Todo cuanto he visto y oído es maravilloso y quisiera hacerte una pregunta, ¿podría llevarme una pirámide mágica de estas, a la tierra y así ayudar a mi mundo a evolucionar y meter a las personas dentro y que se hagan luz como vosotros?.

Zul le miró y con una sonrisa en los labios le dijo:

– No, una de estas, no, ¿acaso no has visto de que material está hecha la pirámide mágica, como tu la llamas?.

– Bueno, la he visto desde lejos, pero me parece que está hecha de metal brillante, ¿no?.

– No, Oscar, están hechas con energía concentrada de alta vibración, osea, están hechas de pura energía, y con ella no puedes aparecer en tu mundo, pues todavía no es el momento.
Nosotros os llevamos unos mil años de adelanto y vosotros vais a empezar el proceso de evolución, por eso estas aquí, y no por la casualidad.

Lo que si voy hacer es contarte todo lo que ocurrió con la Cabina Piramidal Energética y con los Captadores de Onda vibracional en nuestro planeta hasta el día de hoy, por si te sirve de algo y no cometáis tantos errores como cometieron nuestros antepasados y tardéis menos de mil años en ser seres de luz.

Oscar, acompáñame a mi casa, que te voy a enseñar la pirámide mágica como tu la llamas y te contare la historia de su evolución.

Una vez llegado a su casa, Zul le enseñó la pirámide y le dijo:

-mira, esta pirámide es la que inventaron nuestros antepasados, esta hecha de acero, y tiene unas patitas de plástico para aislarla del suelo y un orificio en el vértice para poner el
captador. Esta pirámide te la puedes llevar a tu mundo porque esta hecha de material que allí se conoce; y aquí tienes el captador, todo esto es lo que necesitas para empezar la odisea en tu mundo.

Oscar le miró y le dijo:

– ¿sólo me das este captador si yo he visto muchos modelos.

Este captador es universal, dijo Zul, a partir de ahora tu tendrás que diseñar e investigar cuantos captadores sean necesario para la evolución en tu planeta, pues los captadores de mi mundo no sirven para el tuyo, pues vuestras ondas vibracionales son diferentes a las nuestras, porque estamos en galaxias diferentes.

Mira Oscar, si decides investigar y expandir la pirámide mágica en tu planeta, tendrás que rodearte de personas o amigos que deseen emprender tal ardua tarea, pero ya será sin nuestra ayuda, pues no podemos intervenir más de lo que estamos haciendo. La evolución de vuestra planeta depende de vosotros mismos y de sus habitantes, pues solo vosotros mismos podréis ser seres de luz, y recuerda que esta pirámide es un instrumento más de los muchos que se os ha dado a vuestro mundo para vuestra evolución, procurad hacer buen uso de ella.

Una cosa que has de saber Oscar, es que el captador que te he dado, también se puede usar como utensilio para aliviar el dolor y extraer los estancamientos de energías acumuladas en el cuerpo, mas todo tendrás que investigarlo cuando estés en tu planeta.
Ahora vamos a sentarnos y te contare algo de nuestros antepasados y sus experiencias con la pirámide que te llevas.

Hace unos mil años, un joven antepasado nuestro llamado Zulón, ideó una pirámide similar a la que te vas a llevar a tu planeta.
Por esa época nuestro planeta empezaba ha despertar. Algunos científicos se dieron cuenta de que llegaban del espacio unas extrañas energías que vibraban a una frecuencia que ocasionaban malestar a muchas personas; la gente se encontraba mal de salud, aparecieron enfermedades nuevas, las personas se sentían cansadas, tenían episodios de depresión, empezaron a estar hartas de trabajar, todo les parecía monótono, se sentían vacías, notaban que algo estaba cambiando en sus vidas, tenían experiencias místicas, les ocurrían hechos inexplicables y todo eso les afectaba al sistema nervioso y se encontraban físicamente mal.

Este joven Zulón, era un caso más, el tenia experiencias extrañas las cuales le agotaban y estaba siempre cansado.
Un día oyó que introduciéndose dentro de una pirámide convencional, ésta le proporciona energía y vitalidad a la persona que se encuentra dentro.
Así pues, Zulón decidió hacerse una pirámide para ver si podía mejorar su estado físico y así adquirir energía.
Zulón se puso manos a la obra y empezó a construir una pirámide parecida a la que tienes aquí.
Busco unas varillas de acero y empezó a montarla, según iba construyéndola, algo en su interior le guiaba, y le decía que tenia que aislarla del suelo y además debía de colocar una especie de antena en el vértice de la pirámide.
Aunque Zulón no entendía nada de lo que ocurría, se dejo llevar por su interior y así lo hizo.
También pensó en hacerla de un tamaño para que entrara una sola persona y que no ocupara mucho espacio, pues pensaba ponerla en la habitación de su casa.
Una vez terminada, se sentó y mirando a la pirámide dijo:
– que rara es, ¿para que será esta antena?.
Nada mas terminar esas palabras, algo en su interior le dijo:
No es una pirámide, es un cabina de energía y sirve para ayudar a la evolución de aquellos que necesitan un empujón para seguir adelante y han abandonado, o quieren abandonar por falta de fuerza, voluntad o miedos, y además sirve para otras cosas mas.

Zulón no hacia mucho caso a lo que le decía su interior, pues estaba muy cansado para pensar, así pues se introdujo varios días en la pirámide y no notaba nada en especial, entonces no dio ninguna importancia a lo que le dijo su interior.

Pero un día un amigo suyo llamado Zulnis vió la pirámide y le preguntó:
-que pirámide tan rara, ¿para qué sirve?, y Zulon le contestó:
-no lo se, la he hecho por hacer, pero creo que no sirve para nada.
Zulnis fué a tocar la pirámide y le sacudió una descarga eléctrica, quedándose perplejo, volvió a tocarla y le volvió a pasar lo mismo.
Zulón creía que Zulnis le estaba tomando el pelo, pero recordó que su amigo tenias ciertas facultades, era sensitivo y algo vidente y solía tener contactos con otras fuerzas.
Zulón invitó a Zulnis a introducirse en la pirámide para ver si le ocurría algo a él.

Zulnis aceptó y se introdujo en ella; al llevar unos minutos empezó a notar vibraciones y energías, pero pasado unos minutos más, Zulnis empezó a canalizar y le dijo a Zulon que cogiera lápiz y papel y fue dictándole todo cuanto le decían acerca de la pirámide; para que servía y como usarla.

Zulón se quedó extrañado, pues coincidía con lo que le decía su interior y a partir de entonces empezó la odisea de la pirámide hasta nuestros días.
Aunque Zulón tenia extrañas experiencias, no creía en nada que no se pudiera demostrar, así que después de escribir todo cuanto le dijo su amigo sobre la pirámide, habló con un hermano suyo llamado Zulacop, el cual se interesó por el tema y empezó la investigación de todo aquello.
Zulacop empezó a investigar todo cuanto se dijo sobre la pirámide, se introdujeron muchas personas y ocurrieron grandes cosas y así pasaron varios años de investigación, pues al introducirse ciertas personas en la pirámide ocurrían extraños fenómenos, que no se entendían en esa época y hubo muchos años de incomprensión y de desaliento.

Así pues, Oscar, por todo esto has de pasar tú si quieres llevar la pirámide a tu planeta, recuerda que tendrás muchos años de investigación, únete a personas de buena fe y entre todos se os hará más llevadero, pero tienes que tomártelo con calma, pues nosotros os llevamos mil años de adelanto, no pretendas que tu planeta sea como el nuestro en cuatro días, porque para que vuestros cuerpos vibren y tengan luz como nosotros, tenéis que mejorar mucho vuestra conducta y conceptos y sobre todo vuestra conciencia.
Viendo Zul la gran atención que ponía Oscar en todo lo que le estaba contando, continúo con su relato.

Mira Oscar; pasado un tiempo, Zulacop se dió cuenta que la energía de la pirámide actuaba de distintas maneras, y unas de ella era que la energía de la pirámide ayudaba a limpiar el cuerpo físico de las malas vibraciones acumuladas en el día a día, pues nuestro planeta era muy bajo en vibración, osea como el tuyo en este momento.

Las personas que usaban la pirámide muy a menudo, iban notando cambios en su vida, se notaban con más energía y con pensamientos positivos.

Al pasar el tiempo, con los experimentos hechos por Zulacop y los testimonios de las personas que usaban la pirámide, se dieron cuenta que la energía de la pirámide, era una energía inteligente; dicha energía actuaba de manera diferente con las personas, pues algunas decían que la energía les daba lo que ellos necesitaban; por ejemplo: si una persona necesitaba paz, la obtenía, si necesitaba entendimiento, se lo daba, pues salía con las ideas claras, y si necesitaba fuerza, también la obtenía, etc…

Pero siempre tenían que introducirse en ella con seriedad y constancia.
También observaron que había personas a las que la pirámide no les hacia nada o no les sentaba bien y otras personas se negaban entrar en ella.

Esto les extraño a nuestros antepasados, pues creían que la pirámide era beneficiosa para todos, pues su fin era ayudar a la evolución de la persona.

Pero Zulacop se dio cuenta que la evolución de la persona era libre, y si la persona no quería evolucionar, la pirámide no actuaba, y si la persona quería evolucionar mas deprisa de su capacidad y peligraba su evolución, o bien por orgullo o vanidad, la energía de la pirámide, la hacia que se encontrara mal y recapacitara y entrara con otra actitud.

Dándose cuenta de todo esto, Zulacop pensó que tendría que averiguar todo esto y preparar primero a las personas antes de introducirse en la pirámide.
También observó que algunas personas parecían que estaban hechas para la pirámide, pues se encontraban muy bien y además se sentían cada ves con mas conciencia e iban comprendiendo sus errores en la vida, pues parecía que cuando se introducían en la pirámide, la energía de ésta le daba más conciencia de cómo tendrían que ser, y luego ellas lo tenían que lograr con su esfuerzo, porque la energía no le quitaba sus errores, solo se los hacia ver.
Estas Personas tenían la necesidad de usar la pirámide muy frecuentemente pues se encontraban llenas de fuerza y limpias de energías negativas acumuladas durante el día y sus problemas.

Un día, una de estas personas le dijo a Zulacop: me siento muy bien usando a menudo la pirámide, ¿pero no puede ser una adicción?
Y Zulacop le contesto: ¿tu te lava las manos y té duchas todos los días?, la persona le contesto que si, y él le dijo: Acaso eso es una adicción?, mas has de saber que cuando uno se lava, lo que hace es limpiarse de unas energías que se llaman suciedad y cuando uno se mete en la pirámide, lo que hace es limpiarse de unas energías llamadas negativas, creadas por nuestro entorno y nuestras obras, el introducirse en la pirámide tiene que ir acompañado de procurar no engendrar más energía negativas producida por nuestros actos en el día a día. Si se crea más energía negativa que la que puede limpiar la pirámide no conseguirás evolucionar y ser luz, por que la pirámide no evoluciona por ti, sino que te aporta energía e información para que despierte en tí aquello que no ves y crees que no tienes, y al descubrirlo, te lo trabajes.

Oscar interrumpió un momento a Zul y le dijo:

– Si no entiendo mal, ¿quieres decir que la energía de vuestros antepasados no era igual a la que hemos visto esta mañana en el parque?

Claro que no Oscar, si uno de nuestros antepasados se metiera en una de estas cabinas actuales, la vibración y la energía le desintegraría, por eso la misión de las primitivas pirámides era la de preparar los cuerpos de las personas para poder soportar las nuevas vibraciones que empezaban a surgir entonces.

Con esto te quiero decir que cuando en un planeta va a subir de nivel de vibración, sus habitantes tienen que prepararse para ello, y aunque hay muchas formas para hacerlo, la pirámide es una de tantas, pero con la particularidad de que la energía que hay en ella, trae información para nuestra evolución personal; si cuando estas metido en ella prestas atención, podrás saber lo que tienes que hacer para elevar tu vibración.

Bueno y para terminar la historia de nuestros antepasados te diré que pasaron muchos años de calamidades y de reproches para Zulacop y compañía, tuvieron que luchar mucho con todo lo establecido entonces, pero pasaron generaciones y fueron tomando relevos y gracias a su tesón y sus luchas lograron sacar adelante la pirámide, cosa que ahora les estamos todos agradecidos.

Oscar, miró sorprendido a Zul, y le dijo :
-¿y todo lo que pasó Zulacop, me va ha ocurrir a mi?.
-Mas o menos, querido Oscar, porque al fin y al cabo, la evolución de los planetas no son muy distintas una de otras.
-¿Pero cómo voy a poder llevar a cabo todo esto si yo no tengo ni idea, ni medios? sólo soy un simple trabajador, y ya estoy cansado de trabajar, pues la vibración de mi planeta ya no la aguanto, y ya no soporto el sufrimiento y el caos que rige en él, ¿de dónde voy a sacar fuerzas para emprender esta obra y además, por qué os habéis fijado en mi?.

– Cálmate Oscar, hombre, que todavía no has empezado y ya te estas poniendo nervioso.
Iré contestando a tus preguntas.

¿El por qué tu?, pues porque entraste en el bosque, y sobre lo que dices, que no tienes medios, no te preocupes pues en esta tarea no estarás solo, porque según vayan entrando personas en el bosque, nosotros les iremos informando, y te irán ayudando y cada uno aportara su trabajo; el tuyo de momento es el de llevarte la pirámide a tu planeta y con paciencia y tranquilidad, intenta vivir el día a día y presta atención a todo lo que ocurra a tu alrededor, recuerda que nosotros tardamos unos mil años.

Tienes que saber que nosotros os ayudaremos en todo lo que nos sea permitido y esta ayuda que vais a tener, no la tuvieron nuestros antepasados, pero como sabemos lo duro que fue, queremos ayudaros, es sólo un acto de amor y nada más.
Así que tranquilízate y no te preocupes, en poco tiempo encontrarás ayudas y podréis entre todos llevarlo mas tranquilo.

Oscar le miró a los ojos y le dijo:
-Gracias, tus palabras me han sosegado.

– Bueno, dentro de poco tendré que llevarte a tu planeta y dejarte donde te recogí, pero antes te hablaré un poco de nuestro planeta en la actualidad y el por qué de su brillo y luz.

– De acuerdo, y muchas gracias por tu tiempo – replicó Oscar.

– Mira, Oscar, todo lo que hemos hablado de la pirámide, es para subir la vibración del cuerpo humano y su evolución, pero hay otros captadores que sirven para subir la vibración de los lugares, ya sea interiores o exteriores.

Escucha atentamente, todo sufrimiento, calamidades enfermedades, etc…. crean unas energías de baja vibración y esta se queda impregnada en el ambiente y lugares donde ocurren esos sufrimientos; por ejemplo: en una sala de hospital o en una casa donde hay un enfermo, se origina una energía de baja vibración.

Si en ese lugar colocamos unos captadores de acuerdo a la baja vibración existente, esos captadores captan y proyectan una energía vibratoria que eliminan y contrarrestan las bajas vibraciones y además elevan la vibración de dicha habitación.

Si en muchos lugares del mundo ocurriera lo mismo, osea hubiese captadores, entonces poco a poco ira subiendo el nivel de vibración de los lugares.

Pero los captadores son de poca intensidad, solo valen para lugares reducidos.
Ahora bien, para subir la vibración del planeta entero, sois vosotros los seres humanos los que tenéis que hacer de captadores, porque sólo vosotros tenéis la fuerza para elevar entre todos el planeta, ¿ me comprendes Oscar?.

– Mas o menos Zul, pero lo que dices es muy difícil, ¿cómo podemos ser nosotros captadores y emisores de energía y luz.

– Pues, Oscar ese es vuestro fin, y ya lo veras.

Para que lo comprendas, te contaré como es nuestro planeta y como funciona.
Mira , para que me entiendas, vamos a darle hipotéticamente una escala de medida a la vibración, vale?.Le pondremos a la mas baja, 1 kilo ciclo, y a las mas alta 20 Kc.

En tu planeta, todo sufrimiento y penalidades se originan entre 1kc. y 3 kc., la suciedad y los malos pensamientos están entre 3kc y 5 kc., y las buenas personas y pensamientos positivos y la limpieza esta entre 5kc. y 8kc., y la persona que emprende el camino espiritual y empiezan su despertar y evolución, vibran entre 8kc. y 10kc., no se si me entiendes Oscar, pero sigo contando; nuestro planeta vibra a mas de 15 kc., eso quiere decir que todo lo que ocurre por debajo de eso , aquí no existe, por eso no viste suciedad en las calles, porque no se puede crear, ni tampoco hay mala gente, ni robos ni peleas ni guerras, etc…., porque todo eso esta en la vibración entre 1 kc. y 5 ks.,

Y nuestro planeta vibra a partir de 16 kc., y a partir de esa vibración ya empieza la luz, porque la vibración es tan alta que ya da paso a la energía de alta vibración, y cuando en este planeta lleguemos a los 20 kc., pasaremos a otro planeta que vibre entre 20 y 30, ¿entiendes Oscar?.

– Bueno por lo menos lo intento, dijo Oscar, pero todo lo que me dices me viene grande, pero intuyo algo, sigue por favor, Zul.

Zul le miró y se sonrió, porque vio el empeño que ponía Oscar por asimilar todo eso.

Zul, sabia que le estaba dando más información de la que podía soportar, pero sabia que cuando le dejara en la tierra, se olvidaría de todo lo ocurrido, pero era necesario porque toda esa información se quedaría grabada en su memoria y saldría en su momento.

– Bueno sigo – dijo Zul – pero la vibración de nuestro planeta, que esta entre 15 y 20 kcs. no es un regalo del universo, es gracias a nuestra evolución.

Pero como todo en el universo, tiene un desgaste, tenemos que mantener constantemente la vibración, y se mantiene gracias a nuestro buenos pensamientos, y nuestras obras para con nosotros y los demás.

Pero lo que mas ayuda a nuestro planeta a estar en tal vibración, es la luz y energía que desprende nuestros cuerpos, por eso es de gran ayuda las cabinas de energía vibracional y los captadores, porque en nuestro vivir día a día, vamos desprendiendo energía allá por donde vayamos y estemos, nuestro cuerpos son grandes baterías emanadoras de energía vibracional, y es todo esto lo que tenéis que iniciar en vuestro planeta, tenéis que preparar vuestros cuerpos para empezar a emitir unas vibraciones mas elevadas de las que tenéis hasta ahora, y cuantas mas personas lo consigan, mas pronto será vuestro cambio, ¿comprendes Oscar?.

– Ya voy comprendiendo algo – dijo Oscar – pero dime Zul, ¿de dónde viene esa energía que capta la pirámide y los captadores?.

– Viene del centro de la galaxia correspondiente al planeta en dicha evolución, por eso estás aquí, porque pronto llegara esa energía a tu mundo, y os tenéis que preparar, porque será muy fuerte, y la pirámide es una especie de aceleración y protección del cuerpo, y es para que no lo paséis tan mal en la transmutación.

Al oír esto, Oscar se asustó y le dijo a ZUL:
– ¿quieres decir que me habéis dado la responsabilidad y el compromiso de llevar una herramienta para la evolución de mi planeta a mi sólo?.

No Oscar, no te asustes, hay muchos como tú, y muchas otras herramientas, pero a ti te ha tocado esta, y la usareis sólo aquellos que deban usarla, no es para todo el mundo, pero no te agobies, que todo lo irás sabiendo a su debido tiempo.
Bueno, ya has visto todo esto, a partir de ahora nos comunicaremos contigo en sueños y te iremos guiando, pero tienes que estar atento a lo que vaya ocurriendo a tu alrededor.

Nosotros seguiremos enseñando más cosas a otros como tú, pero primero tienen que ir al bosque, y desde allí los traeremos aquí y le enseñaremos todo esto como a ti.
Tú ya tienes tarea para rato, procura hacer bien tu trabajo y lo demás vendrá por añadidura.
Tienes una bonita misión, nada menos que contribuir a la evolución de tu mundo, ¿te parece poco?.

Bueno, prepárate que ya nos marchamos a tu planeta, he de dejarte allí.

Oscar, con lagrimas en los ojos, miró a Zul, y le dió un abrazo y le dijo: gracias por todo Zul, sois personas maravillosas, y tenéis un mundo de ensueño, no se como pagarte todo lo que me has enseñado, mi mundo nunca olvidará lo que estáis haciendo por él, no te defraudaré haré todo lo que esté en mi mano por lograr todo lo dicho y cuando llegue a la tierra, empezaré la tarea de reunir a todos los que vamos a poner en marcha esta misión, te vuelvo a dar las gracias y que Dios te bendiga.

Zul, le miró a los ojos y le dijo:
– Tus palabras me llenan de satisfacción, Oscar, veo sinceridad en lo que estas diciendo, y se que cumplirás con tu palabra, porque mira, Oscar, todos somos hermanos en la inmensidad de los universos, y a nosotros nos duele ver como sufren nuestros hermanos pequeños en evolución, por eso os ayudaremos en todo lo que podamos y nos dejen, porque no podemos evolucionar por vosotros, sólo podemos agarraros de la mano un tiempo, hasta que aprendáis a caminar por si solos, ¿comprendes?.

– Si, comprendo, – dijo Oscar – y ahora me dá mucha pena tener que dejarte, Zul, pero tengo que hacerlo, tengo que reunirme con los míos para empezar la árdua tarea.
Bueno, Zul, cuando quieras nos vamos, antes de que me emocione y me ponga a llorar.

Vale, Oscar, vamos para la explanada, y allí nos recogerá la nave.

Una vez llegado a la explanada, se subieron en la nave, y emprendieron viaje hacia la Tierra. Al llegar al bosque, Oscar se despidió de todos los tripulantes, y con lágrimas en los ojos, lo hizo de Zul.

Bajó por el haz de luz, en su mano llevaba la pirámide de acero, con la cual tendría que empezar la odisea, al llegar al árbol donde estaba descansando cuando apareció la nave, volvió a sentarse a meditar todo lo que pasó, y al llevar unos minutos reflexionando, se quedó dormido.

Pasaron varias horas antes de despertarse, y cuando lo hizo, creyó que todo había sido un sueño, y le dio mucha pena; pero cuando se levantó para marcharse, vio en el suelo la pirámide de acero, con gran alegría la tomó en su mano y con lágrimas en los ojos, empezó a sospechar que tal vez todo había ocurrido de verdad, y con gran alegría se encaminó a la ciudad y en su mente estaba la idea de empezar la misión. Pero el olvido ya empezaba a hacer mella en su cabeza, pero en su corazón latía una llama de esperanza, la misma esperanza que pudiera latir en los corazones de aquellos que lean este cuento, la esperanza de que esto sea realidad y que Oscar este en algún lugar, con la pirámide, esperando encontrar a sus compañeros para iniciar la misión, pero sólo en el fondo de nuestros corazones, puede estar la respuesta.

fin

pisadas

De: Alias de MSNMINERO16 (Mensaje original) Enviado: 05/01/2004 10:11

Una noche tuve un sueño.
Soñé que estaba caminando en la playa con el Señor
y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida.
Por cada escena que pasaba percibí que quedaban
dos pares de pisadas en la arena: una era mía, la otra del Señor.

Cuando la última escena de mi vida pasó delante nuestro,
miré hacia atrás, hacia las pisadas de la arena,
y noté que muchas veces en el camino de mi vida
había solo un par de pisadas en la arena.
Noté, también, que eso sucedió en los momentos
más difíciles y angustiosos de mi vivir.

Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor:
“Señor. Tu me dijiste que cuando resolví seguirte,
Tu andarías siempre conmigo todo el camino,
pero noté que durante los peores momentos de mi vivir
había en la arena de los caminos de la vida sólo un par de pisadas.
No comprendo porque Tú me dejaste en las horas que yo más te necesitaba.”
El Señor me respondió:
“Mi querido hijo. Yo te amo y jamás te dejaría
en los momentos de tu sufrimiento.
Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas
fue justamente allí donde yo te cargué en mis brazos.”

Cachorros en  venta

De: MINERO16 (Mensaje original) Enviado: 04/01/2004 12:33
Una historia que nos invita a aceptarnos y amarnos tal como somos

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: “Cachorritos en venta”.
Esta clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando cual era el precio de los perritos.

El dueño contesto que oscilaba entre $30 y $50. El niño metió la mano en su bolsillo, sacó unas monedas y dijo: “Sólo tengo $2.37, ¿puedo verlos?”.

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niño inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba y preguntó que le pasaba.

El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.

El niño se emocionó mucho y exclamó: “¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!”.

Pero el hombre replicó: “No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo”.

El niño entonces se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: “Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo”. “Le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo”.

El hombre insistió contestando: “Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos”.

El niño se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: “Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda”.

El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lagrimas. Sonrió sonrió y dijo: “Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú”.

En la vida no importa quien eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquel que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

Una estrella de esperanza

De: Alias de MSNMINERO16 (Mensaje original) Enviado: 04/01/2004 12:45
Existen millones de estrellas en el cielo. Estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas y azules.
Un dia inquietas, ellas se acercaron a Dios y le dijeron:
Señor Dios, nos gustaria vivir en la Tierra entre los hombres.
Asi sera hecho, respondio el Señor. Las conservare a todas ustedes pequeñitas, como son vistas, para que puedan bajar para la Tierra.
Cuentan que en aquella noche hubo una linda lluvia de estrellas.
Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños y la Tierra quedo maravillosamente iluminada.
Pero con el pasar del tiempo, las estrellas resolvieron abandonar a los hombres y volver para el cielo, dejando la Tierra oscura y triste.
¿Por qué volvieron? Preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo.
Señor, no nos fue posible permanecer en la Tierra. Alla existe Mucha miseria y violencia, mucha maldad, mucha injusticia.
Y el Señor les dijo:
¡Claro! El lugar de ustedes es aqui en el cielo. La Tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que pasa, de aquel que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere, donde nada es perfecto.
El cielo es el lugar de la perfección, de lo inmutable, de lo eterno,
donde nada perece.
Despues que llegaron todas las estrellas y verificando su numero,
Dios hablo de nuevo: ‘Nos esta faltando una estrella. ¿Será que se perdió en el camino?
Un Angel que estaba cerca replicó: No Señor, una estrella resolvio
quedarse entre los hombres. Ella descubrio que su lugar es exactamente donde existe la imperfeccion, donde hay limite, donde las cosas no van bien, donde hay lucha y dolor.
¿Qué estrella es esa? Volvio Dios a preguntar.
Es la Esperanza Señor. La estrella verde. La unica estrella de ese color.
Y cuando miraron para la Tierra, la estrella no estaba sola. La Tierra estaba nuevamente iluminada porque habia una estrella verde en el corazon de cada persona. Porque el unico sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita tener es la Esperanza.
Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe como sera el futuro.

Recibe Amigo en este momento esta estrellita en tu corazon, la esperanza, tu estrella verde. No dejes que ella huya y no permitas que se apague.
Ten certeza que ella iluminara tu camino, se siempre positivo y agradece a Dios por todo.
Se siempre feliz y contagia con tu corazon iluminado a otras personas.

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