Fallas de la Biblia: Errores, contradicciones, incoherencias, absurdos

http://www.freewebs.com/fallasdelabiblia/

Bienvenido
Fallas de la Biblia es una traducción en español de la revista Biblical Errancy, que fue editada e impresa por Dennis McKinsey en Estados Unidos de 1983 a 1998. Es una publicación periódica enfocada en los errores, contradicciones y falacias de la Biblia, al tiempo que da un espacio a los defensores de la fe para que.. bueno, defiendan la fe.

En esta página se ofrecen suficientes pruebas de que la Biblia no es un documento histórico confiable, ni siquiera una guía moral útil para la vida. Pero para hacerlo ni siquiera es necesario recurrir a los hechos demostrados por la ciencia: la Biblia es su propio peor enemigo y aquí lo demostramos. Lo invitamos a examinar nuestros archivos.

Esta página es traducida por Carlos Arturo Serrano. Si tiene comentarios, críticas, aportes o recomendaciones, por favor escríbame. En lo posible, se publicarán aquí y serán contestados.

Qué contiene esta página
Cada número de Fallas de la Biblia incluye:

Una sección de comentario central sobre un tema bíblico específico y su refutación con la ayuda de la misma Biblia.
Ocasionalmente, la reseña de un libro, por lo general de un autor cristiano.
Un espacio de debate.
Cartas que la publicación recibió durante la época de su publicación original, con las respuestas del editor.

Los pueblos indígenas y la búsqueda de su propia identidad

Los pueblos indígenas y la búsqueda de su propia identidad

  1. Introducción

  2. Hipótesis
  3. Los pueblos americanos antes de la invasión
  4. La colonización ibérica
  5. La creación del indio
  6. Pensamiento político de los aborígenes en América latina
  7. La desaparición del indio
  8. Las bases de la indianización americana
  9. La opinión aborigen sobre la conquista
  10. Conclusión
  11. Bibliografía

INTRODUCCION:

“Si a las tribus que invadieron Europa desde el este se los llamó “bárbaros y vándalos”, términos que quedaron en el habla como signos de destrucción, qué es lo que tendría que decirse de los Pizarro, los Almagro, los Pedro de Alvarado, capaces de todas las traiciones, mendacidades, felonías, crímenes signados por la deslealtad, el faltar a la palabra empeñada, el abuso de confianza, la perfidia.

El militar, el cura, el proletariado y el funcionario fueron el cuadriunvirato que exterminó a las civilizaciones y los modus vivendis del continente conquistado y dejó una herencia permanente que significó autoritarismo, atraso, miedo y pecado. Todo lo demás fue rebasado por el mismo continente hollado, como los increíbles vegetales de sus selvas que eran capaces antes, hasta que los gases letales del consumismo de la postrera civilización de los países centrales la redujera y esclavizada, de cubrir ciudades y cultura.” (1)

A través de esta investigación, se tratará por medio de la hipótesis, de demostrar cómo con la invasión del continente, por parte del conquistador europeo, el aborigen se transformó en indio, y hoy es él mismo quien creará al nuevo indígena americano.

La importancia de este problema reside en la comprensión de las luchas que llevan a cabo los movimientos indígenas para lograr mantener su cultura y costumbres sin que el sistema imperialista disfrazado de globalización se lo impida. Para esto, recurren a los valores y virtudes de las antiguas grandes civilizaciones, de las cuales descienden y son legítimos herederos de su legado cultural.

Al llegar el invasor europeo a un continente casi virgen y tomar contacto con los aborígenes que lo habitaban, se inició el proceso de estructuración del indio, primero como ser infrahumano, casi animal, como inferior después (dogma que persiste en la actualidad en la cultura occidental, no así entre los pueblos indígenas).

Ese mismo etnocentrismo llevó al conquistador a negar y esconder el desarrollo, los pensamientos y virtudes de los pueblos y civilizaciones americanas.

En la creación del indio influyó en gran medida la matanza, la esclavitud, la infamia en la que el aborigen vivió en los primeros siglos de la conquista, sumado al colonialismo, al hambre y a la miseria que se sumó después, justificada por la hipocresía y el exacerbado etnocentrismo del capitalismo occidental.

Pero es en la actualidad, cuando el antiguo indio subordinado del imperio mercantil salvacionista primero, y del capitalismo después, está de pie luchando por su dignidad, elevando la figura de sus ancestros, desistiendo de vivir la historia de Europa para reconstruir en forma continua la propia, luchando por demostrar que no son “una raza débil que va extinguiéndose” (2) como opinaba Hegel, sino que sigue existiendo orgullosa y soberbia.

Es así como se construirá al nuevo indio americano, unido a las diferentes etnias a través del panindianismo.

  1. Bayer, Osvaldo. “LA SOMBRA DEL INACAYAL”(fragmento) Artículo diario Clarín, abril 1999.

  2. Colombres, Adolfo. La colonización cultural de la América indígena. Serie antropológica-Ediciones del Sol. Buenos Aires (S.F.)

HIPÓTESIS

Hace quinientos años el europeo crea, dialécticamente, al indio. Hoy es el indio el que se crea a sí mismo, negando a la cultura occidental y reafirmando la propia previa a la invasión de América.

LOS PUEBLOS AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN

Los pueblos que habitaban América antes de la conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agricultura simple o se dedicaban a la caza y la recolección.

Los mayas, aztecas e incas construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicas agrícolas y organizaron estados teocráticos. También inventaron un calendario de 365 días (mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con 200.000 habitantes.

Hasta la invasión, los aborígenes se aseguraban los alimentos y los bienes necesarios para vivir a través de relaciones de reciprocidad y redistribución. La primera, consistía en la práctica de la solidaridad y ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la redistribución, consistía en el cobro de fuertes tributos en productos y en trabajo que eran contabilizados para determinar en que zonas sobraban o faltaban alimentos para luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas. Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos aborígenes americanos.

LA COLONIZACIÓN IBERICA

Al llegar el invasor ibérico con toda su maquinaria bélica y su ideología despectiva de pseudosuperioridad, comienza a construir al “indio” como ser inferior, bárbaro.

Por lo general, antes de la conquista de América, el conquistador hacía suya la cultura del conquistado, al mismo tiempo que enriquecía la de éste. Todo lo contrario ocurrió en América, el conquistador y el conquistado se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de sintetizar. El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como “demoníaca”.

Los europeos no pudieron desarraigar la cultura aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses y otras expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó otra estrategia: la cristianización.

Los ibéricos intentaron buscar una justificación filosófica y moral para la conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: “Algunos seres desde el momento en que nacen, están destinados, uno a obedecer y otros a mandar”. Según esta visión, no todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza.

Aristóteles afirmaba: “La naturaleza… hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos duros”. O sea, que los indios sabían hacer, estaban capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo debía decir era el europeo.

Ante todo esto, la iglesia católica creía que los errores paganos debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con la conversión forzada de los indios, mientras que otros como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la persuasión como único medio para la evangelización. Pero nadie reconoció en aquella época el derecho de los indígenas a mantener su propia religión.

Juan Guinés de Sepúlveda decía que los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya que viven fuera de la “ley natural”, debido a su comportamiento. Dicha ley establece que lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta superioridad de los españoles será el derecho a dominar y a conquistar al indígena.

Sepúlveda también afirmaba que los aborígenes estaban mucho más abajo que lo humano, cercano a lo animal. Decía que eran débiles, cobardes, tímidos y carecían de virtud.

Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas, que creía que, si bien el indio era débil, también era un hombre y como tal, ante los ojos de Dios, era igual que un español, por lo cual este último debía cuidarlo y educarlo.

Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en América fue un verdadero genocidio seguido de un fuerte etnocidio, muy importante para la construcción del indio como ser inferior.

Es relevante tener en cuenta que en 1.492, la cultura ibérica no era necesariamente moderna y racionalista, ni tampoco quienes manejaban el aparato colonizador; ni los invasores, eran precisamente una luminaria, sino más bien, estaban influenciados por la religión y la intolerancia que se desprendía de ésta, debido a lo cual sólo podían mirar a los indios a través de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser convertidos a la religión verdadera, pero a cambio de su oro y sus tierras. En caso de la más mínima resistencia se recurría a la violencia.

Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que los conquistadores justificaban a través de la religión la explotación, la esclavitud y los malos tratos.

Toda esta violencia y esta masacre terminó por convertir a los aborígenes en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y el poder, sino también por una construcción de los indios por los españoles, como seres inferiores, a medio camino entre lo humano y lo animal, como pregonaba Sepúlveda.

LA CREACIÓN DEL INDIO

A lo largo de 500 años de conjunción con agentes culturales europeos, los pueblos americanos resultaron profundamente afectados, sus sociedades fueron remoldeadas desde la base, se vio alterada su composición étnica y degradada su cultura. De esta forma, se logró la transformación de una multiplicidad de pueblos autónomos, poseedores de tradiciones auténticas en unas pocas sociedades de cultura alienada.

Los europeos al invadir América introdujeron una carga de conceptos y preconceptos (algunos ya mencionados) referidos a sí mismos y a los demás pueblos. Estos últimos, además de perder su riqueza (acumulada por siglos) y de convertirse en mano de obra esclava, sufrieron la degradación de asumir como imagen propia la visión despectiva de los europeos que los consideraban racialmente inferiores. A través de esta visión, se explicaba el atraso de los pueblos indígenas derivando de sus características innatas como la pereza, la falta de ambición, etc.

Estos son los motivos por los cuales los aborígenes se acostumbraron a verse a sí mismos como pueblos infrahumanos destinados a un papel subalterno, debido, según los europeos, a la pérdida de virtudes resultante del mestizaje, al clima tropical, etc.

De esta forma, el invasor colonialista impone su dominio y a la vez se autodignifica degradando la imagen étnica del aborigen.

La iglesia católica del imperio salvacionista ibérico tuvo gran relevancia en la construcción del indio como ente cultural alienado, ya que la religión cristiana se mezcla en él con creencias africanas y aborígenes, formando cultos sincréticos. Estos llenaban satisfactoriamente su cometido de dar a conocer al indígena la gloria de la vida eterna ultraterrena, para consolarlo ante la miseria de su destino terreno y a la vez justificar el dominio europeo, induciéndolos a una actitud pasiva y resignada.

Todas estas justificaciones de la dominación colonial y cultural constituyen la más pesada herencia dejada por la civilización occidental y cristiana a los pueblos conquistados. Actuaron en conjunto como cristales deformadores que le han impedido a estos pueblos crear una imagen auténtica del mundo y una visión genuina de sí mismos.

PENSAMIENTO POLÍTICO DE LOS ABORIGENES EN AMERICA LATINA

En la actualidad, los aborígenes luchan por rescatar su identidad y darse a conocer al mundo. Para esto, forman organizaciones políticas que se autodenominan indias o indígenas, o bien adoptan el nombre del grupo étnico al que representan. Todos estos grupos pregonan una identificación pan-india opuesta a occidente y a las políticas indigenistas de los gobiernos latinoamericanos, ya que éstos tienen como objetivo la integración de los indios en un modelo de estado nacional napoleónico, que no refleja el carácter pluriétnico de las sociedades englobadas en él. Por lo tanto, estas tentativas integradoras responden a la necesidad capitalista de consolidar y ampliar el mercado interno.

El Movimiento Indigenista Latinoamericano se crea en 1.940 con la realización del primer Congreso Indigenista Interamericano. En él, se reconoce la existencia del pluralismo étnico y la necesidad consecuente de políticas especiales para los pueblos indígenas. Éstas deben tender a la incorporación integral de los indígenas en la vida nacional y estimular el desarrollo de las culturas indias.

Existe también otro indigenismo, el practicado por las iglesias. Éste es rechazado por los auténticos grupos indigenistas, ya que la esencia misma del trabajo evangelizador ha sido siempre etnocida. Esto sin considerar el papel que históricamente han desempeñado las iglesias en América latina, como arma no siempre espiritual de la conquista, como garante del sometimiento de los colonizados y como aliada de las clases dominantes. Con esto, no se quiere decir que rechaza el cristianismo, todo lo contrario, sino que no acepta su autopostulación, como portavoz de las culturas indígenas.

LA DESAPARICIÓN DEL INDIO

El indio surge ( como ya fue mencionado antes) con la llegada del europeo a América, antes no había indios, sino pueblos diversos con identidades propias. Al indio lo crean los occidentales, como ser diferente e inferior.

Los pueblos aborígenes (atrasados), son elegidos para ingresar al progreso quemando etapas, gracias a que otro pueblo más avanzado logra enderezarles el rumbo.

La categoría de indios es supraétnica, es decir, no hace referencia de la diversidad de pueblos que quedan englobados bajo esa expresión. La política india actual es paniandianista, trata de estructurar a toda la población indígena. La base de esto es el reconocimiento de su condición común de colonizados, que comparten por encima de las diferencias étnicas. Éste es el fundamento del proyecto de indianidad, que, dialécticamente, se cumplirá con la desaparición del indio. Esto último será el resultado de la desaparición del estado colonial y cuya consecuencia será el resurgimiento de todas las etnias.

La perduración de los grupos étnicos se basan sobre dos factores fundamentales: el lenguaje común (que es el pensamiento según el cual se organiza la comprensión del mundo) y el modo de consumo (prolongación de las características étnicas ancladas en lo cotidiano).

La cotidianidad permite crear y reproducir un modo distinto de vida en lo cotidiano. Existen hábitos sociales en los que las relaciones, los contenidos y los significados culturales resultan compartidos. La familia, las actividades hogareñas, etc. encuentran entre las instancias institucionalizadas que permiten una práctica cotidiana diferenciada y hacen posible la permanencia de la identidad étnica.

LAS BASES DE LA INDIANIZACION AMERICANA

El pensamiento político indio está en oposición a la civilización occidental. Hace legítimo el pensamiento propio y no el occidental. Por lo tanto, no hay hi hubo conquista, sino invasión. El indio ha resistido y luchado contra el europeo, y aún sigue en pie, lo cual demuestra que no ha sido conquistado.

El mestizaje sufrido no conduce a una nueva cultura, ni es fusión. Las únicas auténticas son las que encarnan los pueblos, lo demás es occidente.

La civilización occidental es colonialista e imperialista. América tiene la suya, que es legítima, y se opone globalmente a occidente debido a su dominio neocolonial.

Todos los pueblos indios participan de ella. La diversidad de culturas y lenguas no impide la unidad civilizatoria.

Quienes afirman que las diferencias étnicas dividen, lo hacen como estrategia de dominio, a favor de la neocolonización occidental. Ante esto, las políticas indigenistas tratan de demostrar la existencia de una única y diferente civilización india, logrando una unión panindígena.

Para alcanzar este objetivo, es relevante la descolonización de la historia, ya que ésta ha sido escrita y enseñada por el colonizador. Pero existe otra, la del indio, que es al revés; los héroes de la primera son los villanos de ésta, sus méritos son su oprobio.

Si la historia oficial ha sido parte de la justificación de la dominación, ésta deberá colaborar con la liberación.

Se aprende a ser indio si se conoce la verdad de lo que ocurrió en América. Aún los desindianizados pueden encontrar su lado aborigen si se adentran en estos hechos y rechazan los relatados por occidente, postulados como historia oficial o universal, en la cual se menosprecia y distorsiona a la civilización india.

Esto se debe a que el colonizador ha querido ocultar la grandeza de las culturas indias pasadas y actuales, debido a que la superioridad de éstas no se aprecia según las escalas de los valores occidentales, que privilegian lo material por sobre lo humano. La inferioridad que se le atribuye a éstos se basa en lo moral y ético.

La vida india contemporánea se presenta, en su mundo comunal, llena de valores profundos como el amor, la honradez, el respeto y la solidaridad. Según éstos, la organización productiva y la tecnología aborigen son superiores a las accidentales, si se compara su utilidad ética, y no sólo su productividad.

Gracias a estas virtudes, las políticas indígenas no hacen discriminación, sino que trata de incorporar a la civilización india al mestizo y al blanco, a través de un proyecto de indianización opuesto al utilizado por el europeo 500 años atrás.

Además de la creación de su nueva identidad, los pueblos indios americanos deben luchar contra otras miserias como la pobreza, el hambre y demás yugos que impone el imperialismo globalizado de occidente. Quizás, una posible solución sería plantearse su propia modernidad, que como señala Adolfo Colombres estaría dada por distinguirse de la clase dominante, y podría ser definida como “periférica”.

LA OPINIÓN ABORIGEN SOBRE LA CONQUISTA

“El Consejo Internacional Independiente Emancipación e Identidad DE América Latina 1492-1992, reunido en sesión de trabajo en la ciudad de México los días 5 y 6 de enero de 1991 declara”:

          o Que el 12 de octubre de 1942, que según la visión eurocentrista esta considerado como descubrimiento y encuentro entre dos mundos, implico el inicio de uno de los mayores genocidios, pillajes y saqueos de la historia humana, y que la pretensión de celebrar su V centenario constituye un acto de arrogancia y desprecio frente a los pueblos del tercer mundo.

          o Que estos mecanismos persisten hoy en la división de la humanidad conocida como primer mundo y tercer mundo. En este ultimo, el 85 % de la especie humana esta obligada a trabajar para el bienestar del 15% restante.” ( 3 )

( 3 ) Rigoberta Menchu, Noam Chomsky, etc. “DECLARACIÓN DE MÉXICO” (fragmento) MÉXICO 1991.

CONCLUSIÓN

“Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestro dioses velaban por nosotros.

No había enfermedades entonces, no había pecado entonces, no había dolores de huesos. No había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho. No había enflaquecimientos. Sanos vivíamos.

Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos. Pero ese tiempo acabo, desde que ellos llegaron con su odio pestilentes y su nuevo dios y sus horrorosos perros de caza, sus sanguinarios perros de guerra de ojos extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.

Bajaron de sus barcos de hierro: sus cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y sus cabellos amarillos y la ambición y el engaño y la traición y nuestro dolor de siglos reflejados en sus ojos inquietos, nada quedo en pie, todo lo quemaron, todo lo arrasaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de los nuestros cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde como ejemplo de lo que fueron algunas de las mas grandes culturas del mundo, que se propague y arda en una llama enorme y alumbre por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así que se sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear el oro, la plata y la tierra. De cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con terribles castigos, como si pudiera haber castigo mayor, que el de haberlos confundido con nuestros propios dioses y dejarlos que entraran en nuestras casas y templos y valles y montañas.

Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer todavía peleamos por nuestra propia identidad.” ( 4 ).

Antes de la invasión, el continente americano era habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las castas sociales. A estas personas que habitaron miles de años estas tierras, sin tener ningún tipo de contacto con el hombre blanco en todo este tiempo (salvo tal vez algunas incursiones vikingas en Norteamérica) se los conoce como aborígenes.

Ahora bien, si previamente a la conquista existieron seres humanos capaces de organizarse en ciudades-estados teocráticos y crear calendarios y alfabetos, no se explica la concepción del aborigen acuñada por los europeos; sino a través de una óptica religiosa intolerante, en conjunto con el verdadero móvil de la invasión, que no fue otro que la ambición, convirtiéndose el primero en justificación del segundo.

Es así como el conquistador, al expandir por América su verdadera y absoluta religión, junto con sus sistemas cuasifeudales y esclavizantes, impulsado por la codicia desmoralizada de la cual está impregnada la invasión de América, produce una transmutación en el aborigen, cuyo resultado es el indio, un ser inferior e infrahumano.

En esta metamorfosis sufrida por el ser autóctono americano, tuvieron gran relevancia las masacres y las enfermedades que diezmaron la población, además de las creencias religiosas que los inducía a una vida pacífica y resignada.

Pero el invasor no se conformó con degradar al aborigen a un plano casi animal , sino que su exacerbado etnocentrismo lo llevó también a envilecer la cultural autóctona por medio del etnocidio y la deculturación.

Hoy, 500 años después, el indio es conciente de lo que le ocurre a sí mismo y a sus hermanos en toda América; se da cuenta del lugar que ocupa en la sociedad occidental y del concepto de sí mismo que esta cultura etnocéntrica le impone. Él conoce de discriminación, violencia y miseria más que nadie; sabe del peso de creerse inferior.

Pero es en la actualidad cuando comienza a reencontrarse con sus raíces, comienza a rechazar la universalidad de la historia europea para creer en la propia, callada por varios siglos. Es precisamente en ésta, junto con la cotidianidad de sus costumbres y la repetición de sus ritos ancestrales, en donde reside la base de la nueva identidad india. Ésta, ya no será de pseudoinferioridad, sino que se basará en una escala de valores propia de su cultura, que es la continuación de la aborigen previa a la invasión.

Finalmente, el europeo transforma al aborigen (un ser humano pensante, racional, con un patrón cultural propio) en un ente casi animal, sin capacidad de pensar y gobernado por instintos viles, que no es otro que el indio. Esta concepción, que tilda a los pueblos americanos autóctonos de inferiores, perduró casi cinco siglos en la mente de todos los pueblos, y es en la actualidad cuando el indio se reconoce como igual, ve en su historia una continuidad que no ha sido interrumpida por la invasión y gracias a eso, es que puede rescatar parte de su antigua identidad cultural para conformar la nueva.

( 4 ) Editorial “LA MORALEJA”. Octubre 1997

BIBLIOGRAFÍA

* Bayer, Osvaldo “LA SOMBRA DEL INACAYAL” (fragmento) articulo Diario “Clarín”, Abril 1999.

    * Bonfil Batalla, Guillermo “UTOPIA Y REVOLUCION” (fotocopia de la catedra “Historia Americana” del profesor Hugo Nalli)
    * Chomsky, Noam “NOAM CHOMSKY HABLA DE AMERICA” Editorial 21, México 1998.
    * Colombres, Adolfo “AMERICA LATINA: EL DESAFIO DEL TERCER MILENIO” Ediciones del sol, Buenos aires 1993.
    * Colombres, Adolfo “COLONIZACIÓN CULTURAL DE AMERICA LATINA” Ediciones del Sol, Buenos Aires 1987.
    * Colombres, Adolfo “LA HORA DEL BARBARO” Ediciones del Sol, Buenos Aires 1996.
    * Colombres, Adolfo “LA MODERNIDAD PERIFERICA” Diario Clarín 12 de octubre 1991.
    * Ditmer, K. “ETNOLOGÍA GENERAL” Editorial F.C.E, México 1985.
    * “EL DESAFIO AMERICANO” Edityorial del diario Clarín 15 de octubre de 1992.
    * Galeano, Eduardo “Diario Pagina 12” 10 de octubre 1992
    * Herskovits J., Melville “EL HOMBRE Y LA CULTURA” Editorial F.C.E. Mexico1984.
    * Ibáñez larrain, Jorge “MODERNIDAD, RAZON E IDENTIDAD AMERICANA” Editorial Andres Bello, Chile 1996.
    * “LA MORALEJA”, Editorial La Moraleja Octubre 1997.
    * Menchu, Rigoberta ; Chomsky, Noam; etc. “DECLARACIÓN DE MÉXICO” (fragmento), México 1991.
    * Menchu, Rigoberta “QUIEN ESCUCHA A LOS INDÍGENAS” Diario Clarín 23 de julio 2001.
    * Romero, Jose Luis “SITUACIONESD E IDEOLOGÍAS EN AMERICA LATINA” editorial Sudamericana, Argentina 1986.
    * Zea, Leopoldo “FILOSOFIA DE LA HISTORIA AMERICANA” Editorial F.C.E, México 1987.

TRABAJO REALIZADO POR:

MARCELO GALAZ

AVELLANEDA-SANTA FE-ARGENTINA

galazmarcelo14[arroba]hotmail.com

mgalaz13[arroba]yahoo.com.ar

¿Qué se entiende por comunidad indígena? -2934

2.- ¿Qué se entiende por comunidad indígena?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

La de “comunidad” es quizás la categoría más usada por la antropología para referirse a la estructura social básica, suprafamiliar, de los pueblos indígenas. La historia del concepto da cuenta de una amplia y quizás no concluida polémica, en la que a la diversidad de posiciones de antropólogos y sociólogos se suman las nuevas acepciones que reviste el término cuando ingresa en los discursos jurídico y político. Parte de la ambigüedad o de la polisemia de la expresión proviene también del hecho de que frecuentemente “comunidad” ha sido usada como sinónimo de “localidad” (como unidad demográfico-territorial), “pueblo”, “paraje” e incluso de “población indígena”. En no pocos textos del indigenismo se habla frecuentemente de la “comunidad indígena” y la “comunidad nacional” mestiza.

En México, la caracterización de la comunidad indígena está indisolublemente ligada al enfoque que derivó de la profusión de estudios de comunidad llevados a cabo a partir de 1930, tendencia inaugurada por la célebre monografía de Robert Redfield sobre Tepoztlán y, sobre todo, “cuando aparecieron las obras de Redfield y Villa Rojas sobre los mayas de Yucatán, la de Taylor sobre los blancos de Arandas, la de Elsie Clew Parsons sobre los zapoteca de Mitla y la de Spicer sobre los yaqui de Arizona; la marea, sin embargo, subió considerablemente durante la década siguiente. Realizaron trabajo de campo y publicaron monografías sobre comunidades -popoluca, mije, tarasca, tzeltal, tzotzil, nahua, totonaca, mestiza-Foster, Beals,Cámara, Ospina, Calixta Guiteras, Corona Núñez, Pozas, Carrasco, Palerm, Isabel Kelly, Brand, de la Fuente y, finalmente, Lewis, a quien tocó cerrar el ciclo con su reestudio de Tepoztlán. (…) Por este camino, la comunidad pasó a convertirse no sólo en la unidad espacial, social y cultural más adecuada para observar y conocer al indio sino, además, en la unidad capaz de definirlo.” (AGUIRRE BELTRÁN, 1990: 290-291. El subrayado es nuestro, C. Z. y E. Z. M.)

Respecto de la existencia histórica de la comunidad india, Héctor Díaz-Polanco señala que ésta “había existido antes del régimen colonial”; sin embargo, “uno de los resultados más notables del proceso de dominación ¡colonial fue la creación de la comunidad como núcleo sociocultural en el que encontraron abrigo las nuevas y múltiples identidades conformadas a lo largo de tres siglos. Las congregaciones y reducciones dieron lugar a ‘los pueblos de indios’, jurídicamente concebidoscomo repúblicas de indios. El cambio correspondía a un vasto proyecto de redefinición de espacios y reubicación de lapoblación que, si bien aseguraba el control social, político y económico sobre los grupos subordinados, dio lugar al mismo tiempo a una entidad inédita: la comunidad india. (…) Se debe advertir que las comunidades étnicas de hoy no constituyen meras reminiscencias del pasado ni ruinas prehispánicas, pues a lo largo del proceso colonial continuaron evolucionando, y durante la vida independiente han ido experimentando graduales adaptaciones que las hacen entidades enteramente contemporáneas.Es indiscutible su estrecha articulación con las sociedades nacionales en las que quedaron incluidas. Pero al mismo tiempo estas comunidades son, frente al entorno nacional, formas de organización alternativa, sustento de unos modos de vida particulares y el santuario en el que las identidades étnicas dinámicas y vivas se desenvuelven, haciendo viable la existencia de millones de seres humanos.” (DÍAZ-POLANCO, 1995: 236-237)

En buena medida, el modelo de comunidad caracterizado y definido por el indigenismo y la antropología se ajusta a los rasgos de las poblaciones mesoamericanas, en general, y de los nahuas, mayas, mayances y mixtecos, en particular, aun cuando se reconozca que existen excepciones significativas. “La comunidad indígena está compuesta por una base biológica y una base territorial mantenidas en relación indisoluble por los instrumentos integrativos que suministra la cultura. La célula o unidad mínima de esta base biológica está constituida por la familia nuclear; la célula o unidad territorial menor está formada por la parcela familiar o tlamilpa. En ellas se encuentran los gérmenes de la estructura social de la comunidad que no es otra cosa que una familia extensísima que ocupa un más o menos dilatado territorio.” Aguirre Beltrán y Pozas Arciniega -a quienes pertenece la cita anterior- analizan la estructura de la comunidad como una progresión que incluye:

    *
      La familia nuclear como “unidad funcional que, por la división del trabajo, la cooperación económica yla mutua dependencia, por el intercambio de afectos y lealtades, obligaciones y derechos, y por la participación ritual en creencias y prácticas religiosas, liga a un grupo menor de personas en un sistema de seguridad estable y coherente.”

    *
      La familia extensa, constituida por una “agrupación de familias nucleares”.(…) “La familia extensa se halla compuesta por el padre, la madre, los hijos, las esposas de éstos y su prole. Es frecuente, sin embargo, que a este agregado se unan también parientes no consanguíneos, afines o rituales, tales como cuñados, ahijados, etc. y, en ocasiones, individuos, huérfanos o inválidos, sin ninguna relación parental con el jefe de familia. (…)La familia extensa tiene como funciones visibles más importantes las expresadas por el trabajo cooperativo y por el culto familiar. (…) La importancia ceremonial de la familia extensa es tan grande como su función económica.”

    *
      El linaje, constituido por “la unión de un número variable de familias extensas, ligadas por la pretensión real o supuesta de descender de un ancestro común manifestada en la posesión de un apellido indígena igual. (…) Los miembros de un linaje residen en un territorio más o menos estrecho que consideran de su estricta pertenencia por tener derechos de ocupación ancestrales expresados por la existencia de un calvario donde reposan los usufructuarios originales y verdaderos dueños de la tierra. El territorio recibe generalmente el nombre de paraje y si bien es cierto que en épocas remotas linaje y paraje eran términos que se confundían, elementos de desorganización del viejo sistema consanguíneo han roto ental forma la ecuación que, en la actualidad, cuenta tanto el parentesco como la residencia.(…) En el paraje aparece por primera vez una autoridad institucionalizada que regula las relaciones de miembros emparentados y no emparentados que disfrutan de unaresidencia común y del goce de tierras y servicios privativos del linaje. Esta autoridad está personificada en el principaldel paraje, sujeto que representa al grupo en sus negocios con otros parajes, con el calpul y con el pueblo. El parajetiene una importancia social de gran significación. Es el grupo primario que ofrece tipos de satisfacciones que no puede darni la familia nuclear, ni la familia extensa. Las oportunidades de seguridad, soporte y asistencia, cooperación económica, gratificaciones en la lucha por la adquisición de prestigio, status y poder, son numerosas. Las relaciones personales favorecen la cohesión del grupo y le permiten actuar como unidad en los impulsos colectivos, en la manifestación de opiniones, en la agresión y en la defensa. (…) Las familias agrupadas en parajes, al actuar como unidades sociales primarias, toman una fuerza tal en sus decisiones que no es posible ignorarlas cuando se implantan programas de acción gubernamental.”

    *
      El clan, calpul o barrio. “A medida que se dilatan y combinan las agrupaciones sociales en la estructura de la comunidad indígena, las relaciones de parentesco pierden su carácter preminente y dan alcance y valor trascendente alas relaciones que derivan de la estrecha ligadura que guarda el hombre indígena con la tierra que lo sustenta.” Sólo en algunos grupo indígenas es posible encontrar una estructura clánica típica. “El clan, o clan geográfico como justamente lo llama Thompson, recibe generalmente la designación de calpul, vocablo que los españoles tempranamente tradujeron por barrio.(…) El número de linajes o parajes que integran un calpul o barrio es muy variable”; el barrio casi siempre lleva el nombre de un santo seguido a veces por un locativo indígena, y en él “la membresía se adquiere por herencia y por residencia, más por la primera que por la última. (…) La función eminente del barrio o calpul debe buscarse en la organización política (ayuntamiento regional), en la organización religiosa (mayordomías) y en la organización del trabajo cooperativo (tequio).

    *
      El pueblo. “Un calpul, en ocasiones da origen por sí solo a una comunidad; sin embargo, es más frecuente que ésta se forme por dos o más barrios-clanes integrados en una unidad endogámica. Aunque esta característica es importante, no basta para dar forma, contenido, uso y función de la comunidad indígena. Ésta recibe, de los propios indígenas, la denominación de pueblo.(…) En la estructura del pueblo indígena no existe una marcada estratificación social (…), es una unidad cooperativa de producción autosuficiente (…), constituye una entidad cultural autónoma con lengua propia o, cuando menos, con un dialecto o variación dialectal suficiente para distinguirlo de las comunidades vecinas (…), forma una unidad política independiente, con autoridades privativas organizadas conforme a un patrón propio, que funciona sub-rosa respecto a la constitución política nacional (…), posee pautas, normas y reglas particulares que regulan la conducta y la vida social (…); para mantener el control social, el pueblo utiliza, fundamentalmente, los instrumentos de integración que le suministran las prácticas y creencias mágico-religiosas que satisfacen las necesidades de expresión de los sentimientos colectivos y que se exteriorizan, en la cúspide de la pirámide ritual, en el culto que rinde a un santo-dios local. Para sustentar la cohesión social, el pueblo indígena pone en juego dos fuerzas de signo distinto. Por una parte crea un sistema de seguridad, basado en las ligas familiares, en la cooperación económica y en la mutua asistencia, constituido mediante el desarrollo de esos sentimientos colectivos de solidaridad, lealtad y sacrificio comprendidos en el expresivo término de esprit de corps. Por otra parte estimula sentimiento antagónicos y una conducta hostil hacia las comunidades vecinas a través de la exaltación de lo propio y el desprecio de lo extraño, fenómeno técnicamente conocido por etnocentrismo, que ha dado origen a rivalidades sangrientas y a feudos interminables. Para perpetuar estos rasgos y, en lo general, la cultura o sub-cultura privativa, el pueblo indígena hace uso del proceso educativo al que impone métodos, personal y contenido propios que conducen inexorablemente a crear en el futuro miembro del grupo la personalidad particularmente valiosa para los fines de la supervivencia biológica y de la continuidad y perseverancia de las formas de vida de la comunidad.” (AGUIRRE BELTRÁN y POZAS ARCINIEGA, 1981:26-46)

Publicado hace medio siglo (la primera edición es de 1954), el texto de Aguirre Beltrán y Pozas Arciniega sigue siendo un punto de referencia obligado de numerosos estudios que adhieren, rechazan o matizan las características de la comunidad indígena propuestas por los autores. Arturo Warman alude persistentemente a la comunidad indígena al analizar el complejo proceso de formación de las identidades, los cambios históricos que se registran desde la estructura de los señoríos prehispánicos hasta la lucha por la municipalización actual, la influencia de la migración, la persistencia (pero también los cambios) de los sistemas de cargos, el papel de los partidos políticos o de la educación, y un sinnúmero de factores que afectaron de diversa manera a la comunidad indígena: “La mayoría de los indígenas mexicanos finca su identidad étnica primaria en su comunidad. En primera instancia, por eso primaria, se identifican como de un poblado preciso que se considera no sólo como una localidad geográfica sino como una comunidad humana. Ésta se entiende como un grupo endogámico dentro del que se forman nuevos hogares, que comparte vecindad en un territorio, medio natural, lengua, cultura y raíz. La comunidad es una organización más amplia que la familia o parentela para la protección e identificación, con un nombre propio, casi siempre el de un santo patrón católico con un topónimo en lengua indígena. La comunidad se establece como frontera entre el nosotros y los demás, dentro de la cual coinciden y se integran diversos factores de identidad. La afirmación no es universal; hay otras formas excepcionales de fincar la identidad étnica primaria, pero la comunidad es abrumadoramente mayoritaria en el caso de México.(…) En la práctica social cada comunidad está autocontenida, rodeada de pares con las que compite por recursos y relaciones que contienen conflictos actuales o potenciales. Las comunidades se vinculan estrechamente y una por una, como triángulos sin base, con una comunidad ladina dominante. Esta liga vertical no se basa en lo común sino en lo distinto y complementario, en el contraste y desigualdad entre identidades. Las autoridades y otras instituciones formales o tradicionales de la comunidad delimitan las fronteras de la organización étnica. La comunidad como organización social selecciona los rasgos culturales que se adoptan como distintivos de la identidad: las fiestas, danzas o representaciones, el uso y giros del idioma, el traje y adorno característico y hasta el conflicto con otras comunidades; en fin, el conjunto de signos que sirve de estandarte a la etnia o colectividad orgánica.” (WARMAN, 2003: 19-20) Al analizar críticamente el concepto de “pueblo”, en general, y de “pueblo indígena” en particular, Warman sostiene: “La organización mayoritaria de los indígenas mexicanos es comunal y no existen instituciones tradicionales permanentes y representativas que los agrupen más allá de ese nivel.” (Ibid.: 281)

Este último hecho señalado por Warman está en la base de aquellas posiciones que señalan a la comunidad indígena como el espacio en donde no sólo se manifiesta plenamente la identidad indígena, sino también el vínculo esencial con la tierra y la territorialidad (como espacio material, pero también simbólico o sagrado), las expresiones más definidas de las culturas indígenas, las lenguas o las fiestas, y, desde el punto de vista político, en donde se encuentran los mecanismos esenciales de la auténtica representatividad. No es casual que algunos juristas y líderes indígenas hayan propuesto el reconocimiento de la comunidad como un “cuarto piso”, un cuarto nivel de representatividad y gobierno, por debajo del municipal, el estatal y el federal.

A propósito de la revisión y revaloración de la comunidad, resulta pertinente la observación de Díaz-Polanco en el sentido de que: “A menudo se advierte que las costumbres y lenguas, ideas y concepciones, vestidos y viviendas, instrumentos y utensilios, etc., de las etnias indígenas constituyen parte de un patrimonio cultural que debe preservarse; pero menos frecuentemente se acepta que la organización comunal misma es el principal patrimonio a considerar. Incluso todavía está muy extendido el criterio de que los ‘rasgos’ culturales de las etnias, o al menos algunos de ellos, merecen ser conservados, pero sin que se mantenga la organización comunal, la cual es asociada inmediatamente con lo atrasado, lo anacrónico y lo socialmente ineficiente.” (DÍAZ-POLANCO, 1995: 236. El subrayado en nuestro: C. Z y E. Z. M.)

Floriberto Díaz Gómez, quizás el más importante pensador indígena de fines del siglo pasado, muerto en plena madurez creativa, señala: “¿Qué es una comunidad para nosotros? Tenemos que decir de entrada que se trata de un concepto que no es indígena, pero que es el que más se acerca a lo que queremos decir. No se trata de una definición en abstracto, por eso más bien se señalan elementos que constituyen una comunidad concreta.

“Cualquier comunidad indígena tiene los siguientes elementos: 1) un espacio territorial, demarcado y definido por la posesión; 2) una historia común, que circula de boca en boca y de una generación a otra; 3) una variante de la lengua del pueblo, a partir de la cual identificamos nuestro idioma común; 4) una organización que define lo político, cultural, social, civil, económico y religioso, y 5) un sistema comunitario de procuración y administración de justicia.

“Cualquier antropólogo o sociólogo sabe perfectamente que desde una perspectiva teórica especializada, se trata de las características de un Estado-nación en su acepción occidental. El asunto es que a los indígenas no nos interesa tanto constituir Estados-nación en los términos modernos.

“El entendimiento aritmético de una comunidad es propio de los occidentales. En cambio, la concepción geométrica pertenece a la comunidad, explicada en cada una de las lenguas indígenas. Es decir, no se entiende una comunidad indígena solamente como un conjunto de casas con personas, sino como conjunto de personas con historia pasada, presente y futura, que no sólo se pueden definir concreta y físicamente, sino también espiritualmente en relación con la Naturaleza toda.

“En una comunidad, entonces, se establece una serie de relaciones, primero entre las personas (pueblo) y el espacio y, en segundo término, entre unas y otras personas. Para estas relaciones existen reglas, interpretadas a partir de la propia naturaleza, y definidas con las experiencias de las generaciones de personas.” (DÍAZ GÓMEZ, 2001a).

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a partir de las reformas del año 2001, define a la comunidad indígena en los siguientes términos:

ARTÍCULO 2°.-
“Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.”

Como a otros aspectos de la reforma constitucional, a éste se le han formulado varias objeciones. “Una primera cuestión que se debería dilucidar -señala López Bárcenas- es si es correcto incluir a las comunidades indígenas como sujetos de derecho junto a los pueblos indígenas, pues entre ambos existe una relación de generalidad a particularidad, donde la comunidad queda incluida dentro del pueblo y éste se estructura basándose en aquélla. Reconocerle personalidad similar a ambas puede llevar a situaciones donde las comunidades se nieguen a formar parte de los pueblos y entonces estos queden desmembrados o divididos y sin poder reconstituirse. Lo mejor hubiera sido, como se verá más adelante, dotar al primero de la titularidad del derecho y a la segunda como sujeto de derecho público, pero como parte integrante de aquél.

“Más allá de eso, como en el caso de los pueblos indígenas, la norma no define lo que debe entenderse por comunidad, sólo proporciona las características mínimas que éstas deben reunir. Entre otras, exige que integren conglomerados humanos que se adscriban a un pueblo indígena, que formen una unidad social económica y cultural, que se asienten en un territorio y que reconozcan autoridades propias de acuerdo a sus usos y costumbres. Aunque una lectura rápida de esta norma nos puede dar una idea general de lo que ahí se entiende por comunidad indígena, en la realidad puede presentar serias insuficiencias porque en la actualidad no todos los miembros de una comunidad reúnen esas características. Es el caso de las comunidades de migrantes que no forman una unidad social ni habitan un solo territorio, aunque sí se adscriben a comunidades específicas y éstas los reconocen como parte de ellas, cumplen sus obligaciones y gozan de sus derechos, aunque se encuentren distantes. En otro aspecto, que reconozcan autoridades propias de acuerdo a sus usos y costumbres no es una expresión afortunada, bastaría con que se dijera que reconozcan autoridades propias, sin sujetarlas a que las elijan de acuerdo a sus usos y costumbres, pues en la actualidad la vida de las comunidades es dinámica y con esta expresión se les estaría condenando a ser siempre estáticas.” (LÓPEZ BÁRCENAS, 2002: 57-58)

4.- ¿Qué nombres reciben y cómo se denominan a sí mismos los pueblos indígenas?-2933

4.- ¿Qué nombres reciben y cómo se denominan a sí mismos los pueblos indígenas que habitan en nuestro país?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

Muchos de los nombres con los que frecuentemente se denomina a los diversos pueblos indígenas de México difieren de los que esos mismos pueblos emplean para identificarse (lo que aquí llamamos “etnónimos”). Se trata de un fenómeno iniciado antes de la conquista española: por ejemplo, algunas de las denominaciones tuvieron su origen en los siglos XIV y XV a raíz de la expansión mexica -pueblo de lengua náhuatl- que dominó gran parte del territorio mesoamericano. El término “chontal”, empleado aún hoy para designar a dos pueblos indígenas diferentes de Tabasco y Oaxaca, deriva del náhuatl “chontalli”, que significa “extranjero, extraño”; “mazateco”, proviene también del náhuatl “mazatécatl”, que quiere decir “gente del venado”; “popoluca”, a su vez, significa “balbuceante”. “Muchos de estos nombres contienen una carga peyorativa en la denominación del ‘otro’, desde la perspectiva del grupo que impone el nombre. Los huaves (guazontecos en la literatura colonial) fueron llamados así por los zapotecos istmeños, y la denominación significa “comedores de lodo”; han pasado como huaves a la literatura antropológica y a la administración burocrática.” (RODRÍGUEZ, 12/07/2004). Otros de estos nombres de asignación externa son producto de cambios fonéticos de los etnónimos originales (por ejemplo, “chatino” por “cha’tnio”); finalmente, existen denominaciones dadas por los españoles: los purépechas fueron designados a partir del periodo colonial como “tarascos”. Señalemos de paso que la grafía de las designaciones suele diferir (purépechas, purhépechas, p’urhépechas, por ejemplo) a causa de las convenciones fonéticas o fonológicas adoptadas por los lingüistas, fundamentalmente, y al hecho de que la pronunciación de los nombres suele presentar variaciones entre los grupos de una misma etnia. El listado de los nombres lo hemos compuesto a partir de la consulta a diversas fuentes, ninguna de las cuales ofrece un registro completo de etnónimos.

PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO
Denominación frecuente

Etnónimos
1.Aguacatecos

2.Amuzgos Tzjonnon,tzo’tyio, tzañcue
3.Cahítas

4.Cakchiqueles

5.Chatinos Kitsecha’tnio,cha’cña
6.Chiapaneco
7.Chicomuceltecos
8.Chichimecas jonaz (chimeco, meco) Uza,(plural: ezar)
9.Chinantecos 9.Tsajujmí’
10.Chochos,chocholtecas Runixa ngiigua
11.Choles Winik
12.Chontalesde Oaxaca Slijuala xanuc’
13.Chontales de Tabasco
Yokot’anob, yokot’an,fane
14.Chujes
15.Cochimies
M’ti-pa
16.Coras Nayeri,nayeeri
17.Cucapas Es’pei (Es’pel)
18.Cuicatecos Nduuduyo
19.Guarijios Makurawe,macoragüi, warijo,varojio
20.Huastecos Teenek
21.Huaves
Meroikook
22.Huicholes Wirraritari, wixarika
23.Ixcatecos

24.Ixiles
25.Jacaltecos
Abxubal
26.Kanjobal
27.Kekchi
28.Kikapúes Chikapw,kikapooa
29.Kiliwas
Chikapw,kikapooa
30.Kumiais Ti’pai,kamia
31.Lacandones Hach winik, hachtan
32.Mames Qyool, mam
33.Matlatzincas Botuna, matlatzinka
34.Mayas Maya
35.Mayos Yoreme
36.Mazahuas
Jnatio,mazahuas
37.Mazatecos Hashutaenima
38.Mecos
39.Mexicaneros
Mexicaneros
40.Mixes Ayuukjä’äy,ayuuk, ayook
41.Mixtecos Nuusavi
42.Mochos, motozintlecos
Mochos,motozintlecos
43.Nahuas (Guerrero) Nahuas,macehuales
44.Nahuas (Huasteca veracruzana) Macehuales
45.Nahuas (MilpaAlta) Nahuas
46.Nahuas (Morelos) Náhuatl,nahuas
47.Nahuas (Sierra Norte de Puebla) Nahuas,macehuales
48.Ocuiltecos
Tlahuia
49.Ópatas

50.Otomíes Hñahñu, hñä hñü
51.Paipais Kwa’ala,akawa’al
52.Pames Xi’ui
53.Papagos Tohonoo’tham
54.Pimas O’oob
55.Popolocas

56.Popolucas
Popolucas, homshuk
57.Pimas
Otam
58.Purepechas P’urhepechas
59.Quiches
60.Seris
Konkaak,conca’ac
61.Soltecos

62.Tarahumaras Raramuri
63.Tecos
Teco
64.Tepehuas Hamasipine
65.Tepehuanes (del Norte) Odami
66.Tepehuanes (del Sur)
O’dam
67.Tlapanecos Me’phaa
68.Tojolabales Tojolwinik’otik
69.Totonacas Tachihuiin,totonaco (tu’tu nacu’)
70.Triquis,driquis Tinujei,driki
71.Tzeltales Winikatel,k’op
72.Tzotziles Batsil winik’otik, batzilk’op
73.Yaquis
Yoremes
74.Yunas

75.Zapotecos (Istmo de Tehuantepec) Binniza
76.Zapotecos (Sierra Norte de Oaxaca) Bene xon
77.Zapotecos (Valles Centrales, Oaxaca) Ben’zaa,diidzaj
78.Zoques
O’depüt

¿Qué son Mesoamérica, Aridamérica y Oasisamérica? -2932

15.- ¿Qué son Mesoamérica, Aridamérica y Oasisamérica?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

No existe consenso acerca de cuántas y cuáles son las regiones indígenas de México, y si éstas deben definirse con criterios etnolingüísticos o culturales que armonicen con los datos históricos, geo-ecológicos, económicos o políticos. Una de las pocas coincidencias a este respecto es aquella que reconoce la existencia histórica de tres superáreas culturales a las cuales corresponden importantes porciones del territorio del México actual: Aridamérica, Mesoamérica y Oasisamérica.

“En la antigüedad hubo en dicho territorio tres superáreas culturales. Si bien es cierto que las sociedades que integraban cada una no constituyeron una unidad política, sí formaron dentro de ellas sendos entramados históricos. Las tres superáreas a las cuales nos referimos comprendían, grosso modo, Aridamérica al noroeste y a la Península de Baja California; Oasisamérica al noroeste, y Mesoamérica a la mitad meridional de México. Debemos advertir que todas rebasaban el territorio mexicano: las dos primeras ocupaban buena parte de los Estados Unidos, mientras que la última se extendía a lo largo de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

“Una superárea cultural supone la existencia de grupos humanos ligados por un conjunto complejo y heterogéneo de relaciones. A lo largo de los milenios, éstas se establecen entre sociedades que viven en áreas contiguas; el resultado son tradiciones o historias compartidas. Fundamentalmente, las relaciones se generan a partir de los intercambios constantes de bienes; de los desplazamientos transitorios o permanentes de grupos dentro de la superárea; de los intereses compartidos entre las élites que gobiernan las diferentes entidades políticas; del dominio de unas sociedades sobre otras; de las acciones bélicas, tanto de alianza como de conflicto, etc. Más que como un conjunto de elementos inmutables en el tiempo y en el espacio, las tradiciones que caracterizan una superárea cultural deben concebirse como una particular corriente de concepciones y prácticas en continua evolución multisecular y con notables particularidades regionales. Las sociedades de una misma superárea cultural podían diferir en nivel de desarrollo. Lo importante fue que las relaciones se constituyeron en forma estructural y permanente. En cambio, las meras relaciones comerciales o las simples copias de estilos artísticos entre las tres superáreas no bastaron para integrar a sus pueblos en una misma tradición. Por ejemplo, el intercambio entre Oasisamérica y Mesoamérica, aunque intenso, no uniformó los fundamentos socioculturales de ambas superáreas.” (LÓPEZ AUSTIN y LÓPEZ LUJÁN, 1996:15-17).

ARIDAMÉRICA, OASISAMÉRICA Y MESOAMÉRICA

¿Cuántas lenguas y dialectos se hablan en la República Mexicana?

16.- ¿Cuántas lenguas y dialectos se hablan en la República Mexicana?

Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

Si contabilizamos las lenguas y dialectos con hablantes de 5 años y más (HLI) registradas en el XII Censo General de Población y Vivienda del año 2000, la cifra total obtenida fue de 85. En los últimos años, y ello debido tanto a las variaciones en los registros censales como a los criterios de clasificación lingüística, se han manejado dos cifras: 56 y 62 para referirse a las lenguas indígenas que se hablan en la República Mexicana. El cuadro siguiente ha sido modificado por nosotros para ofrecer el listado de las lenguas y dialectos indígenas, y el número total de hablantes registrados. Las cifras han sido tomadas del original difundido por el INEGI, que se denomina: POBLACIÓN DE 5 AÑOS Y MÁS QUE HABLA ALGUNA LENGUA INDÍGENA POR SEXO Y TIPO DE LENGUA, Y SU DISTRIBUCIÓN SEGÚN GRUPOS QUINQUENALES DE EDAD. (En realidad, el cuadro no agrupa o distribuye “tipos” de lenguas). Los interesados en la información ampliada pueden encontrarla en los Tabulados Básicos-Lenguas Indígenas del censo del 2000.

POBLACIÓN DE 5 AÑOS Y MAS QUE HABLA ALGUNA LENGUA INDÍGENA POR TIPO DE LENGUA, 2000

Lengua Pobl.
-AGUACATECO 23
-AMUZGO 41 455
-CAKCHIQUEL 210
-COCHIMI 82
-CORA 16 410
-CUCAPÁ 178
-CUICATECO 13 425
-CHATINO 40 722
-CHICHIMECA JONAZ 1 641
-CHINANTECO 129 871
-CHINANTECO DE LALANA 3
-CHINANTECO DE OJITLÁN 3 404
-CHINANTECO DE PETLAPA 1
-CHINANTECO DE USILA 50
-CHINANTECO DE VALLE NACIONAL 45
-CHOCHO 992
-CHOL 161 766
-CHONTAL 957
-CHONTAL DE OAXACA 4 959
-CHONTAL DE TABASCO 38 561
-CHUJ 1 796
-GUARIJÍO 1 671
-HUASTECO 150 257
-HUAVE 14 224
-HUICHOL 30 686
-IXCATECO 351
-IXIL 90
-JACALTECO

529
-KANJOBAL 9 015
-KEKCHÍ 677
-KIKAPÚ 138
-KILIWA 52
-KUMIAI 161
-LACANDÓN 40
-MAME 7 580
-MATLATZINCA 1 302
-MAYA 796 314
-MAYO 35 490
-MAZAHUA< 133 430
-MAZATECO 214 477
-MIXE

18 924
-MIXTECO 437 873
-MIXTECO DE LA COSTA 33
-MIXTECO DE LA MIXTECA ALTA 2 848
-MIXTECO DE LA MIXTECA BAJA 3 708
-MIXTECO DE LA ZONA MAZATECA 17
-MIXTECO DE PUEBLA 19
-MOTOCINTLECO 174
-NÁHUATL 1 448 936
-OCUILTECO 466
-ÓPATA 4
-OTOMÍ 291 722
-PAIPAI 201
-PAME 8 312
-PAPABUCO 5
-PÁPAGO 141
-PIMA 741
-POPOLOCA

16 111
-POPOLUCA 38 477
-POPOLUCA DE LA SIERRA 5
-POPOLUCA DE OLUTA 14
-PURÉPECHA 121 409
-QUICHÉ 246
-SERI 458
-SOLTECO 6
-TACUATE 1 738
-TARAHUMARA 75 545
-TEPEHUA 9 435
-TEPEHUÁN 25 544
-TLAPANECO 99 389
-TOJOLABAL 37 986
-TOTONACA 240 034
-TRIQUI 20 712
-TZELTAL 284 826
-TZOTZIL 297561
-YAQUI 13 317
-ZAPOTECO

421 796
-ZAPOTECO DE CUIXTLA 4
-ZAPOTECO DE IXTLÁN 1 848
-ZAPOTECO DEL ISTMO 644
-ZAPOTECO DEL RINCÓN 19
-ZAPOTECO SUREÑO 25 396
-ZAPOTECO VALLISTA 3 179
-ZAPOTECO VIJANO 1
-ZOQUE

51 464
-OTRAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO 278
-OTRAS LENGUAS INDÍGENAS DE AMÉRICA 411
-NO ESPECIFICADO 89 535
Fuente: INEGI, 2002.

¿Qué diferencia a las lenguas de los dialectos?

17.- ¿Qué diferencia a las lenguas de los dialectos?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

Es frecuente oír decir que “en México se hablan muchos dialectos”, o dar por hecho que el español, el inglés, el francés, etcétera, son lenguas, mientras que los idiomas de los indígenas son dialectos, o, finalmente, usar indistintamente las expresiones “lenguas” y “dialectos” para referirse a las formas de habla de los pueblos indios. El destacado lingüista Leonardo Manrique Castañeda escribió al respecto: “Hay en el mundo múltiples formas de habla. Si dos formas de habla no son mutuamente inteligibles, se trata de lenguas (o de idiomas, que es su sinónimo) diferentes. Si las dos formas de habla se entienden entre sí entonces se trata de dialectos o variantes geográficas de una lengua. (…) Distinción técnica tan sencilla contrasta con la idea popular difundida de que un dialecto es una lengua “inferior”, porque, según se cree, ‘no tiene gramática’, ‘no puede escribirse’, ‘no ha dado obras literarias’, ‘la hablan pocas personas’, etc. Todas estas nociones son equivocadas y se extendieron a la par que la penetración de la economía burguesa al campo mexicano en el siglo XIX. Se imbuyó esta idea a los hablantes de lenguas indígenas, quienes a menudo dicen ‘hablar dialecto’, convencidos de que hablan una lengua inferior, no una lengua socialmente subordinada.” (MANRIQUE CASTAÑEDA, 1994:9).

Con respecto de los criterios adoptados para preparar el listado de lenguas a registrar durante el XI Censo de Población y Vivienda de 1990, el propio Manrique señaló: “Así, aplicando el criterio de inteligibilidad se postularon dos principios:

      1. Si hay formas de habla que no sean inteligibles entre sí deben aparecer como lenguas distintas, aunque se les conozca comúnmente con el mismo nombre (“chinanteco”, “zapoteco”, etc.) o con nombres muy similares (tepehua y tepehuán, popoloca y popoluca, por ejemplo).

      2. Las formas de habla que permiten la intercomprensión son dialectos de una misma lengua, aunque a algunos conozca tradicionalmente con nombres distintos (yaqui y mayo, entre otros).” (Ibid.:10).

En conclusión, en las regiones indígenas (y también en las no indígenas) de México se hablan lenguas y dialectos, pudiendo estos últimos derivar del español o de las lenguas de los pueblos indígenas. (DÍAZ-COUDER CABRAL, 2000:65-140).

¿Qué es una familia lingüística y como estan en ellas las lenguas indigenas?

18.- ¿Qué es una familia lingüística y a cuántas de ellas es posible adscribir las lenguas indígenas que existen en la República Mexicana?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

En general, una familia lingüística se define como el conjunto de lenguas que derivan de una lengua común, y también como el conjunto de lenguas que tienen una misma base genética lingüística. Los criterios de los lingüistas suelen diferir al momento de contabilizar el número de familias lingüísticas a las que se pueden adscribir las lenguas indígenas efectivamente habladas en la República Mexicana. Hemos seleccionado aquí la lista que se empleó para el censo del año 1990.

LISTA CLASIFICATORIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO,EMPLEADA PARA EL LEVANTAMIENTO DEL XI CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 1990
Familia Grupo Lengua
01 HOKANA 011 Yumano 0111 paipai
0112 kiliwa
0113 ucapá
0114 cochimí
012 Seri 0121 seri
013 Tequistlateca 0131 chontal de Oaxaca
02 CHINANTECA 021 Ojiteco 0211 chinanteco de Ojitlán
0212 chinanteco de Usila
022 de Quiotepec 0221 chinanteco de Qiotepec
0222 chinanteco de Yolox
0223 chinanteco de Xochiapan
023
de Palantla 0231 chinanteco de Palantla
0232 chinanteco de Valle Nacional
024 de Lalana 0241 chinanteco de Lalana
0242
chinanteco de Latani
0243 chinanteco de Petlapa
03 OTOPAME 031 Pameano 0311 pame del norte
0312 pame del sur
032 Chichimeca 0321 chichimeca jonaz
033 Otopamiano 0331 otomí
0332 mazahua
034 Matlatzincano 0341 matlatzinca
0342 ocuilteco
04 OAXAQUEÑA 041 Serrano norteño 0411 zapoteco de Ixtlán
0412 zapoteco vijano
0413 zapoteco del Rincón
042 de los Valles 0421 zapoteco vallista
0422 zapoteco del istmo
043 Sureño 0431 zapoteco de Cuixtla
0432 solteco zapoteco sureño
044 Chatino 0441 chatino
0442 papabuco
045 Mixteco 0451 mixteco de la costa
046 Cuicateco 0461 cuicateco
047 Trique 0471 trique
048 Amuzgo 0481 amuzgo
049 Mazatecano 0491 mazateco
0492 chocho o popoloca
049/ ixcateco
05 HUAVE 051 Huave 0511 huave
06 TLAPANECA 061 Tlapaneca 0611
tlapaneca
07 TOTONACA 071 Totonaca 0711 totonaca
08 MIXE-ZOQUE 081 Mixe 0811 mixe
082 Zoque 0821 popoluca (de la Sierra)
0822 popoluca de Texistepec
0823 zoque
09 MAYA 091 del Golfo 0911 huasteco
092 Peninsular 0921 maya (=maya+lacandón)
093 Chol-tzeltalano 0931 chol
0932 contal de Tabasco
0933 tzeltal
0934 tzotzil
0935 tojolabal
094 Mameano 0941 mamex
0942 teco
0943 cakchiquel
095 Motocintleco 0951 motocintleco
096 Chicomucelteco 0961 chicomucelteco
097 Kajobaleño 0971 kanjobal
10 YUTOAZTECA 101 Pimano 1011 pápago
102 Tarahumareño 1021 tarahumara
103 Huicholeño 1031 cora
104 Aztecano 1014 náhuatl
11 TARASCA 111 Tarasco 1111 purépechao tarasco
12 ALGONQUINA 112 Algonquino 1211 kikapú

¿Todas las lenguas indígenas que se hablan en México son originarias?

19.- ¿Todas las lenguas indígenas que se hablan en México son originarias del territorio de nuestro país?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

En su análisis del Censo General de Población y Vivienda 1990, el lingüista Leonardo Manrique Castañeda hace la siguiente observación: “Cinco (tal vez seis) de las sesenta ‘lenguas indígenas’ no son idiomas aborígenes de México. Aguacateco, ixil, kakchiquel, kekchí y quiché son lenguas indígenas de Guatemala declaradas por personas que en el momento del levantamiento del Censo estaban radicadas en su mayor parte en los estados de Campeche, Quintana Roo y Chiapas, donde parece claro que eran principalmente refugiados que conservaban su nacionalidad; en cierto sentido, las lenguas mencionadas pueden equipararse a las de otros grupos de extranjeros que conservan la lengua (o una de las lenguas) de su país de origen, como podrían ser los franceses, chinos o cualesquiera otros, y por lo tanto, estrictamente no deberían figurar al lado de las lenguas indígenas mexicanas (o bien, habría la misma razón para que se listaran como ‘lenguas indígenas (no mexicanas)’ el francés, el chino, el japonés, etc)”. (MANRIQUE CASTAÑEDA, 1994:19).

A las lenguas anteriores habría que agregar el kikapú, lengua de la familia algonquina. Los kikapoo, kikapú o kikapúes (chikapw o kikapooa) actuales son descendientes de un pueblo indígena que, tras un largo proceso de migración histórica desde el Canadá y el noreste de los Estados Unidos, se asentó en el territorio de la Nueva España hacia mediados del siglo XVII. En 1859, por decreto presidencial, se le concedieron las tierras que actualmente ocupan en México, ubicadas en el poblado de El Nacimiento, municipio de Melchor Múzquiz, en el estado de Coahuila (FABILA, 2002: 35-56).

¿Cuál es la situación de la educación bilingüe en las zonas indígenas? -2926

39.- ¿Cuál es la situación de la educación bilingüe en las zonas indígenas?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Lengua ”

“La Dirección General de Educación Indígena (DGEI) de la SEP atiende [2000-2001] a 1,109,932 niños indígenas en edad de cursar el preescolar y la primaria mientras que el Programa de Atención Educativa a Población Indígena (PAEPI) del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) atiende aproximadamente a treinta mil. [1,195,639, para el ciclo escolar 2003-2004, que incluye: 56,541 alumnos en educación inicial, 310,216 en preescolar, y 828,882 en primaria, con 53,042 docentes para los tres niveles. La DGEI da cuenta también de los Servicios de Apoyo para el mismo ciclo: 65,183 alumnos en 1,076 albergues escolares indígenas (61,533) y 27 Centros de Integración Social (3,650). La cifra para educación inicial del ciclo 2003-2004 no incluye a 58,023 padres de familia atendidos en este nivel.][12],”

“Los servicios de la DGEI se ofrecen a 49 pueblos en 24 de las 31 entidades federativas del país. Con esta finalidad se atendió, en el ciclo escolar 2000-2001, a 42,131 niños en educación inicial, a 286,341 alumnos en educación preescolar y a 781,460 alumnos en educación primaria, Esto se realizó en 18,643 centros educativos [20,033 en 2003-2004]: 1,803 de educación inicial [2,285], 8,151 de educación preescolar [8,553] y 8,686 de primaria [9,191]. Los alumnos fueron atendidos por 48,768 docentes [53,042].

“La cuarta parte de las escuelas primarias son unitarias, es decir, un solo maestro atiende simultáneamente a niños de diferentes grados.

“Para apoyar la educación bilingüe se cuenta con libros de texto gratuitos en 33 lenguas indígenas, con una producción aproximada de 1.2 millones de libros que comprenden 189 títulos, para atender las necesidades educativas de 55 variantes dialectales [El total de libros para el periodo 2003-2004 es de 1,410,940; si se agregan las “sugerencias didácticas”, los “cuadernos de trabajo” y el “material de apoyo”, el total asciende a 1,950,889. C. Z. y E. Z. M.].

“Los estados con mayor atención en educación inicial son: Oaxaca, San Luis Potosí, Chiapas y Quintana Roo; en educación preescolar: Oaxaca, Chiapas, Puebla, Veracruz y Guerrero; y en primaria: Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz.

“En entidades como Yucatán, que en el Censo 2000 figura como el primer estado con mayor proporción de HLI (37.3%), o Quintana Roo, que ocupa el cuarto lugar con 23% de HLI, cuentan con una escasa matrícula a nivel primaria en la modalidad intercultural bilingüe: 13,835 alumnos en el primer caso y 3,844 en el segundo. El contraste con otros estados es notorio. Oaxaca, por ejemplo, con 37.1% de HLI se encuentra entre las entidades con mayor proporción de estudiantes en la modalidad intercultural bilingüe: 145,530 alumnos; en tanto que Chiapas, con 25% de HLI, cuenta con una matrícula de aproximadamente 180 mil alumnos.

“Por su parte, el PAEPI está diseñado para operar en comunidades marginadas de menos de 100 habitantes para el caso de primaria y menos de 500 en el caso de preescolar. Opera en 16 estados de la República. Al finalizar el ciclo escolar 1998-1999 el universo lingüístico de las comunidades atendidas por el PAEPI era de 64 lenguas, en grupos multiniveles.

“La docencia se realiza con la participación de jóvenes HLI con escolaridad de secundaria o bachillerato, cuyas edades oscilan entre los catorce y 25 años y que prestan sus servicios como instructores comunitarios.

“Los esfuerzos del Estado por una educación bilingüe se han concentrado en la educación inicial, preescolar y primaria. Queda excluida la educación secundaria, la media superior y la superior. Una demanda de los pueblos indígenas es la ampliación de la educación intercultural bilingüe en todos los niveles educativos.

“Aun cuando la educación ha sido el ámbito en el que se ha dado mayor atención a la diversidad lingüística de México y pese a los planteamientos a favor de una educación bilingüe para la población indígena, la mayoría de las propuestas educativas se ha inclinado por un modelo en el que la lengua indígena se usa como instrumento para facilitar al niño su adaptación a la escuela, pero no se utiliza para la alfabetización en la propia lengua. Esta práctica provoca un menor aprovechamiento escolar de los niños indígenas y debilita el uso de sus lenguas, agravado por el hecho contradictorio de que, frecuentemente, los maestros bilingües son asignados a comunidades en las que no se habla la lengua que ellos dominan. Este conjunto de factores ha ocasionado que la calidad de la educación intercultural bilingüe presente problemas y deficiencias. (ORDPI-INI, 2002: 56-60. DGEI: Comunicación personal. INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA, 2000b).

[12] Las cifras entre corchetes han sido intercaladas por nosotros; aclaran los años correspondientes al ciclo escolar y dan cuenta de nuevos datos para el ciclo 2003-2004 que nos fueron proporcionados por la DGEI. Por la fecha de publicación del Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006 (2002), las cifras registradas en el párrafo tomado de esta fuente corresponden al ciclo lectivo 2000-2001. [C. y E. Z. M.]

1 13 14 15 16 17 26