Leyendas de pueblos de origen-815

Los clanes de aborígenes poseían brujos, que hacía de intermediario ante la divinidad. Se adoraba a un ser llamado CACANCHIG (el cuál para los colonizadores o cristianizadores representaba al demonio), poseían oráculos donde se realizaban ofrendas. Se respetaba de sobremanera, el nacimiento, la vida y la muerte. Sus ídolos eran La Lechuza y La Víbora, tal como lo muestran sus pinturas rupestres y en la alfarería.

La Lechuza representa lo elevado, lo que está por sobre de ellos: el agua; la lluvia y el aire.

La Víbora representa la tierra y la fertilidad en la cosecha.

Su representación junta significa la fertilidad y fecundidad.

Con sus creencias habituales y las creencias andinas, se formó un sincretismo inmenso, luego la fusión aparejada a los colonizadores hizo de Santiago del Estero un lugar propicio de elementos culturales que posteriormente, dieron lugar la provincia a la más grandiosa fauna fantástica, siendo tal vez la primera en variedad y diversidad del País.

Su rito funerario era muy supersticioso, primero enterraban a los muertos hasta que las partes blandas desaparecieran. Una vez descarnado el cuerpo se lo colocaba en urnas de barro decoradas, para, por fin, enterrarlos debajo de las viviendas.