LA DEVOCIÓN EN EL BUDDHISMO* NYANAPONIKA THERA

LA DEVOCIÓN EN EL BUDDHISMO*

NYANAPONIKA THERA

Traducción por Dr. Alejandro Córdova C.

El Buddha con frecuencia desalentó cualquier tipo de veneración excesiva hacia él. El sabía que un exceso de devoción puramente emocional puede obstaculizar y alterar el desarrollo de un carácter balanceado y armónico y convertirse en un serio obstáculo en el progreso en el camino hacia la liberación. La historia de la religión le ha dado la razón, como lo ilustran las extravagancias del misticismo en oriente y occidente.

Los Suttas relatan la historia de un monje, Vakkali, quien lleno de devoción y amor por el Buddha siempre estaba deseoso de contemplarlo corporalmente. Ante esta actitud del monje, el Buddha le dijo: “¿Qué ganas tú con observar este cuerpo impuro? Aquel que ve el Dhamma me ve a mí.” Poco antes de morir el Buddha dijo: “Si un monje o una monja, un hombre o mujer devota, vive de acuerdo con el Dhamma, es correcto en su forma de vivir, camina de conformidad con el Dhamma, él es quien realmente honra, reverencia y venera al Perfecto (Tathàgata) con los más valiosos honores”.

Una verdadera y profunda comprensión del Dhamma, junto con una conducta conforme a esa comprensión, son superiores a cualquier homenaje externo o mera devoción emocional. Ésta es la instrucción que expresan estas dos enseñanzas del Maestro.

Sin embargo, sería un error concluir que el Buddha desaprueba una actitud reverencial y devocional de la mente cuando ella es la expresión de una verdadera comprensión y una profunda admiración de lo que es grande y noble. También sería un grave error creer que la expresión de “ver el Dhamma” como aparece en la primera oración es idéntica a la mera apreciación intelectual y la aprehensión puramente conceptual de la doctrina. Este tipo de apreciación, en que predomina el enfoque abstracto del mensaje concreto del Buddha, muy a menudo conduce a la pedantería intelectual. Ello producirá un sentimiento de esterilidad que nunca es comparable al fuerte y vivificante impulso que produce el profundo sentimiento de devoción hacia lo que es grande, noble y ejemplar. La devoción, un aspecto y natural complemento de la confianza (saddhà), es un factor necesario en el balance de las facultades (indriya-samatà) que se requiere para la liberación final. La confianza, en todos sus aspectos, incluyendo el devocional, es necesaria para resolver cualquier estancamiento o parálisis del proceso, así como de otras dificultades que resultan del desarrollo parcial de las facultades intelectuales. Este tipo de desarrollo parcial de las facultades intelectuales, con frecuencia tiende a dar vueltas en círculos sin poder detenerse. En esta situación, la devoción, la confianza y la fe, ellos también aspectos del concepto pali ‘saddhà,’ pueden constituir una ayuda efectiva y rápida.

Aunque el Buddha rechazó ser objeto de un culto emocional de la personalidad, también reconoció que el “respeto y homenaje dedicado a quienes son merecedores de respeto” constituye una gran bendición. El Buddha hizo esta declaración en una de sus principales exposiciones de tipo ético, el discurso sobre las Bendiciones (Mahà Maægala Sutta). El Buddha señala que la actitud reverencial y de respeto, así como las bendiciones  de “evitar la asociación con necios” y “asociarse con el sabio”, son fundamentales para el progreso individual como social y para cualquier beneficio elevado ulterior. Aquel que es incapaz de una actitud reverencial también será incapaz de progresar espiritualmente más allá de los limites de su condición mental presente. Aquel que es tan ciego como para no ver o reconocer algo mas elevado y mejor que el pequeño charco de lodo de su mezquino “self” o ego y el medio que lo rodea, sufrirá por largo tiempo un retraso en su desarrollo. Y aquel que a partir de demostraciones autoafirmativas  desprecia la actitud reverencial en él mismo y  en otros, permanecerá prisionero en su propio orgullo, el más formidable obstáculo para una verdadera maduración del carácter y un crecimiento espiritual.

Es a través de reconocer y honrar a alguien o algo más elevado, que uno honra y realiza sus propias potencialidades internas.

                    Cuando magnificamos el corazón elevado y

                    celebramos la visón segura y

                    veneramos la grandeza,

                    nosotros somos grandes.

Debido a que respeto, reverencia y devoción son aspectos parciales del concepto buddhista de confianza, uno comprenderá por que la confianza ha sido llamada la semilla de todas las otras cualidades benéficas.

Cuanto más noble sea el objeto de devoción y reverencia más elevados son los beneficios otorgados por él. “Aquellos que poseen una alegre confianza en lo más elevado, obtendrán los más elevados frutos.” ( Aæguttara,4:34)

Los objetos supremos de reverencia  y devoción buddhista son el Triple Refugio, también llamado las Tres Joyas o Ideales: el Buddha, su enseñanza (Dhamma) y la comunidad de monjes y monjas santos (Saægha). Aquí, también el Buddha es reverenciado no como una personalidad con un determinado nombre, o como una deidad, sino como la encarnación de la Iluminación. Un texto a menudo mencionado en las escrituras buddhistas dice que el discípulo devoto laico “tiene confianza, cree en la Iluminación del Perfecto”. Sin embargo esta confianza no es el resultado de la fe ciega basada en rumores, sino que se deriva de la convicción razonada y basada en su propia comprensión de la palabra del Buddha, que le habla a él claramente con una voz inconfundible de Iluminación. Esta seguridad es enfatizada por el hecho de que junto con la confianza también se menciona la sabiduría como una de las cualidades que como ideal debe seguir el discípulo laico.

Ahora, nosotros podemos preguntarnos ¿no es natural que sentimientos de amor, gratitud, reverencia y devoción busquen expresión a través de la totalidad del ser humano, a través de las acciones del cuerpo y del lenguaje, así como a través de los pensamientos y sentimientos no expresados? Por ejemplo ¿ocultaremos nuestros sentimientos hacia los padres y otros seres queridos? ¿Acaso no los expresaremos con palabras y hechos amorosos? ¿Acaso no mantendremos vivo su recuerdo en una forma adecuada, como por ejemplo, guardando sus fotografías en nuestra casa, colocando flores en sus tumbas, recordando sus nobles cualidades? En esa misma forma, alguien que ha criticado el aspecto devocional de la religión puede tratar de comprender los actos externos de homenaje que se acostumbra realizar en los países buddhistas, cuando con gesto reverencial se colocan flores e incienso ante la imagen de Buddha y se recitan los textos devocionales, no como plegarias sino como meditación. Teniendo en cuenta que tal práctica no degenerara en una estéril rutina, el seguidor del Dhamma derivará algunos beneficios si realiza alguna forma de práctica devocional, adaptándola a su propio temperamento y a las costumbres sociales del medio que le rodea.

El buddhismo, sin embargo, no impone a sus seguidores una demanda para observar alguna forma de devoción o valoración. Esto es dejado enteramente a la elección de los individuos, cuyas necesidades emocionales, devocionales e intelectuales difieren grandemente. Ningún  buddhista deberá sentirse forzado a entrar en un molde de hierro,  sea del tipo devocional o  racionalista. Sin embargo, como un seguidor del camino medio, debe evitar expresar juicios parciales sobre otros y tratar de comprender que sus necesidades y preferencias individuales pueden diferir de las suyas propias.

Mucho más importante y de mayor valor que las formas externas de devoción es la capacidad básica de respeto y reverencia expuesta al principio de este ensayo, así como la práctica de la meditación o de la contemplación de carácter devocional. De esto se obtienen múltiples beneficios y fue por buenas razones que el iluminado recomendó repetidamente el recuerdo meditativo de las cualidades del Buddha (Buddhànussati), junto con otros recuerdos devocionales

Aquí de nuevo la referencia es la encarnación del ideal. Sólo el Buddha, por estar libre de toda huella de vanidad y egoísmo, podría recomendar a sus discípulos una meditación sobre el Buddha.

¿Cuáles son los beneficios de tales meditaciones devocionales? El primer beneficio es la purificación mental. Muchas meditaciones han sido denominadas por el Buddha “eficaces procedimientos para la purificación de una mente impura” (Aæguttara Nikàya,3:71).  “Cuando un noble discípulo contempla al Iluminado, en ese momento su mente no se encuentra envuelta en el deseo, ni en el odio ni en la ignorancia. En ese momento su mente se encuentra rectamente dirigida: él se ha desprendido del deseo, está lejos de él y está libre de él. Deseo es aquí un nombre para los cinco deseos sensuales. Al cultivar esta contemplación muchos seres se purificaron.” (Aæguttara Nikàya, 6:25)

Si al practicar esta actitud devocional uno se esfuerza por vivir como si estuviera en “presencia del Maestro” (satthà sammukhì bhùta), uno sentirá vergüenza de hacer, hablar o pensar cualquier cosa no valiosa o incorrecta. Uno se abstendrá de hacer algo malo, y como una reacción positiva uno se sentirá inspirado para hacer un gran esfuerzo por emular el gran ejemplo del Maestro.

Imágenes y no conceptos abstractos son el lenguaje del subconsciente. Así, si con frecuencia creamos en nuestra mente la imagen del Iluminado como la encarnación del hombre perfecto; esta imagen penetrará profundamente en nuestro subconsciente y si es suficientemente fuerte actuará como un freno automático contra los impulsos de hacer el  mal. A través de esta práctica, el subconsciente, que normalmente y a menudo constituye el enemigo escondido que impide que tengamos auto-control, puede llegar a ser un poderoso aliado en este esfuerzo. Con el propósito de educar el subconsciente es útil usar una imagen o pintura del Buddha como una ayuda para visualizarlo.  En esta forma la concentración de la mente se puede obtener con mayor facilidad. Para evocar y absorber algunos aspectos de la personalidad del Buddha se deben contemplar sus cualidades tal y como se encuentran descritos en el Visudhimagga.

El método de recordar las cualidades del Buddha produce un estado de alegría (pìti) que constituye una forma efectiva de vigorizar y fortalecer la mente y sacarla de los estados de distracción, tensión, fatiga y frustración que ocurren durante la meditación así como en la vida cotidiana.

El Buddha mismo recomendó: “Si durante una práctica intensa de meditación, al contemplar el cuerpo emergiera la agitación corporal incluyendo deseos sensuales, laxitud mental o distracción; ante esta situación el meditador deberá volver su mente hacia el sujeto vivificante que produce unos sentimientos de elevación” (Saçyutta Nikàya 47:10). En este caso los antiguos maestros recomendaron el método de “recordar las cualidades del Buddha”. Cuando estos obstáculos a la concentración se desvanecen bajo esa influencia, el meditador será capaz de volver al sujeto original de su meditación.

Los principiantes, cuando intentan concentrarse, con frecuencia su propósito se ve frustrado por una inquietud autoconsciente; es como si el meditador volviese la mirada sobre sí mismo. El meditador se siente perturbado al ser consciente de las múltiples y pequeñas molestias de su cuerpo, así como de la lucha contra los obstáculos de su mente, los cuales aumentaran su fuerza cuanto más lucha contra ellas. Esto puede suceder no sólo cuando el objeto de meditación son los propios procesos físicos y mentales, sino que también puede ocurrir cuando usamos otros objetos. En esta situación será mejor seguir al consejo dado anteriormente de cambiar la atención de nuestra personalidad hacia la inspiradora personalidad del Buddha y la contemplación de sus cualidades. El estado de gozoso interés que esto produce podría traer consigo ese olvido de sí mismo que es un aspecto muy importante para obtener la concentración de la mente. El gozo o alegría produce calma y ésta conduce al sentimiento de bienestar (sukha) y éste a la concentración (samàdhi).

De esta  manera la meditación devocional puede ser una valiosa ayuda para lograr la concentración mental. La cual es la base del ‘insight’ liberador. Esta función de la meditación devocional no puede ser mejor descrita que con las palabras del Maestro:

“Cuando un noble discípulo contempla al Iluminado, en ese momento su mente no está envuelta en el deseo, en el odio ni en la ignorancia. En ese momento su mente se encuentra rectamente dirigida hacia el Perfecto (Tathàgata) y con una mente rectamente dirigida el noble discípulo gana mayor  entusiasmo por la meta, entusiasmo por el Dhamma y obtiene el disfrute del Dhamma. Y así disfrutando, surge el gozo. En uno que está gozoso, el cuerpo y la mente se calman. Y calmando su cuerpo y su mente, se siente en paz; y en paz, su mente se concentra. Tal sujeto es llamado un noble discípulo quién entre la humanidad equivocada, él ha realizado lo que es recto; quién entre la humanidad acosada por dificultades, él está libre de las dificultades.”

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Código: FDD 013

Título: La Devoción en el Buddhismo

Autor: Nyanaponika Thera

Fecha de publicación: 1986

Editor: Buddhist Publication Society, Sri Lanka

Dirección del Editor: P.O. Box 61, 54, Sangharaja Mawatha, Kandy Sri Lanka

Original: Devotion in Buddhism

Traductor: Dr. Alejandro Córdova C.

Fecha: 1997

Fuentes: TimesPali.

Páginas: 5

Reproducción de la traducción española con permiso de la Buddhist Publication Society (1997)

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*  Nyanaponika Thera. Traducción al español por Alejandro Córdova. Este material puede ser reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma gratuita. Última revisión lunes, 13 de marzo de 2000. Fondo Dhamma Dana. Este documento requiere la fuente Times Pali.