La abstinencia sexual: Castaneda y Gurdjieff comparados

El clásico de Ouspenski, Fragmentos de una enseñanza desconocida, nos habla de las enseñanzas privadas de Gurdjieff

La abstinencia sexual: Castaneda y Gurdjieff comparados
Por Corey Donovan
Traducción por José González Riquelme

Espero que ninguno de nosotros nos sintamos irritados porque Castaneda tuviera una vida sexual. Me imagino que la mayoría simplemente se maravillará de la capacidad de un varón de setenta y tantos años para llevar a cabo una vida sexual tan tremendamente activa y promiscua como la que ha salido a la luz en los últimos meses. También parece que ha habido mucho humor irónico, por parte de Castaneda, en la manera en que ha manejado sus relaciones sexuales dentro de su círculo íntimo. Por ejemplo, al adoptar a su amante de tanto tiempo, Nury Alexander, como hija unos años antes de su muerte, Castaneda parecía disfrutar escandalizando a los recién llegados a su círculo, con el hecho de que tuviera relaciones sexuales con la persona a la que primero conocieron como “la hija de Castaneda”.

Más “disonancia cognitiva” entra en juego cuando uno recuerda que muchas veces Castaneda insistió en público que él no tenía relaciones sexuales, que no tenía ni tiempo ni energía para desperdiciarlos en el sexo, y, particularmente, su tendencia a criticar a otros “gurús” y maestros por no vivir de acuerdo a sus propias enseñanzas. Uno se acuerda, por ejemplo, de las censuras que frecuentemente hacía de Alan Watts, el cual escribía sobre cómo llevar una vida espiritual, pero por otra parte tenía una vida sexual contraria a esos principios, al menos en la mente de Castaneda.

Una manera de compaginar las manifestaciones públicas de Castaneda sobre la abstinencia y su propia vida sexual podría ser ésta: La continencia puede ser una etapa por la que todos nosotros debemos pasar en algún momento para eliminar nuestro condicionamiento sexual y liberarnos, y poder empezar a usar nuestra sexualidad de tal manera que ayude a generar energía y que produzca ciertas clases de conciencia acrecentada.

Castaneda se refirió a los que no eran unos “cogidas aburridas”, es decir, aquellos cuyas madres tuvieron un orgasmo en el momento en que fueron concebidos y que, como resultado, nacieron con suficiente energía para tener toda la actividad sexual que quisieran. Sin embargo, insistió en que la mayoría de nosotros éramos unos “cogidas aburridas”, y que deberíamos actuar asumiendo que no teníamos energía para desperdiciar en actividades sexuales. Se me ocurre pensar que Castaneda hizo de esto la base de sus “enseñanzas” sobre el sexo, porque no confiaba en que sus seguidores probaran la continencia, a menos que se la convirtiera en un requisito indispensable para “ver energía tan como fluye”. (Supuso, evidentemente, que no nos hubiéramos sentido muy estimulados a probar la continencia de saber lo frecuentemente que él tenía relaciones sexuales.) El problema con esto es que Castaneda creó una de sus muchas reglas universales de brujería, que, en mi opinión, ignora el hecho de que hay una gran diversidad de tipos energéticos entre nosotros.

Esta es una de las muchas áreas en donde creo que Gurdjieff tiene sus enseñanzas más afinadas, al enfatizar que lo que es adecuado para un tipo energético no tiene por qué funcionar con otro tipo, y que antes de cambiar o adoptar cualquier clase de comportamiento, uno debe ante todo tratar de determinar su propia constitución particular.

Gurdjieff habló de la abstinencia sexual en particular cuando contestó a una pregunta sobre si uno debe abstenerse de tener relaciones sexuales para formar el “cuerpo astral” [en contexto, muy similar al concepto del “cuerpo energético” de Castaneda] en el capítulo 12 del libro de Ouspensky Fragmentos de una enseñanza desconocida:

“Aquí no hay uno sino varias preguntas’, dijo G. ‘En primer lugar, la abstinencia sexual es necesaria para la transmutación [o sea, la formación del cuerpo astral] sólo en determinados casos, es decir, para ciertos tipos de personas. Para otros no es necesaria en absoluto. Y para otros más, llega por sí misma cuando comienza la transmutación. Explicaré esto con más claridad. Para algunas personas es necesaria una abstinencia total y prolongada para que comience la transmutación; en otras palabras, esto significa que sin esta abstinencia total y prolongada la transmutación no puede comenzar. Pero una vez que haya empezado, la abstinencia ya no es necesaria. En otros casos, es decir, con otros tipos de personas, la transmutación puede empezar con una vida sexual normal —y hasta es posible que puede empezar antes y seguir mejor su curso con un gran consumo externo de energía sexual. En el tercer caso, el comienzo de la transmutación no requiere abstinencia, pero, una vez que ha empezado, la transmutación absorbe toda la energía sexual y acaba con la vida sexual normal, o con el gasto externo de energía sexual.”

En el mismo capítulo, Gurdjieff también dice:

“El sexo juega un papel tremendo en cuanto a mantener la mecanicidad de la vida. Todo lo que la gente hace está relacionado con el “sexo”: la política, la religión, el arte, el teatro, la música, todo es “sexo”. ¿Creen ustedes que la gente va al teatro o a la iglesia a rezar o a ver una obra nueva? Eso es sólo para cubrir las apariencias. Lo más importante en el teatro o en la iglesia, es que habrá muchas mujeres o muchos hombres. Este es el centro de gravedad de todas las reuniones. ¿Qué crees que hace que la gente vaya a los cafés, a los restaurantes, a todo tipo de las fiestas? Sólo una cosa: el Sexo. Ahí está la principal fuente de energía de toda la mecanicidad. Todo sueño, toda hipnosis deriva de ella.

Cuando el sexo es claramente consciente de sí mismo, cuando no se refugia
detrás de pretextos, ya no se trata de la mecanicidad de la cual hablo. Por
el contrario, el sexo que existe por sí solo y que no depende de otra cosa
ya es un gran logro. Pero ¡el mal estriba en esta mentira perpetua a sí
mismo!”

Según voy siguiendo mi camino, zigzagueando por entre los escritos de Gurdjieff y los de las personas que lo conocieron, encuentro constantemente explicaciones serias como ésta, que me hacen sentir que, en los escritos de Castaneda, o don Juan (si tal persona existió) o el mismo Castaneda puede haber sido un administrador de la “luz de Gurdjieff”.

Castaneda no fue capaz de hablar, hasta cerca del final, de su propia vida sexual en un lugar público (y cuando lo hizo, fue al grupo de los domingos y sólo de una manera evasiva) debido, entre otros factores, a la mojigatería con la que fueron educados los jóvenes de su clase social en la América Latina de los años 20 y 30. Era esta misma inhibición, en mi opinión, lo que le hacía sentirse tan incómodo cuando los hombres iban en pantalón corto, o las mujeres llevaban atuendos “sugerentes”.

A propósito, creo que hay mucha actividad sexual sugerida en los libros de Castaneda y Florinda, aparte de los continuos episodios de exhibicionismo que describen entre los brujos del grupo de don Juan. La energía sexual es la más poderosa energía que tenemos, de manera que si una banda de brujos tan audaces como los que se describen en los libros (o algo parecido) realmente existieron, deben haber trabajado con su sexualidad explorando otros niveles de conciencia y otras realidades energéticas. Que Castaneda no pudiera encontrar otro camino por el que avanzar, aparte de enfatizar la abstinencia sexual al hablar públicamente sobre el sexo, sólo nos muestra sus limitaciones como maestro.

N. del T.: La edición española de este libro clásico de Peter D. Ouspensky contiene la siguiente información:
– Obra traducida de la edición francesa, cuya primera edición fue impresa en 1949, publicada en 1950, y revisada, corregida y reimpresa en 1961 bajo el título: “Fragments d’un Enseignement Inconnu”.
– Las ediciones en inglés han sido publicadas bajo el título: “In Search of the Miraculous-Fragments of an Unknown Teaching”.
– Única versión autorizada en español.
– Traducida por un grupo de personas bajo la dirección de Dorothea Dooling, Roberto Wangeman Castro y Antonio Cook Garland.
– Copyright 1968 by Tatiana Forman
– La distribución y venta de esta obra se hace por convenio especial entre
EDITORIAL GANESHA y S.I.E.L.P.
lAVALLE 2000 (1051) Buenos Aires – Argentina
– ISBN 950-9785-05-9
Impreso en Argentina
Editorial Ganesha