La hoja de coca

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 14:04

“…en el Perú en todo él se usó y usa traer esta coca en la boca y desde la mañana hasta que se van a dormir la traen, sin echarla de ella.” La Crónica del Perú, Pedro Cieza de León.

En las altas montañas andinas, millones de personas diariamente elevan sus plegarias a la madre naturaleza utilizando un quintu de coca. Estas tres hojitas colocadas delante de la boca reciben el aliento, el corazón y el fervor indígena hacia nuestra madre tierra.

Gracias Pachamama por alimentarnos, gracias Pachamama por sostenernos, gracias Pachamama por nutrirnos. Como todo ser vivo Pachamama es alimentada con la ofrenda ritual. Pachamama es fertilizada, da frutos, se cansa y debemos alimentarla en el ciclo eterno y permanente de la vida y la regeneración.

Nuestra hoja de coca, color verde olivo, con un sabor a veces amargo y otras más dulce, acompaña la vida cotidiana y ritual del hombre y la mujer andinos. La cultura andina se nutre de las montañas, de la tierra madre, y su espiritualidad se expresa a través de la hoja de coca.

Cada lugar natural tiene un espíritu, cada lugar es un ser sagrado y la relación entre hombres, dioses y seres naturales es una continua interacción ceremonial y ritual que se expresa en las distintas épocas del año. Por ejemplo, previo a la época de lluvias, cuando apenas se percibe el aliento de la fuerza vital de la tierra, los agricultores sienten esta condición y para que se recupere la apoyan ritualmente con lo que se llama tinkar a la tierra. Se le prepara ofrendas de flores, hojas de coca, grasa de llamas, dulces que se queman o entierran en lugares determinados, y de este modo Pachamama recibe su comida y comienza a recuperar sus fuerzas. El canto andino para esta ocasión dice:
Kamaqchallayman igualaykuway
Restitúyeme mi fuerza
Kamaqchalleyman cabalaykuway
Complétame mi fuerza
Inciensollaykiwan chuyachaykiwan
Con tu incienso, con tu chuya (trago)
Qollque platopi qori platopi
En tu plato de plata, en tu plato de oro
Kamaqchallyman alcanzaykuptikiqa
Si me alcanza mi fuerza
Kikichallaysi cauchurichkasaq
Creceré y daré raíces, yo solo,
Mallkichachina wayllachahina
Como el arbolito, como la waylla,
Chiri wairapi chauchurichkasaq
En el viento frío estaré dando raíces

La invocación a Pachamama y a los espíritus de los cerros, en este período, propicia la recuperación de la fuerza vital perdida. Esta comunión incorpora a la reciprocidad como parte fundamental del orden cósmico andino. A través de los quintus de coca y las ofrendas, elementos indispensables míticos y místicos, se expresa la relación entre el hombre y los seres espirituales que lo rodean.

Los pueblos Quechua y Aymara con estos actos mantienen su cultura, practican su religión, conservan su identidad, aseguran su bienestar físico. Para ellos, millones de índigenas, las hojas de coca son sagradas y una parte integral de su diario vivir y de su forma de ver el mundo, estrechamente vinculado a su “sentir a la tierra” como un ser vivo igual a ellos.

El consumo de la hoja de coca o “chacchado” dentro de la cultura andina es una actitud ritual, social, colectiva y mística. Estudios médicos dicen que éste además sirve para regular la cantidad de glucosa en la sangre circulante de los sujetos sometidos a un estrés ocasionado por circunstancias ambientales como la altura sobre el nivel del mar o por los estados de tensión psíquica que caracterizan las condiciones de pobreza, malas condiciones sanitarias, educación que no contempla su cultura, malnutrición, marginación ciudadana a las que lamentablemente todavía están sujetas estas poblaciones.

Hay que diferenciar este consumo natural de la hoja de coca con la ingestión de la pasta básica de cocaína o clorhidrato de cocaína, que no son de uso de las poblaciones indígenas. La drogadicción debido a la producción y comercio de la planta procesada, no es una actividad realizada por el pueblo indígena. Sin embargo, la drogadicción ciertamente es un flagelo para la humanidad que es necesario combatir para evitar la degeneración que ocurre entre los seres humanos que la consumen.

El consumo tradicional de la hoja de coca dentro del mundo andino es pues un símbolo de identidad étnica y de integración cultural necesario de mantener dentro de estas poblaciones ya que les permite una forma propia de ver el mundo y de relacionarse con la naturaleza.

La cadena montañosa andina ubicada en el territorio peruano es un importante centro de biodiversidad del planeta y las prácticas culturales de sus poblaciones aborígenes podrían proveer un camino corto para la identificación de aquellas plantas de uso medicinal necesarias para restablecer la salud: “es obvio que un vasto reservorio de información aún virgen sobre las propiedades de las plantas queda por ser explorado y salvado. Esta información etnofarmacológica tiene no solamente interés académico sino también puede ser de uso práctico para el beneficio del género humano” (R.Shultes, 1986).

En la cosmovisión andina todas las formas vivas son interpenetrables entre sí. El humano es solo una de ellas. No existe un mundo de jerarquías, sino un sistema de relaciones entre iguales en diálogo permanente entre sí, pues todos a su vez y en el conjunto tienen un solo propósito final: criar la vida. Así como el humano recibe así también debe dar, debe devolver el bien que recibe y cuidar de la naturaleza. Cuidar a la Pachamama, que es la madre de todas las cosas que existen y también del humano mismo, es la obligación primera.

“…nuestros cultivos vienen desde nuestros antepasados, de los gentiles, por eso nunca desaparecerán. Estarán acompañándonos por siempre… y van salvar (alimentar) a cualquier nación extranjera…” Marcelino Tomaylla Vilca, agricultor.

Y como dice este agricultor nunca desaparecerán, porque es práctica del poblador andino regenerar la fuerza gastada en la naturaleza a través del ritual. La fuerza vital de la naturaleza es algo que el poblador andino siente con mucha exactitud. Son conocidos los rituales del ande de Agosto, se dice que “la tierra esta abierta” y recibe toda ofrenda de los hombres. En esta época es el fin e inicio de una nueva temporada del calendario agrícola. En una época en que la tierra esta cansada y hay que alimentarla antes de iniciar una nueva siembra.

La hoja de coca es la planta sagrada de nuestros antepasados Incas, en ella se apoya toda la cultura del ande para su relación con Pachamama y los Apus. Con ella, a través del ritual, se renueva la fuerza vital de la naturaleza año a año. Devolvámosle su dignidad en agradecimiento a todas sus bondades curativas. Levantemos el veto que tiene en la OMS.