Medicina Indígena Sikuani

Medicina Indígena Sikuani

Por: Lina María Gómez M. – Antropóloga

 
Indígena sikuani, tostando la yuca brava para la producción del mañoco, su alimento propio.

El pueblo Sikuani es una etnia binacional que habita en los llanos orientales de Colombia, y al occidente de Venezuela. Pertenecen a la familia lingüística Guahibo y son conocidos también por ese apelativo.

El Lugar

El Vichada, en Colombia, ocupa el 23 % de la Orinoquía  y corresponde al 8% del país; [1] actualmente el departamento está conformado por 4 municipios, Puerto Carreño, La Primavera, Santa Rosalía y Cumaribo, conformados a su vez por veredas, corregimientos e inspecciones

Otros ríos importantes son el río Muco y el río Uva, y en esta zona habitan mayoritariamente comunidades indígenas en un 90% de la población del departamento. El aspecto geográfico es delimitado por sabanas y llanuras donde se ubican bosques de galería y se traza la frontera entre el oriente llanero y la selva en confluencia con el río Vichada y el Guaviare. El río Tomo es navegable desde Palmita hasta el caño Guarida y nace frente a la laguna de Carimagua lugar ancestral de los Sikuani y desembocando en el río Orinoco. 

La Gente

Guahíbo es la familia lingüística que contiene a los grupos Sikuani, Hitnu, Kuiba y Guayabero, ubicados en la parte oriental de Colombia,  abarcan el departamento de Vichada, Meta, Arauca y Casanare así como parte de los llanos Venezolanos que juntos tienen una extensión de 250.000 kilómetros cuadrados.

El nombre Sikuani significa “gente salvaje”; conocidos como expertos cazadores y pescadores, para ellos el pasado es presente al tener una dinámica continua. Sus acciones se expresan con relación a los puntos cardinales de forma también que existen algunas palabras sikuani que no tienen interpretación en otras lenguas. Se ubican en varias partes de los llanos; Río Meta (norte), Orinoco (este), Vichada y Guaviare (sur) y Manacacías (oeste), donde habitan en sabanas abiertas al lado de zonas selváticas siendo el Sikuani el grupo más numeroso de la Orinoquía.

En la región también se encuentra comunidades Piapoco y Curripaco de la familia lingüística Arawak así como también Salivas, Amortúa, Cubeos, y Puinaves de la familia lingüística Maku, que aunque similares presentan diferentes rasgos.

Su Medicina

Según la dirigente Sikuani Rosalba Jiménez “Las medicinas tienen unos principios rectores que son las leyes de origen, o sea, para el control y desarrollo biológico del hombre. La medicina también ha servido para la convivencia en armonía con los demás seres de la naturaleza y para el control y el equilibrio de los estados del hombre: el amor, el dolor la ira, el afecto, lo que uno siente como persona. El hombre está compuesto de todas esas manifestaciones y la medicina tiene la cura para estos males.[2]”

Los sikuani llaman al médico tradicional que controla la enfermedad penajorubinü –el del soplo, el que maneja el aliento–. Pero hay otro médico terapéutico, el wajipaevinü, el que canta waji. Está también la medicina más adivinatoria que es la del kuiwanismo. “Para el kuiwanismo no hay que estudiar sino que hay un proceso en la vida que es como una iluminación: tu llegas con un saber heredado, en relación con los dioses, con Kuwai y con Shamani.”

El Sikuani no ve al mundo de forma única y unidireccional, sino al contrario como un espacio donde conviven múltiples dimensiones y dejan su enseñanza a la comunidad. Así, el mundo de abajo donde ciertos seres viven, establece unas pautas de comportamiento y encuentro y donde el ritual establece y marca comunicación con esas otras dimensiones que conforman su realidad no visible.

Para las comunidades indígenas el mito es parte práctica de la vida y establece los principios que guían al grupo. Es en esta dimensión que se hace fundamental convivir y comprender el tejido del mito, su construcción y su historia, de dónde vino y quién lo enseñó, todo esto conforma parte del aprendizaje no solo de los Sikuani, sino de la mayoría de los pueblos indígenas.

La planta de poder de los Sikuani

El yopo o Anadenanthera peregrina es una leguminosa y otra de las plantas de poder que han sido usadas durante milenios por los indígenas de la Orinoquía, esta se encuentra en zonas de llanura o cercana a los bosques de galería, el Yopo, se clasifica en dos especies: anadenanthera y colubrina, que han sido usadas como inhalantes  e infusiones durante milenios. En tiempos prehispánicos era intercambiado por los indígenas de los llanos del Orinoco con los Chibchas de los Andes Colombianos.

En el yopo son usadas las semillas de la vaina de un árbol, que luego son tostadas y pulverizadas y de las que se sirven para inhalar a través de un tubo de hueso de garza o de tubos de madera y bambú. El uso de esta planta medicinal y de conocimiento ha servido  para adivinar, profetizar y para proteger a la comunidad contra desgracias, epidemias, y enfermedades,  al tiempo que en rituales de iniciación y de paso, y aún se conserva como medicina tradicional con la que mantienen contacto las comunidades Sikuani para su sanación.

“Los inhalantes preparados con semillas de Anadenanthera peregrina son rápidos y poderosos. No solo en el pasado pre-europeo sino incluso en la actualidad, la tecnología inhalante de los indios agrícolas es muy compleja, y todo tipo de pipas nasales decoradas y sin decorar, tubos para inhalar, morteros, recipientes y tablillas abundan en colecciones arqueológicas y etnográficas. La inhalación es muy sencilla, como lo es su material cultural en general. Algunos grupos como los waikas (yanomamos), toman el inhalante preparado a través de tubos muy largos de bambú, y un hombre sopla la carga a la nariz del otro. Casi en el acto las membranas mucosas se activan, la nariz se afloja y la saliva fluye copiosamente. También produce fuerte comezón u hormigueo en la parte superior del cráneo, ante la cual los indios reaccionan rascándose vigorosamente. El mismo Schultes (1972) no experimentó sensaciones visuales o auditivas extraordinarias, mas para los indios estas suceden a los pocos minutos de la carga de Ebene y se percibe como una comunicación directa con los espíritus de las plantas, animales, parientes fallecidos y otros seres sobrenaturales. Hay una variación considerable entre individuos en el grado de control motor, y existen chamanes experimentados que al parecer son capaces de ejercitar un control mucho mayor sobre sus movimientos que otros. La intensidad del trance extático también varía; la experiencia usualmente es de duración corta, sin embargo usualmente los participantes aspiran repetidas cargas del inhalante en el transcurso del viaje ritual (y, en la actualidad, también recreacional entre los Waikas mas  aculturizados)[3]”

La relación de una sociedad con su salud determina las prácticas y formas en que este derecho se ejerce, en la vida Sikuani el yopo tiene un papel preponderante en la vida, ya que  no solo permite a la comunidad mantenerse integra sino también conectada con su linaje y sus mitos, guardando y compartiendo así su lógica ancestral y haciendo evidente el manejo sagrado con el conocimiento milenario.

Eladio Estrada un Sikuani de la Medicina

Las formas ancestrales de conocimiento han permitido la sobrevivencia de este pueblo. El médico tradicional también conocido como payé, es además de sanador, bailador, curandero y rezandero, un sabedor, pero al igual que sucede con el médico occidental algunos están especializados en alguna forma de conocimiento. Eladio Estrada es un cantador y rezandero de la Loma, comunidad del resguardo San Luis del Tomo, aledaña al rio que pertenece al municipio de Cumaribo. Eladio por medio de los cantos examina y cura a sus pacientes, sopla con tabaco la enfermedad y la extrae; a través de la comunicación con los espíritus. Los Sikuani han hecho uso de la Anadenanthera peregrina por milenios. La preparación ritual del yopo y sus formas de  uso le permiten entrar en relación con otras dimensiones y contactar con los elementales de las plantas y animales de forma sanadora.

Eladio Estrada, rezandero y cantador sikuani, junto a dos de sus hijos.

Al igual que en el nororiente amazónico y en el resto de la Orinoquía, el dios supremo es Kuwait, quien se encuentra tallado y representado en la maraca del sabedor junto a otros elementos de la naturaleza tales como la nube, la lluvia, el sol, las viviendas y unos cuadros de doble marco que Eladio, el cantador, dice son espejos. A su lado, en la maraca se ve inscrito kuway Tsaju Jaynae . Este mundo mítico ritual solo se puede interpretar, su significado trasciende lo visible y limita la razón, para aproximarse siquiera a este conocimiento la búsqueda de una visión, caminar y una paciencia infinita son necesarios para contactarlo

Al detenerme en su vivienda encuentro un plato ritual que sirve de pilón, en forma de pez hecho en madera roja de similar apariencia al “palo de sangre”, hay también una escobilla hecha en fibra, delimitada y cortada para barrer el plato y un macerador de la misma madera tallada, es el “pate” con esto el cantador o el médico tradicional prepara el yopo y el caapi, son las herramientas sagradas con las cuales se prepara la medicina, necesarios para sus rezos y curaciones.

Según la mujer de Eladio Estrada, los miembros de la comunidad acuden a los médicos tradicionales para que hagan los rezos tradicionales del pescado durante el rito de pasaje, la fiesta de una reina. Cuando a una niña le llega su primera menstruación los Ainawi, o espíritus del pescado, la pueden llevar consigo al  otro mundo sino se llevan a cabo estos rezos; también deben hacer rezos cuando una mujer esta embarazada y al momento del nacimiento de un hijo a quienes se les debe rezar el pescado, los peces son los animales a los que más respeto le tienen estos indígenas. Luego está el rezo del agua, como también debe ser rezada el agua y los seres que en ella habitan; los Sikuani no entran al agua si  no tiene un rezo especial, las mujeres antes de dar a luz deben tener el rezo para poder tocar el agua sin que ningún espíritu las afecte, para lo cual la relación con el médico tradicional o rezandero es indispensable.

El médico es el mediador entre los espíritus de los animales, sus aliados, protectores y demás seres sobrenaturales que habitan junto a ellos, comunicándose en distintos planos que aun son imposibles de comprender para muchos. Existen también los rezos de amor, que en la región y en los llanos orientales colombianos se conocen como el bebedizo de pusana o chundu, es un canto de enganche, así como el pez se pega al anzuelo. También están los rezos de sanación para extraer enfermedades donde el médico tradicional diagnostica y examina para curar la perturbación física o espiritual que se encuentra en forma mineral en el cuerpo y la cual debe ser extraída.

El médico además debe prevenir y ver de dónde provienen las enfermedades, debe conocer los sueños y sus significados así como el uso de las plantas, los mayores deben orientar a los niños y deben aprender a reestructurar la medicina.

Participar en un ritual de curación, involucra sus cantos,  forma de alternar la conciencia con el poder de sus rezos que durante milenios han sido usados como medicina,  la mas antigua forma de curación que ha servido a los pueblos indígenas para mantenerse aun perdurando, también esta relacionada con dimensiones sagradas de respeto y apertura  que  vienen desde tiempos atrás.

Editado por visionchamanica.com a partir de:

Gómez Morales, Lina María. Diagnóstico sobre las Condiciones de Vida de las Comunidades Sikuani de las Riveras del Alto Río Tomo, Vichada, Universidad de los Andes.