UN ACERCAMIENTO A LA SALUD, ENFERMEDAD Y MEDICINA EN EL MUNDO INDIGENA

UN ACERCAMIENTO A LA SALUD, ENFERMEDAD Y MEDICINA EN EL MUNDO INDIGENA

Introducción

Es interesante notar que en la mayoría de las culturas indígenas no existe una palabra para “salud”. Lo que sí existe es una serie de conceptos y prácticas, que a su vez conducen a un tratamiento preventivo y curativo de la enfermedad. (…) En el mundo indígena, la enfermedad  es vista como la consecuencia de una ruptura de las relaciones entre el individuo y su medio social o natural. Por tanto, la enfermedad puede expresarse como un malestar orgánico o psicosocial, incluyendo la mala suerte, la falta de caza, o la escasa producción agrícola. En este sentido, los conceptos indígenas de enfermedad están basados en una visión global que entiende a la “salud”, o la falta de enfermedades, como la expresión de un equilibrio social y ecológico.
(…)Las concepciones de la enfermedad y salud siempre mantienen una estrecha relación al  concepto de articulación espiritual y material entre la sociedad y la naturaleza.

Salud

El ser humano comparte la vida con todas las otras formas de vida existentes en este mundo. En el universo indígena, esta fuerza, que hace posible la vida, existe tanto en el hombre como en los animales, en las plantas, en el agua, en la tierra, en el aire, en fin, en toda la naturaleza y en todo el universo. Su origen es común a todo lo que existe en este mundo.
Vivir, en el mundo indígena, es compartir esta fuerza de vida con todas las demás criaturas y formas de vida, sean físicas o espirituales, visibles o invisibles, que se cree existen en éste. Por eso, cuando se caza, cuando se pesca, o cuando se recolecta productos del bosque, del río o de la chacra es como hacer un intercambio con el mundo de la naturaleza. Los espíritus del bosque, del río o de la chacra entregan una porción de esta fuerza a la gente en la caza, en la pesca o en el cultivo. Los espíritus hacen como un préstamo a la gente. Decimos préstamo porque la gente tiene que devolver algo… para que siempre haya animales en el monte, peces en los ríos y buenas cosechas en las chacras. Esta práctica se llama reciprocidad. La gente, los animales, las plantas… todos dependen de todos y deben compartir entre sí. (…) La forma de pagar está en el comportamiento de la persona, en el respeto de ciertas normas, en el cumplimiento de ciertas reglas ancestrales que garantizan relaciones de intercambio estables.
Por eso, existe la preocupación por mantener siempre buenas relaciones con las “Madres” o “Dueños” de las plantas o animales. Pues, si por algún motivo se rompe la estabilidad, es decir, las buenas relaciones, porque se ha sobrecazado o sobrepescado, por ejemplo, la Madre o el Dueño se pueden amargar; y esto puede significar la disminución o desaparición momentánea de aquella especie. También se entiende como si la Madre o el Dueño se debilitasen, como si se enfermasen. Por eso, para recuperarse, la Madre o el Dueño hacen que la gente se enferme. Al enfermarse, la gente pierde su fuerza, y ésta la recupera la Madre o el Dueño para reponerse. A través de la enfermedad la especie recupera su fuerza y así se restablece el equilibrio, la estabilidad, la normalidad. Es así como la propia Naturaleza hace recordar el mensaje ancestral de sus enseñanzas y las normas de comportamiento que garantizan un buen entendimiento entre todos los seres que pueblan el mundo. (…)

Enfermedad

La vida  compartida con la naturaleza requiere la práctica de una disciplina y el respeto de los conocimientos y enseñanzas dejados por los “antiguos”. Esto es la base de lo que podemos llamar el sistema de prevención indígena.
El relajo de esta disciplina, la falta de respeto por estos conocimientos, o el incumplimiento de las reglas de comportamiento pueden ocasionar una ruptura de las relaciones de intercambio entre el Hombre y la Naturaleza. Y esto traerá como consecuencia la pérdida del equilibrio, de la estabilidad, de la normalidad, la pérdida de la salud, o sea la enfermedad.
Para el indígena, la enfermedad tiene, ante todo, una dimensión espiritual: es un “choque” con el mundo de los espíritus que, entre otras cosas, regulan la extracción de los recursos naturales. Es fundamental comprender que para el indígena la enfermedad abarca, más allá del problema físico, otros aspectos individuales o colectivos que atañen a las actividades sociales, rituales o de subsistencia de la comunidad.

Medicina

Si la enfermedad es generalmente entendida como un resultado de la pérdida de equilibrio o de la estabilidad en las relaciones entre el Hombre y la Naturaleza, la práctica de la medicina indígena, fundamentalmente está dirigida a restablecer este equilibrio o estabilidad o normalidad.
Esta ciencia se basa en el conocimiento y la reafirmación de estos principios, antes enunciados, que gobiernan el destino y la salud de todas las especies. La percepción de los médicos indígenas –su visión- y la movilización de esta fuerza vital –su poder- es lo que les permite prevenir y tratar los males y las enfermedades. (…)
Es muy lamentable y muy triste que por falta de comprensión y respeto, muchos médicos indígenas hayan desaparecido sin haber podido retransmitir estos conocimientos ancestrales; que a otros se les niegue el derecho y la libertad de practicar su arte; y que en general, haya muy pocos jóvenes interesados en aprender y recoger de sus padres y abuelos quizá lo más profundo y valioso de su propia cultura.

¿Cómo prevenir?

“Más vale prevenir que curar”. Los médicos indígenas también saben que esto es cierto, y para ellos es una verdad muy antigua. Las medicinas indígenas son esencialmente preventivas. Se cura para prevenir.
Prevenir, en el mundo de la medicina indígena, significa velar por la estabilidad de las relaciones entre los miembros del grupo y la “gente de afuera”, con los espíritus del monte, del río y de la chacra, con los espíritus de los antepasados que “viven en el otro mundo”, etc.
La salud depende de la calidad de estas relaciones. Por ejemplo, si no hay buenas relaciones con los espíritus de los animales, no habrá qué comer. En caso de que no haya buenas relaciones con la “gente de afuera”, esto traerá toda clase de problemas, que afectarán la salud de distintas maneras.
Los cambios rápidos que ha ocurrido y siguen ocurriendo, en la vida de los pueblos indígenas, no siempre consiguen mantener la calidad de estas relaciones. Es difícil mantener la estabilidad o el equilibrio en las condiciones actuales de vida. Prevenir, con criterios puramente occidentales, no siempre es posible o deseable.
(…) La sabiduría indígena enseña muchos valores que, tradicionalmente, han contribuido a preservar la salud de la gente. El conocimiento y el uso de las plantas medicinales es uno de estos valores, que aún no se ha perdido del todo.
Las plantas no sólo se usan para curar, sino también para prevenir. Las plantas se usan para tener suerte en la caza o en la pesca. También, hay plantas que promueven y protegen el crecimiento y el cultivo de otras plantas. Se baña a las criaturas y a los niños con plantas para que no se enfermen. Las plantas ayudan a los hombres a ser buenos amigos, a evitar las peleas… las plantas enseñan a controlar la fertilidad. Sí, hay plantas que enseñan también; son las “plantas maestras”, las que permiten a los médicos indígenas “ver”, “saber” y “poder”.