La enseñanza del Maestro Tsung Mi

  La enseñanza del Maestro Tsung Mi

Kuei Feng Tsung Mi (780- 841) es una de las personalidades más importantes del budismo Chan, hasta el punto de que fue él el primero en mencionar en sus escritos la tradición Chan. No se tiene constancia anteriormente de ninguna escuela denominada así.

Tsung Mi es venerado como quinto patriarca de la tradición de la escuela Hua Yen y a la vez, es maestro Chan del linaje de Ho Tse Shen Hui. Esta doble filiación le convierte en un maestro de importancia excepcional, puesto que reúne en una misma persona a una escuela de una riquísima cosmología y filosofía de origen hindú y a la vez a la enseñanza de la iluminación súbita, mas allá de palabras y escrituras del budismo chan.

Nos encontramos ante un maestro de una talla intelectual y una erudición fuera de lo común y asimismo, alguien que ha llevado a la práctica las más elevadas enseñanzas de la doctrina súbita de Bodhidharma y Hui Neng.

La profundidad de sus estudios y su maravillosa capacidad de síntesis de las principales escuelas orientales, confucianismo, taoismo e hinduismo hicieron de él un maestro de vanguardia, capaz de unir no solo en lo doctrinal, sino en lo social y político a la China de la dinastía Tang.

Antecedentes del budismo chino anterior a Tsung Mi

La rigidez escolástica del budismo llegado a China desde India durante las dinastías Sui y Tang, provocó el surgimiento de escuelas alternativas al budismo oficial y el correspondiente conflicto entre ellas. Una nueva generación de maestros ya autóctonos permitió adaptar el budismo a la particular idiosincrasia China.

Uno de estos maestros fue Tu – Shun (557-640) primer patriarca chino de la escuela Hua Yen, quien se presenta no como un exegeta escolástico, sino como un monje experto en exorcizar demonios y alejar del pecado a las gentes. Sus escritos y los escritos de sus sucesores eliminan la  complejidad escolástica y muestran a la vez la sencillez y la profundidad propias de  la experiencia meditativa.

Tsung Mi emprende una gigantesca labor de clasificación doctrinal con el fin de armonizar a todas las distintas escuelas de la época en un esquema común a todas ellas, para ello eliminó de su clasificación la enseñanza de “no obstrucción e interpenetración de los fenómenos” que el tercer patriarca de la escuela Hua Yen, Fa Tsang,  habia destacado como la mas elevada y situó en su lugar la enseñanza del “despertar de la fe en el Mahayana”, que le permitirá desarrollar su esquema de doctrinas y niveles, en el que sitúa a todas las escuelas  budistas y orientales 

Los comentarios de Tsung Mi muestran que realmente, no existió una escuela “Chan” sino que bajo este nombre se encuentran una multitud de escuelas con enseñanzas y métodos distintos, para gentes distintas, cuya única traza común era su aclamación del linaje de Bodhidharma y su iluminación súbita, totalmente desvinculada de textos y escrituras y su especial transmisión de mente a mente.

Tsung Mi muestra asimismo en su extensa obra una especial sensitividad a la polémica generada por el discípulo de Hui neng, – Shen Hui, quien se esforzó en separar a la escuela del quinto patriarca Chan,  Hong ren,  en dos: una gradual, la del maestro Shen Xiu, y una directa, la de Hui Neng, polémica que puede apreciarse claramente en el Sutra del Estrado

Shen Xiu recibia patrocinio económico de la emperatriz Wu, patrocinio que Shen Hui reclamaba para si.  Para ello acusó a Shen Xiu de no comprender las enseñanzas y sacando de la oscuridad a un entonces desconocido personaje, Hui Neng, contó una supuesta  historia de la secreta transmisión de la toga patriarcal del quinto patriarca a Hui Neng, y aclamándose a si mismo como séptimo patriarca y auténtico sucesor del linaje de los patriarcas, reclamó  por tanto el patrocinio imperial.

Otro punto a destacar de la obra de Tsung Mi, es su crítica a la tradición de Hung Chou, escuela de la cual derivan maestros como Ma Tsu, Huang Po y Lin Chi (Rinzai). Esta escuela pudo escapar a las persecuciones religiosas de la época, debido a que se desarrollo geográficamente alejada de ellas, sin embargo Tsung Mi hace hincapié en la peligrosa interpretación de la enseñanza de esta escuela de actuar solo siguiendo los dictados de la propia naturaleza ignorando absolutamente a maestros y escrituras y a toda disciplina y ética budista. Si bien para un practicante que ha experimentado directamente su naturaleza budica del estado primordial  tal actuar tiene pleno sentido, esto no es en absoluto así para alguien que no ha tenido la experiencia del despertar, por lo que una interpretación literal de esta escuela adquiere un peligroso sentido que Tsun Mi expone con claridad.

Los trabajos de Tsung Mi no son solamente eruditos y filosóficos, sino que en su obra podemos encontrar dieciocho volúmenes dedicados exclusivamente a practicas, rituales  y métodos pertenecientes a las escuelas englobadas en el Chan.

Debido a la feroz persecución religiosa en China, Tsung Mi fue el último maestro de la escuela Hua Yen y su rica tradición, quedando únicamente en China la escuela Chan de Hung Chou que mas tarde pasaría a Japón junto con la escuela Tung Tsao (Soto) donde se denominará Zen. Tsung Mi y su obra recibieron afortunadamente un mucho mejor trato en Corea, donde sus enseñanzas florecieron recibiendo el nombre de budismo Son y donde aún en la actualidad  sigue viva la doctrina del maestro Tsung Mi.

Tsung Mi (740-841)

 
Los métodos de las enseñanzas para la liberación de todos los seres por estos Maestros de Chan y los del Maestro Tsung Mi (740-841) inician el concepto de unirse a la escuela Hua-Yen (Avatamsaka), fundada por Shan Shiang (643-712). Forman la base de los estudios y meditaciones de la EDAD DE ORO (Dinastía Tung), y el renacimiento de las seis prácticas de CHAN SSU LUN, para el beneficio de todos los seres.

El Método de Tsung Mi

          La practica Hua-Yen se concentra en la relación entre fenómenos y no entre el fenómeno y el absoluto. Todo en el universo sale de sí mismo y los principios de todos los fenómenos son esencialmente no duales. Esta unidad es pluralista. El múltiple es expresado en el uno. Todas las cosas, animadas o inanimadas, son una expresión de la mente y son unificadas pues en la Mente Budista. Tienen seis características: Universalidad, Especificidad, Homogeneidad, Nitidez, Composición, y Descomposición. 

           

Todos los fenómenos son en armonía perfecta. 

                             

Camino por ellos con codicia y mascara de confusión (Discriminación natural en estado de liberación)

“Todos los seres poseen en el origen la iluminación espiritual, de la misma manera que brillar está en la naturaleza del espejo. Si, por el contrario, las pasiones velan el espejo, éste es entonces invisible, como si estuviera cubierto de polvo. Si los malos pensamientos son domeñados y destruidos según las indicaciones del Maestro, cesan entonces de manifestarse. Entonces el espíritu se aclara, como corresponde a su naturaleza propia, y en él nada permanece oculto. Es como pulir un espejo…”