La emergencia del canto, cuatro ejemplos de poesía nahuatl

Los cuatro poemas que proponemos hoy a los lectores de webislam pertenecen a la poesía nahuatl. Se trata de poemas aztecas, una literatura con antiquísimas raíces, aunque probablemente la mayor parte de las composiciones que se conocen se concibieron en el siglo anterior a la conquista española.

Antes de la consolidación del imperio azteca, todas las culturas predominantes de México habían desarrollado el papel y la escritura. Los Toltecas poseían una escritura y técnicas de grabado; y se sabe que poseyeron un gran libro sagrado compilado hacia el 660 a.C., aunque todo ello fue destruido. También los Mixtecas y Cholula poseían el papel y la escritura, pero la mayoría de sus libros se ha perdido. Igualmente los Zapotecas en Oaxaca y los Totonacas en Vera Cruz. Bernal Díaz vio pilas de libros cerca de Cempaola, capital de los Totonacas: “Entonces llegamos a varias ciudades y en las casas encontramos ídolos… y muchos libros doblados como doblan los españoles la ropa…”

Recordar la amplitud y variedad de la literatura precolombina perdida es recordar el genocidio, la inmensa tarea de desarraigo de los pueblos de su tierra y de los hombres de su lengua que el sistema actual perpetúa.

Puede pensarse que los musulmanes españoles sentimos una especial solidaridad con las culturas de la América precolombina por haber sido víctimas del mismo verdugo, pero la Realidad es otra. Se trata de una intuición pura, de la sensación de que allí podemos encontrar algo de lo anterior a nuestro tiempo. Nosotros creemos que a través de la poesía puede llegarnos algo de ese legado, y eso porque —a pesar de ser traducciones y actualizaciones de textos que nos permanecen velados—, todavía resuena en estas palabras algo del canto primigenio.

En estos cuatro poemas —en verdad exigua muestra— vemos aparecer claves que nos son preciosas a la hora de situarnos en este tiempo donde el shaytán actúa desarraigando pueblos, pues él sabe que al separar al hombre de su tierra lo deja desorientado y a merced de su influencia. El shaytán no nos alcanza allí donde recobramos el sentido de la tierra como madre. Todo ello hace que tanto la mitología indígena norteamericana como su literatura sean la nuestra, pues allí donde se realiza un esfuerzo por recobrar la propia raíz sentimos aparecer el Islam como religión primigenia, como religión universal.

Aquí se habla de Islam como en cualquier lugar donde se habla de la emergencia con que afloran las cosas. Se habla de Islam como hecho no meramente histórico porque se habla del Creador y del vínculo entre Él y lo que crece. Sabemos que sólo el viento de la Sakiná nos traerá victoria (Corán, Al-Tauba:26.)

Emergen, emergen las flores

Emergen, emergen las flores:
floreciendo están las flores en presencia del sol.
A tu canto corresponde el ave del dios.
Tú la buscas: todas ellas son tu canto y son tu dicha:
tú deleitas a los hombres con movedizas flores.
Donde quiera ando, por doquiera canto, yo cantor:
las flores olientes a maíz tostado se remecen
entre las mariposas en el patio florido.

Todas vienen donde el Árbol está enhiesto:

flores que al hombre trastornan,
que pervierten corazones, vienen a derramar,
vienen a dejar caer carga de flores, fragancia de flores.

De flores es la alfombra: muchas hay en tu casa
y entre el musgo acuático canta y trina Xayacamachan:
embriaga su corazón la flor de cacao.
Hermoso canto repercute allí;
alza su canto Tlapaltecutzin, muy perfumadas son sus flores:
se estremece la flor: es la flor del cacao…
la madre de los dioses.

La madre de los dioses

Id a la región de los magueyes salvajes,
para que erijáis una casa de cactus y magueyes,
y para que coloquéis esteras de cactus y magueyes.

Iréis hacia el rumbo de donde la luz procede

y allí lanzaréis los dardos:

amarilla águila, amarillo tigre, amarilla serpiente
amarillo conejo y amarillo ciervo.
Iréis hacia el rumbo de donde la muerte viene.
También en tierra de estepa habréis de lanzar los dardos:
azul águila, azul tigre, azul serpiente,
azul conejo y azul ciervo.

Y luego iréis hacia la región de sementeras regadas.

También en tierra de flores habréis de lanzar los dardos
blanca águila, blanco tigre,
blanca serpiente,
blanco conejo y blanco ciervo.

Y luego iréis hacia la región de espinas.
También en tierra de espinas habréis de lanzar los dardos:
roja águila, rojo tigre, roja serpiente,
rojo conejo y rojo ciervo.

Y así que arrojéis los dardos y alcancéis los dioses,
al amarillo, al azul, al blanco, al rojo:
águila, tigre, serpiente, conejo, ciervo,
luego poned en la mano del dios del tiempo,
del dios antiguo, a tres que habrán de cuidarlo:
Mixcoatl, Tozpan, Ihuitl.

¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?

¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?
Fijad la vista en Acolhuacan,
la tierra arrasada, como sementera de Huexotla,
de Itztapalocan.
¡Reina la noche en la ciudad!
Allí está erguido el sabino, la ceiba,
la acacia y la cueva:
Tetlacuahuac, que conoce al dios que da vida

¡Oh príncipe mío, Tlacateotl chichimeca!

¿Por qué motivo nos aborrece Tezozomoctzin?
¡Acaso muerte nos prepara y guerra quiere!
¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!
Aunque afligidos, damos placer
al dador de vida,
el Colhua Mexicano Tlacateotl.
¿Acaso muerte nos prepara y guerra quiere?
¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!

Lloro, me pongo triste…

Lloro, me pongo triste, sólo soy un cantor:
¡Si alguna vez pudiera llevar flores,
si con ellas pudiera adornarme en el Lugar de los sin cuerpo!
Me entristezco.
Únicamante como flor es estimado el hombre en la tierra:

un instante muy breve goza de las flores primaverales.

Gozad con ellas, yo me entristezco.
Vengo de la casa de las finas mariposas.
Abre su corola mi canto: he aquí múltiples flores.
Una variada pintura es mi corazón:
¡Yo soy cantor y despliego mi canto!