Los ritos del color

Los ritos del color
El Palacio de Caja Cantabria en Santillana acogerá durante el verano una espectacular muestra fotográfica sobre tribus y formas de vida en extinción
GUILLERMO BALBONA/SANTANDER
Los ritos del color
PERFILES. Un mosaico de algunas de las imágenes de la muestra. / DM
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Ostentar para perpetuar el poder del clan
El itinerario del universo cromático de unas formas de vida que la modernidad conduce inevitablemente a las puertas de su extinción, centra una espectacular propuesta fotográfica que recalará este verano en Cantabria. Una iniciativa del programa de Caja Cantabria, a través de National Geographic, integrada por imágenes del fotógrafo y catedrático de Bellas Artes Pedro Saura quien estudió a través de la imagen «los procesos de decoración corporal en las diferentes tribus de las tierras altas de Papúa y Nueva Guinea, su función y su significado».

El Palacio de la Caja en Santillana acogerá así durante el verano esta nueva cita fotográfica completando un denso programa expositivo, que se ha iniciado este año en ese espacio de la villa con la obra de Enrique Gran y proseguirá en mayo con una muestra fotográfica, ya avanzada, que profundizará «en los secretos del mundo animal en enclaves privilegiados de la región». Angel González y Javier Ibarra son los autores de ‘Cantabria. Naturaleza salvaje’, una de la citas más singulares que se ofrecerá en la región durante el presente año. El pasado año, la exitosa exposición fotográfica del verano fue ‘Los volcanes y los hombres’, del fotógrafo francés Philippe Bourseiller.

La próxima cita estival reflejará ese «último y gran tesoro antropológico de nuestro planeta: sus habitantes, repartidos por todo el territorio, con 700 lenguas diferentes y con unos ritos y tradiciones que vienen repitiéndose desde tiempos prehistóricos».

En el año 1930 más de un millón de personas vivía en las tierras altas de Nueva Guinea, un vasto territorio inexplorado en el centro de la isla. Su existencia había permanecido ignorada hasta esa fecha. Se agrupaban en cientos de tribus y clanes, y vivían en la prehistoria. Los primeros occidentales que contactaron con estos pueblos fueron los hermanos australianos Michael, Daniel y James Leahy, prospectores de oro. «Aislados en sus valles, separados del resto del mundo por las altas cordilleras de la isla y por las grandes extensiones de pantanos y manglares costeros, los habitantes de las tierras altas, los highlanders, se creían los únicos pobladores del planeta. Cuando vieron aparecer a aquellos individuos de tez pálida pensaron que sus antepasados habían regresado del más allá», relata Saura.

El blanco, el color de la muerte según sus creencias ancestrales, estaba presente en el tono de piel de sus inesperados visitantes. Michael Leahy, director de la expedición, y su equipo fueron tratados en unos casos como dioses, en otros, rechazados y atacados, pero siempre recibidos con desconfianza, cuando no con verdadero terror. Pedro Saura ha señalado que su primer encuentro con este asombroso mundo tuvo lugar en 1983, cuando, tras varias semanas de navegación por el archipiélago de las Salomón, Bougainville y las islas Bismarck, desembarcó en la costa nordeste de Nueva Guinea. Una creación con las todavía hoy auténticas tribus de las tierras altas, «en cuyos decorados siguen empleando, no sabemos hasta cuándo, elementos y diseños tal y como vienen haciendo desde hace mucho tiempo». Hace dos años, bajo el epígrafe de ‘Una mirada distinta’, el arte paleolítico de Cantabria fue el protagonista de una espectacular muestra que recaló en el Mercado del Este, en un itinerario integrado precisamente por fotografías de Pedro Saura que revelan la riqueza y diversidad que posee la comunidad de este patrimonio. El catedrático y profesor de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Pedro Saura, artífice del trabajo artístico de las pinturas de la réplica de la cueva de Altamira, junto a Matilde Múzquiz, también es autor de los cuatro facsímiles de pinturas rupestres ubicadas en el Museo de Altamira: La Cueva de las Monedas, El Pendo, Chufin y Fuente de Salín Las grandes fotografías de Pedro Saura también retrataron un planteamiento general de las cuatro cavidades del Monte Castillo (El Castillo, Las Monedas, La Pasiega y Las Chimeneas), con especial incidencia en el arte rupestre. Uno de los stand de Cantabria en ARCO incluyó precisamente una de sus fotografías de Las Chimeneas.