LA EXPERIENCIA DE LA NADA
Conversaciones de Sri Nisargadatta Maharaj
sobre la Realización de lo Infinito
S
RI NISARGADATTA MAHARAJ nació en Bombay en 1897. Sus padres, que le dieron el nombre de Maruti, tenían una pequeña granja en la aldea de Kandalgaon y fue aquí donde pasó sus primeros años. En 1924 se casó, más tarde devino comerciante de cigarrillos en Bombay donde él y su esposa formaron una familia. Desde la temprana infancia, mostró un gran interés en los asuntos espirituales, y sus conversaciones con los hombres santos agudizaron su mente inquisitiva y encendieron un fuego espiritual. A la edad de 34 años, encontró a su Gurú y tres años más tarde se realizó a sí mismo, tomando el nombre de Nisargadatta. Continuó llevando la vida de un trabajador indio ordinario pero sus enseñanzas, que se exponen en su obra maestra I Am That y que tienen su raíz en la antigua tradición de las Upanishads, constituyeron un quebranto significativo del pensamiento contemporáneo. Devotos viajaron desde todas las partes del mundo para escuchar el mensaje único de Srî Nisargadatta hasta su muerte en 1981.
Todo lo que es, es sólo una expresión de la consciencia. Si la consciencia no está aquí, la expresión de la consciencia tampoco está aquí. Por consiguiente, nada es. Y esta cons-ciencia es un concepto que nadie ha pedido; ha aparecido espontáneamente.
TABLA DE CONTENIDO
1. MAHARAJ EXPLICA LAS BASES DE LA ENSEÑANZA 123
2. EN EL NIVEL MÁS ALTO NADA ES; EN EL NIVEL MUNDANO TODO ES 123
3. UN SABIO VERDADERO ES EL QUE HA TRASCENDIDO LA PERSONALIDAD 123
4. SI USTED QUIERE LA FELICIDAD DEL SI MISMO, DESHÁGASE DEL SENTIDO CUERPO-MENTE 123
5. NO SE IDENTIFIQUE CON UN CADÁVER, Y ¡SEA FELIZ! 123
6. LA EXPERIENCIA DE LA NADA 123
7. CUANDO LA CONSCIENCIA SE MANIFIESTA, APARECE LA DUALIDAD 123
8. ¿QUIÉN SABE «QUE YO SOY»? 123
9. LA CONSCIENCIA MISMA ES LA FUENTE DE LA ILUSIÓN 123
10. PONGA FIN AL SUFRIMIENTO ESTABILIZÁNDOSE EN EL ESTADO ANTES DE LAS PALABRAS 123
GLOSARIO 123
1. MAHARAJ EXPLICA LAS BASES DE LA ENSEÑANZA
M
AHARAJ: La naturaleza de la consciencia tiene que ser comprendida. Esta consciencia sólo puede surgir en el cuerpo físico, y el cuerpo físico es la esencia de los cinco elementos . Es debido a la asociación con el cuerpo físico por lo que hay sufrimiento. La mayoría de la gente que viene aquí no podrá aceptar este tipo de conocimiento, porque es de un nivel estrictamente fundamental. Pero algunas personas que se aplican y que pueden aceptar este punto de vista, comprenderán realmente. Estarán totalmente libres del impacto del dolor y de la infelicidad, si comprenden que éstos sólo pueden resultar de la consciencia que se ha identificado con el cuerpo físico y sufre como un individuo. En ese caso, el sufrimiento debe resultar inevitablemente. Pero, ¿qué es el individuo? Hay un cuerpo creado de los cinco elementos, y en ese cuerpo mora el soplo vital (prana) y la consciencia; es una unidad compuesta. Todas las formas vivas contienen el soplo vital y la consciencia. Y, aunque las formas son diferentes, todas ellas contienen los mismos elementos. Así pues, pregunto de nuevo: ¿Dónde se plantea la cuestión de un individuo? Básicamente, no hay ninguno. Y esta es mi enseñanza básica que tiene que ser aprehendida, pero sólo muy pocos comprenderán.
VISITANTE: ¿Podría usted repetir esto? Había tanto alboroto que no he podido se-guirlo.
M: Por supuesto, pero no con las mismas palabras. ¿Qué es lo que nos interesa? Estamos tratando de la forma física que está hecha de los cinco elementos y que se alimenta de los cinco elementos. En esa forma están operando la fuerza vital (el soplo vital) y esta consciencia es decir, el conocimiento «yo soy» o la sensación de ser, la sensación de la existencia. Esto último es la «senciencia», que es el regalo de la consciencia. Éste es el total que nosotros podemos percibir: el cuerpo, el soplo vital y la consciencia. Todas las formas están hechas de los mismos componentes. Así pues, ¿dónde se plantea la cuestión de un individuo? Por todas partes es esto, el individuo como tal jamás ha venido a la existencia. Y por esta razón no hay ninguna necesidad de identificarse uno mismo con nada. Sin embargo uno se identifica: la consciencia se identifica con el cuerpo, y de esta manera viene a la existencia el «individuo». Mientras esto sea un hecho, ese individuo no puede no sufrir. Y lo que yo soy
yo no soy ni el cuerpo, que es sólo los cinco elementos, ni la fuerza vital (el soplo) ni la consciencia que viene al cuerpo. Yo debo identificarme con la consciencia mientras el cuerpo esté aquí, porque forma una unidad con él. Pero en realidad, yo no soy ninguna de estas tres cosas. Mientras existe el cuerpo, yo soy la consciencia, que meramente presencia todo lo que está pasando. Cuando el cuerpo muere, la fuerza vital se va y se mezcla con el aire, y la consciencia se mezcla con la consciencia universal. Yo no soy nada esencialmente (identificable) en esta consciencia, puesto que sólo soy su presenciador. Y, lo que yo soy en el sentido absoluto, no es posible expresarlo en palabras. En esa Presenciación última, nadie tiene ninguna consciencia de estar presente. La presencia misma, no es en lo Absoluto.
Nadie que no esté interesado en el tema querría venir aquí. Así pues, se puede asumir que los que vienen aquí están vitalmente interesados en el tema y que han hecho su trabajo
así, la gente que viene aquí son todos jnanis. Pero, ¿cuántos de entre nosotros conocemos la naturaleza y la base de esta consciencia de que yo soy, que sólo existe mientras el cuerpo está aquí? Cada uno de nosotros debe decir «yo soy» y realizarlo. No hay ningún «tú», y no hay ningún «yo», como entidades indivi-duales.
Cuando hay un desequilibrio en la sustancia del cuerpo, sobreviene la enfer-medad. Pero cuando esa materia está en perfecto equilibrio, no hay ninguna enferme-dad. ¿Cómo es eso?
La pregunta era: ¿Depende la consciencia universal de los cinco elementos para su existencia? La respuesta a esta pregunta es que la consciencia universal y la manifestación entera aparecen simultáneamente. La manifestación acontece porque la consciencia está aquí. Hasta que el pensamiento «yo soy» no estuvo aquí, no hubo ninguna manifestación; ambos sobrevinieron simultáneamente. Pero debido a que nosotros nos identificamos con el cuerpo en el que se manifiesta la consciencia indi-vidual y para manifestarse la consciencia tiene que tener una forma nace el «in-dividuo» y ese individuo sufre.
Antes he explicado la cuestión de la consciencia universal. La consciencia universal es algo como un nombre dado a una ciudad. Así pues, por ejemplo, tenemos Bombay. ¿Qué entiende usted por «Bombay»? ¿Puede usted producir Bombay? ¡No! La palabra designa la totalidad de una cosa particular
la consciencia universal es meramente un nombre que se da a eso que es sin forma.
Yo uso la palabra «ciudad», y no particularmente Bombay. Quiero decir cual-quier ciudad o lugar. Si digo Bombay, significa que me refiero a un área limitada.
V: Un punto muy importante aquí. A mi entender, una ciudad o una nación com-prende sólo los individuos que la componen.
M: Los individuos pueden haberle dado un nombre; pero eso que se ha creado, ¿lo ha creado el hombre? El hombre nace de los cinco elementos. ¿Pero ha creado el hombre los cinco elementos? Los cinco elementos se han creado de esa consciencia, que está en el cuerpo individual.
V: La consciencia universal y esta consciencia dentro de mí, ¿son lo mismo?
M: La luz que se percibe por sus ojos y la luz que se ve generalmente, como se refleja en las diversas manifestaciones, ¿son diferentes?
Repito: Todo el problema está en la identificación con el cuerpo individual y consecuentemente con el individuo. Por consiguiente, el individuo está siempre te-meroso de la muerte de la muerte del individuo.
¿Hay alguna pregunta sobre este tema?
Usted es esta consciencia. Y de esta consciencia nace el universo entero. No-sotros nos consideramos como individuos; y eso que es ilimitado, lo hemos limitado a una cosa insignificante. Lo infinito se ha reducido así a un simple cuerpo. Ése es todo nuestro problema.
Tenemos también esta pregunta: si es la misma consciencia universal lo que aparece en millones de seres humanos, ¿por qué actúan de maneras tan contrarias, creando todo tipo de caos? Si una mujer tiene diez hijos, todos han nacido de los mismos padres, pero ¿no actúan de maneras sorprendentemente contrarias? ¿Por qué es eso? Porque, aunque constituidos de los mismos cinco elementos básicos, la com-posición de cada individuo, que resulta de las diferentes proporciones permutaciones y combinaciones de estos elementos, es completamente diferente. Así, cada persona actúa de una manera diferente. O, para usar una analogía diferente, el metal puede ser el mismo, pero los propósitos para los que ese metal ha sido con-vertido en diferentes instrumentos son ampliamente diferentes cada instrumento puede usarse para un fin particular. Así pues, los ingredientes son los cinco elemen-tos, pero el objeto final, creado de las diferentes combinaciones de estos ingredientes, está sujeto a actuar únicamente según su composición.
V: Maharaj, ¿con el propósito de qué?
M: El propósito es la suma de todos estos millones de combinaciones. Hasta donde yo sé
por eso es por lo que pedía antes que conozcamos primero la naturale-za y la base de este compuesto al que identificamos como nosotros mismos
A no ser que, primero de todo, yo conozca a fondo su naturaleza, ¿cómo puedo saber el fin y la base del universo entero?
INTERPRETE: Maharaj le está preguntando, ¿se ha dado cuenta usted de la naturaleza de la consciencia?
Él da un ejemplo, como es su costumbre, familiar y conocido. En este país se hace un tipo de torta. Hay un fuego, ponen una sartén en él, y entonces se vierte la masa en ella. Finalmente, la torta se hace y se retira. Cuando se echa a la sartén la torta siguiente, una vez que está formada, generalmente se parecerá a la torta anterior, pero el número de abolladuras y agujeros en las dos no será exactamente el mismo. Usted puede tener docenas de estas tortas, pero cada una está obligada a ser diferente. Esa es la naturaleza de la creación misma, tener variedad. Así pues, Ma-haraj dice que comprenda como manifestación la naturaleza y la base de eso que es creado, y esa base es la consciencia. A no ser que usted comprenda esta consciencia, no existe ningún otro modo de realizar el Paramatman. El Paramatman no puede al-canzarse sino por la comprensión.
M: El misterio del poder hipnótico de esta maya es que uno se identifica con el cuerpo. Y el mecanismo de este tipo de identificación no difiere de ninguna manera de la identificación de un trozo de piedra, o de algo creado de piedra, con Dios, y adorarlo sinceramente. En la medida en que eso funciona, todo está bien, y este tipo de adoración tendrá sus efectos normales en la consciencia. Pero a no ser que se comprenda la naturaleza de la consciencia, uno no podrá comprender su verdadera identidad. Así pues, una vez comprendida la naturaleza de la consciencia, usted comprenderá también que usted no es la consciencia. Nada que usted haya visto y comprendido, puede ser usted; usted, como sujeto, sólo puede comprender algo que sea un objeto, y usted está obligado a aceptarlo así.
Si usted discute cosas conmigo, basado en la literatura tradicional y el cono-cimiento tradicional
habrá muchos eruditos que son tan entendidos, que me co-merán vivo. Y sin embargo, por lo que se refiere al conocimiento básico, que es el que yo trato, ¿por qué se quedan mudos? Porque es algo totalmente diferente de cualquier cosa que pueda comprenderse. Todo lo que se comprende, todo lo que se ve, no es verdadero.
¿Alguna pregunta?
V: Hay un Himno a la Creación; es bien conocido para las gentes que han leído las traducciones. Al final de él, el poema dice algo como esto. (Sólo puedo reprodu-cirlo vagamente): «Él, el Conocedor Último, el jnani
» la cuestión ahora es el que dice todo esto, ¿quién le causó? Es sobre el origen del jnani, ¿cómo sucedió? Y en la última línea, el poema dice: «Él, el jnani, lo sabe. O quizás, no lo sabe». En otras pa-labras, al final a uno se le deja en la duda de si el jnani conoce realmente lo Último. ¿Es eso verdadero?
M: Por favor, podría repetirlo.
V: Bien, es difícil hacerlo así sin repetir el texto. En otras palabras, por así decir, es una pregunta última sobre el origen del jnani. Él lo dice en la última línea
M: Pero ¿cómo comienza este Himno a la Creación?
V: Es un Himno muy bien conocido. ¿Qué hay sobre el origen del jnani mismo? Usted puede imaginar al jnani preguntándose: ¿Cómo llegué yo a ser aquí? La res-puesta que da es: «Él lo sabe. O quizás, no lo sabe».
M: Él no puede ser llamado un jnani, puesto que la pregunta misma no está res-pondida; el problema está todavía incompleto, sin resolver. El misterio permanece. El hombre enfermo es todavía un hombre enfermo. Todo lo que dice es un eco de la en-fermedad. Y el que lo escribió, está todavía enfermo.
V: [Hace una pregunta en marathi que no es traducida].
M: La consciencia misma es la pantalla. Éste es el reino de la consciencia y todas las creaciones están en la consciencia.
I: La pregunta era: ¿Podríamos concebir la consciencia como una pantalla en la que la creación entera es como una imagen en movimiento? Maharaj dijo inicialmente que no hay ninguna pantalla, que no hay nada. Todo lo que es, es abertura total. Luego, Mr. P. explicó que lo que la señora probablemente intentaba expresar es que cualquier cosa que puede suceder todos los pensamientos, todas las acciones son sólo apariciones en esa consciencia. Maharaj dijo: Indudablemente.
La sesión está casi terminada. ¿Hay alguna pregunta? Maharaj quiere pregun-tas; se crece con ellas.
V: Una dificultad en nuestra comprensión es que la consciencia misma es el ob-jeto del Conocedor; ¿correcto? Esta consciencia puede ser eventualmente compren-dida por el jnani. Desafortunadamente, lo contrario de la consciencia es la incons-ciencia. En el lenguaje, por así decir, hay implícita una tendencia a hacer esta división la consciencia y la inconsciencia. La consciencia está siendo comprendida; y entonces lo que queda, según el lenguaje, es la inconsciencia.
I: Eso lo explicó ayer por la mañana
Cuando la consciencia no está aquí, entonces obviamente uno es inconsciente. Así pues, ¿qué quiere decir usted con eso?
V: La consciencia no es real. Usted dice eso a la persona ordinaria, y en ese caso la consciencia parece un estado inferior a él.
SEGUNDO VISITANTE: No parece inferior a mí.
M: La consciencia nace de la inconsciencia; la inconsciencia es la fuente. Y eso también es nuestra experiencia. Este conocimiento «yo soy», esta consciencia, ha sa-lido del estado anterior en el que no había ninguna consciencia. La consciencia es un estado que es ahora con nosotros y a causa del cual sufrimos; y antes de que viniera esta consciencia, prevalecía un estado en el que nosotros no éramos conscientes y que era un estado feliz.
La sesión ha terminado, pero si hay alguna pregunta
¡Entonces adelante!
[No hay más preguntas].
?
M: [En respuesta a una pregunta sobre el esfuerzo para comprender]. No se trata de ningún esfuerzo hecho por nadie. Eso que es ha de comprenderse, es auto-efulgente. No necesita la ayuda de nadie para existir, y meramente ha de ser com-prendido. Y cuando se comprende, también está claro que yo soy la aurora, que yo soy la tarde, que yo soy el anochecer, que yo soy la noche. Que yo soy lo bueno, que yo soy lo malo. Y lo que ha de comprenderse es que si la consciencia no está aquí, el mundo no está aquí. Y yo no soy la consciencia; yo soy aparte de ella. Aunque la consciencia es importantísima pues si no hubiera ninguna consciencia no habría ningún mundo, no habría nada sin embargo yo no soy eso.
V: Pero llegar a esta percepción requiere esfuerzo. ¿Por qué dice Maharaj que no hay ningún esfuerzo que haya de hacerse?
M: Ahora que sabe que usted es, usted está sentado aquí, usted sabe que existe, usted tiene esa senciencia. El conocimiento de que usted está vivo, de que usted exis-te, ¿lo comprende usted gracias a algún esfuerzo?
V: No.
M: Su pregunta es enteramente correcta desde el punto de vista de este mundo; es decir, a menos que usted trabaje no hay ningún fruto, usted no puede comer. Por lo tanto, desde el punto de vista mundano, su pregunta es correcta. Pero ¡yo no perte-nezco a este mundo! Y en el mundo, esta «yo soidad» está aquí, sin ningún esfuerzo por parte de nadie.
V: Maharaj, yo soy profesor de profesión. En teoría, acepto esto completamente y hasta veo la lógica de ello. El problema es que conocer esto teóricamente es una cosa, pero serlo y sentirlo efectivamente es otra completamente distinta. Y ahí es donde está la dificultad, y de aquí la necesidad del esfuerzo.
M: Sí, un tremendo esfuerzo: ¡estar muy, muy quieto y no hacer nada! Ese es el esfuerzo el esfuerzo que usted hizo cuando estaba en el seno de su madre durante ocho meses y en cuyo estado ni sus padres ni usted hicieron nada como tales. No se hizo ningún esfuerzo. Todo lo que creció, creció por sí mismo.
V: ¡Obtuve mi respuesta!
M: Desde la gota de semen en la concepción al crecimiento del niño, y su desa-rrollo posterior, ¿qué es lo que hizo posible este crecimiento? Ese principio mismo que, desde la ausencia del conocimiento, ha llevado a la presencia del conocimiento, esta «yo soidad» eso es lo que uno es y lo que debe ser comprendido.
V: Un acontecimiento espontáneo sin esfuerzo.
M: Ese suceso espontáneo, esa consciencia que ha surgido de la inconsciencia.
V: Pero ¿cómo puede uno saber que la concepción ha ocurrido?
SEGUNDO VISITANTE: ¿De qué otro modo sabría usted que nace el niño?
V: A no ser que haya concepción, el niño no crecerá. Y en la persona donde no hay concepción, no habrá ningún crecimiento. Por consiguiente, también tendría que hacerse un esfuerzo para que haya concepción; sólo entonces tendrá lugar el creci-miento.
I: Maharaj le está hablando exclusivamente sobre el papel del crecimiento. No hay ningún esfuerzo. El crecimiento está ocurriendo espontáneamente.
M: Incluso ahí, incluso para la concepción, ¿qué esfuerzo podrían hacer los pa-dres? E incluso si los padres hacen ese esfuerzo, ¿podrían tener garantizado que la concepción tenga lugar? La concepción ocurre por sí misma, por su propia buena vo-luntad no necesariamente a causa de algún esfuerzo. En cualquier caso, los esfuer-zos que los padres hicieron, no fueron realmente esfuerzos; ellos mismos estuvieron disfrutando. Eso no es un esfuerzo como tal.
[A un visitante particular] ¿Vendrá usted por la tarde?
V: Éstas son mis hermanas. Volverán conmigo esta tarde.
M: El conocimiento «usted es» si usted quiere recordar esta visita recuerde esto también, la memoria de que usted es está bajo la sombra [es decir, bajo el para-guas protector] del gurú o de Dios. Adorar a Dios y al gurú significa adorar sólo el conocimiento «usted es». Así pues, aférrese bien a ese principio, el conocimiento «yo soy», el conocimiento de que usted existe, y adórelo en el nombre de su gurú o de Dios.
2. EN EL NIVEL MÁS ALTO NADA ES; EN EL NIVEL MUNDANO TODO ES
V
ISITANTE: Perdóneme por volver a lo que Maharaj dijo ayer, porque lo olvidé. Yo le pregunté sobre la presencia del gurú, y usted dijo que hay algo que dice «gurú-gurú-gurú».
MAHARAJ: Oh sí, gurú significa esa «yo soidad» misma, el hecho de que usted siem-pre recuerda «yo soy», «yo soy», «yo soy» es decir gurú-gurú-gurú, como el sonido del motor de un coche funcionando. Es un recordatorio continuo de que usted es.
Para esta conversación insignificante, ¿por qué está usando este equipo? [refi-riéndose al magnetofón].
V: Porque la conversación insignificante nos lleva todo el tiempo a eso que no es insignificante.
M: Justamente.
V: ¿Puedo hacer una pregunta?
M: Por supuesto.
V: Esta mañana Maharaj decía que debe seguirse este misterio del conocedor y lo conocido. Lo conocido no es realmente conocido por un conocedor. Lo conocido es conocido porque sus percepciones, pensamientos, sensaciones, son movimientos en la consciencia, y son conocidos debido a su aparición en la luz de la consciencia. ¿Es eso correcto?
M: Es exactamente eso. Un jnani es el más estúpido
(Él no está interesado en conocer en el sentido convencional). Cuando aparece este estado de vigilia, esta consciencia, sólo entonces aparece todo. Antes de eso, ¿dónde se plantea la cuestión del conocimiento, de la ignorancia, o de jnana?
V: Pero el sueño profundo, ¿es eso realmente un estado?
M: Sí, la combinación integral del estado de vigilia, sueño profundo y el estado de sueño con sueños comprende «yo soy».
V: Pero en el sueño profundo, no hay ningún tiempo.
M: El tiempo está ahí, solo la presenciación del tiempo no está ahí.
V: ¿Cómo puede haber tiempo si no hay ninguna presenciación?
M: Su reloj hizo el trabajo de presenciar y le dijo a usted que estuvo dormido du-rante ocho horas.
V: Así pues, ¿la presenciación viene después?
M: ¡Concedido!
V: En el sueño profundo mismo, no hay ningún tiempo.
M: El que se lo dice a usted después, ¿cómo es antes de que se lo diga?
V: Sin forma.
M: Cuando eso es sin forma, cuando la forma no está disponible, la consciencia «yo soy» no está tampoco.
V: Así pues, en el sueño profundo no hay ningún «yo soy».
M: No. Sin embargo la presenciación del sueño profundo acontece. El principio que presencia el sueño profundo no duerme.
V: Yo no comprendo que algo pueda ser sin tiempo y que sin embargo exista el sueño profundo.
M: Entre usted en un profundísimo samadhi, entonces entenderá eso. Si usted quiere encontrar un estado de nada, usted mismo debe entrar también en un estado de nada.
V: Eso es lo que yo llamo «omnipresencia», o presencia.
M: La «yo soidad» es la presencia. Esa presencia «yo soidad» no debe estar aquí. Sólo la no-«yo soidad» puede encontrar esa nada.
V: Aún hay
no tengo ninguna palabra para ello
presencia. No hay ningún pensamiento, ninguna sensación. Pero hay
M: Ningún pensamiento, ninguna sensación.
V: Yo solía entrar en samadhis, lo que era exactamente como el sueño profundo. En tres horas más o menos, notaba que muchas cosas habían sucedido (en mi entorno inmediato). Pero mi gurú estaba muy descontento con eso. Él decía, usted no debe hacer eso.
M: El samadhi y el experimentador del samadhi, ¿logró usted conocer ambos as-pectos el samadhi y el que gozaba del samadhi?
V: Ahora, muchos años después, digo que son idénticos.
M: Efectivamente, el experimentador y la experiencia son uno y lo mismo.
V: Pero no puede ser recordado.
M: Eso no ha de memorizarse; ello no puede ser atrapado por la memoria. El Brahman manifiesto, dinámico y fluido no puede ser atrapado en las palabras.
V: ¿Puede usted decir que todo, incluso la ignorancia y el dolor, es un indicador hacia lo Último?
M: Cuando usted está completamente despersonificado, usted ya no es un indivi-duo; entonces todo lo que es, es un embellecimiento o una decoración o un puja para el Parabrahman. Pero mientras usted está envuelto egoístamente por algunas pala-bras, ningún puja puede acontecer.
V: El conocimiento con C mayúscula, el conocimiento último
M: ¿Lo Absoluto?
V: Sí, la cognitividad, yo no sé cómo llamarlo
M: Pero eso no es cognitividad
En lo Absoluto, no hay ninguna cognitividad. La cognitividad está sólo en el pasado.
V: Aquí nos encontramos con la dificultad de las palabras.
M: Mejor no lo llame conocimiento.
V: Consciencia pura.
M: En ese estado, no hay ninguna cognitividad.
V: Pero ninguna inconsciencia tampoco. Ello no es posible.
M: Ello es inconsciente.
V: Desde el punto de vista de la mente.
M: Sí, porque usted es
la indicación se da con referencia a la consciencia. Esa es la razón por lo que usted lo llama «no consciencia».
V: Sí. Pero en realidad, desde su propio punto de vista
M: Usted está hablando de lo Absoluto. No hay ninguna «yo soidad».
V: Yo no sé cómo llamarlo
M: Llámelo Absoluto. En el momento en que usted dice «conocimiento», entra la cualidad.
V: Yo no quiero decir eso.
M: ¿Está usted hablando del estado nirguna?
V: Yo no conozco este término sánscrito.
M: Guna significa «yo soidad»; y nirguna significa «no-yo soidad».
V: «Yo soy» desaparece en lo Absoluto.
M: Sí, un estado de no-conocimiento.
V: ¡Un estado de no-conocimiento
que conoce! [risas].
M: La cognitividad aparece en el estado de no-conocimiento.
V: Sí, la eseidad relativa es conocida, es registrada en lo Absoluto.
M: La eseidad aparece sobre el fondo de lo Absoluto. ¿Verdad?
V: Así pues, es conocida
en lo Absoluto. La eseidad es conocida como un ob-jeto.
M: Si la cognitividad no es conocida, ¿quién la llamaría «cognitividad»?
V: No hay nadie para llamarla nada.
M: ¡Esa es la respuesta!
V: Así pues, lo he comprendido bien esta mañana: ¿Nos aconseja Maharaj que descubramos quién es el presenciador en el sueño profundo?
M: Todas estas declaraciones verbales son sólo para agradar a alguien. En reali-dad, no hay ninguna substancia en todo esto.
V: Así pues, ¿no hay ningún consejo?
M: A la naturaleza manifiesta, dinámica, ¡no la defina con las palabras! Sólo sea. No conceptualice. Actualmente todo el mundo está agobiado por las palabras. Su-ponga que aquí hay un niño, y que el niño muere. Sea lo que sea ese principio, ese principio dinámico ha abandonado el cuerpo. No, usted no puede decir lo que es ese principio dinámico. Ahora no tiene ningún nombre. Debido a esta asociación con el cuerpo, usted ha intentado capturarlo con las palabras.
V: Así pues, las palabras son el único problema.
M: Sí. Todo el problema reside en las palabras. Puesto que ese principio que ha dejado el cuerpo está ahora liberado del cuerpo, usted no puede capturarlo con pala-bras. El principio de eseidad dinámica, sufre debido a su asociación con el cuerpo, al aceptar una cierta forma y ciertas palabras y conceptos. Sin eso sin la forma, y sin palabras ¿cómo puede sufrir?
V: Todo esto cesa inmediatamente cuando uno lo ve como una puja para lo Último.
M: Eso significa que cesa toda esta palabrería. Usted puede entenderlo de ese modo. Una vez que comprende que usted no es el cuerpo y que usted no está envuel-to en el nombre y la forma, y que usted es sólo este Brahman manifiesto, usted es li-bre.
V: Incluso la idea «yo no soy libre» es parte de la puja.
M: ¿Qué entiende usted por «puja»? Puja es un proceso o una ayuda para propi-ciar a alguien.
V: Bien, de acuerdo. ¿Podría usted llamarlo darishma?
M: Llámelo como usted quiera. Es una expresión de ella.
V: Es la consciencia jugando consigo misma.
M: Sí.
[A un visitante recién llegado] Si usted se va a sentar aquí, debe hacer pre-guntas. Si no va a hacer preguntas, tome asiento detrás.
V: Si uno viene aquí, debe tender su cuello. De otro modo, no es de ninguna uti-lidad (estar aquí).
M: Si usted entra en la arena, debe batirse con preguntas.
SEGUNDO VISITANTE: Por supuesto, por supuesto.
M: [Señalando a un tercer visitante] Durante años, él ha estado intentando asimi-lar el conocimiento, pero no ha obtenido un ápice del conocimiento. ¿Qué conoci-miento obtuvo usted?
V: El hombre ignorante no tiene ningún conocimiento y el sabio no tiene cono-cimiento. Entonces ¿cuál es la diferencia?
M: El ignorante tiene que adquirir el conocimiento, porque el conocimiento es válido para el ignorante. Para el jnani, no hay ningún sentido en el conocimiento, porque rechaza el conocimiento como irreal. Por consiguiente, no considera el cono-cimiento. Esa es la razón por la que no tiene ningún conocimiento.
V: En realidad nadie puede tener conocimiento, nadie puede tener nada.
M: En realidad nadie puede evitar el conocimiento. ¿Qué significa «nadie»?
V: Es el «propietario».
M: ¿Significa «nadie» lo que podría referirse a «quién»?
V: «Nadie» es el propietario a quien usted no puede conocer. Incluso el propieta-rio desaparece instantáneamente
Así pues, yo no podría ser el poseedor del cono-cimiento por dos razones. Primero, uno no puede poseer ningún pensamiento
Se-gundo, el propietario no vive más tiempo que uno o dos segundos. Él también es un pensamiento.
M: Todo esto es correcto en el nivel mundano, pero, verdaderamente, nada es. En el nivel más alto, realmente, nada es. En el nivel mundano, todo es.
V: ¿Significa esto que todo es una forma de consciencia?
M: Todo lo que es, es sólo una expresión de la consciencia. Si la consciencia no está aquí, la expresión de la consciencia no está tampoco. Por consiguiente, nada es. Y esta consciencia es un concepto que nadie ha pedido; ha aparecido espontánea-mente.
V: Así pues, una vez que se ha escuchado la verdad, realmente sólo hay un obstáculo, pensar que uno puede alcanzarla cuando en realidad no se puede.
M: Después de que uno ha obtenido la verdad, sólo hay un obstáculo
V: Parece que uno tenga que alcanzarla para conseguirla.
M: Cuando se ha escuchado la verdad, es menester aún emularla para alcanzarla.
V: Su tentativa para comprenderla, ese es el único obstáculo. El «¿cómo?».
M: Porque la verdad no tiene ninguna forma, ningún nombre. Así pues, ¿cómo puede ser comprendida?
V: Sin embargo eso es algo que uno continúa tratando de obtener durante un lar-go periodo.
M: En el proceso de tratar de comprender, usted se purifica y el proceso se calma. Mientras la esencia de alimento del cuerpo está disponible, esta consciencia perdura. Cuando la consciencia abandona el cuerpo, esa cognitividad ya no está más aquí. Sólo queda la consciencia universal sin la cognitividad, el estado de no-cognitividad o de nada más.
Entonces, en ese estado, no se plantea ninguna cuestión de manifiesto o no-manifiesto. Eso viene sólo con la presencia de la consciencia. Mientras la asociación con la esencia del cuerpo está aquí, este guna, este estado de «yo soidad» o eseidad, está disponible. Pero una vez que esta esencia de alimento se va, ese estado de «yo soidad» también se va. Este guna, esta consciencia, depende enteramente de la esen-cia de alimento del cuerpo. Una vez que ésta última está agotada, o ya no está dispo-nible, esta consciencia o este guna tampoco está aquí. Repito, la fuerza vital, el toque de «yo soidad» o este guna, no está aquí en la ausencia de la esencia de alimento del cuerpo, ya se trate de una hormiga o de un elefante.
Todas las historias sobre la reencarnación, o el renacimiento, son solo cuentos apropiados para las masas ignorantes.
V: ¿Se proyecta el pasado siempre desde este momento?
M: Todo lo que ha sucedido, eso es «el pasado».