Sectas de la A a la Z

Sectas de la A a la Z

La siguiente lista es una síntesis de las principales sectas que funcionan en la Argentina y América Latina. Es importante que los padres con hijos adolescentes conozcan el origen y las características de algunos grupos totalitarios. No son los únicos. Recordemos que en el país funcionan entre dos mil y tres mil grupos, algunos sumamente destructivos y otros simplemente que bordean el mundo de lo sectario, lo que llamamos grupos de riesgo.

ANANDA MARGA

Ananda Marga (Senda de Felicidad Perfecta) es un grupo de origen hindú fundado en l955 por Prabhat Ranjan Sarkar, conocido por sus seguidores como Baba(dios). La doctrina esta basada en el tantrismo y el yoga. Su adoctrinamiento se realiza en sesiones de meditación y lecciones de filosofía hindú.

El grupo se presenta en Occidente como espiritual y pacifico pero su historia en la India es controvertida. En la década del sesenta organiza motines y atentados políticos y en l970 el gobierno decide prohibirlos y detener a Baba, a quien se lo responsabiliza por varios asesinatos. En junio de l975, Indira Gandhi decreta la total expulsión de la organización Ananda Marga y mas de mil quinientos miembros son encarcelados. Un año después un grupo de seguidores como protesta porque su líder esta preso se suicidan a lo bonzo en plazas publicas.

En Argentina funcionan en Capital Federal y en varias ciudades del interior, pero el grupo es muy pequeño y su crecimiento se mantiene estancado.

BHAGWAN RAJNEESH (OSHO)

Rajneesh Chandra Mohan nació en la India en l931. Fundó su primer ashram en l969 y tuvo su momento de auge hacia fines de la década del setenta y principios de los ochenta cuando instaló la sede principal en los Estados Unidos. Su doctrina se basa en el yoga tántrico y fue conocido como el ‘gurú del sexo’.

Los adeptos son captados a través de cursos terapéuticos o de meditación y hoy han tenido un resurgimiento a través de terapias vinculadas a la new age. En las terapias grupales se utilizan técnicas de hiperventilación, música y gritos que llevan a la ruptura emocional del adepto.

En l983, el gobierno de Estados Unidos comenzó a investigar las denuncias de padres y de ex adeptos, deteniéndolo y expulsándolo del país. Los fiscales norteamericanos encontraron en el ashram, que había establecido en el estado de Oregon, que el gurú, apóstol de la paz y el amor, poseía su propio ejercito privado.

Rajneesh falleció en la India en l990. En la Argentina no se conoce la sede central pero sus libros pueden encontrarse fácilmente en las librerías.

IGLESIA DE LA CIENCIOLOGIA

La Iglesia de la Cienciologia, también conocida como Dianética esta considerada por los investigadores como uno de los grupos mas destructivos del mundo sectario. Su fundador fue el norteamericano Ronald Hubbard, un ex oficial de marina y escritor de ciencia ficción.

Dianetica se presenta como “una ciencia exacta del pensamiento que funciona siempre, invariablemente, y no a veces como las curaciones por la fe o las terapias tradicionales. Dianética es la única Ruta de Salud para la humanidad”.

Los adeptos son captados cuando se le ofrecen cursos y test gratuitos. En las sesiones, llamadas ‘audiciones’ se les ayuda a superar sus fallas espirituales que lo han llevado al sufrimiento. La mayoría de los adeptos termina dependiendo psicológicamente del grupo y entregando su dinero.

Este grupo ha sido denunciado por varios gobiernos europeos y en los Estados Unidos el FBI desenmascaro sus actividades.

En Argentina funcionan desde hace varios años pero no han tenido éxito. En l994 llegaron al país varios dirigentes extranjeros para intentar el despegue definitivo de la secta.

ESCUELAS DEL CUARTO CAMINO

Las escuelas del Cuarto Camino, o agrupaciones de denominación similar, se basan en las enseñanzas de un maestro esotérico de origen ruso llamado George Gurdjieff y su discípulo Ouspensky.

Gurdjieff expresa la idea que los seres humanos, con solo raras excepciones, viven en un estado análogo al del sueño . Para superar este estado somnoliento se debe despertar acordándose de uno mismo. Para ello utilizaba diversos ejercicios( superesfuerzo, training psicológicos, movimientos rítmicos, danzas rituales, tareas que ordena el maestro). Por su parte Ouspensky expresaba que la única salida que tenia el hombre era a través de las Escuelas y las enseñanzas del maestro y en esa evolucion el discípulo podía elevarse y tomar conciencia hasta llegar a N° 7, la escala mas alta para un hombre.

En la Argentina las Escuelas del Cuarto Camino mas conocidas son el Instituto Yen, Escuela de Conocimiento y el Instituto Monlam, ambos dirigidos por el maestro Mehir (Mario Indig) y la Fundación Escuela de Yoga de Buenos Aires dirigida por el maestro Juan Percowich.

GRUPOS ESPIRITISTAS

El origen de este movimiento se remonta al hogar de las hermanas Fox, quienes en l848 expresaron que se comunicaban con los espíritus de los muertos. Pero la gran figura que le dará trascendencia a esta corriente fue Allan Kardec, quien publico importantes libros como El libro de los Espíritus y el Evangelio según el Espiritismo.

En la Argentina fue la Escuela Científico Basilio, fundada en l917, por Blanca Aubreton, la organización mas importante en su tipo.

La doctrina expresa que la persona consta de tres elementos: el cuerpo material, el alma o ser inmaterial y un cordón que une a los dos y que puede verse en las secciones espiritistas a través de los mediuns.

GRUPOS GNÓSTICOS

Los gnósticos persiguen la liberación de la conciencia, como el instrumento que nos permite investigar la realidad de los mundos superiores.

Este movimiento nació en el siglo II de nuestra era y produjo el primer enfrentamiento importante dentro de la doctrina cristiana. Los gnósticos señalaban que Jesús enseño dos doctrinas: una para el mundo común y otra oculta para los discípulos. Fueron expulsados de la Iglesia, luego de un encarnizado debate.

El gnostismo contemporáneo nace en Colombia cuando Samuel Aun Weor, funda el Movimiento Cristiano Gnóstico Universal en l950. Este líder expresaba en uno de sus libros que: “La Iglesia gnóstica es la Iglesia invisible de Jesucristo. Para ver esta Iglesia hay que viajar en cuerpo astral y solamente nuestro movimiento puede enseñarle ese secreto”.

El estudio dentro del gnosticismo dura aproximadamente cuatro años y en ellos se enseña filosofía, arte, religión y ciencia, todo desde una óptica esotérica.

HARE KRISHNA

El hindú Abhay Charan De, mas conocido como Bhaktivedanta Swami Prabhupada fundo la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna en l965. La Doctrina esta basada en la filosofía advaita y los preceptos del gurú. Su norma central se basa en cantar un mantra: hare krishna, hare krishna, krishna, krishna, hare, hare, hare rama, hare rama, rama, rama, hare, hare, un mínimo de 1728 veces por día, y practicar los cuatro principios regulativos

(no comer carne, pescado o huevos; no practicar sexo ilícito; no tomar intoxicantes; y no practicar juegos de azar ni especulación mental, eso es no razonar).

Los adeptos viven en estructuras cerradas y deben obedecer ciegamente al gurú. Luego de la muerte de Prabhupada en l978 la secta comenzó a declinar y se ha caracterizado por rupturas y escándalos producidos por sus nuevos líderes. Tanto en Estados Unidos como Europa han sido denunciado por sus técnicas de reforma de pensamiento y por trafico de joyas y drogas.

En la Argentina se han dividido en dos grupos, manteniéndose la actividad en Capital Federal, Rosario, Córdoba y Mendoza.

LAS 8 REINAS

Juan Alfredo Unger, fundador de Por un Mundo Mejor o Las 8 Reinas desarrollo sus actividades en la zona norte del gran Buenos Aires. Ofrecía cursos de control mental, bionergia y conducía un programa radial sobre autoayuda. En l990 salto a la tapa de los diarios luego que varios padres lo denunciaran por corrupción de menores y abuso deshonesto.

A mediados de l994 el fiscal de la causa, Dr. Carlos Federico Vales Garbo solicitó 12 años de prisión por corrupción y abuso deshonesto agravado. En el extenso fallo el fiscal señala: “..un individuo para satisfacer y exacerbar deseo propios, abusando de su condición de líder de una secta esotérica somete con frecuencia a una de las menores de la misma de catorce años de edad, a practicas y actos sexuales acusadamente prematuros, incitando sus sentidos e inclinándola a practicas viciosas, consistentes en: besos en la boca y cuello en forma súbita y agresiva; manoseo de senos y genitales; contactos corporales e impúdicos en presencia de otras personas, entre ellas menores; exhibiciones fílmicas de torpe obscenidad y esoterismo sugerentes de practicas y conductas desviadas; lo que sumados a una intensa y constante acción psicológica de desvalorización y ataque de su autoestima, su moral sexual y su entorno familiar directo, mediante la aplicación de técnicas de persuasión coercitiva basadas en el miedo, la violencia y el engaño, resultan manifiestamente aptos para pervertirla y dejarle rastros deformantes en su normal desarrollo sexual; provocarle una honda perturbación psíquica y una alteración esencialmente moral”.

Valentina de Andrade

En l984 la brasileña Valentina de Andrade fundo en la ciudad de La Plata su propio grupo. La líder aseguraba recibir mensajes extraterrestres desde l981 y ser la única que poseía el ‘conocimiento universal’. La doctrina se enseña en un libro de la fundadora “Dios, la gran farsa”, donde se explica que los seres humanos están gobernados por un ser nefasto llamado Dios y que muy pronto será destruido, pues “…es inminente el choque de un sol apagado, que lleva la marca de la Bestia y destruirá esta experiencia cósmica equivocada”.

El grupo paso a la fama en l992 cuando en Brasil un pai umbandista fue detenido por el asesinato ritual de un niño de siete años. En aquellos días la policía brasileña sospecho del grupo de Valentina de Andrade pues al ser allanado el domicilio de la líder se encontró un vídeo comprometido y escritos donde se hablaba muy mal de los niños. Según Valentina los niños nacidos después de l981 eran criaturas del mal.

Las sospechas no se comprobaron y el grupo puede circular libremente por las calles brasileñas y argentinas. Hoy, la secta se reúne en una quinta del gran Buenos Aires y está en plena extinción.

MEDITACIÓN TRASCENDENTAL

El gurú Maharishi fundo el grupo en l958 y según sus propios escritos no es una religión sino que es una técnica que sirve para mejorar el estilo de vida a través de recitar un mantra durante 20 minutos a la mañana y posteriormente a la tarde.

El momento de mayor auge de la MT se produjo a mediados de los sesenta cuando Los Beatles se fotografiaron con el gurú, pero al poco tiempo se desilusionaron. John Lennon, entrevistado por la revista Rolling Stone, expresaba así su ruptura: “Le dedique una canción al Maharishi. Se titulaba ‘Sexy Sadie’. No me atreví a decir, Maharishi hemos hecho el idiota por tu culpa… Cuando le dije ‘nos vamos’, el preguntó ¿ por qué? Y el resto del rollo, y yo le dije: ‘si eres tan cósmico lo sabrás’, porque siempre estaba intentando insinuar, lo mismo que sus consejeros, que hacia milagros. Le dije ‘ya lo sabes’ y él me miro como diciendo ‘te voy a matar, hijo de puta’ y cuando me miró supe que era cierto”.

MISIÓN DE LA LUZ DIVINA

El gurú Maharaj Ji comenzó su fama desde muy pequeño. A los 13 años y con el apoyo de su familia viajo a Occidente. Su doctrina enseña la reencarnación y la practica de tres ejercicios para acercarse al conocimiento de lo divino: la visión de la luz divina, la escucha de la música celestial, y la degustación del néctar divino.

El grupo que tuvo su auge en los años setenta comienza a declinar a mediados de los ochenta cuando su líder se casa con una rubia azafata y ante la oposición de su madre, éste la expulsa del grupo. Es famoso por vivir en la opulencia y la gran cantidad de Rolls Royce que posee.

El gurú visita la Argentina todos los años, aunque los seguidores locales están en franca declinación.

IGLESIA DEL REVERENDO MOON

La Iglesia de Unificación nació en l954 en Corea. Su líder, Sun Myung Moon, se presenta como el Mesías, el continuador de Jesús.

La doctrina del grupo expresa que Dios se divide en dos partes, una exterior a El ( el universo), y otra interior e invisible( lo espiritual). El pecado llego a causa de que “Eva tuvo relaciones sexuales con Lucifer y luego con Adán”.

Los adeptos deben aceptar a los ‘verdaderos padres’, el reverendo Moon y su esposa y aceptar a Corea como el nuevo Israel, la tierra del mesías.

En su afán para luchar contra Lucifer, encarnado en el comunismo, apoyaron las mas sangrientas dictaduras de América Latina e invirtieron importantes sumas de dinero. Solamente en Uruguay son dueños de un banco de crédito, dos hoteles internacionales, un diario y una imprenta.

MORMONES

La Iglesia de los Santos de los Últimos Días, mas conocidos como mormones, fue creada en l823 por Joseph Smith en Estados Unidos. El líder cuenta que un día se le apareció un ángel llamado Moroni que le revelo la verdadera historia de Dios. El libro del Mormón resume su principal doctrina, la cual es bastante confusa.

Desde un principio los mormones tuvieron problemas con la sociedad por aceptar la poligamia y considerar a la raza negra como inferior. Para evitar las persecuciones se trasladaron a un desierto en la zona oste de los Estados Unidos, lo que hoy se conoce como el estado de Utah.

Durante los años setenta se los acuso de trabajar para la CIA en todo el mundo y de haber participado en el derrocamiento de Salvador Allende en Chile y del general Torrijos en Panamá.

NINOS DE DIOS

Los Niños de Dios nacen en l969 en los Estados Unidos. Su fundador fue un pastor evangélico llamado David Berg. La doctrina del grupo se basa en la Biblia y la particular interpretación de su líder, tambien conocido como Moisés David o Padre Mo. Odian al Sistema, son apocalípticos y le dan una gran importancia al sexo, como un regalo de Dios.

En l972 comenzaron a tener problemas con la Justicia norteamericana y posteriormente debieron pasar a la clandestinidad en la mayoría de los países occidentales por las denuncias de corrupción de menores y prostitución.

En la Argentina fueron prohibidos en l977 pero retomaron sus actividades con fuerza a partir de l985, cambiándose el nombre por La Familia. Tuvieron problemas con la Justicia en l989, l992 y l993. En este ultimo caso sus líderes fueron detenidos por mas de 100 días por orden del juez federal Marquevich, pero la Cámara de San Martín, en fallo dividido, los libero. La mayoría de sus miembros se han marchado del país, principalmente a Chile y Brasil. Hacia fines de l994 se los detecto en la provincia de Córdoba, intentando crear instituciones para jóvenes drogadependientes.

SAI BABA

Sai Baba nació Puttaparthi, un pequeño pueblo de la India, en l920. La historia oficial relata que a los 13 años anuncio que “no era humano, era la reencarnación de un santo mahometano, llamado Sai Baba de Shirdi”.

El crecimiento de este grupo se debe en parte al lenguaje light, no agresivo como otros grupos hindúes. Sai Baba dice: “Todas las religiones son mías. Ustedes no tienen necesidad de cambiarse de una religión a otra, sigan adelante con sus propios modos y sus practicas de adoración y cuando así lo hagan se acercaran mas y mas a Mi. La religión de Sai Baba es la esencia de toda Fe y toda Religión, incluyendo aquellas como el Islamismo, el Cristianismo y el Judaísmo”.

Un dato interesante en Sai Baba es que no duda en presentarse públicamente como dios y en criticar a quienes dudan de sus milagros: “¿ Cómo puede lo limitado conocer la profundidad de lo ilimitado? ¿ Cómo puede la hormiga socavar una montaña? El saber sobre Mí está fuera de sus manos. !No! Ustedes son incapaces de comprenderme”.

Pero hasta los dioses que viven en esta tierra sufren los peligros mas mundanos. La noche del 6 de julio de l993 un grupo de devotos interrumpieron en su palacio e intentaron asesinarlo. Lo salvo una alarma-según palabras de Baba- que tenia al lado de su cama y conectada a la policía local. Murieron tres guardaespaldas y los atacantes fueron muertos en forma confusa por la policía. Narasimhaiah, un periodista de la India, expreso: “Lo salvo una alarma. Solamente los mortales comunes tiene esas cosas. Sai Baba debía tener algo que temer; sino, no ha hubiera instalado”.

SECTAS PLATILLISTAS

En los últimos años un hecho nuevo ronda el mundo sectario. La aparición de decenas de grupos, algunos muy pequeños y otros claramente organizados, que a partir del fenómeno ufológico se han estructura como sectas. Estos grupos en mayor o menor medida, señalan que Jesús es un extraterrestre que vive confortablemente en una nave espacial, orbitando la tierra.

Entre los grupos de mayor actividad encontramos a la Fundación Cosmobiofisico de Investigaciones (FICI) de Pedro Romaniuk; al grupo Alfa de Francisco Checchi; la Fundación para el Encuentro Cósmico( FUPEC) que preside Dante Franch; el comando Ashtar ;

Fraternidad Cósmica que siguen al italiano Eugenio Siragusa y Misión Rama del peruano Sixto Paz Wells.

Los grupos platillistas en la Argentina han elegido varios santuarios para realizar sus peregrinaciones en busca de OVNIS y seres extraterrestres. Los principales se encuentran en el cerro Uritorco, provincia de Córdoba; la estancia La Aurora, en Salto, Uruguay y la ciudad de Victoria en la provincia de Entre Ríos.

SILOISMO

Su fundador es el argentino Mario Rodríguez Cobo, mas conocido por Silo. El grupo comienza a funcionar en los años sesenta y a través de su historia fue cambiando de nombre:Poder Joven, La Comunidad, Partido Humanista, Partido Verde y desde l988 como El Movimiento.

La base teórica del siloismo consiste en practicar varias técnicas de autoliberación que llevan ‘a reconciliar el pasado, presente y futuro’ de cada persona. El adepto deberá realizar ‘experiencias guiadas’ con un instructor que consiste en ejercicios de meditación que le permiten reconciliarse con el pasado. Otra de las experiencias de meditación es encontrarse con el ‘guía interno’ que debe ser construido y encontrado por el propio adepto. El ‘guía’ ha de tener tres requisitos: “sabiduría, bondad y fuerza” ; no es un ser ‘físico’ y su presencia ‘solo se siente’ y para ser invocado ha de ser llamado con ‘una gran fuerza emotiva’ .

El siloismo se ha expandido por varios países latinoamericanos y europeos. Silo vive actualmente en la provincia de Mendoza.

TRADICIÓN, FAMILIA Y PROPIEDAD

La secta, de origen católico, fue fundada en la década del veinte por el brasileño Plinio Correa de Oliveira, quien trataba de difundir las profecías de la virgen de Fátima. En la Argentina comienzan a funcionar a mediados de la década del sesenta, conducida por Cosme Beccar Varela.

La actividad principal en nuestro país fue la lucha contra el comunismo y las enseñanzas del Concilio Vaticano II, como así tambien los documentos episcopales de Medellín y Puebla. Fueron fervientes defensores de la dictadura militar.

En noviembre de l984 sufrieron un duro revés, cuando el gobierno de Venezuela ordeno la prohibición del grupo y los denunció por la desaparición de varios jóvenes, los cuales eran trasladados al Brasil. Los obispos de ese país expresaron que “la TFP incurre en desviaciones y manipulaciones de la doctrina de la Iglesia”. Meses después, abril de l985, la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños emitió el siguiente documento: “Es notoria la falta de comunicación de TFP con la Iglesia del Brasil, con su jerarquía y con el Santo Padre. En su carácter esotérico, de fanatismo religioso y culto prestado a personificar el nombre de María Santísima, conforme a noticias vinculadas, no puede deforma alguna merecer la aprobación de la Iglesia…Siendo así los obispos de Brasil exhortamos a los católicos a no vincularse con TFP o colaborar con ella”.

En la Argentina tuvieron otro escándalo cuando el l991 expulsaron al líder, Cosme Beccar Varela por actitudes blandas con los adeptos. Este publico un libro interno, titulado En defensa propia, donde contaba las humillaciones que pasaban los adeptos, pero el mismo trascendió a la prensa.

TESTIGOS DE JEHOVÁ

Carlos Russell funda el grupo en l872, al romper con la Iglesia Adventista. En un principio se llamaron La Torre de Vigía y posteriormente Aurora del Milenio, adoptando recién en l931 el nombre de Testigos de Jehová.

La doctrina de los Testigos es apocalíptica; anunciaron el fin del mundo en l914, 1925, 1976 y l984. No creen en la divinidad de Jesús y rechazan la inmortalidad del alma. Desde su nacimiento han tenido problemas en diversos países por negarse a aceptar los deberes cívicos y sociales, como así tambien rechazar las transfusiones de sangre.

Se mantienen aislados de la sociedad y para ello poseen una extensa lista de prohibiciones para los adeptos. Veamos algunas:

no se debe cantar nada que ensalce la patria, la bandera o cualquier símbolo patrio; no se deben leer novelas, ni libros, ni diarios, ni escuchar radio o ver televisión; las mujeres no deben usar pantalones; no se puede participar de bodas, si no son Testigos; no se puede participar en loterías o juegos de azar; no se debe ayudar a los mendigos; no se puede brindar con una copa en alto, etc. Etc.

UMBANDISMO

La Umbanda es un culto sincretista que se forma en base a religiones africanas, mezcladas con catolicismo, cultos indígenas, espiritismo y ocultismo. Su origen se da en Brasil donde millones de personas lo practican. El primer templo umbanda que se registra en Argentina data de l961, pero su auge se da en la década del ochenta.

La practica de este culto esta a cargo del pae o la mae . En las sesiones el adepto asiste con alguna dolencia o mal espiritual, quien necesitara de los dioses para expulsarlo. En la reunión aparecerán los ‘pretos velhos’ que son los espíritus que perdonan las fallas humanas y curan a los enfermos. En algunos casos, para enfrentar el mal, se recurre a Exu y se sacrifican animales comestibles: cabritos, gallinas, palomas.

Quienes trabajamos en la Fundación FAPES recibimos a muchísimas personas y familias, la mayoría de condición humilde, que terminan esclavizados por el pae o la mae y los supuestos ‘trabajos’ que le han realizado.

EL DRAMA DE LAS FAMILIAS AFECTADAS*

  EL DRAMA DE LAS FAMILIAS AFECTADAS*

Ya hemos explicado el drama de un joven bajo la acción de una secta destructiva. Como lentamentente va minando su libertad y termina convirtiéndose en un esclavo moderno. Pero este drama, desgraciadamente, no abarca solamente a joven sino que involucra a toda su familia. Desde que comencé a investigar la problemática de las sectas he visto los rostros con lagrimas de padres, madres y hermanos que no saben que hacer cuando un integrante de la familia ha sido captado por una secta. La mayoría se sienten culpable, tienen vergüenza, miedo y, por sobre todas las cosas, desesperanza por no saber como actuar.

Habitualmente los padres consultan a los seis meses o al año, pero nunca antes, pues en general no están informados sobre los síntomas que padece un joven bajo el dominio de un grupo destructivo. Veamos entonces el siguiente cuadro realizado por el Dr. Louis West de la American Family Fountation sobre el Síndrome de la persona indoctrinada sectaria:

1)Cambio repentino y drástico en la jerarquía de valores de la víctima, incluyendo el abandono de sus metas personales o de estudios anteriores. Los cambios son súbitos y catastróficos, en oposición a los cambios graduales que podrían resultar de una maduración o educación.

2)Reducción de la flexibilidad y adaptabilidad cognitiva. La víctima contesta a las preguntas de forma mecánica, sustituyendo lo que podrían haber sido sus propias respuestas por otras estereotipadas, especialmente sectarias.

3)Afecto embotado y estrecho. Se suprimen los sentimientos espontáneos de amor y afecto de las relaciones interpersonales. La víctima puede aparecer inexpresiva emocionalmente, sin vida, o demasiado alegre y bulliciosa.

4)Regresión. La víctima se vuelve infantilmente dependiente respecto a los lideres de la secta y desea que estos tomen las decisiones.

5)Los cambios físicos, que a menudo incluyen perdida de peso con un deterioro considerable de la apariencia física de la víctima acompañado de una expresión facial extraña o de mascara, estando la mirada en blanco o evasiva.

6)En algunos casos pueden aparecer unos cambios psicopatologicos, incluyendo la disociación, meditaciones obsesivas, pensamientos alucinatorios, alucinaciones, así como varios síntomas y señales psiquiátricos mas.

Los síntomas psicopatologicos derivados de la pertenencia a una secta destructiva son muchos y variados. Desde hace unos

años la Asociación Psiquiátrica Americana en su Manual de Diagnostico y Estadística ha reconocido la patología que sufre el adepto a una secta destructiva como Desordenes Disociativos Atípicos: “una categoría residual a utilizar para aquellos sujetos que demuestran tener una Perturbación Disociativa, pero que no se ajustan a los criterios de una Perturbación Disociativa especifica. Los ejemplos comprenden los estados parecidos al trance, desrealizacion no acompañada de despersonalizacion y aquellos estados disociados mas prolongados que pueden darse en personas que han estado sujetas a periodos de prolongada e intensa persuasión coercitiva(lavado de cerebro, reforma del pensamiento y adoctrinamiento, mientras han estado en poder de terroristas o sectas)”

Consejos para padres

Cuando comencé en los primeros años a investigar las sectas los padres me consultaban, habitualmente, por algún grupo conocido(secta Moon, Niños de Dios o Hare Krishna). Lamentablemente en los últimos tres o cuatro años ya no solo vienen padres, sino maridos, esposas, amigos y últimamente también abuelos, preocupados por sus hijos ya adultos, pero especialmente por sus nietos. Y lo que es peor: las consultas ya no se hacen solamente por sectas conocidas sino que están referidas a nuevos grupos, algunos son muy pequeños(Las 8 Reinas, Hamir, Escuelas del Cuarto Camino y grupos vinculados a la new age).

“Hubiera preferido que mi hijo se hiciera drogadicto, antes que meterse en esa secta de mierda; por lo menos hubiéramos sabido qué hacer, existen programas de rehabilitación, la justicia entiende del tema…”,expresa angustiado un padre que tiene una hija de 27 años en una secta que sigue a Gurdjieff.

Marsha Addis, promotora del primer programa docente dirigido a familias de sectarios en la Universidad de los Angeles señala que los padres se sienten:

-Desamparados(‘No podemos hacer nada, este problema es demasiado grande para nosotros’)

-Aislados(‘Nadie puede entender con lo que nosotros debemos luchar, y si alguien lo supiera, nos lo reprocharía’)

-Disgustados(¿Como ha podido nuestro hijo hacernos esto?

¿Por que la sociedad ha permitido que esto ocurra?)

-Culpables(‘Debemos haber hecho algo muy equivocado como padres para que nuestro hijo nos rechace de esta forma’)

-Frustrados(‘No podemos encontrar una solución rápida y fácil a este problema’)

Finalmente esos padres se sienten rechazados por su hijo y resentidos hacia él

Pese a que no soy psicólogo siempre estoy dispuesto a ayudar a quien lo solicite. Muchas veces un simple consejo, un comentario, pueden ayudar. Cuando el problema es mas complicado, pues hay reforma del pensamiento derivo a los especialistas de la Fundacion Argentina para el Estudio de las Sectas. Cierto día, una madre me vino a ver desesperada porque su hijo había entrado a un grupo extraño que se llamaba ‘El Movimiento’ (manejado por Silo).Su hijo,un joven de 26 años, inteligente y de formación católica me conocía y había leído mis libros años atrás. Charlamos largamente, le explique como funcionaba ‘El Movimiento’, quien era Silo y ahí mismo, me digo que no pensaba volver a ir. El joven, que no tenia ningún problema serio, se encontraba un poco solo y había encontrado las ‘buenas ondas’ que se vivían en el grupo. Hoy, sigue haciendo su vida normalmente, pero quizás, si no hubiéramos tenido esa charla, seria un discípulo de Silo. Lo que quiero resaltar es que muchas veces recibir una información a tiempo es de vital importancia para que alguien no cruce las puertas al infierno.

El primer paso para quienes ayudamos en esto es hablar con la familia, saber como son, tener una idea de lo que sucede en el grupo familiar; leer cartas del miembro sectario ausente, si es que las hay. Según informes de la American Family Foundation entre el 25 y el 30 por ciento de los jóvenes que integran una secta han tenido problemas psicológicos, especialmente aquellos vinculados con la madurez. ¿Que decirle a los padres, que desde un inicio no saben como tratar al hijo sectario?

*Lo primero y fundamental es advertirle que no rompan el dialogo con su hijo. Hay una tendencia de los padres a entrar en conflicto inmediatamente y pelearse con sus hijos. Grave error, el hijo esta enfermo, no hay que enfrentarlo, sino acercarse a él. No ayuda en nada recriminar al hijo, ni discutir con él. Tampoco es útil que los padres asuman la actitud de víctimas: “así pagas todo el esfuerzo que hicimos por vos”.

*Hay que enseñarle a los padres a mejorar e incrementar su comunicación y confianza, ya que no se puede influenciar a otra persona si no existe la suficiente confianza y comunicación. Por eso lo primero es contarle como funciona el grupo sectario y que métodos emplea.

En ese dialogo con los hijos no es bueno asumir un tono inquisidor ni tampoco demasiado moralizante. Mucho menos tener compasión por el hijo. Tampoco conviene darle consejos inútiles. Que los padres le recuerden las cosas positivas del entorno anterior a su ingreso a la secta, pues ella tratara de recordarle todo lo negativo de la sociedad. Seguramente al joven le gustaba practicar algun deporte, escuchar alguna música en particular o simplemente ir al cine.

*Los padres no se deben ilusionar con que es fácil restablecer un dialogo con el hijo y que éste abandone la secta. Es prudente que los padres busquen ayuda profesional o que conozcan a otros padres que han pasado por ese mismo drama.

*Por ultimo es muy importante que los padres no cedan nunca a los pedidos de dinero del hijo o a las extorsiones que ‘se van a marchar para siempre de la casa’. No nos olvidemos que todo lo que le entreguen al joven ira a parar a la secta. Incluso la vestimenta que le adquieran.

Niños en sectas

En el juicio realizado por la Audiencia de Barcelona contra Vicente Lapiedra, lider de la secta CEIS,y donde la fiscalía pidió l8 años de prisión por corrupción de menores, prostitución y proxenetismo, una abuela relato que al ser detenida la madre y al quedar a cargo de la nieta, de tan solo seis años, esta antes de irse a dormir, abría las piernas y le pedía a su abuela que le acariciara el sexo. En la secta Los Niños de Dios se les enseña a los padres que ‘eduquen’ sexualmente a sus hijos desde el primer año de vida. A partir de ese momento se les acariciara el órgano genital y al llegar a los cinco o seis años las madres le succionaran el pene. De esta ultima aberración, quien esto escribe tiene fotos que así lo acreditan. Pero sin irnos a tal extremo en la causa iniciada contra Juan Unger en el Juzgado de San Isidro vemos que una menor de l0 años declara que el líder de Las 8 Reinas le acaricia y manosea la parte vaginal. Esta declaración además es corroborada por la psicóloga que la atiende.

Como podemos observar son los niños quienes mas sufren las consecuencias de las sectas destructivas. Y no solo aquellas que incentivan el sexo, las que lo prohiben también son perjudiciales. Por ejemplo Prabhupada, el líder de los Hare Krishna expresa que: “las relaciones intimas de la familia -se refiere a padres e hijos- no son mas que una enfermedad de la piel”. Es que en definitiva en las sectas destructivas se destruye el concepto del núcleo familiar; se diluye el control de los padres biológicos y el líder de la secta pasa a convertirse en el nuevo padre, mientras que la secta cumple el rol materno.

Shirley Landa, especialista y educadora, cofundadora de la Citizens Freedom Foundation expresa que los niños que salen de sectas distintas presentan problemas similares a su psicología y comportamiento. “Estos características -dice Landa- podrían compararse con los rasgos comunes que tenían los niños que habían estado en campos de concentración durante la segunda guerra mundial(el síndrome de supervivencia de campo).En l949,Friedman realizo un estudio sobre 84 de estos niños. Las torturas, las injurias, el hambre,etc., dejaron sus efectos en el comportamiento emocional del niño. Minkowski, psiquiatra frances, se refirió a este comportamiento dándole el nombre de ‘anestesia afectiva’. Esta era una descripción exacta del tipo de comportamiento que presentaban estos niños en relación con los demás, eran emocionalmente superficiales e insensibles. Este modelo de comportamiento se atribuyo a la supresión del miedo y de las ansiedades. Las reacciones defensivas de estos niños con la libertad o el alivio y les eran extremadamente perjudiciales cuando intentaban reanudar sus vidas normalmente. La supresión de las emociones es similar en muchas sectas en el sentido de que los niños no pueden vivir su niñez de una manera normal.

Ya hemos señalado que en las sectas destructivas tanto los adultos como los niños pierden su identidad individual para pasar a asumir la del grupo. Desde ese momento el líder de una secta decide, por ejemplo, que un niño debe ser castigado, los padres no solo permanecen a su lado sino que también, a menudo, participan en las torturas y palizas que serán fatales a sus hijos, la mayoría de las veces.

La libertad de religión es algo que no se cuestiona en un país libre. Sin embargo, esa libertad no puede permitir que el devoto y el grupo priven a sus niños del derecho a crecer y desarrollarse como niños normales(bajo el control, la formación, el apoyo y la protección de sus propios padres).Los niños deben gozar del derecho a recibir cuidados médicos apropiados y una educación decente, como así también recibir todas las vacunas necesarias.

Quisiera destacar que en nuestro país los primeros que interpretaron la gravedad de los menores en sectas fueron algunos asesores de menores. Por ejemplo fue muy importante el rol que jugo el asesor de Menores de la Camara, Dr.Alejandro Molina, para que una menor que vivía con su madre dentro de la secta Las 8 Reinas fuera restituida al hogar paterno. En su informe señalo que: “la menor ha optado por aceptar ‘una ley’ por la que se mantiene inmovil e incapaz de dejar que afloren deseos o sentimientos y por la que posiblemente ‘pueda dar su vida’ como afirman los psicólogos a partir de experiencias en la materia…lo que le pasa a la menor es algo que no podemos determinar exactamente, si es víctima de una sugestión hipnótica o si se encuentra sometida a un vinculo de ‘locura enloquecedora’ o cuestión similar que la psiquiatría y la psicología describen, quizás lo sabremos cuando tome un mínimo de conciencia de la realidad y pueda expresar algún sentimiento, todo eso que por ahora es imposible y que justifica que se tomen medidas para su protección..”

Desprogramadores

Ya hemos observado que cuando alguien ha sufrido un proceso de modificación del pensamiento solo puede recuperar sus capacidades psíquicas sometiéndose a un adecuado tratamiento clínico. Si el joven es menor de edad y los padres no integran la secta con una simple orden judicial si le puede prohibir asistir al culto y obligarlo a un tratamiento. Cuando el joven es mayor de 21 años no se lo puede obligar a abandonar el grupo y es alli cuando muchos padres que han leído algo sobre el tema de las sectas me plantean una posible desprogramacion.

En primer lugar les explico que la ley protege la libertad ideológica y religiosa. Además les señalo que el tema de la desprogramacion es un tema urticante, especialmente en la Argentina, ya que significa utilizar métodos similares a los de la secta y sobre todo, asumir el secuestro liso y llano de una persona.

Este método, que ya casi no se utiliza en la actualidad, consistía en que una persona con sólidos conocimientos psiquiátricos, conocedor de las religiones y especialmente de las sectas destructivas, junto a su familia secuestrara al joven y lo encerrara en un departamento. Allí el desprogramador empezaba a discutir con el adepto durante dos o tres días hasta quebrarlo emocionalmente. A partir de esa apertura emocional el joven comenzaba a comprender el infierno que vivió y con una terapia adecuada el joven recupera los elementos de su propia personalidad. El utilizar estas técnicas daba argumentos a las sectas para que presentaran demandas ante la Justicia por secuestro y torturas, hechos que no sucedían en una desprogramacion. En general los jueces no condenaban a esos padres y fallaban contra la secta. Pero ya hemos explicado que lo importante es no darle ningún tipo de argumentos a los grupos sectarios.

*Capitulo extraido del libro Sectas, Cuando el Paraiso es un Infierno, de Alfredo Silletta. Editorial Beas, Bs.As.,l992

Como prevenirse de las sectas destructivas

Como prevenirse de las sectas destructivas

 

PREVÉNGASE DE LOS RECLUTADORES DE LAS SECTAS

Muy pocas personas se han convertido en miembros de sectas por propia voluntad. Indistintamente del grado de vulnerabilidad que puede tener cada persona, la acción de un reclutador puede ser decisiva.

CUESTIONE a la gente con respuestas fáciles o soluciones a todos los problemas del mundo.

Mientras pueden encontrarse algunas respuestas fáciles, las cosas pueden ser distintas de como aparecen al inicio.

CUESTIONE a la gente que parece excesiva e inapropiadamente amistosa.

Hay muy pocas amistades instantáneas.

CUESTIONE a la gente que invita a comidas gratis con charlas, donde los objetivos no están claramente establecidos.

Seguramente hay un programa de actividades oculto.

CUESTIONE a la gente que lo presiona porque “todo el mundo lo está haciendo”.

Después de todo, “todo el mundo” puede estar cometiendo un error.

CUESTIONE a la gente que trata de manejarlo mediante la culpa.

La culpa inducida por otros es muy raramente una emoción productiva.

CUESTIONE invitaciones a encuentros grupales con metas no claras.

No hay razón para ser vago y evasivo, a no ser que haya algo que esconder.

PREVÉNGASE DE LA MANIPULACIÓN

La mayoría de las sectas usan muy desarrolladas técnicas de control de la conducta que son eficaces en cualquier persona, bajo las condiciones adecuadas. Aquellos que se creen inmunes, solo suelen ser más vulnerables.

El ataque se dirige a sus emociones; no a su intelecto

Dos principios básicos en la coerción psicológica son:

1. Si usted puede hacer que una persona se COMPORTE de la manera en que usted desea, también puede hacer que CREA lo que usted quiere.

2. Los cambios drásticos en el ambiente (físico, humano) aumentan la capacidad de sugestión, y posibilitan cambios radicales en actitudes y creencias.

LAS SECTAS QUIEREN GENTE

–INTELIGENTE

–IDEALISTA

–INTELECTUAL Y ESPIRITUALMENTE CURIOSA

¿ Es usted así ? PREVÉNGASE. Por qué razón concurriría por horas, o días, a reuniones con un grupo extraño sin conocer:

— Quién financia a la agrupación.

— Sus ideas, creencias y relaciones.

— Qué es lo que ocurrirá en la reunión.

— Qué desean de usted.

— Si será libre y capaz de dejar el encuentro cuando quiera.

SEA CONCIENTE DE SU VULNERABILIDAD

Las técnicas de manipulación de las sectas son muy poderosas; trabajan en usted, esté o no experimentando dificultades. De todas formas, si una secta se aproxima cuando uno enfrenta algún problema grave en su vida, entonces se es mas vulnerable.

La próxima vez que usted se sienta sobrepasado por la tensión creada por:

· presiones de estudio o laborales

· relaciones rotas

· sentimientos de soledad

· presiones familiares o grupales

· decisiones difíciles de tomar

… lo ayudará contar con alguien que conozca y en quien pueda confiar, como:

— un amigo

— padres, u otros familiares de confianza

–personas a quien siempre ha respetado

— la adecuada asistencia de un profesional

Desconfíe de las amistades repentinas e incondicionales que surgen en esos momentos. LAS SECTAS EXPLOTARAN SUS MOMENTOS DE ANGUSTIA.

Ellas no están interesadas en ayudarlo, sino en ayudarse a sí mismas. Confiar en las promesas sectarias puede conducirlo a la separación de su familia, amigos, recursos económicos, y de la capacidad de pensar por sí mismo.

Las sectas quieren libremente todo su tiempo, de por vida, comprometido como reclutador y recaudador de fondos.

¿ … Eso está en sus planes?

CONOZCA LOS EFECTOS NOCIVOS

Permanecer vinculado psicológica y socialmente a una secta, incluso por un corto tiempo, puede llevarlo a las siguientes consecuencias:

— Pérdida de la capacidad de elegir y libre voluntad

— Disminución de su habilidad intelectual, lenguaje y sentido del humor

— Reducción de su poder de abstracción

–Disminución de su capacidad para establecer nuevas relaciones personales

— Pobre capacidad de discernir

— Graves deterioros físicos

— Desnutrición

–Alucinaciones, pánico, disociación, culpa, dispersión de identidad y paranoia

— Distintas patologías neuróticas y psicóticas, con impulsos suicidas

TÉCNICAS DE CONTROL DE LA CONDUCTA

— HIPNOSIS. La inducción de un estado de alta predisposición a la sugestión bajo hipnosis es a menudo sutilmente enmascarado bajo los nombres de relajación o meditación.

— PRESIÓN GRUPAL. La supresión de la duda y la resistencia a las nuevas ideas se consigue explotando la necesidad de pertenecer a un grupo.

— BOMBARDEO DE AMOR. Creación de un sentido de familiaridad y pertenencia a través de abrazos, besos, el contacto físico y los halagos continuos.

— RECHAZO DE VALORES ANTERIORES. La constante renuncia de los pasados valores y creencias acelera la aceptación del nuevo estilo de vida.

— DOCTRINA OSCURA. Fomenta la aceptación ciega y el rechazo de la lógica a través de lecturas complejas de una doctrina incomprensible.

— ANULACIÓN DE LA PRIVACIDAD. Consigue la perdida de la evaluación lógica, a través de la imposibilidad de reflexionar en soledad.

— PRIVACIÓN DEL SENTIDO DEL TIEMPO. Evitando la presencia de todo reloj, se destruye la capacidad de evaluar la información, reacciones personales y funciones corporales en relación al paso del tiempo.

— REGRESIÓN. Se obtiene a través de la orquestación de conductas infantiles, una obediencia infantil.

— REGLAS DE NO COMPROMISO. Se induce la regresión y la desorientación por medio de la implantación de rígidas reglas sobre horas y modos de comer y dormir, de lavarse y de uso de medicamentos.

— ABUSO VERBAL. Se anula la sensibilidad a a través de ataques con un lenguaje agresivo e insultante.

— PRIVACIÓN DEL SUENO Y FATIGA. Crea desorientación y vulnerabilidad, prolongando la actividad por la uniformidad de ropajes en el grupo.

— CÓDIGOS DE VESTIMENTA. Se anula la individualidad por la uniformidad de ropajes en el grupo.

— CANCIONES Y CÁNTICOS. Se eliminan las ideas ajenas al grupo, a través de la repetición de cantos o frases estereotipadas.

— CONFESIONES. Se consigue la destrucción de las individualidades mediante la denuncia ante el grupo, a través de las debilidades, sentimientos y dudas de cada uno.

— COMPROMISO FINANCIERO. Obtiene una creciente dependencia al grupo rompiendo lazos con el pasado mediante la donación de dinero.

— SEÑALAMIENTO. Crea un falso sentido de rectitud, apuntando los defectos del mundo exterior y de otros cultos.

— JERARQUÍA OSTENTOSA. Promueve la aceptación de la autoridad del culto, prometiendo elevación, poder y salvación.

— AISLAMIENTO. Induce la perdida de realidad mediante la separación física de los parientes, amigos, sociedad y de toda referencia externa.

— APROBACIÓN CONTROLADA. Mantiene la vulnerabilidad y confusión, premiando o castigando alternativamente similares acciones.

— CAMBIO DE DIETA. Crea desorientación e incrementa la susceptibilidad al desborde emocional, privando al sistema nervioso de sustancias necesarias para una función normal.

— JUEGOS. Inducen dependencia al grupo, a través de reglas complejas y oscuras.

— FALTA DE CUESTIONAMIENTO. Se desalienta toda critica, conduciendo a la aceptación automática de creencias.

— CULPA. Se refuerza la necesidad de ‘salvación’, exagerando las faltas del anterior estilo de vida.

–TEMOR. La lealtad y obediencia al grupo se mantienen a través de la amenaza moral o física ante el más leve pensamiento, acto o palabra ‘negativos’.

–REEMPLAZO DE RELACIONES. Se destruyen las familias anteriores al ingreso a la secta, mediante el arreglo de nuevas parejas y ‘familias’.

Seguramente existen agrupaciones caritativas, amistosas, saludables. Este llamado de atención apunta a discernir, e interrogar plenamente a todo grupo interesado en uno, antes de encontrarse involucrado en forma parcial, o total, como nuevo miembro de una secta.

¿Porque se ingresa a una secta?

¿Porque se ingresa a una secta?

¿Porque la gente entra en una secta?. Esta es sin lugar a dudas una pregunta muy difícil de responder. En primer lugar no hay una sola causa ni una sola respuesta. Muchos estudiosos han buscado la respuesta en la crisis de la modernidad. Francisco Sampedro ha expresado: “La postmodernidad supone una critica a la modernidad, tanto desde el punto de vista de la racionalidad científica como desde la realidad sociopolitica. En el plano socioeconómico la racionalidad científica y técnica no ha podido responder a las necesidades de subsistencia y de bienestar de grandes sectores de la población. En el plano socio-político la racionalidad no ha podido plasmar una sociedad en justicia, libertad y fraternidad para todos, que eran los valores democráticos de la modernidad. Quizá se debe esto a que, en el fondo, se ha pretendido una racionalidad secularista, sin base etica”. Por su parte el filosofo León Rozitchner expresa que “el desencanto ante la política, la economía del libre mercado y la religión oficial produce un abismo, un vacío que debe ser llenado de algún modo” y como dice Chesterton: “que el hombre deje de creer en Dios no significa que no crea ya en nada, sino mas bien que es capaz de creer en cualquier cosa”. Finalmente el sociólogo Michael Maffesoli expreso que a partir del triunfo de la racionalidad económica y del fracaso de las ideologías los hombres necesitan volver a encontrar su pertenencia y para ello se vinculan a un club deportivo, una secta, una etnia o un grupo new age. “Estos grupos -dice Maffesoli- cumplen la función de proveedores de identidad que antes desempeñaban la política o los sistema unificados de creencias”. Y agrega: “la sociedad, luego de haber transitado de la religión a la política , se encuentra hoy transitando de la política a la religiosidad cotidiana a través de una multiplicidad de rituales cuyo inventario queda por hacer”.

LIDERES: ¿PSICOPATAS O ILUMINADOS?(*)

LIDERES: ¿PSICOPATAS O ILUMINADOS?(*)

“Si usted conociera a mi hijo, es tan inteligente, no puedo comprender como sigue a ese gurú o maestro como le dicen. Pero uno lo ve y se da cuenta que es un fanático… Perdone que sea reiterativa, pero mi hijo es tan racional, tan brillante, promedio 8,60 en la Universidad, como puedo aceptar que siga como un idiota a ese charlatán… “expresa angustiada, entre lagrimas, la madre de un joven de 23 años que dejo 4’año de Ciencias Económicas y se fue a vivir en comunidad a una secta de origen oriental.

El ser humano ha evolucionado de manera fascinante. Cualquier científico examina admirado la evolución de las especies. Imaginemos al hombre de la prehistoria, enfrentando con su propias manos a la naturaleza, que temía tanto a un rayo como a la lluvia y también a la luna y al sol. Ese hombre ha evolucionado hasta manipular el átomo o crear naves para viajar a la luna. Pero, ese hombre que ha logrado crear tanto, que ha evolucionado racionalmente hasta manejar a su antojo este planeta, sigue siendo espiritualmente igual al hombre de las cavernas.

El ser humano tanto pobre como rico necesita creer, necesita compartir algo trascendental y no solamente los que creemos en Dios; también aquellos que lo niegan. Decía Jean Paul Sartre que el hombre para superar la angustia de saber que es finito, que se muere, debe creer y crear algo para sentir que puede trascender.

Y esas creencias, que el hombre necesitó y necesitará para hacer la vida soportable, muchas veces se transformaron en mayores sufrimientos para la persona. Karl Marx creía que la religión es el opio de los pueblos. Sin aceptar esta afirmación debemos reconocer que la religión o las creencias pueden ayudar a trascender al hombre como hundirlo en sus propias frustraciones. En el nombre de Dios hay pueblos que se han liberado pero otros se han esclavizados. Seguramente el Dios de monseñor Romero, asesinado en El Salvador(que es el mismo Dios de quien escribe esto) no tiene nada que ver con el Dios del general Pinochet.

Volviendo al tema de las creencias, digamos que son en definitiva la seguridad que necesita nuestro marco emocional. Y en esas creencias encontramos las verdaderas religiones y también las sectas destructivas, lo bueno y lo malo.

Fanatismo y Verdad Absoluta

“Cuando tenia l8 años era un tipo extraño. No tenía muchos amigos y con mis padres no existía ningún tipo de comunicación, en una palabra estaba solo. Cuando entré a la secta Moon me sentí bárbaro, perdí el miedo a comunicarme con los demás y de pronto sentí que todo estaba super bien: me organizaban la vida y me daban las respuestas a cada duda que tenia…”,señala Alberto. Y agrega, ante el rostro angustiado de sus padres y de quien escribe :”yo hubiera dado la vida por el reverendo Moon”.

Lideres hay muchos. Sé autodenominan gurú, maestro, pastor, reverendo, profeta, swami, presidente, padre, comandante. Algunos son más poderosos que otros, pero todos, en mayor o menor medida pretenden ejercer un poder divino, celestial. Ello significa que el líder lo sabe todo y lo prevé todo. Nadie puede dudar de sus afirmaciones, ni de sus escritos o sus ordenes. El reina en forma absoluta y sin discusión. Recordemos que las adeptas de Las 8 Reinas, creían que a través del semen de Unger llegaban seres espaciales para ‘limpiarlas’ o que los fieles de Valentina de Andrade aceptan que todos los niños nacidos despues de l98l son nefastos. El dominio del líder es tal que hasta el hecho más irracional es aceptado. Aquí muchos podrán señalar que ser líder no tiene nada de malo. Que en la historia de la humanidad han existido lideres que han cumplido un papel fundamental, como por ejemplo Gandhi o De Gaulle en la segunda guerra mundial. En otras palabras ser líder no es malo, ser lider-fanatico si lo es. Recordemos la etimología de la palabra fanático y lo comprenderemos mejor. Fanático deriva del vocablo latino ‘fanum’, que significa templo, lugar sagrado. En otras palabras el fanático considera su creencia, su ideal como algo sagrado y como tal, por encima de cualquier cosa.

Eric Hoffer, autor de El verdadero Creyente describe de la siguiente forma los rasgos del fanático: “sentirse en posesión de una verdad que es única y no tener ninguna duda de su exactitud, sentir que es empujado por un misterioso poder que puede ser Dios, el destino, la ley o la historia, estar convencido de que sus oponentes son la encarnación del mal y deben ser aplastados”. Es decir que el fanático convierte su creencia es un absoluto, en un objeto al que atribuye en exclusiva la verdad y el bien, de forma que todo lo demás no es más que error y maldad.

Otra característica de la fe fanática es la intolerancia, no soporta que lo contradigan: se pone tenso, se excita y se enfurece contra el que opina diferente. No soporta los argumentos del otro porque obligan a cuestionarse sus creencias y abren fisuras en su bloque monolítico. Por ello prefiere hacer proselitismo y convencer él a otros.

El fanático es un hombre profundamente frustrado: necesita creer porque le resulta insoportable su caos interior; siente seguridad y certidumbre en su idea. “La del fanático no es una frustración ordinaria -expresa el psicólogo español Federico Javaloy- es una frustración del yo, de la propia identidad. Sintiéndose el fanático decepcionado respecto a sus propias capacidades, opta como solución por cambiar de identidad, por renunciar a sus atributos individuales identificándose totalmente con un ideal”. En definitiva el fanático odia la realidad porque puede contradecirlo y por ello esta dispuesto a morir y matar por su ideal.

Paranoicos, perversos, megalómanos

Todas las sectas, especialmente las destructivas tienen un líder, que es un personaje mesiánico, carismático, con un gran encanto personal y gran poder de atracción; lo que los psicólogos llaman un paranoico expansivo que se convierte en dueño de cuerpo y alma del adepto, y obviamente de su dinero y el de su familia si es posible. Pepe Rodríguez señala

que: “El líder, en general resulta una figura marcadamente inhibitoria y su carácter es de tipo autoritario. Tiene la particularidad de estar sometido a tendencias impulsivas sadomasoquistas que utiliza para evadirse de la angustiosa sensación de aislamiento, insignificancia e impotencia que lo atenaza”. El sádico, curiosamente, depende de sus ‘dominados’ para sobrevivir psíquicamente. Por otra parte la pulsion masoquista aporta su cuota de seguridad por el mecanismo de disolución del yo: al disolver la propia personalidad en el ámbito de una entidad muy superior (Dios, conciencia, etc.)cree ser participe de su gloria y fortaleza; se transforma en parte de un poder inamovible y fascinador.

Otra característica de los lideres sectarios es que tienen una personalidad paranoide. El doctor Vallejo-Nágera define la paranoia como “una enfermedad mental caracterizada por la presentación de un delirio crónico, sistematizado, irrebatible a la argumentación lógica, que aparece como consecuencia de una predisposición constitucional; se relaciona con las videncias del sujeto, conservando éste íntegra su inteligencia, memoria, lucidez de la conciencia y capacidades de juicio y raciocinio, siempre que su aplicación afecte al tema del delirio”. Según Freud los delirios paranoicos se basan en deseos o temores y los principales son: el de persecución, el de injusticia, el de tipo erótico y el delirio de grandeza.

Otra característica que poseen los lideres sectarios es que padecen de un ‘narcisismo maligno’. Se caracterizan por un sentimiento extremo de ampulosidad, crueldad sádica, sospechas paranoicas y una carencia total de sentido de culpabilidad.

Su ampulosidad, manifestada en arrogancia, se asienta en su profunda creencia de que están destinados a algo especial en la vida, lo que los aparta de los seres comunes. Esa ampulosidad toma un cariz maligno cuando se combina con la convicción de que cualquier agresión es justificada para perseguir los objetivos fijados.

Los especialistas dicen que los ‘narcisistas malignos’ disfrutan al herir a los demás y son acechados por continuas sospechas, viéndose asimismo como víctimas perseguidas de un complot y adjudicando su propia crueldad a sus enemigos.

En definitiva los ‘narcisistas malignos’ carecen de todo sentido moral o conciencia, por lo cual mienten, engañan, y explotan a los demás sin remordimiento alguno.

Ahora bien, muchos se preguntan cuál es el paso que lleva a un individuo con los rasgos señalados mas arriba a formar en un determinado momento una secta destructiva. Es difícil de saberlo, pero habitualmente esa persona comienza a formar pequeños grupos a los que puede controlar y al notar que su poder aumenta y se debilita la voluntad de los otros, intensifica su dominio. Recordemos que Unger, el líder de Las 8 Reinas, fue durante varios años profesor de bioenergia y un día termino convirtiéndolo en un grupo cerrado y autoritario. Cuando el grupo comienza a crecer, el líder crea casi siempre una estructura dictatorial y se rodea de ayudantes que lo siguen fielmente, los cuales tienen algunos beneficios en desmedro de los nuevos adeptos.

Si realizáramos un test psicológico al reverendo Moon, al Bhagwan Rajneesh, a Valentina de Andrade, al líder de los Hare Krishna o algún representante del New Age observaríamos que todos padecen los sintamos referidos anteriormente. En Argentina, mas exactamente a mediados de l990 la Justicia ordenó un peritaje psicológico y psiquiátrico a Juan Unger, líder de Las 8 Reinas. Veamos que nos dicen algunos de los párrafos referidos a su personalidad:

“…desplego una actitud histriónica, seductora y de captación de la atención, siendo evidente su necesidad de controlar y manejar las entrevistas; cuando creyó que había seducido al interlocutor exhibió contenidos de una profunda connotación deliroide imaginativo-intuitiva…”

“…Sus fantasías de poder ilimitado asociadas a necesidades reivindicatorias ancestrales(historia familiar traumática), puede ligarlo megalómanamente tanto a un proyecto de ser presidente de la Nación como bien creerse depositario de dones divinos o sobrenaturales. Es así que no deja de ser factible y veraz su creencia(negada por él) de ser la reencarnación de Jesucristo como así también tener la proclividad a practicas fetichistas y/o esotéricas de las que puede hacer participe a individuos por el seducidos…”

“…Unger es un conquistador nato que vive en un constante estado de placer narcisistico (goce),sin angustias, ni replanteos, su vida es un desafío constante y en ese sentido sus componentes perversos constituyen lo que desde la piscopatologia podríamos definir con Sauri como un ‘secuestro’ en el desarrollo de su existencia dentro del cual satisface su ilusion de poder ilimitado…”

“…Sintetizando lo anteriormente expuesto podemos afirmar en función del material obtenido durante las entrevistas y los test proyectivos evaluados, que Juan Unger posee una personalidad con rasgos psicopáticos, perversos y megalómanos”.

Hasta aqui hemos explicado sintéticamente las características mas generales de los lideres sectarios. Antes de continuar seria importante agregar que el líder maneja mas fácilmente a un individuo si este esta en grupo. En otras palabras en una multitud se borran las adquisiciones individuales, desapareciendo la personalidad de cada uno de los que la integran. Sigmund Freud en su Psicología de las Masas y Análisis del Yo ,basándose en la obra de Gustave Le Bon, expresa que en la multitud la afectividad queda extraordinariamente intensificada y en cambio notablemente limitada su actividad intelectual. Aislado era quizás un individuo culto, en multitud un bárbaro. Freud señala que “La identificación es conocida en el psicoanálisis como la manifestación mas temprana de un enlace afectivo a otra persona y desempeña un importante papel en la prehistoria del complejo de Edipo. El niño manifiesta un especial interés por su padre, quiere ser como él y reemplazarlo en todo. Podemos pues, decir que hace de su padre un ideal…Los individuos de una masa precisan todavía actualmente de la ilusión de que el jefe los ama a todos con un amor justo e equitativo, mientras que el jefe mismo no necesita amar a nadie, puede erigirse en dueño y señor y, aunque absolutamente narcisista, se halla se- guro de si mismo y goza de completa independencia”.

El gran escritor ruso Fiodor Dostoyevski escribio alguna vez que “no existe para el hombre, que se mantiene libre, preocupación mas constante, mas punzante que la de buscar un ser ante quien inclinarse”.

(*)Texto extraido del libro de A. Silletta SECTAS. Cuando el Paraiso es un infierno, l992 Bs.As. Argentina

Una aproximación a la terminología sectaria

Una aproximación a la terminología sectaria

Etimológicamente la palabra secta parece tener su origen , bien en la raíz latina ‘sequor’ que significa ‘seguir’, ‘marchar detrás de’, ‘tomar por guía’, o en un sentido mas preciso ‘seguir la inspiración o los preceptos de’; bien en la raíz ‘secedo’ (apartarse, alejarse); bien en la declinación ‘seco secui sectum’ que significa cortar, seccionar, partir, amputar, mutilar, etc. En pocas palabras podríamos decir que una secta es un grupo de individuos unidos por un líder o una doctrina. Lo cierto es que mas allá de esta definición clara y precisa la palabra secta ha tomado en las ultimas décadas un contenido peyorativo. Es por ello que muchos autores, especialmente ligados a la sociología de la religión, están utilizando el concepto de ‘nuevos movimientos religiosos’.

También merece destacarse que no todos los países utilizan el mismo criterio. En los países anglosajones se utiliza el termino cult diferenciándose del de secta. Secta designa un grupo cismático fundado por fieles que han salido de su iglesia de origen para crear un nuevo movimiento en el cual intentaran un retorno al mensaje autentico. Mientras que culto es el resultado de una innovación, mas que de una separación y designa un grupo que se encuentra fuera de la corriente religiosa dominante. Hoy en día la palabra culto tiene un sentido mas peyorativo que la palabra secta. Merece señalarse que algunos autores clínicos norteamericanos utilizan el termino de sectas carismáticas para justificar la existencia del grupo en virtud de la atracción carismática del líder.

En Francia se utiliza el termino nuevas sectas y en Alemania el de sectas de jóvenes. Finalmente en España se habla de sectas destructivas, tanto por los investigadores clínicos como por los expertos vinculados a los medios de comunicación.

Observemos cual es el punto de vista y la descripción que le dan diversos teólogos, sociólogos y psicólogos al concepto de la palabra secta.

Desde la religión

El sacerdote Jean Vernette la define: “La secta es la expresión privilegiada de la contestación de las capas interiores de la sociedad. Nace de una voluntad de fraternidad, de igualitarismo, de comunidad y del compartir. Se funda en el compromiso personal y el sentimiento interior a una ética mas radical que aquella que sustentan los miembros de las Iglesias”.

Francisco Sampedro en un trabajo realizado para el Consejo Episcopal Latinoamericano(CELAM) expreso: La palabra secta designa un grupo de personas que, en la fe o en la acción, o incluso en ambas, se distinguen de otros grupos adheridos a un sistema homogéneo. Los que adhieren a una secta tienen un modo particular de entender un determinado punto central del cristianismo, que lo califica de ‘disidentes’ respecto a una forma a la que se reconoce dotada de autoridad doctrinal histórica”.

Para Atilio Alaiz “Las sectas son un subproducto de una situación real y eclesial; son el foco, el divieso en el que se polariza la infección que esta contagiando a todo el organismo social y eclesial”.

Desde la sociología

Para Bryan Wilson una secta es “una agrupación voluntaria y exclusivista a la que se accede mediante cierta prueba de méritos, dotada de un status de élite, autoidentificable y legitimada -por lo general- en torno a un líder carismático, que exige de sus fieles un sometimiento absoluto”.

Por su parte Rogerl Mehl expresa que “La secta se caracteriza por ser un grupo religioso cerrado que nace por oposición a las Iglesias institucionales establecidas y por oposición al mundo. La secta se nutre de esta doble oposición, que a menudo se traduce para ella en una doble persecución, la de las Iglesias y la de los Estados. Las primeras denuncian en los sectarios, peligrosos fanáticos que ponen en peligro la unidad de la Iglesia y su autoridad; los segundos ven en ellos temibles revolucionarios o asóciales”.

El sociólogo Peter Berger define a la secta como un grupo religioso numéricamente restringido que “vive un estado de tensión constante de cara a la sociedad, cerrada a su influencia y exigiendo de sus miembros total lealtad y solidaridad”.

Desde la psicología

Para los profesionales de la salud el contenido doctrinal no importa por mas extraño que parezca, lo que importa son los métodos que utilizan. En un congreso realizado por investigadores clínicos en Wisconsin, Estados Unidos, en l986, se definió a una secta como: Movimiento totalitario caracterizado por la adscripción de personas totalmente dependientes de las ideas del líder y de las doctrinas del grupo dirigidas por el líder, que puede presentarse bajo la forma de entidad religiosa, asociación cultural, centro científico o grupo terapéutico; y que utiliza las técnicas de control mental y de persuasión coercitiva para que todos los miembros dependan de la dinámica del grupo, y pierdan su estructura y su idea de pensamiento individual en favor de la idea colectiva y del grupo, creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica y un fenómeno de pensamiento colectivo, sin que tenga que ver la personalidad propia del individuo”.

Por su parte, para el psicólogo Alvaro Rodríguez Carballeira “las sectas coercitivas pues definidas en función de como actúen y no por lo que crean; en cuanto a sus métodos y no a sus doctrinas; por sus medios y no por sus fines”.

Documentos oficiales

Muchos gobiernos e instituciones importantes hay estudiado el fenómeno de las sectas y por ende han emitido su propia opinión. Observemos solo algunas:

El parlamento Europeo en su resolución del 2 de abril de l984, expresó: “Nuevas organizaciones que operan bajo la cobertura de la libertad religiosa, que atenta a los derechos civiles y a los derechos humanos del hombre, comprometiendo la situación social de las personas afectadas”.

La Comisión de Estudios del Congreso de Diputados de España, conformada en l989 las describe como “grupo de limitado arraigo social organizados en torno a unas doctrinas, religiosas o no, y a los responsables de su fundación, proclamación o tutela”.

El documento vaticano de l986 del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos las define de la siguiente manera: “grupos religiosos con una concepción del mundo específicamente suya, no completamente de acuerdo con las enseñanzas de las grandes religiones del mundo”.

Finalmente en el Congreso Internacional “Grupos Totalitarios y Sectarismo” realizado en abril de l993, en Barcelona, España “se propone considerar ‘actividad sectaria destructiva’ desde un punto de vista jurídico a toda conducta de un grupo

– jurídicamente constituido o no,

– que declare o no objetivos religiosos, filosóficos o de cualquier otro cariz,

– que proceda de grupos minoritarios, de grupos de reforma del

pensamiento, de confesiones reconocidas o de otras procedencias

conocidas o no,

y que viole o atente contra

– los principios reconocidos por la Comunidad Internacional y recogidos

específicamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y

en la Convención Internacional de los Derechos del Niño,

    * los textos legislativos y reglamentarios nacionales que protejan el individuo, los equilibrios sociales y los principios de la democracia.

Hacia una nueva tipología

Cuando nos referimos a las sectas o grupos totalitarios es importante remarcar que no todas son iguales. Observemos diversos criterios de clasificación que se utilizan en la actualidad y que ayudan a diferenciarlas.

La mayoría de los sociólogos de la religión las definen según su origen o dogma: milenaristas, sanadoras, movimientos del despertar, orientales, africanistas o científicas. Por su parte el sociólogo Bryan Wilson, las estudia desde su relación con el mundo: conversionistas, revolucionarias, reformistas, utopicas, manipuladoras o taumaturgicas. También algunos autores, como Jean Vemander las analiza desde su origen geográfico y otros investigadores desde las doctrinas que profesan.

Estas definiciones, correctas en su totalidad, no ayudan a comprender la peligrosidad de ciertos grupos sectarios y su conflictividad con la sociedad.Es por ello que en los últimos años se las agrupa según su estructura, métodos de captación y control psicosocial que utilicen. La Fundación Argentina para el Estudio de la Sectas la dividió en tres grandes zonas:

Sectas Destructivas. Grupos totalitariamente estructurados y fuertemente organizados que propugnan un nuevo sistema de vida y que obligan a sus adeptos a una sumisión total. Utilizan técnicas de reforma del pensamiento. Habitualmente estos grupos viven en comunidades y el líder posee el poder absoluto. Tratan de captar adolescentes de clase media y media alta.

Sectas peligrosas. Grupos que no utilizan técnicas de reforma de pensamiento. Una manera rápida de reconocer estos grupos es analizando sus actitudes: rigidez en el credo, no cooperación con otras iglesias, autoconvencimiento de que fuera de su credo no hay posibilidades de ‘salvación’, y énfasis marcado en detalles insignificantes (segundo bautismo, prohibición de fumar, de ingerir bebidas alcohólicas o bailar).Trabajan principalmente en los barrios humildes.

Grupos de Riesgo. En los últimos años ha crecido un fenómeno que bordea lo sectario, instalándose sobre todo en la clase media. Se trata de infinidad de grupos aglutinados en torno de un tema en especial (bioenergetica, yoga, biodanza, ufología, terapias para liberar angustias, control mental, armonización de los centros energéticos, etc.).Estos grupos, que no están sólidamente organizados entre si, pueden proponer, a partir de una metodología precisa, desde dejar de fumar hasta la salvación eterna. Lamentablemente muchos de sus líderes, algunos profesionales de la salud, forman organizaciones que terminan convirtiendo a sus pacientes en verdaderos esclavos, adquiriendo el grupo las características de una secta destructiva.

SECTAS EN MEXICO(*)

SECTAS EN MEXICO(*)

En sentido propio, el término designa un grupo de oposición a la doctrina y a las estructuras de la Iglesia, e implica también, la mayoría de las veces, la idea de disidencia. En un sentido más amplio, se aplica a todo movimiento religioso minoritario. El lenguaje teológico tomó esta palabra de la lengua latina en la que significaba una forma de seguir (sequi) a un maestro, incorporándose después a esa acepción una noción de rechazo y de ruptura (“secare” que significa cortar). Por otra parte, la connotación peyorativa que conserva para los historiadores de las religiones no implica ya un juicio de valor, sino que designa más bien una especial estructura religiosa y un hecho social.
Socio-Tipologia de las sectas.

Troeltsch ve en las sectas, una simple comunidad confesional de cristianos, que se niega a comportarse como responsable de la salvación de todos y, en tono profético, proclama que detenta la verdad y el carácter evangélico puro, pues salvarse es una cuestión personal y no de relación con una institución. La secta se considera una elite laica, una comunidad interior que no administra la gracia, sino que comparte el mismo amor y hace hincapié en la santidad de sus miembros; en la vida religiosa tiende a la intensidad y practica el sacerdocio universal. Da más valor a la espontaneidad de las asambleas que a los ritos litúrgicos y considera superior el estatuto voluntario del adepto al del fiel obligado. La secta no acepta muchas ataduras con la sociedad y la cultura y recluta a sus miembros, sobre todo, en las clases inferiores.

H.R. Niebuhr destaca los factores no teológicos. Según este autor, la secta nace bajo la influencia del entorno sociocultural y consiste en la aparición del tipo del «marginado» en busca de sus valores. Es una reacción de grupos sociales desfavorecidos, deseosos de una vida mejor, aunque es también la obra de gentes que se interesan por una cultura más compartida y más unificadora.

Para B.R. Wilson El rasero distintivo fundamental es la actitud frente al mundo: entre éste y la secta no existe compromiso sino oposición, una oposición que traduce la que se da entre lo religioso y lo social. El tipo ideal es el grupo que forma un cuerpo libremente constituido en el cual el ingreso debe ser merecido puesto que sus miembros se consideran una élite. Único, poseedor de la verdad, el grupo permanece aparte y se caracteriza por el dominio de sí mismo y la conciencia. El juramento de fidelidad es absoluto y exclusivo. La secta se basa en una autoridad sagrada; una vocación y una misión conferidas por Dios, un jefe carismático.
Aproximación Psicológica.

La clase de hombre susceptible de devenir miembro de una secta es el hombre sectario, a quien Congar definía en su Introduction a las (Euvres de S. Augustin, Traités anti-donatístes (tomo 1, París 1963) del siguiente modo: “Es un tipo espiritual específico, del que la historia nos ofrece una serie indefinida de ejemplos, incluso en plena época contemporánea. Los rasgos generales que les definen son la convicción de ser, los puros o los elegidos (con frecuencia también el sentimiento de ser los perseguidos); la convicción de tener razón, aun contra todo el mundo , sobre todo, contra la autoridad; la falta de interés por la masa, por los “demás” el carácter monolítico y rígido de sus juicios y finalmente, su carácter apasionado.”
Florecimiento y mundialización

Históricamente han existido dos áreas geográficas más favorables a la multiplicación de las sectas, la del mundo anglosajón, sobre todo el americano, procedente del anglicanismo, y la del mundo eslavo, de origen ortodoxo. Sin embargo, en la actualidad se da un movimiento continuo de un continente a otro, de una a otra área cultural, produciendo una amalgama de los elementos más elevados, pero también de los más turbios, que surgen del temperamento de los pueblos y de las convulsiones del mundo actual. Por ello puede hablarse de una mundialización de las sectas, ya que los progresos de la secularización han abierto un vacío y han hecho retroceder la conciencia religiosa. La experiencia de lo absoluto desaparece en la tradición de las religiones que enraizaban al hombre en lo real y, en la actualidad, éste se encuentra sin ninguna respuesta frente a cuestiones como el origen y la finalidad de la vida, el bien y el mal, la muerte y la supervivencia. Sólo queda el absurdo, un porvenir que se sospecha amenazante y la sociedad sentida como una carga demasiado pesada que llevar.

Las sectas parecen aportar una satisfacción a tales necesidades con soluciones simples y de fácil acceso; ofrecen un modelo, dogmas, ritos, mitos, seguridad, identidad y trascendencia. “Toda secta según A. Michel proporciona un dispositivo automático de anticipación. Resuelve, por la vía de la autoridad, la angustia de la indeterminación. Encuentra la solución en una referencia a realidades trascendentes.” La secta facilita a la afectividad el sostén de un grupo mediador y un entorno familiar. La sensación de ser elegido aporta una compensación al sentimiento de impotencia y de desconcierto y, mientras unos, movidos por la nostalgia de una concepción perdida, piensan volver a encontrar la unidad a través de la física o la parafísica, la psicología o la parapsicología, lo maravilloso y la magia, otros se refugian en unas culturas de tipo religioso, amalgamando gnosticismos y esoterismo, textos y profecías. Como señala M. Meslin en su Approche du monde des sectes, en «Le Supplément» (París 1978), «es un mundo desintegrado en unidades originales y exclusivas, cada una de las cuales informa su propia visión del mundo, modifica a su capricho los dogmas y los mitos, endurece con frecuencia, aunque no siempre, las obligaciones morales y manipula lo divino en beneficio sólo de sus miembros, con tendencia a reducirlo a un ideal legalista, rigorista, que a veces se restringe incluso a simples recetas para obtener una felicidad inmediata… Las nuevas sectas, limitándose a satisfacer la simple religiosidad de las personas, corren el riesgo de reducirse puramente a religiones en estado salvaje.

Las sectas en México

Las diez sectas más activas en México son:

1. Los Testigos de Jehová (+/- 400,000)
2. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones +/- 700,000)
3. La Iglesia de la Cienciología
4. Los Adventistas del Séptimo Día (+/- 100,000)
5. La Luz del Mundo (+/- 200,000)
6. La Gran Fraternidad Universal
7. La Meditación Transcendental
9. Las Asambleas de Dios
10. La Sociedad Internacional de Conciencia Krishna (Hare Krishna)

Características de las sectas

Cada secta es diversa pero hay algunas características típicas que todas exhiben en un grado más o menos notable; entre las que destacan:

1. Organización piramidal.
2. Sumisión incondicional al dirigente o cuerpo gobernante.
3. Anulación de la crítica interna
4. Persecución de objetivos políticos y o económicos ligados a los religiosos, filósoficos o espirituales
5. Instrumentalización de los adeptos para los fines de la secta
6. Ausencia de control o fiscalización del colectivo por cuenta de otro poder religioso o filosófico superior a la autoridad del mismo.

Clasificación de las sectas

1. Sectas cristianas o pseudocristianas (Testigos, Mormones, Luz del Mundo, Adventistas, Asambleas de Dios, Bautistas, Nazarenos, Amistad Cristiana, Iglesia del Buen Pastor, etc…) Propiamente dicho Las Asambleas de Dios no son un a secta sino una red de comunidades pentecostales independientes que responden a las directivas de un consejo central. Sin embargo, en México estas comunidades asumen muchas características de una secta en la práctica y suelen ser radicalmente adheridas a su pastor.

a) Se adhieren a una interpretación particular de la Biblia como única norma de vida. Su texto se convierte en arma de ataque y de defensa frente a extraños. Aprenden citas claves de memoria y se contradicen a menudo. No se preocupan mucho por el contexto de las citas ni por la verdad histórica de sus afirmaciones.

b) Suelen fomentar una mentalidad de corte fundamentalista. Su fervor religioso nace como reacción a un mundo complejo y hostil que amenaza ciertos principios calificados como ‘intocables’. Excluyen el uso de la razón de su comprensión bíblica y caen fácilmente en la irracionalidad total. Su argumentación frecuentemente refleja miedo e incertidumbre ya que desconocen el diálogo y su apego a lo dictado por la secta raya en lo absurdo.

c) Propician un ambiente de ‘fiel resto del pueblo escogido’ entre los suyos. Según eso, el mundo les persigue porque sólo ellos han permanecido fieles a lo que Dios quiere. Esto provoca una profunda sospecha frente al mundo externo a la secta, corta relaciones entre miembros y no-miembros y crea la idea en los miembros de que su salvación será posible sólo dentro de los confines de la secta. Excluyen rutinamente de la ‘salvación’ a los que no pertenecen a la secta.

d) El líder o fundador de la secta es normalmente elevado al nivel de ‘profeta’, de ‘ungido pro Dios’ o de visionario. Fácilmente ejerce un poder absoluto sobre las conciencias de los miembros que ven el él un lazo directo con Dios. El ‘Hermano Samuel’, Apóstol de la Luz del Mundo, y Gordon Hinkley, Profeta de los Mormones son buenos ejemplos.

La existencia de la secta se plantea como una cruzada en contra del poder religioso o sociocultural dominante. En el caso de México, las sectas de origen cristiano justifican su presencia como lucha contra la Iglesia Católica. Algunas sectas (vg. la Luz del Mundo, los Mormones, los Testigos) manipulan y son manipuladas por las autoridades políticas locales y nacionales que ven a la Iglesia Católica como ‘competencia’ por su fuerte ingerencia en la vida del pueblo.

f) La secta hace lo posible por ocupar todo el tiempo libre de sus miembros. Les atiborra de reuniones, servicios, estudios y otras actividades que hacen que la vida diaria del adepto gire en torno a la secta. Suele prohibir categóricamente cualquier contacto con literatura o programas no generados por la misma secta.

g) Sin excepción, las sectas cristianas y pseudocristianas dictan un código moral estricto que afecta todos los aspectos de la vida de sus miembros. La forma de vestir, la elección de esposos, la abstención de fumar, bailar, escuchar música… Todo eso sirve para apartar del mundo a los miembros, darles una identidad externa inconfundible, crear en ellos una mentalidad de superioridad moral y reforzar en sus mentes la legitimidad de la secta ya que les quita muchos de sus malos hábitos anteriores. Los Testigos y la Luz del Mundo son ejemplos exagerados de eso.

h) Muchas sectas crean una fuerte expectativa en sus miembros del fin del mundo y de la segunda venida de Cristo. Esta postura de milenarismo o adventismo resulta en un fanatismo difícilmente comprensible por aquellos que no comparten la visión del fin inminente.

i) En los grupos de espiritualidad pentecostal (las Asambleas de Dios, la Luz del Mundo, los Nazarenos, etc…) se da mucha importancia a los signos externos del ‘poder del Espíritu’ como son las sanaciones milagrosas, el hablar en lenguas, el trance místico, las visiones, los lloriqueos, los vómitos, etc… La secta ejerce una sugestión poderosa sobre los suyos para que se produzcan estas manifestaciones de forma continua en las sesiones masivas de adeptos.

j) La secta obliga a sus miembros a una acción directa de proselitismo de puerta en puerta, en las estaciones del metro, por las calles, etc… como forma de ganar nuevos adeptos y de fortalecer la convicción de los miembros. Frecuentemente controla los resultados del proselitismo directo de forma pública dentro de la comunidad, lo cual sirve de presión a los miembros menos inclinados a estar molestando a extraños con sus creencias particulares.

2. Sectas de espiritualidad oriental (los Hare Krishna, la Meditación Transcendental, el Brahma Kumaris, la Misión de la Luz Divina, los seguidores de Osho, los practicantes de zen, de yoga y de tai-chi, etc…)

a) Estas sectas promueven en los suyos una adhesión religiosa a la figura del guru o mensajero divino que se presenta como único camino a la realización.

b) Marcan un riguroso ascetismo y recetan largas horas de meditación o ejercicios tipo yoga que propician un estado alterado de conciencia en los suyos. Son estos estados, combinados con la debilidad emocional y psicológica del adepto, que hacen palpable y aceptable la idea de un estado epiritual superior.

c) La dependencia psicológica total de los adeptos en la persona del guru hace que entregan sus bienes materiales a la secta en un gesto de abandono poco sano. Se han dado casos escandalosos de abuso sexual y ruina psicológica y emocional en algunos grupos (vg. los seguidores de Osho).

d) Hay una insistencia en ideas absurdas como la reencarnación, la proyección astral, la lectura de los auras corporales, etc…que hace al adepto creer que posee dotes espirituales sobrenaturales que en realidad no existen.

e) Algunas de estas sectas obligan a sus miembros a pedir limosna o a vender triques en la calle para aportar a la secta. Normalmente los obligan a romper todo lazo de comunicación con sus familias y su estilo anterior de vida.

3. Sectas gnósticas y ocultistas (la Gran Fraternidad Universal, la Sociedad Teosófica, el Nuevo Acrópolis, etc…)

a) El enganche de estos grupos suele ser a través de conferencias y publicaciones sobre temas esotéricos. Sus conferencistas siempre se presentan con credenciales de científico, experto, doctor, etc… cuando normalmente son unos estafadores profesionales.

b) Se fundan sobre la idea de que un grupo selecto de individuos posee la clave secreta del conocimiento universal. Estos ‘privilegiados’ se revisten de títulos, de símbolos, de palabras extrañas y de ritos de iniciación que presuponen un entendimiento superior. En el fondo, lo absurdo y lo irracional de sus pretensiones se encubren de un ambiente deliberadamente misterioso y oscuro para dar la impresión de algo sobrehumano.

c) Se mezclan elementos masónicos, orientales y ocultistas en estos grupos. Sus adeptos suelen ser soberbios y raros.

4. Sectas utópicas (la Iglesia de Cienciología, Danamhur, los Niños de Dios, la Iglesia Universal y Triunfante, Findhorn, Esalen, etc…)

a) Lo único que estas sectas tienen en común es la convicción de que han encontrado el camino a una vida perfecta, sea por medio de la libertad absoluta, del amor perfecto, de la superación personal, o de lo que sea. Suelen ser los grupos más extraños y menos penetrables por gente de fuera. Protejen sus comunidades celosamente y controlan internamente por una red de espías y de pruebas de lealtad que pesan fuertemente en las conciencias de los adeptos.

b) Son muy proselitistas y suelen proyectar una imagen muy favorable de su fundador o líder. Promueven sus escritos como tesoro para la liberación definitiva de la humanidad.

c) Gran parte de estas sectas se mueven exclusivamente por el deseo del lucro personal sin que les importe mucho la veracidad de sus afirmaciones ni el daño que ocasionan en sus miembros.

d) Los adeptos a estos grupos suelen ser extraños, obsesionados por una o dos ideas claves de sus sectas, extremadamente defensivas frente a ataques o críticas y sumamente ambiciosos. Los miembros de la Cienciología, por ejemplo, andan con una mirada perdida, una sonrisa de plástico, una visión muy superficial de la realidad, reaccionan violentemente frente a cualquier crítica, provocan el desequilibrio mental y emocional.

(*)Este articulo fue extraído de la pagina creada por Siempre Fiel : te articulo fue extraído de la pagina creada por Siempre Fiel : http://www.dataweb.com.mx/fiel

Sectas

¿Que es una secta?

Una secta, en su sentido más global no es más que un grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir una determinada doctrina y/o líder y que, con frecuencia, se han escindido previamente de algún grupo doctrinal mayor respecto de cual, generalmente, se muestran críticas.

Una Secta Destructiva (SD) será todo aquel grupo que, en su dinámica de captación y/o adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que propicien la destrucción (desestructuración) de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente. El que, por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos afectivos y de comunicación efectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo. Y, por último, el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, a conculcar, derechos jurídicos inalienables en un Estado de Derecho.

Adicción a Sectas

Ante el hecho real y doloroso de las «sectas», suele adoptarse la actitud de satanizar al grupo -así como al líder y a las técnicas de manipulación empleadas- haciéndole único responsable de cuantos males afectan a un adepto y a su entorno. Sin embargo, esta postura, humanamente comprensible, no aborda el tema desde el punto de vista correcto; equivoca el verdadero origen y causas del problema. Por ello, impide una comprensión adecuada de la situación, que permita encarar la búsqueda de soluciones razonables y posibles.

Con frecuencia, entre quienes acuden a mi consulta en busca de asesoramiento, me encuentro frente a personas empeñadas en convencerme de cuán malvada es la «secta» que «se ha apoderado» de su familiar y sólo están interesadas por saber de qué manera pueden «acabar» con ella. Mi respuesta, en estos casos, suele ser la de inducirles a reflexionar sobre la siguiente pregunta:

– ¿Quiere usted tener razón o solucionar su problema?

No cabe duda de que buena parte de los afectados -aunque no todos, obviamente- tienen razón en sus críticas contra el grupo que les aflige, pero estar en lo cierto respecto a las manifestaciones externas de un problema no implica estarlo también con relación a sus causas. Así, por ejemplo, describir el comportamiento de una persona dependiente del alcohol o del juego y enumerar los problemas que su adicción le significan a ella y a su entorno no sirven para comprender las verdaderas motivaciones de su comportamiento. Tampoco permiten iniciar un abordaje terapéutico, puesto que, para ambas intenciones, antes deberán identificarse las causas de índole psicosocial que indujeron a esa persona en concreto a beber o a jugar en exceso y a hacer de ello el centro de su vida. Por otra parte, identificar los lugares donde aparentemente se origina la conducta alcohólica o jugadora -el bar de la esquina, por ejemplo- y pretender que tal problema es responsabilidad del dueño del bar y que desaparecería si se cerrase su establecimiento -o todos los bares del país- sería tan absurdo, injusto e inútil como lo es hacer lo propio respecto a un sectario y el grupo del que se ha vuelto dependiente.

No hay que luchar contra la «secta» -aconsejo a menudo-, sino actuar a favor del sectario. Una persona sectadependiente necesita, de modo imperioso, la relación intensa y absorbente que ha establecido con su «secta». Igual le ocurre a un alcohólico y a cualquier otro tipo de adicto en relación con la sustancia o el comportamiento del que depende. De esta forma, todo ataque al objeto de su adicción se convertirá automáticamente en una agresión a su núcleo de bienestar (que es, precisamente, el sentimiento que le proporciona su estado de dependencia) y, por ello, producirá el efecto contrario al deseado. Cuanta más presión se ejerza sobre un sectario y su grupo, más profundo se sumergirá a aquél en éste. Por el contrario, si obviando a la «secta» logramos encontrar estímulos ajenos al grupo que ayuden al sectario a sentirse bien, la necesidad desesperada de afiliación que éste experimenta se irá diluyendo progresivamente hasta anular la dependencia del grupo mantenida hasta entonces. En suma, no hay que romperle el objeto de su devoción, sino ayudarle a ver que existen otros grupos o elementos en los que se puede apoyar sin tanto riesgo.

En mis conferencias sobre la problemática sectaria, suelo recurrir a una metáfora que considero muy elocuente. Se basa en un experimento que realizó el estadista y científico norteamericano Benjamin Franklin (1706-1790) hace ya un par de siglos. El inventor del pararrayos y de los lentes bifocales le encargó a un carpintero que, de una misma pieza de madera, elaborase veinte estacas idénticas. Acto seguido, las hizo pintar usando todo el espectro cromático que conforma la luz blanca (violeta, azul, verde, amarillo, anaranjado y rojo) y con diferentes gamas de cada color. Finalmente, por la mañana temprano, antes de salir el sol, Franklin clavó cuidadosamente las veinte estacas en el suelo nevado del jardín de su casa, procurando que guardasen la misma distancia entre ellas, con igual orientación y que no se hundiesen más allá de una marca que les era común.

Cuando llegó el mediodía, tras unas horas de acción solar, Franklin fue a observar su obra y se encontró con un pequeño caos. Nada era igual. Unas estacas se habían hundido hasta tocar el suelo, otras sólo un poco; algunas se inclinaban hacia delante, mientras que otras caían hacia atrás… Si todas las estacas eran similares en todo y aguantaron condiciones exteriores idénticas, ¿qué había sucedido? La respuesta era sencilla: cada color absorbe de forma diferente el calor del sol y, por lo tanto, la temperatura alcanzada por cada estaca varió, fundiendo la nieve de forma proporcional al calor acumulado, lo que explica las diferentes posiciones en que quedaron las estacas.

Si convertimos este experimento en metáfora y la aplicamos a los seres humanos, veremos que aunque todos somos aparentemente iguales (es decir, de la misma madera), dado que no tenemos exactamente el mismo color (que sería el equivalente a la personalidad, pues las gamas cromáticas determinaron las reacciones a los estímulos externos), tampoco nos comportamos todos de la misma manera ante las inclemencias de la vida. Unos tienen la fortaleza suficiente para poder soportar el sol sin más; otros tienen la habilidad de poder emplear algún tipo de protector (crema, sombrero, sombrilla) para enfrentarse a él y no resultar perjudicados; pero otros, en cambio, no disponen de la fortaleza ni de la habilidad necesarias para enfrentarse con las dificultades de la vida y resultan achicharrados vivos. Estos últimos son los que acaban conformando la legión de los adictos a sustancias y comportamientos, entre los que se encuentra el sectarismo.

El achicharramiento vital, siguiendo con nuestra metáfora, genera mucha ansiedad en los sujetos que lo padecen. Por ello, debido a que estamos biológicamente preparados para intentar escapar del dolor, buscan algún tipo de reductor de la ansiedad, igual que hacemos todos, aunque en esos casos -al carecer en mayor o menor medida de la habilidad para recurrir a los protectores habituales, es decir, a las estrategias psicológicas para afrontar problemas- acaban cayendo en reductores de ansiedad extremos como son los comportamientos adictivos.

Por todo lo anterior, cuando se pretende que una persona supere su sectadependencia, lo más adecuado no es «luchar contra la secta», sino, por el contrario, apoyar y ayudar al sectario para que encuentre algún tipo de quitasol alternativo y no perjudicial que pueda reemplazar la función que cumple su adicción al grupo. El tema no es nada fácil, puesto que el origen y el fondo de la problemática sectaria son mucho más complejos de lo que la mayoría imagina.

Sectas: ¿Por qué son tan atractivas?

Independiente de los aspectos criticables que caracterizan al sectarismo -que no son pocos-, es necesario reconocerle también su innegable capacidad para atraer y enamorar a muchos ofreciéndoles «soluciones» que la sociedad no sectaria es incapaz de proporcionarles; o mejor dicho, que los aspirantes a sectarios no han logrado encontrar en su entorno social cotidiano. Por eso, aceptar de entrada que alguien pueda sentirse bien en una secta -incluso mejor que en su propia casa- será un sano ejercicio de comprensión, que ayudará a matizar posturas extremistas y, sobre todo, a ser críticos con ese entorno pretendidamente no sectario que tanto defendemos y presentamos como «lo normal y óptimo». Pero, normal y óptimo ¿para qué?, ¿para quién? o ¿en qué momento? Resulta altamente saludable poner en tela de juicio todo aquello que, desde la propia idiosincrasia, se cree indiscutible, y muy especialmente cuando hay que enfrentarse a comportamientos y creencias diferentes de los mayoritarios. Los nuevos puntos de vista a los que se llega tras este ejercicio de relativismo abren vías muy positivas para el entendimiento y la búsqueda de soluciones.

Para intentar comprender a un «sectario», debe asumirse previamente que su nueva perspectiva ideológica y sus comportamientos -por disparatados que parezcan a sus críticos- son consecuencia de un proceso de vida determinado y cubren de forma útil una serie de necesidades vitales que el sujeto siente como prioritarias y básicas en ese momento.

Se buscan, sin duda alguna, creencias trascendentales -aunque no necesariamente religiosas-, pero con más urgencia aún se demanda la adscripción a grupos «que le hagan sentirse bien a uno», que aporten al sujeto una carga de afectividad, relaciones humanas y objetivo vital que «le llenen».

Por lo tanto, debido a esta búsqueda de elementos subjetivos de seguridad y felicidad, será más acertado hablar de marcos ideológico/emocionales que de creencias en el sentido clásico del término. Las creencias, en definitiva, no son más que un espejismo para buscadores de seguridad. Son el faro que ilumina y justifica, pero sus seguidores, en todo caso, son cautivados por la intensidad del marco emocional que esconden.

“Te encuentras en un momento en que el mundo que te rodea te desborda -me contaba un ex sectario- y, en lugar de asumirlo, necesitas una explicación o algo más pequeño, a tu medida. Entonces, te metes en estos grupos cerrados en donde sabes qué gente hay, o aunque no lo sepas, allí obtienes una explicación para todo. Te organizan el mundo y te lo explican, te quitan la sensación de caos. Te dan mucha seguridad, la gente se siente muy segura. Vives situaciones muy solidarias. La gente se abraza en los rituales y sientes que te apoyan, que estás en un mundo afectuoso, todo lo contrario del mundo externo, que te hacen ver como hostil. Por eso, cuando ves lo que es el grupo y te sales, se produce como un desgarro. El desengaño es muy grande al ver cómo te han estado engañando y utilizando. En realidad, es como sentirte violado.”

Esta comunión intensa de sentimientos, de comunicación humana, es patrimonio funcional exclusivo de los pequeños grupos. Por eso, las «sectas», en su sentido más amplio, y las sectas destructivas en particular, son dinámicas increíblemente atractivas para los individuos más frágiles, para todos aquellos que, en un momento dado de su vida, necesitan encontrar un mundo a su medida.

El dogma, la creencia particular de cada grupo, es lo de menos. Lo que engancha a un individuo a una secta no es lo que cree, sino el cómo lo cree. Los dogmas no son más que una pantalla que sirve de coartada para autojustificarse la necesidad de administrarse una experiencia emocional intensa, en el sentido dado al término en relación con las conductas adictivas. Sentirse creyente de tal o cual deidad o ideal, al margen de servir de soporte para tejer la sensación subjetiva de formar parte de «algo» trascendental, parece más honorable que sentirse adicto, sin más, a un grupo de gente que por su dinámica de relación hace que uno se sienta francamente bien. Lo primero pasa por religiosidad sublime, lo segundo pertenece al campo de las denostadas -aunque siempre buscadas- pasiones mundanas. El autoengaño es una tendencia general que caracteriza a todas las actuaciones emocionales del ser humano.

Si tenemos en cuenta que los actos de los seres vivos se rigen, entre otros, por los principios de búsqueda de economía -mínimo esfuerzo- y de placer -mínimo dolor-, podremos estar absolutamente seguros de que nadie adhiere a una «secta» para empeorar su situación psicosocial previa al ingreso en el grupo. Al contrario, la fase sectaria -con independencia de la calidad de las condiciones objetivas que definan y delimiten la nueva realidad del sujeto- parece aportar un equilibrio inédito en la estructura de personalidad del neófito. Esta apreciación, aparentemente contradictoria, se explica y justifica gracias a la particular configuración de toda estructura sectaria bajo la forma de universo protector.

Los humanos -y muy particularmente quienes tienen un perfil de personalidad presectaria- precisamos alcanzar una determinada parcela de seguridad para sentirnos equilibrados, y esa seguridad se adquiere de modo gradual a través de una interacción positiva con el entorno social. Pero si el balance es negativo, surge el desequilibrio, el descontento angustioso que empuja a buscar -y encontrar- nuevos marcos sociales acordes con las necesidades sentidas y capaces de darles satisfacción.

Cabría añadir, no obstante, que una dinámica de sectarismo destructivo no puede aportar soluciones sólidas y definitivas a sus angustiados clientes, pero cometeríamos un grave error si no tuviésemos en cuenta que sus «soluciones» atraen y enganchan a muchos, a la par que reducen y compensan estados de ansiedad y, en definitiva, reparten equilibrios de cartón piedra que sólo se mantienen en la medida en que el sujeto que los disfruta sigue seducido por el marco sectario. De todos modos, no nos engañemos cuando nos referimos a personas con un perfil presectario, que necesitan desesperadamente un determinado tipo de soporte social y emocional para seguir adelante. Debemos tener presente que las «soluciones» que provee una «secta» no serán ni más ni menos útiles o provisionales que cualesquiera otras alcanzadas a través de cualquier otra vía (exceptuando la psicoterapéutica). En estos casos, ya lo hemos dejado bien en claro, la clave del problema reside en la necesidad de dependencia que presenta un determinado sujeto más que en la estructura de que se sirve éste para encubrir y compensar su fragilidad. Sin embargo, también es verdad que el precio personal que se pagará por la conducta adictiva podrá variar mucho en función de las características del grupo del que se pase a depender.

En definitiva, lo que debemos retener es que, cuando se intenta comprender comportamientos y actitudes individuales, debe tenerse bien presente que éstos materializan siempre una vía encaminada a la satisfacción de alguna o algunas de las necesidades básicas que tenemos los humanos. Aunque pueda discreparse de la fórmula elegida por otros para mejorar sus circunstancias, no debemos olvidar que el comportamiento que llama la atención en ellos obedece precisamente a que su elección fue el camino que creyeron más indicado -o el único que fueron capaces de encontrar- para intentar colmar necesidades muy sentidas.

Factores de predisposición que pueden decantar una personalidad presectaria

A. Problemas derivados de la edad

    * Adolescencia/juventud.

B. Problemas derivados de un sistema familiar disfuncional:

    * Empleo de pautas educativas extremas (excesivamente autoritarias o laxas).
    * Malos tratos físicos y/o psíquicos en general.
    * Generación de vínculos sobreprotectores (derivados de la actuación materna especialmente).
    * Síndrome de “ausencia del padre” (por ausencia real, presencia mínima, o débil relación padre-hijo). Carencia de dirección paterna y/o incapacidad para guiar la maduración del hijo y dotarle de estructura y límites que le capaciten para ser un ente autónomo e independiente.
    * Carencias afectivas y falta de atención paternas que impidan fortalecer y/o reafirmar el vínculo paterno filial y el sentimiento de seguridad.
    * Pobre comunicación familiar y/o empleo de pautas de comunicación doble-vinculantes por parte de los padres hacia los hijos.
    * Desconocimiento de la realidad evolutiva y social del hijo y, por ello, incapacidad para ayudarle a superar sus problemas y contener sus conflictos emocionales.
    * Situación de conflicto permanente (reconocido o no) entre la pareja paterna.

C. Problemas derivados de trastornos de la personalidad:

    * Tendencia a la soledad y a la depresión.
    * Dificultad para comunicarse y establecer relaciones. Inseguridad, incertidumbre, confusión y ambivalencia.
    * Tendencia a la ansiedad y la angustia. Inmadurez afectiva.
    * Necesidad de afecto y/o sobrevaloración de la esfera afectivo-sentimental y de las espectativas que cabe esperar de ella.
    * Dependencia y falta de autoconfianza.
    * Baja autoestima.
    * Sentimiento de soledad y/o abandono.
    * Tendencia a la autoculpabilización.
    * Tendencia al idealismo ingenuo.
    * Tendencia a la credulidad.
    * Dificultad para expresar ideas de forma crítica.
    * Falta de asertividad.
    * Baja tolerancia a la ambigüedad.
    * Baja tolerancia a la frustración.
    * Necesidad de valores y/o respuestas absolutos.
    * Búsqueda de la satisfacción inmediata (impaciencia por obtener resultados).

D. Problemas derivados de dificultades de adaptación a la realidad social:

    * Insatisfacción con la vida cotidiana.
    * Depresión y/o rebeldía ante la realidad social.
    * Sentimiento de alienación.
    * Dificultades de adaptación a las estructuras y/o normativas sociales mayoritarias.
    * Desarraigo generalizado.
    * Carencia de un sistema de valores y/o de marcos normativos o autonormativos sólidos.
    * Tendencia a conceptualizar e interpretar los problemas cotidianos desde perspectivas religiosas. Sentimiento de falta de plenitud.
    * Desilusión y/o frustración ante las ofertas del ámbito sociocultural y sus expectativas.

E. Problemas derivados de una búsqueda religioso-espiritual:

    * Aspiración de perfección y trascendencia espiritual.
    * Preponderancia del pensamiento mágico sobre el pensamiento racional.
    * Susceptibilidad y/o atracción hacia los estados de trance y similares.
    * Apetencia por experimentar nuevos estados alterados de conciencia.

F. Problemas derivados del desconocimiento de los factores de    vulnerabilidad personal ante los procesos persuasivo-manipuladores:

    * Desconocimiento de la propia fragilidad psicológica.
    * Desconocimiento del modus operandi de las técnicas de manipulación emocional (persuasión coercitiva) y de sus resultados.
    * Desconocimiento de las situaciones psicosociales que incrementan el riesgo de vulnerabilidad.
    * Desconocimiento de la realidad y riesgos de las sectas destructivas.

Características de las sectas destructivas

Cualquier grupo – con absoluta independencia de su doctrina – en que se den todos los puntos siguientes, podrá ser un campo abonado, bajo los condiciones apropiadas, para que pueda darse la persuasión coercitiva. Y cuanto más intensamente se dé cada punto, tanto más destructiva podrá ser, para el psiquismo del adepto, la estructura sectaria en cuestión.

  1. Ser un grupo cohesionado por una doctrina (religiosa o socio-trascendente en general) demagógica y encabezado por un líder carismático que pretende ser la misma divinidad o un elegido por ella, o bien un poseedor la “Verdad Absoluta” en cualquier ámbito social.
  2. Tener una estructura teocrática, vertical y totalitaria, donde la palabra de los dirigentes es dogma de fe. Los líderes intervienen hasta los detalles más íntimos y personales de sus adeptos y exigen que sus órdenes sean ejecutadas sin la menor crítica.
  3. Exigir una adhesión total al grupo y obligar (bajo presión psicológica) a romper con todos los lazos sociales anteriores a la entrada al culto: padres, pareja, amigos, trabajo, estudios, etcétera.
  4. Vivir en una comunidad cerrada o en total dependencia del grupo.
  5. Suprimir las libertades individuales y el derecho a la intimidad.
  6. Controlar la información que llega hasta sus adeptos, manipulándola a su conveniencia.
  7. Utilizar sofisticadas técnicas psicológicas y neurofisiológicas (enmascaradas bajo la “meditación” o el “renacimiento espiritual”) que sirven para anular la voluntad y el razonamiento de los adeptos; causándoles, en muchos casos, alteraciones psíquicas graves.
  8. Propugnar un rechazo total de la sociedad y de sus instituciones. Fuera del grupo son todos enemigos (polarización entre Bien/secta y el Mal/sociedad), la sociedad es basura y las personas que viven en ella sólo interesan en la medida en que puedan servir al grupo.
  9. Tener como actividades primordiales el proselitismo (conseguir nuevos adeptos) – realizándolo de forma encubierta e ilegítima – y la recaudación de dinero (cuestaciones por las calles, cursos, actividades claramente delictivas).
  10. Obtener, bajo coacción psicológica, la entrega del patrimonio personal de los nuevos adeptos a la secta o de grandes sumas de dinero en concepto de curillos o auditorías. Los miembros que trabajan en el exterior del grupo tienen que entregar todo o gran parte de su salario a la secta. Y los que trabajan en empresas pertenecientes al grupo, no cobran salarios (las nóminas de esas empresas de la secta sólo son una cubierta legal, ya que nunca se llegan a hacer efectivas – o devuelven luego el dinero – para sus miembros/mano de obra).

¿Cómo ayudar a una persona sectadependiente?

No hay que luchar contra la «secta» -aconsejo a menudo-, sino actuar a favor del sectario.

Una persona sectadependiente necesita, de modo imperioso, la relación intensa y absorbente que ha establecido con su «secta». Igual le ocurre a un alcohólico y a cualquier otro tipo de adicto en relación con la sustancia o el comportamiento del que depende. De esta forma, todo ataque al objeto de su adicción se convertirá automáticamente en una agresión a su núcleo de bienestar (que es, precisamente, el sentimiento que le proporciona su estado de dependencia) y, por ello, producirá el efecto contrario al deseado. Cuanta más presión se ejerza sobre un sectario y su grupo, más profundo se sumergirá a aquél en éste. Por el contrario, si obviando a la «secta» logramos encontrar estímulos ajenos al grupo que ayuden al sectario a sentirse bien, la necesidad desesperada de afiliación que éste experimenta se irá diluyendo progresivamente hasta anular la dependencia del grupo mantenida hasta entonces. En suma, no hay que romperle el objeto de su devoción, sino ayudarle a ver que existen otros grupos o elementos en los que se puede apoyar sin tanto riesgo.

Por ello, cuando se pretende que una persona supere su sectadependencia, lo más adecuado no es «luchar contra la secta», sino, por el contrario, apoyar y ayudar al sectario para que encuentre algún tipo de quitasol alternativo y no lesivo que pueda reemplazar la función que cumple su adicción al grupo. El tema no es nada fácil, puesto que el origen y el fondo de la problemática sectaria son mucho más complejos de lo que la mayoría imagina.

¿Cualquier persona puede ser captada por una secta?

No. Los expertos en problemática sectaria solemos repetir que prácticamente cualquier persona puede ser captada por una secta si es abordada en el momento oportuno. Y este «momento oportuno» es la resultante de diversidad de elementos de predisposición caracteriológica y, muy especialmente, de una serie de circunstancias sociales que sobrecargan, momentáneamente, los niveles de ansiedad y/o estrés del sujeto, haciéndole más vulnerable a la manipulación emocional. Así, pues, aunque no todo el mundo es vulnerable siempre ni a cualquier ataque proselitista sectario, la existencia de situaciones y factores de riesgo determina la probabilidad de que sí seamos vulnerables en muy diversas circunstancias y ante determinados mensajes sectarios.

Para que pueda darse la captación sectaria deben coincidir a un mismo tiempo —el «momento oportuno»— las cuatro condiciones siguientes:

1. Tener un perfil de personalidad presectaria.

2. Estar atravesando un momento de crisis —derivado de una circunstancia puntual y anómala y/o de algún problema largo tiempo sostenido— especialmente grave y doloroso que haga rebosar la capacidad del sujeto para resistir el estrés y la ansiedad.

3. Ser contactado de un modo adecuado —que pueda ser tenido en cuenta por el sujeto— por un reclutador sectario (conocido o no de la víctima).

4. Que el mensaje sectario propuesto encaje con las necesidades, intereses y mentalidad del sujeto.

Si falta una sola de estas condiciones, la probabilidad de ser captado por alguna secta destructiva se reduce drásticamente hasta hacerse prácticamente imposible. Pero también es verdad que, teniendo el primer factor —que persiste de por vida si no media un proceso terapéutico adecuado—, es más fácil que las siempre cambiantes circunstancias de una vida acaben por hacerlo coincidir con los otros tres factores desencadenantes de la adicción sectaria.

Anatomia de las sectas

ANATOMÍA DE LAS SECTAS
Y ACTITUDES PSEUDORRELIGIOSAS

escribe Gustavo Fernández

Encarar el estudio de los movimientos sectarios con orientación espiritual o pseudoespiritual implica dos consideraciones previas: mantener la adecuada objetividad –es muy fácil sentirse inclinado a atacarlas, aun a sabiendas de los perjuicios que ocasionan, por partidismos religiosos o políticos– y, en segundo lugar, desbrozando la paja del trigo, no incluir en un grupo común estos movimientos con aquellos otros que sí buscan, sincera y honestamente, un camino espiritual, con cuyos objetivos podemos estar de acuerdo o no pero que, en razón de la libertad de disenso y del libre albedrío no tenemos derecho a combatir en tanto no dañen ni a la sociedad ni al individuo.

Educar a la sociedad, especialmente a padres y maestros sobre el daño esencialmente psicológico pero también violando expresas figuras penales, que la acción de estos grupos hace en adolescentes y adultos con problemas emocionales, es una exigencia del momento. Pero alentar una persecución represiva puede desembocar en una verdadera “caza de brujas”. Y se requiere un grado particular de madurez para entender que más allá de preocupaciones sensatas existen intereses que también se beneficiarían de la erradicación de aquellos. Igualdad de enemigos no significa igualdad de procedimientos.

Sin que esto deba entenderse como una manifestación ideológica (qué difícil es en estos tiempos y en este país, expresar una reflexión sin que se le trate de encontrar segundas lecturas políticas) debe observarse que, tradicionalmente, los partidos allegados a la izquierda del espectro partidista tienden a demostrar un marcado escepticismo o, mejor aún, una previsión distante y refleja –en el sentido de automatismo– sobre todo lo que tenga un hálito de espiritualidad. No sólo el comunismo fue siempre enemigo de la religión, sino que aun hoy en día muchos especialistas en el tema de las sectas se encuentran, sean conscientes de ello o no, al servicio de ideologías de este tipo, en tanto y en cuanto “despejan” el panorama del público de alternativas que pueden afectar, ora su credibilidad, ora su captación de votos. En tanto, los grupos de derecha, especialmente aquellos fuertemente arraigados en el poder político o económico en países con más proximidad a un feudalismo psicológico del que uno cree conveniente, encuentran en la búsqueda de poder de algunos sectarios la herramienta útil para manipular desde grandes masas humanas hasta pequeños grupos aristocráticamente elegidos. Igualmente cierto es que poderosas religiones instituidas y oficializadas advierten que el histerismo subyacente en una emocional oposición a las sectas puede servir también para eliminar del escenario a grupos sanamente espirituales, ahora potenciales contrincantes de las mismas en el atractivo de los fieles. Basta entonces con endilgarle a alguno de esos movimientos no perniciosos el mote de “secta” para que la opinión pública, sensibilizada, le vuelva la espalda.

Esto se relaciona con el avance de lo que trataremos en otro trabajo: la actividad de parapsicólogos, “sanadores psíquicos”, etc. Es pasmosa la credulidad del público que consume sin discreción este tipo de propuestas, pero también es alarmante la soberbia de ciertos medios académicos o científicos que consideran ridícula toda incursión en estos temas, precisamente por concluir que no existe otra manera de encararla que aquella que caracteriza a los “manosantas” y “curanderos”.

Sobre este particular, debemos recordar el trabajo clarificador que viene cumpliendo el Centro de Armonización Integral, en el sentido de tratar de proponer públicamente una discusión abierta sobre el antiguo pensamiento esotérico, hermético, en el cual, una vez eliminadas las distorsiones que los milenios han provocado, podemos reconocer otros caminos para el descubrimiento de las potencialidades del ser humano. En lo personal, hemos experimentado poco tiempo atrás una anécdota reveladora de esta forma de conflicto: en ocasión de una conferencia sobre el problema de las sectas dictada en esta ciudad de Paraná (E.Ríos, Arg.), se hacen presentes dos individuos –que se identifican como “pastores evangelistas”– que solicitan información sobre las actividades de nuestro Centro. Al advertir que el mismo incluía seminarios sobre “Autodefensa Psíquica” y “Teoría y Práctica del Tarot” comentan, en voz innecesariamente elevada, que en consecuencia “esto no es tan serio como parecía”. Como si admitir la posibilidad de un replanteo conceptual de formas arquetípicas de conocimiento cuasi extrasensorial significara, necesariamente, incurrir en la explotación de la credulidad ajena.

Definición y tipificación de sectas.

En primer lugar, ¿de dónde proviene tal expresión?. Se le aceptan dos raíces: en latín, “sectare” (“separar”) y “secquis” (“seguir”). Ambas definen particularidades de las mismas, pues generalmente se “separan” de otro tronco ideológico, y además “siguen” a un maestro o líder (segundo término que emplearemos, de aquí en más, para citar a quien conduce una de estas agrupaciones). Pero ocurre que, desde un punto de vista estrictamente etimológico, el cristianismo es (o fue) una secta, ya que se desprende del judaísmo (lo fueron todos sus primeros integrantes, Jesús incluido) y, lógicamente, siguieron a un Maestro.

El Vaticano ha propuesto una tendenciosa definición: “Secta es todo grupo o movimiento que tiene un libro rector o un discurso al que se subordinan las Sagradas Escrituras”. Tal es, por ejemplo, el caso de los mormones, ya que la Biblia se interpreta en función de lo que se conoce, precisamente, como El Libro de Mormón. O el de los Testigos de Jehová que, si bien se valen del Antiguo y Nuevo Testamento, éste se encuentra “re-traducido” para, según señalan ciertos expertos, darle una interpretación más afín con sus objetivos. Pero ocurre que existen sectas que abrevan, verbigracia, en fuentes orientalistas, totalmente excluyentes de lo bíblico con lo cual la definición del papado, además de parcial e interesada, queda también incompleta.

Nosotros preferimos adherir a la definición que dice: “Secta es todo grupo o movimiento que, subordinados a un discurso y con un líder carismático, provoca con su accionar perturbaciones psicológicas y fisiológicas en sus adeptos y alteraciones en el orden sociológico que en corto, mediano o largo plazo afectan temporal o definitivamente su capacidad homeostática”. (“Homeostasis”: en Psicología, capacidad de lograr un equilibrio.) Alguien también nos sugirió agregar el concepto de “desvirtuaciones del orden religioso” pero, claro, ¿quién tiene la verdad sobre lo religiosamente correcto?.

La Asociación de Psicólogos de los Estados Unidos ha propuesto dividir a las sectas en destructivas y no destructivas. Las segundas refieren, obviamente, a aquellos movimientos espirituales a los que hiciéramos referencia en el contexto de una búsqueda honesta de la verdad espiritual. Las primeras son, evidentemente, las que dan razón a esta investigación. En ese sentido si se quiere peyorativo de la palabra “secta” es que encuadramos a las agrupaciones mencionadas en este marco.

Ciertas instituciones cercanas a la Iglesia Católica (en Argentina, la FUPES, dirigida por el lic. Carlos María Bahamonde) han propuesto una categorización que consideramos perversa, ya que encierra el germen de la idea de que toda religión fuera de las tres o cuatro universalmente aceptadas y políticamente dominantes (Iglesia Católica, Ortodoxa, Protestantismo, Judaica, Islámica) es sectaria (y la FUPES no distingue entre “destructivas” y “no destructivas”) no sólo retomando aquel viejo concepto de la “caza de brujas” sino mostrando decididamente una patología paranoide –en el mejor de los casos– o una manipulación interesada y discriminatoria –en el peor–. Estos verdaderos “grupos de poder” (que suelen endilgarle a las sectas costumbres por ellos mismos históricamente adoptadas, como la tradición conventual o del Opus Dei de alejarse de la familia, cambiar su nombre –para desintegrar su personalidad anterior– entregar sus bienes a la Iglesia o someterse a ayunos inhumanos, suplicios y flagelaciones) son quizás los más peligrosos, pues aprovechan un sensacionalismo mediático y la histeria de conversión de las masas para retornar a la costumbre medieval de dirigir el odio de un público inmaduro e inculto hacia un chivo expiatorio. Así, católicos disidentes, bautistas, adventistas, testigos de Jehová, mormones, “moonies”, “baha’is”, devotos de Khrisna, de Sai Baba o del Maharishi Maheshi Yogui; rosacruces, gnósticos y masones, seguidores de Gurdjieff o espiritistas, “contactados” con extraterrestres, umbandistas, practicantes de control mental, de metafísica y de yoga, todos son, para ellos, “sectarios”.

Y es posible que algunos de entre ellos lo sean, como seguro es que la mayoría no. Porque si algo hemos aprendido al estudiar desapasionadamente el tema de las sectas todos estos años, es que sectarias son las actitudes, no los grupos. Y que las características de una “secta destructiva” –que enunciaremos a continuación, también son hallables en partidos políticos, equipos deportivos, empresas multinacionales, etc.

Características identificatorias de una secta destructiva

Reduccionismo simplista: A su entender, el Universo es sencillo o, cuanto menos, absolutamente comprensible a través de las enseñanzas de la secta. No existen misterios que, de alguna manera, no le sean accesibles.

Literalismo: En el caso de las vinculadas a un origen cristiano o católico, se trata de una interpretación textual, literal, de lo que dice la Biblia, sin someterla al análisis, la contextualización histórica o la presunción de la alegoría o lo simbólico. En grupos con otras fuentes literarias, se define como un progresivo degeneramiento en la conceptualización intelectual de tales enseñanzas escritas, hasta llegar a una burda aplicación textual. Este literalismo se hace más chocante cuando se trata de aplicar sus preceptos en la vida cotidiana, sin la necesaria revisión o ambientación teológica.

Protagonismo electivo: el adepto, quizás desengañado de las religiones convencionales a las que imagina de espaldas al pueblo, se siente querido, respetado, considerado dentro del ámbito de la secta; escapa a la mediocridad y al anonimato. Para los otros, él parece importar. Demuestran preocupación. Es alguien.

Esto es especialmente evidente en el caso de los evangelistas pentecostales, donde si el adepto ha cometido algún delito en el pasado o manifestado una conducta asocial (alcoholismo, drogadicción, prostitución, violencia familiar) es conminado a dar “testimonio” de su regeneración, es decir, reconocer públicamente, micrófono en mano y escenario mediante, su pasado. Esto, psicológicamente hablando, no sólo viola la intimidad del individuo, exponiéndolo en su desnudez moral ante los demás y generando dependencia –ya que es “salvado” a través de la secta, pero si la abandona volverá a ser el “pecador” que fue antes– sino que degrada la autoestima del sujeto ya que le quita la autoridad sobre sí mismo de creerse responsable de su propia reeducación.

Revelación constante: el sectario o, más comúnmente su líder, tiene “línea directa con Dios”. Entroncado esto con el “reduccionismo simplista”, significa que la iluminación no es producto de un momento especial (histórica o humanamente hablando) ni de un trabajo profundo, devocional, personal, sino que la “comunicación” puede volver a establecerse fácilmente en cualquier momento, casualmente, cuando el grupo ande escaso de información, convencimiento o atractivos.

Imposibilidad de diálogo: si bien al comienzo de la relación todo integrante de una secta busca el diálogo con los de “afuera” (en su necesidad de aumentar fieles) su fanatismo lo lleva a bloquearse ante cualquier abierta discusión de sus ideas. Este autismo es más cierto aún cuando se revierte en el propio sujeto, quien llega a suponer que sus naturales dudas son consecuencia de falta de evolución, o posesión demoníaca, o que el interlocutor está al servicio de intereses espúreos y destructivos. Sólo es posible ese diálogo en la medida en que se acepten sus postulados o se los enriquezca.

Fuerte compromiso grupal: los adeptos cierran filas sobre sí mismos, ven al mundo con hostilidad, llegando a combatir u oponerse a la familia normalmente constituida, la única célula social con un caudal potencial como para oponérseles. Esto lleva a una pérdida de la individualidad y la consciencia yoica, reflejado en el caso de los adeptos que pierden toda voluntad en la toma de decisiones y consultan a sus líderes hasta para las cuestiones más nimias.

Implementación de técnicas coercitivas: Estas se dividen en:

a) Lavado de cerebro (por bombardeo de conceptos conflictivos y abrumadores entre sí, como gritar una letanía junto a un oído del individuo mientras junto al otro se desarrolla una teoría racional, o, como las viejas técnicas soviéticas, usar un par de auriculares con relatos totalmente ajenos uno de otro por cada parlante).

b) Privación de la libertad (con un espectro muy amplio, desde el alejamiento en “retiros espirituales” aparentemente aceptados naturalmente por el adepto, que no advierte así su progresivo condicionamiento, hasta las “comunidades” con alambrados y guardias armados).

c) Ruptura del esquema familiar (se estimula en el adepto su carga de agresividad hacia la familia, responsabilizándola de sus propios fracasos y errores, anteponiéndole la secta como un sustituto afectivo válido).

Promesas de realización personal: el adepto conseguirá o alcanzará, por medio de la secta, todo aquello en lo que ha fracasado anteriormente. Esto es evidente, por ejemplo, entre ciertos grupos evangelistas y, por qué no, en las empresas de “ventas piramidales”: se hace ostentosa exhibición de posesiones a la vez que se relata el estado de “pobreza” inicial del pastor o gerente. La propuesta es clara: “si a mí me fue tan bien, ¿por qué a ustedes no?”. Simultáneamente se hace hincapié en la necesidad de hacer donaciones porque lo que se de materialmente es poco comparado con lo que, también materialmente, “Dios” les ha de devolver, algo así como decir “no le pichuleen al Señor”, generando los cuantiosos ingresos que se le conocen, por caso, a la “iglesia electrónica”.

Respuestas para todo: la angustia ante lo desconocido, tan natural para el hombre, es sublimada en las sectas que siempre darán la respuesta necesaria para cualquier ámbito de su vida: lo económico, lo espiritual, lo afectivo. Esto evidencia, además, una actitud paternalista del líder hacia sus seguidores: son como niños a los que todo hay que explicar y darles una absoluta y perpetua protección.

Atomización de la cultura: los valores étnicos, sociales, tradicionales que conforman el marco cultural del individuo quedan supeditados a la eventualidad de no ser conflictivos con los dictados de la secta, en cuyo caso forzosamente se prescinde inmediatamente de los primeros.

Perturbaciones orgánicas que las sectas provocan en sus adeptos.

Pérdida anormal de peso: muchos de estos grupos enarbolan la bandera del naturismo como una condición necesaria para “eliminar impurezas”, aumentar su “energía” o su “percepción extrasensorial”. Si bien existen buenas razones por cuestiones clínicas para seguir una dieta vegetariana y, si se quiere, también filosóficas, tales cambios alimenticios no deben hacerse ni abruptamente ni sin control médico, entendiéndose además que cada organismo y personalidad necesita de una progresiva y particular adaptación, además de que en ciertos casos es casi impracticable so pena de provocar un cambio pernicioso en el estado de ánimo. Una caída violenta de peso es, se sabe, orgánicamente objetable, pero forma parte del proceso de “conversión” empleado por estos movimientos.

Debilitamiento general: bajo el aspecto de supuestas directivas “espirituales” se les impone un régimen de vida más que espartano pero carente del fortalecimiento psíquico que a aquellos caracterizaba. Se les altera su reloj biológico, se les resta horas de sueño y de esta manera se les quita capacidad de razonamiento y voluntad, observación y crítica, haciéndolos fácilmente manipulables.

Automutilaciones: desde el simple rapado de cabello hasta la castración pasando por el cortarse la falange de un dedo cada vez que fallece un “hermano”, todas tienen, en distintos grados, el objetivo de afectar la autoimagen del individuo y la seguridad en sí mismo que podría emanar de esto.

Alteraciones metabólicas por carencias alimenticias: aunque no se le prive de “cantidad” de comida –lo que por cierto sí suele hacerse– eliminar del menú ciertos componentes (como los proteínicos) es, a propósito, una muy efectiva manera de alterar el normal funcionamiento cerebral del sectario.

El encuadre psicológico de las sectas

Existen ciertas constantes en la conducta de los integrantes de una secta que son apenas el reflejo de la propia conducta de su líder. Entre ellas, sobresale el evidente paternalismo, que se pone de manifiesto apenas el futuro discípulo se aproxima a la misma: siempre el “bien de cambio” es uno solo: el afecto. El adepto se siente querido, comprendido, es decir, protegido, lo que como veremos más adelante es determinante a la hora de forzar su ingreso.

Tipológicamente, podríamos decir que quienes preferentemente son capturados por las sectas destructivas responden a dos naturalezas: adolescentes (o adultos inmaduros) con grandes carencias afectivas o temores frente al mundo, o personas mayores con un amplio ciclo de vida cumplido y que desplazadas de la consideración familiar, con una clara sensación de inutilidad dentro del grupo y, en consecuencia, una sensible lesión en su autoestima. La seducción del líder se ve reforzada cuando éste, al proponer sus enseñanzas o normas de vida, aduce dejar a cada uno la libertad de elegir su curso de acción; cuando sugiere no tratar de convencer a terceros o, mejor aún, cuando pide no ser creído, sino que cada seguidor “experimente” y después concluya. Esto es, ciertamente, apenas una hábil treta psicológica para consolidar la admiración del adepto por el líder: no hay como afirmar “no me crean” para ser creído a rajatabla.

A fuerza de ser objetivos, debemos reconocer que existen dos grandes vertientes que alimentan la jerarquía de líder sectario: está aquel que cree realmente en su papel mesiánico, y está aquel que encuentra aquí la realización de sus frustraciones así como la conquista de poder. También puede decirse que estos individuos buscan un cómodo “modus vivendi” donde un grupo de desesperados le sostengan económicamente, ya sea con aportes pecuniarios, ya sea con su trabajo gratuito pero, en última instancia, todo se encasilla en una de las motivaciones más inconscientes y profundas del ser humano: el placer del poder, un poder que aunque no se ejerza con autoritarismo siempre es reflejo de una personalidad de tales características.

Esto es lógicamente alimentado por el propio adepto en su búsqueda de protección, que es lo mismo que decir de referencias válidas para su vida interior y exterior, seguras y perennes. Una de las características más sobresalientes de este proceso es que, generalmente, el ser humano no busca “la” verdad; apenas, que le sea reafirmada “su” verdad, de donde adscribe afectivamente a cualquier individuo (que por su protagonismo refleje esa imagen de autoridad) en el que crea ver que, de palabra o de hecho, realiza sus profundas pero jamás expuestas (por inseguras) convicciones.

El adepto, decepcionado de (o por) las religiones convencionales (que sospecha de espaldas al pueblo, con liturgias o filosofías de oscura comprensión y distantes de sus cotidianos problemas comunes) busca soluciones alternativas, mágicas, en el sentido de mayor resultado con el menor esfuerzo. No le gusta (y no sabe) pensar, de allí que la actitud sectaria de cobijarlo, orientarlo y darle ya elaboradas respuestas a todas sus preguntas lo aleja de la realidad ansiosa de la duda. Pues sólo los espíritus equilibrados enfrentan desapegados afectivamente la incertidumbre de su propia vida.

Pero tanto el adepto como el líder “racionalizan” a su manera esa fobia a la angustia, elaborando una cosmovisión donde todo está explicado, catalogado y es accesible. Esto también es alienación, reacción psicótica y, por eso mismo, difícil su abordaje y tratamiento: aunque encuadra en etiologías psicopatológicas, un alienado nunca se reconoce como tal.

La secta se va transformando así en una verdadera “droga mental”; mucho más peligrosa que la física, pues mientras ésta también afecta al organismo (que es en realidad lo que moviliza al entorno del afectado en la búsqueda de una solución) aquélla, más sutil y de efecto prolongado, mina y disgrega su personalidad. El daño que esto hace al sujeto es incalculable, porque si ocurre en la etapa adulta, una personalidad atomizada es difícilmente reversible y deviene en una conducta esquizofrénica. Si ocurre en la adolescencia, lo que en ella es impreso se arrastra a lo largo de toda la existencia, prefigurando núcleos de conflictos (traumas y complejos) futuros.

Apocalípticos, generalmente buenos explotadores del milenarismo (arquetipo psicológico colectivo que cíclicamente angustia al hombre con la presunción de un inminente “fin del mundo”), evaden la discusión de sus filosofías o técnicas; de hecho, muchos líderes de sectas instruyen a sus fieles a “disimular” frente a amigos o familiares sus actividades, con la consigna de que “no están aún preparados” para entenderles. Así, por oposición considerándose detentadores de un nivel evolutivo superior, por un lado estimulan el alicaído ego de sus seguidores y, por otro, mantienen en la prudencia de la reserva sus tareas.

Este condicionamiento favorece, por un lado, la violación del libre albedrío y el derecho al disenso, el bien más sagrado del ser humano, pues si bien se aclara que cualquier miembro puede retirarse de la secta cuando lo desee se sugiere, ex profeso, que tal actitud sería una traición a los otros miembros y una pérdida del lugar reservado entre los “elegidos”, con los cuales, por otra parte, todo disenso es imposible: amparados en una actitud de “comprensión” para quienes –nosotros– no hemos alcanzado su grado de iluminación, no exentos de soberbia, ven en toda motivación crítica y reflexiva el estigma de una hipotética inferioridad espiritual.

Puede señalarse entonces como una de las tendencias más marcadas en las modernas sectas el hecho de que sus miembros son preparados para “camuflarse” en la sociedad. El contestatario hippie de los años ’60, cuanto menos, era más honesto: frontalmente negaba esa sociedad. En realidad, lo que se busca es no perder comodidades de este mundo y ganar los “beneficios” de su nueva posición. Cabe aquí entonces preguntar: ¿dónde se encuentra el sacrificio milenariamente pregonado como escalera a la suprema comprensión?.

Por otra parte, debemos considerar el advenimiento de lo que ha sido dado en llamar “la era de Acuario”: un nuevo orden social que en lo espiritual se caracterizaría por el agotamiento de las religiones convencionales y el surgimiento de un individualismo moral, no anárquico sino autorreflexivo y en búsqueda constante. Es posible que en el futuro predomine esa concepción; pero, hoy por hoy, apenas es interpretada por algunos como una atomización religiosa, la búsqueda de respuestas alternativas más fáciles y “a medida” de las necesidades de cada uno. En otras palabras: la multiplicidad de sectas y agrupaciones espiritualistas y pseudoespiritualistas existe porque múltiples y diferenciados son los requerimientos del ser humano, igualmente diferenciado con sus congéneres.

Y si de precisar las particularidades psicológicas del líder de la secta se trata, podemos señalar que, clínicamente, son evidentes su bovarismo, esa actitud veleidosa e insatisfecha, dominada por un concepto propio mítico e irreal, en el que no se distinguen los límites entre fantasía y realidad. El término proviene de la novela “Madame Bovary”, de Flaubert.

Esta ambigüedad fronteriza sólo sería perniciosa para el responsable (y sus planes) si no se viera amplificada por otras disfunciones patológicas. En efecto, muchos individuos son víctimas de su propio bovarismo, y es precisamente ese comportamiento el que les encadena a una vida de irrealizaciones y no concreciones. El sujeto, inercialmente, encuentra más agradable el continuar elucubrando (que, por esa difícil capacidad de discernimiento entre lo objetivo y lo subjetivo, para él es igualmente real) que en pasar a la acción. De todas maneras, es ese bovarismo en los adeptos de una secta lo que los hace dependientes de aquella personalidad que puede “cosificar” el entorno de sus sueños.

La levadura psíquica que lleva al líder de una secta a asumirse como tal (tenga ésta millares de seguidores y termine, en definitiva, persiguiendo otros objetivos, como los económicos, ya sea que tenga apenas un puñado de fieles) es la necesidad de contrarrestar la angustia del propio conocimiento de su complejo de inferioridad social. El complejo de inferioridad es el impulso, natural, que lleva al individuo a superar una incapacidad física o psíquica, imaginaria o real. En sujetos neuróticos deviene en una hipercompensación (características de comportamiento desequilibradas) o en descompensación (el sujeto se refugia en la enfermedad para excusar su propio fallo). Así, a partir de esa inferioridad original (que en el caso del líder sectario puede ser una proyección de sus propios complejos afectivos) el sujeto convierte su enfermedad en una justificación por sí misma, entendiendo a la sociedad en un todo como su enemigo natural y al ámbito de su secta como el búnker moral en el cual refugiarse.

En la mayoría de nosotros, de existir, el complejo de inferioridad nos empuja a superarnos. Es, lo dijimos, un impulso natural. Tan natural como el llamado “instinto de poder” obvio en todos nosotros. Con la salvedad de que, en la mayoría, eso nos lleva a la búsqueda de poder por los medios lícitos: la adquisición de bienes materiales, la seducción sexual, la generación de una familia o el protagonismo político, por ejemplo. En todos los seres humanos es natural la búsqueda de poder y, cuando ésta no existe, podemos presumir la existencia de una represión. Y, necesariamente, debemos entender que, en un contexto psicológico, “poder” no conlleva el sentido amoral que le da el lenguaje cotidiano.

Porque psíquicamente es sana la búsqueda de la superación, de poder. Lo que puede ser ilícito es el camino para acceder al mismo. Y en esto último es en lo que incurre el líder sectario.

Es habitual descubrir en el líder de una secta una personalidad esquizoide, caracterizada por introversiones, actitudes excesivamente meditativas, frías, cerradas, incapaz de verdaderos y duraderos afectos. Suele tener dificultad en sus relaciones sociales fuera de su “territorio” y tiende a rehuir el encuentro con personalidades que entiende más dominantes que la propia, refugiándose en actitudes contemplativas y especulativas, o en pasatiempos extravagantes.

En él, al igual que en algunos de sus adeptos, puede evidenciarse una esquizofrenia hebefrénica, caracterizada por graves formas de desorganización de la personalidad, perdiendo por completo la relación con la realidad, presentando manías y alucinaciones (como manía, entendemos un trastorno psíquico en el que se produce un grado elevado de excitación) que en ocasiones puede degenerar en una esquizofrenia paranoide (acentuada por delirios de persecución). En el líder sectario, tales manías adoptan la particularidad de ser de grandeza (convicción de ser una persona absolutamente excepcional) alternando con síndromes maníaco-depresivos (trastornos caracterizados por la alternancia de fases de extrema euforia y depresión). Este cuadro, complejizado sobre sí mismo, deviene en formaciones reactivas (mecanismos de defensa a través del cual un motivo que no puede ser satisfecho –por ejemplo, un amor no correspondido– es sustituido por su contrario –sentimiento de odio–).

¿Y qué ocurre mientras tanto con el adepto?. Aquí podemos distinguir entre las problemáticas de personalidad que generan la dependencia de la secta, y las consecuencias de la relación con la misma.

Entre las primeras, además de lo ya señalado, especialmente el delirio de grandeza (porque por algo él es el “elegido”, o el “evolucionado”) encontramos atimia (condición caracterizada por humor melancólico, apatía y falta de sentimientos). Entre los segundos (especialmente cuando el individuo percibe inconscientemente los aspectos moralmente discutibles de su agrupación) un marcado sentimiento de culpabilidad (derivado del conocimiento que puede presentar un grado variable de consciencia, de haber infringido códigos de comportamiento o valores éticos o sociales. Retenido en el inconsciente, puede causar conflictos de tipo neurótico). El proceso de identificación con el líder, proceso inconsciente a través del cual se adopta a otra persona como modelo al que tiende a semejar en el comportamiento y en la manera de pensar o sentir, desemboca en patologías como la ecolalia (fenómeno esquizo frecuente, consistente en la repetición automática de palabras de otros) y la ecopraxia (cuya manifestación consiste en la imitación de acciones y gestos de terceros) y, finalmente, en la despersonalización (pérdida de la noción real de la propia persona, provocada por la sensación de no ser ya uno mismo).

Acorralado en su propia ansiedad pues los desequilibrios psíquicos se realimentan a sí mismos) el adepto tiende a ejecutar compensaciones, siendo estos mecanismos de defensa inconscientes que lo mueven a reaccionar ante una condición suya de inferioridad, imaginaria o real, con la intención de restablecer un equilibrio favorable para él. Este proceso generalmente es defectuoso, y degenera en complejos, entendiéndose como tales al conjunto de estados afectivos, representativos y cognitivos inconscientes, asociados entre sí en una sola unidad estructural y que determinan el comportamiento del individuo obligado a sentir y actuar según un modelo repetitivo. Este proceso, de manera voluntaria o no, es estimulado por el líder pues es condición sine qua non para generar dependencias.

El “ablosung” (mecanismo que en Psicología permite anular una relación psíquica que se establece entre dos personas, de manera subordinada) sólo es viable mediante una “desprogramación” aplicando terapia no directiva, psicoterapia aplicada por Carl Rogers, cuya finalidad consiste en crear un ambiente caracterizado por el calor humano, comprensión e intimidad, con el fin de que el sujeto pueda considerarse en completa seguridad.

Porque es la falta de ésta (de seguridad) lo que en última reducción se observa como factor desencadenante del ingreso a la secta. Un entorno familiar frío o desentendido de las necesidades (materiales o espirituales) del individuo es un pasaporte abierto a las sectas que, precisamente, seducen mefistofélicamente al angustiado con ambientes agradables, sonrisas afectuosas y palabras que éste está deseando desesperadamente oír.

Otras alteraciones psicológicas y neurológicas que se producen en la secta son: alucinaciones cinestésicas (sensación ilusoria de ser “tocado”, de “presencias”, que no debe confundirse con la verídica percepción extrasensorial), alucinaciones auditivas (el caso de los “mensajes revelados”), alucinaciones visuales, estados de disociación, alteraciones en el dormir, “flashbacks” (imágenes inconexas que se proyectan en el consciente sin razón alguna), cuadros autistas, alteraciones del lenguaje y pérdida del equilibrio emocional.

También puede sindicarse a las sectas destructivas por la comisión de delitos penales tales como falsificación de documentos públicos, estafas a la credulidad pública, ejercicio ilegal de la medicina, privación de asistencia médica (el caso de menores, hijos de Testigos de Jehová, impedidos por sus padres de transfusión de sangre), adquisición fraudulenta de fondos, enriquecimiento ilícito, evasión fiscal e incitación a la prostitución.

1 2