Ahora es más difícil ser pagano

Ahora es más difícil

(…) En cierto modo, todos interpretamos varios papeles a lo largo de nuestra vida, tenemos personajes especializados para cada una de las tareas importantes; el individuo tiene varias facetas. El problema es cuando estos aspectos de uno mismo, no están conectados de algún modo coherente entre sí, cuando pierden el contacto con la realidad de nuestro ser.

Podemos pasar muchos años interpretando los papeles que nos ofrezcan, pero cuando se acaben los papeles, cuando por cualquier motivo nos veamos aislados del gran cásting del mundo y no quede más que la vida desnuda observándose en el espejo de la interiorización;  entonces será difícil hacerse cargo de ella; y trataremos de olvidar la “aterradora” visión interpretando el papel que el “abstracto circundante” (porque la idea de sociedad nunca suele referirse a personas que conocemos)  tenga destinada para nosotros.

Debemos ser conscientes del medio en el que vivimos, el medio que no está formado sólo por condiciones materiales, sino también por cúmulos de ideas y órdenes de valores, que tal vez en sí mismos no sean nada, pero resultan capaces de movernos, de actuar a través de nosotros.

Estas ideas, no son inocentes. Como el virus, buscan la manera de infiltrarse, y son capaces de mutar para este propósito. Es relativamente fácil insertar una idea en un contexto que teóricamente proclama lo contrario, como inyectar veneno en la manzana de mejor color, aroma y textura. Todos los textos, los discursos, toda la creación y forma de comunicación humana lleva la carga, buena o perniciosa, de sus hacedores. De ahí la importancia de aprender a leer entre líneas, de ver más allá de lo expuesto, de infiltrarse hacia el origen y el propósito que llevó a publicar esas líneas, o componer esa música, o crear ese arte.

La importancia de aprender a leer entre líneas no reside en la capacidad de desvelar misterios ocultos, sino en ser capaz de analizar que elementos del discurso son acordes con lo que queremos en nuestra vida, y cuáles deben ser rechazados por lo contrario. Al mismo tiempo que una obra conserva la carga inicial de su autor, también puede ser liberada de la misma mediante nuestra interpretación.

Y esto, que en la mayoría de casos – no vamos a negarlo- sirve para que palabras que decían algo se conviertan en vacío, también puede ser el modo de hacer que el frívolo vacío con el que fueron elaboradas, se llene de significado. Por ello las palabras, o las ideas mismas por ellas solas, no bastan; y todo depende de la elección de la persona, de lo que ésta hace realmente con su vida.

Hace un tiempo yo aún creía que en el ámbito del paganismo las cosas habían sido más difíciles antes de que de pusiera de moda y se le diera tanta publicidad, y creía que por eso mismo la selección de individuos era mayor. Pero me doy cuenta de que en realidad es todo lo contrario; ahora es realmente más difícil ser pagano, porque tienes una amplísima gama de senderos que no conducen a ningún lugar en los que perderte. Una amplísima gama de rostros sonrientes o serios según la ocasión (recordemos que los virus mutan)  que te indicarán por dónde puedes seguir, conduciéndote a la trampa.

Mientras que antes de todo esto, eras tu mismo quien te acompañaba,  quien pesaba las cosas en la balanza, desvinculado del juicio o del consejo ajeno. Era una historia de búsqueda de uno, hacia uno mismo, por todo aquello en lo que creía y a lo que no quería renunciar; puede que alguien quisiera aparte del camino, pero lo hacía de un modo directo, mostrando un camino tan diferente en el que de ningún modo podías encajar, entonces tomar decisiones era fácil, porque resultaba más simple. Ante la adversidad, ante el peligro manifiesto, las personas que no se rinden de entrada dan lo mejor de sí mismas.

Pero si quieres anular a alguien, basta con ser sutil, y que crea que hace lo que hace por su propia voluntad. Ahora todos quieren *ayudar* de repente, todos quieren ponerte su granito de arena, o más bien inculcarte el “chip” que te haga responder a sus propias necesidades o deseos. Y se corre el riesgo de convertirse en poco más que un vehículo, más o menos adornado con ideas o imágenes adecuadas a sus expectativas de proyección social, al modo en cómo quiere que los demás le vean.

Y esto ha existido en todo tiempo y lugar, desde la vida común y corriente, hasta  la más respetable orden esotérica, así que no resulta ninguna novedad; simplemente la soledad a la que estaban forzados los paganos hace algunas décadas tenía la parte positiva de no exponerlos a este teatro de un modo tan continuo como ahora lo están las generaciones que siguieron. La única brújula que puede ayudarnos en este tránsito, es la conexión con aquello que queremos en nuestra vida, el único modo real de avanzar es consolidar a nuestro propio camino a cada paso.

Vaelia Bjalfi, Febrero 2006
Publicado en Foros Blue Moonlight