Geometría, rebelión y liberación (Clomro)

La idea de rebelión y liberación ha ido acompañada, en ciertos movimientos artísticos, por la antiestética. El desorden llevado al arte hace que, a juicio de los partidarios de la estética, no se trate realmente de “arte” una producción carente de armonía, equilibrio, y todo cuanto se oponga a ello en lo geométrico, lo cromático, lo sonoro, etc. ¿Qué tanto “libera” un arte “rebelde” que conecta con bajas frecuencias, en nombre de la “ruptura” con lo “convencional”, si esa ruptura no acerca, sino que aleja del orden del universo?
Los patrones del caos en las fractalizaciones, la matriz geométrica de donde parte la creación de la forma, la proporción aúrea en los tres reinos del mundo físico y en la producción arquitectónica humana, y todo cuanto es expresión de un orden cósmico que vemos convertido en arte natural en una cristalización, en una flor o en una colmena, nos hacen sintonizar con frecuencias vibratorias en equilibrio, contribuyendo con nuestra liberación de los estados de desequilibrio físico, emocional, mental, espiritual. Una rebelión llevada al hip hop o a la cumbia poniendo letras de “concientización liberadora” nunca habrá de igualar al “Efecto Mozart”; y un graffiti en una pared, ensuciándola, con la inscripción “Sea un freerebel”, no igualará el efecto armonizador de una pared blanca y limpia.