El ska segun roco

Texto: Luis Jhon
Diseño gráfico: Catherine Zúñiga Andrew
Introducción

La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio aparecieron en la escena musical en los años ochenta. Fue una explosión que hizo vibrar hasta el más oscuro rincón de Latinoamérica. El ska aparecía como una alternativa con la cual algunas personas nos podíamos identificar, como ocurre con el cantante del grupo, Roco, “el Pachuco”.

Debido a que la obra de este grupo reposa en el trabajo colectivo, no es correcto referirse a ninguno de ellos como “el jefe de la banda”; sin embargo, dada la notoriedad que ha alcanzado debido a su activismo social, Roco se ha convertido en un líder para numerosos jóvenes. Y para hablarnos de su música comienza con lo siguiente: “el ska está plenamente asumido como parte de la identidad latinoamericana”.

Originario de Jamaica, el ska cobra popularidad en la Latinoamérica hispanoparlante allá por 1985, con la aparición de bandas como La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, Los Fabulosos Cadillacs y Desorden Público.

Roco explica en entrevista para Sepiensa que, desde sus orígenes, los grupos de ska han sido integracionistas. Han buscado la mezcla no sólo de ritmos, sino de culturas. Roco resume: “el ska es una mezcla del mento , el calypso de Trinidad y Tobago, las Big Band del jazz y el Rythm and Blues”.

En el caso de su música, dice: “El nuestro es totalmente mexicano. Nosotros lo mezclamos con el son veracruzano, la rumba… es una fusión basada en la música popular mexicana”.

Al ritmo del mestizaje
El ska posee muchos elementos que, según este Pachuco contemporáneo, en México son parte de la cultura popular: “música de barrio, alegre, optimista, bailable… integra el baile completamente. Desde su origen está identificada con comunidades obreras. Con la raza. Porque tiene un discurso político social claro”.

El ska es una de las tantas influencias que recibimos del exterior. Un elemento de nuestra cultura mestiza, como explica Roco: “desde hace 500 años Latinoamérica es mestiza. En el principio tiene su raíz indígena pero desde el “Encuentro de dos mundos” toda ella ha sido producto del mestizaje”.

¿Por qué nos hemos apropiado del ska?

“El ska es la primera música totalmente jamaiquina. Coincide con la independencia de Jamaica. Es un movimiento social con mucho optimismo. Acababan de lograr su independencia, era la expresión de una nación que estaba naciendo y en el ska se refleja ese espíritu optimista”.

Según este cantante, el ska llegó a México en los sesenta con un músico llamado Toño Quirasco: “Sacó un disco que se llamó Jamaica Ska. Es la primera vez que entra el ritmo aquí”.

Por su parte, Roco dice que empezó haciendo ska de manera intuitiva y natural. “Cuando lo escuché por primera vez me gustó mucho”. Por ese entonces el cantante seguía a grupos como The Clash: “un punk totalmente politizado. Además tenían de todo: rock, reagge, punk… eso era lo que me gustaba: muy abierto socialmente”. Y cuenta algo de su generación: “Cuando queríamos hacer punk nos salía mambo”.

El ska fue su camino: “Al momento de oír eso reconocí toda la parte caribeña. A partir de ahí profundizamos en el ska. Fue intuitivo, pero con el paso de los años fuimos investigando y encontrando todas estas fuentes”.

   

El sentido político
Las letras de las canciones de La Maldita Vecindad tienen un tinte político y social muy claro. Tratan de lo que Roco denomina “el sentido cotidiano: de utilizar la crónica, que la tenemos en nuestra cultura desde el corrido mexicano. Además, todo nuestro trabajo es colectivo”. Él se siente heredero de la actitud del “hazlo tú mismo”, proveniente del punk inglés: “no esperes a ser gran un músico ni tener todo el equipo del mundo: hazlo y exprésate”.

Asumida la actitud práctica, el cantante explica que “en el ska nos llamaba la atención la existencia de grupos antirracistas, bandas muy grandes con diez, once locos, toda una colectividad. Desde el principio eso fue en lo que creímos, en el trabajo colectivo y la crónica se convirtió en un canal más directo para coincidir. Nos sentábamos a hablar de lo que vivíamos a diario. Primero hacíamos la música, como de persecuión, y contábamos anécdotas: por ejemplo alguien contó de cuando lo apañaron (de ahí viene “El apañón”, una de sus canciones) y salió la rola: te agarraba la tira y contábamos eso. Más que política e ideológía hablamos de nosotros mismos y acabamos tocando temas sociales y políticos”.

El año 2006, La Maldita Vecindad cumplió 21 años como banda. Han tocado mucho en la calle y Roco considera que han estado de la mano con la sociedad: “desde los terremotos de 1985 hasta el fraude electoral de 1998, con las grandes movilizaciones por el “Encuentro de dos mundos”, con el zapatismo, el movimiento altermundista, con la resistencia civil, apoyando al gran movimiento indígena… y todo este tiempo estuvimos tocando”.

“Seguimos celebrando la vida”
En la actualidad, además de mantenerse alrededor del grupo, cada uno de los miembros de La Maldita tiene su propio canal de expresión. Roco explica: “He hecho documentales para testimoniar la gran riqueza de la cultura popular mexicana”.

Él considera que en la calle existe una vitalidad que “no tiene ninguna presencia en los medios de comunicación”. De todos modos afirma que los medios de comunicación no son un fin en sí mismo. Simplemente se trata de un camino para difundir sus ideas y su creación. “La base de La Maldita es el concierto en vivo”.

Se trata, según sus palabras, “del último reducto donde no hay nadie entre el público y los músicos. No hay producción ni Grammys, sino la música que está sonando y la celebración de la vida que se logra con la participación de todos. Ésa es la verdadera vida de La Maldita Vecindad”.

Ahora, mirando en retrospectiva, dice: “es muy vaciado cómo con el paso del tiempo, cuando explotó el ska en 1996, de repente mucha gente volteó a ver a La Maldita y dijeron: ah, pero era ska. Y claro: es uno de los elementos, pero ahora con más conocimiento de música árabe dirán ‘La Maldita era Rai Music’ (de Argelia, un exponente es Ched Khaled), o al rato ocurrirá lo mismo con la música africana contemporánea. Es lo que está en la música de Maldita”. Es decir “un cúmulo de referencias identificables”.

Con Roco podemos seguir hablando: de ska, de los pachucos, de cómo en esta identidad se integran los negros: “la primera gran contracultura, el pachuquismo, con el spanglish… es un fenómeno multirracial que abarca lo negro, lo latino y lo gringo. Esta visión da origen al jazz y a Pérez Prado”.

Para Roco se trata de rescatar nuestra esencia y valorarla porque, de lo contrario, “mientras más prejuicios haya para convencernos de que el sentido de la vida es lo que tenemos y no lo que somos, mejor les va a quienes nos quieran vender su identidad. Eso es lo importante. Lo imposible, lo absolutamente incongruente del neoliberalismo es que sólo ve a la vida en función del dinero… La vida no se puede reducir a esos términos… No se puede ver a la naturaleza como una fuente de recursos de materia prima, en la medida de lo que producen y lo que te puede permitir vender. Todas las grandes civilizaciones han crecido, no por sus medios masivos de comunicación, sino con base en la tradición oral, vernos a los ojos, compartir una celebración directa”.

Para Roco la mejor rebeldía es ser profundamente humano: celebrando la vida. “La otra gran arma es la risa. El sentido del humor desarma al más poderoso. Es muy útil para romper el poder y la represión… Cuando uno se ríe no tiene miedo y cuando uno no tiene miedo todo es posible”.