Radios libres y comunitarias, El arte de vivir de abrir el ho….

Las Radios libres hoy

A finales de los años setenta y principio de los ochenta empezaron la mayoría de proyectos de radiodifusión libre en la península ibérica: Ona Lliure, Radio Paraíso, Txomin Barullo, Radiocadena del Váter, Radio Pica, etc. Durante esta época, el postfranquismo, se continúa con el control de las mentes, de la educación, de la cultura, de los valores y, cómo no, los medios de comunicación ejercen el papel de transmisores del pensamiento del sistema, formadores de la opinión posible y productores de la única realidad admitida oficialmente. Al mismo tiempo, muchas cosas que suceden no son contadas, no son sabidas, son ignoradas y, en el peor de los casos, criminalizadas. Eso sí, nos venden la democracia como el sistema social más justo y como el único válido. Las ganas de comunicarse, de expresar la rabia acumulada en los primeros años del postfranquismo ante el engaño evidente (Monarquía, Constitución, Pactos de la Moncloa, etc) hacen que proliferen por todo el estado una multitud de radios gracias a la facilidad técnica que ofrece el medio. Ante este fenómeno, el Estado, demostrando qué entiende por libertad de expresión, ordena los primeros cierres; pero será inútil, las radios libres continúan y se expanden hasta que, en el año 1984, se celebra una reunión de radios de la que surge el Manifiesto de Villaverde que contiene la primera definición de radio libre.

En la actualidad hay una multitud de radios que se hacen llamar libres y que conforman un panorama algo confuso. Se trata de radios con características muy dispares, a veces sin casi ningún nexo común, salvo el de carecer de licencia: hay radios asamblearias y radios con juntas gestoras y directores a sueldo; radios culturales, comunitarias, religiosas, maquineras, radiofórmulas, talleres de radio, radios de partidos y radios libertarias. Parece evidente que la mayoría de estas radios se han alejado de la definición del Manifiesto de Villaverde, perdiendo de hecho su condición de radio libre aunque sigan usando el nombre y han entrado en el engranaje globalizador de la democracia. Y cuando hablamos de engranaje globalizador nos referimos al discurso que elabora el Estado en el que se nos habla de solidaridad, tolerancia, diversidad, multiculturalidad y demás conceptos que el poder abandera excluyendo todas aquellas disidencias que le molestan.

El Estado nunca ha querido reconocer la existencia de las radios libres a pesar de que algunas llevan funcionando desde hace 17 años. Dice que somos radios piratas porque emitimos sin licencia, sin una licencia que ellos conceden a dedo a sus amigos empresarios en una privatización de facto de la FM. Cuando se plantean la legalización lo hacen siempre en términos de radios comunitarias o culturales y con un alcance geográfico muy restringido (el barrio donde se halla la emisora). Además, aceptar el uso de términos como radios comunitarias o culturales es someterse a los conceptos integradores del poder, configurador de toda una serie de diferencias cautivas.
Frente a los media que transmiten símbolos totalizadores, creadores de oyentes especulares, obligados a reflejar mensajes de miseria y soledad, queremos constituir una red de complicidades y comunicación. Somos espacios donde se hacen efectivas las voces de las diferentes insurgencias, de la disidencia a este sistema; donde hablamos sin tapujos, nos comunicamos y expresamos nuestro malestar y nuestra alegría. No queremos utilizar lenguajes estipulados ni connivistas; rehusamos los parámetros democráticos y no queremos pertenecer a la gran familia solidaria. Rechazamos la profesionalidad porque ésta no es más que un producto de valores tan necios como la competitividad y el lucro.

Y nos alegra saber que cuando tocamos su ejército, su propiedad privada, su jerarquía, dinero, leyes, órdenes, egoísmo, autoritarismo, etc, les sale una almorrana en lo más querido de su cuerpo.

Extraido de: [RadioBronka]
Listado Radios Libres en el Estado Español [1