Pedro Rodea El libro de las contemplaciones
Pedro Rodea
Nuestra verdadera vocación está en escuchar el signum de la Verdad
El signum de la Verdad está siempre con nosotros
Nosotros debemos entrar en el jardín del divino descontento de nosotros mismos
Y si nosotros no entramos consintiendo
somos introducidos en él sin que sepamos cómo
¿Por qué juega la Verdad con nosotros
a parecer que ella está oculta
a parecer que ella es difícil de alcanzar?
Yo no lo sé
Inteligiblemente es un misterio
racionalmente es un desafío
Pero amorosamente es una absoluta conformidad
Todo lo más que alcanzo a ver
es que yo era como si yo estuviera muerto
y el amor de la Verdad me ha resucitado
¿Cómo fue el comienzo?
Esta Luz venía de la obscuridad e ignorancia natales
Repentinamente
en mi adolescencia
lágrimas brotaban de mis ojos sin saber por qué?
Sin saber por qué era un estado punzante
debido a que había en mí una sed profunda de explicación
Yo quería saber por qué
debido a qué esto era así
Yo quería saber ese esto se debe a esto que todos buscamos cuando no sabemos qué nos pasa
Pero yo no tenía la respuesta
Lo más parecido a una respuesta que yo encontré
era la doctrina religiosa
Hubo una gran conversión
una gran recesión de todo cuanto en el mundo y en mí mismo se había revelado completamente insuficiente para dar razón y respuesta al profundo pesar que atenazaba mi corazón
Casi de inmediato leí sobre lo que es llamado la Liberación
Mi comprensión se inflamó de gozo
Era como entrar en un jardín inconocido dentro de un jardín
Yo no hacia nada
Lo signos venían a mí como una nube de flechas a su blanco
Y yo cada vez sabía menos qué me estaba ocurriendo
Si tengo que regresar al comienzo del conocimiento en mí
sólo veo que el conocimiento en mí sabía que no sabía
Mi mente era absolutamente incapaz de comprender qué me estaba ocurriendo
Sólo un intenso descontento
un doloroso desasosiego
No vayáis a creer que este intenso descontento ha cesado
no vayáis a creer que el doloroso desasosiego se ha aplacado
Yo no he encontrado la respuesta que ya me hacía en mi más temprana adolescencia
Yo no he sido dejado en paz
¿Cómo llamarlo?
Las palabras no son lo que ellas nombran
Pero a lo que más se parece es a lo que llaman amor
Un amor que sabe que ama pero no sabe qué
Cuán misterioso
cuán indescriptiblemente prodigioso
Los signos siguen viniendo a mí como flechas a su blanco
Es absolutamente imposible eludirlos
Lo más sorprendente es que he llegado a amar indescriptiblemente este estado de ser así flechado
¿Sabéis?
Un cuerpo-mente-y-alma-y-espíritu
lo que cada uno de nosotros cree ser
es exactamente como un cadáver
Por él mismo no tiene vida
Él es el blanco donde una indefinidad de flechas vienen a clavarse
y a cada impacto una pregunta
un anhelo
un divino descontento
un irrefrenable desasosiego
A cada signum un responsum
Hay una tensión máxima
Tensado este cuerpo-mente-alma-y-espíritu
como una piel tensa puesta a secar al sol
Él es tensado
y yo sigo sin saber cómo
Es un misterio por encima de toda comprensión
Es un misterio cuya respuesta es aceptarlo completamente misterioso
eternamente misterioso
Es un misterio de amor
donde
aunque yo parezco amar indescriptiblemente
la realidad es que soy hecho amar como yo no sé y lo que yo no sé
El jardín donde fui forzado a entrar en mi adolescencia es el jardín de la premonición
Yo fui promovido
no es yo quien se movió
Yo fui conmovido
no es yo quien quiso
Fue un querer otro que mi querer el que quiso que yo entrara en el jardín de la preciosa tensión
Desde entonces no descanso ni quiero
Mi descanso es no descansar siguiendo el rastro
como hipnotizado
como hechizado
Es una atracción irresistible
incontenible
bellísima