Mutilaciones rituales en el mundo maya

Deformación craneana.

Una de las cosas que mas han hecho celebres a los antiguos mayas, aunque no era privativa de ellos, es su deformación craneana, obtenida por medios artificiales, cosa que decían fue inspirada a sus antepasados por los mismos dioses, la que según referían, además de darles un aire noble les proporcionaba una comodidad practica para sujetar la carga a la cabeza.

A los pocos días de nacida la criatura la ponían boca abajo o boca arriba sobre un pequeño lecho y durante varios días le comprimían fuertemente la cabeza entre dos tablillas cóncavas en el medio, una sobre le frente y otra sobre el colodrillo, tablillas que se sujetaban por medio de un fuerte amarre. Resultaba así un cráneo puntiagudo hacia arriba, rehuido hacia atrás, aplastado por adelante, haciendo mas ancha la frente y acentuando sobremanera el perfil.

Estrabismo.

La bizquera era un signo fisiológico particularmente gustado por los mayas. Para satisfacer tan exótico gusto colgaban del cabello de sus hijos una pelotilla de resina que les caía sobre la frente, lo que obligaba al niño a levantar continuamente los ojos para verla, hasta que con tanto forzarlos acababan por adquirir dicha desviación. Es posible que algunos individuos que se dejaban crecer el cabello sobre las cejas, al danzar tenían que mirarlo alzando sus ojos y se ponían bizcos.

Perforación de la nariz.

Consistía en la horadación de la ternilla nasal para incrustar en ella una cuenta de jade o ámbar.

Mutilación dentaría.

Hombres y mujeres se ornamentaban la dentadura con incrustaciones de pequeños discos de jade o de obsidiana y en ocasiones, se limaban los dientes en forma de sierra.

Perforación de las orejas y de otras partes del cuerpo.

Tanto las mujeres como los hombres tenían perforados desde chicos el lóbulo de las orejas para colgar o ensartar en el sus respectivas orejeras. La horadación era agrandada gradualmente, y era capaz por lo tanto de contener grandes piezas. Los guerreros principalmente solían agujerearse el labio inferior para ajustar en la horadación un bezote de oro, plata o ámbar o bien un botón de oro, a modo de distintivo guerrero o, mejor dicho, de valor, lo que a la vez les daba un aspecto fiero e imponente.

Forma de usar el cabello.

Las madres acostumbraban a quemar con paños calientes los rostros de sus hijos a fin de que cuando crezcan no le creciera la barba. Tanto los hombres como las mujeres usaban el cabello largo, aunque diferenciándose generalmente en el tocado. Se dejaban crecer el cabello desde el medio de la cabeza hacia atrás. Los hombres se quemaban dicha parte superior del cráneo de tal manera que creciera menos cabello ahí. A veces lo trenzaban y hacían una guirnalda de ello en torno a al cabeza, dejando la coletilla atrás como borlas. Los guerreros llevaban la trenza alrededor de la cabeza con el final colgando hacia atrás. Usaban un fleco erguido por una banda de algodón o corteza. Era un castigo que se le cortara el cabello a alguien.