QUENYA -La Lengua Antigua

QUENYA -La Lengua Antigua

También escrito: Qenya, Qendya, Quendya
También llamado: Alto Élfico, La Alta Lengua de los Noldor, El Habla Antigua, El habla de los Elfos de Valinor, Latín Élfico, Valinoreano, Avalloniano, Eressëano, parmalambë (la Lengua de los Libros), tarquesta (Alta Lengua), Nimriyê (en adûnaico), Goldórin o Goldolambë (en telerin), Cweneglin o Cwedhrin (en Gnómico).

     

      HISTORIA INTERNA

      El quenya o alto élfico es la lengua más notable de la rama amanya (N. del T.: “de Aman”) de la familia de lenguas élficas. En Aman había dos dialectos del quenya: vanyarin y noldorin. Por razones históricas, en la Tierra Media sólo se usó este último. La única otra lengua eldarin hablada en Aman, el telerin, podría considerarse también un dialecto del quenya, pero normalmente se la consideraba un idioma separado, y no se discute aquí (ver el artículo independiente).

      Comparado con muchas otras lenguas élficas, el quenya era arcaico. Preservó las características más importantes del idioma élfico original, inventado por los Elfos cuando despertaron por primera vez junto el lago de Cuiviénen – una lengua con “muchas… palabras bellas, y muchos artificios astutos del habla” ((*)WJ:422). De hecho, el índice de El Silmarillion se refiere al quenya como “la lengua antigua, común a todos los Elfos, en la forma que tomó en Valinor” en Aman – como si el quenya fuese tan parecido al élfico primitivo que fuera meramente una forma tardía de él, y no un nuevo lenguaje. De hecho, el élfico primitivo y el quenya pueden haber sido mutuamente inteligibles, pero no debe pensarse que fueran casi idénticos. En Valinor, la antigua lengua élfica sufrió ciertos cambios: “Su alteración… [vino] por la creación de nuevas palabras (para cosas viejas y nuevas) y en la suavización y armonización de los sonidos y los patrones de la lengua quendiana hacia formas que parecían más bellas a los Noldor” ((*)WJ:20). Los sonidos b y d en posición inicial se convirtieron en v y l (o n), las vocales largas finales se abreviaron, las vocales intermedias no acentuadas a menudo desaparecieron, y muchos grupos consonánticos sufrieron metátesis u otros cambios, generalmente haciendo que fueran más fáciles de pronunciar. El quenya también adoptó y adaptó algunas palabras del lenguaje de los gobernantes de Aman – los Valar, los Poderes Angélicos que cuidaban el mundo en provecho de su Creador. Sin embargo, los Valar mismos animaron a los Elfos a “crear nuevas palabras a su propio estilo o… traducir el significado de los nombres a las bellas formas Eldarin” en vez de retener o adaptar las palabras valarin ((*)WJ:405). Se sabe que los Noldor “eran cambiantes en el habla, porque sentían un gran amor por las palabras, y siempre intentaron buscar nombres que se adaptaran mejor a todas las cosas que ellos sabían o imaginaban” (Silm. cap. 5).

      En Aman, el quenya no sólo era hablado por los Vanyar y los Noldor, sino también por los Valar: “Los Valar parecen haber adoptado rápidamente el quenya” después de la llegada de los Elfos, y los elfos no oían por lo general la lengua de aquéllos, el valarin: “En verdad se decía que a menudo se podía oía a los Valar y a los Maiar hablando quenya entre sí” ((*)WJ:305). Pengolodh el sabio de Gondolin observa: “En las historias siempre se representa a los Valar hablando en quenya en todas las circunstancias. Pero esto no puede proceder de una traducción de los Eldar, pocos de los cuales conocían el valarin. La traducción debe haber sido hecha por los Valar y Maiar mismos. Verdaderamente estas historias o leyendas que tratan de los tiempos de antes del despertar de los Quendi, o del pasado lejano, de cosas que los Eldar no pudieron saber, deben haber sido presentadas desde el principio en quenya por los Valar o los Maiar, cuando instruyeron a los Eldar”. Menciona como ejemplo el Ainulindalë: “Debe… haber sido presentado desde un principio a nosotros no sólo en las palabras de quenya, sino también de un modo acorde con nuestra forma de pensar”. De hecho, incluso Melkor aprendió quenya, y lo hizo bien. “Ay”, dice Pengolodh, “en Valinor Melkor usaba el quenya con tal maestría que todos los Eldar se asombraron, pues los poetas y los sabios no podían superar, y apenas igualar, el uso que de él hacía” ((*) VT:39:27).

      Cuando Rúmil inventó las letras, el quenya se convirtió en el primer lenguaje en ser registrado por medio de la escritura (Silm. cap. 6, ESdlA Apéndice F). Pero fuera del Reino Bendito de Aman, el quenya nunca se hubiese conocido si no hubiese sido por la rebelión de los Noldor en la Primera Edad. La mayor parte de este clan dejó Aman y fue al exilio en la Tierra Media, trayendo la lengua de los Altos Elfos consigo. En la Tierra Media los Noldor eran ampliamente superados en número por los Sindar o Elfos Grises nativos, que hablaban un lenguaje claramente relacionado, pero bastante distinto. La lengua sindarin mucho tiempo antes había abandonado las declinaciones todavía se preservaban en quenya, y el sonido general de los dos lenguajes difería mucho -el quenya era mucho más vocálico que el sindarin y tuvo una distribución muy limitada de las oclusivas sonoras b, d, g, que eran frecuentes en sindarin. En suma, “los Noldor… aprendieron rápidamente el habla de Beleriand [Esto es, el sindarin] mientras que los Sindar fueron lentos para dominar la lengua de Valinor [Esto es, el quenya]”. Veinte años después de la llegada de los Noldor a la Tierra Media, “la lengua de los Elfos Grises fue muy usada, incluso entre los Noldor” (Silm. cap. 13). Cuando el Rey Thingol de Doriath supo finalmente que los Noldor habían asesinado a muchos de sus parientes entre los Teleri y robado sus embarcaciones cuando dejaron Valinor, prohibió el uso del quenya en todo su reino. En consecuencia, “los Exiliados adoptaron la lengua Sindar para todo uso diario, y el Habla Alta del Oeste la utilizaron sólo los señores de los Noldor entre ellos. Aunque ese habla vivió para siempre como un lenguaje de conocimiento, dondequiera que habitara alguno de aquellas gentes” (Silm. cap. 15).

      Así el quenya sobrevivió, incluso en la oscura Primera Edad. De hecho, el vocabulario se expandió: Los Noldor adoptaron y adaptaron algunas palabras de otras lenguas, como Casar “enano” del término enano Khazad y certa “runa” del sindarin certh ((*)WJ:388, 396). Algunas palabras que ya estaban en uso desarrollaron acepciones nuevas y modificadas en el quenya de los Exiliados, como urco, una palabra que en el quenya Valinóreano se utilizaba como “cualquier cosa que causara miedo en los Elfos, cualquier forma o sombra incierta, o criatura acechante” recordada en los cuentos antiguos de la Marcha desde Cuiviénen. En el quenya de los Exiliados, sin embargo, urco se reconoció como pariente del sindarin orch y se usó para traducirlo; de ahí que el significado de urco fuera ahora simplemente “Orco” ((*)WJ:390; también se utilizó la forma orco, influída por el sindarin). Cuando los Edain llegaron a Beleriand, aprendieron no sólo sindarin, sino “también quenya hasta un cierto punto” ((*)WJ:410). Aunque el quenya “nunca fue un lenguaje hablado entre los Hombres” (Carta Plotz), los nombres en alto élfico como Elendil tuvieron mucha popularidad entre los Hombres. Túrin se dió a sí mismo el nombre en quenya Turambar o “Amo del Destino”, y su hermana Nienor gritó algunas palabras en Alto Élfico antes de suicidarse (Silm. cap. 21). También hay numerosos ejemplos del quenya, cuando los Exiliados Noldorin mismos lo recuerdan o usan: Cuando Turgon construyó su ciudad escondida, “señaló que su nombre era Ondolindë en el habla de los Elfos de Valinor”, aunque la forma adaptada al sindarin Gondolin se convirtió en el nombre usual de la ciudad. Incluso en Gondolin, el quenya “se había convertido en un lenguaje de libros” para la mayoría de la gente, “y como la mayoría de los otros Noldor, utilizaron el sindarin en su habla diaria”. Sin embargo, Tuor escuchó a la Guardia de Gondolin hablar “en el Habla Alta de los Noldor, que no conocía”. También se afirma que “el quenya se usaba diariamente en la casa de Turgon, y fue la lengua de la niñez de Eärendil” (CI:63). Aredhel dejó Gondolin y fue capturado por Eöl, a quien ella dio un hijo, y “en su corazón le dió un nombre en el lenguaje prohibido de los Noldor, Lómion, que significa Hijo del Crepúsculo” (Silm. cap. 16). Eöl, más tarde, llamó a su hijo por el nombre sindarin Maeglin, pero Aredhel “enseñó a Maeglin la lengua quenya, a pesar de que Eöl se lo había prohibido” ((*)WJ:337).

      Sin embargo, algunos pequeños cambios sobrevinieron pronto en el quenya que hablaban los Exiliados, probablemente antes de que el edicto de Thingol en contra de su uso congelara durante largo tiempo todos los procesos del cambio lingüístico. En una carta a Dick Plotz, Tolkien describió la declinación del sustantivo de una forma antigua del quenya, llamada “quenya de los libros”. Tolkien escribió que “Por lo que los hombres [mortales] supieron – los sabios Numenóreanos, y los que sobrevivieron en Gondor en [la Tercera Edad] – éstas eran las formas que se utilizaban en la escritura”. Pero más adelante hace notar: “La versión hablada del quenya había cambiado hasta cierto punto entre los Elfos de origen Noldorin antes de que cesara de ser una lengua de nacimiento [esto es, en los primeros tiempos del exilio]… En esta versión ‘coloquial’ siguió siendo usada por los Elfos de origen Noldorin, pero se preservó de posteriores cambios ya que cada nueva generación lo aprendía desde cero de forma escrita”. Esto parece implicar que también esta forma ‘coloquial’ del quenya podía usarse para escribir, y que éste fue el quenya de los escritos a partir de los cuales las nuevas generaciones volvieron a aprender el lenguaje. Éstos podrían ser escritos hechos por los Noldor durante su exilio, después de que su lengua hubiera divergido sutilmente del quenya de Aman (en particular por la pérdida del caso acusativo): “Las condiciones del exilio… hicieron necesario que se escribiera de nuevo, de memoria, muchos de los trabajos de conocimiento y canciones anteriores al exilio” ((*)PM:332). Los sabios numenóreanos pudieron haber cogido una forma más arcaica del quenya porque estuvieron en contacto con los Eldar de Eressëa y Valinor, no sólo con los Exiliados Noldorin en la Tierra Media. Hoy, la mayoría de los escritores no utilizan el quenya de los libros, sino la forma Noldorin del Exilio de los Altos Elfos, la lengua del Lamento de Galadriel (ESdlA1/II cap. 8).

      La Primera Edad terminó con la Guerra de la Cólera. A comienzos de la Segunda Edad, algunos de los Noldor regresaron a Aman, “pero algunos permanecieron durante muchas edades en la Tierra Media” (Silm. cap. 24). Así, los hablantes nativos de quenya seguían estando presentes en las Tierras de Aquende. De hecho, incluso su más acérrimo enemigo hizo un nombre en quenya para sí mismo cuando se apareció a los Elfos en una forma bella para engañarles. Annatar, el Señor de los Dones (De los Anillos del Poder en el Silm.). Su nombre real también era quenya, pero uno podría comprender bastante bien que a él no le gustaba: Sauron, el Aborrecido (ver el Índice del Silm.). Después, los Herreros de Eregion dieron nombres quenya a sus más grandiosos trabajos: Narya, Nenya, y Vilya, los más grandes de los Anillos de Poder, exceptuando al Anillo Único.

      Sin embargo, la historia de la Segunda Edad está dominada por la saga de Númenor, la gran isla que los Valar dieron a los Edain. Originalmente todos los Edain fueron amigos de los elfos, y la mayoría de ellos sabía sindarin (aunque el habla diaria de los Númenoróneranos fue el adûnaico, una lengua humana). Se nos dice que “los maestros del conocimiento entre ellos aprendieron también el Alto Eldarin del Reino Bendito, en el cual muchas historias y canciones se conservaron desde el principio del mundo… Así fue que además de sus propios nombres todos los señores de los Númenóreanos tuvieron también nombres Eldarin [quenya y/o sindarin]; y lo mismo ocurrió con las ciudades y hermosos sitios que fundaron en Númenor y en las costas de las Tierras de Aquende” (Akallabêth). Los ejemplos de los nombres quenya en Númenor incluyen Meneltarma, Armenelos, Rómenna y el nombre Númenor mismo. Sin embargo, es un hecho que “el quenya no era una lengua hablada en Númenor. Sólo lo conocían los instruidos y las familias de alta estirpe, que lo aprendían en la infancia. So lo empleaba en los documentos oficiales que querían preservar, tales como las Leyes y el Pergamino y los Anales de los Reyes…, y a menudo en obras eruditas. También se lo utilizaba en abundancia en las nomenclaturas: los nombres oficiales de todos los lugares, regiones y accidentes geográficos de la tierra eran de origen quenya (aunque habitualmente también tenían nombres locales, por lo general con el mismo significado, en sindarin o adúnaic [Númenóreano]). Los nombres personales, y en especial los nombres oficiales y públicos, de todos los miembros de la casa real, y en general de la Línea de Elros, eran de origen quenya” (CI:279). Los Reyes tomaron nombres en quenya porque el alto élfico era “la más noble de las lenguas del mundo” (CI:279). Sin embargo, los tiempos cambiaron. Los Númenoreanos empezaron a envidiar la inmortalidad de los Elfos, y la amistad con Aman se enfrió gradualmente. Cuando el vigésimo Rey de Númenor ascendió al trono en el año 2899 de la Segunda Edad, rompió con la antigua costumbre y tomó el cetro con un título en adûnaico en vez de en quenya: Ar-Adûnakhôr, Señor del Oeste. “En este reino ya no se emplearon las lenguas élficas y se prohibió que se las enseñara, pero los Fieles las hablaron en secreto; y en adelante las barcos de Eressëa visitaron las costas occidentales de Númenor (muy pocas veces y siempre ocultándose)” (CI:284). En 3102 Ar-Gimilzôr se convirtió en el vigésimo tercer Rey, y “prohibió totalmente el empleo de las lenguas Eldarin y no permitiría que ninguno de los Eldar fuera a Númenor y castigó a quienes los hospedaban de buen grado” (CI:285). De hecho, “los Reyes rebeldes proscribieron las lenguas élficas, y sólo se permitió que se usase el adûnaico, y muchos de los libros antiguos en quenya o sindarin se destruyeron” ((*)PM:315). Sin embargo, el hijo de Gimilzôr, Inziladûn, resultó de un carácter muy diferente cuando se convirtió en Rey en el 3177 (o 3175 de acuerdo con otra fuente -ver CI:290). Se arrepintió de los caminos tomados por el Rey anterior a él y cogió un título en quenya de acuerdo con la antigua tradición: Tar-Palantir, el que alcanza a ver de lejos. Tar-Palantir “hubiera querido recobrar la amistad de los Eldar y los Señores del Oeste”, pero ya era demasiado tarde (CI:285). Llamó a su único hija Míriel, en quenya. Ella debería haber sido Reina Regente después de la muerte de aquél en 3255, pero la obligaron a casarse con Pharazôn, hijo del hermano de Tar-Palantir, Gimilkhâd. Pharazôn la tomó como esposa en contra de la voluntad de ella, para usurpar el cetro de Númenor. Evidentemente él no podía soportar su nombre quenya y lo cambió por Zimraphel en adûnaico. Orgulloso y arrogante, Ar-Pharazôn desafió a Sauron en la Tierra Media. El malvado Maia, astutamente, pretendió rendirse, después de lo cual Pharazôn “en la locura de su orgullo, lo llevó como prisionero a Númenor. No transcurrió mucho tiempo antes de que Sauron hechizara al Rey y dominara a los consejeros y pronto cambió el corazón de todos los Númenoreanos, excepto los que quedaban de los Fieles, y los arrastró a la oscuridad” (ESdlA, Apéndice A). Sauron hizo creer al Rey que podría volverse inmortal si se las arreglaba para disputar el gobierno de Aman a los Valar, y finalmente Pharazôn intentó invadir el Reino Bendito. Como Sauron sabía bien, los Númenoreanos nunca podrían conquistar los Poderes, y como había previsto, la armada de Pharazôn fue absolutamente derrotada. Sin embargo, Sauron no preveía que los Valar pudieran llamar al Uno en Persona, y que Él pudiera utilizar Su poder para cambiar la forma entera del mundo. Se quitó el Reino Bendito del mundo visible para ponerlo en el mundo de las cosas escondidas, y con él partieron todos los hablantes nativos de quenya menos aquellos Noldor que se demoraban por la Tierra Media. Númenor en sí desapareció en el mar, y nunca sabremos el número de libros escritos en quenya que se perdieron en la ruina de la Isla de los Reyes. Se dieron nuevos nombres en alto élfico a la isla hundida: Mar-nu-Falmar, Tierra (lit. Hogar) bajo las Olas, y Atalantë, la Caída [N. del T.: No el sustantivo, sino el adjetivo].

      Los únicos supervivientes de la Caída [N. del T.: esta vez el sustantivo] fueron Elendil, Isildur, Anárion y los que los siguieron en sus barcos. Como revelan sus nombres en quenya, eran Amigos de los Elfos y no tomaron parte en la rebelión contra los Valar. En la Tierra Media fundaron los Reinos en Exilio, Arnor y Gondor. Pronto, Sauron atacó Gondor, pero fue derrotado en la Batalla de Dagorlad, y después de siete años de acoso tuvo que dejar Barad-dûr y fue muerto por Gil-galad, Elendil e Isildur; sólo este último sobrevivió. Así terminó la Segunda Edad del Mundo, pero los Reinos en el Exilio sobrevivieron en la Tercera Edad, y entre los sabios de Arnor y Gondor se preservó el conocimiento del quenya.

      Los reyes de Arnor y Gondor utilizaron nombres en quenya, como habían hecho los fieles Reyes Númenoreanos de la antigüedad (861 años dentro de la Tercera Edad, sin embargo, Arnor se dividió en los pequeños reinos de Arthedain, Rhudaur, y Cardolan; los Reyes de estos reinos utilizaron nombres en sindarin). Los Senescales de Gondor también usaron nombres en quenya hasta la época de Mardil, el primero de los Senescales Regentes (llamados así porque no hubo ningún Rey en Gondor en el período 2050-3019 de la Tercera Edad, y los Senescales tuvieron que asumir todas las responsabilidades). Sin embargo, los sucesores de Mardil cesaron de usar nombres en alto élfico. Los Senescales nunca tomaron el título de Rey, y quizás pensaran que resultaría presuntuoso usar nombres quenya como hacían los Reyes. Pero cuando Aragorn fue coronado Rey en 3019, se llamó a sí mismo Elessar Telcontar en quenya, siguiendo la antigua costumbre. Entonces comenzó la Cuarta Edad, y los últimos Noldor se hicieron a la vela desde los Puertos y dejaron la Tierra Media para siempre, volviendo a Aman. Los últimos hablantes nativos de quenya se habían ido de nuestro mundo, pero como Gandalf apuntó a Aragorn, era su deber “preservar todo cuanto sea posible” (ESdlA3/VI cap. 5) – incluyendo el conocimiento de las lenguas Eldarin. Sabemos que Aragorn dio un nombre en Alto Élfico a su hijo Eldarion, quien le sucedió en el trono de Gondor cuando murió en el año 120 de la Cuarta Edad. Aunque se sabe poco sobre esta Edad, poca duda puede caber de que mientras el reino de Gondor duró se recordó el quenya.

      Designaciones de la lengua

      La palabra quenya, en el dialecto vanyarin Quendya, es un adjetivo formado sobre la misma raíz que Quendi “Elfos”; el significado, básicamente, es así “élfico, de los Quendi”. Pero la palabra quenya se asoció también con la raíz quet- “hablar”, y de hecho las raíces quet- y quen- pueden estar relacionadas: Tolkien especuló que “la forma más antigua de esta raíz referida al habla vocal fue *KWE, de la cual fueron elaboraciones *KWENE y *KWETE” ((*)WJ:392). Los maestros del saber élficos afirmaban que Quendi significaba “aquellos que hablan con voces”, y, según Pengolodh, quenya significaba específicamente “lengua, habla” ((*)WJ:393). Sin embargo, esto puede que refleje simplemente el hecho de que el quenya fuera el único idioma conocido cuando el adjetivo Quen(d)ya “de los Quendi” se aplicó por primera vez al habla élfica (como elipsis de quenya lambë “lengua de los Quendi”). Más tarde la palabra quenya se usó exclusivamente como el nombre de este lenguaje, no como un adjetivo genérico que significara “élfico, de los Quendi”. Los Noldor, sin embargo, “no olvidaron su conexión con la antigua palabra Quendi, y todavía consideraban que el nombre implicaba la idea de ‘élfico’, que era la principal lengua élfica, la más noble, y la que más preservó el antiguo carácter del habla élfica” ((*)WJ:374).

      El quenya también se denomina parmalambë “lengua de los libros” y tarquesta “Alta Lengua” (CP:200; cf. “la Alta Lengua de los Noldor” en CI:63). Dado que el quenya tuvo su origen en Valinor, también se le podría llamar valinóreano (ESdlA3/V cap. 8) o “el habla de los Elfos de Valinor” (Silm. cap. 15). Después del final de la Primera Edad, muchos Noldor moraron en la isla de Tol Eressëa, cerca de la costa de Aman. Por lo tanto, al quenya también se le conoce como eressëano, o avalloniano después de la ciudad eressëana Avallónë (CP:51; (*)SD:241). Para los Teleri de Aman, el quenya fue Goldórin o Goldolambe, que evidentemente significan “noldoico” y “lengua de los Noldor”, respectivamente ((*)WJ:375). En Gnómico, el primer intento de Tolkien de reconstruir el lenguaje, que mucho después terminaría siendo el sindarin, la palabra quenya (“Qenya”) era Cwedeglin o Cwedhrin, pero estas palabras ciertamente no son válidas en el sindarin maduro (Parma Eldalamberon No. 11 p. 28). El Elfo Glorfindel se refirió al quenya como “la Lengua Antigua” (ESdlA1/I cap. 3), y siendo el lenguaje más prestigioso del mundo, también se llama “La Alta Lengua del Oeste”, “la lengua Alto Eldarin” (Silm. cap. 15, Akallabêth) o “Antiguo Alto Élfico” ((*)WR:160). Los Númenóreanos llamaban al quenya Nimriyë o “lengua nimriana”, ya que los Dúnedain llamaban a los Elfos Nimîr, los Bellos ((*)SD:414; cf. (*)WJ:386). Más tarde, Frodo se refirió al quenya como “la antigua lengua de los Elfos de Más Allá del Mar” y “el lenguaje… de las canciones élficas” [N. del T.: la edición de Minotauro elimina “élficas”] (ESdlA1/II cap.8). En inglés, Tolkien también usó nombres como “alto élfico” [en inglés High Elven] (ocasionalmente en (*)Cartas: “alto élfico” [en inglés High Elvish]) y “latín élfico, latín de los Elfos” (Cartas p.207). En la Tierra Media, el quenya se volvió poco a poco un lenguaje de ceremonias y conocimiento, así que Tolkien lo consideró comparable al latín en Europa.

      HISTORIA EXTERNA

      El quenya, originalmente escrito “Qenya”, se remonta al menos a 1915. Parece que fue en este año que Tolkien, con 23 años, compiló el “Léxico Qenya”, una de las primerísimas listas de palabras élficas (CP1:301). Revisiones incontables que afectan tanto a la gramática como al vocabulario separan al más temprano “qenya” de la forma más o menos definitiva que se ejemplifica en El Señor de los Anillos, aunque el estilo fonético general estaba presente desde el principio. El quenya casi maduro emergió gradualmente en los años treinta, pero se fueron dando revisiones menores mientras se escribía ESdlA, como por ejemplo el cambio del genitivo de -n a -o. Hubo también algunos cambios menores en la segunda edición revisada del SdlA, como cuando Tolkien decidió que la palabra vánier en el Lamento de Galadriel debería ser avánier.

3 comentarios

  • Crow

    A lo largo de su vida, Tolkien continuó refinando la lengua alto élfica, que de acuerdo con su hijo Cristopher era “la lengua tal y como él la quiso, la lengua de su corazón” (del programa de TV J.R.R. Tolkien – A Portrait de Landseer Productions). En una de sus cartas, Tolkien mismo escribió: “La lengua arcaica del folklore tiene la intención de ser una especie de “latín élfico”, y transcribiéndolo en una ortografía estrechamente semejante a la del latín… la similitud con el latín ha sido incrementada ocularmente. En eralidad, podría decirse que, sobre la base del latín, se la ha compuesto con otros dos ingredientes (principales) que me producen placer “fonoestético”: el finlandés y el griego. Sin embargo, es menos consonántica que cualquiera de las tres. Esta lengua es el alto élfico o, en sus propios términos, el quenya (élfico)” (Cartas:207-8). El quenya fue el experimento definitivo en eufonía y fonoestética, y de acuerdo con el gusto de muchos, fue un éxito glorioso. La estructura gramatical, que contiene un gran número de casos y otras inflexiones, está claramente inspirada en el latín y el finés.

    El ejemplo más extenso de quenya en El Señor de los Anillos es el Lamento de Galadriel, sc. el poema Namárië cerca del final del capítulo Adiós a Lórien (ESdlA1/II cap. 8, que empieza Ai! laurië lantar lassi súrinen…). Muchos de los ejemplos a los que se refiere el siguiente tratado vienen de este poema. Otros textos importantes en quenya incluyen el poema Markirya en (*)MC:222-223 y la Canción de Fíriel en CP:87, aunque la gramática de este último difiere un poco del estilo del quenya del SdlA; representa una de variantes anteriores del “qenya” (Markirya es muy tardío y totalmente fiable).

    LA ESTRUCTURA DEL QUENYA: UN BREVE REPASO

    Fonología elemental

    El quenya tiene cinco vocales: a, e, i, o, u, breves y largas; Las vocales largas se marcan con un tilde: á, é, í, ó, ú. La vocal a es extremadamente frecuente. La calidad de las vocales recuerda más al español o al italiano que al inglés. Para aclarar la pronunciación a los lectores acostumbrados a la ortografía inglesa, Tolkien a veces añadía diéresis sobre algunas vocales (por ejemplo, Manwë en vez de Manwe para indicar que la e final no es “sorda”, o Eärendil para indicar que las vocales e y a se pronuncian separadamente y no como en el inglés ear – Los puntos no influyen en el significado y se pueden obviar sin problemas por correo electrónico). Los diptongos son ai, au, oi, ui, eu, iu (parece haber constancia en una o dos palabras de un séptimo diptongo, ei, pero su estado es incierto). Las consonantes son en gran parte las mismas que en inglés, teniendo a las sibilantes como las excepciones más importantes: no se da ninguna ch como en church, ni tampoco ninguna j como en joy, y en vez de sh, zh (esta última como la s de pleasure) el quenya tiene un sonido como en el alemán Ach-Laut, escrito hy por Tolkien (por ejemplo, hyarmen, “sur”). La h del inglés huge, human se pronuncia a veces como una variante débil del sonido en cuestión. El quenya también carece de th (sorda como en thing o sonora como en the); la th sorda existía en una etapa anterior, pero se fundió con la s poco antes de la rebelión de los Noldor (ver (*)PM:331-333). Debe observarse además que las oclusivas sonoras b, d, g sólo aparecían en los grupos mb, nd/ld/rd y ng (algunas variedades del quenya tenían también lb, en vez de lv). No hay grupos consonánticos iniciales, excepto qu (= cw), ty, ny y nw si contamos las semi-vocales y y w como consonantes. Normalmente tampoco existen los grupos finales; las palabras terminan o bien en una de las siguientes consonantes simples, t, s, n, l, r, o en vocal, siendo más frecuente el último caso. Entre dos vocales, pueden aparecer un número limitado de grupos consonánticos; los que describe Tolkien como “frecuentes” o “favorecidos” están en letra cursiva: cc, ht, hty, lc, ld, ll, lm, lp, lqu, lt, lv, lw, ly, mb, mm, mn, mp, my, nc, nd, ng, ngw, nn, nqu, nt, nty, nw, ny, ps, pt, qu (por cw), rc, rd, rm, rn, nqu, rr, rt, rty, rs, rw, ry, sc, squ, ss, st, sty, sw, ts, tt, tw, ty, x (por ks). Pueden aparecer otras pocas combinaciones en palabras compuestas. La fonología del quenya es bastante restrictiva, lo que da al lenguaje un estilo y sabor claramente definidos.

    Nótese que en la ortografía del quenya, la letra c siempre se pronuncia como k (así, cirya “barco” = kirya). Tolkien no fue consistente respecto a esto; en muchas fuentes se utiliza la letra k, pero en ESdlA decidió escribir el quenya lo más parecido al latín como fuera posible. En algunos casos, la k de algunas fuentes se ha “regularizado” a c en el siguiente tratado.

    El Sustantivo

    El sustantivo en quenya se declina en nueve o diez casos (También hay cuatro números, pero nos ceñiremos principalmente al singular cuando veamos los casos). El lector no debería verse amedrentado por el gran número de casos. Cuando en castellano se usa una preposición delante de un sustantivo, en quenya normalmente se prefiere, en vez de eso, añadir al sustantivo una terminación especial; no es mucho más complejo que eso.

    El nominativo singular es la forma básica, no modificada del nombre; no tiene ninguna terminación especial. La función típica del sustantivo en nominativo es ser el sujeto del verbo, como lómë “noche” o aurë “día” en los gritos oídos antes de la Nirnaeth Arnoediad y durante ella: Auta i lómë! “¡Pasa la noche!” Aurë entuluva! “¡El día vendrá de nuevo!” (Silmarillion capítulo 20).

    El quenya, tal y como se hablaba en Valinor, tenía un acusativo que se formaba alargando la última vocal del sustantivo: cirya “barco” (nominativo), ciryá “barco” (acusativo). Los nombres que terminaban en una consonante presumiblemente carecían de una forma acusativa distintiva. En plural, hasta los sustantivos que terminaban en vocal tenían terminación en i, por ejemplo ciryai “barcos” (en nominativo ciryar). La función del acusativo era principalmente marcar que el sustantivo era el objeto del verbo; no tenemos ejemplos, pero podríamos construir uno como haryan ciryá, “Tengo un barco”.(haryan ciryai “Tengo [varios] barcos”). Pero en la Tierra Media, el caso acusativo distinto desapareció del habla de los Noldor (esas cosas pasan cuando uno está ocupado combatiendo Orcos, Balrogs y Dragones), y el nominativo asumió sus funciones. Así que a partir de aquel momento era correcto decir haryan cirya, haryan ciryar. Los escritores modernos parecen no utilizar nunca el caso acusativo distinto.

    El genitivo tiene la terminación -o, que normalmente corresponde a la terminación inglesa ‘s, aunque normalmente se traduce mejor con una construcción -of inglesa. Un ejemplo de Namárië es Vardo tellumar “(las) cúpulas de Varda” [Varda’s domes o (the) domes of Varda]. Nótese que la terminación -o desplaza a la -a final, quedando así Vardo, no Vardao – aunque la mayoría de las otras vocales (según parece) no se reemplazan; En (*)MR:329 encontramos Eruo para “de Eru”. (Si el sustantivo ya termina en -o, la terminación es “invisible”; normalmente el contexto indicará que el sustantivo es genitivo y no nominativo. Un ejemplo es Indis i Ciryamo “la esposa del marino”; cf. ciryamo “marino”). Unas pocas veces el genitivo conlleva un sentido de “desde”, Oiolossëo “desde la Montaña Siempreblanca, desde Oiolossë” en Namárië – pero esto normalmente se expresa con el caso ablativo (ver más adelante). La terminación del genitivo plural es -on, que puede observarse en el título Silmarillion, “de los Silmarils”, siendo la frase completa Quenta Silmarillion, “(la) historia de (los) Silmarils”. Un ejemplo de Namárië es rámar aldaron, “las alas de los árboles”, un circunloquio poético que designa las hojas. Se añade la terminación -on, pero no a la forma más simple del nombre, sino a la forma nominativa plural. Así, pese a que “árbol” es alda, “de los árboles” no es **aldon, sino aldaron porque la forma nominativa plural “árboles” es aldar. También, Silmaril, plural Silmarilli, genitivo Silmarillion. (la duplicación de la consonante l en Silmaril antes de la terminación es un ejemplo de variación de la raíz; algunas raíces cambian un poco cuando se les añaden terminaciones, a menudo reflejando una forma más antigua del sustantivo).

    También está el posesivo, llamado “asociativo” o “caso adjetival” por algunas personas; Tolkien en persona se refiere a él como un “genitivo… posesivo-adjetival” en (*)WJ:369. Este caso tiene la terminación -va (-wa en sustantivos que terminen en consonante). Su función general es la misma que la de genitivo inglés, expresar posesión: Mindon Eldaliéva “Tower of the Eldalië”. La comprensión de la función del posesivo fue durante mucho tiempo pobre. En Namárië aparece la frase yuldar…miruvóreva, “corrientes… de hidromiel”. Este ejemplo en particular, que por más de veinte años fue el único disponible, hizo que mucha gente concluyera en que la función de este caso era mostrar de qué estaba compuesto algo -de hecho, este caso se llamó “compositivo”. Afortunadamente, The War of the Jewels p. 368-369 finalmente nos brindó la explicación del propio Tolkien de las funciones más comunes de este caso, y cuáles son sus diferencias con el genitivo. El posesivo puede, como ya está dicho, denotar posesión. Tolkien da el ejemplo róma Oroméva, “El cuerno de Oromë”, usado como un cuerno que posee/poseía Oromë cuando se estaba narrando (presente o pasado). El genitivo róma Oromëo podría traducirse como “El cuerno de Oromë”, pero en realidad tendría el sentido de “un cuerno proveniente de Oromë”, implicando que el cuerno había dejado de pertenecerle en el momento de la narración. Sin embargo, el genitivo se mezcló con las funciones del posesivo en épocas posteriores. Por ejemplo, el genitivo Vardo tellumar, no el posesivo *tellumar Vardava, para “Las cúpulas de Varda” en Namárië (si el genitivo no implica que las cúpulas se originaron con Varda en vez de que le pertenecen).

    El dativo tiene una terminación en -n. Esta terminación se traduce normalmente como la proposición “para” o “a”. Encontramos el pronombre dativo nin “para mí” (a partir de ni “yo”) en Namárië: Si man i yulma nin enquantuva? “¿Quién volverá a llenar la copa para mí?”. Usualmente el dativo corresponde al objeto indirecto en castellano: *I nis antanë i hínan anna, “La mujer dio un regalo al niño”.

    El locativo tiene la terminación -ssë, que conlleva el significado “en” o “sobre”. En la versión en tengwar de Namárië que se encuentra en RGEO, el poema tiene la inscripción Altariello Nainië Lóriendessë, “El lamento de Galadriel en Lóriendë (Lórien)”. En plural, la terminación tiene la forma -ssen, que se aprecia en la palabra mahalmassen “sobre tronos” en (*)UT:305 cf. (*)317 (mahalma “trono”). Esta terminación también aparece en el pronombre relativo ya en Namárië: yassen “en el cual” (Vardo tellumar… yassen tintilar i eleni, *”Las cúpulas de Varda… en las cuales las estrellas tiemblan”). Trasladando esto al singular, “en el cual” presumiblemente sería yassë. El uso de terminaciones de casos en vez de preposiciones para expresar “en, desde, a, con” (cf. los próximos párrafos) es un rasgo característico de la gramática del quenya.

    El ablativo tiene la terminación -llo, que conlleva el significado “desde” o “fuera de”. Un ejemplo de Namárië es sindanóriello, “fuera de un país gris” (sinda-nórie-llo: “gris-país-desde”). También está la palabra Rómello, *”occidental (del oeste)”, contracción de *Rómenello (Rómen “[el] oeste”). Cf. también la palabra Ondolindello “desde Ondolindë (Gondolin)” en (*)J.R.R. Tolkien – Artist and Illustrator p.193.

    El alativo tiene la terminación -nna, que significa “a”, “hacia” o “sobre”. El ablativo y el alativo tienen ejemplos en las palabras dichas por Elendil cuando llegó a la Tierra Media después de la Caída de Númenor, repetidas por Aragorn en su coronación (ESdlA3/VI ch. 5): Et Eärello Endorenna utúlien “He venido desde el Gran Mar a la Tierra Media” (Endor(e)-nna “Tierra-Media-a”). El alativo puede conllevar en significado “sobre” [en inglés upon]; cf. i falmalinnar “sobre las espumosas olas” en Namárië (siendo -linnar la terminación de alativo plural partitivo; ver más adelante).

    El caso instrumental tiene la terminación -nen y marca el instrumento con el que se hace algo, o simplemente la razón por la que algo sucede. Hay ejemplos en Namárië, como laurië lantar lassi súrinen, “Como oro caen [las] hojas en [o por] el viento”, i eleni [tintilar] airetári-lírinen, “las estrellas se estremecen en su canción, sagrada y regia”, literalmente *”las estrellas se estremecen por la sagradareina-canción” [N. del T. Minotauro traduce libremente “las estrellas tiemblan cuando oyen el sonido de esa voz, bienaventurada y real”]. Un ejemplo de un instrumental más típicamente “instrumental” lo da la frase i carir quettar omáinen, “los que forman palabras con voces” ((*)WJ:391), siendo ómainen el instrumental plural de óma “voz”.

    Respectivo (?): Así es como han llamado algunos a un caso listado en una carta que Tolkien envió a Dick Plotz en la segunda mitad de los sesenta (la llamada carta a Plotz es de hecho una de nuestras principales fuentes de información en lo que respecta a los casos del quenya). La terminación es -s (-is en plural), pero Tolkien no identifica este caso con ningún nombre, ni tampoco lo hemos visto nunca usado en ningún texto. Su función, por lo tanto, es completamente desconocida; se lo ha llamado el Caso Misterioso. Algunos escritores lo han utilizado simplemente como una terminación de locativo alternativa. No han tenido ninguna visita nocturna de Tolkien después de eso, así que quizás éste lo considere aceptable.

    Si se añaden terminaciones de casos a un sustantivo que termine en consonante, normalmente se inserta una e entre el sustantivo y la terminación para evitar la aparición de un grupo consonántico difícil: Elendil, con la terminación de alativo -nna “a” se convierte en Elendilenna “a Elendil” ((*)PM: 401), no en **Elendilnna. Sin embargo, si el sustantivo es plural, se inserta una i entre el sustantivo y la terminación: elenillor “desde (las) estrellas” (elen “estrella”) (MC: 264).

    Los números en quenya: Los números son singular, plural, plural partitivo y dual. El singular y el plural no necesitan explicación. La función del plural partitivo (llamado así por Tolkien en (*)WJ: 388), en oposición al plural “normal”, no se entiende completamente, pero parece que denota a algunos dentro de un grupo más grande. Combinado con el artículo definido i, podría significar simplemente “muchos”: Tolkien tradujo el elemento li en la frase i falmalinnar “sobre las espumosas olas” en Namárië como “muchos”, en su traducción interlineal en (*)RGEO: 66-67. Dado que -li es la terminación del plural partitivo, se le llamó “plural múltiple” durante mucho tiempo; también se pensó que podría significar “muchos” de la cosa en cuestión, mientras el plural normal significaría “algunos”. Puede que esto sea correcto en algunos casos, pero ésa no puede ser toda la historia. El dual se utiliza como referencia a una pareja natural, como dos manos pertenecientes a una sola persona (cf. la palabra máryat “sus manos” en Namárië, siendo -t una terminación dual, literalmente “su par de manos”).

    El plural nominativo se forma con una de dos terminaciones. La terminación -r se utiliza cuando el sustantivo termina en una vocal, excepto en -ë; algunos ejemplos bien conocidos son Vala pl. Valar, Elda pl. Eldar, Ainu pl. Ainur. Si el sustantivo termina en una consonante o en -ë, la terminación de plural es -i, y desplaza a la anterior -ë: Atan pl. Atani, Quendë pl. Quendi. (Pero si el sustantivo termina en -ië, el plural se forma con -r para evitar una i seguida de otra: tië “camino”, tier “caminos” – no **tii). En los demás casos, la terminación de plural es a veces -r y a veces -n; por ejemplo, la terminación de alativo -nna tiene como forma plural -nnar, la terminación de locativo -ssë se convierte en -ssën, y el ablativo -llo puede formar el plural como -llon y -llor. En el dativo, el instrumental y el “respectivo”, el plural está indicado por el elemento i, insertado entre la raíz del sustantivo y la misma terminación de caso que en el singular. (Ver la lista completa de las terminaciones más abajo).

    El plural partitivo tiene la terminación -li, presumiblemente *-eli cuando el sustantivo termina el consonante, pero también se puede utilizar una contracción o una forma asimilada (por ejemplo, el plural partitivo de casar “enano” es casalli, por *casarli). Las terminaciones para otros casos simplemente se añaden después de la terminación -li, e.g. ciryali “algunos barcos” > alativo ciryalinna (o ciryalinnar) “a algunos barcos”. Nótese, sin embargo, que la vocal de -li se alarga delante de las terminaciones -va y -nen para el posesivo y el instrumental respectivamente: -líva, -línen.

    Al igual que el nominativo plural, el nominativo dual se forma con una de dos terminaciones. La mayoría de los nombres toman la terminación -t, como en la palabra máryat “sus manos” (dos manos, un par de manos) en Namárië. “Dos barcos, un par de barcos” podría ser ciryat (cirya “barco”). Pero si la última consonante de la raíz es t o d, se prefiere la terminación -u: Alda “árbol”, Aldu “los Dos Árboles”. En otros casos, a veces se inserta o añade una t, de alguna manera, a las varias terminaciones; por ejemplo, las terminaciones -ssë, -nna y -llo para el locativo, alativo y ablativo respectivamente, se convierten en -tsë, -nta y -lto (ciryatsë, ciryanta, ciryalto = “en/hacia/desde un par de barcos”). La terminación instrumental -nen se convierte en -nten, mientras que la terminación del dativo -n se convierte en -nt (ciryant “para un par de barcos” – éste es, por cierto, el único caso conocido de un grupo de consonantes al final de una palabra en quenya).

    Éstas son, entonces, las terminaciones de los casos del quenya:

    Nominativo: Sg. sin terminación, pl. -r o -i, pl. part. -li (quenya de los libros -lí), dual -t o -u
    Acusativo (sólo en quenya de los libros): Sg. con alargamiento de la última vocal (si hay alguna), pl. -i, pl. part. lí, dual: probablemente con alargamiento de la última u a ú (¿no hay distinción del acusativo en el caso de los duales de t?)
    Dativo: Sg. -n, pl. -in, pl. part. -lin, dual -nt (pero posiblemente -en si sigue a un dual en -u)
    Genitivo: Sg. -o, pl. -on (añadido al plural nominativo), pl. part. -lion, dual -to.
    Posesivo: Sg. -va, pl. -iva, pl. part. -líva, dual -twa.
    Locativo: Sg. -ssë, pl. -ssen, pl. part. -lisse(n), dual -tsë.
    Alativo: Sg. -nna, pl. -nnar, pl. part. -linna(r), dual -nta.
    Ablativo: Sg. -llo, pl. -llon o -llor, pl. part. -lillo(n), dual -lto.
    Instrumental: Sg. -nen, pl. -inen, pl. part. -línen, dual -nten.
    Respectivo: Sg. -s. pl. -is, pl. part. -lis, dual -tes.

    El Artículo

    El quenya tiene un artículo definido i = “el/la/los/las”, por ejemplo: i eleni “las estrellas” en Namárië. No hay ningún artículo indefinido como “un, una, unos, unas”; la ausencia de del artículo i normalmente indica que el sustantivo es indefinido: Elen “estrella” debe traducirse como “una estrella” cuando la gramática española requiera de un artículo, como en el famoso saludo Elen síla lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla sobre la hora de nuestro encuentro” (ESdlA1/I cap. 3). Pero algunas veces Tolkien introduce un artículo definido donde en el original no había ningún i, cf. la primera línea de Namárië: Ai! laurië lantar lassi… “Ah! como oro caen las hojas …” en vez de simplemente “(algunas) hojas”.

    El verbo

    La mayoría de los verbos quenya se pueden dividir en dos categorías. El grupo más pequeño son los llamados verbos básicos (o primarios). El lema de estos verbos representa una raíz básica sin adiciones. Por ejemplo, el verbo mat- “comer” procede directamente de la raíz MAT- de significado semejante (CP:429); el verbo tul- “venir” es simplemente una manifestación de la raíz TUL “venir, acercarse” (CP:455).

    El segundo y más grande grupo de verbos queya son los llamados verbos en A o derivados. Todos poseen la vocal final -a, pero esta no es parte de la raíz básica: sus lemas han añadido algunos sufijos a esta raíz. Los sufijos -ya y -ta son, de lejos, los más comunes. Por ejemplo, la raíz TUL “venir” no sólo da el verbo básico tul- “venir”, sino que también el derivado tulta- “convocar” y tulya- “traer”. Aquí se ve que los sufijos modifican el significado de la raíz; en este caso ambos, -ta y -ya son causativos, ya que “convocar” y “traer” son variaciones de la idea “hacer venir”. Pero a menudo los sufijos parecen no hacer cambiar el significado “la raíz SIR “fluir” produce el verbo básico quenya sir- del mismo significado, pero en una lengua emparentada el verbo derivado sirya- se usa para el mismo significado: CP: 445). Algunos verbos en A muestran otros sufijos menos frecuentes como -na (por ejemplo harna- “herir”, aparentemente derivado del adjetivo o participio harna “herido”); también hay unos pocos verbos en A que terminan en con una simple terminación -a, por ejemplo ora- “incitar”.

    Se conocen cinco tiempos en quenya: aoristo, presente, pasado, pretérito perfecto y futuro. (y con toda probabilidad Tolkien también imaginó otros tiempos, como el pluscuamperfecto, pero estas formas no están ejemplificadas en nuestro material).

    El aoristo es la forma más simple debido a su significado y a su forma. El significado básico del verbo no se modifica o limita enningún modo particular. El aorista expresa verdades generales e intemporales, como cuando se describe a los Elfos como I carir quettar “aquellos que hacen palabras” (WJ:391). Sin embargo puede describir igualmente una acción simple en transcurso, como el grito de batalla antes de la Nirnaeth Arnoediad. Auta i lómë! “¡La noche está pasando!”, en este contexto la traducción “está pasando” es la interpretación en castellano más natural, pero el aoristo auta como tal simplemente significa “pasa” y no marca explícitamente la acción como transcurriendo (tal y como hace el tiempo presente quenya, véase más abajo). Hablando de modo general, el aoristo quenya se corresponde aparentemente con el presente español (como oposición a la construcción “está …-ando”). Tolkien a menudo la tradujo de este modo, por ejemplo en la primera línea del Namárië: Ai! laurië lantar lassi súrinen, “¡ah!, como el oro caen las hojas en el viento”.

    El aoristo de un verbo básico mostraba originalmente una terminación -i. En quenya, la -i corta final de etapas anteriores del Élfico había evolucionado a -ë, así que en la actualidad el aoristo de un verbo primario como car- “hacer” aparece como carë (esta forma se debe traducir como “hace”). Sin embargo, ya que la vocal sólo cambió cuando aparecía a final de palabra, aún podemos ver -i- en donde no se añadió ninguna terminación posterior. Cuando un verbo conjugable quenya aparece con un sujeto plural, el verbo recibe la terminación de plurarl -r, así que el aoristo carë “hace” se corresponde en plural a carir en la frase “aquellos que hacen palabras” citada antes. También vemos -i- ante sufijos pronominales; en realidad Tolkien cita a menudo verbos primarios quenya en aoristo con el sufijo -n “yo” añadido (por ejemplo carin “hago”, CP:419, tulin “vengo”, CP:455). Los verbos en A no muestran ninguna variación, sino que acaban en -a vaya o no una terminación después (por ejemplo, lanta “cae”, lantar en plural, lantan “caigo”, etc.)

    Lo que se denomina normalmente tiempo presente se refiere a la forma equivalente al present continous inglés. Esto se refiere a una acción que está explícitamente en curso, y que es a menudo traducida por “está + gerundio” en castellano. El tiempo presente de un verbo básico se forma añadiendo la terminación -a y alargando la vocal de la raiz verbal (la vocal es alargada con un acento). Así el verbo sil- “brillar” tiene la forma presente síla “está brillando”; el verbo mat- “comer” tiene la forma presente “está comiendo” (o con sujetos plurales sílar “están brillando”, mátar “están comiendo”). A veces Tolkien traduce las formas Quenya en presente como un simple presente, no con el matiz de simultaneidad, como en el famoso saludo elen síla lúmenn’ omentielvo = “una estrella brilla en la hora de nuestro encuentro”. Parece que el aoristo y el presente son a algunos niveles intercambiables; en una versión en borrador de este saludo, Tolkien en efecto usó el aoristo silë “brilla” en vez de la forma en presente síla “está brillando” (ver RS:404).

    Como para el presente de los verbos en A, la iterpretación tradicional de la gramática Quenya tenía la terminación -a que se perdía por causa de la -a final de la raiz del verbo, por lo que no variaba.; así que lanta- “caer” tendría la forma presente lanta “esta cayendo”. Esta forma parece identificarse en la primera linea del Namárië (con el sufijo -r para la concordanza con el sujeto plural lassi “hojas”): Laurië lantar lassi, “caen hojas doradas”, o “están cayendo hojas doradas”. Sin embargo, parece que la forma lantar es realmente un aoristo (véase arriba). A Julio de 2000, aparecieron nuevos ejemplos en el Vinyar Tengwar #41: Del verbo en A ora- “incitar” se daba el presente órëa “está incitando”. Esto parecería indicar que los verbos en A forman el presente añadiendo -ëa: Aparentemente la última -a de la raíz padece una disimilación a -ë- para evitar dos aes seguidas cuando la terminación -a de la forma presente se añade. Cuando ningún clúster consonántico sigue a la vocal de la raíz, esta se alarga como en el caso de los verbos básicos: así se obtiene órëa de ora-. Sin embargo, la mayoría de las raices en A tiene un clúster cononántico siguiendo a la vocal de la raíz, y delante de un clúster cononántico, en Quenya no puede haber una vocal larga. No tenemos ejemplos, pero se puede asumir que un verbo en A como lanta- “caer” tiene el presente lantëa “está cayendo” (pl. lantëar “están cayendo): Debido a que la vocal de la raiz no se puede alargar en esta posición, sólo la terminacion -ëa nos indica que es una forma en presente (acción en curso, no presente habitual).

    El pasado en Quenya siempre tiene al final la vocal -ë (aunque otras terminaciones también pueden añadirse; por ejemplo, vemos -er cuando el sujeto del verbo está en plural). Esta vocal -ë es normalmente parte de la terminación -në, que parece ser la terminación de pasado más habitual en Quenya. Los verbos en A añaden tipicamente esta terminación. Por ejemplo, el verbo orta- “subir/ascender” aparece en las Etimologias (entrada ORO, CP:437), y la canción Namárië en ESdlA demuestra que su pasado es ortanë. Otros ejemplos que aparencen en los libros:

    ulya- “fluir”, pasado ulyanë(CP:457 s.v. ULU)
    hehta- “abandonar”, pasado hehtanë (WJ:365)
    ora- “incitar”, pasado oranë (VT41:18)

    En los verbos básicos es algo más complejo. Cuando estos verbos acaban en -r o -m, pueden tomar la terminación -në simplemente como en los verbos en A, ya que los clústers resultantes rn y mn están permitidos en la fonología Quenya. Ejemplos de las etimologías dan tirnë como pasado de tir- “mirar” y tamnë como pasado de tam- “agujerear” (véanse las entradas TIR, TAM). Debido a que la doble nn está también permitida se puede asumir que los verbos basicos acabados en -n también forman pasado añadiendo -në; por ejemplo, parece bastante posible que el verbo cen- “ver” tenga el pasado cennë “veía” (aunque no aparece en el material publicado).

    Sin embargo, los verbos básicos acabados en -p, -t y -c no pueden añadir la terminación -në, ya que los clústers pn, tn, cn que surgirían no están permitidos en Quenya. El problema que aparece se soluciona reemplazando el elemento nasal de la terminación -në con el infijo nasal insertado antes de la consonante final de la raíz verbal. El infijo nasal es m ante p; ante t es una simple n, y ante c (k), a pesar de que es pronunciado como el ng de la palabra inglesa king, se escribe como una simple n: Comparar la pronunciación del inglés “nk” como en la palabra think. Ejemplos de las Etimologías (ver entradas TOP, SKAT, TAK):

    top- “cubrir”, pasado tompë
    hat- “romper”, pasado hantë
    tac- “atar”, pasado tancë

    Los verbos básicos que tienen -l como consonante final parecen perder completamente el elemento nasal; el pasado de vil- “volar” es villë (CP:459 s.v. WIL). Quizás vil- (antiguamente wil-) formaba originalmente su pasado con el infijo nasal como los verbos anteriores, pero *winle con el tiempo hubiera cambiado a villë por asimilación. (Para el desarrollo del antiguo grupo nl en Quenya, comparar el nombre nellë “broche”, que Tolkien derivó del antiguo nenle: Ver la entrada NEN en las etimologías, CP:435).

    El pretérito perfecto expresa la idea de una acción que se ha completado en el pasado, pero aún es “relevante” para el presente, normalmente porque aún se notan. En castellano este tiempo es llamado pretérito perfecto compuesto y se forma con el verbo “haber”, como en “él ha venido”. En Quenya este tiempo tiene una forma compacta. Su formación es algo compleja. Todas las formas perfectas reciben la terminación -ië (o con un sujeto plural, -ier). La vocal de la raíz verbal es, si es posible, alargada. Así, de la raíz tul- “venir” se obtiene el pretérito perfecto utúlië “ha venido”. Como vemos, aparece aquí el prefijo u-. Este prefijo, llamado aumento, is realmente de forma variable, debido a que es siempre idéntico a la vocal de la raíz verbal de cada verbo. Así:

    mat- “comer” forma amátië “ha comido”
    tec- “escribir” forma etécië “ha escrito”
    ric- “torcer” forma irícië “ha torcido” (aparecido en VT39:9)
    not- “contar” forma onótië “ha contado”
    tuv- “encontrar” forma utúvië “ha encontrado” (buscando al retoño del Arbol Blanco, Aragorn exclama utúvienyes = “lo he encontrado”)

  • Crow

    En algunas de las formas más antiguas de Quenya, encontramos formas de pretérito perfecto sin aumento, por ejemplo lendië (en vez de elendië) para “ha ido” o “ha viajado” (la forma lendien en GTE:70-71 – con el sufijo -n “yo” añadido – podría ser interpretada como “yo he viajado”). Ocasionalmente, el aumento se omite en fuentes posteriores al SdlA, p.e. fírië en vez de ifírië para “ha expirado” en AM:289 (verbo fir- “expirar, marchitarse, morir”). El ejemplo lendië tampoco alarga la vocal de la raíz normalmente asociada al pretérito perfecto (no *léndië). Esto es porque el Quenya no puede tener una vocal larga inmediatamente delante de un clúster consonántico, y la mayoría de verbos en A tienen un clúster consonántico siguiendo la vocal de la raíz que sería la que se alargaría en este tiempo. Faltan buenos ejemplos Tolkienianos, pero se podría asumir que excepto por ese alargamiento, el pretérito perfecto de los verbos en A se forma como en los verbos básicos: prefijando la vocal de la raíz como un aumento y añadiendo -ië (éste replaza la -a final de los verbos en A):

    panta- “abrir” forma apantië “ha abierto”
    menta- “enviar” forma ementië “ha mandado”
    tinta- “encender” vs. itintië “ha encendido”
    costa- “reñir” vs. ocostië “ha reñido”
    tulta- “convocar” vs. utultië “ha convocado”

    Sin embargo, los verbos en A más simples, sólo con la terminación corta -a, podrían alargar la vocal de la raíz como los básicos (debido a que no va seguida por el clúster consonántico). Un verbo como mapa- “agarrar” formaría además su perfecto como si fuera un verbo básico **map-: pretérito perfecto amápië. Los numerosos verbos en A que acaban en -ya se comportarían de manera similar. Cuando la terminación de pretérito perfecto -ië se añade a un verbo en A, normalmente desplazando la -a final, esperaríamos la combinación **-yië, pero el Quenya no permite y + i. Además -yi- se simplifica como -i-, por lo tanto no se mantiene nada de la terminación original -ya. En resumen, el pretérito perfecto de un verbo acabado en -ya puede formarse como si no existiera esta terminación, dejando solamente la raíz básica del verbo, que se comprota necesariamente como un verbo básico en pretérito perfecto. Tenemos un ejemplo atestiguado: en las Etimologías, Tolkien puso el verbo vanya “ir, partir, desaparecer” (LR:397 s.v. WAN). Lo que puede ser su pretérito perfecto, avánië, aparece en Namárië (allí con la terminación plural -r por ir con un sujeto plural, Galadriel canta yéni avánier, traducido como “los largos años han machado”). La forma avánië cumple todas las condiciones de un pretérito perfecto: prefijación de la vocal de la raíz como aumento a-, alargamiento de la vocal de la raíz a á en su posición normal, y sufijación de la terminación -ië (desplazando completamente el -ya de vanya-). En una fuente posterior al SdlA, Tolkien discutió esta forma de préterito perfecto perteneciente al Namárië y la (re-?)interpretó como la forma de pretérito perfecto del verbo irregular auta- “partir”: Ver WJ:366. Sin embargo, parece completamente posible que cuando Tolkien realmente escribió el Namárië más de una decada antes, pensó en avánië como pretérito perfecto de vanya-. Si es así, este ejemplo nos enseña cómo se comportaban los verbos terminados en -ya con este tiempo verbal. Quizás el verbo vanya- fuera abandonado más tarde para evitar el conflicto con el adjetivo vanya “bello”.

    El tiempo futuro se forma con la terminación -uva (o con el sujeto en plural, -uvar).Por ejemplo, el futuro del verbo basico mar- “habitar” aparece en el Juramento de Elendil como maruva “habitaremos” (allí con la terminación pronominal -n “yo” unida: sinomë maruvan, “aquí habitaré”). La vocal final de un verbo en A parece caer al añadir la terminación -uva; los ejemplos publicados incluyen linduva como futuro de linda- “cantar” y aparentemente oruva como futuro de ora- “incitar”. La forma antáva como futuro de anta- “dar” (CP:87) es un ejemplo divergente; aquí se usa una terminación más simple, -va , combinada con el alargamiento de la vocal final de la raíz verbal. Sin embargo, la forma antáva proviene de una fuente anterior al SdlA; Tolkien podría haber revisado el lenguaje después. Los demás ejemplos que tenemos sugieren que en el Quenya estilo SdlA, el futuro de anta- debería ser antuva (aunque no aparece en los libros).

    El futuro se usa también para un tipo de “formula de deseo” introducida por la palabra nai “ojalá”. Así, un futuro como tiruvantes “ellos lo guardarán” (tiruva “mirará/guardará” + -nte “ellos” + -s “lo”) se podría usar como un deseo prefijando nai: el Juramento de Cirion contiene nai tiruvantes “ojalá lo guarden” (CI:383, 397-8).

    Otras formas: Además de los cinco (conocidos) tiempos verbales, el verbo en Quenya tambien puede aparecer en formas como infinitivo, gerundio e imperativo. El infinitivo de un verbo básico (p.e. quet- “hablar”) se crea uniendo la terminación -ë, como en el ejemplo polin quetë “puedo hablar” (VT41:6). Los verbos en A aparentemente no muestran ningún tipo de terminación de infinitivo; la raíz y el infinitivo son idénticos (por ejemplo, el verbo lelya- “ir” tendría el infinitivo lelya “ir”). De este modo, el infinitivo es idéntico en forma al aoristo. El Quenya tiene también un infinitivo extendido que añade la terminación -ta; cuando se añade al infinitivo de un verbo básico, este cambia su terminación -ë por -i-: Mientras el infinitivo simple de car- “hacer” es carë, su infinitivo extendido es carita. El infinitivo extendido puede recibir sufijos pronominales denotando objeto, p.e. -s “lo” en caritas “hacerlo”.

    El infinitivo extendido puede funcionar también como nombre verbal, equivalente al que en castellano se hace con el infinitivo (el cantar del gorrión). Un ejemplo de esto es la frase lá carita i hamil mára alasaila ná, “no hacer lo que consideras bueno sería imprudente” (VT42:33). El gerundio se forma añadiendo al verbo la terminación -ië. Como en otras ocasiones los verbos en A pierden su -a final (o toda la terminación el -ya, en caso de tenerla, porque**-yië sería una combinación imposible). Combinando esta forma con la terminación de dativo -n “para”, los gerundios en -iën se usan para expresar finalidad “para hacer”: El verbo enyal- “recordar” aparece publicado en su forma enyalien “para recordar”, que Tolkien explicó como un gerundio modulado por un dativo (CI:397-8).

    El imperativo se formaría poniendo la partícula independiente de imperativo á delante de una forma similar al infinitivo simple (o al aoristo inacabado). Así, de carë “hacer” se podria formar la expresión de imperativo á carë “haz!”. La partícula de imperativo puede aparecer también en la forma acortada a, como cuando los Portadores del Anillo son aclamados a gritos de a laita te! “bendecidlos!” en los Campos de Cormallen. (Posiblemente la forma acortada a se prefiera cuando en la siguiente raíz verbal existe una vocal larga o un diptongo, como el diptongo ai del verbo laita- “bendecir”.) La forma negativa va introducida por áva en lugar de á, p.e. áva carë “no hagas!” (WT:371).

    Hay también algunas formas de imperativo publicadas que no incluyen la partícula independiente, sino que usan la terminación -a. Así tenemos exclamaciones como ela! “mira!” o heca! “marchaos!” (WJ:364). Cf. también ëa! como imperativo del verbo “existir” usada por Eru Ilúvatar cuando concedió una existencia independiente a la Musica de los Ainur: “Eä! Que todas estas cosas Sean!” No se sabe como Tokien pretendía que fuera esta formación. Podría ser que los verbos básicos tuvieran formas alternativas con la terminación -a (distinto del presente porque la vocal de la raíz no está alargada). Por ejemplo, quizás el imperativo de car- “hacer” pueda ser *cara! igual de válido que á carë!

    Verbos especiales: No todos los verbos Quenya cumplen al pié de la letra las normas explicadas. Algunos términos tienen “irregularidades” justificadas a partir de la evolución fonológica fundamental que Tolkien tenía en mente, y desde esta perspectiva los verbos no son irregulares en absoluto. Por lo tanto hablaremos de verbos “especiales” mejor que “irregulares”:

    Un ejemplo de una “irregulirad” justificada históricamente nos lo da el verbo rer- “sembrar”. Podríamos suponer que su pasado sería **rernë; cf. ejemplos como tir- “mirar”, cuyo pasado es tirnë. Pero el pasado real de “sembrar” es rendë. Esto se explica facilmente: Mientras que el verbo tir- “mirar” refleja directamente su raíz TIR, por lo que la r ha sido siempre r, la r final del verbo rer- “sembrar” realmente viene de una antigua d: La raíz original es RED (CP:442). El pasado rendë se forma con un infijo nasal a esta raíz, por lo que este pasado es completamente análogo a quentë como pasado regular de quet- “decir, hablar”. Sin embargo, como el quenya evolucionó desde el Élfico primitivo, una d original siguiendo a una vocal normalmente se convierte en z y luego en r. Por tanto, la raíz RED producía el verbo básico rez- > rer-, pero en la forma de pasado rendë, el infijo nasal evita que la d vaya detrás de vocal y por lo tanto la d se conserva. – Otros verbos qe podrian pertenecer a esta categoria serian hyar- “hender”, ser- “permanecer” y nir- “apretar”, debido a que son derivados de las raíces SYAD, SED, NID (ver VT41:17 para el último). Sin embargo, las formas de pasado hyandë, sendë, nindë no se mencionan en el material publicado.

    Una forma atestiguada que pertenecería a esta categoría es lendë “fue” como pasado del verbo “ir, viajar”. La forma lendë surge añadiendo el infijo nasal a la raíz LED (listada en las Etimologías; acuerdo con WJ:363 ésta es la forma reformada de la más antigua DEL). La forma básica del verbo “ir” es lelya- (del antiguo ledyâ), por lo tanto el pasado lendë también muestra otro fenómeno: algunos verbos en -ya pierden esta terminación al formar el pasado, que se forma entonces como en un verbo básico. Es especialmente interesante en este caso el verbo ulya- “verter”, que Tolkien notificó como un verbo con doble pasado: con sentido transitivo, ésto es, con complemento directo, como en “el hombre vertió agua en una copa”, es ulyanë con la terminación habitual de pasado -në añadida al verbo con -ya perfectamente regular teniendo en cuenta las reglas expuestas. Sin embargo, el pasado en sentido intransitivo (sin complemento directo), como en “el río se vertió en el desfiladero”, es ullë – como si fuera un supuesto verbo básico *ul- en lugar de ulya -. (Comparándolo villë como pasado de vil- “volar”.) Esto sugiere que los verbos intransitivos en -ya pierden esta terminación al formar pasado. Otros verbos intransitivos parecen apoyar esta teoría, aunque Tolkien sólo listó las formas de pasado divergentes sin explicarlas: Ya hemos mencionado (ledyâ > ) lelya “ir”, cuyo pasado es lendë; son otros ejemplos farya- “bastar”, pasado farnë, y vanya- “ir, partir”, pasado vannë (en lugar de sus formas “regulares” **lelyanë, **faryanë, **vanyanë).

    Como ya hemos dicho, Tolkien habría sustituido el verbo vanya- “ir, partir” por auta- “partir, desaparecer”, cuyos tiempos pasado y perfecto son dobles: el pasado oantë con el perfecto oantië si el verbo es usado en referencia a una partida física, de un sitio a otro; pero el pasado vánë con el perfecto avánië cuando el verbo se usa como desaparecer. La palabra vanwa “perdido, disipado, desvanecido” es el “participio pasado” de este verbo, aunque parece tan irregular que podría ser también tratado como un adjetivo independiente. Ver WJ:366.

    Mientras que el pasado de la mayoría de verbos implican un infijo nasal , o al menos en su forma (como en quentë “dijo” de quet- “decir”) o parte de la terminación de pasado -në, hay algunos verbos que no muestran el elemento nasal en su pasado. En su lugar, el pasado se forma alargando la vocal de la raíz y añadiendo la terminación -ë. El pasado del verbo lav- “lamer” parece ser lávë (en un compuesto del Namárië: undulávë = “lamido abajo”, traducido como “cubierto completamente”). El verbo negativo um- “no ser” o “no hacer” tiene el pasado úmë. Sin embargo, la mayoría de los verbos formados de esta forma no son pasados, sinonombres abstractos. Por ejemplo, la palabra sérë vendría del verbo ser- “permanecer”, pero sérë no es su pasado; sino”permanencia”, su nombre abstracto. La formación del pasado representada por palabras como lávë y úmë es así algo ambigua por su forma, y quizás por eso no es muy usada.

    Algunos verbos en -ta podrían perder esta terminación al formar su pasado, y lo que resiste de la raíz verbal forma su pasado a partir del patrón de úmë. Por ejemplo, el verbo onta- “crear” podría tener la forma de pasado ónë (como alternativa a su forma regular ontanë). Evidencias indirectas del SdlA sugieren que el verbo anta- “dar” puede comportarse de la misma manera: pasado ánë en lugar (o coexistente con) la forma regular antanë, que no aparece en el material publicado (mientras que ánë aparece en material temprano). La forma Sindarin onen “yo doy”, mencionada en los apéndices del SdlA, correspondería al Quenya ánen (con la terminación -n “yo”).

    Los verbos “ser” y “estar”: Las únicas formas que aparecen en el material publicado de estos verbos (ambos con la misma forma, como en inglés) son ná “es” o “está”, nar “son” o “están” y nauva “será” o “estará”. El pasado “fue” o “estuvo” podría ser né. El infinitivo y las formas de pretérito perfecto no aparecen publicadas y son inciertas.

    El adjetivo

    Muchos adjetivos de quenya terminan en la vocal a:

        laiqua “verde”
        alassëa “feliz” (de alassë “felicidad”)
        númenya “occidental” (de númen “oeste”)
        vanya “bello”
        morna “negro”
        melda “querido, amado” (originalmente *melnâ; las terminaciones -na y -da pueden a veces tener el mismo origen, con disimilación de d en n después de l)

    Hay también algunos adjetivos que terminan en ë, como carnë “rojo”, varnë “moreno”, inimeitë “femenino”. Puede observarse que en el quenya “maduro” no parecen existir los adjetivos terminados en -o o en -u. Hay relativamente pocos adjetivos que terminen en consonante – típicamente la n, como en firin, qualin “muerto” (por causas naturales y por accidente, respectivamente).

    Los adjetivos concuerdan en número con el sustantivo que describen. Los adjetivos que terminan en -a tienen un plural en -ë, los adjetivos en -ë o en consonante tienen las formas plurales en -i, y los adjetivos terminados en -ëa tienen el plural en -ië:

        vanya vendë “una doncella preciosa” > vanyë vendi “unas doncellas preciosas”
        carnë parma “un libro rojo” > carni parmar “unos libros rojos”
        laurëa lassë “una hoja dorada” > laurië lassi “unas hojas doradas”
        firin casar “un enano muerto” > firini casari “unos enanos muertos”

    Por lo tanto, en la primera línea de Namárië encontramos laurië lantar lassi, “como oro (literalmente doradas) caen las hojas”, mientras “dorada cae una hoja” sería laurëa lanta lassë (ambos, el verbo y el adjetivo concuerdan con lassë, lassi “hoja, hojas” en número).

    El presente escritor pensó una vez que el nombre de la publicación Vinyar Tengwar contenía un error; si el significado pretendido fuera “Nuevas Letras”, tendría que haber sido Vinyë Tengwar (vinya “nuevo”, tengwa “letra”). Pero como Carl F. Hostetter explicó luego, el significado que se pretendía es “Letras de Noticias”, así que vinya se declina como un sustantivo. Este escritor fue todavía escéptico respecto a la construcción completa y pensó que debió haber sido Tengwar Vinyaron “Letras de Noticias”, o algo parecido, pero algún material que ha sido publicado desde entonces muestra que realmente son posibles estos “compuestos relajados” [inglés loose compounds] (última línea de mi quejosa defensa: de tengwa “letra” sólo tenemos ejemplos de su significado como “letra”, y no como “carta”!) [N. del T. se juega aquí con el doble significado del inglés letter: “letra” y “carta”]. Puede observarse que en algunas variantes tempranas del quenya (o “qenya”), los adjetivos tenían efectivamente plurales en -r; cf. CP:58, donde se utiliza raikar como plural de raika “doblado”. Tolkien revisó la gramática más tarde.

    Se deriva una forma intensiva o superlativa de los sustantivos prefijando an-: Calima “brillante”, Ancalima “el/la más brillante” (Cartas:326). No sabemos como se construye el comparativo (“más brillante”), aunque se compara un elemento yanta- con el gnómico gantha- “más” en una lista de palabras muy temprana compilada por Tolkien (ver Parma Eldalamberon No. 11 pág. 37, donde se da la lectura errónea “yonta”; el error se señaló en Parma Eldalamberon No. 12 p. 106 – sin embargo, esta última fuente afirma que yanta- es en realidad un verbo “agrandar, crecer”, de modo que quizás no sea en definitiva una palabra para “más”).

    Los participios

    El participio de presente (o activo) describe la condición en la que uno se encuentra cuando hace algo: Si va, entonces está yendo; si piensa, está pensando. En inglés, los participios de presente se derivan de las raíces verbales añadiendo la terminación -ing [N. del T.: En castellano, sirve para esta explicación el gerundio con la terminación -ndo]. La terminación correspondiente en quenya es -la. Hay algunos ejemplos de esto en el poema Markirya (MC:263-264 cf. 265). Por ejemplo, el participio falastala “espumeando” (N. del T.: foaming en inglés) se deriva de la raíz verbal falasta “espumear”. Si la vocal de la raíz verbal no va seguida de un grupo consonántico (u otra vocal), se alarga: el participio de hlapu- “volar” (en el viento, flotar, etc) es hlápula. Las raíces verbales básicas como sil- podrían convertirse en “raíces continuativas” (con vocales alargadas y a al final: síla-) antes de añadir la terminación, así que “brillando” sería sílala (tenemos un ejemplo en el poema de Markirya con la raíz “frecuentativa” sisílala, con reduplicación de la primera sílaba). Pero la vocal conectora podría ser también i, sin alargar la vocal de la raíz verbal; cf. itila “reflejar, brillar, centellear, titilar” en (*)PM:363 (raíz it-, aunque también se da una raíz ita-).

    El participio pasado (de pasivo) describe la condición en la que se entra al ser expuesto a la acción del verbo correspondiente (si alguien te ve, eres visto; si alguien te mata, entonces por lo tanto serás matado), o, en el caso de algunos verbos, la condición en la que se está al completar la acción descrita por el verbo (si te vas, entonces estarás ido) [N. del T.: esto último no es tan común en castellano, el ejemplo inglés va con go y gone]. En quenya, la mayoría de los participios de pasado derivan del correspondiente verbo añadiendo -na o -ina. El participio de pasado de car- “hacer” es carna “hecho”; la raíz rac- significa “romper”, mientras rácina es “roto” (al parecer, si no hay un grupo consonántico después de la vocal de la raíz verbal, esta vocal se alarga cuando se añade la terminación de participio, como a > á en este caso). Si la raíz termina en l, se asimila la terminación -na como -da: mel- “amar”, melda “amado” (El comentario de Tolkien de ésto último, beloved, dear antes que loved indica que la distinción entre adjetivos y participios a veces es muy borrosa) [N. del T.: mientras que loved es participio, beloved y dear en inglés son adjetivos, no funcionan como participios -por ejemplo, no pueden usarse en la construcción de tiempos: I have loved es correcto, **I have beloved no].

    El participio pasado probablemente concuerda en número con el verbo que describe (convirtiendo la -a final en -ë en el plural, exactamente como en los adjetivos), pero el participio de presente no cambia -la por -lë como uno podría esperar; parece no ser declinable (MC:264: rámar sisílala “alas brillando”, no **rámar sisílalë). Quizás esto es así para evitar la confusión con la terminación de sustantivo verbal -lë “acción o efecto de” (como en Ainulindalë “La Música de los Ainur”, literalmente *”Ainu-canto”).

  • Crow

    Pronombres

    Los pronombres siempre han sido un problema. Hay muchos detalles inciertos, pero el problema está aún más embarrado por el hecho de que Tolkien parece haber revisado el sistema de pronombres repetidas veces. El sistema esbozado aquí está unido desde muchas fuentes y abarca extrapolaciones, reconstrucciones e innegables elecciones al azar. Ni por un segundo creo que esto sea 100% correcto de acuerdo con las intenciones finales de Tolkien.

    Una persona, al menos, está perfectamente clara: los pronombres de quenya normalmente aparecen como terminaciones añadidas directamente al final de un verbo o un nombre, y no tan a menudo como palabras independientes, como en inglés. Como ejemplos en Namárië tenemos las palabras máryat y hiruvalyë. Máryat significa “sus manos”, expresando “sus” con la terminación pronominal -rya (aquí seguido por la terminación dual -t para denotar el par natural de manos). Hiruvalyë es “tú encontrarás”, expresándose “tú” con la terminación pronominal -lyë, añadida al verbo hiruva “encontrar-futuro”. Cf. También la terminación -n “yo” en las palabras de Elendil Endorenna utúlien, “a la Tierra Media he venido” (utúlië-n “he venido-yo”).

    Esto es un intento, y nada más, de recopilar una tabla de terminaciones pronominales usadas con los verbos.

    1ª persona sing.: -n o -nyë “yo”
    2ª persona sing. y plural, respetuoso: -lyë “usted/vos, *tú” (o -lyë “usted/vos” y -l para el pl. “ustedes/vosotros”)
    2ª persona sing. y plural, familiar: *-ccë “tú” (basada en una terminación de sindarin -ch, ¡muy hipotético!)
    3ª persona sing. masculino: -ro “él”
    3ª persona sing. femenino: -rë “ella” (difícilmente *-ryë, como se ha pensado tradicionalmente)
    3ª persona sing. neutro: -s “ello” (se puede utilizar como una terminación corta para el masculino o el femenino)
    1ª persona plural: -mmë “nosotros” (exclusivo), -lmë “nosotros” (inclusivo)
    1ª persona dual: *-lvë “nosotros” (inclusivo, “tú y yo” – algunos piensan que debería ser *-lwë)
    3ª persona plural: -ntë “ellos”

    Nótese la distinción que hay entre el “nosotros” inclusivo y exclusivo, dependiendo de que la persona a la que se habla esté incluida o no en el “nosotros”. Note también que -lme es el inclusivo, no el exclusivo “nosotros” – el “nosotros” exclusivo es -mmë! La terminación *-lvë (¿o *-lwë?) es el dual inclusivo “nosotros”, es decir, “nosotros” con el significado de “tú y yo”, no el inclusivo general (plural) “nosotros”. Esta parte del sistema pronominal de quenya ha sido malinterpretada durante mucho tiempo (en An Introduction to Elvish de Jim Allan, Basic Quenya de Nancy Martsch, etc., etc.)

    Ejemplo: lendë “ir-pasado”, *lenden o *lenderyë “yo fui”, *lendelyë “usted [respetuoso] fue”, *lendeccë “tú [familiar] fuiste”, *lendéro “él fue”, *lendére “ella fue”, *lendes “eso [o él/ella] fue”, *lendemmë “nosotros [exclusivo] fuimos”, *lendelmë “nosotros [inclusivo] fuimos”, *lendelvë (*lendelwë?) “nosotros [tú y yo] fuimos”, *lendentë “ellos fueron” (nótese que las terminaciones -ro y -rë causan el alargamiento de la vocal anterior). El objeto también puede expresarse como una terminación pronominal añadida directamente al verbo, siguiendo a la terminación que denota el sujeto. Cf. La exclamación de Aragorn cuando encontró el retoño del Árbol Blanco: Utúvienyes!, “¡Lo he encontrado!” (utúvie-nye-s “he encontrado-yo-eso”; ESdlA3/VI cap. 5), o una palabra del juramento de Cirion: tiruvantes “ellos lo guardarán” (tiruva-nte-s “guardarán-ellos-eso”, CI:383).

    Como indica la palabra máryat “sus manos”, que se discute arriba, hasta los pronombres posesivos como “su, mi” se expresan en quenya mediante terminaciones, añadidas directamente al sustantivo (en este caso má “mano”). Las terminaciones posesivas usadas en los sustantivos corresponden en mayor parte a las terminaciones pronominales usadas en los verbos, pero tienen la terminación -a:

    1ª persona sing.: -nya “mi”
    2ª persona sing. y pl., educado: -lya “su (de usted/vos)”
    2ª persona sing. y pl., familiar: *-cca “tu” (basado en una terminación de sindarin, ¡muy hipotético!)
    3ª persona sing.: -rya “su (de él o ella)” (y probablemente “su” para objetos)
    1ª persona pl.: *-mma “nuestro” (exclusivo), *-lma “nuestro” (inclusivo)
    1ª persona dual: *-lva “nuestro” (inclusivo, “usted/vos y yo” – algunos piensan que debería ser *-lwa)
    3ª persona pl.: *-nta “su (de ellos)”

    Ejemplo: parma “libro”, *parmanya “mi libro”, *parmalya “su/vuestro (respetuoso singular) libro”, *parmacca “tu (familiar) libro”, *parmarya “su (de él/ella/?eso) libro”, *parmamma “nuestro (exclusivo – ¡no tuyo!) libro”, *parmalma “nuestro (incluyendo tu) libro”, *parmalva (¿o *parmalwa?) “nuestro (suyo/vuestro -singular- y mío) libro”, *parmanta “su [de ellos] libro” (el último de los cuales no debe confundirse con el alativo dual “a un par de libros”). En el caso de los sustantivos terminados en consonante, puede insertarse una e entre el sustantivo y la terminación de posesivo, p.ej.: macil “sword”, *macilerya “su espada”. En el plural, la terminación de plural -i puede servir para separar sustantivo y terminación, p.ej.: *macili “espadas”, *maciliryar “sus espadas” – pero como vemos, puede aparecer una terminación de plural adicional r tras el sufijo, cf. el próximo párrafo. Hay algunos indicios de que la terminación -nya “mi” siempre prefiere a la i como vocal conectora, incluso en el singular, como en Anarinya “mi sol” en CP:87 (Anar “Sol”). Así, quedaría *macilinya “mi espada”.

    Las formas con terminaciones posesivas se declinan como sustantivos normales. Por ejemplo: El nominativo *parmanya “mi libro” (pl. *parmanyar “mis libros”), genitivo *parmanyo “de mi libro” (pl. *parmanyaron), posesivo *parmanyava “de mis libros” (pl. *parmanyaiva), dativo *parmanyan “para mi libro” (pl. *parmanyain), locativo *parmanyassë “en mi libro” (pl. *parmanyassen), alativo *parmanyanna “a mi libro” (pl. *parmanyannar), ablativo *parmanyallo “desde mi libro” (pl. *parmanyallon, *parmanyallor), instrumental *parmanyanen “por mi libro” (pl. *parmanyainen) – y respectivo *parmanyas pl. *parmanyais, lo que quiera que signifique. Como ejemplos documentados tenemos tielyanna “sobre tu camino” en CI:36 cf. 72 (tie-lya-nna “camino-tu-sobre”) y omentielvo “de nuestro encuentro” en el famoso saludo Elen síla lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla a la hora de nuestro encuentro” (omentie-lva-o “encuentro-nuestro-de”, la terminación genitiva -o desplaza a la -a final de la terminación pronominal; cf. Vardo por *Vardao).

    Sin embargo, el quenya sí que posee pronombres independientes en adición a las numerosas terminaciones discutidas arriba. Algunos de ellos son enfáticos. Los últimos versos de Namárië nos brindan un buen ejemplo de esto. En la frase nai hiruvalyë Valimar “quizás encontréis Valimar” [“vos”, singular respetuoso, no “vosotros” plural], “vos” se expresa con la terminación -lyë añadida al verbo hiruva “encontrar-futuro”, como se explica arriba. Pero la siguiente frase, nai elyë hiruva “quizás incluso vos [lo] encontréis”, el correspondiente pronombre independiente elyë se usa para enfatizar: por ello la traducción “incluso vosotros”. Otro ejemplo documentado de pronombre independiente es inyë “(incluso) yo”. Se asume que la mayoría de los pronombres independientes se forman prefijando e- a la terminación pronominal correspondiente, como *emmë “(incluso) nosotros”, pero no tenemos en nuestro reducido corpus ningún ejemplo documentado de estas formas. Las palabras enfáticas para “él, ella, ello” son inciertas.

    Otros pronombres independientes, aparentemente no enfáticos, incluyen ni “yo” (dativo nin “para mi” en Namárië), tye “te, a vos (como objeto)”, ta “eso”, te “a ellos” (¿y *”ellos”?), me “nosotros” (dual me[t] “nosotros dos” en Namárië). “Él, ella” podría ser so, se (cf. CP:444).

    APÉNDICE: EJEMPLOS DE SUSTANTIVOS QUENYA COMPLETAMENTE DECLINADOS

    Los ejemplos siguientes son, en gran parte, los listados por Tolkien en la así llamada Carta a Plotz, mandada a Dick Plotz a mediados de los sesenta, reproducido por Nancy Martsch en el apéndice A de Basic Quenya:

    1. CIRYA “barco” (un plural en R)
    Singular: nominativo cirya “un barco”, (acusativo ciryá sólo en el arcaico quenya de los libros), dativo ciryan “para un barco”, genitivo ciryo “de un barco, desde un barco”, posesivo ciryava “de un barco”, locativo ciryassë “en/dentro de un barco”, alativo ciryanna “hacia un barco”, ablativo ciryallo “desde un barco”, instrumental ciryanen “con/por un barco”, respectivo ciryas (significado desconocido)

    Plural: nominative ciryar “barcos”, (acusativo ciryai en quenya de los libros, más tarde ciryar) dativo ciryain, genitivo ciryaron, posesivo *ciryaiva (no está en Plotz), locativo ciryassen, alativo ciryannar, ablativo ciryallon (o *ciryallor, tampoco está en Plotz), instrumental ciryainen, respectivo ciryais.

    Plural partitivo: nominativo ciryali *”algunos barcos” (en el arcaico “quenya de los libros” ciryalí tanto para el nominativo como para el acusativo), dativo ciryalin, genitivo ciryalion, posesivo ciryalíva, locativo ciryalissë o ciryalissen, alativo ciryalinna o ciryalinnar, ablativo ciryalillo o ciryalillon, respectivo ciryalis.

    Dual: nominativo ciryat “dos barcos, un par/pareja de barcos” (¿no hay acusativo distintivo ni siquiera en quenya arcaico?), dativo ciryant, genitivo ciryato, posesivo ciryatwa, locativo ciryatssë, alativo ciryanta, ablativo ciryalto, instrumental ciryanten, respectivo ciryates. En el caso de los duales en u, sin embargo, la dualidad se expresa suficientemente con el sufijo -u, así que (presumiblemente) se usan las terminaciones de casos normales sin la t: nominativo aldu “dos árboles”, (acusativo *aldú) genitivo *alduo, posesivo *alduva, dativo *alduen, alativo *aldunna, ablativo *aldullo, locativo *aldussë, instrumental *alduen, respectivo *aldus.

    2. LASSË “hoja” (plural en I)
    Singular: nominativo lassë “hoja”, (ac. lassé) dativo lassen “para una hoja”, genitivo lassëo “de una hoja”, posesivo lasséva “de una hoja”, locativo lassessë “en/dentro de una hoja”, alativo lassenna “hacia una hoja”, ablativo lassello “desde una hoja”, instrumental lassenen “con una hoja”, respectivo lasses (significado desconocido).

    Plural: nominativo lassi “hojas”, (ac. lassí) dativo lassin, genitivo lassion, posesivo *lassiva (no está en Plotz), locativo lassessen, alativo lassennar, ablativo lassellon o lassellor, instrumental lassinen, respectivo lassis.

    Plural partitivo: nominativo lasseli (en el quenya de los libros lasselí para el nominativo y el acusativo) genitivo lasselion, posesivo lasselíva, dativo lasselin, locativo lasselisse/lasselissen, alativo lasselina/lasselinar, ablativo lasselillo/lasselillon, instrumental lasselínen, respectivo lasselis.

    Dual: nominativo/acusativo lasset “un par de hojas”, dativo lassent, genitivo lasseto, posesivo lassetwa, locativo lassetsë, alativo lassenta, ablativo lasselto, instrumental lassenten, respectivo lassettes.

    La Carta Plotz no da ejemplos de un sustantivo terminado en consonante, pero debe ser algo parecido a esto:

    3. NAT “cosa”
    Singular: nominativo nat “cosa”, dativo *naten “para una cosa”, genitivo *nato “de una cosa”, posesivo *natwa “de una cosa”, locativo *natessë “en/dentro de una cosa”, alativo *natenna “hacia una cosa”, ablativo *natello “desde una cosa”, instrumental *natenen “por/con una cosa”, respectivo *nates (significado desconocido).

    Plural: nominativo *nati “cosas”, (acusativo *natí) dativo *natin, genitivo *nation, posesivo *nativa, locativo *natissen, alativo *natinnar, ablativo *natillon o *natillor, instrumental *natinen, respectivo *natis.

    Plural partitivo: nominativo *nateli (en “quenya de los libros” *natelí es acusativo y nominativo), dativo *natelin, genitivo *natelion, posesivo *natelíva, locativo *natelisse/natelissen, alativo *natelinna/natelinnar, ablativo *natelillo/natelillon, instrumental *natelínen, respectivo *natelis.

    Dual: nominativo/acusativo *natu “un par de cosas” (se prefiere la terminación -u ya que la raíz termina en t), dativo *natuen, genitivo *natuo, posesivo *natuva, locativo *natussë, alativo *natunna, ablativo *natullo, instrumental *natunen, respectivo natus. Pero una raíz en consonante que no terminara en -t ni en -d, como elen “estrella”, presumiblemente sería de la siguiente manera: nominativo/acusativo *elenet “un par de estrellas”, dativo *elenent, genitivo *eleneto (¿*elento?), posesivo *elenetwa, locativo *elenetsë, alativo *elenenta (quizás se contraiga a *elenta), ablativo *elenelto, instrumental *elenenten (quizás contraido a *elenten), respectivo *elenetes (¿*elentes?).