Observaciones a la “Rama dorada” de Frazer

LUDWIG WITTEGENSTEIN,

tecnos, Madrid 1992 
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Creo que el empeño en una explicación está descaminado, dado que lo que sólo se ha de hacer es conjuntar correctamente lo que uno sabe y no añadir nada más… [p. 52]
Aquí sólo se puede describir y decir: ” así es la vida humana”. [p. 53]

Un símbolo religioso no se basa en creencia alguna, Y sólo donde hay una creencia hay error. [p. 54]

… Y es que ningún fenómeno es en sí especialmente misterioso, pero cualquiera puede llegar a serlo para nosotros, y lo característico del espíritu auroral del hombre es que un fenómeno sea significativo. casi de podría decir que el hombre es un animal ceremonial. Esto es, en parte, falso, en parte sinsentido, pero también hay algo de verdad en ello. [p. 62]

Lo característico, por el contrario, de las acciones rituales no es, en modo alguno, una opinión, una creencia que podría ser verdadera o falsa aunque también un pensamiento – una creencia – puede ser también ritual, puede pertenecer al rito. [p. 63]

Lo que más me sorprende, aparte de la semejanza, es la diferencia entre todos estos ritos. Es una diversidad de rostros, con rasgos comunes, la que emerge constantemente por un lado y por otro. A uno le entran deseos de trazar líneas que pongan en contacto las partes que son comunes. Pero entonces quedaría fuera de la vista una parte, aquella precisamente que une esa imagen con nuestros sentimientos y pensamientos. Esta parte es la que da a la investigación su profundidad. [p. 78]

…Entonces la profundidad o reside en el pensamiento acerca de un origen tal, o la profundidad es ella misma hipotética, con lo que sólo se puede decir “Si las cosas han  sido así, entonces se trataba de una historia siniestra, profunda”. Quiero decir, lo siniestro, lo profundo, no consiste en que la historia de la costumbre se desarrolle de esta o esa manera, puesto que tal vez no se desarrolle de esa forma; tampoco en que se desarrollara con tal o cual probabilidad, sino en lo que me da pie para aceptarla. ¿De dónde, pues, proviene lo profundo y siniestro de los sacrificios humanos? ¿Es acaso sólo el sufrimiento de la víctima lo que nos impresiona? Sin embargo, enfermedades de todo tipo con los mismos sufrimientos no provocan esa impresión. No, lo profundo y siniestro no se comprende por sí mismo si solamente conocemos la historia de los comportamientos externos, sino que somos nosotros los que proyectamos desde una experiencia que está en nuestro interior. [p. 83]

Todas estas costumbres distintas muestran que de lo se trata aquí no es de la derivación de una respecto de otra, sino de un espíritu común. Uno podría inventar (forjar imaginativamente) todas estas ceremonias y el espíritu desde el cual se inventa sería el espíritu que les es común. [p. 88]