Sudáfrica: La penosa historia de las plantaciones de eucaliptos y pinos

De: agustin guzman
Fecha: dom may 29, 2005 8:15 pm
Asunto: Sudáfrica: La penosa historia de las plantaciones de eucaliptos y pinos

Sudáfrica: La penosa historia de las plantaciones de eucaliptos y pinos

Las plantaciones de monocultivos de árboles a gran escala han sido impuestas
en todo el mundo, eliminando otros ecosistemas, cambiando los patrones
hídricos, erosionando el suelo, generando pobreza.

En el marco de un proyecto de la ONG sudafricana Geasphere para examinar
esos impactos sobre los medios de sustento y la cultura de la población
rural de la provincia de Mpumalanga, Godfrey Silaule trasmite una imagen
vívida de los efectos de esa distorsión sobre la población de la comunidad Graskop:

“En primer lugar quisiera expresar mis condolencias a la familia de
Ma-Nyathi, a quien entrevisté en mi primera visita a la región;
desgraciadamente no pude registrar su relato completo, pero sí recuerdo
claramente sus palabras cuando afirmó que si la región no se hubiera
convertido en una plantación maderera, ella hubiera seguido aprovechando las
propiedades de las medicinas naturales y los emantuli (frutostradicionales), que aportan vigor, y que se eliminaron para abrir paso a las plantaciones.

Su corazón estaba visiblemente acongojado por todos los cambios ocurridos
hasta el momento. Habló apasionadamente del pasado como si estuviera
reviviéndolo. Contó sobre el desalojo forzado de su familia para dejar
espacio a los árboles de eucalipto y pino, y sobre cómo sus hermanos y su
esposo lucharon para sobrevivir con los bajos ingresos que obtenían del
trabajo en esa industria.

Como si supiera que sus días estaban contados, habló de su visita al
cementerio de su pueblo, en la zona de la que fueron desplazados cuando ella
aún era joven, y sobre los cambios provocados por las plantaciones.

Los ríos y laderas están ahora secos a ojos vistas, y los humedales
desaparecieron. Estaba visiblemente conmovida al relatar que donde una vez
estuviera el huerto de su padre, ahora solo hay grava poco profunda luego de
que la capa superficial del suelo y los nutrientes fueran arrastrados por la
lluvia.

Esto resulta obviamente insignificante si se lo compara con lo que los
accionistas consideran ganancias producto de grandes esfuerzos, pero la
gente como Ma-Nyathi y como yo se pregunta qué ocurrirá si esta situación
persiste durante los próximos veinte años: ¿podrán nuestros hijos y nuestros
nietos decir que la fruta que están comiendo es un producto real de los
nutrientes del suelo?

Su hija, que me dio la bienvenida y me dio la triste noticia de su muerte,
me contó cómo su madre le había pedido que la enterrara entre las tumbas de
sus ancestros, ya que quería tener la calma del bosque y los cantos eternos
de los pájaros que escuchó cuando visitó por última vez el lugar conmigo.
Luego me dijo que su madre, que en un tiempo fue pastora, le había contado
una vez que la gente sobrevivía sin dinero gracias a todos los frutos que
daba nuestro bosque tradicional.

Insistió en que su madre no tenía el poder para hacer sentir su descontento
con los monocultivos pero que esperaba que yo pudiera denunciarlos con la
fuerza necesaria, especialmente ante el gobierno y los productores de
monocultivos a gran escala que depredan constantemente nuestro suelo fértil
en nombre de la maximización de las ganancias. Que su espíritu descanse en
paz.

Por Godfrey Silaule
wac@geasphere.co.za

http://www.geasphere.co.za

Movimiento Mundial por los Bosques, WRM