Frithjof Schuon-3659

Frithjof Schuon

Frithjof Schuon, (también conocido como Sheikh Issa Nureddin Ahmad al-Shadhili al-Darqawi al-Alawi al-Maryami). (18 de junio de 1907 – 5 de mayo de 1998). Metafísico, pintor y poeta.

Portavoz del Tradicionalismo y filósofo de la corriente metafísica de Shankara y Platón. Fue también colaborador regular de publicaciones sobre religiones comparadas en Europa y América. Sus escritos han aparecido en muchas publicaciones sobre filosofía y erudición.

Biografía  
Schuon nació en Basilea, Suiza, de padres católicos alemanes. En su juventud leyó los trabajos de René Guénon y a través de ellos aprendió sobre Tradicionalismo e Islam. También fue a París, donde estudió por un par de años antes de tomar algunos viajes a África del Norte, Cercano Oriente e India con el propósito de contactar autoridades espirituales y presenciar culturas tradicionales. En Mostaghanem, Argelia, conoció al Sheik Mustafa al-‘Alawi, quién lo inició en el Sufismo. Luego de su regreso a Europa, comenzó a escribir sus trabajos. Durante 1938 y 1939, viajó a Egipto, donde se encontró con Guénon, con quién había tenido una relación mediante correspondencia por veinte años. En 1939, poco después de su llegada a la India, comenzó la Segunda Guerra Mundial, lo que lo forzó a volver a Europa. Luego de servir en la armada francesa y ser capturado por los alemanes, buscó asilo en Suiza, que le dio nacionalidad y fue su hogar por cuarenta años. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, aceptó una invitación para viajar al Oeste de América del Norte, donde vivió por varios meses junto a los indios de las llanuras, en los cuales siempre tuvo un profundo interés. Habiendo recibido su educación en Francia, Schuon redactó en francés la mayor parte de sus obras, que comenzaron a aparecer en traducciones al inglés en 1953. Su extensa obra poética (escrita en su mayor parte en los últimos años de su vida) fue redactada en alemán, su lengua materna; algunos de estos poemas tardíos fueron escritos en inglés. En 1980, Schuon y su esposa emigraron a los Estados Unidos, donde siguió escribiendo hasta su muerte en 1998.

Pensamiento  
La perspectiva tradicionalista o perenne empezó a ser enunciada en 1920 por el francés René Guénon . El orientalista de Harvard Ananda Coomaraswamy y el historiador de arte de origen suizo Titus Burckhardt también compartían este punto de vista. Esta doctrina es esencialmente Sanatana Dharma–la “religión eterna”—del Vedanta. Fue formulada en la antigua Grecia, en particular por Platón, y luego por neoplatonistas, y en la Cristiandad por Meister Eckhart y Gregorio Palamás. Es también encontrada en el Islam en la forma de Sufismo. Sostiene que cada religión tiene, además de su significado literal, una dimensión esotérica, que es esencial, primordial y universal. Esta universalidad intelectual fue uno de los puntos de los trabajos de Schuon, dando una nueva perspectiva de las religiones, la historia, la ciencia y el arte. El tema dominante de sus trabajos fue marcado en su temprano encuentro con un morabuto, un líder espiritual del Africa musulmana, que había acompañado a algunos miembros de su pueblo senegalés a Suiza para mostrar su cultura. Cuando el joven Schuon habló con él, el anciano dibujó un círculo con radios en el suelo y explicó: “Dios está en el centro, todos los caminos llevan a Él.”

Obras  
De la unidad transcendente de las Religiones (1948)
El Ojo del Corazón (1950)
Perspectivas espirituales y hechos humanos (1953)
Senderos de Gnosis (1957)
Castas y Razas (1957)
Las estaciones de la Sabiduría (1958)
Imágenes del Espíritu (1961)
Comprender el Islam (1961)
Miradas sobre los mundos antiguos (1965)
Lógica y Trascendencia (1970)
Forma y substancia en las religiones (1975)
El esoterismo como principio y como vía (1978)
El Sufismo, velo y quintaesencia (1980)
Cristianismo-Islam, visiones de ecumenismo esotérico (1981)
De lo Divino a lo humano (1981)
Sobre las huellas de la Religión perenne (1982)
Acercamiento al fenómeno religioso (1984)
Resumen de metafísica integral (1985)
Tener un centro (1988)
Raíces de la condición humana (1990)
Las Perlas del peregrino (1990)
El juego de Máscaras (1992)
La transfiguración del hombre (1995)
Tesoros del Budismo (1997)

2 comentarios

  • Crow

    http://www.islamyal-andalus.org/publicaciones/conversos/Frithjof_Schuon.htm
    FRITHJOF SCHUON es

    Sheikh Issa Nureddin Ahmad al-Shadhili

    al-Darqawi al-Alawi al-Maryami

    YAMA’A BOLETINES      CONVERSOS OCCIDENTALES AL ISLAM
                YIA.LM.

    ——————————————————————————–

                 

    Frithjof Schuon nace en Basilea (Suiza) el 18 de junio de 1907, de familia católica sus padres eran de  origen germánico y alsaciano. En su juventud se establece en París donde vivió, estudió y trabajo ejerciendo su oficio de diseñador textil durante algunos años.

    Frithjof Schuon  pintor y poeta de temperamento místico y gnóstico, gran conocedor de la obra de  Platón. Sus ansias de saber, hace  que también se impregne del Vêdânta siendo un gran conocedor de esta filosofía y un experto en la corriente metafísica de Shankara, su interés por todo lo que este relacionado con la espiritualidad lo lleva a estudiar en profundidad todas las religiones, entre ellas el cristianismo y el Islam. El tema dominante de sus trabajos fue marcado en su temprano encuentro con un Shaykh sufi, un líder espiritual del África musulmana, que había acompañado a algunos miembros de su pueblo senegalés a Suiza para mostrar su cultura. Cuando el joven Schuon habló con él, el anciano dibujó un círculo con radios en el suelo y explicó: “Allah está en el centro, todos los caminos llevan a Él.”

    Interesado e influenciado por la filosofía perenne que había empezó a ser enunciada en 1920 por el francés René Guénon, el orientalista de Harvard Anada Coomaraswamy el historiador de arte de origen suizo, Titus Burckhardt también compartían este punto de vista. Esta doctrina es esencialmente conocida con el nombre de Sanatana Dharma -la “religión eterna”- del Vedanta. Se decía que fue formulada en la antigua Grecia, en particular por Platón, y luego por neoplatonistas, y en la Cristiandad por Meister Eckharty Gregorio Palamas, y que también se encuentra en el Islam en la forma de Sufismo. Sostiene que cada religión tiene, además de su significado literal, una dimensión esotérica, que es esencial, primordial y universal. Esta universalidad intelectual fue uno de los puntos de los trabajos de Schuon.

    Escribía Frithjof Schuon: ” -Conócete a ti mismo-, decía la inscripción del templo de Delfos;  es también lo que expresa este hadîh: -Quien conoce su alma, conoce a su Señor-; e igualmente el Veda: -Tú eres Esto-; a saber, Atmâ, el Sí a la vez trascendente e inmanente, el cual se proyecta en miríadas de subjetividades relativas, que están sometidas a ciclos, así como a localizaciones, y que se extienden desde la más pequeña flor hasta esa manifestación divina directa que es el Avatâra”.

    En su encuentro con los trabajos del metafísico francés René Guénon que se había convertido al Islam en 1912 con el nombre Abdel Wahid Yahia. René Guénon a través de su obra, construyo un puente entre Oriente y Occidente que sin duda alguna ha marcado el siglo XX. Influenciado por estos escritos el joven Shuon aprendió  todo lo relacionado con la vida y  las enseñanzas del Profeta Muhammad (s.a.s) y el Islam.

    Escribiría Shuon en su trabajo “El Profeta”:

    “La imitación del Profeta implica: la fuerza para con uno mismo; la generosidad para con los demás; la serenidad en Allah y por Allah. Podríamos decir también: la serenidad por la piedad, en el sentido mas profundo de este término.

    Esta imitación implica además: la sobriedad con respecto al mundo; la nobleza en nosotros mismos, en nuestro ser; la veracidad por Allah y en Él. Pero no hay que perder de vista que el mundo está también dentro de nosotros y que, inversamente, no somos distintos de la creación que nos rodea, y, por último, que Allah ha creado “por la Verdad” (bil-Haqq); el mundo, en sus perfecciones y en su equilibrio, es una expresión de la Verdad divina”.

    Con un gran deseo en su corazón de conocer y contactar con autoridades espirituales de su tiempo y encontrarse con otras culturas tradicionales, decide emprender un largo viaje por África del Norte, Cercano Oriente e India.

    En 1932 viaja a Mostagán (Argelia) , donde  es recibido en la Tarîqah del célebre Shaykh Ahmad al-Alawî, aquí  estudiara durante tres años el Islam y el Sufismo.  En su encuentro con el sufismo real Schuon proclamara, “El sufí, a semejanza del Profeta, no quiere ni “ser Allah” ni ser “otro que Allah”, en otra ocasión escribirá: “Según el Shaykh Ahmad Al?‘Alawi, el acto divino (tajallî)  expresado por la palabra salli  (bendice) es como el relámpago, por su instantaneidad, e implica la extinción, en un grado u otro, del receptáculo humano que lo experimenta, mientras que el acto divino expresado por la palabra sallim (saluda) expande la presencia divina en las modalidades del propio individuo; es por esto, ha dicho el Shaykh, por lo que el faqîr debe pedir siempre el salâm (la “paz”, que corresponde a la “salutación” divina) para que las revelaciones o intuiciones no desaparezcan como el resplandor de un relámpago, sino que se fijen en su alma”.

    Después del fallecimiento del Shaykh Ahmad al-Alaw y través de su sucesor Sheikh Adda con el que continuo la Silsilah de la Tarîqah, Schuon será nombrado “moqaddem” (representante) del Shaykh, con el nombre de Sheikh Issa Nureddin Ahmad al-Shadhili al-Darqawi al-Alawi al-Maryami,. con el tiempo se convertirá en Shaykh maestro espiritual de una Tarîqah con discípulos en muchos paises de Europa y en Estados Unidos de América. Esta nueva Tarîqah con el pasar del tiempo fue perdiendo vínculos con la Tarîqah-madre. 

    En una entrevista realizada por Roland Goffin a Khaled Bertounes, Sheikh de la Tarîqah Alawiyya continuador de la Silsilah de esta tradición, ante la pregunta de si se había separado Frithjof Schuon de la fuente de la  Tarîqah Alawiya. El Sheikh Khaled Bertounes dijo:

    “En este caso, no ha habido intercambios entre esta Tarîqah occidental representada por Frithjof Schuon y la Tarîqah-madre Alawiya desde 1954. El último encuentro tuvo lugar en Lausanne (Suiza) cuando la visita de Sheikh al-Mehdi Bentunès a ese país….”

    Pero con  la cortesía (Adab) debida entre musulmanes y que caracteriza a los sabios del Islam dirá el  Sheikh Khaled Bertounes de Frithjof Schuon:

    “Más bien veo en Frithjof Schuon un hombre de calidad, dotado de un gran conocimiento que sus escritos atestiguan. A mi entender, ha contribuido a dar a conocer la gran riqueza de la tradición islámica sufí al mundo occidental. Por eso mismo, ha ayudado a mucha gente, por medio de su escuela de pensamiento, a descubrir esta tradición universal”.

    Frithjof Schuon viaja a Egipto en 1938 y 1939 para conocer personalmente a René Guénon que vivía  muy discretamente con su familia en una casa situada en el faubourg de Doki a las afueras de El Cairo. Frithjof Schuon había mantenido con René Guénon una relación en la distancia mediante correspondencia durante veinte años. Con el encuentro personal de estas dos grandes almas se estrecha la  amistad y la admiración que  Schuon tenia por René Guénon al comprobar en persona las grandes virtudes que tenia y la sinceridad que derrochaba en cada uno de los actos de su vida. Es sabido que Guénon recibía una gran cantidad de correspondencia desde todos los lugares del mundo, y se había impuesto como un deber contestar a todos los que le escribían y para lograrlo pasaba veladas y noches enteras sin dormir.

    Frithjof Schuon escribe: “La primera de las virtudes es la veracidad, pues sin la verdad no podemos hacer nada. La segunda virtud es la sinceridad, que consiste en extraer las consecuencias de lo que sabemos que es verdad, y que implica a todas las otras virtudes; puesto que no basta reconocer la verdad objetivamente, en el pensamiento, sino que también hay que asumirla subjetivamente, en los actos, ya sean exteriores o interiores. La verdad excluye a las despreocupación y a la hipocresía tanto como al error y a la mentira.

    Sin virtud no hay camino, cualquiera que pueda ser el valor de nuestros medios espirituales; la virtud es directamente la sinceridad, e indirectamente la veracidad. La virtud no es un mérito en sí misma, sino que es un don; pero sin embargo es un mérito en la medida en que nos esforzamos hacia ella”.

    En 1939,  Frithjof Schuon deja Egipto y emprende un largo viaje a la India. Poco después de su llegada a la India, comenzó la Segunda Guerra Mundial, lo que lo forzó a volver a Europa, donde comenzó a escribir todas sus vivencias en oriente.

    Y aunque el mundo se rompiera en pedazos,
    Tu eres lo que me quedaría.
    Yo no sé qué es el mundo, qué soy yo.
    Sólo se que amo.   

    (Frithjof Schuon)

    Ya en Europa servio en la armada francesa siendo capturado por los alemanes. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, aceptó una invitación para viajar al Oeste de América del Norte, donde vivió varios meses junto a los indios de las llanuras, en los cuales siempre tuvo un profundo interés.

    Escribirá sobre los indios de las praderas: “El indio tradicional fue uno de los hombres más libres que quepa imaginar y, al propio tiempo, uno de los más atados: le pertenecían la amplia pradera, los bosques y las montañas; hablando desde el punto de vista práctico, su espacio vital no conocía límites; pero en ningún momento podía salirse de su universo religioso ni del papel que éste le imponía. Por una parte estaba encerrado en un espacio que era estrictamente simbólico –como si su credo hubiese cristalizado espacialmente a su alrededor–, y por otra se identificaba con el curso implacable de esa gran prueba que es la vida; nunca, ni en el tiempo ni en el espacio, abandonaba el indio el símbolo visible, que él representaba y vivía; podría decirse que lo sufría y la realizaba simultáneamente. y de esta combinación de libertad heroica y coacción divina derivaba su fascinante originalidad y esa grandeza, en parte guerrera, en parte sacerdotal….”

    Realizara con el tiempo varios viajes mas a América del Norte, viajara también por diversos países de Europa y  Marruecos.

    En Europa, buscó refugio en Suiza , que le dio nacionalidad y fue su hogar por cuarenta años residiendo en Lausanne. Habiendo recibido su educación en Francia, Schuon redactó en francés  la mayor parte de sus obras, que comenzaron a aparecer en traducciones al ingles en 1953. Su extensa obra poética fue escrita en alemán, su lengua materna, y traducida al francés bajo su supervisión; algunos de sus poemas tardíos fueron escritos en inglés. Fue también colaborador regular de publicaciones sobre religiones comparadas en Europa y América. Sus escritos han aparecido en muchas publicaciones sobre filosofía y erudición.

    Actualmente la única edición uniforme de sus obras completas es la existente en español (esto incluye toda la prosa y buena parte de la obra poética, que sigue en preparación). En 1980, Schuon y su esposa emigraron a los Estados Unidos de América, donde siguió escribiendo hasta su muerte en 1998.

    “La vida no es, como creen los niños y los mundanos, una suerte de espacio lleno de posibilidades que se ofrecen a nuestro capricho; es un camino que se va estrechando desde el momento presente hasta la muerte. Al final de este camino está la muerte y el encuentro con Dios, y después la eternidad. Ahora bien, todas estas cualidades están ya presentes en la oración, en la actualidad intemporal de la Presencia divina. (Frithjof Schuon)”.

    En su trabajo -La Transfiguración de l´Homme Ed. L´Âge d’Homme- dice: “Un hombre ve un jardín florido, pero él sabe: él no verá siempre esas flores y esos arbustos porque él morirá un día; y él sabe también: ese jardín no estará siempre ahí, porque el mundo desaparecerá en su momento. Y él sabe igualmente: esa relación con ese bello jardín ha sido dada por el destino, porque si el hombre se encontrase en medio del desierto, no vería el jardín, él lo ve solamente porque el destino le ha colocado a él, al hombre, aquí y no en otro lugar.

    Pero en la región más interior de nuestra alma reside el Espíritu, y en él el jardín está contenido como un germen; y si nosotros amamos ese jardín -¿y como no podríamos amarlo puesto que es de una belleza paradisíaca?- haremos bien en buscarlo ahí donde siempre ha estado y donde estará siempre, a saber en el Espíritu; mantente en el Espíritu, en tu propio centro, y tendrás el jardín y por añadidura todos los jardines posibles. Y por lo mismo: en el Espíritu no hay muerte, porque aquí tú eres inmortal; y en el Espíritu la relación entre contemplante y lo contemplado no es solamente una frágil posibilidad, sino que reside por el contrario en la naturaleza misma del Espíritu y es eterna como él”.

    La influencia de los escritos de Frithjof Schuon, su autoridad para los buscadores del conocimiento espiritual en occidente, son innegables. Estuvo en el origen de la entrada en el Islam y de la relación con el Sufismo de un número importante de intelectuales occidentales. Su obra escrita cuenta con más de veinte libros traducidos a numerosas lenguas y constituye una verdadera suma metafísica y espiritual sin equivalente en el siglo XX. En ella desarrolla y explicita ampliamente el tema de la “Unidad trascendente de las Religiones” y de la necesaria comprensión “esotérica” de éstas como antídoto contra el nihilismo contemporáneo. Su obra pictórica y poética, menos conocida, muestra toda la riqueza de su asombrosa personalidad.

    “Para ser feliz, el hombre debe tener un centro; ahora bien, este centro es ante todo la certeza del Uno. La mayor calamidad es la pérdida del centro y el abandono del alma a los caprichos de la periferia. Ser hombre es estar en el centro; es ser centro”. (Frithjof Schuon).

    Obras
    De la unidad trascendente de las Religiones (1948)

    El Ojo del Corazón (1950)

    Perspectivas espirituales y hechos humanos (1953)

    Senderos de Gnosis (1957)

    Castas y Razas (1957)

    Las estaciones de la Sabiduría (1958)

    Imágenes del Espíritu (1961)

    Comprender el Islam (1961)

    Miradas sobre los mundos antiguos (1965)

    Lógica y Trascendencia (1970)

    Forma y sustancia en las religiones (1975)

    El esoterismo como principio y como vía (1978)

    El Sufismo, velo y quintaesencia (1980)

    Cristianismo-Islam, visiones de ecumenismo esotérico (1981)

    De lo Divino a lo humano (1981)

    Sobre las huellas de la Religión perenne (1982)

    Acercamiento al fenómeno religioso (1984)

    Resumen de metafísica integral (1985)

    Tener un centro (1988)

    Raíces de la condición humana (1990)

    Las Perlas del peregrino (1990)

    El juego de Máscaras (1992)

    La transfiguración del hombre (1995)

    Tesoros del Budismo (1997)

    Su pintura

    Vinculadas a la página http://www.sophia-perennis.com/espagnol/peintures/index.htm para volver a Islam y al-Andalus tendrá que hacerlo desde el navegador de internet, no por los vínculos internos que aparezcan.

  • Crow

    A PROPOSITO DE FRITHJOF SCHUON
    (1907-1998)
    JEAN-PIERRE LAURANT
    Sophia, The Journal of Traditional Studies, vol. 4, Number 2, Winter 1998, Oakton (E.U.); Vers la Tradition, Nº 74, décembre 1998 ? Janv.-Fév. 1999 (Châlons-en-Champagne); Connaissance des religions, hors série, mai 1999 (Vogüé) y algunos dossiers de la Internet (en inglés y francés).
    No es habitual el encontrar en Politica Hermetica artículos necrológicos y la audiencia internacional de F. Schuon no constituye la razón principal de este análisis sino la importancia de las relaciones triangulares, que su persona y su trabajo han suscitado, entre: musulmanes de origen, “esoteristas” europeos y americanos. La obra de Schuon, enraizada en la de Guénon, además de los debates con su maestro, la evolución “desde todas partes” de grupos que se le declaran afines, suscitan debates interesantes y a la vez delicados para aquellos que quieren mantenerse en la visión tradicional del mundo expuesta por Guénon, después de la Primera Guerra mundial. ¿De qué se compone esta Tradición una y universal?, ¿Cómo se transmite y por qué signos se la reconoce? A estos interrogantes se añade el de la regla de vida, es decir, ¿cómo pone uno su vida en conformidad con sus aspiraciones espirituales? ¡A fuerza de no vivir como se piensa se acaba por pensar como se vive! 
    Impulsados por esta necesidad, son numerosos aquellos que se han comprometido en las vías de la “realización espiritual” y que encontrándose en un recodo del camino con la piedra con la que el pie tropieza. A partir de ahí las reacciones difieren según la herencia cultural, religiosa y el entorno cotidiano: las diferencias de apreciación de estos documentos sobre un hombre fuera de lo común lo testimonian. 

    Sophia, publicada por una “Fundación para los estudios tradicionales” en Estados Unidos, está presidida por Seyyed Hossein Nasr, antiguo profesor en la Universidad de Teherán y actualmente funcionario en la Universidad George Washington: a su lado Huston Smith, igualmente universitario y uno de los guías de la corriente tradicionalista americana bajo la forma particular de la que ésta se reviste al otro lado del Atlántico, en el “perennialism”; escritores como James Cutsinger o el hijo de Ananda Coomaraswamy, Rama, de religión católica se inscriben igualmente en esta corriente. Es S. H. Nasr quien ha dirigido este número in memoriam presentando a Schuon bajo su nombre islámico de Isa Nur al-Din (Aïssa en trascripción francesa, es decir Jesús) y su título de Sheikh de la tariqah shadiliyya/alawiyya/maryamiyya, en reconocimiento de la legitimidad de su función (que es puesta en entredicho por otros) y de su vínculo con la prestigiosa cofradía shadiliyya. La mención de la maryamiyya (del nombre de la Virgen María) es aún más importante puesto que se trata de una creación del propio Schuon, como beneficiario de visiones de la Virgen María, que le otorgan una investidura directa del cielo. Como su nombre de Seyyed indica, el Sr. Nasr se inscribe en la genealogía del profeta, lo que da una cierta fuerza a sus razonamientos, fundados en la legitimidad de la transmisión. La presencia en este número de compañeros de Guénon en el Cairo, Martin Lings y Whitall N. Perry, es igualmente importante en la medida en que las dificultades que aparecieron entre Guénon y Schuon y que desembocaron en una cuasi ruptura no rompieron los vínculos con este último. Los contactos privilegiados entre Guénon y el mundo anglosajón se mantuvieron de forma natural con la inmigración de Schuon y su grupo a Bloomington en los EEUU en 1981. A los recuerdos personales de Lings, que es por otra parte el biógrafo del Sheikh Alawi, se suman los de Perry que rememora su partida del Cairo a raíz de la muerte de Guénon, perdiendo todo sentido su presencia en el nuevo contexto político egipcio. 

    El papel del maestro de la Maryamiyya en América latina, en la espiritualidad hindú y en las tradiciones de los indios de América del norte es también comentado. En conjunto no se centra en una argumentación teórica; se trata más bien de un estudio hagiográfico fundado en la idea de que “se reconoce al árbol por sus frutos” y que los resultados espirituales son los que demuestran la santidad del que los dispensa. Las mezclas tradicionales son presentadas como inscribiéndose de forma natural en la tolerancia islámica, apta para integrar el conjunto de la enseñanza esotérica tradicional. Cuestión de discernimiento. 

    Vers la Tradition, por el contrario, desarrolla la tesis de la ruptura, abriendo su número con una “entrevista con Khaled Bentounès, Sheikh de la tariqah alawyya” que insiste en la ausencia de vínculo entre el grupo de Schuon y la tariqah madre a partir de 1954; hay pues ruptura en la “silsilah”, la cadena de la transmisión, esencial en el universo de las cofradías. Para el Sheikh Bentounès, la obra de Schuon no es despreciable, pero lo considera un maestro de pensamiento y no un guía espiritual. Federico González, por su parte, marca las distancias entre las obras de Guénon y las de Schuon y a la vez Nikos Vardikhas subraya el carácter heterodoxo de ciertas posturas de este último sobre el cristianismo. Charles-André Gilis había abierto el número con una presentación puramente hagiográfica igualmente de la “función de René Guénon”. 

    A otro nivel se sitúan las críticas formuladas en algunas direcciones de Internet a partir de 1998, especialmente las de Mark Koslow, un allegado al grupo de Bloomington, en lengua inglesa, y después por Dominique Devie en francés quienes han hecho públicas las sospechas y las acusaciones nacidas en torno al tema de la “desnudez sagrada” de las ceremonias de los Indios de las llanuras. Si por un lado la poca rigidez de fronteras entre Universidades, Iglesias y grupos religiosos minoritarios pudo ayudar a las posturas de Schuon en los EEUU, la fragilidad de estructuras y la sensibilidad de la opinión pública se volvieron contra él. Lo que en Francia habría podido derivar en sospechas sobre el carácter “sectario”, o sobre el posible uso político de sus posiciones, en América acabó todo en una cuestión de moralidad. La interrupción de la que se benefició Schuon sembró sin embargo dudas en un cierto número de sus discípulos europeos y recondujo el debate en sus vías normales. 

    Connaissance des Religions ha intentado una aproximación más equilibrada, retomando una parte de los testimonios de Sophia y atacando los problemas de fondo con Patrick Laude sobre la naturaleza del esoterismo de Schuon y S. H. Nasr en cuanto a sus relaciones con el Islam. Jean-Baptiste Aymard ofrece una larga biografía muy interesante sobre la juventud del futuro iniciado, seguida de un análisis grafológico de Mark Perry. Equilibrio entre los testimonios contradictorios: el de Swami Ramdas por un lado, hablando de “una visita a un santo sufí” y el de Ch.-A. Gilis reprochando a Schuon no haber “respetado las conveniencias” con su maestro Guénon. 

    En resumen, el vigor de las reacciones demuestra la importancia creciente de lo que está en juego en torno al esoterismo.