Medicin y psicologia MApuche 2

From: sietevientos  (Original Message) Sent: 14/03/2004 15:25
Un individuo cuya conciencia se encuentre en un estado ordinario los considerará como “fantásticos”; en cambio otro sujeto que esté consciente en el estado chamánico podrá percibir a esos seres como reales, y a su vez como ilusorias a las experiencias del estado de conciencia ordinario o sea de la realidad ordinaria o cotidiana.

Ambos sujetos están en lo cierto, considerando el punto de vista particular de sus respectivos estados de conciencia. Es muy difícil emitir juicios imparciales sobre la validez de un estado de conciencia determinado desde su opuesto.

Como sostiene Carl Gustav Jung 17 “La idea, en tanto existe, es psicológicamente verdadera”.

Incluso a nivel de la Física-matemática, en la interpretación pluricósmica de la mecánica cuántica propuesta por Hugh Everett, de Princeton, y desarrollada posteriormente por Bryce S. de Witt y John A. Wheeler, de la Universidad de Texas (en Austin) y el profesor George Gale, de la Universidad de Missouri (Kansas) hallan confirmación los niveles ontológicos de la realidad no ordinaria.

Dos conclusiones de tal interpretación son: que la existencia de indefinidos mundos alternativos no puede ser descartada por pruebas físicas y que todos estos niveles o mundos son igualmente reales. 18

Una conclusión semejante fué a la que arribara también por vía del cálculo Gotffried W. von Leibnitz.

Existen diversos grados de desplazamiento de la conciencia, o alteración según algunos, dentro de los niveles de la realidad no ordinaria: desde ligero: los aborígenes en general; pasando por el profundo: los chamanes, los machi, los Ava-Katu-Ete del Paraguay, etc.; llegando al muy profundo, semejante en apariencia al “estado de coma”: los chamanes arcaicos, los machi de antaño, los renü mapuche en la actualidad, ciertos lamas tibetanos, algunos maestros taoístas y saddhus indostánicos, etc.

El estado de conciencia chamánico es más seguro que el soñar. En los sueños uno no tiene control de sus actos, en cambio en el estado chamánico sí lo tiene, así como también puede entrar a voluntad y, dado que está en un estado de vigilia consciente, se puede salir del mismo en cualquier momento.

Es interesante hacer notar el paralelo, aunque sólo válido en la esfera psicológica, con la “Psicoterapia por ensueño dirigido” elaborada por Robert Desoille. 19

En ella se trabaja con una leve alteración de la conciencia, así como también se considera la existencia de distintos niveles de conciencia con características propias, a través de los que se hacen desplazar imágenes míticas sugeridas por el terapeuta. Dichas imágenes se transformarán acorde al nivel que atraviesen pero siempre manteniendo su identidad esencial. Esta técnica se basa en los trabajos de Charles Henry y A. Lemouche, habiendo sido posteriormente desarrollada por Nicole Fabre, entre otrosPSICOLOGÍA MAPUCHE

Munido ya el lector de alguna información sobre los tipos de realidad y estados de conciencia, internémonos en el mundo mapuche y veamos lo que dice Tomás Guevara en su obra La Mentalidad Araucana: 22

“…las manifestaciones de actividad mental que se producen en el sueño para el indio (se refiere al mapuche. Nota de Aukanaw) representaban percepciones tan reales como las del estado de vigilia”.

“Así como había un cuerpo de reglas tradicionales que regía la vida despierta, existía igualmente un método prolijo para encaminar hacia lo útil la vida dormida”.

Prosigamos ahora con el sagaz observador Juan Benigar: 23

“Si sometemos al examen el contenido de los juicios causales araucanos, notaremos en ellos dos grupos fundamentalmente distintos de elementos.

Al primer grupo pertenecen los fenómenos cuya verificación es accesible a los sentidos humanos, y el segundo se compone de elementos que se elevan por encima de las facultades percibidoras del hombre común actual.

A sabiendas con intención introduzco esta última limitación, porque no es necesario que el hombre siempre tenga estos cinco, seis, siete, ocho sentidos -ni el número exacto les sabemos-, ni es imposible que haya hombres que posean alguno más, como hay otros a quienes algunos faltan”.

El lector que nos haya seguido con atención se podrá percatar que en los años veinte Benigar exponía, aunque entre líneas, los conceptos que recién serán postulados a partir de mediados de los años cincuenta sobre los distintos estados de conciencia.

Él llama a esos dos grupos físicos y metafísicos:

“Los elementos metafísicos -sigue diciendo Benigar -son las propiedades ocultas de los objetos y los seres míticos…” a estos últimos “está reservado un papel importantísimo en la ideología nativa. Ellos parece que están en el fondo de todas las cosas y de todos los sucesos.”

Sobre el mapuche de nuestros días nos refiere la antropóloga Else Waag: 24

“La relación hombre-naturaleza que establece el mapuche es distinta de la que hace el hombre occidental europeo por hallarse basada en supuestos que para éste no son sostenibles… la ausencia de fronteras entre lo que es fantástico y lo que es real, entre los objetos ilusorios y objetos concretos…”.

Creemos superfluo todo comentario a estos testimonios que no hacen otra cosa que confirmar lo ya dicho con respecto a las culturas chamánicas en general. (ver nota)

El lector recordará que antes mencionamos como ejemplo una piedra que en la realidad no ordinaria era una lagartija, ahora comparemos ese ejemplo con el testimonio que nos da el mapuche R.C.: 25

“La piedra ésa que tiene Kallfükura… dicen que cuando la manda a alguna parte a hacer alguna cosa, dicen que camina la piedra. Camina así nomás arrastrándose… hay que saber mucho como tiene que manejarla, esa piedra puede terminar con su familia… lo come…” “…hace de piedra nomás, pero no es piedra… que formaba como una lagartija… pero no tiene cola… la cabeza tiene forma de lagartija… (de) eso es dueño Kallfükura “.

Es fácil comprender la dificultad que representa al sujeto transmitir a una persona moderna una vivencia, que liga los dos aspectos ordinario-no ordinario de una misma cosa.

El mapuche Ramón Lienan 26 nos dirá sobre este asunto:

“Namunkura… hijo de Kallfükura, tenía un cherrufe: era una piedra. La mandaba donde quería: adonde los caciques contrarios, los mataba. Vuela como el fuego. Sale el cherrufe de las piezas cerradas, por cualquier parte.”

Agrega al respecto el mapuche José Lonkitue: 27

“Cierta vez un mapuche encontró una oveja color pardo en medio de una laguna, en el acto se puso a tomar la oveja el mapuche, sacándose el chamal . Al tiempo de tomarla en la mano se volvió una piedra en forma de hombre. El mapuche guardó esta piedra para siempre… le anunciaba cuando había alguna guerra. Salía a volar de noche en forma de cometa. Estos se llaman cherrufe en mapuche.”

Quedan entonces claros los siguientes puntos testimoniados

1) El aspecto no-ordinario:

a.- En su condición estática: la oveja parda, la lagartija.

b.- En su condición dinámica: en todos los casos como una bola de fuego.

2) El aspecto ordinario:

Una piedra con forma de hombre (= chekura, chelkura).

3) Que los objetos existentes en el nivel ordinario no son obstáculo al desplazamiento de las entidades del nivel no ordinario: “atraviesa las paredes el cherrufe.”

El mapuche tradicional no hace, en sus expresiones, distingo entre los distintos niveles de la realidad en los que fluctúa su conciencia, «no necesita especificar a sus compañeros de tribu en qué estado de conciencia se encontraba cuando tuvo una determinada experiencia -dice el Dr. Harner-. Ellos lo saben inmediatamente, porque ya han aprendido qué tipos de experiencias tienen lugar en el estado de conciencia chamánico y cuáles en el estado normal de conciencia (= estado de conciencia ordinario).

Sólo el occidental carece de este conocimiento previo. Lamentablemente los observadores occidentales que no tienen gran experiencia con estados alterados de conciencia, a menudo olvidan preguntar en qué estado cognitivo se encontraban sus informantes nativos cuando tuvieron experiencias imposibles… En otras palabras, los que están limitados no son los pueblos primitivos sino nosotros que somos incapaces de comprender la doble naturaleza de… “la realidad”». 29

La capacidad del machi antiguo y del renü consiste en su aptitud voluntaria, y no en la circunstancial o perimontu, de lograr desplazar su conciencia hacia un estado chamánico muy elevado.

Gracias a estas breves nociones el lector está ya en condiciones de poder comprender cabalmente un rito terapéutico mapuche: el ülutun. Esa será la siguiente etapa en nuestro viaje a través de la Medicina Mapuche.

Aukanaw

Notas:
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Nota: Lamentablemente este panorama sólo sobrevivió en regiones aisladas de Chile y del Neuquén hasta mediados de los años setenta, en personas veteranas y algunos niños.

A partir de ese momento el número de personas con las cualidades perceptivas descriptas disminuyó de una manera tan drástica que hacia fines de los años ochenta era realmente muy difícil encontrar a alguien que tuviese esas capacidades.

La causa de esto es muy simple: a partir de ese momento se realizan obras de infraestructura vial que permiten acceder cada vez más fácilmente a comunidades antes prácticamente aisladas; se establecen estaciones repetidoras de radio y televisión, así como la provisión del suministro eléctrico a parajes remotos.

Todos estos “logros” de la “civilización” permitieron gradualmente inocular elementos de la cosmovisión occidental moderna, los que sin el filtro adecuado de un renü (sabio o sacerdote mapuche), terminaron haciendo estragos en las ya débiles estructuras psicosociales de los mapuche sobrevivientes a la llamada “Conquista del Desierto”.

Aquella fue conquista de tierra y cuerpos, en cambio esta conquista es “mediática” y captura las mentes (o almas como gustamos nosotros decir). Ha logrado lo que los misioneros cristianos -con toda su perversidad- jamás pudieron.