despertando

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La mayoría vivimos así; vivimos según un plan preestablecido. Pasamos la juventud educándonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, nos casamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tenga éxito, intentamos realizar sueños, como tener una casa en el campo o un segundo automóvil. Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades. Hacemos proyectos para la jubilación. Los mayores dilemas que algunos de nosotros hemos de enfrentar son dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad.
Nuestra vida es monótona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecución de lo banal, porque al parecer no conocemos nada mejor.

[…]

Si contemplamos nuestra vida veremos claramente cuántas actividades sin importancia a las que llamamos ‘responsabilidades’ se acumulan para llenarla. Un maestro las compararía con hacer la limpieza de la casa en sueños. Nos decimos que queremos dedicar tiempo de nuestra vida a las cosas importantes; pero nunca tenemos tiempo. El mero hecho de levantarnos ya supone una multitud de tareas: abrir la ventana, hacer la cama, ducharse, limpiarse los dientes, dar de comer al perro o gato, fregar los platos de la noche anterior, descubrir que te has quedado sin azúcar o café, salir a comprarlo, preparar el desayuno…
Es una lista interminable. […] Desvalidos, vemos cómo se nos llenan los días de llamadas telefónicas y proyectos triviales, de responsabilidades y responsabilidades… ¿O no deberíamos llamarlas “irresponsabilidades”?

(Sogyal Rimpoché, ‘Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte’)

Las cosas acontecen convencionalmente,
Pero en lo último estan desprovistas de identidad propia.
(el Budha Shakyamuni)

Oh Kashyapa, cuando se investiga minuciosamente la mente, no se puede encontrar. Lo que no se puede encontrar no puede ser percibido. Y lo que no puede ser percibido no es ni pasado, ni futuro, ni presente.
(La Pila de Joyas)

Cuando sintáis que la mente se ha desprendido de la torpeza y de la agitación y que permanece natural sobre el objeto, podréis atenuar vuestros esfuerzos y manteneros neutros mientras permanezca así.
Deberíais comprender que la calma mental se hace realidad cuando disfrutáis de la agilidad física y mental debida a una larga costumbre de meditación, y cuando la mente ha alcanzado el poder de mantenerse sobre el objeto que elige.
(‘El Bhavanakrama —Las etapas de la meditación—, libro segundo’, Kamalashila)

Has de saber que esta vida es
el minúsculo chapoteo
de una gota de agua;
una bella criatura que desaparece
en el mismo instante
en que empieza a existir.
Por lo tanto, márcate tu meta
y aprovecha al máximo cada día
y cada noche para alcanzarla.

(Lama Je TsongKhapa, Tíbet s.XIV)