¿Qué es la medicina tradicional indígena?

42.- ¿Qué es la medicina tradicional indígena?
 
Los párrafos en negro se refieren a: ” Medicina ”

Se denomina “medicina tradicional indígena” al sistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y simbólicos destinado a la atención de diversos padecimientos y procesos desequilibrantes, cuyo origen se remonta a las culturas prehispánicas, pero que, como toda institución social, ha variado en el curso de los siglos, influida por otras culturas médicas (española, africana, moderna), por los cambios en el perfil epidemiológico de las poblaciones y por factores no médicos de diversa índole (económicos, ecológicos, religiosos). Constituye un recurso fundamental para la atención a la salud de millones de mexicanos y es ejercida por terapeutas conocidos popularmente en español como curanderos, parteras, hueseros, hierberos, rezanderos, sobadores o graniceros, y en las lenguas indígenas como h’men (mayas), mara’akáme (huicholes), h’ilol (tzeltales, tzotziles), etcétera. En gran parte de las áreas rurales del México indígena, la medicina tradicional forma parte de un sistema real de salud junto a la medicina académica o científica y a la medicina doméstica o casera.

Ofrecemos aquí -como resultado de diversas investigaciones y de nuestros propios trabajos- una serie de rasgos que son comunes a las medicinas tradicionales indígenas de México y de otras regiones del continente americano:

1. Las medicinas tradicionales coexisten con los sistemas médicos occidentales en la mayoría de los países que poseen manifestaciones importantes de cultura médica tradicional o popular.

2. Los terapeutas tradicionales mantienen con respecto al sistema médico occidental (llamado también académico, científico o alopático) relaciones de conflicto y complementación.

3. Usualmente, las medicinas tradicionales no constituyen dominios autónomos, independientes de la religión y de los sistemas de creencias, de los grandes mitos populares o de formas ancestrales de la cosmovisión tradicional.

4. Su modelo terapéutico, generalmente no organicista o biologista, con frecuencia es un importante factor de control social y de modulación de las conductas del individuo y del grupo.

5. Se hallan estrechamente ligadas a otros componentes de la vida social y aparecen como una derivación directa de la cultura del grupo.

6. Asocian elementos pertenecientes al mundo material inanimado y al de los seres vivos, compartiendo categorías, características o cualidades (v.gr. el frío y el calor, la posibilidad de que síndromes de filiación cultural como el mal de ojo o los aires afecten por igual al hombre o a los animales, e incluso a plantas y objetos).

7. En ellas, el mundo humano es frecuentemente un microcosmos que refleja el universo natural, social y sobrenatural, siendo el medio físico y las relaciones humanas factores determinantes de la causalidad de numerosas enfermedades.

8. Muestran una ausencia casi total de cirugía y un rechazo a la disección y a la autopsia.

9. Los conceptos de balance y equilibrio constituyen nociones básicas que el terapeuta interpreta en sentido físico, psíquico, mítico, moral o religioso, a veces sin distinción de dominios (p. e. La higiene y la ética suelen estar estrechamente ligadas).

10. La mayoría de ellas reconocen centros o soplos anímicos, determinantes para la vida (p. e., el tonalli, el ihíyotl y el yollo en la tradición nahua del México central).

11. La socialización de la enfermedad se apoya con frecuencia en la triple experiencia del terapeuta, el enfermo y el grupo, por lo que las formas de eficacia simbólica encuentran un respaldo comunitario que excede los límites de la consulta médica.

12. Los conceptos relativos a la causalidad de las enfermedades son compartidas por el terapeuta, el enfermo y el grupo. A diferencia de lo que usualmente ocurre en el sistema médico occidental, en las medicinas tradicionales el marco ideológico-técnico es común a varios actores del proceso terapéutico, y base de numerosas curaciones.

13. En general, en la práctica médica aparecen cuatro dominios bien definidos que dan lugar a la existencia de terapeutas con tipos de prácticas específicas: parteras, curanderos, hueseros y hierberos, cuyas funciones suelen combinarse.

14. Posesión y desposesión constituyen grandes órdenes causales de un gran número de padecimientos. Factores naturales, personales y preternaturales o sobrenaturales viabilizan la posesión y la desposesión, y el diagnóstico puede variar -con respecto al agente causal- según el progreso de la enfermedad.

15. En la medida en que la mayor parte de los países que poseen una importante medicina tradicional han sido objeto de la explotación colonial, vastos sectores de sus taxonomías muestran indicios de sincretismos (lo que se revela en los nombres de las enfermedades, en la explicación de su etiología, en los tratamientos y las maniobras, en los remedios utilizados, etcétera) o de francas alteraciones de los modelos ancestrales.

16. Las asociaciones, gremios, organizaciones y, en general, toda forma de institucionalización de los terapeutas tradicionales constituyen fenómenos históricos recientes o, por el contrario, muy antiguos (preexistentes a los procesos de conquista y colonización). En general, no existen en los sistemas médicos tradicionales auténticas estructuras burocráticas encargadas de la planificación, la formación de recursos humanos, la investigación, el desarrollo tecnológico, el sistema de pagos, las relaciones con los servicios de salud institucionales, etcétera.

17. La formación de los terapeutas obedece a muy diversos patrones, generalmente: entrenamiento con otro terapeuta más experimentado y de mayor edad, herencia, habilidades personales excepcionales, defectos físicos o trastornos mentales característicos, signos reconocidos al momento del nacimiento o en el entorno del sujeto, asociaciones míticas con un doble, un animal-compañero, experiencias existenciales inusuales, etcétera.

18. Poseen un vasto conocimiento del medio físico (particularmente del mundo vegetal), que constituye la base de su materia médica.

19. El reconocimiento social del ejercicio de los terapeutas -generalmente personas adultas maduras, investidas de prestigio técnico y moral-, los convierte en agentes de reproducción ideológica y cultural, y de control social.

20. El mecanismo de transmisión oral de los conocimientos constituye la base esencial para la formación de los recursos humanos.

21. El cobro de honorarios suele ser simbólico o adecuado a la condición socio-económica del paciente, compartiendo con el terapeuta necesidades materiales y principios ideológicos.

22. La coexistencia de la medicina tradicional no sólo se establece con el sistema médico institucional o académico; existe una estrecha relación con las formas domésticas o caseras de la terapéutica médica, siendo éste el ámbito desde donde derivan hacia la práctica pública numerosos terapeutas.

23. La mayoría de las medicinas indígenas establece una distinción entre “enfermedades del médico” y “enfermedades del curandero” (o “del brujo”, “de la gente”, “tradicionales”, etcétera).

24. Poseen una escasa tecnología cuyo uso ancestral indica variaciones mínimas o insignificantes a lo largo del tiempo (un buen ejemplo de esto lo constituye el empleo del baño de vapor o temazcal -cuyo empleo aparece ya documentado para el mundo prehispánico-, característico en el tratamiento de diversas enfermedades y en el proceso del embarazo, el parto y el puerperio). (ZOLLA,1987:72-74).