Al miedo hay que asustarlo.

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 05/08/2006 9:12
 
Al miedo hay que asustarlo.

El conocimiento, el saber, la razón y la lógica,
pueden aminorar algunos miedos y eliminar otros de
manera radical, sin embargo, no proporcionan
necesariamente coraje.

La valentía es una actitud, como decía Descartes, que
tiene bastante de Pasional.

No podemos vivir sin arrojo, lo necesitamos para amar,
para llorar, para gritar, para defendernos, para
renunciar, para combatir, para decir no, para ser
felices, y para mil cosas más.

El coraje es el motor de la existencia digna.

Ser valiente no es ser suicida, sino mezclar pasión y
razón para sostenerse un minuto más que los demás en
la situación temida.

Aguanta un segundo más y serás condecorado.

El héroe no desconoce la adrenalina, la vive
intensamente, la soporta hasta alcanzar su meta, la
padece de manera consciente.

No hay heroísmo sin tozudez y no hay valentía sin
esfuerzo.

La persona que ejercita el coraje como virtud, jamás
olvida la excepción de la regla, es un experto en
discriminar cuando se justifica y cuando no, reconoce
que para exponer las armas también se necesita coraje.

En la Ética, Espinosa, dice: “En un hombre libre,
pues, una huída a tiempo revela igual firmeza que la
lucha; o sea, que el hombre libre elige la huída con
la misma firmeza o presencia de ánimo que el combate”.

Yo agregaría que, además de la grandeza moral, se
requiere de inteligencia práctica: capacidad de pensar
y evaluar las consecuencias.

Para que el coraje sea virtuoso, además de un corazón
enardecido, se necesita un cerebro bien puesto.

Prudencia no es cobardía.

En psicología clínica, la regla principal para vencer
el miedo sin fundamento (es decir, el que no se
desprende de la realidad objetiva), es enfrentarlo,
exponerse a él y agotarlo, extinguirlo.

Obviamente, muchos de estos actos de valentía deben
ceñirse a ciertos procedimientos técnicos, ya que si
la exposición en vivo está mal planteada, el paciente
puede sensibilizarse en vez de desensibilizarse.

Pero en términos generales, nadie duda que la audacia
y el experimentalismo responsable, como forma de vida,
disminuyan las probabilidades de adquirir enfermedades
Psicológicas relacionadas con la ansiedad.

Las personas a quienes les gusta explorar, innovar y
abrir nuevas puertas, husmear en lo desconocido, crean
mayor inmunidad al miedo que aquellas que viven
restringidas, limitadas y agarradas a sus fuentes de
seguridad.

El principio de la exposición activa propone un estilo
orientado a asumir los riesgos necesarios para vencer
el miedo Psicológico y ponerle el pecho al desaliento.

Es imposible superar el temor irracional, cualquiera
sea, mirándolo a la distancia, negándolo o escapando.

Si el miedo es absurdo, hay que aventurarse y meterse
en el ojo del huracán, ya sea con ayuda profesional,
con medicamentos o acompañado, como sea, hay que
luchar contra el miedo patológico, o si quiere, hay
que “sufrirlo” un rato, empezar a faltarle al respeto,
molestarlo y hasta tomarle el pelo.

Hay que retarlo, llamarlo, invitarlo a entrar y jugar
de local:

Hay que asustar al miedo para perder el
miedo.

Tanto regaño no es bueno, por eso hagamos un alto en el camino para sonreír.