Discusion sobre los sacrificios humanos

Los Sacrificios Humanos, una especulación peligrosa.

Es cierto que en el mundo de Anáhuac el culto a los dioses, lo sagrado y filosófico, ocupaban un primordial lugar, tanto en la vida social como en la individualidad en que se desenvolvía el azteca; como podemos observar, sus monumentales y sofisticadas construcciones, fueron erigidas a sus dioses y ocupaban el centro de todo su movimiento social, de su desarrollo, de su cultura y del significado místico de vida y muerte. Esto fue el pilar que sostuvo el alto desarrollo de su ética cosmológica que fue heredada de una cultura anterior, o fue una desarrollada cultura adelantada ante el mundo de esa época.

Si no estamos en lo cierto acerca de ese elevado sistema alcanzado por el mundo azteca, entonces porque no se han logrado hallar las supuestas piedras de sacrificios.

Si suponemos como cierto, lo de los sacrificios humanos, entonces sería lógico que en esos sofisticados templos, también habría una sofisticada piedra que estuviera a la altura del arte y belleza de estos centros ceremoniales. ¿Entonces no sería considerada como una ofensa que el elegido para el sacrificio fuera colocado en una piedra burda, en tan sagrado rito?

No es extraño que en tantos centros ceremoniales descubiertos hasta los días de hoy, no haya sido posible encontrar tal pieza; pues la que existe en el Museo de Antropología e Historia es realmente irrisorio aceptarla como la llamada “piedra de los sacrificios” (la supuesta piedra de los supuestos sacrificios gladiatorios), pues al analizarla encontramos claras pruebas de que tal monolito fue escogida para el falso mito creado por los invasores europeos.

Este monolito es de formas circulares y en sus contornos se observan una serie de figuras guerreras en alto relieve y de una gran belleza artística, pero en la pare superior en medio de la piedra, tiene una burda concavidad de la cual se desprende un canal improvisado, que en su terminación afecta indiscriminadamente una de las figuras que embellece el monolito. ¿Cómo es posible llegar a creer que los artesanos aztecas, hayan tenido tan imperdonable descuido de perjudicar la belleza del alto relieve? ¿cómo es posible creer que los artesanos aztecas no hayan previsto el diseño estético del canal?

Este argumento nos indica que ese monolito tenía otro fin, totalmente ajeno al sacrificio humano, y que el burdo canal por donde se supone que corría la sangre de la victima fue hecho posteriormente a la invasión europea para querer demostrar que era cierto el inventado rito.

Como podemos ver aquí el Maestro “S” (Como le llaman en el libro) con simples deducciones logicas utilizando la razón, nos hace ver la falcedad de estos supuestos hechos historicos. Lo que nos lleva a pensar en dos cosas. Que los arqueotontologos modernos carecen de la facultad de ver los hechos lógicos o que trabajan para intereses ajenos.

Quisiera agregar que existen en el Museo de Antropología del DF dos monolitos de los supuestos sacrificios gladiatorios, uno cuenta con el canal y el otro no. Si se supone que ambos monolitos tenia la misma función ¿por qué uno tiene canal y el otro no?

También en mi visita a dicho museo pude apreciar a un guía diciéndole a los turistas que una de las piezas del museo, según muchos arqueotontologos servia para depositar allí los corazones humanos, pero que recientemente se le habían hecho estudios y que no se pudo encontrar absolutamente ningún rastro de sangre. Pero bueno, quizá sea porque después de la ofrenda de corazones humanos se dedicaban a lavar de una forma inmaculada dicha piedra.

Si el mito de los sacrificios humanos fuese verdadero, los invasores no hubieran tenido la necesidad de falsear la supuesta piedra. Creo que ese intento tonto de falsificación es la prueba más contundente de que los sacrificios humanos son un mito.

En fin, el libro de una persona que se oculta tras el anonimato para evitar ser confrontado, bueno, al tal maestro “S”, a quien se le deben haber indigestado los libros de Metafísica de la actricita Conny Méndez se le pasó por alto que, para el Posclásico tenemos, además, una gran cantidad de fuentes escritas. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas-quichés, es muy interesante porque algunas variantes de los mitos que contiene se cuentan hasta nuestros días en varias partes de Mesoamérica, y porque, según especialistas, esos mitos aparecen en vasijas del periodo Clásico.

Se han encontrado entierros de individuos con víctimas sacrificadas pertenecientes, por lo menos, al Preclásico Medio. En un relieve de 700 a.C. localizado en Chalcatzingo, Morelos, se ve a probables sacrificadores, disfrazados de seres sobrenaturales, que se dirigen portando mazos hacia un cautivo maniatado; el pene casi erecto de la víctima y una caña de maíz sugieren un sacrificio de fertilidad. En Izapa, Chiapas, en una estela de principios del Clásico se asocia el sacrificio por decapitación también con la fertilidad, como lo indican los hojas con granos que brotan del cuello cortado. En la costa del Golfo y en Chichén Itzá, en el Posclásico Temprano, y entre los aztecas, ya en el Posclásico Tardío, lo que brota del cuello como símbolo de fertilidad son serpientes.

En Teotihuacan, la gran metrópoli del Clásico, el sacrificio por extracción del corazón fue una práctica importante, como se observa en su pintura mural. Algunas estelas mayas de esa época ofrecen testimonios de sacrificios de reyes vencidos. La práctica de exponer los cráneos de sacrificados en pequeñas plataformas se observa en Huamelulpan, Oaxaca, a principios de nuestra era, y en sitios de periodos posteriores como Copán, Honduras, y Uxmal, Yucatán. Estos tzompantli alcanzarán grandes proporciones –mayores incluso que las de los posteriores de México-Tenochtitlan– en Tula, Hidalgo, y en el Chichén Itzá del Posclásico Temprano, lo cual sugiere un auge extraordinario en los sacrificios de guerreros.
Pero claro, para el maestro “S” todas esas pinturas y esculturas debieron haber sido pintadas y esculpidas por agentes de la Inquisición quienes, en una máquina del tiempo, retornaron miles de años antes de la Conquista para hacer mala prensa a la religión Mesoamericana.

Además del sacrificio de guerreros había también el de imágenes o representantes, ixiptlas, de los dioses, por lo común esclavos que recibían un baño ritual –es decir, eran purificados–; niños (para los dioses de las lluvias y de los montes); muchachas nobles; condenados por diversos crímenes; voluntarios, etc. Así, estas víctimas “eran” los dioses, que morían a través de ellas para renacer más fuertes y rejuvenecidos. Sin embargo, debe subrayarse que muchos de los dioses eran ellos mismos ixiptlas de otra cosa: el agua, la tierra, el fuego, el maíz, los astros, etc.; tal vez eran éstos, ante todo, los que eran regenerados y vivificados. Cuando Nanáhuatl y la Luna eran quemados en el mes de panquetzaliztli, el mismo en que moría Huitzilopochtli, lo que se recreaba era el sacrificio del Sol y la Luna en Teotihuacan, y aquéllos representaban a estos astros que nacían de nuevo.

La mayor parte de las immolaciones de hombres se realizaba a lo largo de los ciclos festivos de los meses del calendario solar y del calendario de 260 días, muchos de los cuales eran “aniversarios” de dioses. Las fiestas del año solar eran especialmente importantes porque en ellas se recreaban –de diferentes maneras, según la ciudad que las celebraba– diversos aspectos de la cosmogonía mesoamericana: la expulsión del paraíso, la creación de la tierra y el nacimiento de Venus y del maíz, las migraciones de los pueblos en las tinieblas, el sacrificio del Sol y la Luna, su victoria en el inframundo. Después se recreaban la salida del Sol y la primera guerra efectuada para alimentarlo, fiesta que era al mismo tiempo la de la cosecha del maíz para los hombres y la cosecha de guerreros para el Sol y la Tierra. Posteriormente venían las recreaciones del paraíso perdido y la de la transgresión que coincidía con la puesta del Sol, el cual penetraba a la tierra y la fecundaba –para los nahuas morir significaba “tener parte con la Señora Tierra”. En esas celebraciones morían y nacían de nuevo casi todos los dioses –con excepción de la pareja creadora, que no recibía culto por parte de los hombres y únicamente se ocupaba en crear chispas de vida–: los de la tierra, del agua, del maíz, de los cerros (tlaloques y otros), del pulque, de la caza, Huitzilopochtli, los mimixcoas y los huitznahuas, Nanáhuatl y la Luna, los de la muerte y del fuego, Tezcatlipoca, las diosas de las flores, del amor, del agua, de la sal, de la pimienta… Todos ellos, y todo el mundo, se vivificaban, pero también se creaban estrellas sustentadoras de la bóveda celeste arrojando cautivos en hogueras, se erigían postes dos veces al año para evitar la caída del cielo, se pagaban las lluvias y cosechas obtenidas con ofrendas de bienes de todo tipo, etc.

Había otras muchas ocasiones que requerían de sacrificios humanos: guerras y batallas; desajustes del orden cósmico, como eclipses, sequías, hambres, inundaciones; la expiación por ofensas en el culto a los dioses, como robo de objetos sagrados, dejar escapar víctimas, etc.; motivos personales, como cuando un padre que escapaba de la muerte ofrecía a su hijo en pago; y, finalmente, la inmolación de acompañantes para los difuntos.

Una misma víctima podía morir para expiar y sobrevivir en el más allá; para hacer morir y renacer a una deidad y a lo que encarnaba, así como a su propio “señor”, su sacrificante; para alimentar y “vivificar” a una deidad; para sostener la bóveda celeste; para fecundar la tierra; para aplacar a los dioses, darles las gracias, reconocer su superioridad y poner de manifiesto la dependencia del hombre.

Los principales actores del sacrificio eran los sacrificantes, los sacrificadores y los sacrificados. Entre los primeros había guerreros; mercaderes, artesanos ricos y otros particulares; representantes de calpullis o corporaciones, reyes. El Estado, que se hacía cargo del costo de las guerras, también ofrecía en ocasiones víctimas, las cuales eran parte del tributo de otras ciudades. Sin embargo, generalmente las víctimas eran capturadas durante las guerras de conquista o bien eran compradas por individuos que recibían apoyo de su familia y del grupo al que pertenecían. Los sacrificantes se hacían notar; por ejemplo, el guerrero lo hacía desde el campo de batalla, luego en su entrada triunfal a la ciudad con sus cautivos, en la presentación pública de éstos, en las danzas, en la velación con las víctimas en su última noche, en la marcha al templo con el vencido, en el banquete posterior, todo lo cual conllevaba prestigio y honores. Lo mismo ocurría cuando se trataba de un esclavo purificado. Debía anunciarse la intención de inmolar, comprar y presentar a una víctima, la cual iba vestida por la ciudad, durante semanas, meses o todo el año, como una deidad y, además, debía desempeñar el papel de esa deidad y ser tratada como tal. También había que bailar con la víctima, velarla en su última noche, llevarla al templo e incluso –lo cual no estaba permitido a los guerreros– subir por la pirámide hasta la piedra de sacrificio y ver al dios (en su templo), cara a cara, es decir, morir simbólicamente.

Los sacrificadores eran por lo general sacerdotes especializados, muy estimados por los aztecas y poco por los mayas. Hay que distinguir entre los grupos de ayudantes, como los chalmeca nahuas (“los de Chalman”, conocidos como chalamicat entre los quichés), por ejemplo, que se encargaban de mantener a la víctima, y quienes extraían algo del cuerpo de la víctima (el corazón, la sangre, las entrañas), los cuales manejaban un cuchillo que podía simbolizar la mano del dios o el rayo celestial. A veces algunos guerreros (en el “sacrificio gladiatorio”, conocido también en Guatemala) o gran parte de los que asistían al ritual participaban en la matanza, como ocurría en Cuauhtitlan, en el mes de izcalli, cuando más de 2 000 hombres y muchachos flechaban a seis cautivos de guerra atados en palos muy altos. Cabe agregar que los sacrificadores, los sacrificantes, el público y, en menor grado, las víctimas, se preparaban y asociaban al sacrificio mediante diversas penitencias, autosacrificios, ayunos, continencia y danzas (bailar significaba “merecer”).

La cantidad de víctimas variaba mucho de acuerdo con la importancia de la ciudad o el pueblo. En algunos casos se habla de dos o tres por año y de muchos más en ciudades poderosas. En Tenochtitlan, Tlaxcala, Chichén Itzá, se sacrificaba a cientos o miles de víctimas en las grandes fiestas, como la del renacimiento del Sol (panquetzaliztli, yaxkín). Como es bien sabido, las fuentes en náhuatl se vanaglorian de que en ocasión de una doble celebración, la entronización de Ahuítzotl y la inauguración del gran templo de Tenochtitlan, en 1487 d.C., se inmoló a 80 400 prisioneros, lo cual parece poco probable. Lo cierto es que las víctimas eran muchas, tal vez tantas como en la India del siglo XIX, por ejemplo, aunque debe tomarse en cuenta que en otras culturas los guerreros habrían sido muertos en el campo de batalla.

El registro de las distintas maneras de sacrificar en el Posclásico es muy rico y muchas veces se pueden reconocer los modelos míticos: las más comunes eran la extracción del corazón y la decapitación; venían luego el flechamiento, el sacrificio gladiatorio, por fuego, enterrar viva a la víctima, por derribamiento desde un alto mástil o por golpes en una peña, por extracción de las entrañas, estrujamiento en una red, derrumbamiento de un techo sobre las víctimas, descuartizamiento, lapidación. En ocasiones se podían combinar dos, tres y hasta cuatro métodos de muerte ritual; por ejemplo, en honor del Sol y de la tierra, se hacía extracción del corazón y luego decapitación, o a la inversa; también podía arrojarse a la víctima al fuego y luego realizar estos dos últimos métodos. El uso de anestésicos era común en los sacrificios por fuego. Muchas víctimas iban a la muerte sin miedo –incluso había voluntarios– pero otras lloraban o debían ser arrastradas hasta la piedra de sacrificio.
Quisiera que el señor Mimich pudiera negar la existencia de tales escenas de sacrificio en las mismas obras mesoamericanas hechas por manos indígenas antes de llamar arqueotontólogos a quienes se acercan a la realidad del pasado en el campo mismo, las evidencias directas reales y materiales y no sólo a través de escritos de teosofismo trasnochado y delirios de peyote de Carlos Castaneda.
Por cierto, la ausencia de sangre de la que usted habla en el vaso ritual para depositar corazones se debe a la acción de as bacterias y microorganismo que degradan las proteínas y los aminoácidos. Lo que usted plantea es lo mismo que decir que los dinosaurios no tenían sangre porque en sus huesos no se ha hallado ningun resto de la misma o que las espadas vikingas del museo de Suecia nunca se usaron para matar a nadie porque no hay ni un rastro hemático en ellas.

El tal maestro “S” no usa la razón, sino razonamientos torcidos que en Lógica se llaman sofismas, los cuales, aparentan una veracidad que no tienen. Esa concepción idealizada del mundo prehispánico surgió a fines de los 60’s entre ciertos grupos intelectualoides adictos a la mescalina y a las enseñanzas orientales que a México llegaron vía USA. Repito nuevamente, el terror a los sacrificios humanos es netamente judeocristiano, occidental liberal; que hace eco a la idea Rousseauniana del “Salvaje Bueno y Virtuoso”, es por tanto una visión simplista e infantil de las sociedades prehispánicas que no tienen ningún sustento.

Saludos

Saludos Wonderwaffe!!!!

Yo me hago responsable por los argumentos que tomé prestados del Maestro “S”. Pues creo profundamente en ellos, los he comprobado y los apoyo. Sólo los cite porque el articulo no es mío.

Los argumentos nuevos que subiste todos son tomados de la historia oficial. Ya mencione antes que dicha historia tiene bases erróneas, ya mencioné de la incapacidad de los arqueotontologos de interpretar verazmente los grabados.

Tengo en mis manos la revista de Arqueología mexicana, el especial de sacrificaos humanos. Los supuestos códices donde se muestran claramente los sacrificios sanguinarios, extrañamente fueron hechos después de la invasión. incluso hay unos que muestran diablos, clara influencia de los monjes del catolicismo.

En lo personal, yo soy dibujante, he hecho algunos dibujos donde muestro personajes con cabezas de otros personajes en sus manos. Y nunca he matado a nadie cortándole la cabeza, tampoco he presenciado ninguna decapitación. Tengo barios dibujos de jóvenes guerreros que en sus manos tienen una cabeza de simio. Quizás un arqueotontologo diría que me dedicaba a decapitar simios, pero lo que yo busco plasmar en ellos es el dominio del SER sobre la carne.

Por lo tanto, como dije antes, las estelas, grabados, dibujos en vasos donde se muestran personajes matando a otros personajes no prueba nada, solo incapacidad de hacer verdaderas interpretaciones.

Hay una sección que me llamó la atención de la revista que mencioné “Evidencias de sacrificios humanos en restos óseos” la cual parecía brindar finalmente pruebas de sacrificios, sin embargo en todas las supuestas pruebas da múltiples opciones diciendo que “x” o “y” herida pudo haber sido hecha en batalla, accidente, ejecución o en un sacrificio humano. Si la evidencia tiene múltiples opciones entonces no prueba nada. Permíteme citar la pagina un pedazo de la pagina 32

“En Tlatilco, estado de México, una aldea del Preclásico, se localizo un ejemplo de esto, aunque desafortunadamente, no es posible saber si la herida fue resultado de una acción defensiva en una batalla tribal o de un sacrificio.”

En la pagina 33 de la misma revista menciona que “la tecnología de piedra con la que contaban los antiguos pobladores no permitía realizar la separación de la cabeza de un solo tajo, solo se puede hacer con instrumentos de metal.” Entonces es lógico que tampoco un externon y es lógico que si daban varios golpes harían un batidero de viseras en el cual el corazón quedaría irreconocible.

Si hay tantas pruebas de los sacrificios, porque no existe la piedra altar???? porque falsificarla???

Por ultimo, la comunidad virtual del NUEVO IMPERIO DEL ANÁHUAC, tiene como punto central la PREPARACIÓN PARA LA MUERTE DE SI MISMO. Conocimiento básico del México antiguo. Un conocimiento que había estado vedado hasta hace poco por razones obvias, que nada tiene que ver con la metafísica. Pues es un conocimiento para despertar la conciencia y penetrar al Mundo Sagrado.

El conocimiento funciona, pero sólo si se practica, y este conocimiento te ayuda a comprender la verdadera forma de ver el mundo de nuestros antiguos Nahóas. Es entonces cuando comprendemos lo perfecto del mundo Nahuatl. Sin embargo, los que no lo han experimentado piensan que es un pensamiento Utópico.

Por lo cual te invito a que prestes un poco más de atención a los mensajes publicados con Jaguar de Fuego.

Si los has leído y piensas que son tonterías… entonces no sigas perdiendo tu tiempo aquí y sigue tu camino. Pues hay muchos sitios en la red donde tus teorías sobre los sacrificios humanos serán bien aceptadas.

Bravo Valiont Mimich!!!!!!!!

Esa es la discusión que esperaba de usted, crìtica, argumentativa, con pruebas documentales en la mano.
Reconozco efectivamente que en los casos que usted menciona no hay una prueba contundente acerca de si los individuos murieron en un sacrificio o si perecieron violentamente por ejecuciòn o heridas de guerra. Renuevo mi confianza en la calidad de debate de este grupo, al que me unì por presentar una perspectiva divergente y propositiva de la Historia.
Muy bien apreciado el detalle de la página 33, el cual debe de confrontarse con las pruebas llevadas a cabo con hachas de sílex de la cultura Anazazi, hechas por la Universidad de Nuevo México.

En fin, todavía quedaría a discusión la escena de sacrificio que aparece en el Códice de 8 Venado Garra De Jaguar, proveniente de la cultura mixteca.

Sin duda, el concepto de Muerte de Sí Mismo es un concepto que aparece en las grandes tradiciones iniciáticas de Africa y Eurasia, desde los ritos del Egipto mistérico, pasando por la escuela Pitagórica y cobrando una forma conceptual muy particular en la India y China. James Churchward, Gurdjieff y varios maestres masónicos buscan los orígenes de este concepto en una civilización prediluviana, que para unos se ubicó en el actual Oceáno Atlántico y para otros en el Pacífico. Como sea, es un concepto tan antiguo como la Humanidad y que, por tanto, formaba parte de las grandes tradiciones místicas mesoamericanas.

SALUDOS

El mito del canibalismo.

Según el padre Las Casas quién debió conocer parte del diario del capitán de la misión “Cristóbal Colon” (Cristóbal Colon no existió como personaje, pero ese es tema de otro articulo), en las islas caribes los marinos encontraron un poblado en donde sus moradores cargaban grandes vasijas de barro que contenían cuerpos humanos dentro.

Para los europeos de aquellos tiempos una olla o una vasija solo eran implementos de cocina, pero para los nativos de la isla una vasija de barro es el recipiente que simboliza a la matriz de la madre tierra, de donde todo proviene y al cual todo regresa.

De esta visión de los marineros invasores derivó todo el mito de la antropofagia de Anáhuac. Los habitantes de las islas Caribes, los caribales, fueron llamados caníbales por la pésima pronunciación de los invasores.

Pedro Mártir de Anglería en sus Décadas del Nuevo Mundo resaltaba al canibalismo de los nativos en sus relatos llenos de fantasías. Decía que “la primera vez esos salvajes vieron a los españoles, se les hizo agua la boca”. Dichas Décadas fueron escritas tomando lo relatado por los verdaderos viajeros, pues Pedro Mártir los realizó desde la comodidad de la corte española.

Al establecer la encomienda y someter a los caribes, estos se sublevaron barias veces y los invasores con barbarie inaudita exterminaron a toda la población de la isla, entre 1494 y 1508, en menos de 15 años, mas de tres millones de caribes murieron.

La justificación de los invasores fue que los nativos eran casi animales que se comían unos a otros y los “colonizadores” también corrían peligro pues los sublevados eran caníbales.

El gran mito de los sacrificios humanos

Después de la caída de Tenochtitlan, en la época de la colonia, varios religiosos tratan de hurgar en el pasado de los mexicanos para conocer “sus antiguallas y salvarlos de sus creencias demoníacas”.

Las cartas de Cortés no tienen ninguna aseveración de haber presenciado un sacrificio ritual en el que la victima fuera humana, y mucho menos una aseguración visual de algún acto de canibalismo.

Al revisar las crónicas escritas por religiosos se nota a primera instancia, que las antigüedades de los mexicanos están realizadas en base a recuerdos de sus informantes y nunca a testimonios visuales, dichos recuerdos no los presenciaron sino que son lo que según por tradición iban guardando.

En el caso de los sacrificios rituales, toda la información que da entre dicho a tomar en cuenta que según el historiador Ixtlilxochitl, las leyes que normaban la conducta de los habitantes del Anáhuac eran muy rígidas (esto se debía a que su sociedad era perfecta y bien balanceada, no existían carencias de ningún tipo, por lo tanto los delitos eran injustificados), lo mismo asiste Andrés de Olmos y Cristóbal del Castillo. Si alguien trasgredía alguna ley y alteraba el equilibrio de su sociedad era ejecutado según su jerarquía. Esas ceremonias referentes a los sacrificios rituales que con lujo de detalle nos describen Sahagun y Durán aunque sus informantes nunca las vieron y que están relacionadas estrechamente con el calendario, son ejecuciones de los que alteraban la paz de los pueblos o los intereses comunes entre ellos.

Los cientos de prisioneros que se obtenían en las llamadas guerras floridas para ser sacrificados nunca los vieron los relatores.

El único testimonio de sacrificio que relatan las crónicas de la conquista es de 50 españoles y ocho caballos de los cuales vieron las cabezas clavadas en unas estacas, pero esto no quiere decir que hayan sido sacrificados a ningún Dios, sino lo mas lógico es que hayan sido ejecutados como prisioneros de guerra que en vida avían ocasionado ya demasiados males a los mexicanos.

Pedro de Alvarado también fue ejecutado por el generan Tenamachtli en el campo de batalla. Fue sentenciado por los cargos que magnicida. La ejecución consistió en quebrarle todos y cada unos de los huesos del cuerpo a golpes y dejarlo morir de dolor.

La primera impresión de los españoles sobre los aztecas fue de gente altamente civilizadas solo que con el tiempo la transformación de civilizados a bárbaros fue obra de los ágiles manejos intelectuales de los frailes. Manifestaban compasión por el sufrimiento de los sobrevivientes a la par que odiaban casi todos los aspectos de su cultura pues veían en ellos manifestaciones demoníacas hasta en lo más trivial. El mismo Cortés ya en plena decadencia recuerda el respeto y la piedad de los sabios aztecas en contraste con la brutalidad política y venal de las órdenes religiosas.

Y son estos mismos religiosos los que se dedicaron a reordenar toda la información recogida de las antiguas costumbres “con el fin de conocer de raíz la fuente de los males” y presentarla posteriormente con una perspectiva cristiana.

Curiosamente esos mismos cronistas religiosos son utilizados hoy como fuentes dignas de confianza para estudiar a los aztecas y a los mayas y en general a los pueblos prehispánicos aun cuando ningunos otros cronistas han tenido jamás mejores razones o mayores deseos de malinterpretar intencionalmente las informaciones.

Es precisamente de ellos la poca documentación existente donde se mencionan con más extenuidad los sacrificios rituales y el canibalismo.

El absurdo de los sacrificios humanos.

La historia oficial esta llena de incongruencias, cuando intentan exponer la hipótesis de que nuestros antiguos mexicanos hacían sacrificios humanos, estas incongruencias brillan de lo lindo.

Es bien sabido que el calendario maya tiene una preescisión matemática increíble y cualquiera que compare el calendario maya con el azteca puede apreciar que básicamente es lo mismo. Mediante este sistema calendarico nuestros antiguos mexicanos podían determinar la llegada exacta de los equinoccios, solsticios, eclipses, fases lunares y cualquier fenómeno astronómico. Un claro ejemplo de esto lo podemos apreciar en el fenómeno del descenso de Kukulcan en la pirámide de Chichen Itza en Yucatán.

Si podían determinar con increíble preescisión los fenómenos astronómicos ¿no les parece acaso una total incongruencia que digan que sacrificaban gente por temor una absurda superstición de que si el Sol no era alimentado con sangre humana podía no salir al día siguiente?

Dicen que el sacrificio era ejecutado por un sacerdote el cual tomaba entre sus manos un cuchillo de pedernal y de un solo tajo abría el pecho de la victima para inmediatamente después extraer el corazón aun palpitante y alzarlo al cielo.

Si usamos nuestra lógica y razonamiento podemos observar los absurdos de esta aseveración.

Un cuchillo de pedernal, un instrumento sumamente rudimentario ¿Por que utilizar algo tan rustico como un cuchillo de piedra? cuando se sabe que nuestros antiguos mexicanos sabían utilizar los metales, simplemente basta con observar los bellos adornos encontrados en Montealban Oaxaca para darnos cuenta de su excelente manejo en metales. También es bien sabido que tenían minas para la extracción de estos.

Un pecho humano, el cual se compone de piel, músculos y huesos es casi imposible de partir con un cuchillo de piedra de un solo tajo, para ello se requeriría de una violencia increíble pues se necesita desgarrar la piel, músculos y romper los huesos, si esto es difícil de hacer con un cuchillo de acero bien afilado reflexionemos en la dificultad de hacerlo con un cuchillo de piedra con un mal filo disparejo, aun si esto se lograse el pecho de la victima quedaría hecha un batido de viseras en el cual el corazón sería imposible de reconocer o probablemente sería aplastado por la violencia del impacto.

Los cirujanos en la actualidad para realizar una operación de corazón utilizan instrumentos muy sofisticados y precisos para abrir el pecho ¿No es por acaso un absurdo pretender que un cuchillo de pedernal pueda realizar en un instante la labor que a estos instrumentos les lleva un determinado tiempo?

Suponiendo que fuera cierto el absurdo de que el cuchillo de pedernal abriera el pecho de la victima dejando el corazón expuesto, el corazón se encuentra conectado a válvulas y venas, no está suelto allí en el interior del pecho así nada más. ¿Que tan creíble sería decir que el sacerdote de un jalón lo arrancaba de todas estas conexiones? ¿O acaso se tomaba la molestia de cortarlas todas con su rudimentario cuchillo de pedernal? si fuese así ¿cuanto tiempo le llevaría? ¿Podría hacerlo antes de que el corazón cesase de latir? ¿Por qué no lo especificaron así los cronistas?

Para rematar, el nombramiento de sacerdote más correctamente dicho guerrero sacerdote no se daba tan a la ligera como hoy en día se les da títulos y reconocimientos a los antropólogos y arqueólogos. Para transformarse en guerrero sacerdote se necesitaba pasar por pruebas que ponían en juego el equilibrio físico y mental del aspirante. Pocos eran los que lograban coronarse como guerreros sacerdotes.

Según las crónicas de los invasores para la inauguración del Templo Mayor (cosa que no presenciaron los invasores, pues dicho evento ocurrió antes de su llegada) se sacrificaron entre 20,000 y 80,000 victimas (diversos autores no se ponen de acuerdo en el numero de las victimas) lo que quiere decir que cada guerrero sacerdote tuvo que realizar muchas veces seguidas el increíble esfuerzo de partir un pecho humano con un cuchillo mal afilado de piedra y arrancar el corazón. Por lo menos de 20 a 80 veces tuvieron que realizar esta operación eso si suponemos que 1,000 aspirantes hubiesen logrado ostentar el titulo de guerrero sacerdote (aunque estoy exagerando tanto como decir que se puede abrir un pecho humano de un solo tajo con un cuchillo de piedra sin aplastar las viseras internas y arrancar el corazón de un jalón y repetir esta operación 80 veces seguidas sin agotarse).

Estos cuentos pudimos habérnoslos creído cuando éramos niños, pero ya es tiempo de madurar, ya es tiempo de dejar de creer en Santaclos y los cuentos que los invasores nos dejaron y despertar a la verdadera grandeza de nuestros antiguos mexicanos.

Saludos Mimich:

Antes que todo una disculpa por retomar tan tarde este tema de los sacrificios humanos.
Bien, por principio de cuentas, la evidencia arqueológica y documental respecto a los sacrificios humanos es abrumadora, y se pueden apreciar estas escenas en la propia arquitectura y pintura prehispánicas. Una visita al Museo del Templo Mayor, Cacaxtla, Palenque, Monte Albán, Uxmal, por citar sólo algunos, no dejará lugar a dudas sobre la realidad de esta práctica entre los antiguos mexicanos. Además, cabe aclarar que la mayoría de las escenas de sacrificio humano representadas y los restos humanos inmolados descubiertos pertenecen al Posclásico, lo cual es comprensible pues la predominancia de los Estados Guerreros en Mesoamérica favorecía la extensión de estos cultos que cumplían con una función de control social a partir del terror, lo cual es típico de los Estados regidos por dictaduras militares, lo mismo en Alemania que en la URSS o la China Imperial y el Estado Colhua o Mexica. Someter a la población a través del terror institucionalizado siempre ha garantizado a los gobiernos la obediencia de los subordinados.

No es casual que el empleo del sacrificio humano se masificó a partir de la sequía vivida en el Anáhuac en los años 1450 a 1454, cuando el hambre sufrida por la clase macehual puso en entredicho el pacto fundacional entre nobles y pueblo raso que había dado unidad al pueblo mexica desde los tiempos de la lucha contra el señorío de Azcapotzalco.
Estos desastres naturales ocurrieron durante el reinado de Moctezuma, Tlacaelel, el Maquiavelo mexica, aconsejó que se dijera al pueblo que los dioses estaban disgustados con ellos y para desagraviarlos, les ofrecieron numerosas víctimas, emprendieron contra los Chalca, Tlaxcaltecas y Cholultecas en las llamadas guerras floridas o Xochiyaoyotl, tomándose en cuenta que estas contiendas no significaban conquistas territoriales ni comprometían la soberanía de los vencidos y que el único fin de tales guerras era el de hacer prisioneros para sacrificarlos a los dioses como lo aconsejaban los sacerdotes.

Sin embargo, en el periodo clásico tardío hallamos pruebas gráficas del sacrificio humano vinculado a la celebración del Juego de Pelota, como los que llevaban a cabo los toltecas itzaes en las ciudades de Tulum y Chichén Itzá y que están magníficamente plasmados en la arquitectura, estatuaria y cerámica del lugar.
Un alto nivel tecnológico o científico, en toda la historia de la humanidad, nunca han inhibido la agresión del ser humano hacia sus semejantes. Los sumerios conocían los nueve planetas del sistema solar y sin embargo no tenían empacho en sacrificar seres humanos en sus fiestas sagradas. Lo mismo podemos decir de la Grecia clásica, donde los niños espartanos que nacían débiles o deformes eran asesinados ipso facto, Alemania que fue capaz de inventar la cámara de gas o la ejecuciones “tecnológicas” practicadas en USA a través de la silla eléctrica o la inyección letal.

Tu argumento contra el poder cortante y de penetración de las hojas rupestres debe también ser examinado y matizado. Ojalá puedas observar una hoja de obsidiana, que por su densidad y constitución físico química puede ser tan efectiva o más que una hoja de hierro.

Los mismo españoles tuvieron que atestiguar esto, si no, ¿de qué servía un arma como el macahuitl? varios cronistas españoles atestiguan que con tal arma se podía separar una cabeza humana del cuerpo con un solo tajo y hasta cercenar extremidades… y esto sólo con una serie de hojas de obsidiana

Te transcribo un pasaje del libro “La Guerra Chichimeca” del Fondo de Cultura Económica donde se dan más muestras del poder cortante y de penetración de la obsidiana:

La fuerza y el poder de penetración del arco chichimeca siempre fue motivo de asombro para los españoles, particularmente por la extrema delgadez de la caña de la flecha. “A contecido Peleando vnos soldados con yndios Chichimecas por defenderles vna rrequa cargada de mercadería de dar un flechazo á vn soldado en el frasco que tiene la polbora y se le pasaron de parte á parte y una quera de onze queros de gamuza y vna cota y vn jabón y le yrieron del dho flechazo”. “A acontecido tirar a un cauallo en que andauan un soldado Peleando y darle en la testera que hera de vn esquiaipil muy fuerte y pasar la flecha de la dha arma y la cabeca y salir por el pequeso y entrarle por el pecho cossa que ciertamente si no tuuiera por muy cierta Parece cossa yncreible”. “A un soldado de don Alonso de Castilla le diero[n] un flechazo, e[n] la cábeça del caballo sobre vna testera doblada de cuero de vaca y vna hoja de lata y le pasaron la cabeça y pecho, hasta q[ue] dio redondo con el caballo muerto e[ne]l suelo, esto viero[n] muchos q[ue] son viuos”.
La flecha, de unos dos tercios de largo del arco, era sumamente fina, habitualmente de caña y con punta de obsidiana, sujeta a la caña por fibras humanas o tendones de animales. Lo corto del arco, lo frágil de la flecha y el filo conchoidal de la obsidiana se combinaban para lograr una penetración que para los españoles resultaba casi inverosímil. El hecho de que la flecha chichimeca atravesara cualquier malla, excepto las de trama muy apretada, propició que en la frontera los españoles utilizaran cada vez más la armadura de gamuza.

Así pues, la obsidiana podia entrar fácilmente en un tórax humano para extraer el corazón. Un ejemplo más, en los mamuts encontrados en el municipio de Jojutla, Morelos enpecíficamente en la localidad de Chimalacatlan, así como en Quilamula y Nexpa y en los Municipios de Tlalquiltenango y Miacatlán, existen puntas de obsidiana incrustadas en los huesos de dichos animales, cuyo pelaje y piel debieron ser ostensiblemente más difíciles de penetrar que un pecho de homo sapiens.

En cuanto a la cantidad de víctimas de la inauguración del Templo Mayor, concuerdo en que la cifra parece exagerada, sobre todo por las dificultades técnicas que imponía el cautiverio de esa cantidad de individuos, su manutención pre mortis, la descomposición de los cuerpos en el ambiente lacustre de Tenochtitlan, etc.

Lo que si es cierto es la práctica de la Xochiyaoyotl entre los pueblos nahuas de mesoamérica para capturar víctimas para el sacrificio y que una de las partes más sagradas del templo nahuatl era el Tzompantli o “Sagrado Altar de Cráneos” donde se colocaban los cráneos de las víctimas decapitadas.

Esto también es indiscutible, pues el municipio de Zumpango debe su nombre precisamente al Tzompantli, ya que Zumpango es una descomposición hispana del vocablo del idioma náhuatl “Tzompanco”, que se compone de la expresión “Tzompantli”, que su acepción es: “Altar de Cráneos”, y Co que determina un lugar, sitio o espacio ocupado lo que significa: “Lugar del tzompantli”.

Frente al Juego de Pelota de Chichén Itzá se levanta el Tzompantli y en el Museo del Templo Mayor se pueden apreciar los cráneos con la perforación lateral que se les practicaba para engarzarlos en el Tzompantli.
En San Juan del Río, en lo que ahora se conoce como el Barrio de la Cruz, se erigía un Tzompantli utilizado por los otomíes “nahuatlizados” de la zona.

Con lo anterior me parece que queda claro que la práctica del sacrificio humano no se trata de cuentos infantiles sino de un hecho cultural que tuvo un contexto social determinado y no algo de loq ue tengamos que avergonzarnos, pues es parte de nuestra herencia cultural como pueblo.

Gracias y espero tu respuesta.

… BUENO, COMO YA DIJE LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES, POR OTRA PARTE, MMM, SI BIEN LA URSS PASO POR ETAPAS REVISIONISTAS Y QUE ESTAS FUERON LA CAUSA DE SU DESAPARICION, ELLOS NO CAUSARON EN UN INICIO TERROR, EN FIN, SU VERSION ES UNA Y LA MIA ES OTRA, DIGO, UN GOBIERNO MALEVOLO QUE MATA A SU PUEBLO, NO IBA A CREAR UN AUGE EN TODOS LOS ASPECTOS, CULTURALES, SOCIALES, POLITICOS , CIENTIFICOS, ETC.., UNA COSA ES QUE MATARAN A LOS MALDITOS KULAKS Y OTRA QUE SE MATARA AL PUEBLO, DIGO, SI NO MATAS A TU ENEMIGO EL TE ANIQUILARA Y ESO FUE LO QUE LE PASO A LA URSS, PERO ESE ES OTRO TEMA, REFERENTE A LOS SACRIFICIOS, USTED SE BASA EN LO QUE DICEN LOS INVASORES, QUIENES POR CIERTO CREARON EL VERDADERO TERROR CON SU ”SANTA INQUISICION”, QUE DE SANTA NO TENIA NADA, Y ESA PARTE DE LA HISTORIA POCO SE HABLA, EN FIN…

OLYIS .

SALUDOS ISIS:

La historia demuestra que bajo el stalinismo millones de rusos (no kulaks) murieron masacrados por el gobierno dictatorial ruso. OJO, el Stalinismo no es ni marxismo ni mucho menos comunismo.
El historiador MARXISTA E.H. Carr registra la cifra de 10 000 000 de ciudadanos soviéticos asesinados por el régimen stalinista. Basta con leer a Alexander Solyenitzin para enterarse de los horrores vividos en las prisiones y cámaras de tortura de la dictadura establecida por Stalin, y a Solyenitsin no puede llamársele contrarrevolucionario, pues incluso participó en la toma del Palacio de Invierno. Cayó en desgracia por negarse a violar mujeres y niños alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, como había sido ordenado por los carniceros de Moscú.

O qué me dices de las críticas de comunistas convencidos como George Orwell (Rebelión en la Granja, 1984) hacia el régimen de José Stalin, por no mencionar al marxista Victor Serge, León Trotsky (asesinado en México por orden de Stalin) etc.

Que la URSS logró grandes avances culturales, sociales, políticos, científicos, es innegable, pero también lo logró el Tercer Reich y compartían las mismas tácticas de terror y dictadura. No hay que olvidar el Pacto Hitler Stalin de no agresión y la división de Polonia en dos áreas de influencia, una alemana y otra rusa. Por cierto, en la rusa se llevó a cabo la matanza del bosque de Katyn, que los gobiernos rusos siempre negaron pero que los documentos desclasificados de la KGB en 1997 confirmaron la autopría de dicha masacre ordenada por el mismo Stalin.

No me baso en lo que dicen los invasores, sino en lo que la ciencia arqueológica demuestra día a día, una ciencia auxiliada de la antropología forense, la historiografía, la linguistica, etc.
Usted que es admiradora del régimen soviético habrá leído los trabajos de los arqueólogos soviéticos comoR. Kinzhalov y Paul Kirchoff al respecto.

No disculpo ni a Torquemada, ni a ningún psicópata español de armadura y crucifijo, ni a Custer, ni a Buffalo Bill ni a ninguno de los invasores europeos que cometieron mil atrocidades con los pueblos americanos. Tampoco disculpo a los Fernández de Ceballos, Zedillos y otros enemigos de nuestra raza. Basta darse cuenta como, de un plumazo surgido de criolla mano, se ha borrado la historia prehispánica de México de los libros de secundaria, o como una transnacional racista como Wal Mart (recordemos que Wal Mart pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días o Mormones, cuya teología es eminentemente racista, pro yanqui) puede establecer un supermercado en el corazón de la zona arqueológica de Teotihuacan con la complacencia del gobierno estatal y el INAH.

Compañera Isis, Camarada, no se trata de lo que usted o yo creamos, sino de lo que dicta la realidad. La realidad es objetiva, ya lo dijo Marx.

Respuesta

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De: Alias de MSNWunderwaffe88 Enviado: 15/10/2004 0:30
FE DE ERRATAS

Donde dice Paul Kirchoff debe decir Leo Klejn.

GRACIAS

Saludos nuevamente Wonderwaffe!!!!

Hablas de evidencia arqueológica y documental. Es verdad, hay muchísimos libros y muchísimos tipos que hablan del sacrificio humano como si este hubiera sido una realidad. Yo se que por cada autor que cite que se oponga a los sacrificio humanos tu puedes multiplicarme la cifra. Sin embargo, el hecho de que mucha gente incapaz de ver lo lógico y lo obvio hable de lo mismo no lo transforma en una realidad. El que tengan un titulo o reconocimiento nada significa, pues cualquiera puede obtenerlos y más cuando se apoyan las versiones oficiales.

Las versiones oficiales no son oficiales porque sean verdaderas, sino por el hecho de que apoyan intereses ajenos, es decir, a alguien le conviene que todos crean eso. No creo que sea necesario citar ejemplos.

Las escenas como la de el juego de pelota de Chichen Itza o los altares de cráneos y de ese tipo, escenas que los arqueotontologos (perdón por llamarles así, pero para mi no merecen respeto alguno, pues lo único que han hecho es ponerse de parte de los intereses ajenos) insisten en llamar escenas de sacrificios humanos, se debe a su limitada capacidad que tiene de ver las cosas. Te aseguro que si nuestra civilización desapareciera repentina mente y estos sujetos se dieran a la tarea de buscar como vivíamos, culparían a los catolicos de practicar sacrificios humanos después de ver las imágenes de Jesucristo crucificado o las de un sagrado corazón de Jesús, pues este tiene un corazón humano sosteniéndolo en sus manos. Para ellos esto seria una prueba rotunda de que los católicos practicaban el sacrificio humano y al leer la consagración de la ostia seguramente sería una prueba irrefutable del horrible canibalismo que estos practicaban.

Para interpretar correctamente las estelas tienes que saber primero como pensaban nuestros Antiguos Mexicanos. Ya que si las interpretas desde la concepción europea entonces lo único que vas a sacar de allí son puros disparates, pues dicha concepción es una concepción disparatada.

Es más que obvio que lo la pobre ciencia inferior de la arqueología actual hace es limitarse a buscar evidencias que respalden los mitos que dejaron los frailes en sus escritos.

Me hablas de historia antes de la llegada oficial de los invasores. Cómo dijo Olyis, es la historia que escribieron los vencedores. La historia que interpretaron de los códices según su pobre concepción del mundo. Recuerdo un ejemplo: Se dice que los aztecas comían serpientes, según la historia oficial esto es algo literal, tal cual como se lee. Los pobrecitos no se dan cuenta que esto es un lenguaje poético, al decir que los aztecas comían serpientes se refiere a que ellos se alimentaban con el CONOCIMIENTO.

Como lo dije antes, si había ejecuciones, pero una ejecución es muy diferente a un sacrificio humano. La ejecución se le da a un criminal, es una forma de castigo y no se hace con la finalidad de “alabar” a los dioses, sino para protección de la misma sociedad.

Como mencioné antes, supongamos que de un tajo abrieran un pecho humano, ¿Y lo demás que? el corazón no está suelto allí nada más. Son argumentos que ya dije, que están más arriba y que no repetiré nuevamente.

En conclusión, lo que supuestamente se da a conocer como pruebas del sacrificio humano, son solo mal interpretaciones que los ignorantes con títulos han hecho de las culturas del México Antiguo debido a su incapacidad y pereza mental.

Después de todo, la supuesta piedra altar de los sacrificios humanos nunca ha sido encontrada. Pero este es un hecho que los arqueotontologos parecen pasar por alto. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Realmente esos sujetos son de fiar?

Respuesta: Rotundo NO