FALLAS DE LA BIBLIA 6

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 6
Junio de 1983

COMENTARIO

EL NACIMIENTO VIRGINAL

El nacimiento virginal es uno de los conceptos cruciales para entender apropiadamente el cristianismo, una de las columnas que fundamentan su ideología. Pero, tal como otras columnas, está agrietada con problemas y contradicciones que deben exponerse. Los apologetas sostienen que la naturaleza milagrosa del evento sólo podría asociarse con el nacimiento de un ser divino, Jesucristo. Pero, ¿qué tiene de milagroso un nacimiento virginal? En inglés, el diccionario Webster lo define como un nacimiento en el que la madre conserva la virginidad al no tener contacto alguno con un macho. Pero ése no es un suceso milagroso. Fácilmente podría sacársele un óvulo a una mujer virgen, unirlo con un espermatozoide en un tubo de ensayo y reinsertarlo al útero sin que haya contacto físico. De hecho, quienes resulten ser los padres en esta unión ni siquiera tienen que conocerse. ¿Dónde está el milagro? El diccionario Webster define milagro como “un evento o acción que, al parecer, contradice las leyes científicas conocidas y, por tanto, se considera ocasionado sobrenaturalmente, en especial por obra de Dios”. Pero en este caso no hace falta intervención divina. No se necesita. Tenía razón un apologeta fundamentalista cuando dijo: “El creyente bíblico no debe defender la posibilidad de nacimientos virginales en la raza humana; debe más bien argumentar que los nacimientos virginales no pueden ocurrir natural ni artificialmente, y que la única razón por la cual Cristo tuvo tal nacimiento fue por el milagroso ministerio del Espíritu Santo”. (The Virgin Birth, by Gromacki, p.96.)
La mayoría de las dificultades relacionadas con el nacimiento virginal surgen de la Biblia misma. Para empezar, varias veces aparece dicho que María era virgen en el momento del parto y que José no tuvo contacto con ella sino después (Lucas 1:34-35, Mateo 1:18, 20, 24-25), mientras que otros versos dicen que Jesús era hijo de José (Mateo 13:55, Juan 1:45, 6:42, Lucas 2:27, 41, 3:23, 4:22, Lucas 2:33, 43 en algunas versiones). Incluso María dijo que el padre de Jesús era José (Lucas 2:48), y nadie como ella para saberlo. Varios versos más dicen que Jesús tuvo un nacimiento natural, según la carne (Romanos 1:3, 9:5). Es difícil creer que el nacimiento hubiera sido natural si uno de los padres fue un espíritu santo sobrenatural.
Un segundo gran problema del nacimiento virginal proviene de algunos de los versos mencionados, según los cuales José era el verdadero padre de Jesús. Según las genealogías en el primer capítulo de Mateo (1-16) y tercero de Lucas (23-38), José descendía de David. Por tanto, Jesús descendía de David, uno de los requisitos para el título de Mesías (Jeremías 23:5, 2 Samuel 7:12-13, Salmo 89:3-4, 132:11). Pero el padre de Jesús no podía ser José, y David no podía ser su ancestro (2 Timoteo 2:8, Hechos 13:22-23, Apocalipsis 22:16) “según la carne ” (Romanos 1:3, 9:5), si tuvo un nacimiento virginal. Los cristianos deben abandonar uno de estos dos conceptos: o que Jesús tuvo un nacimiento virginal, o que era el Mesías. Son incompatibles. ¿Cómo podía descender de David “según la carne” si José no era su padre físico? Un nacimiento virginal destruiría la cadena física, el vínculo entre las generaciones.
Los apologetas intentan resolver este dilema diciendo que una de las genealogías (Lucas 3) se refiere a María y no a José. (Ver Tough Questions Skeptics Ask por McDowell & Stewart). Supuestamente, Lucas muestra a María como descendiente física de David, y como Jesús provino de su carne, él también descendía de David y podía reclamar el título de Mesías. Sin embargo, esta explicación presenta varios problemas. Aunque Jesús era de la casa de David (Lucas 1:27, 2:4), María parece haber sido de la casa de Judá, pues su prima Isabel (Lucas 1:36) descendía de Aarón, es decir, era de la casa de Judá (Lucas 1:5). Es más: Lucas 3 nunca menciona el nombre de María, y sólo aparece casualmente en la de Mateo 1. Está claro que ambas genealogías se refieren a José y recorren sus ancestros, no los de María. De hecho, ninguna de las genealogías del Antiguo o Nuevo Testamento muestra el linaje de una mujer. La Biblia nunca les concede a las mujeres la suficiente importancia como para ameritar una genealogía, y no hay evidencia de que Lucas 3 sea una excepción. La superioridad que la Biblia les otorga a los hombres impediría cualquier posibilidad de un trato igual para las mujeres. (En números futuros de Fallas de la Biblia se seguirá tratando este tema.)
Un tercer problema con el nacimiento de Jesús está en que varias veces la Biblia dice que de una mujer no puede provenir nada puro (Job 25:4, 14:4, 15:14), y quien toque a una mujer dentro de los siete días posteriores a su menstruación (Levítico 15:19) es impuro. María tuvo que purificarse (Lucas 2:22-24) conforme a la ley del Antiguo Testamento (Levítico 12:8), y es difícil ver cómo Jesús pudo haber evitado tocarla durante ese período. María estaba sujeta a la maldición del pecado original, como todos nosotros, por lo que no tenía nada más de pura que los demás. Al notar el problema que presentaba una María impura, los católicos trataron de resolver esta dificultad proclamando la Inmaculada Concepción en 1854. Su argumento era que la misma María había sido concebida sin pecado: era pura. Pero eso no resuelve el problema; sólo lo retrocedió un paso. Si fuera cierto, cómo pudieron los padres pecadores de María tener una hija pura? Es más: si María, como Jesús, no pecó jamás, ¿por qué dijo: “Y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador” en Lucas 1:47? Si ella era pura, santa, y la madre de Dios, ¿por qué necesitaba un salvador? De acuerdo con el cristianismo, sólo los pecadores necesitan salvadores.
Un cuarto problema con el nacimiento virginal está en las palabras de Isaías 7:14, que supuestamente profetiza el nacimiento virginal de Jesús. La traducción Reina-Valera dice: “…He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Los traductores debaten ardientemente el uso de la palabra “virgen”, que proviene del hebreo “almah”. Los académicos hebraicos dicen que “almah” significa “muchacha”, no virgen. Y agregan que la verdadera palabra hebrea para virgen es “bethulah”. Citan Génesis 24:43 y Éxodo 2:8, que muestran que “almah” se refiere a una muchacha y no a una virgen.  ¿Quiénes conocen mejor el idioma hebreo: los judíos o los cristianos? Y los hebreos sostienen en su texto masorético que “almah” debe traducirse como muchacha, no como virgen. Algunos académicos agregan que “concebirá” debería traducirse como “concibe”, en presente, lo que muestra que la profecía se refiere a una mujer contemporánea de Isaías. Otros críticos sostienen que “concebirá” se tradujo de “harah”, que en realidad significa “ha concebido”. Según ellos, “harah” (concebido) es el tiempo perfecto del hebreo, el cual representa una acción pasada completa en castellano. Otra evidencia de que Isaías 7:14 no tiene relación con Jesús es que en el Nuevo Testamento Jesús nunca es llamado Emanuel, excepto por quienes lo hacen para que se cumpla la profecía, y de acuerdo con Lucas 1:31 su nombre sería Jesús, no Emanuel.
Un quinto problema asociado con el nacimiento virginal es que algunos cristianos sostienen que María siguió siendo virgen luego del nacimiento de Jesús. Pero esto no pudo haber ocurrido a menos que todos los hermanos de Jesús hubieran tenido también nacimientos virginales. Muchos versos muestran que Jesús tenía hermanos (Mateo 13:55-56, Marcos 6:3, Gálatas 1:15, Lucas 8:19, Juan 2:12, 7:3-5, 7:10, Hechos 1:14), que Jesús era sólo el primero de varios hijos (Lucas 2:7), y que José no tuvo contacto con María hasta que hubo dado a luz a su primogénito (Mateo 1:25).
Hay otras dificultades relacionadas con el nacimiento virginal además de estos problemas mayores. Si José era el padre natural de Jesús, como sostienen los versos mencionados, Jesús era un hijo ilegítimo, un bastardo, pues José y María estaban comprometidos pero no casados. Lucas 2:5 lo prueba claramente en varias traducciones. Es más: Jesús no podía reclamar el trono de David. Citando a los fundamentalistas: “… si Jesús hubiera sido hijo de José, no habría podido reclamar el derecho legal al trono de David. De acuerdo con la profecía de Jeremías 22:28-30, no podría haber rey de Israel que descendiera de Jeconías, y Mateo 1:12 narra que José era del linaje de Jeconías. Si Jesús hubiera sido hijo de José, no habría tenido derecho a heredar el trono de David, pues pertenecía a un linaje maldito”. (Answers to Tough Questions, por McDowell, p. 56). Segundo: muchas otras figuras del Antiguo Testamento también tuvieron nacimientos milagrosos. Issac nació de una anciana, Sara, que ya no menstruaba (Génesis 18:10-11), y Samuel nació de Ana, una mujer a quien Dios le había cerrado el vientre (1 Samuel 1:5, 2:21). Tercero: es difícil creer que Jesús hubiera tenido mejores escrúpulos que sus ancestros. ¿De verdad su moral era tan diferente de la de ellos? Abraham se casó con su hermana y sedujo a su sirvienta; Judá cometió incesto con su nuera; David fue polígamo, adúltero, ladrón y asesino; Salomón tenía mil esposas y concubinas; y Roboam, Abías, Joram, Ozías, Jotam, Acaz, Manasés, Amón y Joaquín se nos muestran todos como perpetradores de iniquidades. En el linaje de Jesús se menciona sólo a cuatro mujeres aparte de María, y todas ellas eran moralmente deficientes. Tamar sedujo al padre de su esposo difunto; Rahab era una prostituta común; Rut se acostó con uno de sus primos en vez de casarse con otro; y Betsabé fue adúltera. A pesar de esta letanía, los apologetas le piden al mundo que crea que estos malhechores sin principios engendraron a un ser perfecto y sin pecados, Dios mismo.

EL GRIEGO Y EL HEBREO

Al debatir la validez de la Biblia y el significado de los versos (exégesis), los apologetas suelen decir: “Pero tienes que ir al texto original en griego y hebreo para determinar el significado de las palabras y frases y así ver lo que el autor quiso decir”. Esto, por supuesto, implica que si uno no sabe griego y hebreo no puede entender realmente la Biblia. Sin embargo, en esta táctica hay varias fallas. Para empezar, un apologeta dijo, con mucha razón: “Con las distintas versiones disponibles, con una concordancia analítica, con comentaristas confiables, y con la ayuda de diccionarios del lenguaje bíblico, el lector no necesita saber leer griego ni hebreo para verificar el significado original de un pasaje dado. Tiene en su lengua materna los medios para determinar, en la mayoría de los casos, si la traducción más oscura es correcta o no” (Bible Difficulties, por W. Arndt, p. 20). También Robert Ingersoll hizo una observación apropiada al respecto: “Se ha sostenido por varios años que nadie puede juzgar la veracidad de las escrituras sin entender el hebreo. Esta posición era perfectamente absurda. Ningún hombre necesita ser estudiante de hebreo para saber que la sombra no retrocedió en el reloj de sol…” (Ingersoll’s Works, Vol. 11, p.297-98). Igualmente importante es el hecho de que volver al “texto original” no resuelve el problema, pues a menudo los académicos instruidos en esos idiomas no logran ponerse de acuerdo sobre la traducción de muchas palabras y frases. No sólo no se ponen de acuerdo sobre la mejor traducción de muchos términos, sino que tampoco se deciden sobre cuáles manuscritos son mejor reproducción de los originales inexistentes y, por tanto, en cuáles deben basarse las traducciones. Para empeorar las cosas, no concuerdan en cuanto a la autoría de muchos libros de la Biblia ni cuándo se escribieron. Las disputas al respecto son interminables y a menudo aburridoras. Todo este desacuerdo ha dado origen a las distintas versiones de la Biblia que existen actualmente. ¿Qué versión es mejor? ¿Quién sabe? Todas afirman ser válidas, todas provienen de académicos versados en griego y hebreo, con frecuencia equipos enteros, y no se ponen de acuerdo sobre puntos significativos. Por ejemplo, ¿cuál es la traducción correcta de Isaías 7:14? ¿Debería decir “virgen” o “muchacha”? ¿Cuál es la traducción correcta de Lucas 2:43? ¿Dice “José y su madre” o “sus padres”? La diferencia es crucial, porque la primera traducción implica un nacimiento virginal; la segunda, uno natural. Para más complicación, algunos manuscritos, que según ciertos académicos son reproducciones exactas de los originales, omiten muchos versos que aparecen en las biblias actuales. Por ejemplo, algunos de los manuscritos más importantes y antiguos ni siquiera incluyen los últimos 12 versos de Marcos, que son vitales para los críticos de la validez de la Biblia.
Éstos son sólo algunos de los grandes problemas que uno encuentra si cree que volver a los originales en griego y hebreo resolverá el asunto. Si hubiera unanimidad entre los académicos, este enfoque sería totalmente viable. Pero sólo hay que comparar las distintas versiones para ver que sigue siendo cuestión de escoger a quién quiere creerle uno. Quien cree sinceramente en la Biblia está sólo apostando por la mejor posibilidad cuando se decide por una versión. Los apologetas hacen su mejor esfuerzo por cubrir la situación con un barniz de confiabilidad. Les aseguran a sus fieles que éstos están recibiendo la verdad directamente de la boca de Dios, que no hay nada de qué preocuparse, y que tienen las palabras de Dios tal como se escribieron. “El texto de la Biblia se ha traducido con exactitud. Podemos estar seguros de que la que tenemos hoy es una representación correcta de lo que se entregó originalmente.” (Reasons Skeptics Should Consider Christianity, por McDowell & Stewart, p. 77). “¿Qué hay del Nuevo Testamento? De nuevo, la evidencia nos permite estar convencidos de que existe un texto que no difiere sustancialmente de los libros que salieron originalmente de la mano de los escritores humanos.” (Know Why You Believe, por Paul Little, p. 42). Pero el asunto es precisamente ése, señor Little: ¿cuál texto? Los académicos coinciden en que existe un texto que “no difiere sustancialmente de los originales”, pero no se ponen de acuerdo sobre lo que dice ese texto. “El número de manuscritos del Nuevo Testamento (…) es tan grande que la lectura correcta de cada pasaje dudoso está casi con certeza preservada en alguna u otra de las versiones antiguas.” (Evidence That Demands a Verdict, por McDowell, p. 45). La cuestión no es si la “lectura correcta” se ha preservado, sino cuál es esa “lectura correcta”. Las múltiples versiones actuales muestran que los académicos no logran ponerse de acuerdo. La persona común que entre en una librería para comprar una versión puede sólo apostar y arriesgarse. Quien trate de armonizar las distintas versiones (Reina-Valera, Nácar-Colunga, Biblia de Jerusalén, Traducción del Nuevo Mundo) tiene asegurada una migraña. Antes de discutir con un fundamentalista la validez de la Biblia, debe haber primero un acuerdo sobre la versión que se va a discutir.

RESEÑA

Un profesor de la Biblia y de griego y director del departamento de educación bíblica del Cedarville Bible College intentó resolver algunos de los problemas relacionados con el nacimiento virginal. Por ejemplo, afirmó: “José y María estaban legalmente casados o comprometidos” (Mateo 1:18). Dos veces se le llamó su esposa (Mateo 1:20,24). A él se le llamó su esposo (Mateo 1:19) (The Virgin Birth, por Robert Gromacki, p. 76). Es obvio que a Gromacki no le gusta la idea de creer que su supuesto salvador es un hijo ilegítimo. Por supuesto, lo que ha hecho es optar por la vresión bíblica que se ajusta a sus necesidades, una estrategia común de los apologetas. En la versión King James en inglés, Mateo 1:18 dice que estaban “desposados”, que para Gromacki equivale a “casados”, mientras que la Modern Language, la Living Bible, la New World Translation y la New International dicen “comprometidos”. No hay base sólida para igualar desposados con casados. Incluso la Revised Standard Version y la New American Standard Bible dicen que estaban desposados, es decir, comprometidos. Gromacki dice “casados”. Aunque en la King James Mateo 1:20, 24 da a entender que María es esposa de José, las otras versiones muestran que no lo es. Y, aunque en la King James Mateo 1:19 dice que José es esposo de María, las otras versiones se refieren a él como su prometido. Como se dijo antes, la versión que usen las personas depende de lo que quieran demostrar. Cada cristiano se arriesga y apuesta su dinero a favor de una versión bíblica apoyada por un grupo de académicos. Usted podría ser un experto en griego y hebreo y todavía encontrarse con académicos que tuvieran una opinión muy diferente sobre la forma de traducir los versos.
Al tratar de explicar por qué María hablaba de José como el padre de Jesús, Gromacki dice: “En público, María tenía que referirse a Jesús como hijo de José para no despertar sospechas sobre Su origen.” (Ibid. p. 75). Esta explicación es pura especulación, pues no hay manera de que Gromacki conociera las razones de María, y también la acusa de mentir. Se supone que creamos que la madre de Dios dijo una mentira intencionalmente.
En un artículo de la revista Life, Robert Coughlan tomó una posición algo similar a la de Fallas de la Biblia: “Del otro lado, ambos evangelistas [Mateo y Lucas] nos dan genealogías según las cuales Jesús descendía del rey David por la línea paterna, la de José, una incongruencia que sólo se hace mayor porque las genealogías difieren”. (Life, Dic. 25, 1964, por Robert Coughlan, p. 90). La respuesta del apologeta Gromacki a esto fue: “Si ambas genealogías de verdad registraran el linaje físico de José, Coughlan tendría toda la razón; sin embargo, ningún evangélico reputado se adhiere a esa posición.  Coughlan rechaza la exactitud de las dos genealogías con base en una igualación subjetiva de las dos. En ningún lado ha probado que ambas pertenecieran a José.” (The Virgin Birth, por Gromacki, p.151). Coughlan no necesita “probarlo”. Todo lo que hay que hacer es leer las genealogías de Mateo 1 y Lucas 3 para ver que se refieren a José. Está bastante claro. Es Gromacki quien debe aportar pruebas. Él tiene que demostrar que la genealogía de Lucas 3 es de María, lo cual no es posible a menos que uno haga ciertas suposiciones injustificadas. Su nombre no aparece ni una vez en todo el capítulo tercero de Lucas. Es bien difícil creer que una genealogía se refiera a alguien que ni siquiera se menciona. Otro apologeta dijo: “La razón por la que María no es mencionada en Lucas 3 es que ya se le había nombrado como madre de Jesús en varias situaciones.” (Answers to Tough Questions, por McDowell and Steward, p. 60). ¿Por qué esto habría de tener significado alguno? El asunto no es si María es la madre de Jesús, es si la genealogía de Lucas 3 es de María.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio (parte 5)

Usted dice: “Citar de una obra es vano a menos que primero se pruebe que el libro es válido, veraz y confiable”. ¿Ha probado usted que las obras de los ateos e infieles Ingersoll y Paine sean más veraces, válidas y confiables que la Biblia? Si es así, por favor explíquenos a nosotros, pobres ignorantes, de qué ingeniosa manera lo ha logrado.

Respuesta del Editor (parte 5)

Para empezar, M. H., usted no ha leído las obras de Thomas Paine. Él era deísta, no ateo. Lea The Age of Reason y verá claramente que él creía en Dios. Segundo, yo cito textualmente frases escritas por Ingersoll y Paine; no apoyo la totalidad de lo que dijeron. Ellos nunca dijeron tener la perfección que usted dice ver en la Biblia, y yo no les creería si lo hubieran dicho. Tercero, uso las citas de estos hombres para hacer una refutación de la validez de la Biblia, no para sentar una posición. ¿Estamos discutiendo la infalibilidad de la Biblia o la de Ingersoll y Paine? No hace falta que ellos sean perfectos en todo lo que escribieron para probar que la Biblia es imperfecta. No están ellos bajo juicio; la Biblia lo está. Ella afirma ser perfecta; ellos no. Cuarto, M. H., usted es el infiel. Es infiel a la lógica, la evidencia, la ciencia y la razón. La infidelidad depende de la perspectiva que uno tenga. Y, por último, nunca he dado a entender que sus correligionarios sean pobres ignorantes. Los insultos sólo sirven para separar. Sencillamente hay mucha información vital que usted no ha recibido.

CARTAS AL EDITOR

De N.S. en Richmond, Indiana

Apreciado Dennis: ¡ME ENCANTÓ! Recibí el número 4, y ahora quiero los dos primeros. ¡No quiero perderme una palabra! Dejaré que usted haga todo el trabajo y yo tendré los debates con mis amigos cristianos. Éste es exactamente el combustible que necesitaba. Simplemente no tengo la paciencia para leer un libro tan horrible. Gracias de nuevo por un maravilloso trabajo. Bien hecho.

De S.W. en New York

Apreciado Dennis: Sólo quiero decirle cuánto adoro su publicación. Ciertamente usted es una persona sagaz y perceptiva, y lo admiro grandemente por el trabajo que hace para exponer la verdad sobre la Biblia. (…) Siga con su buena labor y recuerde que hay muchas personas aquí apoyándolo.

De E.E. en St. Louis

Soy un pastor jubilado de la United Church of Christ, y durante la mayor parte de mi carrera he tenido que lidiar y a veces tratar de trabajar con los creyentes en la infalibilidad bíblica. Aparte de citar algunos pasajes inaceptables de las epístolas de Pablo (…), he encontrado poca ayuda como la que ofrece usted en Fallas de la Biblia, que vi anunciada en la revista Progressive. Le agradecería mucho recibir un ejemplar para uno de mis comités en la Conferencia de Missouri de la United Church of Christ.

De D.W. en Dayton, Ohio

Aprecio que la suya sea la única publicación nacional enfocada en los errores, contradicciones y falacias de la Biblia que abre un espacio para los apologetas, pero espero que en futuros números establezca un equilibrio entre la sección de comentarios y la de diálogo y debate. Veo que usted se esfuerza demasiado por darles un amplio espacio a los apologetas. Si usted y M. H. desean mantener un extenso diálogo personal, está bien; háganlo por correo personal. Es obvio que él no desea escuchar los hechos y usted no lo cambiará. Mientras tanto, el trabajo que usted hace con la sección de comentarios es excelente y yo no quisiera verlo disminuido. Puedo ir a una librería cristiana y comprar todos los folletos que me interese quemar, pero sólo con usted puedo conseguir comentarios objetivos. Todo lo que le pido es que en números futuros el espacio se distribuya más por mitad y mitad.

Respuesta del Editor

Entiendo su argumento, D.W. El equilibrio es importante. Sin embargo, M. H. nos escribió una carta extensa, repleta de argumentos comunes y apropiados para esta publicación. La idea no es que Fallas de la Biblia sea una publicación antibíblica. Su intención es abrir un foro para dialogar sobre la validez de la Biblia, una plataforma para todos los puntos de vista. El debate, la argumentación y la polémica son parte indispensable de su filosofía. Usted parece bastante inteligente, de modo que es posible que también lo haya descubierto. El número 4 se ocupó excesivamente de la correspondencia con M. H. y ofrezco disculpas. A los observadores externos puede confundirles el asunto de quién le envió a quién cuál publicación. Creo que ése fue el verdadero problema. En adelante enmendaré este error.

NOTA DEL EDITOR

Un gran número de críticos de Fallas de la Biblia parecen pensar que la sección Diálogo y Debate se llama realmente Disparar y Correr. Escriben una carta de críticas y luego se desvanecen en la oscuridad del anonimato. Tal vez tienen miedo; tal vez eso era todo lo que tenían para decir. No sé. Pero sí sé que, si no están dispuestos a involucrarse en una discusión abierta a lo largo de meses, si no están dispuestos a defender su libro “perfecto”, si no tienen valentía en sus convicciones, entonces están tratando de sabotear el propósito por el cual se creó Fallas de la Biblia. Por años he hablado con muchos creyentes y pastores y he visto que ellos también quieren evitar continuar los debates. Pero siguen haciendo afirmaciones absurdas sobre la exactitud del libro. Incluso he tratado de hacer que los mormones y los testigos de Jehová regresen a mi casa. Pero no quieren.

FALLAS DE LA BIBLIA 5

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 5
Mayo de 1983

COMENTARIO

PEDRO

La Biblia tiene muchos héroes que representan un papel crucial en la formulación de sus conceptos e ideología. Jesús, Pablo, Abraham, David y Pedro están entre las figuras más notables. Por desgracia, cada uno de ellos tiene serios defectos de carácter y no se deberían exhibir como modelos para que nuestros hijos los imiten. Pedro es un buen ejemplo de alguien carente de valentía e integridad. Todos los actos, frases y eventos que siguen muestran cuán inadecuado es darles el nombre de Pedro a iglesias, catedrales y basílicas, y cuán absurdo es declararlo santo:

Negó a Jesús tres veces, con lo que mintió bajo juramento  (Mateo 26:70-75);
Jesús lo negará en el cielo por haber negado a Jesús ante los hombres (Mateo 10:33);
Prometió falsamente que nunca abandonaría a Jesús aunque todos los demás lo hicieran (Mateo 26:33);
Mintió al decir que permanecería junto a Jesús hasta el final (Lucas 22:33);
Jesús lo llamó Satanás (Mateo 16:23);
Admitió ser pecador (Lucas 5:8);
Sacó una espada y le cortó la oreja a un hombre (Juan 18:10);
Jesús lo reprendió por su poca fe (Mateo 14:31) y por entrometerse en sus asuntos (Juan 21:21-22);
Reprendió a Jesús y lo acusó de mentir (Mateo 16:22);
Varias veces se quedó dormido en el huerto de Getsemaní cuando Jesús le pidió que se quedara despierto (Matt. 26:40-45);
Quiso saber qué beneficios tendría si seguía a Cristo (Mateo 19:27);
Fue un miedoso y un cobarde por negarse a comer con extranjeros convertidos porque se acercaban jefes judíos que podrían objetar (Gálatas 2:11-12);
Él, junto con los otros apóstoles, creyó que la historia de la resurrección que narraban las mujeres era invento (Lucas 24:10-12);
Entró en aldeas de Samaria (Hechos 8:25) desobedeciendo el mandato de Jesús (Mateo 10:5);
Dijo que Lot había sido un hombre recto (2 Pedro 2:7-8) a pesar de que Lot había ofrecido a sus hijas vírgenes a una turba (Génesis 19:8), fue tan malvado como todos los demás y no merecía ser salvado de la destrucción de Sodoma y Gomorra;
Luego de acusar a Ananías públicamente y darle un susto de muerte, repitió el acto con la esposa (Hechos 5:1-10), desobedeciendo el mandato de Jesús de respetar los sentimientos de los demás (Mateo 5:7, 39);
Le preguntó a Jesús, tendenciosamente, quién lo traicionaría (Juan 21:20), pero estuvo presente cuando Jesús expuso al traidor durante la Última Cena (Mateo 26:25) y cuando Judas llevó a los soldados para arrestar a Jesús (Juan 18:3-5, 10);
Pidió señales para su generación (Hechos 4:29-30) en contra de lo que Jesús había anunciado (Marcos 8:12);
Achacó injustamente a Poncio Pilato la responsabilidad por la suerte de Jesús (Hechos 4:26-27) cuando Pilato había dejado clara su inocencia y no quiso asociarse con su muerte (Mateo 27:24);
Dijo que Jesús fue muerto y luego colgado de un madero (Hechos 5:30), cuando en realidad había sido crucificado antes de morir (Mateo 27:40-50);
Dijo que Dios había hecho a Jesús Señor y Cristo (Hechos 2:36), lo que significaría que en un momento no lo fue.

Más números de Fallas de la Biblia discutirán la exactitud de otras afirmaciones de Pedro.
A pesar de este deplorable historial, muchos consideran a Pedro un “santo” y una rama del cristianismo ha llegado al punto de usar Mateo 16:18-19 para designarlo como primer papa. Pedro era el más importante de todos los apóstoles, pero a menudo demostró una vergonzosa falta de honor, veracidad e integridad. Uno sólo puede sentir pena por cualquier institución que se diga fundada por él.

CONTRADICCIONES

Si hay algún lado por el que las imperfecciones y errores de la Biblia sean más notables, es en el de sus incoherencias y contradicciones. El libro es un pantano de afirmaciones contradictorias y desacuerdos obvios, lo que sería de esperar en cualquier escrito elaborado a lo largo de aproximadamente 1.500 años por 40 ó 50 distintos autores, pocos de los cuales parecían estar interesados precisamente en lo que los otros habían escrito. Es más: la naturaleza altamente repetitiva de la Biblia explica muchos de estos conflictos. Habría sido mucho mejor para los que intentan defender el libro si, por ejemplo, Deuteronomio no repitiera tanto del Éxodo, Crónicas no repitiera tanto de Samuel y los Reyes y los evangelios no fueran tan repetitivos. Pero repiten, y así aparecen los problemas. Y a pesar de todas las dificultades históricas, matemáticas, éticas, filosóficas, geográficas y cronológicas que contienen, algunos fundamentalistas férreos mantienen hasta el final una resistencia destinada al fracaso. Por increíble que parezca, hay quien todavía dice: “La Biblia es perfecta e infalible. No tiene inexactitudes”. Así que, para bien de estos rebeldes, voy a dar una lista con algunos problemas sencillos y directos que admiten incluso los voceros reconocidos de la posición fundamentalista:
(a) ¿David tomó setecientos (2 Samuel 8:4) o siete mil (1 Crónicas 18:4) jinetes de Hadadezer?
(b) ¿Ocozías tenía 22 (2 Reyes 8:26) ó 42 años (2 Crónicas 22:2) cuando empezó a reinar?
(c) ¿Joaquín tenía 18 (2 Reyes 24:8) u 8 (2 Crónicas 36:9) años cuando empezó a reinar? ¿Reinó tres meses (2 Reyes 24:8) o tres meses y diez días (2 Crónicas 36:9)?
(d) ¿En Israel había 8.000.000 (2 Samuel 24:9) ó 1.100.000 espadachines (1 Crónicas 21:5)? ¿En Judá había 500.000 (2 Samuel 24:9) ó 470.000 (1 Crónicas 21:5) espadachines?
(e) ¿Salomón tenía 550 (1 Reyes 9:23) ó 250 (2 Crónicas 8:10) jefes sobre el pueblo?
(f) ¿Mical, la hija de Saúl, no tuvo hijos nunca (2 Samuel 6:23) o tuvo cinco hijos (2 Samuel 21:8)?
(g) ¿Lot era sobrino (Génesis 14:12) o hermano de Abraham (Génesis 14:14)?
(h) ¿José fue vendido a Potifar por midianitas (Génesis 37:36) o por ismaelitas (Génesis 39:1)?
(i) ¿Saúl fue muerto por su propia mano (1 Samuel 31:4), por un joven amalecita (2 Samuel 1:10) o por los filsteos (2 Samuel 21:12)?
(j) ¿Salomón hizo un mar fundido con 2.000 (1 Reyes 7:26) ó 3.000 (2 Crónicas 4:5) baños?
(k) ¿Los trabajadores del templo tenían 3.300 (1 Reyes 5:16) ó 3.600 (2 Crónicas 2:18) capataces?
(l) ¿La tierra dura (Eclesiastés 1:4) o no dura para siempre (2 Pedro 3:10)?
(m) Si Jesús habla de sí mismo, ¿su testimonio vale (Juan 8:14) o no vale (Juan 5:31)?
(n) ¿Josías murió en Meguido (2 Reyes 23:29-30) o en Jerusalén (2 Crónicas 35:24)?
(o) ¿Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a subir una montaña luego de seis (Mateo 17:1, Marcos 9:2) u ocho (Lucas 9:28) días?
(p) Nabuzaradán llegó a Jerusalén en el décimo mes del año. ¿Fue en el séptimo (2 Reyes 25:8) o décimo (Jeremías 52:12) día?
Además de cientos de contradicciones singulares, en varias partes la Biblia muestra afirmaciones contradictorias en bloques o grupos de entre 10 y 25. Los mútiples problemas relacionados con la resurrección de Jesús lo muestran muy bien (ver número 2 de Fallas de la Biblia). Probablemente, el ejemplo más claro es el de las listas en Esdras 2 y Nehemías 7 sobre las familias de los exiliados que regresaban. Hay alrededor de 33 familias en ambas listas, comenzando con los hijos de Paros. Hay desacuerdos sobre catorce de estas familias, como se ve simplemente leyendo las listas y comparando las cifras. Es más: a menudo los autores bíblicos tenían problemas para sumar, y este caso no es la excepción. Esdras 2:64 dice que la congregación entera comprendía 42.360 personas, pero uno sólo tiene que hacer la suma para ver que eran realmente 29.818. Nehemías 7:66 dice que el número total era de 42.360, pero el verdadero total de esa lista es 31.089.

RESEÑA

Por muchos años los apologetas han estado usando una amplia gama de racionalizaciones y justificaciones para explicar las obvias contradicciones e inexactitudes de las escrituras. Muchos se han vuelto maestros de la distorsión, la mentira y la ambigüedad, llegando a menudo hasta el punto de hacer lo claramente falso parecer lógico, cuando no bastante sabio. Han desarrollado la habilidad de hacer que lo absurdo parezca sensato y profundo. El renombrado académico bíblico J. T. Sunderland lo dijo bien:
“[Los teólogos], convenientemente, se permiten desechar algunas de las cosas más increíbles u objetables que contiene el libro; desarrollan una facilidad maravillosa para explicar contradicciones, inexactitudes y cosas que el aumento de conocimiento ha probado falsas, y para encontrar en los libros, en mil lugares, toda clase de nuevos significados y supuestas “interpretaciones profundas” que buscan armonizar sus enseñanzas con el aumento de conocimiento. Lo que está en la mente del lector se atribuye a la del escritor. El significado natural y sencillo de las palabras se hace a un lado. Se imponen interpretaciones forzadas a los pasajes con el fin de obligarlos a armonizar con lo que se supone que deberían significar. Se descubren en los libros afirmaciones, doctrinas y alusiones que no sólo no aparecen en sus páginas, sino que son absolutamente ajenos a la época en que se escribieron.” (The Origin and Character of the Bible, by J.T. Sunderland, p. 12.)

A la luz de este hecho, veamos algunas de las explicaciones que suelen ofrecer los apologetas para explicar problemas como los que hemos discutido. En su Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, el profesor Gleason Archer de la Evangelical Divinity School trató de luchar con muchos de los aspectos contradictorios de la Biblia y produjo un texto que no logra ser definitivo. Aunque es un fuerte fundamentalista evangélico, admite las incoherencias mencionadas (a, b, c, d, e) como contradictorias. No lo discute, pero lo atribuye a errores de copia. Supuestamente, algún escritor bíblico transcribió algo mal. Los apologetas suelen emplear esta explicación cuando es obvio que cualquier otro enfoque resulta falso. Los hechos son tercos, y ante ellos una mente cerrada es fácil de detectar. Pero, ¿cómo sabe uno que un escriba se equivocó, si el mismo Archer admite que los textos originales ya no existen? “… debemos enfrentar el problema de la total desaparición de los [escritos originales] (…) técnicamente, es cierto que ya no poseemos ninguna copia perfecta de los manuscritos originales e infalibles de la Biblia.” (p. 28). Habiendo dicho esto, Archer procede a hacer una afirmación que raya en lo absurdo: “Así que debemos valorar los originales infalibles de las Santas Escrituras como libres de toda forma de error, aunque nunca los hayamos visto realmente.” (p. 29). ¡Imaginen cuánta insensatez! Se nos dice: Sí, hay contradicciones en la versión Reina-Valera. ¿Por qué? Porque alguien copió algo mal de los textos originales. Pero nadie ha visto jamás los originales, así que, ¿cómo sabe Archer que algo se copió incorrectamente? ¿Cómo sabe que los originales están sin tacha? Los originales mismos muy bien podrían contradecirse. De hecho, ¿cómo sabe Archer que había originales, para empezar? Los apologetas hablan constantemente sobre los originales, admitiendo que no existen y que nadie vivo los ha visto. Las versiones modernas de la Biblia [como, en español, la Reina-Valera, la Nácar-Colunga y la Biblia de Jerusalén] son meras recopilaciones, armadas por académicos que, después de ver una amplia variedad de manuscritos y códices bíblicos (Códice Sinaítico, Códice Vaticano), trataron de reconstruir los supuestos originales. El grave defecto de todo este proceso, incluso si hubiera habido originales, está en que cientos de manuscritos difieren en cientos de versos. En consecuencia, cualquier versión de la Biblia es poco más que el resultado de un concurso de popularidad en el que manuscritos conflictivos se tratan de armonizar con opiniones académicas en conflicto. La Biblia actual nos llegó por votación, no por inspiración.

Haciendo un lado el argumento de los errores de copia, examinemos otras respuestas comunes que suelen dar los apologetas a estos problemas. Con respecto a las contradicciones entre Esdras 2 y Nehemías 7, Archer dice: “Pero muy bien podría ser que Esdras usó la lista inicial de quienes originalmente anunciaron su intención de unirse a la caravana de colonos que volverían, mientras que la lista de Nehemías reproduce el total de los que llegaron a Judea al final de la travesía…” (Ibid. p. 230). Y descarta los totales inexactos diciendo: “En cualquier caso, la diferencia de totales que aparece en estos registros no debería sorprender a nadie. Se ha visto el mismo tipo de aumentos y disminuciones [durante el viaje] en toda gran migración de la historia humana.” (Ibid. p. 230).
Esta explicación no tiene ningún peso, pues Esdras 2:1 y Nehemías 7:6 muestran claramente que ambas listas se refieren a los que regresaron físicamente a Jerusalén y Judá. Lo que haya pasado durante el viaje es irrelevante. Así que hay contradicciones con respecto a los números de cada tribu y el total de exiliados. Archer cerró su comentario atribuyendo algunas de las dificultades a errores de copia: “… es muy fácil ver cómo la incertidumbre sobre los totales podría sumarse a la distracción por parte del escriba para dar como resultado una reproducción inexacta de las cifras.” (p. 230).

Tratando el problema entre Esdras y Nehemías, W. Arndt, apologeta y profesor de exégesis y hermenéutica del Nuevo Testamento del Concordia Seminary en St. Louis, atribuyó el asunto a errores de copia: “Es muy posible que, donde había que copiar tantos nombres y números, se introdujeran errores de transcripción, y que éstos sean responsables de algunas de las variaciones.” (Does The Bible Contradict Itself?, W. Arndt, p.49.)
Hay contradicciones cronológicas a lo largo de toda la Biblia, y en ninguna parte es esto más evidente que en los evangelios. Por ejemplo, Lucas 4:5-9 dice que el diablo llevó a Jesús a una montaña y luego a lo alto del templo, mientras que Mateo 4:5-8 dice que lo llevó a lo alto del templo primero y a la montaña después. La forma como Archer intenta resolver este problema se basa sobre una sola palabra. Según él, Mateo dice “entonces” (Mateo 4:5), que muestra una secuencia lógica de eventos, mientras que Lucas usa “y” (Lucas 4:9) entre ambos eventos, lo que deja sin claridad la secuencia (p. 230). El problema de este enfoque es que varias versiones de la Biblia [en inglés, la New International Version, la Modern Language, la Living Bible] dicen que la palabra griega traducida como “y” en Lucas 4:9 debería traducirse como “entonces”. Es más: hay 44 versos en el capítulo cuarto de Lucas, y 34 de ellos comienzan con “y”. Si uno se adhiere a la lógica de Archer, 34 de estos versos pueden reorganizarse en cualquier forma que deseara el traductor, y nadie podría llegar a conocer la secuencia de eventos.

Otra contradicción cronológica que Archer trata de resolver se refiere a si Jesús echó a los mercaderes del templo (Mateo 21:12) y después maldijo la higuera (Mateo 21:19) o si maldijo la higuera (Marcos 11:14) y después echó a los mercaderes (Marcos 11:15). Archer resuelve este problema de manera patética. Admite que Marcos 11:14-15 está compuesto en secuencia, pero de Mateo dice: “Al estudiar en general la técnica narrativa de Mateo, hallamos que a veces organiza su material en orden de temas, más que en el estricto orden cronológico que es más característico de Marcos y Lucas”. (Ibid p. 334). Pero uno sólo necesita leer Mateo 21:12-19 para ver que la narrativa se ha hecho en orden cronológico, no según temas. El verso 18 deja claro que la higuera fue maldita el día después de que los mercaderes fueron echados, lo que se opone abiertamente al registro de Marcos.
Quien desee una enumeración más completa de los desacuerdos en la Biblia puede consultar obras como The Bible Handbook de G.W. Fooote, Is It God’s Word? de Joeseph Wheless, The Bible de John Remsberg, The Age of Reason de Thomas Paine, or The Christ de John Resburg. Cada uno bien vale la pena.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio (parte 4, continúa)

Usted dice [en el número 2 de Fallas de la Biblia] que Jesús mintió varias veces. Usando la Revised Standard Version, una basura pútrida como ninguna, usted dice que Jesús rompió su promesa en Juan 7:8-10. Primero que todo, la versión King James es la única Biblia en inglés sin un solo error demostrable. En la Revised Standard Version hallará toda clase de errores. Pero la King James es correcta siempre: no tiene un solo engaño. En ella se dice: “No voy todavía”. Jesús no mintió. Simplemente no iba a asistir cuando los demás fueron. ¿Quién mintió ahora: Dios y la Biblia, o usted?

Respuesta del Editor (parte 4)

M. H., no sea absurdo. Está fuera de toda discusión racional que la versión King James de la Biblia tiene contradicciones obvias y demostrables. Aferrarse a las creencias y defenderlas con una convicción firme es una cosa, pero el fanatismo es otra. Quien lea la Biblia puede ver que abundan las contradicciones. Ése no es el asunto. La pregunta es si son tan numerosas e importantes como para destruir la validez de la Biblia. Hágase un favor, M. H. No intente proteger una posición claramente insostenible. Usted dice que la versión King James “no tiene un solo engaño”. No se deje engañar por su confianza en ella.
Usted dice que la King James, a diferencia de la Revised Standard Version, defiende a Jesús haciéndole decir “todavía” en Juan 7:8. Pero le sugiero observar otras versiones de la Biblia, como la New American Standard Bible, que también omite el “todavía”. Antes de llamarla otra “basura pútrida”, sería mejor que consultara a evangélicos fundamentalistas como Josh McDowell and Don Stewart, cuyos escritos son bastante notables en las librerías cristianas. Dicen en su libro Reasons Skeptics Should Consider Christianity: “Aunque no es tan legible como otras traducciones, su exactitud no tiene par. Si uno desea estudiar las Escrituras, la New American Standard Bible es quizás la mejor Biblia disponible [en inglés]” (p. 71). No había un “todavía” en los manuscritos que estudiaron los académicos, y por eso la Revised Standard Version de 1952 y la and New American Standard Bible de 1971 lo omitieron. Los creyentes están bien enterados de este problema, M. H., y ciertamente habrían incluido el “todavía” si hubiera sido posible. No quieren enfrentar esta dificultad más que usted.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

CARTAS AL EDITOR

De M. B. en Fond du Lac, Wisconsin

Apreciado señor: Es reconfortante oír una respuesta sensata contra los literalistas y “su” Biblia. Soy un desafortunado que trabaja casi todos los días con tres fundamentalistas (uno de los cuales es un reverendo autodidacta). Es más: estos fundamentalistas tienen amigos, así que constantemente se me bombardea con retórica bíblica.
El que se llama reverendo está revisando cuidadosamente los dos primeros números de Fallas de la Biblia. Estoy seguro de que sus comentarios serán sólo defensivos en el mejor de los casos, pues usted usa una lógica impecable. Tras haber disfrutado sus primeros dos números, me gustaría saber sobre usted y su recorrido. Ciertamente, el fervor de su ataque parece sugerir un pasado como fundamentalista. En cualquier caso, espero con ansias los números siguientes.

Respuesta del Editor

Apreciado M. B.: Siempre evito alejarme de la Biblia para hablar de mí mismo, pero, dada la amabilidad de su carta, supongo que no importará por esta vez. Tengo un título en filosofía y una maestría en ciencias sociales. He estado en el campo de la educación por más de 15 años y hace ya un tiempo cumplí los 40. [Escrito en 1983.] Mis pasatiempos favoritos son la lectura seria, el ajedrez y el tenis, lo que podría mostrar que no tengo ningún pasado fundamentalista. Crecí en la neutralidad religiosa y me he estado educando desde los 16 evitando la acostumbrada instrucción tendenciosa. Por cierto, pídale a su “llamado” reverendo que me escriba. Me gustaría oírlo.

De D. M. en Redmond, Washington

Apreciado señor McKinsey: Como siempre, su número 3 estuvo muy bien hecho. Con respecto a la carta de R. W. en el número 3, me gustaría ofrecer algunos comentarios. Cuando se escribió 2 Timoteo 3:16 (y probablemente NO lo escribió el llamado Pablo), LA BIBLIA NO EXISTÍA: este verso, por tanto, no podía referirse a la Biblia como la conocemos hoy. Si mucho, podía haber tenido que ver con el Antiguo Testamento solamente. Todas las cartas “paulinas” se terminaron ANTES de que se escribiera la primera palabra de cualquiera de los llamados evangelios, y mucho antes de que se resolviera la cuestión del canon bíblico (como usted debe de saber). Además, el verso podría traducirse correctamente así: “Toda escritura QUE ES INSPIRADA por Dios…” (lo cual pone el verso en una perspectiva totalmente diferente). Sólo los crédulos usan (y aceptan) 2 Timoteo 3:16 como “demostración” de la inspiración bíblica. Éste no sólo es un uso incorrecto del verso en cuanto a cronología bíblica y posible intención, sino que también constituye un proceso de razonamiento circular (como seguramente usted sabe). También debe observarse que, como admitió un ministro fundamentalista hablando conmigo, en este caso “toda escritura” puede significar simplemente “todo lo escrito”. Así, ¡2 Timoteo 3:16 se vuelve completamente inútil como apoyo de la idea de la inspiración bíblica!
En respuesta a la cuestión de por qué llegar a tantos extremos para probar la falsedad de la Biblia, yo respondo que considero mi DEBER exponer la verdadera naturaleza de la Biblia para contrarrestar a quienes llegan a extremos para probar que es la palabra de Dios. Hay que señalar que un ser perfecto SE PASMARÍA de tener cualquier asociación con un libro tan imperfecto.
Además (y puede decírselo a R. W.), yo fui una vez un cristiano fundamentalista, temeroso de Dios, creyente en la Biblia y nacido de nuevo. “Dios” me dio un cerebro razonablemente bueno. No pude evitar darme cuenta, a medida que hacía mis estudios bíblicos, que el texto tenía problemas más que aparentes. Empecé una investigación cuidadosa. Una cosa llevó a la otra. Lo que comenzó como una tímida búsqueda se convirtió en una ocupación completa a la que he dedicado mi tiempo durante casi seis años, y ahora he nacido de nuevo como agnóstico/ateo. Yo sostengo que CUALQUIER PERSONA que estudie la Biblia como yo se volverá agnóstico o ateo, o conservará su “fe” renunciando a su propia razón y negando la realidad.

Respuesta del Editor

¡Bien dicho, D. M.! Muchos académicos han hecho comentarios similares acerca de 2 Timoteo 3:16. El que deba traducirse como “Toda escritura es dada por inspiración de Dios…” (según la King James) o como “Toda escritura que es inspirada por Dios…” (según muchos académicos griegos) hace una tremenda diferencia. La segunda traducción implica que parte de las escrituras no es inspirada, lo que destruiría el mayor argumento que tienen los fundamentalistas para probar la infalibilidad de la Biblia. Por cierto, en realidad no es necesario llegar a extremos para refutar la Biblia. Sólo hace falta abrir el libro y leer con ojo crítico.

FALLAS DE LA BIBLIA 4

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 4
Abril de 1983

COMENTARIO

MORALIDAD

Los defensores de la Biblia, como los fundamentalistas, nunca cesan de critiar los males e inmoralidades de nuestra sociedad y ambiente. Pero el movimiento de “vuelta a la Biblia” no es la respuesta. Definitivamente, la Biblia no es la fuente de donde brotan verdad, bondad y pureza, como sus defensores quisieran hacernos creer. Muchos versos bíblicos están impregnados de corrupción, degeneración e inmoralidad. Despertar a nuestros hijos el domingo por la mañana para participar en lecturas bíblicas podría conducir fácilmente a lo que se busca evitar. Gran parte de la Biblia explora la inmoralidad, promueve la obscenidad y honra la corrupción. Si no se aleja a los niños de algunas partes de las escrituras, pueden ser influenciados por lenguaje tan negativo como el siguiente:
Génesis 38:9: “…sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra…”
Levítico 21:20: “O corcobado, o lagañoso, o que tuviere nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o compañón relajado”
2 Samuel 16:22: “… y entró Absalom a las concubinas de su padre, en ojos de todo Israel.”
Ezequiel 23:20 “Y enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así tornaste á la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando comprimieron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad.”
Cantares 5:4: “Mi amado metió su mano por el agujero, y mis entrañas se conmovieron dentro de mí.”
No creo que la gente necesite que se le explique a qué se refieren las distintas metáforas de este libro.
Una escuela de apologetas sostiene que algunos de estos versos deben entenderse figurada y no literalmente. Pero, ¿qué importa? Las palabras siguen siendo desagradables y las personas impresionables deben ser protegidas de ellas. Los niños, por ejemplo, no van a hacer esa sutil distinción de propósito y significado. Otro apologeta afirma:
“Cuando [la Biblia] habla del pecado, lo describe en toda su fealdad, de modo que disguste y horrorice al corazón del lector. Ni por un momento abandona el alto nivel moral de estricta oposición a la iniquidad en todas sus formas.” (Bible Difficulties, W. Arndt, p. 63)
Es claro que nos disgusta y horroriza, pero, ¿dónde esta el “alto nivel moral”, dónde la oposición a lo obsceno? El contexto de estos versos muestra que no tienen nada que ver con enseñanzas morales.
Los versos que siguen tampoco van a elevar la moral de la sociedad. Son peores, de hecho:
Deuteronomio 23:1-2: “No entrará en la congregación de Jehová el que fuere quebrado, ni el castrado. No entrará bastardo…”
2 Reyes 18:27: “… para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros.”
Proverbios 5:19: “… sus pechos te satisfagan en todo tiempo…”
Los creyentes sostienen que la obsesión que el Cantar de Cantares tiene con los senos de la mujer es parte de un poema de amor entre un hombre y su esposa o entre Cristo y su iglesia:
Cantares 1:13: “Mi amado es para mí un manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos.”
Cantares 4:5: “Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre azucenas.”
Cantares 8:10: “Yo soy muro, y mis pechos como torres…”
Sin importar el motivo, este lenguaje sigue siendo ofensivo.
Podrían citarse muchos otros versos, pero la idea ya está clara. Basta. No me gusta escribir versos como éstos más de lo que a la gente decente le gusta leerlos. ¿Cómo puede ser la Biblia un libro de bondad, enseñanzas morales y pureza, cuando en realidad se condena a sí misma?
Proverbios 15:26: “… las expresiones de los limpios son limpias..”
En números futuros de Fallas de la Biblia se tratará la moral de los patriarcas y varios eventos. La mejor manera de cerrar el comentario de este número es citar a Robert Ingersoll y Ashley Monagu:
“Quienes creen en la Biblia denuncian a viva voz lo que les place llamar la literatura inmoral del mundo, pero se han publicado pocos libros que contengan más suciedad moral que esta palabra inspirada de Dios (…) Hasta que estos pasajes sean retirados del Antiguo Testamento, no es un libro apropiado para que lo lean jóvenes o mayores (…) Hay capítulos que ningún caballero leería delante de una dama (…) y llegará el momento en que la humanidad se maraville de que semejante libro se haya considerado inspirado alguna vez.” (“Some of Mistakes of Moses,” Ingersoll Works, Vol.2, p. 177)
“Si la Biblia no es obscena, ¿qué libro lo es? (…) El mundo cristiano no debería decir una palabra más contra los libros inmorales hasta que limpie el texto inspirado. Esas vilezas y suciedades no se escribieron con el propósito de transmitir y mantener la verdad moral, sino que parece, haberse escrito porque al autor le encantaba lo sucio. “Some of Mistakes of Moses,” (Ingersoll Works, Vol.2, p. 178)
“El buen libro: uno de los eufemismos más notables que se han acuñado.” (Ashley Montagu)

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio (parte 1)

Apreciado señor McKinsey: Gracias por leer el folleto [“En el Infierno del Diablo”] que le envié. Espero que también lea el folleto [“Las Llaves Actuales de la Vida Eterna”] que incluyo esta vez. Me ha pedido que proceda igual y que lea Fallas de la Biblia. He leído el número dos.
Usted dice que mi folleto evadió el tema, pero eso no es cierto. El tema que señalé en mi carta anterior es que usted, señor McKinsey, debe nacer de nuevo. El folleto se ocupó enteramente de ese asunto. Usted necesita la salvación más que cualquier persona que yo conozca. La razón de que diga esto es que está muy empeñado en tratar de probar la falsedad de la Biblia. De verdad que el Espíritu Santo debe de estar reprobándole sus pecados, de modo que, para evadir el tema, usted está tratando de enfriar el infierno. Pero el infierno no tiene refrigeración: está caliente todo el tiempo.
Por tanto, el asunto es: ¿usted, señor McKinsey, ha nacido de nuevo? Por favor, responda abiertamente. Sea honesto con sus lectores. La portada de su publicación declara que usted da un espacio para que los apologetas hablen. ¿Por qué no imprimió en su totalidad el folleto que envié? ¿Por qué lo cita fuera de contexto? No está dando mucho espacio, ¡pues no presenta toda la evidencia que el otro lado puede ofrecer! Luego de asentar mi argumento, procedo, por gracia de Dios, a corregir su publicación (…)

Respuesta del Editor (parte 1)

Como su carta es larga, M. H., responderé una sección a la vez en éste y posteriores números. Para empezar, he leído su folleto “Las Llaves Actuales de la Vida Eterna”, y le encontrado varios grandes errores. Primero, afirma conocer el procedimiento específico que uno debe seguir para salvarse. Como mostré en el número 3 de Fallas de la Biblia, esto no es posible, pues sobre este tema la Biblia es incoherente más allá de toda esperanza. Segundo, sostiene que “todos han pecado”, lo que contradice abiertamente versos como Génesis 6:9 y Job 1:1 (Ver número 1 de Fallas de la Biblia). Tercero, el verso citado por su folleto, Hebreos 9:27 (“… está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio)”, contradice a 1 Tesalonicences 4:17 (“Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”), 2 Reyes 2:11 (“… un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino.”) y Hebreos 11:5 (“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.”). (Ver también Génesis 5:24.)
Cada uno de estos versos muestra un caso en que alguien fue a Dios sin morir.
Cuarto, el folleto dice: “Debes admitir que eres un pecador que merece morir e ir al infierno.” De acuerdo con las creencias cristianas, ésta es la realidad de cualquier ser humano. Pero Fallas de la Biblia demostró en su número 1 que el pecado original es totalmente injusto, y un Dios justo no podría aceptarlo. Nunca ha habido, ni hay, ni habrá respuesta apropiada para que la humanidad esté siendo (supuestamente) castigada por lo que hizo un solo hombre.
“El absurdo de la doctrina conocida como ‘La caída del hombre’ dio origen al otro absurdo conocido como ‘La redención’. Así que ahora se insiste en que, tal como se nos acusa justamente del pecado de alguien más, del mismo modo se nos recompensa justamente por las virtudes de otro.” (“Orthodoxy,” Ingersoll Works, Vol. 2, p. 370)
Quinto, el folleto dice: “Dios es santo y justo. No hay pecado en Él”. Aunque Dios pueda ser así, esto se opone directamente a la forma como “su” libro lo describe. Según “su” libro, él no sólo violó sus propios diez mandamientos matando gente, ordenándoles mentir, causando adulterios y ordenando robar, sino que cometió una enorme serie de actos despreciables adicionales (Ver número 3 de Fallas de la Biblia.) Como dijeron Thomas Paine y Robert Ingersoll:
“Amigo falso, juez injusto, arrogante, hipócrita, de odio sincero, celoso, vanidoso y vengativo, falso en sus promesas y honesto en sus maldiciones, suspicaz, ignorante, infame y espantoso: ése es el Dios del Pentateuco.” (“Some Mistakes of Moses”, Ingersoll Works)
“Todas nuestras ideas sobre la justicia y bondad de Dios se retuercen ante la impía crueldad de la Biblia. No es un Dios justo y bueno, sino un diablo posando como Dios, de quien la Biblia nos habla.” (“The Age of Reason”, Thomas Paine, p.198)
“… Un libro tan lleno de contradicciones y maldades no podría ser la Palabra de Dios, y (…) deshonramos a Dios cuando se lo atribuimos.” (The Life and Works of Thomas Paine, Vol. 9, p. 177)
“… pues en mi opinión la Biblia es una abierta calumnia contra la justicia y bondad de Dios, casi de principio a fin.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.199)
“… dado que nunca creeré en ningún libro que le atribuya a Dios crueldades e injusticias. Por tanto, rechazo la Biblia como un libro indigno de credibilidad.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.199)
“Busco rescatar la reputación de la Divinidad.” (“What We Must Do To Be Saved,” Ingersoll’s Work, Vol. 1, p.470)
Usted ha dicho en su carta, M. H., que el asunto es que debo nacer de nuevo. Pero ése no es el asunto de ninguna manera. El asunto es si el libro de donde proviene esa idea es válido, si es la palabra de Dios. Ése es el verdadero asunto. Si no es la palabra de Dios, ¿a quién le importa lo que dice? No es más inspirado ni merece más credibilidad que cualquier otro libro. Thomas Paine no pudo haberlo dicho mejor: “… pero antes de que se pueda aceptar cualquier cosa demostrada en la Biblia, se debe demostrar que la Biblia misma es cierta; pues si no lo es, o si su verdad es dudosa, deja de tener autoridad y no puede aceptarse como demostración de nada.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p.89)
Usted dice que necesito la salvación. Pero la verdad es que usted necesita darse cuenta de que ha aceptado un libro, ha adoptado sus mandatos y ha expuesto sus enseñanzas sin investigar su validez ni hacer una crítica razonablemente inteligente de su contenido. Usted parece estar tan desesperado por tener algo en qué creer que está dispuesto a minimizar o ignorar toda la información que se oponga. Como les dije recientemente a unos estudiantes universitarios luego de un largo debate: “Mientras se vea bien, suene bien, se sienta bien y parezca tener sentido, no les importará realmente si es cierto o falso. Tener algo en qué creer les importa más que la exactitud de lo que creen.” Lo dijo bien el filósofo Francis Bacon: “El hombre prefiere creer lo que quiere que sea cierto.”
Usted dice que estoy “empeñado en tratar de probar la falsedad de la Biblia.” En realidad, M. H., trato de ayudar a la gente a abrir los ojos ante el tremento número de problemas que contienen las escrituras. Por varios años les he estado enviando una carta de presentación a las emisoras radiales, que dice, en parte: “Desde los años 60 he dedicado la mayor parte de mi tiempo a un análisis exploratorio de la Biblia. Como Thomas Paine y Robert Ingersoll, me perturbó el gran número de dificultades que ésta contiene y decidí iniciar una presentación serena y desapasionada de las cosas que no se muestran al público. Mi fin no era herir los sentimientos de la gente, sino informar. Una vez que las personas tienen la información, sólo ellas pueden decidir cómo deben emplearla.” También cité un principio judicial fundamental: “La gente sólo puede formular un análisis informado y responsable de un tema cualquiera cuando se le da información a favor y en contra.” Del otro lado, M. H., quienes representan su posición, en especial los evangélicos, están empeñados en asegurarse de que la gente pueda oír sólo un punto de vista. ¿Cuándo ha oído a un teleevangelista decir que la Biblia se equivocaba sobre algo? No estoy “empeñado” en nada, M. H. Estoy tratando de corregir las cosas. Las condiciones del mundo ya nos tienen suficientemente empeñados a todos.
Usted dice: “el Espíritu Santo debe de estar reprobándole sus pecados.” Pienso que le haría bien consultar de nuevo al Espíritu Santo, M. H. ¿Desde cuándo él se dedica a alejar a la gente de la “palabra de Dios”? ¿Dónde y cuándo narra la Biblia un caso en que el Espíritu Santo haya castigado a la gente de esa manera? Por cierto, con respecto a uno de sus comentarios, espero que no haya sido su intención cuestionar mi integridad. Ninguno de los dos tiene motivo alguno para dudar de la decencia del otro. Los ataques personales no demuestran nada, son irrelevantes y sólo producen mala voluntad. De modo que apeguémonos al libro y no llevemos la discusión al nivel de los comentarios personales.
Usted me acusa de querer “refrigerar” el infierno, pero todo lo que intento hacer es dejar entrar algo de aire fresco en las mentes de muchas personas. Usted me pide que sea honesto con mis lectores y da a entender que les fallo al no publicar su folleto entero. Copiar folletos extensos como el suyo no es práctico. Es más: ya he expuesto tantos errores suyos que lograría poco imprimiendo el resto. ¿Por qué discutir la información secundaria restante? Le he dado un espacio para que hable, M. H., y seguiré haciéndolo. Así que, por favor, diga dónde he citado su folleto fuera de contexto o le he negado un espacio apropiado.

(Parte 2)

Usted dice que Elías revivió en el momento de la Transfiguración. En el contexto de su frase, me parecería que “revivió” quiere decir “regresó a la vida”. ¡Pero usted dice que Elías nunca murió! Si no murió, ¿cómo revivió?

Respuesta del Editor (parte 2)

¡Buena pregunta, M. H.! Ése es el comentario más inteligente que ha hecho. Pero no me pregunte a mí; pregúntele a la Biblia. Quiero saber cómo resuelven los apologetas esta contradicción. No he dicho yo que Elías no hubiera muerto: lo dice la Biblia en 2 Reyes 2:11. No he dicho yo que Elías se hubiera levantado de la muerte: lo dice la Biblia en Mateo 17:3. Yo me limito a citar el registro bíblico. Si usted insiste en que Elías nunca murió y, por tanto, no volvió a la vida en el momento de la Transfiguración, entonces, ¿por qué se le menciona junto con Moisés, que sí revivió? El problema es si Mateo 17:3 dice que Elías se levantó de la muerte, y el contexto parece decir que sí.

(Parte 3)

Usted dice: “¿Cómo podía Jesús ser el salvador de toda la humanidad cuando no pudo salvarse ni a sí mismo?”. Así es como fue el Salvador de la humanidad: se entregó a nosotros para pagar por nuestros pecados. En cierta form, Jesús no podía salvarse de morir en la cruz si es que iba a seguir existiendo la humanidad, pues Jesús tenía que hacer el sacrificio que pagaría por los pecados que hemos cometido contra Dios.

Respuesta del Editor (Parte 3)

M. H., ha ignorado todo lo que dije en el número 2. ¿Cómo podía Jesús estar entregándose a la humanidad, si dijo: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado?”? Es claro que no estaba muriendo voluntariamente por nadie y no estaba entregándose a la humanidad. Usted repite que él murió por usted, pero él dice que no. ¿Por qué no le cree?
¿Qué quiere decir con: “En cierta form, Jesús no podía salvarse”? O podía o no podía. No hay punto medio. Y sus palabras dejan claro que no podía por más que quisiera.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De A. B. en Fort Worth, Texas

Apreciado señor Mr. McKinsey: Incluso si se destruyera cada copia de la Biblia y no hubiera forma de reproducirla, la historia y el mensaje de Jesucristo vivirían. Seguirán viviendo y creciendo mientras el mundo necesite amor. Cada parte de la creación necesita cuidado y amor. La supervivencia misma de la vida está en juego. Le envío copia de un sermón esperando que llegue hasta usted.

Respuesta del Editor

Apreciada A. B: Lamento decirle que, de todas las cartas apologéticas que he recibido, su enfoque está entre los más débiles. ¿Qué ha demostrado? ¡Nada! ¿Qué evidencia ha aportado? ¡Ninguna! ¿Dónde están su datos? Todo lo que ha hecho es repetir frases que le hacen sentir bien. Ni siquiera se ha tomado la molestia de apoyar su posición con versos bíblicos. Igualmente yo podría decir que estoy seguro de que dentro de 40 años me elegirán presidente de los Estados Unidos. Pruebe usted que no. ¿Cómo sabe lo que va a pasar antes de que pase? ¿Cómo sabe que el mensaje de Jesús seguirá vivo si la Biblia fuera destruida y no pudiera reproducirse? Más importante aún: ¿a quién le importa? El asunto no es si el mensaje bíblico permanecerá, sino si es exacto. El apoyo constante de la mayoría no prueba que sea cierto. Como alguien dijo: “Las mayorías no significan nada: durante el Diluvio sólo un hombre sabía protegerse de la lluvia”. Durante los linchamientos, la mayoría quiere a un hombre colgado pero eso no hace que esté bien.
Concuerdo con usted en que las partes vivas de la creación necesitan amor y que la supervivencia misma está en riesgo, pero, ¿qué tiene eso que ver con la veracidad de la Biblia? La necesidad de amor no demuestra que Jesús sea la respuesta; sólo hace que algunos busquen amor en él.
En lo que concierne al sermón que me ha enviado, es difícil cómo podría llegarle a alguien, a juzgar por sus claras inexactitudes. Tenemos prueba de ello mirando una frase de la página 2: “[Jesús] no creía que existiera un diablo, pero sí creía que el poder era demoníaco”. Pero Jesús no sólo creía en la existencia del diablo, sino que tuvo conversaciones con él (Mateo 4:3-10, Lucas 4:3-8).

De P. H. en Cincinnati, Ohio

El hecho de que las personas actuales sigan basando sus filosofías y enfoques políticos, sociales y hasta económicos en los pronunciamientos clara y demostrablemente falsos de antiguas deidades ficticias es alarmante, por decir lo menos. Y, aunque nunca le negaría a nadie el derecho a la libertad de expresión y de creencia, sus esfuerzos, Dennis, son valiosos porque señalan abiertas falsedades en las que demasiadas personas durante demasiado tiempo han creído ver verdades absolutas e incontestables. La importancia global de nuestras filosofías, religiosas o de otra clase, es mucho más importante de lo que uno supondría automáticamente. Nuestros enfoques suelen determinar cómo observamos, interpretamos y reaccionamos a nuestro ambiente y a nosotros mismos, y principalmente por esta razón es importante que nuestras filosofías concuerden con los hechos disponibles, lo cual rara vez ocurre. Saludo de corazón sus esfuerzos por separar los hechos de la ficción. Si todos compartieran su deseo por conocer y entender mejor nuestro complejo mundo, no dudo que sería un lugar mucho más agradable donde vivir. Siga con su buena obra (y que Dios esté con usted).

Respuesta del Editor

¿Qué puedo decir, P. H.? Su amabilidad es superada sólo por su sabiduría.

De B. R. en St. Cloud, Minnesota

Recibí el número 2 de Fallas de la Biblia y me ha parecido extraordinario. He creído por mucho tiempo que los cristianos deben ser vencidos en su propio terreno (me refieron a los cristianos que buscan convertir), que es la Biblia misma. (…)

Respuesta del Editor

Creo que ambos estamos de acuerdo con Paine, quien dijo, “No buscaré fuera de la Biblia pruebas contra su supuesta autencididad. El falso testimonio siempre obra bien en contra de sí mismo.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p. 105)

De R. H. en Wisconsin

Dennis: me gusta el material que está publicando. Me gustaría hacer el intento de publicar unos manuales de trabajo para estudio bíblico. Debe de haber alguna manera de hacer llegar el mensaje de que la interpretación bíblica debe basarse en una interpretación no literal. Siga con su buen

FALLAS DE LA BIBLIA 3

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 3
Marzo de 1983

COMENTARIO

LA SALVACIÓN

Después de Jesús, probablemente ningún tema ocupa más la mente de los cristianos que la salvación. Hay que hacer lo que sea para ser salvados, suponiendo, claro está, que la salvación exista. Hay que obtener la vida eterna. Ésa es la actitud cristiana. Sin embargo, el problema fundamental al respecto es que, incluso si uno le dijera a un creyente: “De acuerdo, te creo, así que dime qué debo hacer para salvarme”, no podría recibir una respuesta racional. ¿Por qué? Porque la respuesta dependería de qué versos bíblicos se escogieran. Algunos pasajes de las escrituras dicen que nos salvamos por obras, otros dicen que por fe, otros dicen que nuestro destino ya está predeterminado y otros dicen que se decide por capricho de Dios: él simplemente mira y escoge arbitrariamente a los que desea.

(1) La salvación por obras se describe con claridad en Mateo 19:16-21, donde un hombre le preguntó a Jesús qué debía hacer para tener la vida eterna:

“Y he aquí, uno llegándose le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios: y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Dícele: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No mataras: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio: Honra a tu padre y a tu madre: y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Dícele el mancebo: Todo esto guardé desde mi juventud: ¿qué más me falta? Dícele Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.”
Está claro que, según Jesús, la salvación se obtiene por obras. Los buenos actos, seguir los mandamientos, es todo lo que se necesita. Jesús no dijo nada sobre creer. La fe o creencia ni siquiera se menciona. Robert Ingersoll dijo muy bien: “[En el capítulo 19 de Mateo encontramos que] un hijo de Dios le pregunta a Dios qué necesita hacer para heredar la vida eterna (…). Ahora bien, si alguna vez tuvo el Todopoderoso la oportunidad de conceder a un hombre de mente curiosa la información necesaria sobre el particular, aquí estaba la oportunidad (…) [Pero Jesús] no le dijo: Debes creer en mí, en que soy el hijo unigénito del Dios vivo. No le dijo: Debes creer en la Biblia. No le dijo: Debes guardar el sabat, que es sagrado. (…) ¿Qué derecho tiene la iglesia para añadir condiciones para la salvación?” (What Must We Do To Be Saved?, Ingersoll’s Works Vol. 1 p 465.)
Por cierto, Jesús sólo citó cinco mandamientos, y “Amarás a tu prójimo” ni siquiera hace parte de los diez mandamientos. Se encuentra realmente en Levítico 19:18.
Marcos 10:17-19 repite el mensaje esencial de Mateo 19:16-18 y, además, enumera un mandamiento, “no defraudes”, que ni siquiera existe. De nuevo, omitió cinco mandamientos. (Ver también: Lucas 18:18-22, 10:25-28, Hechos 10:35 Ezequiel 18:4-9, Santiago 1:25, 27, 2:21, 25, Romanos 2:13, 1 Corintios 7:19, Lucas 19:8-9, Juan 5:28-29, Deuteronomio 10:12-13, Eclesiastés 12:13). Todos estos versos se parecen a Miqueas 6:8, que dice:
“…qué pida de ti Jehová: solamente hacer lo justo, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.”
Todos estos versos dicen que uno se salva por las buenas obras. Ninguno menciona nada relacionado con la creencia o fe. Las buenas obras solas bastan.

(2) Algunos versos sostienen que nuestro destino está predeterminado, fijo, como Hechos 13: 48:

“Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”
Y Efesios 1:4-5:
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; nabiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo a sí mismo, según el puro afecto de su voluntad.”
(Ver también 2 Tesalonicenses 2:13, Efesios 1:11, Mateo 24:24, 31, Proverbios 16:9, 20:24, 2 Timoteo 2:10, 1 Pedro 1:2, 2:8.)

(3) Otros pasajes afirman que Dios simplemente selecciona a las personas según le place. El salmo 65:4 es un buen ejemplo:
“Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar a ti, para que habite en tus atrios.”
(Ver también: Juan 6:44, 65, 17:9, Hechos 22:14, Romanos 9:16, 18, Salmo 86:13)

(4) Y, por supuesto, están los versos que citan los cristianos para probar que uno se salva por fe. Hechos 16: 30-31 es muy representativo:
“Y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.” (Ver también: Juan 14:6, 3:15-16, 18, 36, 6:28-29, 47, 11:25-26, Hechos 4:12, 13:39, Romanos 1:16-17, Hebreos 11:6, Efesios 2:8-9)

Todo lo anterior muestra claramente que, incluso si uno se fuera a someter completamente a las enseñanzas cristianas, todavía no sabría qué hacer. Si se salva por obras, más le vale hacer actos buenos; si se salva por un acto divino de selección misericordiosa, sólo puede esperar ser escogido; si se salva por fe, tiene que escoger las creencias correctas; y si su destino está predeterminado, puede olvidarse de todo el asunto: ¿por qué preocuparse por lo inalterable? Es interesante observar que, aunque Pablo a menudo habla de salvación por fe, Jesús claramente dice que uno se salva por obras. Y, a menos que el cristianismo sea realmente “paulismo”, las palabras de Jesús tienen más peso.
Una vez Thomas Paine hizo una astuta observación con respecto a la salvación paulina por fe: “Un grupo de predicadores hace que la salvación consista en creer. Les dice a sus congregaciones que si creen en Cristo se les perdonarán los pecados. En primer lugar, ésta es una invitación a pecar, de modo similar a cuando se le dice al hijo pródigo que su padre pagará todas sus deudas: se endeuda más rápido y se vuelve más extravagante. Papá dice que él pagará todo y el hijo continúa: igualmente, Cristo paga todo, y el pecador sigue pecando.” (The Life and Works of Thomas Paine Vol 9, p. 27)
Paine hizo un comentario igualmente preciso con respecto a la predestinación: “Otro grupo de predicadores les dice a sus congregaciones que Dios predestinó y escogió, desde el principio de la eternidad, a un cierto número para que fueran salvos, y a un cierto número para que fueraon condenados eternamente. Si fuera cierto, el día del juicio ya pasó: su prédica es vana y les iría bien haciendo algo más útil con sus vidas. Esta doctrina tiende directamente a desmoralizar a la humanidad.” (The Life and Works of Thomas Paine, Vol 9, p. 208)
No sorprende que nunca se haya cumplido esta profecía de Jesús:
Juan 10:16: “… y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” Es fácil entender cómo un libro tan incoherente como la Biblia ha dado origen a más de mil quinientas denominaciones cristianas diferentes. El defecto no está tanto en los predicadores como en el libro que predican.

PROFECÍAS

Los cristianos suelen decir que la supuesta inspiración de la Biblia se demuestra por las exactas profecías que contiene. Pero cualquier análisis razonablemente objetivo del libro expone varias predicciones incorrectas. En general, las fallas proféticas pueden agruparse en tres categorías: las que se cumplieron en una manera diferente de la prometida, las que nunca ocurrieron, y las referencias en el Nuevo Testamento a profecías del Antiguo Testamento que no existen. Además de la predicción errada de Jesús sobre el cantar del gallo, el ladrón que iría con él al paraíso y la similaridad entre su muerte y el tiempo de Jonás dentro de la ballena (ver número 2 de Fallas de la Biblia), se pueden mencionar las siguientes falsedades:
En Génesis 2:17 Dios le dijo a Adán: “Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.” Pero Adán comió el fruto y no murió en ese día. De hecho, vivió hasta los 930 años (Génesis 5:5).
Si la intención del verso era una muerte espiritual en vez de física, entonces ése también podría haber sido el caso cuando David pecó contra Dios y Natán le dijo en 2 Samuel 12:14:
“Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar á los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido morirá ciertamente.” El verso 18 deja claro que, poco después, el niño murió física y no espiritualmente (lo que también contradice Deuteronomio 24:16).
A menos que el contexto muestre que un verso debe interpretarse espiritualmente, debemos adherirnos a un enfoque literal. El conocido apologeta W. Arndt dijo muy bien: “Debe recordarse que no se justifica desviarse del sentido literal a menos que las Escrituras mismas señalen ese proceder.” (Bible Difficulties, W. Arndt, p. 133.)
Hallamos otra profecía errada en Génesis 28:13: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente.” Jacob nunca recibió la tierra prometida y es discutible si el lugar donde yacía llegó a ser propiedad de sus descendientes.
En Génesis 35:10 Dios le dijo a Jacob: “Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre: y llamó su nombre Israel.”
Pero sólo 11 capítulos después el texto dice en Génesis 46:2: “Y habló Dios á Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí.”
Para concluir, una falsa profecía entre las veintenas disponibles se encuentra en Deuteronomio 23:3: “No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová para siempre.”
Rut la moabita no sólo entró en la congregación de Dios, como se ve en Rut 1:4, 1:22, 4:13, 4:17, sino que fue antecesora de David y Jesús.
Aún más notables son las profecías inexistentes, como la de Mateo 2:23: “Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.” Que debiera llamarse nazareno no aparece en el Antiguo Testamento. No hay tal profecía.

JESÚS, EL MODELO DEFECTUOSO

Me pareció apropiado concluir el comentario de este número con más frases y actos de Jesús que contradicen su perfección.
En Mateo 5:44 Jesús le dijo a la gente: “…Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen…” Pero él varias veces insultó y maltrató a sus adversarios. (Ver Mateo 23:15, 23:17, 19, 27, 33, Juan 10:8, Lucas 11:40, Mateo 12:34.)
En Juan 12:32 Jesús dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, á todos traeré á mí mismo.” Se supone que Jesús fue levantado, pero está lejos de haber atraído a todos. La mayor parte de la humanidad nunca ha oído su nombre.
En Mateo 8:20 Jesús dijo: “Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza”, mientras que Marcos 2:15 dice: “…estando Jesús á la mesa en casa de él…” Jesús no tenía donde recostar la cabeza, pero poseía una casa. Según el salmo 24:1, todo le pertenece.
Y para terminar, en Mateo 19:19 Jesús dijo: “Honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pero le decía a su propia madre en Juan 2:4: “¿Qué tengo yo contigo, mujer?” Al parecer, Jesús se había olvidado del amor. Éste es el mismo Jesús que nos dijo que honráramos a nuestros padres.

RESEÑA

Un problema relacionado con la toma del fruto prohibido es especialmente molesto para los creyentes. ¿Cómo pudo aparecer el mal en el comienzo, si todo lo que Dios creó era perfecto y bueno? Adán y Eva no pudieron haber creado el mal, pues eran parte de la creación perfecta. Como seres perfectos, no podían haber creado la imperfección, es decir, el pecado. Si lo hicieron, si les era posible, entonces por definición no eran perfectos. El apologeta W. Arndt dijo muy bien:
“Aquí nos enfrentamos a un misterio, desconcertante para todo creyente, del que nosotros, apoyados en la Biblia, no podemos ofrecer más explicación que la que se nos ofrece por revelación divina: a saber, que Satanás introdujo el pecado en el mundo. Si se traslada la cuestión más allá de este punto [cosa que Fallas de la Biblia no duda en hacer] y se pregunta cómo Satanás, quien evidentemente fue creado como un ser bueno, pudo pervertirse y volverse enemigo de Dios, no somos capaces de dar una solución. Éste es un asunto sobre el que Dios no creyó necesario informarnos en Su santa Palabra.” (Bible Difficulties, W. Arndt, p.132)
Es fácil entender por qué no se da ninguna respuesta. No la hay.
Este problema va en paralelo con el que presentan Isaías 44:24, Eclesiastés 11:5, Juan 1:3, Efesios 3:9, Apocalipsis 4:11 y otros que sostienen que Dios debe ser el creador de todo. Si Dios no creó el mal, entonces. o el mal no existe, o Dios no creó algunas cosas, como el mal. Es así de sencillo. Al tratar de remediar el problema, W. Arndt afirmó:
“… hay ángeles que no permanecieron en el estado de rectitud y santidad en el que habían sido creados, sino que pecaron, dejando su propia morada, la mansión celestial, y fueron arrojados por Dios al infierno (…) Es aquí donde tenemos el origen del mal en el universo. Uno de estos ángeles caídos es Satanás, y fue él quien empleó a la serpiente en su exitosa intención de llevar a la humanidad al pecado.” (Ibid. p. 136)
Esta explicación tiene una evidente falla. Si la creación original de Dios era perfecta, ninguna parte de ella pudo haber creado el mal. Si los ángeles caídos eran originalmente perfectos, entonces no pudieron haber cometido más maldades que el supuestamente perfecto Jesús.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De R. W. en Cedarville, Ohio

[Luego de citar 2 Timoteo 3:16, que dice que toda escritura es inspirada]

La primera pregunta que me gustaría hacerle es por qué está llegando a tales extremos para desacreditar la autoridad de la Palabra de Dios. En segundo lugar, ¿usted cree que un cristiano que ama al Señor Jesús tiene la autoridad para refutar la Palabra de Dios? Tercero, ¿usted cree que [2 Tim. 3:16] es Palabra de Dios o palabra de los hombres? ¡Yo creo que es plenamente la infalible palabra de Dios! (…) Cuarto, ¿usted cree que nuestro Dios es Dios de la verdad? Sabemos a partir de Tito 1:2 (…) que Dios no puede mentir. Por último, señor McKinsey: si usted no conoce personalmente a Jesucristo como Salvador, entonces su corazón y su mente están oscurecidos por el espíritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia. Lea Efesios 2:1-10 (…) [Luego de hacerme más preguntas comunes de sermón de predicador] ¿Está usted salvado por la fe? Me gustaría algún día que nos encontráramos personlmente para discutir este asunto. Por favor, responda a mis preguntas. La única razón por la que se las hago es que es vital conocer a Cristo para identificar correctamente y conocer la verdad. Definitivamente me encantaría responder a algunos de sus argumentos sobre falibilidad y los versos que ha citado. Pero confío en que usted busca en la palabra de Dios la salvación en Cristo, y no la forma de probar sus propias convicciones.

Respuesta del Editor

R. W., aprecio recibir su carta, no sólo porque expone varias de las grandes falacias de las creencias cristianas, sino porque también permite el diálogo. A diferencia de los teleevangelistas cristianos, yo creo que con respecto a la validez de la Biblia ambos lados merecen ser oídos. Es imposible que emerja la verdad cuando millones oyen o leen una sola versión. A gran escala, ése es el problema con las denominaciones cristianas hoy en día. Cada grupo vive en una cápsula ideológica llena de sentimientos de superioridad.
Permítame responder a sus argumentos uno a la vez. Usted comienza cometiendo el mayor error de los cristianos: afirmar que la Biblia es la palabra de Dios. Me gustaría darle una lista, una letanía, de los actos que Dios ha cometido en el Antiguo Testamento. Recuerde que Dios, el ser perfecto, hizo todo lo siguiente en lo que se supone que es su libro: creó el mal (Lamentaciones 3:38, Jeremías 26:3, 36:3, Ezequiel 20:25-26, Jueces 9:23, 1 Samuel 16:23, 18:10); engañó (Jeremías 4:10, 15:18, 20:7, 2 Crónicas 18:22, Ezequiel 14:9, 2 Tesalonicenses 2:9-12); ordenó mentir (Éxodo 3:18, 1 Samuel 16:2); mintió (Génesis 2:17, 2 Samuel 7:13); premió a los mentirosos (Éxodo 1:15-20); ordenó embriagarse (Jeremías 25:27); premió al insensato y al transgresor (Proverbios 26:10); puso a un hombre en manos de Satanás (Job 2:6); introdujo un espíritu perverso (Isaías 19:14); esparció estiércol en la cara de la gente  (Malaquías 2:3); ordenó robar (Ezequiel 39:10, Éxodo 3:22); hizo falsas profecías (Jonás 3:4. Génesis 35:10); cambió de opinión (Jonás 3:10); provocó adulterio (2 Samuel 12:11-12); ordenó un matrimonio con una prostituta (Oseas 1:2, 3:1-2); mató (Números 16:35, 21:6, Deuteronomio 32:39, 1 Samuel 2:6, Salmo 135:10); ordenó matar (Levítico 26:7-8, Números 25:4-5); tuvo mal carácter (Deuteronomio 13:17, Jueces 3:8); a menudo era celoso (Deuteronomio 5:9, 6:15); no estaba en todas partes (Génesis 4:16, 11:5, 1 Reyes 19:11-12); no lo sabía todo (Deuteronomio 8:2, 13:3, 2 Crónicas 32:31); a menudo se arrepintió (Éxodo 32:14, 1 Samuel 15:35); practicó la injusticia (Éxodo 4:22-23, Josué 24:20, Romanos 5:12); tuvo favoritos (Deuteronomio 7:6, 14:2, 1 Samuel 12:22); aceptó la esclavitud (Éxodo 21:20-21, Deuteronomio 15:17); discriminó a las personas con deformidades (Levítico 21:16-23); discriminó a los hijos ilegítimos (Deuteronomio 23:2); castigó a muchos por los actos de uno (Génesis 3:16, 20:18); castigó a los hijos por los pecados de sus padres (Éxodo 12:29, 20:5, Deuteronomio 5:9); evitó que varias personas oyeran su palabra (Isaías 6:10, Juan 12:39-40); apoyó los sacrificios humanos (Éxodo 22:29-30, Ezequiel 20:26); ordenó el canibalismo (Levítico 26:29, Jeremías 19:9); exigió vírgenes como botín de guerra (Números 31:18, 35); ordenó jugar suertes (Josué 14:2, Números 26:55-56); ordenó lisiar caballos (Josué 11:6); aceptó la violación de mujeres enemigas (Deuteronomio 21:10-14); aceptó que se apaleara a muerte a los esclavos (Éxodo 21:20-21); exigió que la mujer violada se casara con su agresor (Deuteronomio 22:28:29); enseñó la guerra (Salmo 144:1); ordenó quemar heces humanas para cocinar (Ezequiel 4:12); decretó intencionalmente leyes malas (Ezequiel 20:25); disculpó los pecados de prostitutas y adúlteras (Oseas 4:14); excusó a un asesino y le prometió protección (Génesis 4:8-15); mató a un hombre por negarse a embarazar a su cuñada viuda (Génesis 38:9-10); y es indeciso (Génesis 18:17-18).
Ahora imagine a alguien, en especial un ser supuestamente perfecto, que dijera: “Sí, ése es mi libro, el que me representa; así soy yo”. ¿Qué villano, qué criminal en toda la historia tiene un historial comparable?
Segundo, usted pregunta si creo que un cristiano que ama al Señor Jesús tiene la autoridad para refutar la Palabra de Dios. Para empezar, no es cuestión de autoridad, sino de derecho. Todos, cristianos o no, tienen del derecho, la obligación, de cuestionar la verdad de lo que se le dice y exigir evidencia. La obediencia ciega lleva al desastre. Y cada parte de Fallas de la Biblia prueba que la Biblia no es palabra de Dios.
Tercero, usted pregunta si conozco y amo al Señor y Salvador. Mi respuesta ya debería ser obvia. No es el Señor y no es nuestro Salvador. Pero que usted o yo digamos cosas prueba poco: la evidencia, como la mostrada en Fallas de la Biblia, es lo que cuenta.
Cuarto, usted pregunta si creo que la Biblia es la Palabra de Dios. Usted dice creer que es plenamente infalible. Pero lo que crea usted o yo es irrelevante e importa poco. Como en un tribunal, la evidencia debe hablar por sí misma.
Quinto, usted pregunta si creo que nuestro Dios es Dios de la verdad. Fallas de la Biblia no se ocupa de la naturaleza de Dios: su campo es la Biblia. Por definición, Dios no puede mentir, pero la Biblia sí miente.
Sexto, repetir que Jesús es nuestro Salvador no prueba nada. ¿Por qué lo sigue diciendo sin agregar ninguna prueba? Los creyentes parecen pensar que si repiten una afirmación muchas veces la gente terminará sucumbiendo.
Séptimo, ¿estoy salvado por la fe? No, y tampoco usted, segun Jesús. En este número se ha discutido cómo se salva uno, si es que existe la salvación. La Biblia no puede darle a nadie una respuesta definitiva a esta pregunta.
Y, para responder a su última pregunta, lamento decirle, R. W., que se equivoca doblemente. No busco en la Biblia la salvación en Cristo porque no es la palabra de Dios y Jesús no es mi Salvador, y no estoy probando mis propias convicciones. Yo aporto hechos, evidencia, documentación e información. Otros formularán las convicciones y serán el jurado.

FALLAS DE LA BIBLIA 2

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 2
Febrero de 1983

LA RESURRECCIÓN

Entre las creencias cruciales para el cristianismo, pocas son de mayor importancia que la de la resurrección. Pablo llegó al punto de afirmar que la base misma del cristianismo se apoya en este hecho:
1 Corintios 15:14 “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” (también 1 Corintios 15:17)
Pero, ¿por qué debería ser tan importante la resurrección? Elías levantó de la muerte a un niño (1 Reyes 17:17-22); Samuel le dijo a Saúl: “¿Por qué me has inquietado haciéndome venir?” (1 Samuel 28:15); Eliseo levantó al hijo de una sunamita (2 Reyes 4:32-35); un muerto que estaba siendo sepultado revivió al tocar los huesos de Eliseo (2 Reyes 13:21); Moisés y Elías revivieron en el momento de la Transfiguración (Lucas 9:29-31); los santos se levantaron cuando murió Jesús (Mateo 27:52-53); la hija de Jairo se levantó de la muerte (Mateo 9:18, 23-25); el hijo de la viuda de Naín revivió (Lucas 7:11-15) y Lázaro fue resucitado (Juan 11:43-44). Todas estas personas se levantaron de la muerte, y antes de que Jesús lo hiciera. Así que, ¿por qué atribuirle tanta importancia al evento? Para cuando Jesús se levantó de la muerte, éste ya era un suceso bastante común. Es más: no sólo antes, sino también después de Jesús: Pedro revivió a Tabita y Pablo a Eutico.
Hace varios años, mientras participaba en un programa radial, un oyente llamó y me dijo que, a diferencia de Jesús, todas las personas mencionadas volvieron a morir. Pero Pablo dijo claramente que lo que importaba era la resurrección en sí misma, no el hecho de que Jesús no hubiera vuelto a morir. Le pedí al oyente que citara un pasaje bíblico que justificara su afirmación. No dio respuesta.
Un segundo problema relacionado con la resurrección tiene que ver con los registros contradictorios que dan los cuatro evangelios sobre lo que ocurrió. Los siguientes son algunos de los mayores desacuerdos que rodean a los eventos conectados con la resurrección:

A. ¿A qué hora de la mañana fueron las mujeres a visitar la tumba?
Al amanecer (Marcos 16:2)
Cuando todavía estaba oscuro (Juan 20:1)

B. ¿Quién fue?
María la Magdalena sola (Juan 20:1)
María la Magdalena y la otra María (Mateo 28:1)
María la Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé (Marcos 16:1)
María la Magdalena, Juana, María la madre de Santiago, y otras mujeres (Lucas 24:10)

C. ¿La tumba estaba abierta o cerrada cuando llegaron?
Abierta (Lucas 24:2)
Cerrada (Mateo 28:1-2)

D. ¿A quién vieron en la tumba?
Un ángel (Mateo 28:2)
Un hombre joven (Marcos 16:5)
Dos hombres (Lucas 24:4)
Dos ángeles (Juan 20:11-12)

E. ¿Estos hombres o ángeles estaban adentro o afuera del sepulcro?
Afuera (Mateo 28.2)
Adentro (Marcos 16:5, Lucas 24:3-4, Juan 20:11-12)

F. ¿Estaban de pie o sentados?
De pie (Lucas 24:4)
Sentados (Mateo 28:2, Marcos 16:5, Juan 20:12)

G. ¿María la Magdalena se dio cuenta cuando Jesús se le apareció por primera vez?
Sí (Mateo 28:9)
No (Juan 20:14)

Si las historias fueran coherentes, uno podría escribir una sola narración larga y continua que incorporara las cuatro versiones sin temor a divergencias. Pero esto nunca se ha hecho sin agregar, alterar u omitir versos clave. Los apologetas suelen ofrecer el argumento del “testigo del accidente de tránsito”, que es irrelevante, pues dos versiones diametralmente opuestas y mutuamente excluyentes del mismo evento no pueden ser simultáneamente exactas. Una de las dos es falsa. Es más: los testigos de un accidente, a diferencia de los evangelistas, no afirman ser infalibles.
Thomas Paine resumió bastante bien la relación entre los evangelios:
“… creo que es imposible encontrar en historia registrada alguna tantos y tan notables absurdos, contradicciones y falsedades como en los [evangelios]. Son más numerosos y chocantes de lo que había esperado encontrar cuando empecé este examen…” (Age of Reason, p. 167)
Un tercer problema conectado con la resurrección está en el hecho de que, incluso si Jesús se hubiera levantado, nadie lo seguiría:
Eclesiastés 3:19-21 “Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros (…) ni tiene más el hombre que la bestia (…) Todo va a un lugar: todo es hecho del polvo, y todo se tornará en el mismo polvo. ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres suba arriba, y que el espíritu del animal descienda debajo de la tierra?”
Job 7:9-10, 1 Timoteo 6:15-16 e Isaías 26:14 lo corrroboran. Robert Ingersoll, uno de los mayores comentaristas bíblicos de la historia estadounidense, dijo sabiamente: “El Antiguo Testamento nos dice cómo perdimos la inmortalidad y no dice ni una palabra sobre otro mundo, desde el primer error del Génesis hasta la última maldición de Malaquías. Ningún hombre del Antiguo Testamento se para junto a un muerto y le dice: ‘Nos encontraremos de nuevo’. De la cima del Sinaí no vino ninguna esperanza de otro mundo”. (Orthodoxy, Ingersoll’s Works, Vol. 2, p 424.)
Por último, hubo otros eventos todavía más extraordinarios. Para empezar, Adán nunca nació (Génesis 1:27); vino al mundo como adulto. Enoc (Génesis 5:22-24) y Elías (2 Reyes 2:11) nunca murieron. Elías fue directamente al cielo, lo que, por cierto, contradice directamente a Hebreos 9:27: “…está establecido a los hombres que mueran una vez…”.
En realidad, ¿qué hizo Jesús que no se hubiera logrado antes? Se levantó de la muerte, pero después de otros. Hizo milagros, pero otros los hicieron también. Revivió a muertos, pero ya lo habían hecho los profetas del Antiguo Testamento. Sanó, pero otros también. Entonces, ¿qué hizo Jesús que fuera diferente, que no se hubiera hecho antes? En pocas palabras: ¿qué lo hace sobresalir de la multitud? Miles han dicho ser el salvador, así que, ¿cuáles los actos que sustentan sus credenciales? Las afirmaciones solas no prueban nada. Cualquiera puede decir ser el Mesías. Miles lo han hecho.

JESÚS, EL MODELO DEFECTUOSO

Por dos mil años los cristianos han afirmado que Jesús de Nazaret es Dios encarnado, el ser sin pecados, la representación terrenal de la perfección.
1 Pedro 2:22 “El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca.”
Isaías 53:9 “Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.”
Pero el Nuevo Testamento muestra muchas afirmaciones y actos de Jesús que prueban lo contrario. Igual que Pablo, hizo varias afirmaciones falsas y profecías inexactas. Aquí van algunos ejemplos:

(A) Juan 7:8-10 “Vosotros subid a esta fiesta; yo no subo a esta fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido. Y habiéndoles dicho esto, quedóse en Galilea. Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió a la fiesta, no manifiestamente, sino como en secreto.”
Jesús rompió su palabra yendo en secreto luego de decir que no iría.

(B) En Juan 13:38 Jesús dijo: “…De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”
Pero Marcos 14:66-68 nos muestra lo que realmente ocurrió:
“Y estando Pedro abajo en el atrio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y como vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Y tú con Jesús el Nazareno estabas. Mas él negó, diciendo: No conozco, ni sé lo que dices. Y se salió fuera a la entrada; y cantó el gallo.”
Según la profecía de Jesús, el gallo cantaría luego de la tercera negación, no la primera.

(C) Jesús le dijo al ladrón en la cruz en Lucas 23:43 “… De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Esta profecía no pudo haberse cumplido a menos que Jesús hubiera ido al cielo en ese mismo día, pero entonces no podría haber estado sepultado por tres días.

(D) Jesús le dijo a un hombre en Marcos 8:34 “… Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Jesús dijo esto comenzando su ministerio. Pero la cruz no pudo haberse convertido en símbolo cristiano sino después de la crucifixión. No había cruz que tomar. Esta afirmación no habría tenido sentido alguno para el hombre a quien fue dicha.

(E) En Mateo 5:22 dijo: “… cualquiera que dijere, Necio, será culpado del infierno de fuego.”
Pero Jesús insultó varias veces a la gente, como en Mateo 23:17,19 (“¡Insensatos y ciegos!”) y Lucas 11:40 (“Necios…”).

(F) En Mateo 12:40 Jesús dijo: “Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
Marcos 15:37, 42 muestra que Jesús murió en el día anterior al sabat, es decir, el viernes. Marcos 16:9 y Mateo 28:1 muestran que, supuestamente, resucitó en algún momento de la noche del sábado o la madrugada del domingo. Del viernes por la tarde al domingo por la madrugada no hay tres días. Su profecía falló.

(G) En Juan 3:13 Jesús mintió: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.”
Este verso no sólo es históricamente inexacto, como muestra 2 Reyes 2:11 (“he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino”), sino también absurdo por sí mismo. Si el hijo del hombre (o sea, Jesús) estaba aquí hablando en la tierra, ¿cómo podía estar en el cielo?

(H) Y en Mateo 27:46 Jesús gritó fuerte: “Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.
¿Cómo podía Jesús ser el salvador de toda la humanidad cuando no pudo salvarse ni a sí mismo? Éstas no son las palabras de un hombre que va a a cruz voluntariamente a morir por nuestros pecados. Son las palabras de un hombre que puede pensar en cien lugares mejores donde preferiría estar. Ciertamente no son las palabras de alguien que tiene controlada la situación.

Estos ejemplos de la duplicidad de Jesús representan sólo una fracción de los 193 que podrían haberse presentado. El Nuevo Testamento da evidencia más que suficiente para demostrar la incapacidad de Jesús para servir de modelo confiable que ilumine el camino a la verdad y la honestidad, menos para reclamar el título de Mesías. Como dijo Thomas Paine: “Los sacerdotes de hoy en día profesan creer [la historia de Jesús]. Se ganan la vida con ella y claman contra lo que llaman infidelidad. Yo definiré lo que ésta es: QUIEN CREA EN LA HISTORIA DE CRISTO ES INFIEL A DIOS”. (The Life and Works of Thomas Paine, Vol 9, p. 292)
Jesús no es la perfección encarnada. Como dijo Robert Ingersoll: “El Cristo teológico es la unión imposible de lo humano y lo divino: el hombre con los atributos de Dios, y Dios con las debilidades del hombre”.
Para cerrar el comentario de este número, vale la pena anotar varias contradicciones. El padre de José es Jacob en Mateo 1:16 pero es Elí en Lucas 3:23. David mató a 700 cocheros y 40.000 jinetes sirios según 2 Samuel 10:18, mientras 1 Crónicas 19:18 dice que fueron 7.000 cocheros y 40.000 soldados de infantería. Salomón tenía 40.000 caballerizas en 1 Reyes 4:26 pero 2 Crónicas 9:25 dice que eran 4.000 caballerizas.

RESEÑA

Aunque Gleason Archer, en su obra apologética Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, evitó algunas de las contradicciones mencionadas (tome su cruz, no iré a la fiesta, no insultes a tu prójimo), sí dirigió su atención a otras.
Su explicación del problema de “hoy estarás conmigo en el paraiso” es especialmente reveladora. Abunda en suposiciones, conjeturas e hipótesis, ninguna de las cuales tiene fundamento bíblico. En la página 367 Archer dice: “La respuesta está en la ubicación que tenía el paraíso durante el Viernes Santo. Al parecer, el paraíso no fue elevado al cielo hasta el Domingo de Pascua. Jesús parece referirse a él en la parábola del rico y Lázaro como el ‘seno de Abraham’, adonde los ángeles llevaron al santo mendigo Lázaro luego de su muerte (Lucas 16:19-31).”
¡Parece, parece! “Al parecer, el paraíso no fue elevado.” “Jesús parece referirse a él en la parábola del rico.” No hay ninguna evidencia sólida de la veracidad de estas suposiciones. Sin embargo, desde el punto de vista de Archer sería muy agradable que así fuera, pues el problema se desvanecería.

Él continúa:
“Así, el seno de Abraham se refiere al lugar donde esperan las amas de los redimidos hasta el día de la resurrección de Cristo. Puede suponerse que éste es el mismo paraíso (…) Sin duda, era el paraíso infernal donde las almas de Jesús y el ladrón arrepentido fueron luego de morir en la tarde del viernes.”
¡Puede suponerse! ¿Quién lo supone? Toda la explicación de Archer se basa en conjeturas y suposiciones injustificadas. ¿Dónde está la evidencia de que el paraíso no se convirtió en cielo hasta el Domingo de Pascua, de que el paraíso es el mismo seno de Abraham, o de que las almas entraban al paraíso antes de ir al cielo? Es más: incluso si Jesús y el ladrón hubieran ido al “paraíso” en vez de ir al cielo, igual Jesús no habría permanecido los tres días bajo tierra que había profetizado en Mateo 12:40.
Como muchos apologetas, Archer supone que si puede construir explicaciones razonablemente viables para dificultades bíblicas, entonces no hará falta evidencia que las sustente. Las teorías posibles envueltas en especulaciones cuidadosamente armadas son suficientes por sí mismas. La mayoría de la apologética tiene más que ver con racionalizaciones y justificaciones que con la verdad objetiva.

Con respecto al número de caballerizas de Salomón y las diferencias en nombres propios, Archer admite con franqueza la contradicción. En la página 222 dice:
“Al explicar estos errores de transmisión (según creemos que son), debe entenderse que los números y nombres propios siempre son más susceptibles a errores que casi cualquier otra clase de tema…”
“Según creemos que son” es un franco reconocimiento de especulación. Sería igualmente racional suponer que no hubo errores de copia, sólo escritores independientes que seguían tradiciones independientes al registrar los mismos eventos. Los creyentes usan demasiado el argumento de “errores de copia” para escapar de dilemas que de otro modo serían insolubles. Es una ruta rápida de escape.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De M. H. en Dayton, Ohio

He leído su publicación Fallas de la Biblia. La Biblia dice en 1 Corintios 2:14: “Mas el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente”. Al tratar con la Biblia tratamos con un libro espiritual. Los hombres que escribieron las Escrituras lo hicieron movidos por el Espíritu Santo, y para entender las Escrituras uno debe ser espiritual. Para usted, como dice 1 Corintios 2:14, la Biblia parece infantil, llena de contradicciones y errores aparentes.
En realidad usted necesita nacer de nuevo. Jesús, Dios manifestado en la carne, dijo: “Debes nacer de nuevo”. Adjunto va un folleto que le dirá cómo salvarse y nacer de nuevo. Usted necesita la salvación, por favor léalo.

Respuesta del Editor

Usted me pidió leer su folleto, titulado “En el Infierno del Diablo”. Pues bien, lo hice y me ha parecido el típico panfleto que encontramos en la estación de bus, la mesa de biblioteca y el gozne de la puerta. En él abunda la urgente necesidad de aceptar a Jesús, confesar los pecados, salvarse y temerle al infierno. Dice mucho y no prueba nada.
Ahora yo le pido un proceder similar. Lea Fallas de la Biblia, pero no a través de un filtro de fundamentos cristianos. Entre otras cosas, el número anterior probó que la Biblia no debe tomarse por fuente confiable. Pero su folleto evitó toda la evidencia y procedió a ciegas con citas como: “los malvados serán llevados al infierno”, “Cristo murió por nuestros pecados y se levantó de entre los muertos” y “si confesares con tu boca (…) serás salvo”. Fallas de la Biblia muestra afirmaciones bíblicas claramente contradictorias que usted ha ignorado por completo.
Usted acepta a priori el asunto bajo discusión, la veracidad de la Biblia. Si se le preguntara cómo sabe que lo que dice es cierto, probablemente contestaría: porque está en la Biblia. En vez de preguntarse si la Biblia es cierta, usted lo da por sentado. Pero he probado lo contrario: la Biblia no es la verdad. Dice, por ejemplo, que “todos han pecado”, lo cual es totalmente falso. ¿Cómo lo sé? Porque su propio libro lo dice. ¿No me cree? “Noé, varón justo, perfecto fue en sus generaciones…” (Génesis 6:9); “Job (…) era (…) perfecto y recto…” (Job 1:1). Estos hombres eran perfectos, así que obviamente no podían haber sido pecadores. ¿Cómo puede uno ser un pecador y ser perfecto? La Biblia tiene cientos de problemas de esta naturaleza y, si me sigue, lo demostraré en los ejemplares siguientes. Pero, por favor, sea razonable: no puedo cubrir todo el libro en dos números.
Citar de una obra es vano a menos que primero se pruebe que el libro es válido, veraz y confiable. He dado evidencias de que la Biblia no pasa la prueba. En lugar de probar que mis evidencias son falsas o inválidas, en vez de probar que el libro es cierto, usted simplemente lo supone y cita a gusto. ¿No le cree a la Biblia cuando dice: “Examinadlo todo” en 1 Tesalonicenses 5:21, o: “Mas la sabiduría que es de lo alto (…) es pura, después (…) modesta, benigna…” en Santiago 3:17? ¿Qué ha demostrado usted? ¿Dónde está su razonamiento? La Biblia dice en 1 Pedro 3:15:  “estad siempre aparejados para responder (…) a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. ¿Dónde están su razones, su defensa? Las afirmaciones solas no prueban nada.
Usted me ha enviado un folleto que da a entender que las personas son malvadas y pecadoras, mientras que usted permanece confiado en Jesús. Pero la Biblia dice en 1 Juan 3:6: “Cualquiera que permanece en él, no peca…”. Si usted permanece en él, como así lo cree, ¿por qué sigue pecando? Seguramente no dirá que ya no peca. Amigo mío, con todo el debido respeto, si hay algún verso de la Biblia que usted y sus partidarios deban aprenderse de memoria, es Proverbios 14:15: “El simple cree a toda palabra: mas el avisado entiende sus pasos”.

De un lector anónimo en Cleveland, Ohio

Fallas de la Biblia discute las contradicciones, pero, ¿cuál es su importancia? La intención de la Biblia no era ser científicamente exacta. No es un tratado de historia. Se escribió para ofrecer un camino hacia la salvación por medio de Nuestro Señor Jesucristo. Usted se está concentrando demasiado en los detalles y no ve lo que realmente cuenta. Acepte a Jesús y tendrá la respuesta a sus preguntas.

Respuesta del Editor

Amigo mío, todo lo que usted sabe sobre Jesús proviene de las escrituras. La validez de Jesús depende de la validez, confiabilidad y exactitud de las escrituras. Rara vez concuerdo con los evangélicos, pero no podría estar más de acuerdo con el Concilio Internacional de Infalibilidad Bíblica de Oakland, California, en respuesta a la afirmación de que “La infalibilidad no es importante. Es entretenerse con detalles insignificantes. Lo que realmente cuenta es la relación de la persona con Jesucristo”:
“… Pero, ¿cómo conoce uno a Jesús, si no es como se nos presenta en la Biblia? Si la Biblia no es la Palabra de Dios y no muestra una imagen confiable de Jesús, ¿cómo sabe uno que está siguiendo al verdadero Cristo? Podría estar adorando a un Cristo imaginado por uno mismo.” (Does Errancy Matter, por James Boice, p. 24)
Una vez que aceptamos que hay errores en la Biblia, se abre una caja de Pandora. ¿Cómo sabemos qué partes son ciertas, si admitimos que algunas son falsas? Como dijo el citado concilio: “… Pero [afirmar que las partes de la Biblia donde Dios habla son ciertas y donde hablan los hombres no] es insensato. Quienes piensan así hablan de autoridad bíblica, pero en el mejor de los casos tienen una autoridad bíblica parcial, pues las partes erradas obviamente no pueden llevar autoridad. Peor aún: ni siquiera saben decirnos qué partes provienen de Dios y son ciertas y qué partes no provienen de Dios y yerran. Suelen decir que las “partes sobre la salvación” son de Dios, pero no nos dicen cómo separar las partes sobre la salvación de las que no lo son”. (Does Errancy Matter, por James Boice, p. 8)
También tenía razón este concilio cuando dijo que la siguiente confesión de fe: “… Claro que creo en la Biblia, como usted, pero, ¿qué diferencia hace si contiene algunos errores? Después de todo, no es un tratado de historia. No es un texto científico. Sólo nos habla de Dios y la salvación” era un ataque contra la Biblia. Más que un ataque, esta creencia es una refutación. Como dijo el reformador religioso John Wesley:
“Si hay error alguno en la Biblia, podría haber mil. Si hay falsedad alguna en ese libro, no provino del Dios de la verdad.”
¡Bien dicho! Y Fallas de la Biblia expondrá esas falsedades.

FALLAS DE LA BIBLIA 1

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 1
Enero de 1983

(A) Uno de los conceptos más importantes del cristianismo es el pecado original, la creencia de que toda la humanidad ha heredado una naturaleza pecaminosa producida por los actos de Adán y Eva.
Romanos 5:12 “… así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron.”
Romanos 5:19 “Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores…”
1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren…”
Sin embargo, ningún razonamiento teológico puede hacer parecer correcta una idea tan inherentemente injusta. Castigar a miles de millones de personas por los actos de una no es sólo injusto en sí mismo y desproporcionado, sino que también se opone a otros versos bíblicos como:
Deuteronomio 24:16 “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado” (2 Crónicas 25:4; 2 Reyes 14:6)
Ezequiel 18:20 “El alma que pecare, esa morirá: el hijo no llevará por el pecado del padre, ni el padre llevará por el pecado del hijo: la justicia del justo será sobre él, y la impiedad el impío será sobre él.”
Ezequiel 33:20 “Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.”
Jeremías 31:29-30 “En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agraces, y los dientes de los hijos tienen la dentera. Sino que cada cual morirá por su maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agraces, tendrán la dentera.”
Romanos 2:6 “El cual pagará a cada uno conforme a sus obras.”
Ezequiel 18:4 “… el alma que pecare, esa morirá.”
Cada uno de estos versos muestra que las personas deben ser castigadas sólo por los pecados que ellas cometan, no por los de otros.
El pecado original tiene casi tanto sentido como si yo estuviera sentado en mi casa una tarde y ocurriera lo siguiente: llega la policía a mi puerta y dice que estoy arrestado porque mi padre acaba de matar de un tiro a alguien en Europa. Yo pregunto qué tiene eso que ver conmigo y me contestan: “Es tu padre, ¿no?”.

(B) Otro concepto falso que sostienen muchos cristianos es que la Biblia no contiene contradicciones. Pocas creencias son más erróneas. Por esta razón, este número y todos los siguientes de Fallas de la Biblia resaltarán las afirmaciones contradictorias. Estos ejemplos son sólo una fracción de los que podrían mencionarse:
Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”
1 Reyes 8:46 “…porque no hay hombre que no peque…” (2 Crónicas 6:36)
Proverbios 20:9 “¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado?”
Eclesiastés 7:20 “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque.”
Marcos 10:18 “Y Jesús le dijo: ¿Por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.”
Romanos 3:10 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.”
(También 1 Juan 1:8, 10, Romanos 3:12, 5:12, Gálatas 3:22)
Versus:
Génesis 6:9 “Noé, varón justo, perfecto fué en sus generaciones; con Dios caminó Noé.”
Job 1:1 “Hubo un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.”
Job 1:8 “¿ …mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?” (Job 2:3)
Génesis 7:1 “Y Jehová dijo a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.”
Lucas 1:5-6 “Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet. Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.”

(C) Otra clara contradicción tiene que ver con si Dios se arrepiente o no.
Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta.”
1 Samuel 15:29 “Y también el Vencedor de Israel no mentirá, ni se arrepentirá: porque no es hombre para que se arrepienta.”
Versus:
Jonás 3:10 “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino: y arrepintióse del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo.”
1 Samuel 15:11 “Pésame de haber puesto por rey a Saúl…”
Éxodo 32:14 “Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.”
Jeremías 42:10 “… porque arrepentido estoy del mal que os he hecho.”
Génesis 6:6 “Y arrepintiose Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y pesóle en su corazón.”
1 Samuel 15:35 “…Jehová se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.”

(D) Vale la pena anotar una última contradicción. Tiene que ver con la cuestión de si alguien ha visto o no el rostro de Dios.
Juan 1:18 “A Dios nadie le vio jamás…”
Juan 6:46 “No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre.”
1 Juan 4:12 “Ninguno vió jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros.”
Versus:
Génesis 32:30 “Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel: porque vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”
Éxodo 33:11 “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero.”
Números 14:14 “…ojo a ojo aparecías tú, oh Jehová…”
Job 42:5 “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.”
Deuteronomio 34:10 “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara…”
Deuteronomio 5:4 “Cara a cara habló Jehová con vosotros.”
(también Salmo 63:2, Isaías 6:1, 5, Amós 7:7-8, Ezequiel 20:35, Éxodo 24:9-10)

RESEÑA

En abril de 1982, Zondervan Publishing House lanzó uno de los textos más completos en memoria reciente que tratan de justificar las falacias bíblicas. Con el título de Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, la campaña promocional del Christian Readers News lo describe como una obra que “estudia exhaustivamente cada pasaje difícil de la Biblia, del Génesis al Apocalipsis”. Esto está errado, como muestran éste y los siguientes números de Fallas de la Biblia. Por ejemplo, el autor, Gleason Archer, profesor de la Trinity Evangelical Divinity School, no explica cómo podemos todos ser vícimas del pecado original debido a los actos de uno solo ni cómo Noé podía ser perfecto si todos somos pecadores.
Por cierto, siempre es interesante observar la terminología que usan los apologetas bíblicos con respecto a las contradicciones. Rara vez se refieren a ellas como tales. Se ven más palabras como “dificultades”, “discrepancias”, “divergencias” y “problemas” que contradicciones, falacias y mentiras. Las primeras palabras denotan un obvio intento de minimizar las incoherencias. Una discrepancia menor siempre suena menos seria que una contradicción.

(E) ¿Cuáles son, entonces, las explicaciones de Gleason Archer para las contradicciones arriba mencionadas? Con respeto al problema del arrepentimiento de Dios, nos ofrece lo siguiente:
“… es un error inferir de [la omnisciencia de Dios] que sea incapaz de tener emociones y reaccionar ante la depravación intencionada de sus criaturas.”(p. 80)
(1) Si la palabra arrepentirse significa algo, es: Cometí un error. No simplemente lamentar los resultados de mis actos; yo hice lo incorrecto. Si lamentas las consecuencias, también estás diciendo: Quisiera haber hecho otra cosa. (2) Incluso si el arrepentirse se restringe al estrechísimo significado de la emoción del remordimiento, el hecho sigue siendo que Dios no se arrepiente en absoluto. 1 Samuel 15:29 y Números 23:19 lo dejan bien claro. Es irrelevante que se apene o no. Dios no se arrepiente y punto. Los apologetas usan las frases en un sentido universal cuando les conviene, pero en un sentido limitado cuando es obvio que el más amplio está errado.

Después de decir que Dios se podía arrepentir con pena o remordimiento, Archer afirma:
“Sin embargo, cuando se trata del propósito de Su pacto anunciado a Su pueblo, Dios es ciertamente incapaz de arrepentirse.”
(1) Pero no hay evidencia en las escrituras de tal distinción. Números 23:19 y 1 Samuel 15:29 dicen que Dios no se arrepiente. No dicen que esto se aplique sólo a las situaciones que involucran “el propósito de Su pacto anunciado a Su pueblo”. Archer ha insertado una cláusula que no proviene de la evidencia por ningún lado.
Batallando por salir de este pantano, Archer se ha aferrado a dos ramitas. Los lectores son libres de escoger cual. “Arrepentirse” sólo tiene un sentido antropomórfico, o Dios no se arrepiente “cuando se trata del propósito de Su pacto anunciado a Su pueblo”. Ninguna de estas suposiciones tiene la menor evidencia a su favor.

(F) Sobre ver el rostro de Dios, Archer dice: “La Biblia traza una distinción clara entre contemplar la gloria descubierta de Dios y ver una representación o reflejo suyo…”
(1) El asunto es si se ha visto la cara de Dios, no si se ve su gloria o un simple reflejo. Archer ha reescrito el problema y le ha puesto otro marco. Éxodo 33:11 y Génesis 32:30 dicen claramente que lo que se vio fue el rostro de Dios, no una representación.
(2) La Biblia no hace distinción en estos versos entre la gloria de Dios y un mero reflejo. Archer ha creado artificialmente una diferencia inexistente. Está tratando de huir del problema admitiendo que se vio un reflejo de Dios pero no su esencia, su gloria.

Archer continúa:
“Juan 1:18 declara que ‘A Dios nadie le vió jamás’ (es decir, su gloria plena como Creador y Soberano de todo el universo).”
(1) Juan 1:18 no dice nada sobre “su gloria plena como Creador y Soberano de todo el universo” No se hace tal distinción, ni siquiera de forma implícita.

Archer prosigue: “Contemplamos el rostro de Dios por fe cuando miramos a Cristo: ‘El que me ha visto, ha visto al Padre’ (Juan 14:9). Por tanto, Dios mostró Su rostro y declaró Su gloria a través de Su Hijo, quien era Dios encarnado.”
(1) Sí, la Biblia dice que los hombres ven a Dios a través de Jesús, pero también habla de hombres que lo vieron cara a cara, y en abundancia. La Biblia no dice en ninguna parte que lo uno excluya lo otro.

Archer continúa: “Dios mostró Su rostro por medio de un ángel (como cuando habló con Moisés en la zarza ardiente en Éxodo 3:2-6), o por Su nube gloriosa…”
(1) La Biblia dice claramente que Moisés (Éxodo 33:11) y Jacob (Génesis 32:30) vieron a Dios cara a cara, no “po medio de un ángel” o ” por Su nube gloriosa”. Archer ha insertado afirmaciones injustificadas e infundadas en los versos bíblicos para escapar contradicciones o errores.
(2) Desde su perspectiva, Archer escogió un mal ejemplo cuando usó Éxodo 3:2-6. Dice: “Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.” ¿Cómo, entonces, pudo haber estado viendo la cara de Dios por un ángel u otro intermedio?

Él agrega:
“Por tanto, debemos entender que Yavé se encontró con Moisés y habló con él por una representación gloriosa que no alcanzaba a ser un descubrimiento completo de Su rostro. En ese sentido habló con Moisés cara a cara…”
(1) De nuevo, Éxodo 33:11 y Génesis 32:30 dicen “cara a cara”, no “por una representación gloriosa que no alcanzaba a ser un descubrimiento completo de Su rostro”.

Por último, Archer dice, falsamente, que en Éxodo 33:18 “Moisés pidió ver el rostro mismo de Dios”.
(1) En realidad, este verso dice que Moisés pidió ver la gloria de Dios, no su rostro. No es lo mismo. Dios no negó esta petición, como muestra el verso 19, pero en el 20 se nos dice que no llegó a revelar su rostro.

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