la salamanca

En la provincia de Santiago del Estero, hace muchos anos, había una forma de hacerse rico de un día para el otro: adquirir habilidades extraordinarias de buen músico, zapateador y cantor, o lo que era más atrayente: conquistar y doblegar el corazón de la muchacha más donosa y casquivana del pago. Claro que todo tiene su precio; y, en este caso, el aspirante a poseer los dones que pueden colmar la felicidad de un hombre – arte, riqueza y amor (amor brujo, por supuesto) – tiene que cumplir con un requisito… uno solo: ir hasta la Salamanca, que tiene su entrada por el lado norte del Cerro de los Guanacos, y pactar con el diablo la entrega de su alma al morir. Después de todo, no es tan difícil el asunto; total después de muerto, ¡qué importa lo que pueda pasar! ¿O si?
Se debe elegir una noche de luna llena e introducirse en la gruta. A medida que se avanza en la semipenumbra del agujero desparejo, tropezando aquí y allá con serpientes de relumbroso lomo, y sintiendo el contacto leve y aterciopelado de las arañas al chocar contra su cara, llega hasta donde se halla el Malo. Este lo invita a sentarse (porque dicen que es atento como un caballero), sobre una lampalagua enroscada, mientras un ejercito de escorpiones de luminosos ojos reptan a su lado, o trepan por sus piernas produciendo un viscoso cosquilleo. Y comienza el pacto. Los tramites son sencillos: una gota del dedo gordo, derramada sobre un papel ensebado con rancia grasa de iguana, en presencia de búhos, murciélagos y quitilipis… y ya esta. Una sonrisa, un apretón de garras – digo de manos – y …. a gozar de la vida y de los placeres del mundo!
A pesar de este salto a lo desconocido, y no obstante la atracción que todo abismo profundo y oscuro ejerce sobre los hombres, la profesión no ha tenido muchos seguidores. Solo muy de vez en cuando aparece alguno. Pero es fácil reconocerlo. Según nos contaba mi abuelo en las largas noches de verano (y en Santiago del Estero se hacen largas porque tenemos dos noches: una que comienza a las tres de la tarde), cuando en una fiesta, a eso del anochecer, aparecía un forastero montado en un caballo todo negro, como el color de su ropa, con buen apero, cuyo bretal, cabezadas y riendas ostentaban virolas de oro y plata, era casi seguro que se trataba de un egresado de la Salamanca… y ahí comenzaba el estrago. Las mujeres con hijas bonitas trataban de esconderlas para ponerlas a salvo, pero todo era en vano: cuando el “salamanquero” ponía sus ojos chispeantes como el fuego sobre la elegida esta ya no podía escapar; quedaba atrapada en la subyugación de sus poderes mágicos como frágil mariposa en la luz del candil.
El salamanquero no ejerce ninguna fuerza sobre la infeliz. Pero esta huirá por las noches para reunirse y entregarse en brazos – y entregar su virginidad – del irresistible conquistador. El engendro de la salamanca seguirá sus correrías, atropellando honras, profanando vírgenes y hasta seduciendo a mujeres casadas. En las tabeadas y juegos de naipes se alzara con todas las ganancias. En las peleas será invencible, nadie tocara la guitarra mejor que el. Pero lo hará en la oscuridad y solamente hasta cierta hora… nadie podrá con el. Pero un día (o una noche), alguien tocara su hombro; es el, que viene a reclamar su parte, a cobrar una deuda… Y llegara justo en el momento en que menos se lo esperaba y deseaba…, cuando el desenfreno es mayor…, cuando el deseo de bajos apetitos es mas ardoroso…, cuando ya lo tenia olvidado. Y su presencia lo aterra…; recién ve sus ojos enrojecidos; sus agudos dientes como fiera hambrienta…, esa garganta color de la sangre caliente de una herida… Ya no ve mas que a él… solamente a él… Quisiera huir, pero no puede; todo se convierte en una horrible pesadilla y desde ese momento y en ese lugar comienza el suplicio. Oirá carcajadas siniestras por todas partes. Visiones de seres monstruosos, asquerosos que se arrastran a su lado, que lo rozan, que se burlan de su miedo. Recién despertara de su ceguedad; comparara los pocos anos de de goces mundanos y una eternidad de sufrimientos. Clamara misericordia y nadie le oirá, nadie estará a su lado. Estará solo. Solo con la oscuridad y el vacío que lo ira tragando lentamente, poco a poco. Ante su vista desfilaran a cuantos deshonró y burló. Cuando clame por un vaso de agua para calmar su sed, se dejara oír una voz que le dirá: “Hijo, tu ya tuviste tus bienes en la tierra; y los otros, también sus males. Ahora son ellos aquí consolados, y tu atormentado. Ademas, una gran sima nos separa…” Después por el lugar donde apareció el cuerpo del salamanquero aparecerán visiones de seres monstruosos que en Santiago se conocen como “asustos”; y se verán también luces, “luces malas” que seguirán a los viajeros por la orilla del camino en noches de tormentoso viento sur.
Por si a alguien le interesa, el lugar esta en la parte norte del Cerro de los Guanacos, cerca de Ramírez de Velazco.

(Cuento por Gastón Zalazar)

cuentos sudamericanos

“Erase una vez en un lejano pueblo donde vivían tres señoritas que siempre en la noche esperaban a tres jóvenes para bailar y cenar, eso era lo que siempre hacían en las noches.

Los tres jóvenes que venían todas las noches no eran seres humanos, sino que eran tres animales de la zona: un puma, un zorro y un alcamire”.

El puma, el zorro y el alcamire.

Cecilia Churata Choque.

“Un día caminando por la madre tierra, extensa, fértil, bondadosa para con su pueblo, se le aparece una visión de un hombre indescriptible que lo dice: ¡Tú serás la mano que conduzca a este pueblo a su nuevo sendero, será transitorio. Luego volverán aquí, sembrarán la tierra, construirán sus hogares y esperarán plácidamente que la luz brillante de este moreno pueblo, palidezca con la llegada de la ambición blanca”.

El Nguillatün: Su inicio.

Alvaro Vargas Caripan

Presentación

En las culturas indígenas los relatos orales constituyen un elemento fundamental de transmisión de saberes, historias y un principio educativo, en el cual los niños y niñas se van integrando paulatinamente a las tradiciones de sus comunidades.

Estos relatos al ser transmitidos por la palabra adquieren connotaciones personales que caracterizan a cada narrador. En el caso de los niños y niñas que recrean los relatos, ellos siempre se remiten a un miembro de la comunidad o de su familia que ha contado el relato, que para ellos adquiere la forma de un cuento, algo que le sucedió a alguien o algún animal o una cosa en un lugar cercano, que es parte de su experiencia y que siempre les entrega una enseñanza que tiene sentido a medida que se interiorizan en las pautas culturales de su comunidad.

De esta forma, se inicia un proceso educativo comunitario, en el cual los niños comprenden su entorno, logran distinguir aspectos naturales y culturales de lo que se entiende por femenino y masculino e internalizan las pautas y roles asociados al ser hombre y ser mujer en ese contexto.

Los relatos – cuentos en palabras de los niños-, que se presentan a continuación, constituyen una parte del material recopilado a través del Concurso Me lo Contó mi Abuelito, realizado por la Fundación FUCOA del Ministerio de Agricultura con la colaboración del Programa Básica Rural y Programa de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación, a través de los años 1998 al 2000.

Este material ha sido recopilado por niños que estudian en escuelas rurales, muchas de ellas ubicadas en zonas con población indígena, en el año 2000 y en el 2001 la participación de estos niños se ha incrementado, entregando un valioso aporte a la transmisión de sus culturas, ya no sólo a través de la tradición oral, sino que dejando un precedente escrito. Con el propósito de preservar este material y de difundir su contenido, estos cuentos han pasado a formar parte del Archivo Oral de la Biblioteca Nacional.

Algunas consideraciones respecto a los cuentos

El tratamiento de estos relatos orales llevados a la escritura en un proceso de interpretación y de mediación que realizan los niños entre dos culturas, constituye un punto de partida para analizar los contenidos y los significados que éstos tienen en el contexto comunitario e indígena.

Desde el punto de vista del análisis literario, muchos de estos relatos no constituirían la categoría de cuento. Sin embargo, en las concepciones de los niños que los cuentan adoptan claramente esta característica. Algunos de ellos forman parte de la tradición oral de sus comunidades o de un contexto cultural y geográfico como puede ser el andino o el mapuche. También se transmiten sus experiencias en prácticas culturales como el Floramiento de animales, el carnaval, la celebración del patrono del pueblo, la limpia de canales, la recolección del pehuen, el Nguillatun, entre otros. En estos casos, los niños relatan sus experiencias en esos contextos y en ese proceso elaboran y recrean el cuento.

Para fines de análisis de los relatos, éstos se consideran como cuentos en la medida que “lo que le da unidad, es en primer lugar, como indica su nombre, el carácter de ser contado o de poder ser contado, leído o escuchado en una sesión” (Kayser, 1965). Además, de presentar unidades que aparecen en distintas combinaciones como es el caso de los motivos que remiten a una situación típica que se repite.

Por otra parte, estos cuentos pueden ser relatos de ficción, pueden estar destinados a la entretención y la diversión, pueden remitir a una historia real de un antepasado o incluso la experiencia personal de los niños. Sin embargo, sea cualquiera de estas las características del cuento, todos conllevan una enseñanza, un mensaje y un significado que los sitúa en su contexto y en pautas culturales de la comunidad.

Las representaciones sociales presentes en los cuentos

Los contenidos que forman estos cuentos corresponden a representaciones sociales, que son entendidas como construcciones cognitivas socialmente compartidas, que incluyen procesos tales como la percepción social, la significación y comunicación, entre otros.

En sentido específico, la representación social es una construcción cognitiva almacenada en la memoria social, configurada como una red jerárquica organizada por un conjunto limitado de categorías nodales relevantes que organizan los contenidos proposicionales del conocimiento socialmente compartido (Van Dijk, 1989).

Estas representaciones se conectan con los discursos concretos, en este caso con los relatos y cuentos recopilados por los niños, en los que se manifiestan modelos de evento, de situación, personales, o episódicos, que son representaciones personales de la realidad. Estos modelos se hallan almacenados en la memoria episódica y, a diferencia de las representaciones sociales, “constituyen representaciones cognitivas jerárquicamente estructuradas de las experiencias personales tanto directa como indirectamente vividas, con respecto a las cuales las expresiones adquieren sentido” (Van Dijk, 1989).

A través de procesos de generalización, los conjuntos de modelos de evento se pueden transformar en “guiones” o actitudes generales y, en esas condiciones, pasar a formar parte de las representaciones compartidas socialmente, así como éstas también pueden guiar la interpretación de situaciones particulares mediante el aporte de categorías o actitudes básicas que permiten procesar la información situacional representada en los modelos de evento.

En este sentido, los cuentos recopilados por los niños nos presentan las representaciones sociales de sus comunidades y los significados que adquieren en ese contexto, así como la configuración de lo masculino y femenino en su cultura.

Los niños como interpretes de sus tradiciones

Los niños y niñas que escriben los cuentos de su comunidad, se transforman en interpretes de una situación comunicativa, que pasa de un canal oral a uno escrito. Esto supone la intervención de un adulto que puede ser su abuelo o abuela u otro miembro de la familia y la comunidad que es el transmisor primario de este proceso comunicativo.

También se presenta el caso de que el relato surja de la propia experiencia infantil, motivado por las tradiciones que se practican en los pueblos o por la idea de haber vivido la experiencia. En este sentido, el relato o cuento para los niños se constituye en una experiencia tangible y concreta, que se asume como parte de la realidad.

En la reconstrucción del relato aparecen dos influencias que manifiestan la intersección de dos culturas, la de origen o comunitaria y la escuela. En este punto es importante destacar que la forma de contar la historia, se remite al contexto de los cuentos occidentales, la mayoría de ellos se inicia con “Era un día…; Eráse una vez…; Había una vez…” o también haciendo referencia al logo del concurso “Me lo contó mi abuelito…; Mi abuelo me contó…”. A esto se agrega la influencia de los docentes que tratan de limpiar y cambiar en cierto sentido la forma y el estilo que los niños le dan a su relato a través de la escritura. En este punto se presentan claras diferencias entre los textos manuscritos y los formateados que son analizados.

Los cuentos Andinos

En estos cuentos aparecen personajes diferenciados, ya sean masculinos y/o femeninos, los primeros corresponden a animales como el Cóndor, el zorro y el alcamire y en el segundo caso son mujeres que están en el mundo de adentro o la casa o ejercen una actividad como es el cuidado de los animales.

En estas relaciones de personajes se presentan asociaciones entre cultura y naturaleza, entre femenino y masculino en una relación de complementariedad. Estas relaciones adquieren significados simbólicos en la medida que los personajes ocupan un lugar en la cosmovisión andina. Siguiendo los supuestos de Arnold y Jiménez (citado en Tabilo, 1999), el Cóndor está asociado al mundo simbólico masculino, son “los tomadores de esposas”, “los jefes de familia” y procrean sus crias con mujeres jóvenes que son raptadas de la comunidad y llevadas a vivir a sus cuevas, las que están muy alejadas y a grandes alturas, haciendo casi imposible su partida.

Con respecto a la actuación, el cóndor es un animal que no se viste de humano, sino que actúa en su morfología animal a diferencia del zorro que se transforma en humano para entrar al mundo doméstico de las mujeres. Sólo cuando actúa en el afuera permanece en el mundo natural y se presenta como mensajero o salvador de los personajes femeninos, se transforma en un aliado frente a los peligros del afuera, que en este caso es la naturaleza, entendida como lo que no se puede regular.

Otra relación de oposición es el arriba y el abajo que relaciona la naturaleza y la cultura y se ejemplifica con el Cóndor y la pastora. En este plano se experimenta claramente la jerarquía social de los espacios.

La Niña y El Cóndor

Era un día en el campo, cuando una niña que se llamaba Juanita estaba pasteando corderos. Sola en el pasto, de pronto se acerca un Cóndor y le dice.

-Hola, ¿te llevo a tu casa?

Y Juanita le dice que no, y además le pregunta: ¿qué haces aquí?

Así venía molestarla todos los días. El Cóndor se había enamorado de Juanita.

Un día el Cóndor la convenció para poder llevarla a su casa, pero él tenía malas intenciones, quería llevarla lejos. El Cóndor le dijo a Juanita: ¡Ven súbete a mis espaldas!, y Juanita aceptó, contenta se subió encima del Cóndor. El Cóndor voló y voló y llego hasta unas rocas muy altas. Juanita se puso a llorar porque no quería estar ahí y tampoco podía bajarse.

El Cóndor le traía carne cruda para comer y ella no comía carne cruda, entonces el Cóndor le preguntó: ¿quieres carne cocida? Y Juanita llorando le dijo que sí.

Así pasaron varios años, Juanita tuvo dos hijos, tenían apariencia humana, pero sus brazos y piernas estaban cubiertas de lumas.

Un día la niña vio pasar a un picaflor cerca de esas rocas y le dijo ¡Picaflor, picaflor, ayúdame, tú me puedes salvar. El picaflor de pena la escuchó y fue volando donde ella y le dijo: Te voy a salvar, pero si me das tu medalla. Juanita contenta le dijo que sí. Le entrega la medalla al picaflor, el picaflor se la coloca y ella se sube encima del picaflor. Deja a sus hijos con el Cóndor, porque sabe que con él van a poder vivir sin problemas.

Al llegar a su casa no encuentra a su madre ni a nadie y ella se encierra en una bodega de la casa.

El Cóndor después de unos días fue a la casa de Juanita a buscarla. Se posó sobre la bodega y se puso a llorar, le caían muchas lágrimas de colores rojo, negro, verde, azul y la niña lo escuchaba con mucha pena, pero sabía que el amor que el Cóndor le tenía a ella no podía ser.

A través de esta leyenda yo sé por qué el Picaflor tiene el pecho brillante, es la medalla que le dio Juanita por salvarla del Cóndor.

Cristina Gutiérrez. Ticnamar. Putre. Prov. Parinacota.

El Puma, el Zorro y el Alcamire

Érase una vez en un lejano pueblo donde vívian tres señoritas que siempre en las noches esperaban a tres jóvenes para bailar y cenar, eso era lo que siempre hacían en las noches.

Los tres jóvenes que venían todas las noches no eran seres humanos, sino que eran tres animales de la zona: un puma, un zorro y un alcamire.

Estos animales todas las noches se convertían en seres humanos para ir a la casa de las trres señoritas a bailar y a comer. Era como un don el que habían recibido el que les permitía transformarse en personas, pero esto sólo ocurría durante la noche, porque a la amanecida, al rayar el sol por la cordillera, este don se desvanecía y los tres jóvenes volvían a su forma original, la de animales.

Todos los días el puma llevaba carne buena y muy limpia, el zorro carne no tan limpia pero ponía empeño en llevar su cooperación, el alcamire está demás decirlo – siempre llevaba carne sucia. Esta carne era que las señoritas después cocinaban y cenaban los seis en la mesa.

Resulta que un día las señoritas se preguntaron

¿Por qué los jóvenes todos los días se van antes que amanezaca, nos estarán ocultando algo?

Para salir de esa duda, un día al llegar la noche y llegar los jóvenes, ellas dismuladamente empezaron a cerrar bien las puertas y ventanas con llave.

Empezó la fiesta, como siempre conversaban, comían y bailaban, así pasaron las horas, hasta que la noche se fue acabando, pronto llegaría el amanecer y un nuevo día.

Los jóvenes empezaron a preparase para poderse ir, se despidieron de las señoritas, pero ellas no querían que ellos se fueran. Por más que trataban de convencer a las señoritas no los dejaron salir de la casa.

Hasta que finalmente el sol comenzó a asomarse en la cordillera, al rayar el amanecer los tres jóvenes se transformaron en animales. Las señoritas se asustaron mucho al verlos convertidos en animales y como no sabían que hacer, les empezaron a pegar con cordeles y trozos de madera.

Después de tantos golpes que recibieron los animales quedaron muy mal heridos, pero finalmente lograron escapar al cerro y nunca más regresaron a visitar a las señoritas.

Las señoritas por su parte, ahora no reciben a extraños en su casa porque pueden volver a vivir una experiencia desagradable.

Cecilia Churata. Ticnamar. Putre. Prov. Parinacota.

Los dos hermanos que se convirtieron en viento

Un día sentada en la cocina de mi casa, en el pueblo de Pisiga Choque de la comuna de Colchane, mi abuelito me contó que…

Hace muchísimos, pero muchísimos años atrás, había una mujer que era viuda, su esposo muy trabajador falleció cuando sus hijos eran grandes. La madre quedó viuda con dos hijos: el mayor se llamaba Mariano y el menor Acencio. Iban a jugar todos los días al campo, mientras su madre cocinaba, quinua, chuño y papas.

Hasta que un día, no hubo nada para cocinar, mientras sus hijos jugaban y jugaban, venían solamente a comer y después se devolvían a jugar porque estaban muy entusiasmados.

Un día su madre, como no había nada que cocinar para alimentar a sus hijos, tuvo que cortar un pedazo de carne de su pierna, con un cuchillo de lata, sufrió mucho y luego la cocinó en una olla como cazuela. Al rato llegan sus hijos bien hambreados diciendo: -¡Tengo hambre!

La mamá aguantando el dolor de su pierna, sirvió la comida con un pedazo de carne. Cuando terminaron de comer sus hijos, llorando les dijo: -¡Hijos, me comieron!

Los dos hermanos respondieron: -¡No puede ser mamá!

La madre lloraba y lloraba y les dijo:

-¡Tienen que ir a trabajar!

Pero sus hijos estaban asustados y se fueron al campo, se sentaron en una sunkiña (una parte donde los llamos se rascan), el mayor dijo:

-Acencio, tú te vas para abajo, al Oeste y yo voy hacia arriba, al Este.

El menor partió jugando hacia el Este, el mayor también fue jugando hacia el Oeste y al mismo tiempo se convirtieron en remolinos de viento: fuerte del Oeste, que es el hermano mayor, y al Este apareción el viento suave, que es el hermano menor. Esta es la historia que me contó mi abuelito.

Nilda Choque. Pisiga Choque. Iquique.

Los cuentos mapuches

En estos relatos se pueden distinguir los epew, que se refieren a episodios de ficción ya sea de animales o de aves, que en algunos casos interactúan con los humanos, poseen un carácter didáctico y moralizador.

Otro tipo de relato es el nütram, que es una narración, una historia sobre hechos vívidos o experimentados por miembros de la comunidad.

En cualquiera de los casos, los relatos remiten a la entrega de enseñanzas que le permitirán a los niños formar parte de la cultura. En este sentido, lo femenino tensiona la cultura, porque actúa entre el bien y el mal, aparece la sanción del matrimonio con el huinca , se trata de la responsabilidad cósmica de lo masculino que se expresa en las relaciones de reciprocidad “pensada bajo las reglas del intercambio matrimonial” (Foerster citado en Tabilo, 1999). Esto se manifiesta en el cuento El pehuén que se enamoró de la luna.

El Pehuén que se enamoró de la luna

Dice mi abuelo que hace muchos años vivía en la zona de Cautín cerca del Llaima una joven mujer mapuche alta de cabellera negra, que vivía de la agricultura era una especie de jefa de la reducción. Ella solucionaba muchos problemas de su gente, su nombre era Araucaria. Ella cuidaba con mucho esmero los copihues en especial los rojos que ella decía que eran el corazón dejado por los araucanos en el campo de batalla.

Araucanía tuvo un hijo que le puso “Pehuén”.

Este a medida que crecía admiraba muchoa a la luna por su cara blanca y redonda. Para él la luna era una joven hermosa que volaba sobre los montes.

Cada noche que aparecía en la cordillera frente al volcán Llaima, salía el joven a mirarla, pasaba horas y horas mirándola. Se enamoró de ella y la llamaba con sus manos a que bajara a conversar con él.

La luna bajaba y se posaba sobre la laguna Quepe y también se posaba sobre los robustos brazos del joven. Ambos reían al servirse muday (bebida mapuche hecha de trigo).

La luna recibía de mano del joven ramos de copihues rojos que significaba el amor del esbelto y soberbio joven mapuche.

La luna con su poder quería que el joven Pehuén llegara al cielo cuando ya tenía bastante altura porque crecía. Los dioses mapuches se dieron cuenta de ese amor, se enojaron pues un mapuche no debía casarse con una huinca, es decir, extranjero. Convirtieron al joven en un árbol deteniendo su crecimiento, quedando con la altura que hoy tienen. Su madre nada pudo hacer por él. Desde esa fecha, es el árbol araucano más alto y de más esbelta figura que existe. Cada vez que la luna aparece la abraza.

Dicen los indígenas que la luna aún sigue enamorada del Pehuén.

Manuel Caniuqueo. Muco Bajo Reducción Caniuqueo. Lautaro

A modo de conclusión

Los relatos que recopilan los niños entregan elementos propios de la cultura que son adecuados a la enseñanza a nivel comunitario y también en el espacio de la cultura. Estos relatos que coexisten entre culturas se transforman en herramientas de aprendizaje que se sitúan al interior de la familia y la comunidad y también permiten el desarrollo de la enseñanza aprendizaje al interior de la escuela.

Al recrear los cuentos y contrastarlos con la información que reciben de la sociedad chilena, los niños pueden conocer, diferenciar y oponer las posiciones presentes en las dos culturas, -chilena e indígena-, esto facilita un aprendizaje activo e intercultural donde se salvaguardan el respeto y los valores de distintas culturas.

Las formas de constitución simbólica que la cultura entrega para comprender lo masculino y femenino, puede facilitar y mejorar las relaciones entre hombres y mujeres que transitan entre dos mundos y pueden aportar al desarrollo de nuevas perspectivas en la sociedad chilena. Esto se manifiesta claramente en los espacios educativos donde se desarrollan propuestas de interculturalidad, que permiten un diálogo transversal de las concepciones de género a través de la dinámicas internas de los relatos y de las interpretaciones que realizan los niños y niñas.

Bibliografía

Caniuqueo, M. (1999): El pehuén que se enamoró de la luna. Lautaro. En Archivo oral Biblioteca Nacional. Chile.

Choque, N. (2000): “Los dos hermanos que se convirtieron en viento”. En me lo contó mi abuelito. MINEDUC. Santiago. Chile.

Churata, C. (1998): El puma, el zorro y el alcamire. Ticnamar. En Archivo oral Biblioteca Nacional. Chile.

Gavilan, V. (1993): “Relaciones de género en la cultura aymara: complementariedad y subordinación”. En Huellas: Seminario Mujer y Antropología, problematización y perspectivas. CEDEM. Santiago. Chile.

Gutiérrez, C. (1998): La niña y el cóndor. Ticnamar. En Archivo oral Biblioteca Nacional. Chile.

Kayser, W. (1965): Interpretación y análisis de la obra literaria. Ed. Gredos S.A. Madrid. España.

MINEDUC (2001): Llaqtaypa Yachaynin, El Saber de mi Pueblo. NB1. Antofagasta. Chile.

Tabilo, K. (1999): El Cóndor, el Zorro y la Pastora: alegorías de lo femenino y lo masculino en relatos de la tradición oral aymara. Tesis de Antropología. U. De Chile.

Van Dijk, T. (1989): La ciencia del Texto. Ed. Paidos Comunicación. Barcelona. España.

El enano de uxmal

EL ENANO DE UXMAL

Ilustración por Jorge Luna

En la aldea de Kabán vivía una vieja con fama de bruja. Cierta vez encontró un huevo pequeñito y llena de alegría lo guardó en un sitio tibio y oscuro. Todos los días lo sacaba para contemplarlo y acariciarlo. Y sucedió que después de varias semanas, el huevo se abrió y nació un niño. La bruja lo arrulló, pero como no podía alimentarlo buscó una mujer recién parida. Vino la mujer y amamantó al niño como si fuera su propio hijo. Al ver tanta ternura la bruja le dijo:

—De hoy en adelante tú serás la madre y yo seré la abuela.

    El niño creció un palmo y no más y, en poco tiempo, cambió de aspecto; tuvo barba y se le hizo grande la nariz. Era, pues, un enano.

    Cuando la bruja se dio cuenta de esto, quiso más a la criatura.

    Como la mayor parte del tiempo la bruja permanecía junto al fogón, el enano sospechó que algún misterio guardaba aquel sitio y así se propuso averiguarlo. En un descuido de la bruja, hurgó en la cenizas y tropezó con un tunkul [instrumento de percusión hecho con un tronco hueco]. En cuanto lo tuvo en sus manos, lo golpeó y su sonido se oyó a mucha distancia. Al oír tal ruido, la bruja vino, se acercó a su nieto y le dijo:

—Lo que has hecho ya no tiene remedio. Pero te digo que no pasará mucho tiempo sin que sucedan cosas que llenarán de espanto a la gente y tú mismo te verás envuelto en sus consecuencias.

    El enano contestó:

—Yo no soy viejo y las veré.

    La bruja replicó:

—Yo soy vieja y las veré también.

    El rey de Uxmal y sus consejeros sabían que el ruido de aquel tunkul anunciaba el fin del reinado; pero éstos, por no afligir a su señor, le dijeron:

—Lucha contra tu destino

—¿Cómo?—preguntó el rey.

—Busca al que tocó el tunkul; acaso de sus labios oigas la verdad que necesitas.

    El rey ordenó que sus guardias salieran en busca del que tocó el tunkul; y después de mucho andar, lo hallaron y lo trajeron al palacio. Al ver al enano el rey le dijo:

—¿Qué anuncia el ruido de ese tunkul?

—Tú lo sabes mejor que yo—contestó el enano.

—¿Me puedo librar de que se cumpla la profecía?—pregunto el rey.

—Manda hacer un camino que vaya de Uxmal a Kabán y cuando esté listo volveré y entonces te daré mi respuesta—dijo el enano.

    El camino quedó hecho en poco tiempo y por él vinieron el enano y la bruja. Entonces el rey preguntó al enano:

—¿Cuál es tu respuesta?

—La sabrás si resistes la prueba que te pondré.

—¿Cuál es?

—Que en tu cabeza y la mía se rompa un cocoyol [fruto de hueso muy duro].

—Está bien, pero tú sufrirás la primera prueba—dijo el rey

—Acepto, si así lo deseas.

    Se acercó el verdugo y colocó sobre la cabeza del enano un cocoyol y descargó un golpe . El enano sacudió la melena y se levantó sonriendo. Entonces el rey, en el silencio, se quitó el manto y subió al cadalso y el verdugo le colocó un cocoyol en la cabeza. Al primer golpe el rey quedó muerto.

    En el acto el enano fue proclamado rey de Uxmal y ese mismo día la bruja lo llamó y le dijo:

—Ya eres rey. Sólo esto esperaba para morir. No me llores porque mi muerte no es cosa de dolor. Cumple con la justicia que aprendiste de mí. Oye el consejo de todos y sigue el mejor. No le tengas miedo a la verdad aunque sea amarga. Sé antes benigno que justo. Destierra de tu corazón la venganza. Acata la voz de los dioses pero no seas sordo a la de los hombres. No desdeñes a los humildes y no te confíes, ciego, en los poderosos.

    Por un tiempo el enano siguió los consejos de la bruja y la felicidad se extendió por el reino. Pero con los años cambió de espíritu, cometió injusticias, se volvió tirano y tanto creció su orgullo que un día dijo a sus consejeros:

—Haré un dios más poderoso que todos los dioses que nos rigen.

    Y en seguida mandó hacer una estatua de barro y la puso sobre una hoguera y con el fuego se endureció y vibró como si fuera campana. Entonces el pueblo creyó que la estatua hablaba y la adoró. Por esta herejía, los dioses destruyeron Uxmal.

Texto extraído del libro Leyendas y Consejas del Antiguo Yucatán de Ermilo Abreu Gómez. Editado por el Fondo de Cultura Económica, México.

teorias cientificas y escritos para el conocimiento del suelo

Teorías Físicas

Eduardo Casar

1

La piedra es dura por lo que dura, no por lo más apretado o más flojo de sus tejidos moleculares. Por otra parte, es frágil, ya que puede romper una cabeza y lo que puede romper, por corresponsabilidad, puede ser roto, porque causa y efecto se confunden y el amo no sobrevive sin esclavo.

El mar es más piedra que la piedra, porque dura más.

2

Hablando del mar, a éste lo que lo ablanda y lo retuerce no es la atracción lunar (que ni se sabe) sino la sal, que sí sabe y sabe precisamente salada. Cual infinito tlaconete azul, al mar lo encrespa su propia sal, que lo hace, como dice el prefijo, querer salirse de sí mismo. Como los perros grises que se frotan las orejas contra los sillones cafés o como los bebés a los que les molestan las encías cuando les están saliendo los dientes, el mar, cuando se está saliendo de sí mismo, también se frota los bordes contra las playas. Y a esa cosa espiral y espumosa se le llama el oleaje

3

El fuego quema porque es una prisa anaranjada, contenida y de superficie muy pero muy pareja, sin porosidades, aunque tiende a manifestarse en picos. Hay fuegos, o partes de fuegos de otros colores, pero son menos calientes, lo cual es difícil de probar porque si pocos se atreven a poner la mano en el fuego por un amigo, cuántos menos lo harán por comprobar teorías. Hacen bien

El fuego quema más las cosas separadas que las juntas, más una canasta que un bloque de mármol. Para quemar un bloque de mármol se necesita paciencia y, siendo el fuego una prisa anaranjada, no tiene paciencia y mejor se va y no lo quema

4

Las piedras no son otra cosa, algo distinto de nosotros; no son de otro reino, como dirían los nobles. Son como nosotros, sólo que han aprendido a meditar. Meditar es concentrarse en distraerse. Su mente está completamente en blanco. Y es por eso que duran más. Son más sabias

Nosotros pasaremos. Y pasarán los hijos de nuestras hijas y las piedras permanecerán, tal vez, acaso, un poco más pulidas por afuera. Si a una piedra, de pronto, se le cuela un pensamiento, algo se desmorona en su compacto interior oscuro. Una milésima de sílice se le vuelve carbono. Algo que parecía imposible -quebrar un punto- le sucede. Un gesto microscópico, un insólito mohín de flexibilidad: la perdición. Porque ha entrado el tiempo desde el durísimo interior del cráneo

5

Originalmente los focos eran planos, como son ahora los espejos. Lo que pasa es que de tanto estar colgados de los techos, por su propio peso se van como quien dice liquidando, por lo que adquieren forma de gota. Claro que los de las lámparas de pie o los de algunas de escritorio tampoco se han quedado planos, pero en este caso no es el peso sino la presión de la electricidad que viene de los cables la que les da esa forma, parecida a la de las últimas burbujas que salen de la boca o la nariz de los muertos que quedan bocarriba

Y ya que lo hemos mencionado al principio, hay que aclarar que los espejos originales eran cóncavos: la gente entraba en ellos para verse y en realidad se veía, pero era porque, por ser tan estrecha la forma semicircular del espejo, la gente se topaba de frente consigo misma, no con su reflejo. Obviamente que el desgaste producido por tanta gente metiéndose fue erosionando la forma de los espejos hasta hacerlos planos y, como la misma erosión les iba puliendo la superficie, la gente se seguía viendo pero ahora sí era un reflejo lo que veía. Esto último lo demuestra el hecho de que uno se rasura y en el espejo queda lisito, pero si se toca la propia cara pica más que si se la toca a su reflejo

Escritos para el

conocimiento del suelo

Manoel de Barros

        DECLARACION

        Los INSECTOS NECESITAN más de 100 años para convertirse en hoja.
        En 1.000 años de escoria una lata cría pelos y hasta reza.
        La corriente de los ríos necesita casi 100 años para volverse murmullo.
        En 130 años un hombre se hace árbol. (Algunos, serpiente).
        En guijarral de color seco, casi sin ropa se posan las estrellas.
        Las mariposas que se posan en hueso de cerdo prefieren colores errados.
        En menos de 6 meses los mosquitos completan su eternidad.
        Un árbol enfermo en menos de 30 años pierde el contorno de las hojas.

        La araña con ojo de estambre en el lodo se despiedra.
        Cuando llueve en los brazos de la hormiga disminuye el horizonte.
        Los cardos que viven en los pedregales tienen la misma sintaxis que los
        escorpiones de arena.
        La rana, cuando llueve, tiñe de azul su croar.
        Los lagartos dan piernas a las rocas de preferencia en invierno.
        El vuelo del yabirú tiene más cuerpo que el vuelo de las horas.
        El escarabajo sólo recurre a bebedizos si encuentra a su hembra vagando
        entre escorias
        A 15 metros del arco iris el sol es oloroso.
        Los caracoles no gastan saliva en vidrios; pero en los pantanos se incrustan
        hasta el latido.
        En las brisas viene siempre un silencio de garzas.
        De cada 20 iguanas debilitadas por estrellas, 15 pierden el rumbo de las
        grutas.
        Todas estas informaciones tienen un soberbio desinterés científico: como
        andar de espaldas.

        TORDO CON TINIEBLAS

        Errante en mi pantano, doy con un tacuaral de pájaros
        Un hombre que estudiaba hormigas y tendía a piedras, me dijo en el
        ULTIMO DOMICILIO CONOCIDO:
        Sólo me preocupo de las cosas inútiles
        Su lengua era un depósito de sombras retorcidas, con versos cubiertos de
        hiedra y acequias que abrían alas sobre nosotros
        El hombre estaba parado mil años en ese lugar sin orejas
        La mariposa muere verde en su ojo sucio de piedra.
        El sapo es muy equilibrado por los árboles.
        Duerme ante pólenes y florece en los detritos.
        Palpa bulbos con sus dorados ojos.
        Come huevo de relente. Sabe que la luna
        Tiene gusto a luciérnaga para las margaritas.
        Precisa muy a menudo
        pasear en el suelo. Aprende antro y estrellas.
        (¡Tiene días el sapo de andar estrellamente!)
        Las moscas son muy dominadas por él.
        En su cuero la mañana es sanguínea.
        Espera a las falenas sostenido en tallos de piedra.
        Escombroso es su atardecer.
        Tiene celos verdeantes en su estancamiento.
        En el pico la memoria de un pez.
        De barro cría raíces y traga hebras de sol.
        Depende la criatura para su grandeza de una infínita deserción.
        ¡La gente es cría de frases!
        Escribir está lleno de corteza y de perla.
        Ay desde gema soy heces.
        ¡La alegría es recoger caracoles en las paredes plagadas!
        Algo que no tiene nombre que lo explique
        Como la luz que vegeta en la ropa del pájaro.
        En el suelo, entre raíces de insecto, pondera y escarba el tordo.
        Es un tordo de descampado.
        Hasta junto a una casa, en la podredumbre de las vigas, va
        a recoger grillos gordos.
        Al remover las sobras adquiere experiencia de residuo.
        ¡Tiene una dimensión fuera de pájaro!
        Tal vez un desvío de poeta en la voz.
        Influye en la dulzura de su canto el gusto que saca de ser
        una pequeña cosa infinita del suelo.
        En las rendijas de lo insignificante busca granos de sol.
        A esa vida en larvas que late bajo los árboles el tordo se entrega.
        ¡Aquí se abren corolas de ranas!
        Aquí se pudren los vuelos.
        Su pequeña voz se humedece de ínfimos adornos.
        ¡Su canto es el propio sol tocado en la flauta!
        Sirve de abrigo a los regueros.
        Del barranco una rana le atarda los ojos.
        Ese ser construye el entusiasmo.
        Es intenso y gárrulo: como quien viese la orla verde de las horas.
        Intransitable y ardiente es lo que el tordo no dice.
        Y tiene espesura de amor.
        El suelo engendra
        desde el mar
        el suelo engendra para el mar
        el suelo
        engendra con el mar
        El suelo pare al árbol
        pare al pájaro
        pare a
        la rana —el suelo
        pare con la rana
        desde ranas pare
        y desde pájaros
        pare el suelo
        desde el mar.
        El suelo cunde en el hombre
        en el ojo
        del pájaro cunde
        en las piernas
        del lagarto (1)
        y en la piedra.
        En la piedra
        el hombre nace
        cimbreante.
        Cimbrear
        sale de lagarto
        y no llega a pájaro.
        Cimbrear
        conviene a rana
        y caracol (2)
        Cimbrear
        se niega en mariposa
        y se estira
        hasta el árbol.
        Cimbrear
        se estira
        hasta el hombre.
        El hombre se arrastra
        como árbol.
        El hombre se desliza
        como caracol
        por los vergeles
        de la pared.
        El hombre se arrastra
        como ostra
        por las paredes
        del mar.
        El hombre (3)
        es recogido entre des
        trozos de ostras
        trazos de pájaros
        sordos
        comidos de mar.
        El hombre
        se incrusta como árbol
        en la piedra
        del mar.

        1 EL LAGARTO: El lagarto / puede ser encontrado en lugares anegadizos /
        en las planicies resecas / en las sociedades en comandita / en los concheros:
        al lado de las playas sin dueño estudiando / conchas muertas; / en las
        marchas a favor de la familia y de la patria / y / según narra la historia /
        uno de esos animales fue palpado por el siervo Job / sobre un montón de
        piedras / cuando éste raspaba con un trozo de tejas / la podredumbre que
        Dios le diera. / El lagarto / es muy común también / en las regiones
        descaecidas / arrastrándose por sobre paredes del mar como la ostra / y su
        fruta mojada / Parece que la lagarta grávida se inviste con las funciones de
        una piedra seca / pasando septiembre / y / sintiendo precisión de sombras
        para su desmusgo / se recuesta en una peña húmeda / y allí desova / quién
        sabe qué. / Puede aun el lagarto / ser visto tomando sol / en las playas /
        con sus ojillos fijos / masticando una flor…

        2 EL CARACOL: ¿Qué es un caracol? Un caracol es: / que uno pondere / con los
        bolsillos llenos de bramante cadenas de latón / picaportes gramófonos / etc.
        / Un caracol es que uno sea: / amando lo escurridizo / y durmiendo en las
        piedras. Es: / que uno conozca el suelo por haber visto una babosa / en la
        pared / y por seguirla una día entero arrastrando / en la piedra / su colita
        húmeda / y meada. / Otra de caracol: / es dentro de casa consumir libros
        cuadernos y / quedarse quieto ante una cosa / hasta serla. / Sería: / un
        hombre después de atravesado por vientos y ríos turbios / reposa en la arena
        para llorar su vacío. / Sería también: / comprender el andar liso de las
        lombrices bajo tierra / y escuchar como los grillos / por las piernas. /
        ¡Las personas que conocen el suelo con la boca, una forma de buscarse, se
        mueven como caracoles! / El caracol por fin: /tiene madre de agua / abuela
        de fuego / y el pájaro en él se ensuciará. / ¡Arrastrará una fiera hasta su
        cuarto / usará sombreros de tacón alto / y ha de ser estiércol a sus
        expensas!

        3 NUESTRO HOMBRE: …Como Akaki Akakievitche, que sólo amaba a su capote,
        ¡Él, piedra, talla su continencia! Conoce el canto del mar grueso de
        pájaros, la fiebre que arde en la boca de la ostra y la marca del lagarto
        en la arena. Ese hombre es materia de caramujo.

        CAMINATA

        Yo venía aquella tarde por la tierra fría de sapos…
        El azul de las piedras tenía cauda y canto.
        Desde un sarandí espiaba un pájaro el verano.
        Los caracoles al sol paseaban de chaqueta rosa.
        Crespas crecían las manos hacia el agua de la isla.
        De mí fueron brotando rosales salvajes.
        Con las crines en fuga rondaban los caballos
        embistiendo relentes aún en carne viva.
        De mi rostro fluían arroyos…
        Limpiando de limo la casa de los vientos mi voz en el aire pisaba…

        Traducción de Mario Merlino

        ***

        AGROCAUCE

        …donde pululan rudimentos de animales y plantas subyace un erotismo creador
        genésico.

        M. Cavalcanti Proença

        A veces, en las proximidades de los pantanos resecos, se encuentran rayas
        enterradas. Cuando las aguas se reducen en los pantanos, la raya escoge una
        tierra propicia, se posa en ella como un disco, abre con sus aletas una
        cama, hace almo suelo por debajo, y se entierra. Allí va a pasar el período
        de la sequía. Parece una rueda de carreta entornada. Al poco, bajo sus alas,
        late un agrocauce de gusanos,escribanos del agua y muchas especies de
        insectos y parásitos, que abordan el terreno como un vientre.

        Allí, por debajo de la raya, se instaura una química de pantano. Un útero
        vegetal, insectal, natural. El trueque de linfas, de reuma, de rumia que
        allí se instaura, es como un gran tumor que late.

        Se hace debajo de la raya la miniatura de un pantano. La vida que germinaba
        en el pantano se traslada al gran vientre preparado por la matrona raya. ¡Es
        el propio cuajarón de los escarabajos!

        Pienso en el trueque de favores que se entabla; en el mutualismo; en el
        amparo que se dan las especies. En las descargas de ayudas; en el equilibrio
        que allí se completa entre los rasguños de vida de los seres minúsculos.
        Entre los cuerpos truncados. Las telas aún sin araña. Los ojos sin luz
        todavía. Las plumas sin movimiento. Los remiendos de vermes. Los bulbos de
        serpientes. Arquetipos de carcomas.

        Pienso en los embriones de los actos. Una boca disforme de escarabajuelo que
        comienza a querer pegarse a las cosas. Rudimentos romos de un gajo de árbol.
        Los indicios de ínfimas sociedades. Los ligamentos primordiales entre
        paredes y babosas. También los gérmenes de las primeras ideas de convivencia
        entre piedras y lagartos. El embrión de una anguila sin estambres, que
        reniega de sus aletas. Antepasados de anturios (4) y mariposas que buscan
        una franja de sol.

        Pienso en un comercio de rizos y de aletas, de jugos de semen y de polen, de
        mudas de escamas, de pus y de semillas. Un comercio de celos y cantos
        virtuales; de muermos y de liendres; de olor de anuros y de ríos cortados.
        Comercio de pequeñas ranas y sus cricas redondas. Inacabados orificios de
        tenias implumes. Un comercio cheposo de milpiés y de polillas; de hojas
        recogidas por hormigas; de hongos oreja-de-palo aún en larva. Comercio de
        hermafroditas de instintos adhesivos. Las venas rasgadas de un oscuro
        escarabajo. El sapo que repudia su cola infame. Un comercio de anillos de
        escorpiones y simientes de pez.

        Y al cabo de tres meses de trueques e infusiones, la lluvia comienza a
        bajar. Y la raya va a levantarse. Su cuerpo ha dado sangre y ha bebido. En
        la carne sigue incrustado el hedor de una garrapata. De nuevo camina hacia
        los pantanos repletos. Girinos negros con rabitos y ojos de feto huyeron del
        gran útero, y ya hierven ahora en las aguas de las lluvias.
        Es la pura inauguración de otro universo. Que va a corromper, irrumpir,
        irrigar, restaurar la naturaleza.
        ¡Una fiesta de insectos y aves en el pantano!

        4 Del griego: anthos: flor y orrá: cola. Nombre de una familia de plantas
        ornamentales. (N. del T.)

la formula

El mistico regreso del desierto.
-Cuentanos, le dijeron con avidez,
-¿Como es Dios?

Pero ¿como el podria expresar con palabras lo que habia experimentado en lo mas profundo de su corazon?¿Acaso se puede expresar la Verdad con palabras?

Al fin les confio una formula inexacta, eso si, e insuficiente, en la esperanza de que alguno de ellos pudiera, a través de ella, sentir la tentacion de experimentar por si mismo lo que el habia experimentado.

Ellos aprendieron la formula y la convirtieron en texto sagrado. Y se la impusieron a todos como si se tratara de un dogma. Incluso se tomaron el esfuerzo de difundirla en paises extranjeros. Y algunos llegaron a dar su vida por ella.

Y el mistico quedo triste. Tal vez habria sido mejor que no hubiera dicho nada.

muerte y vida

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301 (Mensaje original) Enviado: 01/05/2005 12:29
No puedes ser asustado po lo desconocido porque no sabes que es ello al grado que no hay nada en lo desconocido para ser asustado. La muerte es una palabra, y es la palabra, la imagen, que crea miedo. ¿Puedes mirar a la muerte sin la imagen de la muerte? Mientras la imagen existe también existen pensamientos, y es del pensamiento de donde se crea siempre el miedo. Después uno racionaliza su miedo de la muerte y construye una resistencia contra lo inevitable o se inventa una creencia innumerable para proteger contra el miedo de la muerte. Por lo tanto hay un boquete entre uno mismo y la cosa de quien estas asustado. En este intervalo del tiempo-espacio debe haber el conflicto que es el miedo, la ansiedad y uno mismo y su autocompasion. El pensamiento, que crea el miedo de la muerte, dice: “vamos posponerlo, vamos evitarlo, lo vamos a guardar ausente y tan lejano como sea posible, no pensemos en él” – pero uno está pensando en él.
Cuando uno dice, ‘ no pensaré en él ‘, se ha pensado y en el como evitarlo. Le asusta la muerte porque la has pospuesto.
Hemos separado la vida de morir, y el intervalo entre la vida y morir es miedo. Ese intervalo, es a su vez, creado por el miedo. El vivir es nuestra tortura diaria, insulto diario, dolor y confusión, con la abertura ocasional de los mares encantados de la ventana como un excedente. Eso es lo que llamamos la vida, y estamos asustados de morir, que es un extremo de esta miseria. Nos aferraríamos algo en contra de lo que sabemos que es lo desconocido – sabemos sobre nuestra casa, nuestros muebles, nuestra familia, nuestro carácter, nuestro trabajo, nuestro conocimiento, nuestra fama, nuestra soledad, nuestros dioses que poca cosa se mueve todo ello a nuestro alrededor, el cual es incesantemente dentro de sí mismo con su propio patrón limitado de existencia.

Pensamos que el vivir está siempre en el presente y que el morir es algo que nos aguarda en un rato distante. Pero nunca hemos preguntado si esta batalla de la vida diaria está viviendo en todos. Deseamos saber la verdad sobre la reencarnación, deseamos la prueba de la supervivencia del alma, escuchamos la palabra de los clarividentes y las conclusiones de la investigación psicologica, pero nunca pedimos, nunca , cómo vivir – vivir con placer, con el encantamiento, con belleza cada día. Hemos aceptado la vida como está con toda su agonía y desesperación y que ponemos en ella, y pensamos en la muerte como algo que debe ser ser evitado cuidadosamente. Pero la muerte es extraordinaria como la vida que sabemos vivir. No puedes vivir sin morir. No puedes vivir si no mueres psicologicamente cada minuto. Esto no es una paradoja intelectual. Para vivir totalmente, enteramente, cada día como si fuera un dia nuevo, allí debes morir a todo lo de ayer, si no vives lo que haces es vivir mecánicamente, y una mente mecánica puede nunca saber cuáles es el amor o es qué libertad.

Asustan a la mayoría de nosotros el morir porque no sabemos lo que significa vivir. No sabemos vivir, por lo tanto no sabemos morir. Nos asustan en la viday nos asustarán tambien en la muerte. No asustan al hombre que no se asusta de la vida, y este ser totalmente inseguro para entiende que todo es interno, no hay psicologicamente seguridad. Cuando no hay seguridad hay un movimiento sin fin y entonces la vida y la muerte son igual. No se asusta el hombre que vive sin el conflicto, que vive con belleza y amor, y con la muerte porque al amor está al morir.

Fredy la hoja

Había pasado la primavera, y también el verano.

Freddy, la hoja, había crecido. Su parte central era amplia y fuerte, y sus cinco extensiones eran firmes y puntiagudas.

Se había asomado por primera vez en la primavera; entonces era un pequeño brote de una rama bastante grande, cerca de la cima de un alto árbol.

Freddy estaba rodeado por cientos de hojas iguales a él, o así lo parecían. Pronto descubrió que ninguna hoja era igual a otra, aún cuando estuvieran en el mismo árbol. Alfred era la hoja que estaba  a su lado. Ben era la hoja de su derecha y Clara era la hermosa hoja de arriba.

Todas habían crecido juntas.

Habían aprendido a bailar en las brisas de la primavera, a calentarse bajo el sol del verano y a lavarse en las lluvias refrescantes.

Pero el mejor amigo de Freddy era Daniel. Era la hoja más grande de la rama y daba la impresión de haber estado allí antes que todos los demás. A Freddy le parecía que Daniel era el más sabio.

Fue Daniel el que les contó que eran parte de un árbol, y les explicó que crecían en un parque público. Fue Daniel el que les dijo que el árbol tenía raíces fuertes que estaban ocultas en la tierra, allá abajo. Les habló de los pájaros que iban a posarse en esa rama y cantaban canciones matinales. Les habló del sol, la luna, las estrellas y las estaciones.

A Freddy le gustaba mucho ser una hoja. Le gustaba su rama, le gustaban las leves hojas que eran sus amigos, su lugar cerca del cielo, el viento que lo empujaba de aquí para allá, los rayos del sol que le daban calor, las nubes que los cubrían con grandes sombras blancas.

El verano había sido especialmente agradable. Los grandes días de calor eran placenteros, y las noches cálidas, apacibles y ensoñadoras.

Ese verano hubo mucha gente en el parque. Con frecuencia iban a sentarse bajo el sol de Freddy.

Daniel les dijo que el dar sombra era parte de su finalidad.

-¿Qué es una finalidad?-había preguntado Freddy.

-Una razón para existir- había respondido Daniel.

-Hacer las cosas más agradables para los otros es una razón para existir. Dar sombra  a los ancianos que vienen para escapar del calor de sus casas; ofrecer un lugar fresco para que los niños vengan a jugar; abanicar con nuestras hojas a los que vienen a hacer picnic y comen sobre manteles a cuadros. Todas éstas son razones para existir.

A Freddy le gustaba en particular la gente mayor. Se sentaban tranquilos sobre el pasto fresco y casi nunca se movían. Conversaban en susurros de los tiempos idos.

Los chicos también eran entretenidos, aunque a veces hacían agujeros en el tronco del árbol o tallaban sus nombres en él. Aún así, era divertido verlos moverse tan rápido y reírse tanto.

Pero el verano de Freddy pasó pronto.

Se esfumó en una noche. Freddy nunca había tenido tanto frío. Todas las hojas tiritaban. Estaban cubiertas con una delgada capa de blanco que se derritió rápidamente y las dejó empapadas de rocío, resplandecientes bajo el sol de la mañana.

Otra vez fue Daniel el que les explicó que habían vivido su primera helada, la señal de que ya era otoño y pronto llegaría el invierno.

Casi enseguida, todo el árbol, en realidad todo el parque, se transformó en una llamarada de color. Apenas quedó alguna hoja verde… Alfred se había vuelto de un color amarillo profundo. Ben de un naranja brillante. Clara se había vuelto roja como una llama; Daniel, púrpura profundo, y Freddy estaba rojo y dorado y azul. Qué hermosos estaban todos. Freddy y sus amigos habían convertido el árbol en un arco iris.

-¿Por qué nos ponemos de diferentes colores- preguntó Freddy-, si estamos en el mismo árbol?

  -Cada uno de nosotros es diferente del otro. Hemos tenido experiencias diferentes del otro. Hemos mirado al sol, y hemos dado sombra de maneras diferentes. ¿Por qué no habríamos de tener distintos colores?- dijo Daniel, realista. Daniel le dijo a Freddy que esa estación maravillosa se llamaba otoño.

Un día sucedió algo muy extraño.

Las mismas brisas que antes los habían hecho bailar, comenzaron a empujarlos y a tirar de sus tallos, casi como si estuvieran enojadas.

Esto fue la causa de que algunas de las hojas se quebraran y cayeran de sus ramas y fueran levantadas por el viento, sacudidas de un lado a otro, hasta posarse blandamente sobre el suelo.

Todas las hojas se asustaron.

  -¿Qué esta sucediendo?- se preguntaban unas a otras en susurros.

-Lo que sucede en el otoño- les dijo Daniel-. Ha llegado el momento de que las hojas cambien de hogar. Algunas personas lo llaman “morir”.

-¿Todas nosotras moriremos?- preguntó Freddy.

-Sí- respondió Daniel-. Todo muere, sea grande o pequeño, débil o fuerte. Primero cumplimos nuestra tarea. Sentimos el sol y la luna, el viento y la lluvia. Aprendemos a bailar y a reír. Luego morimos.

-¡Yo no voy a morir!- dijo Freddy con determinación-. ¿Tú vas a morir, Daniel?

-Sí- respondió Daniel-, cuando llegue mi hora.

-¿Cuándo será?- pregunto Freddy.

-Nadie lo sabe con certeza- respondió Daniel.

Freddy observó que las otras hojas continuaban cayendo, y pensó:

“Debe de haber llegado su hora”.

Vio que algunas de las hojas resistían a los golpes del viento antes de caer, y que otras simplemente se dejaban ir y caían mansamente.

Pronto el árbol quedó casi desnudo.

-Tengo miedo de morir- le dijo Freddy a Daniel—No sé qué es lo que hay allá abajo.

-Todos tememos a lo que no conocemos, Freddy. Es natural- lo tranquilizó Daniel-. Sin embargo, no tuviste miedo cuando la primavera se convirtió en verano. No tuviste miedo cuando el verano se transformó en otoño. Eran cambios naturales. ¿Por qué tendrías que temer a la estación de la muerte?

-¿El árbol también muere?- preguntó Freddy.

-Algún día. Pero hay algo más fuerte que el árbol: “la Vida”.  La vida es eterna, y todos somos parte de ella.

-¿Adónde iremos cuando muramos?

-Nadie lo sabe. ¡Ese es el gran misterio!

-¿Regresaremos en la primavera?

-Nosotros no, pero la vida sí.

-¿Entonces cuál ha sido la razón de todo esto?- siguió preguntando Freddy-. ¿Por qué estamos aquí? ¿Sólo para caer y morir?

Daniel respondió a su manera objetiva:

-¿Por qué? Por el sol y la luna; por los momentos felices que hemos pasado juntos; por la sombra y los ancianos y los niños; por los colores del otoño; por las estaciones. ¿No son razones suficientes?

  Esa tarde, en la luz dorada del crepúsculo, Daniel se desprendió de la rama. Cayó sin esfuerzo. Y mientras caía parecía sonreír apaciblemente.

-Hasta pronto, Freddy – dijo.

Después, Freddy quedó solo. Era la única hoja que permanecía en su rama.

La primera nieva cayó a la mañana siguiente. Era blanda, blanca y suave; pero era dolorosamente fría.

Casi no hubo sol ese día, que fue muy corto. Freddy notó que perdía el color y se ponía quebradizo. No dejaba de hacer frío, y la nieve pesaba mucho sobre él.

Al amanecer llegó el viento que separó a Freddy de su rama. No le dolió nada. Se sintió flotar suave, delicada, serenamente hacia abajo.

Al caer, vio el árbol entero por primera vez. ¡Qué fuerte y firme era! Estaba seguro de que viviría mucho tiempo, y el saber que había sido parte de esa vida lo llenó de orgullo.

Freddy fue a parar sobre un montículo de nieve. Era bastante blanda, y hasta cálida. En esta nueva posición, Freddy estaba más cómodo que nunca. Cerró los ojos y se quedó dormido. No sabía que después del invierno llegaría la primavera y la nieve se derretiría y se transformaría en agua. No sabía que su ser aparentemente seco e inútil, se uniría al agua y serviría para que el árbol se hiciera más fuerte. Y, sobre todo, no sabía que allí, dormidos en el árbol y en la tierra, ya había proyectos de nuevas hojas que nacerían en la primavera

relato de facundo cabral

NO ESTAS DEPRIMIDO, ESTAS DISTRAIDO
No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla.
Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además no es tan malo vivir solo.
Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Sólo por citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que
llamas problemas son lecciones.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Si tú no te amas a ti mismo, no podrás amar a nadie. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas… y si le ganas, serás humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.
Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.
Vive la vida!!!
Facundo Cabral

la caja de sorpresas

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301 (Mensaje original) Enviado: 08/09/2005 7:02
La caja de sorpresas

Narraciones de niñas y niños indígenas

Los alumnos de 1o. “C” de la escuela Lic. Miguel Alemán de Mazatlán, Sinaloa, votaron para que el espacio de los cuentos lleve el nombre de: “La Caja de Sorpresas”.

Aquí publicamos algunos cuentos premiados en el Concurso Nacional de narraciones de niños y niñas indígenas de 1999*
El señor y el duende

Había una vez un señor que se fue en su milpa solito en la noche a cuidar su maíz y de ahí escuchó un ruido feo. El señor se escondió debajo de una piedra, pero empezó a temblar mucho.

El señor pensó que era un hombre de espina y luego se dio cuenta que era un duende con los pies al revés.

Como no tenía foco, solamente llevaba machete y su rifle.

El señor que se llamaba Don Lucas, dejó su machete sobre una piedra, cuando en eso pasó un tlacuache y el machete se cayó sobre otra piedra y sonó tililín.

El duende escuchó lo que sonó, pero pensó que era una moneda.

Se fue caminando donde había sonado el machete, cuando llegó empezó a buscarlo.

-¿De quié es este machete? -preguntó.

-¿Será que hay un hombre escondido?

Entonces se dio cuenta que había un hombre acostado.

Pero el hombre disparó su rifle. El duende muy espantado corrió y se metió en la cueva donde tenía mucho oro. El señor dijo:

-Ahorita voy a llevar todo este oro para que yo sea rico.

-Llévalo si puedes -dijo el duende.

Entonces empezó a juntar todo el oro y luego lo metió en su morral, pero cuando estaba por salir, el duende cerró la puerta de la cueva con una piedra grande. El pobre señor jamás volvió a salir.

Diego Hernández Pérez
12 años
Chol
Chiapas

Yo soy de aquí de este pueblo
Yo soy de aquí de este pueblo
no me lo pueden quitar
pues ya tengo mi tierrita
ahora voy a trabajar.

Estos terrenos son buenos
producen varios cereales
maíz, papa, frijol
y también calabazales.

A mí dime que sí
al otro dile que no
florecita tarahumara
muy hermosa y bella flor.

Sabina Cruz Aguirre
6 años
Rarámuri
Guachochi, Chihuahua

La flor roja

La flor blanca parece leche de mi vaca, la roja parece sangre de mi corazón que en el pecho llevamos a cada uno de nosotros, que bonito las flores que conozco, las flores del campo que luces como Dios, la flor blanca como la nube del cielo, piedra blanca del campo, corazón del bolillo que cada mañana lo conozco, la roja parece sangre de mi corazón, que bonito que linda las flores de mi tierra y que linda se ve las casas como una huerta de flores, las casas es linda con las florecitas que tiene colgados en las casas y en las escuelas, que bonito donde se ve una flor roja que linda se ve cada una flor y en las casas cualquiera tiene flores colgados en la puerta de su casa y se ven muy bonitas con el patio limpiecito y todos se enamoran de mi flor roja y en el cerro hay una flores rojas y rosas de las rosas le dicen que bonita flor rosa como una ropa, se parecen a la roja como sangre y como una tela roja de mi corazón bonito.

Guillermina Hernández Hernández
12 años
Hñahñu
Cardonal, Hidalgo

El origen de la luna

Cuando todavía no existía la luna, se piensa que era como una especie de ceniza como la nube. Después se pensó que la hicieron de una piedra brillosa tres personas, un hombre, una mujer y un niño. La hicieron redonda como una teja para jugar al cuatro. En donde la hicieron, barrieron muy bien en forma de círculo.

Cuando terminaron de hacerla la aventaron al espacio y desde entonces la podemos ver algunas noches, una vez hecha y aventada al espacio, un señor dijo que debía tener su propia luz como el sol, pero la luna no cuidó bien su luz y se le apagó.

Un día el sol pasó cerca de ella y le brindó su luz y desde entonces recibió los rayos del sol.

Se piensa que la luna es la madre de todos los seres vivientes de la tierra. Con sólo observar la luna, la personas predicen qué cambios va a haber en la naturaleza.

Cuando es luna nueva y se encuentra en forma vertical, dicen que no va a llover, sólo habrá viento y hará mucho frío. Cuando se encuentra en forma inclinada se piensa que va a haber mucha lluvia.

Cuando hay eclipse de luna y de sol, a las mujeres embarazadas se les recomienda cuidar que no les lleguen los rayos del sol y de la luna y no observar directamente al sol, ya que si no se tienen estos cuidados el feto al nacer saldrá con algún defecto físico. También ciertas plantas y animales se ven afectados con estos fenómenos naturales.

Cuando se siembra habiendo la luna nueva, crece la milpa muy alta pero no da frutos.

Cuando se siembra habiendo luna más o menos llena resulta muy positivo. También cuando se pizca habiendo la luna nueva se piensa que se pudre, se apolilla y no rinde la cosecha.

Ignacio Serrano García
16 años
Rarámuri
Siquirichi, Chihuahua

Cuento osho

¡Oye Tu!
Podrás tener todo lo que quieras.
Pero si no te tienes a ti…

Podrás conocer todo lo que esta a tu alrededor.
Pero si no conoces lo que está dentro de ti…

Todo tu conocimiento, toda tu riqueza, todo tu poder, será fútil.

Más tarde o más temprano serás ahogado por tu conocimiento, por tu riqueza y por tu poder.

Te destruirán porque seguirán creciendo, haciéndose más y más grandes, y tú te encogerás haciéndote más y más insignificante.

La espiritualidad es un regalo, les sucede a los que se conocen, a los que confían, a los que aman.

Estás aquí para aprender el camino de la confianza y una profunda aceptación de ti, el amor sigue a esto en corolario.

Si la riqueza no enturbia el conocimiento de ti…
Si el poder no corrompe tu calidad de amar,…
Si los espejos no lastiman tu autoestima…
Entonces podrás usar lo que quieras…
Sin ser dueño de nada…

Porque habrás entendido que el poseedor es lo poseído.

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