Guaraníes: La Concepción Chamánica de la Realidad

El consumo de sustancias alucinógenas y estimulantes provenientes del mundo vegetal era una característica cultural de todos los pueblos prehispánicos de América. El hábito formaba parte del ritual de las ceremonias chamánicas religiosas.
La floresta misionera ofrecía a los guaraníes una gran variedad de hongos y plantas con propiedades alucinógenas o estimulantes del sistema nervioso, cuyo consumo estaba vinculado a los rituales religiosos. Productos como el tabaco y la yerba mate estaban íntimamente relacionados con dichos rituales. Los alucinógenos en tanto generaban en el Payé una fantástica realidad en donde coexistían hombres, espíritus, dioses, pasado, presente y futuro. Este fenómeno no era interpretado como el efecto de principios activos de los vegetales sobre el cerebro. Para el Payé los estados alterados de conciencia que le permitían “viajar” en los rituales rompiendo todas las barreras del tiempo y del espacio, era el efecto de los espíritus tutelares de los vegetales u hongos que ingería, los que incorporados a su cuerpo se fundían con su propio espíritu y actuaban como guías conductores.

cosmogonia warpe

Los warpes eran politeístas. El dios más venerado y respetado era Hunuc Huar. Para ellos este dios habitaba en las montañas. También adoraban al sol, las estrellas, la luna y los ríos.

En las aldeas existía la presencia de un hechicero llamado “machi”. Ëste era el encargado de curar a los enfermos y de pedir protección a los muertos para realizar su viaje a la montaña de Hunuc Huar.

El sepelio de un difunto respondía a una acto social. Se llevaba a cabo con danzas al compás de un tambor ( uno de los pocos instrumentos huarpes), ingerían hasta la embriaguéz una bebida alcohólica que fabricaban con la chaucha del algarrobo a la que llamaban “aloja”. La creeencia era, que el muerto emprendía un viaje al más allá, donde habitaría las montañas en compañía de Hunuc Huar. Para ello colocaban en sus tumbas: mantas, ropas, bebidas, comida y objetos personales.

Levirato y Sororato: fueron 2 aspectos muy curiosos en la estructura social Warpe: levirato: al morirse el marido, la viuda y los hijos pasan a depender del hermano menor del fallecido. Sororato: al casarse el varón adquiere el derecho de casarse con las demás hermanas menores de la novia.

Cosmogonia yagan

Los Yamanas contaban con “shamanes” (médicos-hechiceros) con dotes sobrenaturales. Podían controlar el clima, hablar con los espíritus, curar, matar, conseguir comida , en definitiva el control del bien y del mal en la eterna dualidad de los “shamanes”; eran buenos y malos según el momento. Se alcanzaba ese grado según la edad y el prestigio era muy importante.

Tenían distintas ceremonias siendo las principales la del “shiehaus”, que debían pasar los adolescentes de ambos sexos para ser adultos, y el “kina” reservado a los varones, donde luego recién eran considerados hombres. Los cantos eran monótonos y las danzas también.

Se adornaban con collares y usaban pintura roja, blanca y negra, según las ocasiones. Todos estos puntos tenían importantes significados simbólicos.

Cuando alguien moría era enterrado o quemado e inmediatamente se abandonaba el lugar y no se lo volvía a nombrar. No han sido comprobados casos de antropofagia pero si se sabe que el zorro no era consumido por ser un devorador de carroña, inclusive desenterraba a los muertos.

Las peleas con otros grupos dialectales existían y funcionaba la venganza si algún miembro de la familia era herido o muerto por extraños; ésta podía estar pendiente por mucho tiempo hasta que se lograba cumplir

la tierra sin mal guaranies

Desde el mismo momento de la conquista hispánica, llamó la atención de los conquistadores y colonizadores el hecho de que los guaraníes no poseyeran templos, ni ídolos o imágenes para venerar, ni grandes centros ceremoniales. Muchos cronistas de la época no dudaron en concluir que se trataba de un pueblo sin ningún tipo de creencias religiosas. La verdad era otra, la religiosidad existía y era profundamente espiritual, a tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos tallados.
Ñanderuvuzú, Nuestro Padre Grande, o Ñamandú, el primero, el origen y principio, o Ñandeyara, nuestro dueño, eran los nombres que hacían referencia a una divinidad que era concebida como invisible, eterna, omnipresente y omnipotente. Una entidad espiritual concreta y viviente que podía relacionarse con los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible de Tupá, el trueno. Se manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en una imagen material. Ñanderuvuzú no era el dios exclusivo de los guaraníes, era el dios padre de todos los hombres. Esta idea de universalidad de la divinidad resulta realmente asombrosa por su grado de desarrollo, si la visualizamos en el concierto de las concepciones de la divinidad elaboradas por las otras culturas prehispánicas americanas.
Frente a Ñanderuvuzú, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del equilibrio del orden universal, estaba la otra dimensión de la realidad espiritual, el Mal, expresado en el concepto de Añá. Esta fuerza maléfica era la generadora de la muerte, la enfermedad, la escasez de alimentos y las catástrofes naturales. La realidad era comprendida como un débil equilibrio que podía ser roto por Añá en un instante cualquiera. De allí la trascendencia otorgada socialmente a la figura del chamán o payé, única persona capáz de conjurar con sus poderes sobrenaturales a las fuerzas del mal, pero al mismo tiempo muy temida por su capacidad de dominar y de valerse del mal como instrumento.
Para los guaraníes esta tierra y esta vida eran la imperfección. Existía un lugar donde todo era perfecto, la Tierra sin Mal.
La vida del hombre era un andar hacia aquel sitio, al que se podía llegar luego de la muerte física, y –en algunos casos excepcionales– corporalmente, sin pasar por el trance de la muerte. La Tierra sin Mal no constituía un mito para los guaraníes. Era un lugar real, concreto, que se ubicaba imprecisamente hacia el este, más allá del Gran Mar (Océano Atlántico). Esta creencia en la Tierra sin Mal generaba periódicamente grandes migraciones en su búsqueda, inspiradas por el mesianismo de algunos chamanes o payé.

cosmogonia guarani

Cosmología
Cuando en el monte florece el taperigua (cassia carnavalis) los Tupí Guaraní inician la celebración del ARETE como la verdadera fiesta o el verdadero tiempo; que proseguirá hasta que sus flores comiencen a marchitarse. Parece que este ritual agrario tenia lugar cuando se producía la maduración de abati (maíz) imprescindible para la fabricación de la kanwi (chicha).

Las mujeres se dedican a la preparación de grandes cantidades de Kanwi (chicha) y a confeccionarse un nuevo vestido, Mandu o Tipoy, y a buscar semillas de Uruku para colorear de rojo sus mejillas durante el ARETE.

Se inicia la celebración del ARETE mediante instrucciones y arengas del encargado o capitán ,que debe tener dotes oratorias. Desde el monte cercano se acercan a las casas los grupos enmascarados, acompañados por sus bandas instrumentales y presididos por un palo o cruz adornado con flores de taperigua. En los patios de los ranchos y se toma las tinajas donde se coloco la bebida ritual. Se bebe y se baila en fila o en rondas, en grupos o en parejas entremezclados hombres y mujeres, adultos y niños.

La presencia blanco-cristiana en la zona parece haber sido la determinante en el cambio de fecha (de agosto a febrero aproximadamente). El proceso de aculturación derivó en otras mezclas del particular mundo mítico original Tupí Guaraní con el correspondiente al mundo occidental.

Junto con los conquistadores y colonos llegaron también los misioneros (muchas veces avanzada de aquellos para facilitar la dominación) y pronto la “fiesta” fue transferida en el tiempo para hacerla coincidir con la oportunidad del “carnaval”, de origen europeo. Posiblemente intervino el forzado (y ya olvidado) cambio la característica “orgiástica” (para la restringida visión de los occidentales) del ARETE, como así también el empleo de máscaras (aña aña)

Mascaras:
Son de inspiración arawak y se ha mantenido hasta el presente la tradición de fabricación y empleo de tales máscaras Una de las características más visibles y sobresalientes del ARETE es el uso -de los participantes varones- de mascarillas rituales, llamadas aña aña.

Los hombres y sobre todo los jóvenes, se internan en el bosque o monte en busca de samóu, nombre genérico del yuchán o “palo borracho”, con la que fabrican sus máscaras.

Las máscaras de animales suelen ser muy realistas demostrando el realizador su sagas observación de las características de la cabeza del animal para ser representado. Las mas comunes, suelen ser el loro, a veces el tucán, perro, venado, chancho de monte, jaguar, puma, mono, y más modernamente toro, caballo y chivo, se conservan algunas máscaras de perro (yamba) cuyas orejas son móviles.

También representan el rostro humano, con una particular estilización, al menos en las más tradicionales. Algunas solo representan el rostro y otras llevan hanti Ndechi o aña-ndechi máscara que representa a un anciano. El hanti lleva distintos motivos decorativos, calados y/o pintados. Figuras geométricas son los diseños más tradicionales, junto a estelizaciones de flores, y representaciones del sol, la luna y/o las estrellas.

Los surem

            ÉL AGUILA

              CREÒ UNOS SERES

        CASI TOTALMENTE DE AGUA

  QUE PODÌAN SER… LO QUE QUISIERAN

            LOS LLAMÒ “SUREM”.

              …MÀS TARDE

            LES DIÒ LA ORDEN

          DE SER TERRITORIALES

      ENTONCES… SE TRANSFORMARON
          EN… SERES HUMANOS


              …LOS SUREM

QUE DESAFIARON LA ORDEN DEL AGUILA

              SON LLAMADOS

                    “YAKIS”

                 
ÉL AGUILA

              CREÒ UNOS SERES

        CASI TOTALMENTE DE AGUA

  QUE PODÌAN SER… LO QUE QUISIERAN

            LOS LLAMÒ “SUREM”.

              …MÀS TARDE

            LES DIÒ LA ORDEN

          DE SER TERRITORIALES

      ENTONCES… SE TRANSFORMARON
          EN… SERES HUMANOS


              …LOS SUREM

QUE DESAFIARON LA ORDEN DEL AGUILA

              SON LLAMADOS

                    “YAKIS”

Leyendas de pueblos de origen-815

Los clanes de aborígenes poseían brujos, que hacía de intermediario ante la divinidad. Se adoraba a un ser llamado CACANCHIG (el cuál para los colonizadores o cristianizadores representaba al demonio), poseían oráculos donde se realizaban ofrendas. Se respetaba de sobremanera, el nacimiento, la vida y la muerte. Sus ídolos eran La Lechuza y La Víbora, tal como lo muestran sus pinturas rupestres y en la alfarería.

La Lechuza representa lo elevado, lo que está por sobre de ellos: el agua; la lluvia y el aire.

La Víbora representa la tierra y la fertilidad en la cosecha.

Su representación junta significa la fertilidad y fecundidad.

Con sus creencias habituales y las creencias andinas, se formó un sincretismo inmenso, luego la fusión aparejada a los colonizadores hizo de Santiago del Estero un lugar propicio de elementos culturales que posteriormente, dieron lugar la provincia a la más grandiosa fauna fantástica, siendo tal vez la primera en variedad y diversidad del País.

Su rito funerario era muy supersticioso, primero enterraban a los muertos hasta que las partes blandas desaparecieran. Una vez descarnado el cuerpo se lo colocaba en urnas de barro decoradas, para, por fin, enterrarlos debajo de las viviendas.

LOS ONAS Y LA LUNA

De: sietevientos (Mensaje original) Enviado: 07/11/2003 11:33 a.m.
LOS ONAS Y LA LUNA
(Mito Selk’nam )

Los Onas suponen que en las variadas fases de la luna hay seres ocultos enemigos de los hombres que les causan mayor pavor.
El engrosamiento gradual de la luna KRE les inspira gran miedo, porque creen que para engrosarse se alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre que les causa la muerte.
De aquí que cuando llega el plenilunio hagan fiestas alrededor de grandes fogatas y bailan y gritan en algazara infernal durante toda la noche, celebrando él haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que aman con mucha ternura.

Un acercamiento al pueblo wayu

De: -Satori– (Mensaje original) Enviado: 18/11/2003 09:10 a.m.
” Todo estaba establecido para que el Wayuú se reprodujera sobre esta tierra. En aquel tiempo las mujeres Wayuú que existían tenían la vagina dentada y cuando a Wolunka le tumbaron los dientes, se le cayeron los demás. Las mujeres eran semi diosas y no exixtía la forma de reproducción humana. Todo apareció después de lo sucedido. Luego Wolunka tuvo marido e hijos y el primero fue una niña. De ahí en adelante se multiplicaron los Wayuú… ”

Los indígenas wayuú se encuentran en el departamento de la Guajira en Colombia. Arriba, en la península del mar caribe. (Hace como 6 años se hizo una novela situada en esta zona, no se si alguien la vió). Yo estuve conociendo ésta región en julio de este año, los pueblos se encuentran ubicados cerca al mar, y la zona es muy muy árida, parece un desierto. Muy caliente y hay varias minas de sal muy lindas, el mar se ve espectacular. La vegetación que hay es mínima, solo crecen pequeños arbustos que casi ni dan hojas, o árboles pálidos y debiluchos que no producen sombra. Es imposible cultivar.

Pasé una noche en una rachería, por cortesía de una indígena super buena gente que trabaja en el Bienestar Familiar (organización del estado) por su pueblo. Dormimos en hamacas. El cielo se veía muy lindo. La gente es muy amable aunque por lo general no les gusta mezclarse con los visitantes, y hay muchas personas que no hablan español, sino solamente wayunaiki. Comimos chivo, que es la comida más comun y natural para los nativos.

En general los wayuú son pobres, y en las comunidades hay grandes tazas de mortandad infantil por problemas de salud, sobre todo porque viven en condiciones de higiene muy deficientes; el paisaje se ve muy pobre también por la ausencia de vegetación, y hay basura por todo lado. Para los wayuú el territorio en que viven es sagrado, allí entierran a sus muertos después de unos rituales muy complejos.

Los “arijuna” son los indígenas que ya han tenido educación, o que tienen un padre wayyú y el otro es blanco. La indígena que nos atendió nos explicó que los arijunas ya no están interesados en su cultura, y que se dejan influenciar y llevar por el dinero y por cosas occidentales. Por esto la cultura se está perdiendo, y los valores tradicionales cada vez son emnos tenidos en cuenta.

Los guajiros viven bajo sus propias reglas, allá no hay presencia del estado y mucho menos de la policía. Todos los problemas los arreglan por un mediador llamado palabrero, que lleva mensajes de un lado a otro del problema, repitiendo exactamente las palabras que se dijeron, hasta llegar a un pacto económico. Y también por la venganza: se devuelve lo que se recibe. La palabra es sagrada para ellos, si algo se dice y no se cumple, significa una injuria y una burla, así que quien incumplió su palabra debe pagar.

El baile wayuú es la chicha maya (no se si se escribe asi) y consiste en que la mujer se pone una túnica toda linda y el hombre se viste con unas plumas, y ella debe perseguirlo hasta tumbarlo. Todo es al ritmo de una especie de tambor tocado en lapsos de tiempo por uno de los ancianos de la comunidad. La indígena que nos guió nos explicó que existen varios pasos para la mujer, y se esfozó en enfatizar que en todo el universo wayyú está presente una filiación con el territorio y en general con la naturaleza, porque ellos viven y sienten al medio ambiente de un modo diferente al de occidente. Los pasos son por ejemplo el del águila y el de la hormiga, y en el baile se muestra la forma de organizarse y de vivir de los animales.

Es una sociedad matriarcal, y la descendencia matrilineal, y hay totemismo según el clan de descendencia. La mujer es el pilar de la familia y la que mantiene las tradiciones. Los hombres no trabajan, sólo las mujeres. En las ciudades, y cuando llegan visitantes al pueblo, salen a mostrar sus tejidos, hamacas, pulseras, riatas, y sobre todo mochilas, que se venden a un precio increiblemente bajo. (en internet encontre esto: “Para los wayuu, cuenta una leyenda, el tejido es un arte que aprendieron de una viejecita de cabellos blancos, wale’keru, la araña hilandera. La hamaca, de estilizadas figuras geométricas, camas colgantes de los guajiros, es uno de sus tejidos fundamentales”. Sin embargo, varios de los indigenas varones, especialmente los arijunas, trabajan con contrabando y narcotráfico, o en las minas de sal.

También, como en todas o casi todas las culturas indígenas, hay personas mayores especializadas para curar, los chamanes, sin embargo la tradición se ha ido perdiendo y deteriorando, además de la contaminación causada por la integración con los occidentales.

Att. Sonia Juliana Pérez

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