La censura del comic en los años 50

A raíz de una conversación offtopica en otros foros, estuvimos revisando el tema del Comics Code. Y encontré un artículo que lo explica bastante bien, va ligado también a la persecución de los cineastas que aparece en el numero 8 de Planetary. Contracultura general

Fuente: http://lavender.fortunecity.com/tombstone/…ajt/eccomic.htm

La historia puede resumirse como sigue: En 1947, el mismo año en el que Joseph McCarthy es elegido senador y tiene lugar la fundacion del Comite de Actividades Norteamericanas que desataria la “Caza de Brujas” sobre Hollywood, un estudiante de pedagogia americano, William Gaines, se ve sorprendido por la repentina muerte de su padre, Max Gaines, editor de comics. Como consecuencia de ello, William recibe en herencia la ruinosa empresa de su progenitor: “Educational Comics”, una editorial llena de deudas que cuenta con publicaciones tan poco interesantes como, por ejemplo, una serie de adaptaciones al comic de pasajes biblicos.

Convertido a su pesar en nuevo mandamas del negocio familiar, Bill Gaines comienza su remodelacion: Sustituye el “Educational Comics” original por el mas atractivo “Entertaining Comics”, conocido a partir de entonces como “E.C.” a secas; cancela las rancias colecciones de comics lanzadas por su padre y crea otras nuevas dedicadas a cinco temas menos “educativos”: El terror, la SF, el thriller, la guerra y el humor. Cada una de ellas estara representada por dos o tres revistas de comic independientes que traeran en cada ejemplar varias historias autoconclusivas de la misma tematica sin protagonista fijo. Para elaborarlas, Gaines se rodea de un equipo de lujo: Dos guionistas, Albert Feldstein y Harvey Kurtzman, y toda una “cuadra” de dibujantes de primera como Wally Wood, Johnnie Craig, Reed Crandall, Graham Ingels o Bernard Krigstein. Ellos le daran a los E.C. comics un nivel grafico autenticamente deslumbrante que aun hoy sigue asombrando a propios y extraños, ademas de ejercer una notable influencia en multitud de artistas posteriores.

Sin embargo, la gran revolucion de los E.C. comics se producira en el ambito del guion. Corren malos tiempos para la libertad de expresion: A comienzos de los 50, la Guerra Fria vive su etapa mas virulenta y toda una ola de puritanismo e intolerancia sacude los USA de punta a punta. Los comics no se ven libres de esta presion amordazante:El irreductible bastion de los comics humoristicos de la prensa sigue manteniendo la mas corrosiva critica al sistema ayudado por su aspecto falsamente inocente (vease el caso de “Pogo”, una serie protagonizada por animalitos parlantes a lo Disney que se permitio el lujo de parodiar al mismisimo McCarthy en sus paginas refugiandose en su apariencia engañosamente “infantil”); pero los comics realistas (y el concepto “realista” se refiere al aspecto grafico, no al argumental), mucho mas controlados, no tienen mas remedio que evadirse de las circunstancias que vive el pais a traves de la fantasia (“Mandrake el Mago”, “Principe Valiente”, “El Hombre Enmascarado”) u optar por el apoyo tacito al ambiente reaccionario imperante (“Steve Canyon”, “Johnny Hazard”, “Superman”) luchando contra comunistas, revolucionarios y “gentuza” de similar pelaje.Y con semejante panorama en el sector, los E.C. comics tienen los santos bemoles de publicar una serie de historias que sacudiran los cimientos de la industria como un huracan por su crudeza y agria critica social.

Harvey Kurtzman (futuro mentor de Terry Gilliam, que siempre le considero un maestro) se ocupara de los comics de guerra y de humor: En los primeros, publicados en plena guerra de Corea, bendecida por la gigantesca maquinaria propagandistica de los USA, muestra un panorama de todas las guerras de la Historia (desde las romanas hasta la propia Corea, pasando por la intocable Guerra de Secesion americana) en la que los habituales comics de soldaditos alegres que se pasan la contienda desfilando victoriosos y contando chistes en mitad de la batalla son sustituidos por un puñado de seres temerosos, hastiados, envueltos en sangre, barro y sudor, que no dudan en dejarse llevar por el panico o el salvajismo. Lo nunca visto, vamos: Fuller en formato de comic. Aunque no tan sorprendente en un hombre como Kurtzman que tiene la osadia de mostrar en sus historias imagenes de civiles japoneses masacrados por las bombas de Hiroshima y Nagasaki, por ejemplo.

En las publicaciones humoristicas, Kurtzman no se quedara corto: La mitica revista “Mad” (la unica superviviente de la posterior debacle de los E.C. comics, que sigue publicandose hoy dia), que muestra en uno de sus primeros numeros a un Santa Claus cuyo trineo ostenta un cartel de “Recien Divorciado”(!!!), arremete contra politicos, actores, intelectuales y famosos de toda indole, sin dejar de lado a los propios mitos del comic que son empapelados por sus venenosas parodias: Asi, “El Principe Valiente” se convierte en “El Principe Violento”, un sadico que va por ahi mutilando a todo el que se cruza en su camino; y el inmaculado “Superman” se transforma en “Superduperman” (es decir, “Supersimplon”), un tarado musculoso y sonriente que aparece dandole un puñetazo en el estomago a un pobre anciano con muletas entre los aplausos de la multitud. (Sin comentarios).

Sin embargo, el sector que causara la polemica (y posterior aniquilacion) de los E.C. comics sera el de la segunda rama, dirigida por Albert Feldstein y dedicada a la SF, el thriller y el terror. Un vistazo a algunas de sus historias da una idea del vigor creativo y la osadia de sus responsables:

“A Kind of Justice” : El sheriff de un pequeño pueblo sureño viola a una adolescente y detiene a un forastero al que, mediante torturas, obliga a confesarse culpable del delito. Posteriormente, incita a la poblacion para que irrumpa por la fuerza en la carcel y le mate a palos. La ultima viñeta muestra al sheriff, ya libre de toda sospecha, recordandole a la chica violada que si se atreve a decir la verdad firmara su sentencia de muerte.

“Under Cover”: Un grupo del KKK asesina impunemente a una joven y al periodista que ha sido testigo del crimen.

“The Executioner”: Un inocente es ajusticiado en la silla electrica al no haberse presentado a declarar el testigo que podria haber probado su coartada. Ese testigo no es otro que el propio verdugo, que por su costumbre de no leer el periodico no se entera de que su declaracion podria haber salvado la vida de su victima.

“Two of a Kind”: Un actor y una actriz, ambos jovenes y apuestos, se enamoran sin que ninguno le revele al otro su horrible secreto: Bajo su forma humana, ella es una vampira y el, un demonio canibal. Atrapados en una cabaña por una nevada, sin comida ni posibilidad de recibir ayuda, cada uno hace por amor el mayor sacrificio por el otro: Al sentir la desesperacion del hambre, el se automutila y come su propia carne y ella muerde sus propias venas. Ambos moriran. De haber luchado entre si, uno de los dos podria haber sobrevivido a costa del otro; pero ambos prefieren perecer antes que hacerle daño al ser al que aman.

“Master Race”: Un superviviente del holocausto reconoce entre los pasajeros del metro al jefe del campo de concentracion nazi que le torturo sin piedad, viviendo tranquilamente en una gran ciudad americana.

“For Us the Living”: Un cientifico cuenta con una maquina del tiempo que le permitiria impedir el asesinato de Lincoln y modificar la Historia, convirtiendo a los Estados Unidos en una utopia sin guerras ni desigualdades sociales. Al enterarse de ello, el FBI confisca la maquina y detiene a su creador, enterrando el asunto. Sus motivaciones se expresan en las ultimas viñetas: “Bueno o malo, este mundo es NUESTRO. Quien sabe, quiza la gente como nosotros no podria existir en ese mundo alternativo”.

Durante tres o cuatro años, los E.C. comics engrandecen el medio con sus revistas, obteniendo ademas un considerable exito economico. Sin embargo, el panorama pronto comienza a oscurecerse.

En 1954 aparece en las librerias el libro “La Seduccion del Inocente”, del psicologo Frederick Wertham, que proclama en tono apocaliptico la perniciosa influencia que los comics ejercen sobre los niños, empujandoles hacia la violencia y la delincuencia. El libro tiene una enorme repercusion, y sirve como apoyo definitivo a sectores de caracter ultraderechista (asociaciones de padres cristianos y predicadores fanaticos) para lanzarse en tromba sobre la Sodoma y Gomorra que, en forma de narrativa dibujada, corrompe las puras mentes de la juventud. Ni que decir tiene que los E.C. comics son colocados en el ojo del huracan: Las presiones de los “decentes” ciudadanos de la derecha hacen que el Comite del Senado sobre la Delincuencia Juvenil emprenda una investigacion sobre Gaines y su editorial; el propio Gaines es citado a declarar y se convierte en objeto de toda una campaña de vilipendio y descredito.

A pesar de que el Comite no consigue detener ni a Gaines ni a sus publicaciones (esa maldita libertad de expresion, siempre tan permisiva con los rojos y la gentuza), el escandalo hace que la industria del comic, temiendo un boicot general, siga el ejemplo de la cinematografica y establezca su propia forma de autocensura. A imagen y semejanza del antiguo “Codigo Hays”, se crea el “Comics Code”, una relacion de normas de obligado cumplimiento por todas aquellas publicaciones que quieran disfrutar del “visto bueno” del sector. Entre otras perlas, el Comics Code establece que:

1- Las fuerzas del orden NUNCA podran mostrarse de forma negativa que induzca a criticar su labor.
2- Los criminales siempre recibiran su merecido castigo al final de la historia.
3- La unidad familiar ha de ser siempre presentada desde un punto de vista positivo, decente y moral.
4- Ningun comic llevara en su portada palabras como “Terror”, “Horror”, “Crimen” o similares (justo las que aparecian en las de los E.C. comics) que puedan herir la sensibilidad de sus jovenes lectores.
5- Ningun comic mencionara en sus argumentos temas como la homosexualidad o las drogas que puedan contribuir a fomentar el vicio entre la juventud.
Etc., etc.

Se trataba de un codigo especialmente diseñado contra los E.C. comics con el que la industria mataba dos pajaros de un tiro: Por un lado acallaba las criticas de los sectores mas reaccionarios de la sociedad americana que amenazaban con emprender una campaña contra el comic, que podria haber influido muy negativamente sobre los beneficios economicos de las grandes editoriales del ramo; y por otro, le daban el golpe de gracia a un peligroso competidor que en un tiempo record habia alcanzado unas notables cifras de ventas a costa de quitarle lectores a esas grandes editoriales.

Enfurecido por la puñalada trapera que le propinan sus propios compañeros, a los que inocentemente habia acudido en busca de apoyo frente al acoso al que estaba siendo sometido, Gaines rompe todo lazo con la industria del comic y se niega a pasar por el aro; pero la resistencia es inutil: Del mismo modo que en esas mismas fechas las listas negras cinematograficas le cierran las puertas a todos los profesionales sospechosos de ideologia comunista, los kioscos y las librerias, debidamente aleccionadas, se niegan a vender cualquier comic que no lleve en su portada el sello de aprobacion del Comics Code. Los ejemplares no vendidos se acumulan en los almacenes de los E.C. comics, su distribucion se paraliza, y las perdidas de la empresa se disparan.

Gaines intenta engañar a los censores con mil y una argucias, cambiando los titulos de sus revistas, tocando otros temas aparentemente mas “respetables”, pero todo es inutil: Es un apestado al que ya han sentenciado de antemano. Asfixiados economicamente, los E.C. comics van cancelando una a una todas sus publicaciones y terminan por desaparecer. La decencia ha vencido, y le ha dejado como herencia a los comics americanos un Codigo que seguira encorsetandoles durante muchos años mas.

Como colofon a esta cronica, mencionar unicamente el argumento de dos historias mas publicadas por los E.C. comics , bastante representativas de su estilo:

“EL DIA DEL JUICIO”: En una epoca futura, un enviado de la Republica Planetaria, una especie de “Naciones Unidas” del universo, visita un planeta habitado unicamente por robots, con objeto de juzgar si merece ser incluido en la republica. El enviado descubre que hay dos tipos de robots, de apariencia similar, que solo se diferencian por su color: Los naranjas ocupan todos los cargos importantes y tienen acceso a todos los medios y la riqueza existentes; los azules viven aislados en una ciudad suburbial en condiciones penosas, y son obligados a ocupar la parte trasera de los autobuses, se les niega la entrada a los restaurantes naranjas y son relegados a los trabajos mas duros.
El enviado descubre que la cadena de montaje que fabrica los robots azules y los naranjas, asi como sus piezas, SON IGUALES. Lo unico que determina la diferencia entre unos y otros es un aparato llamado “Educator” que imprime en el cerebro mecanico de los naranjas un sofisticado programa de inteligencia artificial, y en el de los azules, un programa mucho mas primitivo y limitado; asi como la capa de pintura externa. Ante tal descubrimiento, el enviado se niega a aceptar el ingreso del planeta de los robots en la Republica; y cuando estos le preguntan por que, les dice que aun tienen mucho que aprender. “Tambien nosotros cometimos errores similares a los vuestros en otro tiempo, pero aprendimos a corregirlos. Algun dia, vosotros tambien lo hareis, y entonces volvere para invitaros a uniros a nosotros”.El enviado se marcha, y ya dentro de su nave , se quita el casco del traje espacial que ha tenido puesto durante toda la historia, y que nos ha impedido ver su rostro hasta ese momento final.

Es entonces cuando descubrimos por primera vez que el enviado es negro.

NOTA: esta historia se publico a principios de los años 50, cuando la segregacion racial seguia siendo un hecho en los USA y mucho antes de que Martin Luther King y otros defensores de la igualdad se hicieran famosos. El Comics Code intento sin exito obligar a la E.C. a cambiar el rostro del enviado por el de un blanco.

“LOS PATRIOTAS”: Una ciudad americana durante el desfile del 4 de Julio. Un puñado de patriotas han acudido en grupo a aplaudir a sus valerosos soldados. En pleno fervor vitoreador, observan a un hombre con sombrero colocado a su lado cuyo rostro muestra una mueca despectiva mientras presencia el desfile. Los patriotas comienzan a hacer comentarios despectivos sobre el (“¿Te has fijado en su nariz?” “¿Y que me dices del color de su piel? ¡Seguro que es extranjero!”) La mueca permanente del hombre del sombrero ante el paso de los soldados comienza a exasperarles y poco a poco, va inspirandoles comentarios cada vez mas enfurecidos y exaltados.
Pero la gota que colma el vaso llega despues: Al paso de la bandera americana, todos los presentes se descubren automaticamente excepto uno: El hombre de la mueca en el rostro, que permanece con el sombrero puesto. Es mas de lo que los patriotas pueden soportar: Al grito de “¡Rojo asqueroso!”, “¡Comunista!” y similares, se lanzan sobre el y comienzan a zarandearle y golpearle; el hombre del sombrero cae al suelo, y una vez alli es pateado y machacado sin piedad. Cuando por fin la furia de los patriotas se apaga, un cuerpo muerto y pisoteado yace en el suelo.

Es entonces cuando una mujer, su esposa, acude gritando y se agacha llorando sobre el; ella sera la que le explique a los patriotas que el hombre de sombrero es un ex-combatiente que , a causa de una explosion, habia quedado ciego (por lo que no podia haber visto la bandera), y habia recibido severas heridas en el rostro; unas heridas que habian sido disimuladas mediante cirugia estetica pero que habian dejado como secuela una mueca en sus labios que se hacia mas pronunciada cuando sonreia. A pesar de su ceguera, habia acudido al desfile porque le hacia ilusion apoyar con su presencia a sus antiguos camaradas.

NOTA: Esta historia fue publicada en plena exaltacion nacionalista de la guerra de Corea, asi como en el momento en el que el Comite de Actividades Antiamericanas detenia a docenas de ciudadanos por su conducta presuntamente “antipatriotica”.

Indudablemente, los sabios predicadores, los preocupados padres y los miembros mas decentes de la sociedad estadounidense tenian razon. Los comics de la E.C. eran MUY peligrosos.

Acege

Mensaje modificado por Vaelia el May 4 2008, 10:18 AM