La granja humana

ADVERTENCIA

No sé si con este libro firmo mi sentencia de muerte. Espero que alguien me defienda. Pero si no fuese así, me iría con toda tranquilidad de este desventurado planeta dirigido por imbéciles y poblado en gran parte por tristes hormigas locas. Irme…, ¿a dónde? No lo sé. Eso sólo lo saben con certeza los fanáticos religiosos.

INTRODUCCIÓN

Este libro no es de ciencia ficción, y menos una novela basada en fantasmagorías imaginadas por el autor o en libros místicos. Éste es un libro en el que se narran hechos. Hechos inexplicables y hasta absurdos si se quiere pero hechos reales, investigados la mayor parte de ellos directamente por mí. Y en algún caso vividos y hasta padecidos por mí.

Los eternos dubitantes siguen diciendo que en el mundo paranormal «no hay hechos comprobados». Efectivamente, para el que tiene la mente cerrada nunca habrá casos ni pruebas suficientes.

Pero «la sarna no está en las sábanas». La sarna está en la cerrazón de mollera de algunos «intelectuales».

Los casos que en este libro presento son casos concretos y comprobados, y muchos de ellos son pruebas que podrían dar fe en un tribunal de justicia y que para mí han sido convincentes. Otros, en cambio, son sólo «evidencias circunstanciales» que nos ayudan a acercarnos a conclusiones ciertas.

¿Tiene algo que ver este libro con el fenómeno OVNI y con la ovnilogía?

Tiene que ver mucho y no tiene que ver nada. Tiene que ver mucho porque en él se hace referencia constante a estos misteriosos aparatos que surcan nuestros cielos y se habla de sus ocupantes; y en un aspecto se llega hasta el fondo del «fenómeno OVNI».

Y no tiene que ver nada porque la ovnilogía se empeña en seguir empantanada en un nivel primario, al dedicar sus esfuerzos a recopilar y hasta computabilizar estadísticas sobre las formas de los aparatos, frecuencia y lugar de los aterrizajes o tamaño de los ocupantes. Y en este libro no se le da importancia a eso porque ya hace tiempo que dejó de tenerla.

Lo que la tiene es investigar qué hacen esos tripulantes en nuestro mundo y qué han estado haciendo siempre desde hace miles de años. Pero no desde sus naves, sino mezclados con nosotros en nuestras calles, en el interior de nuestros hogares y sobre todo dentro de nuestras mentes.

Porque lo que la ovnilogía no acaba de comprender es que estos tripulantes hace muchos años que aprendieron a bajarse de sus aparatos y a andar entre nosotros haciendo cosas muy extrañas.

Presentar sus múltiples, disimuladas y variadísimas andanzas en nuestro mundo y, sobre todo, ver cuál debería ser nuestra reacción, es lo que pretendo en este libro. Entretanto los «ufólogos» (¿qué es eso?) seguirán coleccionando casos sin saber qué hacer con ellos y estarán cada día más confusos.

Por otra parte, este libro no es para las personas que creen que todo lo inventable ya está inventado ni para las que piensan que la ciencia es capaz de dar solución a todos los misterios del mundo, y que todo aquello a lo que ella no es capaz de encontrar una solución tiene que ser rechazado como absurdo o inexistente.

En este mundo en el que vivimos, prescindiendo de la vastedad del infinito Universo, hay una enorme cantidad de hechos que sobrepasan con mucho los límites de la ciencia y que no son susceptibles de ser explicados por ella porque simplemente rebasan la capacidad de comprensión de nuestros cerebros.

Además, todo el reino del espíritu —y el Cosmos, al decir de grandes astrónomos y filósofos, da la impresión de ser una gigantesca inteligencia y tiene más de mental o de espiritual que de físico— escapa por completo a los métodos y a los propósitos de nuestra ciencia.

Por lo tanto, entremos en la consideración de los extraños temas de este libro, tranquilos en cuanto a lo que los científicos puedan decir contra nosotros. Los científicos «primarios», si se dignan atender a lo que decimos, levantarán por un momento su cabeza de la rutinaria tarea con la que se ganan la vida y harán un gesto de desdén hacia nosotros, considerándonos como unos pobres chiflados perseguidores de quimeras o adoradores de mitos.

Y seguirán rutinaria y machaconamente repitiendo sus observaciones y experimentos, en sus laboratorios y clínicas, para profundizar un poco más en el conocimiento de la materia y también para llevarle el sustento a su familia. Dios los bendiga.

Son los obreros de la ciencia, gracias a los cuales mejoramos nuestros instrumentos y a veces nuestra salud. La Humanidad tiene que estarles agradecida por su pesada labor, que con frecuencia acaba embotando las mejores cualidades de su espíritu y de su inteligencia, al ceñirlos obligada y rutinariamente a una sola parcela del saber humano. Tenemos que ser comprensivos ante su incredulidad y ante su miopía.

Los otros científicos, los «graduados», que no son meros obreros de la ciencia, repetidores de experimentos o de recetas, sino que se remontan por encima de las fórmulas para filosofar sobre el porqué de la vida, y en vez de seguir planos o pautas que otros trazaron, diseñan nuevas vías para la mente, constituyéndose en arquitectos y estrategas de la Humanidad, ésos no nos criticarán. Sencillamente se limitarán a observar cuál es el fruto de nuestras investigaciones en los campos del misterio, sabiendo que la vida en sí es un gigantesco misterio.

¡Qué enorme gusto sentí el día que supe que el patriarca de los científicos «graduados» modernos, el gran Albert Einstein, tenía como libro de cabecera nada menos que La Doctrina Secreta, de la reina del esoterismo —tan denostada por la ciencia de a pie— Helena Petrovna Blavatski!

Y cómo se alegró mi espíritu cuando leí Los escritos místicos de los físicos más famosos del mundo (Heisenberg, Schródinger, Einstein, Jeans, Planck, Pauli, Eddington) editado por Ken Wilber (Kairós, 1987)!

La tesis del libro que tienes en tus manos es de una gran audacia, pero está refrendada por miles de hechos que pasan inadvertidos al suceder mezclados con muchos otros de los que está entretejida nuestra vida diaria. Sin embargo, sucede a veces que a lo largo de la historia aparecen personajes increíbles o pasan cosas inexplicables, que curiosamente no nos hacen despertar del letargo en que las teorías sociales y los mitos religiosos tienen sumida a la Humanidad. Los historiadores, los sociólogos, los políticos y los grandes mitólogos modernos —los teólogos— los explican cada uno a su manera y conforme a sus conocimientos o a sus intereses. Y la Humanidad sigue ciega caminando por un camino sin salida que únicamente lleva a la autodestrucción.

La tesis de este libro es la misma que expuse en Defendámonos de los dioses. Pero aquí profundizo más en ella y aporto nuevas pruebas de que aquella manipulación que entonces describía sigue dándose en gran escala aunque disimulada y escondida tras mil velos.

La gran tesis de aquel libro sostiene que la Humanidad es una granja de los «dioses», entendiendo por «dioses» unos seres racionales, de ordinario invisibles, superiores al hombre en entendimiento, que en fin de cuentas son los auténticos dueños del mundo.

En el orden de las ideas trascendentes, los hombres creemos lo que ellos nos han hecho creer —y éste es el origen y la esencia de todas las religiones— y en cuanto a nuestros conocimientos de la Naturaleza, sabemos lo que ellos nos han dejado saber. Hasta hace apenas un siglo, los avances técnicos y científicos se debieron en gran parte a lo que estos seres les comunicaban a algunos de sus amigos «iluminados».

Lo mucho que las tribus primitivas —tan ignorantes en otras cosas— saben sobre los poderes curativos de las plantas, v lo mucho que los chinos saben, desde hace milenios, sobre las corrientes bioenergéticas que surcan el cuerpo humano, con sus correspondientes puntos de acupuntura, son sólo dos ejemplos de esta ciencia «revelada». Hay muchos otros casos de inventos y descubrimientos debidos a alguna «revelación privada».

En la actualidad, las cosas han cambiado radicalmente en este particular. La raza humana se ha liberado de muchos tabúes que los «dioses» le habían hecho creer —precisamente para que no avanzase— y desentraña por sí misma los secretos de la materia y de la Naturaleza.

Una circunstancia importante, que hay que tener en cuenta en esta tesis, es que estos misteriosos seres que nos dominan desde las sombras no son buenos ni malos de por sí: simplemente nos usan, al igual que nosotros usamos a los animales. A éstos, aunque los cacemos y aunque organicemos espectáculos con ellos, no los odiamos: simplemente los usamos para lo que nos conviene. Si ese uso conlleva un buen trato (animales domésticos, por ejemplo) los tratamos bien; pero si ese uso conlleva un mal trato (animales sacrificados para nuestro alimento) los matamos sin remordimiento alguno.

Lo mismo hacen con nosotros esos seres que dominan el mundo y la raza humana.

La gran deducción que de esto se puede sacar es que los hombres no somos los reyes del mundo, tal como habíamos creído, ni somos la más excelsa de las criaturas de Dios, ni estamos en vísperas de abrazarnos eternamente con Él si nuestras obras han sido buenas durante nuestra permanencia en este planeta.

Todas éstas son infantilidades con las que estos seres han nutrido nuestro ego para que siguiésemos ajenos a la gran realidad de que somos sus esclavos. Los verdaderos dueños del mundo son ellos y nosotros sólo hacemos lo que a ellos les conviene, para lo cual han inventado unas formidables estrategias que describo detalladamente en el libro al que hice referencia.

Y como no quiero repetir lo ya escrito, únicamente dejaré claro, por considerarlo de gran importancia para la recta concepción de esta nueva manera de entender el mundo, que no todos estos seres son iguales. La diversidad entre ellos es enorme y mucho mayor de la que se da entre los humanos. Si entre éstos nos encontramos con blancos y negros, altos y bajos, europeos y asiáticos, varones y hembras, etc, etc., entre los «dioses» las variedades son muchísimo mayores, ya que nuestras diferencias sólo atañen a cualidades externas y no esenciales —puesto que todos somos seres humanos pertenecientes a la misma especie—, mientras que las de ellos se extienden a la esencia misma de sus «personas».

Muchos de ellos son radicalmente diferentes entre sí y lo único que tienen en común es el ser inteligentes, aunque en esto mismo tenemos que decir que muchos aspectos de su inteligencia se escapan a nuestra comprensión.

Ciertas especies de «dioses» dan la impresión de ser benévolos para los humanos o por lo menos para algunos individuos, mientras que otros actúan de una manera muy negativa o, cuando menos, peligrosa e ilógica.

¿En qué nos basamos para decir esto?

En hechos. En miles de hechos que están ahí desde remotos tiempos, conocidos en todas las culturas, escritos en todas las literaturas y presentes en nuestros mismos días en las vidas de innumerables conciudadanos cuyos testimonios no podemos ignorar.

El que la ciencia oficial no tenga explicación para ellos o los poderes constituidos prefieran ignorarlos por razones políticas, no obsta para que los hechos sigan esperando y exigiendo una explicación racional, sea la que fuere y venga de donde viniere.

Esto es lo que intentamos hacer en este libro, sabiendo que nos exponemos al ludibrio de los que todo lo saben y de los que todo lo pueden. De nuevo, Dios los bendiga.

La vida es un sueño. Y ellos también sueñan con sus adelantos técnicos, con sus dogmas y con sus poderes políticos. Y como todo soñador, también tienen pesadillas con bombas de neutrinos, con guerras de las galaxias, con infiernos eternos, y con ríos y bosques envenenados por los residuos químicos de sus fábricas.

Nuestros esfuerzos por descifrar tantos misterios de la vida no son menos válidos que los suyos. Por lo tanto tenemos el mismo derecho que ellos a usar nuestra cabeza para descubrir el porqué de algo que por siglos lleva inquietando la mente de los hombres.

Seguramente que las autoridades religiosas se juntarán al coro de los que nos denigran. Pero no se puede tirar piedras al tejado ajeno cuando se tiene el propio de cristal. Los jerarcas cristianos tienen su credo lleno de ángeles y demonios, que en nada se distinguen de los «dioses» y de las entidades a que aquí nos referimos. La única diferencia es que sus ángeles y demonios ven limitadas sus actividades al tinglado dogmático del cristianismo, mientras que nuestros «dioses» actúan libremente en el planeta, con todos los seres humanos, sean o no cristianos.

No sólo eso, sino que el pretendido «Dios» del cristianismo, que manipulaba al pueblo hebreo desde una nube, es según nuestra tesis uno más de estos entes misteriosos que desde siempre han dominado a los humanos.

San Pablo llama repetidamente a estos seres, «los señores del mundo», y tenía muy mala idea de ellos. En su epístola a los efesios escribió el famoso pasaje tan confuso como esclarecedor:

«Nuestra lucha no es contra la carne ni contra la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del mal que están en las alturas»

(Ef. 6,12).

A estos mismos «Espíritus del mal que están en las alturas» es a los que nosotros nos referimos con el muy genérico nombre de «Ellos».

Al final del libro hago una recopilación de todas sus cualidades, que iremos viendo aflorar diseminadas en los casos que presento. De éstos, la mayor parte fueron investigados directamente por mí y han sido seleccionados entre una gran cantidad de hechos inexplicables, de los que más o menos de cerca me ha tocado ser testigo.

Alguno de ellos ha marcado mi vida de manera indeleble y en mi ser llevo las profundas cicatrices que me ha dejado el haberme visto envuelto en él. Y precisamente debido a esta manipulación de que estamos hablando, muy probablemente me iré a la tumba sin que pueda dar a conocer todos sus íntimos detalles.

He de advertirle al lector que en varios de los casos cambio la ubicación de los hechos y los nombres de los protagonistas por habérmelo así pedido ellos. En otros me he visto obligado a distorsionar algo el propio hecho para no traicionar la identidad de los individuos que, de narrar el hecho tal como sucedió exactamente, serían identificados fácilmente por sus parientes o vecinos.

Pero la esencia y la paranormalidad de los hechos y sobre todo su realidad, no sufren nada con estas pequeñas distorsiones.

LOS DUEÑOS VISIBLES DE ESTE MUNDO

Puesto que en todo este libro vamos a hablar de los dueños invisibles de este mundo, creo será oportuno hablar antes de sus dueños visibles, que en un aspecto no son más que marionetas de los invisibles.

Sería un infantil error creer que todo lo que pasa en nuestro mundo está dirigido desde el «más allá», por «divinas providencias» según cree el cristianismo o por algún tipo de espíritus entrometidos a los que por razones desconocidas les gusta entremezclarse con las vidas y las actividades de los humanos. El quehacer diario de los hombres y de las naciones lo forjan una serie de personajes de los que nos ocuparemos en este capítulo.

Esto no quiere decir que en determinadas ocasiones tal o cuál suceso, que aparentemente se debe a causas humanas perfectamente conocidas, no tenga otras completamente distintas de las aparentes. Pero, hablando en general, podemos decir que las cosas de cada día suceden por causas humanas, en las que el hombre actúa libremente pudiendo haber actuado de una manera completamente diferente.

Algo por el estilo se puede decir de la marcha de la historia. Sin embargo, en este particular ya no podemos ser tan tajantes, pues cuando los acontecimientos se magnifican o a medida que éstos son considerados durante un período mayor de tiempo, el hombre pierde dominio sobre ellos y la marcha de la historia se hace errática. El hombre parece tener dominio sobre un acontecimiento o varios concatenados; pero, a la larga, la marcha de la historia pareceobedecer a leyes que se escapan a su voluntad. Ésa es competencia de los dioses, que lejos de darle protagonismo al hombre lo convierten en animal de granja; o, mejor, en soldado de filas: le dan una espada o un fusil y lo ponen a matar por una causa sagrada a sus hermanos o a los animales o a todo lo que se ponga por delante. Esa ha sido la larga, estúpida y triste historia de la Humanidad.

Pero volvamos a los forjadores de la historia diaria; a los dueños visibles de este mundo; a los causantes de las infantilidades y los horrores que los periódicos del mundo entero recogen con prontitud y nos presentan con alborozo todas las mañanas en sus primeras planas.

Podríamos dividirlos en cuatro clases: políticos, militares, maníacos del dinero y fanáticos religiosos. Examinémoslos uno por uno.

Los políticos son unos maníacos del poder puro. No gustan de las armas ni de la violencia física, pero les gusta mandar. Les encanta ser vistos, ser tenidos en algo, ser consultados. Por eso se derriten de gusto ante las cámaras de televisión o ante un micrófono. Tienen por lo general personalidades psicopáticas; sienten que les falta algo dentro de sí y por eso quieren vivir en olor de multitudes. Temen y aman a los periodistas porque éstos tienen el poder de destruirlos o de convertirlos en ídolos de la sociedad. Y a su vez los periodistas —inclui-dos los directores de los diarios— tienen debilidad por los políticos, porque son como los bufones nacionales que les proporcionan gratis todos los días noticias frescas con las que llenar las páginas que serán devoradas con avidez por la masa de papanatas seguidores de partidos.

Algún día alguien tendrá que hacer un estudio psicoanalítico de la curiosa simbiosis periodismo-política y más concretamente periodista-político. Se aman y se odian; se necesitan y se detestan; se construyen y se destruyen mutuamente. Ahí están los recientes casos «gate»: los políticos engañando a los periodistas y éstos destruyendo a los políticos. Pero a la larga no pueden vivir los unos sin los otros. Son los amantes de Teruel.

Se ha dicho que el poder corrompe especialmente a los políticos. Pero esta corrupción no se refiere precisamente al mal uso

o a la apropiación de fondos ajenos, sino al cambio total de mentalidad y costumbres que en ellos se opera una vez instalados en los puestos en los que se hacen invulnerables.

Se corrompen porque dicen sí a cosas a las que antes habían dicho de entrada que no; se corrompen porque no cumplen lo que habían prometido y porque usan la demagogia igual que sus predecesores; y los más encumbrados se corrompen porque pierden por completo el contacto con el pueblo y ya no defienden tanto los intereses de éste cuanto los propios y los del partido, y su gran meta se convierte en mantenerse en el poder.

Por eso, viendo la frecuencia con que esta metamorfosis se da en los políticos una vez que cogen el mando, uno llega a pensar que no es que el poder los deforme, sino que ya llegan a él deformados.

Pero —buenos o malos— la verdad es que los políticos tienen un enorme poder para torcer o enderezar los rumbos de la sociedad y aun para hacer feliz o desgraciada la vida de los individuos.

En las alturas, el político profesional pierde la perspectiva de la sociedad y la ve de una manera completamente diferente. Le sucede lo que a los que van en avión: desde arriba ven las cosas de una manera distinta; en cierta manera mejor y en cierta manera peor. No reconocen los lugares que desde abajo conocen muy bien, porque desde arriba no se ven las fachadas de las casas; sólo se ven los tejados. Desde las alturas del poder no se ven las caras de la gente y sus necesidades diarias y concretas; se ven sólo los déficits de los presupuestos. No se ve al individuo; se ve la sociedad, la nación, el Estado. El hombre concreto se difumina, se pierde, y el político se olvida de él, flotando como está en nubes de coaliciones, alianzas, pactos y de luchas para mantenerse en el puesto.

Los políticos que llegan a las grandes alturas organizan con frecuencia viajes rituales de visitas mutuas, con gran pompa y acompañamiento, ofreciéndose ramos de flores, solemnes recepciones con pases de revista a filas de pobres esclavos en-fusilados, discursos en estrados alfombrados, y grandes banquetes. En esto nunca fallan. La parte más importante de estas visitas de Estado y las serísimas reuniones de trabajo de los grandes estadistas radica en un gran banquete en el que no se repara en gastos. Ya no se acuerdan de que los que pagan esos banquetes son sus convecinos; pero ellos hace tiempo que no tienen convecinos, porque se aislaron del pueblo común y viven en casas apartadas y muy bien custodiadas. Lo único que tienen es compañeros de partido o de candidatura electoral.

Ellos creen que quien paga esos banquetes es «Hacienda», que es sólo una palabra; y además ya han tenido la precaución de incluirlos en el «Presupuesto General del Estado» que son otras tres palabras impersonales.

Los políticos, desde las alturas del poder, se olvidan que lo que los hombres y mujeres de su nación y los del mundo entero quieren ante todo es paz, pero ellos gastan millonadas en comprar armas para tener tranquilos a los militares. No se acuerdan de que lo que los hombres y mujeres piden, después de la paz, es un puesto de trabajo y los políticos destinan miles de millones a obras suntuarias, a palacios de ópera —para que se deleiten unos pocos que no trabajan—, a conmemoraciones de descubrimientos, a préstamos a sus amigos políticos de otros países, mientras millones de hombres concretos, conciudadanos suyos en otro tiempo y para los que los aniversarios de descubrimientos y las óperas suenan a música celestial, siguen padeciendo su incultura, arrastrando su desesperanza por las calles de nuestras ciudades y mendigando mensualmente la limosna estatal. Pero la gente normal no quiere limosnas; quiere un puesto de trabajo para ganarse su pan.

Los políticos desde sus alturas megalomaníacas no caen en la cuenta de que es un tremendo error que en una familia se le compre un piano a uno de los hermanos cuando hay otro que no come lo suficiente. Hace años hice un terrible descubrimiento, una tarde gris, a la puerta de las Naciones Unidas en Nueva York, después de una gran recepción de gala: salían los embajadores de las diversas naciones, y cuanto más miserable era el país que representaban, más elegante era el «Cadillac» de su embajador.

Es cierto que los políticos no son los dueños totales de este mundo y tienen que compartir el poder con los otros miembros de la «fraternidad negra» —como dicen los esotéricos—, pero ¡cuánto mejor irían las cosas si llegados al poder no se deshumanizasen tanto!

Analicemos ahora a los militares, los segundos dueños visibles de este mundo.

Los militares son los sucesores de los hombres de las cavernas, pero uniformados. Al contrario que a los políticos, les encanta la violencia. Creen que todo se puede arreglar a golpes. Les fascinan las armas, su juguete favorito, y se pasan la vida pidiéndoles a los políticos que les den más. Y éstos dedican una enorme cantidad de dinero del pueblo a comprarles armas de las que lo mejor que se puede esperar es que no sirvan para nada, porque si sirven será para hacer la guerra o para matar al propio pueblo que las pagó. Los políticos se las dan a regañadientes, pero piensan que así estarán tranquilos en sus cuarteles, jugando con ellas, olvidados de alzamientos y rebeliones, y los dejarán a ellos jugar a sus escondites políticos.

En un principio, los militares profesionales aparecieron en las sociedades para defenderlas de sus enemigos externos. Pero como hoy ya casi no hay enemigos externos que amenacen con invadirnos, y como ellos siguen conservando el mismo instinto primario de violencia y pelea, vuelven sus energías hacia dentro y cada cierto tiempo caen en la tentación de apalear a sus conciudadanos. En vez de ser los defensores de la paz son una amenaza constante contra ella. En una democracia moderna la gente tiene más miedo a los militares de dentro que a los enemigos de fuera. Y en caso de que surgiese alguno, los militares llamarán a los universitarios, a los obreros y a los campesinos, les pondrán un fusil en las manos y los mandarán a pelear. Y seguirá siendo verdad la vieja copla:

La bala que a mí me hirió también rozó al capitán. A él lo hicieron comandante y a mí… para el hospital.

Los militares tienen de ordinario una visión simplista de la patria, de la moral y de la vida toda, y tienden a aplicar los estilos y el talante del cuartel a la vida familiar y social, sin caer en la cuenta de que el espíritu castrense tiene la imaginación castrada y anda a contrapelo de la fraternidad humana. El estilo castrense es sólo bueno para el cuartel, pero es funesto para la sociedad. Acaba con la creatividad y hasta con la cultura, y termina engordando sólo a unos cuantos vivales con galones o sin ellos.

Cuando los abusos y errores de los generales-ministros, el descontento ciudadano y las enormes deudas externas hacen tambalear el régimen castrense, los militares, patrióticamente, entregan el poder y se refugian en los cuarteles. Pero ni aun asídejan de amenazar con volver a coger el garrote. Ése ha sido el triste espectáculo de casi todas las naciones sudamericanas en los últimos cincuenta años.

El poder de los militares no es sutil como el de los políticos. El poder de los militares es fuerza bruta. Son las balas que perforan la blanda carne humana y son los cañones que destruyen hogares o las bombas que borran ciudades del mapa. Los políticos tratan de convencer, aunque lo traten mintiendo, pero los militares no. Los militares ordenan, porque ellos se sienten el orden y la ley, y el que no piense como ellos está equivocado, es comunista y por lo tanto hay que silenciarlo como sea.

Por eso, cuando ellos tienen el poder está prohibido pensar libremente. Se puede pensar, pero siempre dentro de los parámetros castrenses.

Con el dinero que los militares del mundo entero gastan cada año en comprar y mantener armamentos, y con el dinero que los Gobiernos de todo el mundo gastan en pagar a los militares (que lo mejor que pueden hacer es no hacer nada) se podría acabar con la pobreza que padecen tantos millones de personas en el mundo y se podría elevar enormemente el nivel de vida de los ciudadanos de todos los países. Pero en este particular la Humanidad no ha superado la época de las cavernas y tiene una mentalidad troglodítica en la que el garrote y la violencia son una necesidad y una manera habitual de convivencia.

Sobre este atribulado planeta pesan como una losa los grandes y pequeños «Pentágonos», dirigidos por auténticos maníacos de la violencia, que ya no sólo amenazan la paz de sus propios países, sino la del mundo entero con sus bombas de neutrinos y sus guerras de las galaxias. Su paranoia bélica ha llegado a tal punto que, alentada por la imbecilidad de los Reagans y de los Gorbachovs de turno, se ha atrevido a poner sobre las cabezas de todos los habitantes del planeta verdaderos monstruos apocalípticos, que vagan silenciosos por el espacio y que en cualquier momento pueden caer del cielo sembrando la muerte sobre millones de inocentes. La esquizofrenia de unos pocos dementes ha revivido el viejísimo mito del maná divino, convirtiéndolo en una lluvia infernal.

La enfermedad que padecen estos maníacos de la violencia es actualmente la principal amenaza de la Humanidad. Mientras existan individuos que creen que la mejor manera de arreglar las cosas es a golpes y matando, la Humanidad seguirá enferma de angustia.

Pasemos a otros «señores del mundo»: los maníacos del dinero. Son de dos clases: los legales y los ilegales.

Los ilegales tienen menos poder en cuanto a gobernar el mundo; más bien contribuyen de una manera indirecta a aumentar el caos reinante. Son los chulos de gran estilo que quieren vivir a costa de la sociedad y se organizan en mafias financieras y en grupos secretos que chantajean y estafan a la sociedad de mil maneras diferentes, con el solo fin de conseguir dinero y vivir bien. A veces lo hacen a lo grande y profesionalmente, y a veces por la libre y en pequeña escala.

Por culpa de unos y de otros vivimos entre rejas, la sociedad tiene que gastar millones en policías y guardias, se arruinan empresas y hay atracos en todas las esquinas de las grandes ciudades.

Si estos gángsters disfrazados de personas honorables llegan en alguna parte a conseguir el poder político —tal como ha sucedido en algún gran país latinoamericano—, entonces el asesinato, la extorsión, el peculado y toda suerte de crímenes se convierten en el pan nuestro de cada día, practicado por las dignísimas autoridades, y en todo el país comienza a sentirse una profunda angustia y un olor a podrido.

Pero de ordinario estos chulos de la sociedad no suelen ambicionar el poder político y en cuanto consiguen el dinero lo mandan a Suiza —el país-cloaca que vive de encubrir a todos los grandes ladrones del mundo— y se van a calentar sus barrigas al sol de Miami.

Algún día habrá que instituir la pena de muerte para es-tas sanguijuelas que viven voluntaria y conscientemente de exprimir la sangre a sus conciudadanos.

Pasemos a los maníacos del dinero legales, que en buena parte son tan perniciosos como los ilegales. Suelen estar parapetados en los grandes Bancos, grupos, trusts, holdings, financieras, etc., y desde sus lujosos despachos acristalados, en lo alto de los rascacielos, manejan con unos hilos sutilísimos pero muy eficaces el gran «guiñol» de la política nacional e internacional. Los políticos, muy serios, gesticularán, harán declaraciones o bailarán, según estos mefistófeles financieros les tiren de los hilos.

A veces, cuando quieren ayudar a uno de ellos porque lo ven más útil para sus intereses, lo empinan desde abajo con préstamos abundantes, para que sea más visto y tenga ocasión de gritar más y convencer a un mayor número de borregos electores. Y si no gana en las elecciones, los buenos y generosos banqueros son capaces de no cobrarle intereses por el préstamo. Porque los hombres de la Banca, a pesar de ]o mucho que los critican, también tienen su poquito de corazón.

La relación entre la política y la Banca es, a pesar de las apariencias, mucho mayor de lo que parece. Los políticos tratan de no hostigar demasiado a la Banca para que ésta pueda hacer sus negocitos con paz de espíritu (y en los lugares donde las cosas están más corruptas, para que ésta les devuelva en metálico sus «permisos» y su laissez faire). Y a su vez la Banca financia con intereses tolerables —los normales son intolerables— las campañas de los políticos, y sobre todo los acoge en su seno cuando un golpe infausto de la suerte los desbanca del poder y tienen que abandonar lo que irónicamente se llama el «servicio público». Los despachos de los grandes Bancos suelen ser el puerto seguro en el que finalmente han recalado muchas veces naves políticas rotas. Las buenas acciones de los políticos, el Señor las suele recompensar con buenas acciones bancarias.

Para los maníacos organizados del dinero lo más importante en el mundo es acrecentarlo. Que a causa de sus exigencias una nación vaya al caos o una empresa o individuo se arruinen, eso les tiene sin cuidado a los grandes mogoles de las finanzas. Lo único que cuenta para ellos son los dividendos y por eso están muy atentos a los buenos negocios. La docena de guerras que hay en la actualidad en este loco planeta son una auténtica mina de oro para los traficantes de armas, y la Banca, aconsejada por políticos y militares, financia a todos los bandos para que no se termine el negocio aunque la gente siga muriendo. Y si se terminase están dispuestos a prestarles dinero para que entierren decentemente y según los ritos sagrados a sus muertos.

Desgraciadamente para ellos, se les acabó el pingüe negocio de décadas pasadas, que consistía en prestar dinero en condiciones abusivas a naciones subdesarrolladas en las que gobernaban políticos rapaces. Los banqueros prestaban aun a sabiendas de que aquel dinero endeudaba aún más a la nación porque iba a parar a las cuentas privadas de los presidentes, ministros y generales ladrones que tanto han abundado en la historia reciente de los países en desarrollo. Los gobernantes patriotas y decentes que han heredado esas deudas de ignominia harán muy bien en no pagar un dinero que unos políticos ladrones le robaron a unos banqueros estafadores.

Los grandes Bancos se parecen a los buitres carroñeros: cuanto más carne podrida hay, más gordos están. Engordan a costa de las empresas «ejecutadas», de la esclavitud de los acreedores acogotados por sus intereses desmedidos y de no se sabe qué turbios manejos financieros que producen la inexplicable paradoja de que cuando la economía nacional está por los suelos las ganancias de los grandes Bancos están boyantes. Y ahí están los periódicos y las estadísticas para probarlo.

Los pequeños Bancos que se arruinaron fue porque se pasaron de listos y cayeron en las propias trampas que ellos les habían puesto a sus clientes.

Y por fin enjuiciemos al último miembro de la «fraternidad negra»: los fanáticos religiosos.

No hay en el mundo cosa que haya separado más a los humanos y que los haya hecho pelear y odiarse tanto como las religiones.

Aunque los líderes de las diversas religiones se jactan de que lo que todas ellas predican en el fondo es el amor y la justicia, y por lo tanto contribuyen a la unidad del género humano, los hechos a lo largo de los siglos nos dicen todo lo contrario: la historia está tejida de guerras ocasionadas pura y simplemente por la religión.

Además predican el amor y la justicia cada uno a su manera; los predican rodeados de una serie de circunstancias diferentes que impiden que ese amor y esa justicia se extiendan a todos los hombres.

Las religiones son creencias y ritos ideados por ciertos individuos que oyeron o creyeron que oían voces del más allá, que les dictaban lo que los hombres tenían que hacer para «salvarse». Todas las religiones sin excepción provienen de apariciones de entidades celestiales de las que alguien fue testigo. Es decir, las religiones no provienen del hombre, sino de fuera del hombre, de algo o de alguien que se la impuso al hombre haciéndole creer cosas y practicar ritos que en muchas ocasiones van contra un elemental sentido común.

Y el vidente-fundador, como un niño, creyó las tonterías que le dictaron y organizó toda su vida y la de sus seguidores en función de estos «mandamientos» venidos de un «más allá» nebuloso.

Las religiones juntan a grupos de hombres al hacerles creer las mismas cosas y al propio tiempo los separan de otros que creen en «dogmas» diferentes. Y como cada uno de los fieles de una religión cree poseer toda la verdad y ser el fiel seguidor de la voluntad de Dios, mira a los otros que no creen igual como a sospechosos y enemigos de Dios, v en otros tiempos se sentía con el derecho y la obligación de perseguirlos v hasta de matarlos. Porque Dios —el Dios que él tiene en su cabeza— es el dueño de toda vida. Las religiones engendran un «odio santo» al pecado y como consecuencia a los pecadores que lo cometen.

En tiempos pasados los reinos e imperios eran con frecuencia teocráticos; el rey era al mismo tiempo sacerdote o estaba investido de algún poder sagrado. Dios lo bendecía especialmente y él se sentía como su representante, lo cual lo facultaba para hacer lo que le diese la gana.

Hoy día, si bien esta situación sigue dándose en los países menos desarrollados, en Occidente ya pasó a la historia y los jefesreligiosos son una casta aparte de los líderes civiles. Éstos siguen todavía mostrando cierto respeto farisaico hacia los jerarcas religiosos, pero en el fondo lo único que les interesa es que no inciten a sus fieles contra las medidas de gobierno.

Los líderes religiosos de Occidente va no pretenden directamente «gobernar» a sus feligreses, pero dictándoles pautas para «vivir conforme a los mandamientos de Dios» les gobiernan las vidas de una manera más profunda de lo que lo hacen los gobernantes civiles. Éstos se quedan en lo externo de las costumbres, mientras que aquéllos van al fondo de las conciencias.

En los países subdesarrollados, la fuerza que tienen los líderes religiosos es enorme y funesta. Sin armas y sin dinero, basándose únicamente en amenazas y promesas referentes a la otra vida, tienen un poder total sobre las vidas de las pobres gentes. En gran parte el subdesarrollo de esos países y su falta de progreso se debe precisamente a los mandamientos de sus respectivas religiones que no les dejan usar su mente con libertad. Y en muchas ocasiones las religiones «predicadoras de la paz» son precisamente las causantes de que no la haya. El infierno que es en la actualidad el Oriente Medio es la mejor prueba de lo que estoy diciendo.

«Irán e Irak se destrozan mutuamente con una santa ferocidad inspirada por Alá, superando ya la espantosa cifra de medio millón de muertos. Irak por vengar viejas ofensas patrias de los iraníes y éstos por la extensión de una santa revolución islámica. Drusos y cristianos se matan animados por un heredado rencor religioso. Los palestinos se aniquilan entre sí por razones patrióticas entremezcladas con razones religiosas. Siria y Libia colaboran en la guerra santa contra el Gobierno cristiano del Líbano. Norteamericanos y franceses vuelan por los aires a impulsos de una dinamita empapada de odio racial y religioso. Y en la base de todo este caos, y como origen de él, el ciego fanatismo religioso de Israel que un buen día y contra todo derecho (inspirados por las palabras de Yahvé, ¡pronunciadas hace ya 4.000 años!) despojaron de su patria a los palestinos, convirtiéndolos en un pueblo errante y desesperado. De víctimas del salvajismo nazi, los israelíes se han convertido en los nazis del Oriente Medio.

»¿Por qué todo este horrendo infierno del Líbano? Por ideas “sagradas” fomentadas por líderes religiosos, y defendidas con furor por fanáticos descerebrados, que en vez de usar su cabeza se dejan llevar por sus sentimientos.» (Defendámonos de los dioses, cap. 9.)

Éstos son los «visibles señores del mundo».

Con tales señores ¿se puede extrañar alguien que la historia humana haya sido el conjunto de horrores que ha sido, y que en la actualidad, cuando ya nos consideramos poseedores de una tecnología avanzadísima, tengamos a medio mundo convertido en un volcán de guerras, con millones de personas pasando hambre, con docenas de especies de animales extinguiéndose cada año, con lagos, mares y ríos envenenados, y con la mayor parte de los bosques enfermos por la atmósfera contaminada?

El hombre verdaderamente racional y con sentimientos llora ante tal panorama. Pero «los visibles señores del mundo», tan tranquilos, siguen adelante con sus «guerras de las galaxias» o jugando a las «reuniones cumbre» sin que sean capaces de llegar a ningún acuerdo, inflando artificialmente los intereses y los precios del oro, y hasta emitiendo nuevas Encíclicas sobre dogmas olvidados, con las que intentan seguir teniendo atontadas las mentes de los fieles o alentando a los que detonan coches-bomba para defender la gloria de Alá.

¿Quién nos librará de semejantes señores? Y puesto que no han venido de fuera sino que son de nuestra propia carne y sangre, será lógico que nos preguntemos: ¿por qué, en cuanto el ser humano se encumbra, se vuelve un verdugo para sus hermanos y se deshumaniza tanto?

¿Por qué, aunque entre estos señores los haya rectos y con buena voluntad, las maquinarias rectoras del mundo, las reglas sociales por las que se gobierna el planeta, las grandes instituciones internacionales, los mayores centros del saber donde se trazan los nuevos rumbos de la Humanidad, se han hecho tan egoístas e inhumanos a pesar de sus pronunciamientos contrarios, y se han olvidado tanto de la paz, la justicia y el amor, que son los valores fundamentales a los que todo ser humano aspira?

Creo que la solución a tan importante pregunta —aunque la ciencia oficial no lo quiera admitir— está en lo que diremos en el resto de este libro. Está en los «señores invisibles» de los que los «visibles» no son más que meros servidores, que lo único que hacen es obedecer las órdenes que aquéllos les dictan, aunque lo hagan inconscientemente las más de las veces.

PRESENTACIÓN DE LOS CASOS

Unas breves palabras que sirvan de introducción a la serie de casos que a continuación le presentaremos al lector.

La mayor parte son producto de mis muchas andanzas e indagaciones por diversas naciones de América. Excepto el primero, que es un caso histórico, los demás son contemporáneos en los que yo he interrogado a los testigos y en ocasiones he acudido con ellos a los mismos lugares en donde habían sucedido los hechos, tratando siempre de llegar al fondo de la verdad.

La razón de exponerlos es para probar que en la actualidad siguen sucediendo las mismas cosas que siempre se nos han presentado como «leyendas» o habladurías folklóricas.

Los casos son muy variados como variada es la actuación de estas entidades en nuestro mundo. De ellos se puede decir lo que de todo el fenómeno: que son contradictorios entre sí; porque los hay explicables y con cierta lógica, y del todo inexplicables; los hay positivos y negativos, llegando algunos a ser hasta tiernos mientras que otros son horripilantes. Pero todos son reales y de ello doy fe.

Sin embargo los casos de ninguna manera son la esencia de este libro, tal como sucede con otros que tratan del fenómeno OVNI, en los que el autor se limita a presentar los hechos que conoce dejando al lector sin saber qué pensar ante tan dispares actuaciones.

Al igual que tampoco es el propósito principal de este libro el tratar de convencer al lector de que los casos son auténticos y de que los hechos no se deben a errores o falsas interpretaciones, o que «todo proviene de la mente» y que en definitiva el fenómeno es real. Es una lástima que todavía se siga perdiendo el tiempo en eso y buscando pruebas para convencer a los inconvencibles.

La esencia de este libro la constituyen las conclusiones a que el autor ha llegado después de analizar éstos y muchos otros hechos en los cuales no aparece el OVNI por ningún lado y sin embargo proceden de la misma gran causa de la que proceden los OVNIS, el fenómeno religioso y muchos otros hechos paranormales que se dan en este mundo.

Privar al fenómeno OVNI de su contenido psíquico, parafísico y hasta trascendente es no tener idea de lo que es el fenómeno. Lo mismo que creer que los milagros de todas las religiones son puramente «divinos» sin tener nada que ver con los fenómenos que estudia la parapsicología, es ser simplemente un pobre fanático; y negarse a admitir que en este mundo hay muchos hechos extraños que contradicen las teorías científicas más serias, es ser un miope cerebral aquejado de «ciencifitis».

Presentamos todo este mosaico de hechos extraños e inexplicables para que de una vez por todas se nos rompa nuestra dura cabeza de «racionalistas puros» contra ellos y nos convenzamos por fin de que los humanos no somos los señores del mundo y los reyes de la creación, y de que la Naturaleza y el cosmos son libros en los que tenemos todavía mucho que aprender.

Apéndice IX

Apéndice IX

Resumen de Valdamar Valerian

Como resumen de todo lo dicho, transcribiré aquí por estar de total acuerdo con él y, por así haberlo yo manifestado repetidamente en los últimos diez años, lo que Valdamar Valerian escribió como resumen de toda su laboriosa recopilación de documentos:

No hay duda de que naves de otros mundos se han estrellado en la Tierra.

Estas naves proceden no sólo de nuestra propia dimensión sino también de espacios ultradimensionales.

Los esfuerzos del Gobierno de USA para obtener tecnología alienígena han resultado en alguna manera exitosos.

El gobierno de USA ha tenido rehenes alienígenas durante algún tiempo y ha practicado autopsias de cadáveres de estos seres.

Agencias de inteligencia norteamericanas, agencias de Seguridad y agencias públicas están involucradas en el encubrimiento de estos hechos.

Como resultado de las actividades de ciertos alienígenas en nuestro planeta, muchas personas han sido y están siendo actualmente abducidas, secuestradas, mutiladas y asesinadas.

En la actualidad existe una presencia activa alienígena en nuestro planeta que controla diferentes elementos de nuestra sociedad.

El gobierno de los EE.UU. ha tenido por algún, tiempo relaciones de trabajo con fuerzas alienígenas con el propósito de obtener tecnología de propulsión gravitacional, armamento de rayos y control mental.

Millones de reses han aparecido muertas, con el propósito de adquirir de ellas material biológico.

Vivimos en un mundo multidimensional que es compartido y visitado por entidades de otras dimensiones. Algunas son hostiles y otras no.

Nuestro desarrollo genético y las religiones tienen que ver con la intervención de estas fuerzas alienígenas, tanto terrestres como extraterrestres.

La tecnología actual en poder de algunos gobiernos excede con mucho aquello que es conocido por el público.

El programa espacial de la NASA, muy probable mente, encubre otros propósitos.

Algunas personas que han llegado a conocer lo que está sucediendo han sido asesinadas para que no lo digan. La CIA y la NASA están profunda mente involucradas en todo esto.

Tenemos la impresión de que en un espacio de cinco a diez años la presencia alienígena en nuestro planeta será un hecho manifiesto y reconocido por las autoridades.

Nuestra civilización es una de las muchas que han existido en los últimos dos millones de años.

Apéndice VIII

Apéndice VIII
EXTRATERRESTRES Y SOCIEDADES SECRETAS

A lo largo del libro hemos ido hablando machaconamente de la relación que ciertas sociedades secretas tienen con el fenómeno ovni.

Por muchos años creí que gran parte de las historias que circulaban en ese sentido eran puras invenciones de mentes calenturientas. Sin embargo, en los últimos años, y basado en hechos inexplicables de otra manera, he ido rindiéndome ante la evidencia de que tales grupos no sólo existen, sino que actúan intensamente en la sociedad y algunos de ellos están relacionados con el fenómeno ovni.

Desde tiempo inmemorial los pueblos han sido siempre dirigidos por pequeños grupos de personas que con mayor o menor derecho han acaparado todos los poderes, haciendo que el resto de los ciudadanos estuviese a su servicio.

Sin embargo, ahora no me estoy refiriendo a los gobernantes ordinarios —más o menos injustos— sino a otro tipo de personas más evolucionadas intelectualmente —aún que no moralmente— que tiene como fin el dominio del planeta entero.

Estos grupos de personas, con una capacidad económica muy grande, actúan desde las sombras, valiéndose para ello de los poderes constituidos, sean éstos financieros, políticos, militares o religiosos.

En la actualidad podemos atisbar el poder de estos grupos en ciertos acontecimientos inexplicables de nuestra sociedad. Por ejemplo, en el errático funcionamiento de las bolsas de valores en el mundo entero, en el malestar social que reina en muchas naciones, en la quiebra casi repentina de las finanzas de muchos estados, en el cambio radical obrado en cuestión de semanas en todos los países de la Europa del Este, etc.

Tras todos estos hechos y otros tantos que se podrían aducir, no hay que ser muy perspicaz para adivinar unas mentes maquiavélicas, y en un sentido siniestras, aparte de poderosísimas.

Dejando a un lado lo que hasta nosotros ha llegado sobre las sociedades secretas en la antigüedad, conocemos bastante bien las actividades de los Templarios y los Rosacruces en la Edad Media, e Illuminati, Francmasones, Golden Dawn, etc., en tiempos más cercanos. No se puede negar que miembros de estas organizaciones fueron los causantes de grandes cambios en la sociedad de su tiempo.

En la actualidad, da la impresión de que grupos intrigantes y bien organizados de personas con un enorme poder económico se han aliado con ciertos hombres de la milicia o se han infiltrado en sus cuadros, y mediante sus ilimitadas posibilidades económicas (respaldadas por los presupuestos multimillonarios de las grandes naciones) y su irrestricta capacidad de acción —muchas veces a espaldas de la ley— están cambiando rápidamente el panorama del planeta.

Estos cambios parece que obedecen a una abarcadora estrategia que no sólo tiene que ver con lo social, económico o político, sino que se extiende a fenómenos tan neutrales como la climatología.

Según algunos informes, el SIDA ha sido causado por uno de estos grupos secretos y prepotentes en convivencia con algún grupo de extraterrestres, con el fin de acabar rápidamente con ciertos estratos problemáticos de nuestra sociedad y con las razas o castas más atrasadas.

La capacidad que estas sectas de «selectos» tienen para disimular sus acciones, por horrendas y masivas que éstas sean, y para manipular a la opinión pública es increíble.

Un ejemplo palmario de ello es cómo han sido capaces de ocultar durante más de cuarenta años la presencia de seres de otros mundos entre nosotros, engañando o amordazando para ello a los grandes medios de comunicación.

Otro ejemplo muy reciente lo tenemos en España en donde, a pesar de todas las pruebas en contra (y usando para ello al poder ejecutivo y al judicial), han logrado convencer al pueblo de que la causa de la intoxicación del «síndrome tóxico» fue el aceite de colza desnaturalizado, cuando, tal como ha demostrado Andreas Faber Kaiser («Pacto de silencio»), fueron los abonos órganofosforados y especialmente el «Nemacur» de la Bayer.

A lo que parece tras todo este sórdido asunto había no sólo grandes cantidades de dinero, sino toda una experiencia bélica de la que nada se habló en los tribunales de justicia.

Estos pequeños grupos de superparanóicos, autoerigidos en dictadores de los habitantes de este mundo, son los que en la actualidad están dejando que se filtre la noticia de la presencia de extraterrestres entre nosotros, para en un momento preciso, usar el pánico que ello pueda generar, y exigir que todos los líderes de las naciones les rindan sus poderes «con el objeto de poder enfrentar unidos la invasión extraterrestre». Esto pondría en bandeja de plata el dominio del planeta entero en sus manos.

Y estos mismos grupos son los que están camuflando muchas de sus actividades criminales y sus experiencias, achacándoselas a extraterrestres; aunque es cierto que ellos fueron los que les proporcionaron la tecnología necesaria para poderlas realizar. Las experiencias de la base de Dulce, sin dejar de ser verdaderas, podrían ser obra de alguna de estas sociedades en colaboración con un grupo de militares. Aunque luego den informaciones falsas y se haga aparecer todo como obra de alienígenas.

Parece cierto, que ya en la década del 30 un grupo de científicos alemanes estableció contacto con extraterrestres y debido a sus instrucciones aceleraron la construcción de los V-2. Se sabe que, rusos y norteamericanos encontraron en Peenemunde y en otros lugares de la Alemania nazi, planos muy avanzados para la fabricación de aparatos similares a los ovnis. Los intentos para construirlos resultaron fallidos al no recibirse más información.

Algo de esto puede ser que suceda con las innegables mutilaciones y desangramientos de ganado y con las abducciones de personas. En ocasiones dan la impresión de haber sido perpetradas por grupos de humanos con unos medios que suponen una tecnología desconocida por la ciencia oficial.

Como las sociedades secretas son bastantes y sus propósitos varían grandemente, no es raro que sus estrategias también varíen y en ocasiones den la impresión de estarse haciendo la guerra.

Todas estas ideas no pasan de ser sospechas, debido al planificado y tenaz encubrimiento de datos y debido también a la confusión en que estamos ante tantos hechos extraños y en muchas ocasiones contradictorios. Los encargados de evitar que se conozcan las grandes verdades que hay detrás del fenómeno ovni han desempeñado muy eficazmente su cometido a lo largo de los años, y en la actualidad tenemos que confesar nuestra incapacidad para explicar tantos eventos desconcertantes.

Pero habrá que tener muy presentes todas estas sospechas, ante tantos extraños acontecimientos como estamos contemplando en nuestros días.

Apéndice VII

Apéndice VII
EXPERIENCIAS GENÉTICAS DE EXTRATERRESTRES EN MIRASSOL (BRASIL)

Para que el lector vea que lo que hemos narrado a lo largo de este libro tiene paralelos y confirmaciones en otras partes del planeta, narraremos lo que desde el año 1979 está sucediendo en Mirassol, una ciudad de unos 30.000 habitantes en el estado de Sao Paulo, en Brasil.

La víctima, de tales experiencias, es un mulato llamado Antonio Carlos Ferreira, que vivía con su madre en el número 2735 de la Avenida 3.a en Mirassol, y tenía veintiún años de edad cuando en 1979 tuvo su primer encuentro con los extraterrestres o mejor dicho fue abducido por ellos contra su voluntad.

Todos los pormenores de este interesantísimo caso fueron relatados por el Dr. Walter Buhler y Guillermo Pereira en el libro «O caso de Mirassol», publicado en Río de Janeiro en 1984. Los datos, documentos, fotografías y pruebas que sostienen todo lo que allí se dice, están guardados en las oficinas de la Sociedad de Brasileira de Estudios sobre Discos Voladores (SBEDV), cuya dirección es:

Caixa Postal n.° 16017

Correio do Largo do Machado

Río de Janeiro

Brasil

Lo primero que tenemos que decir es que los extraterrestres envueltos en esta experiencia genética no son los mismos de los que hemos tratado en este libro, aunque son también de baja estatura y con una cabeza de gran tamaño.

Los hay de dos tipos o razas que parece conviven en el mismo planeta. Unos tienen la piel bastante oscura, parecida a la de Antonio Carlos, —y puede que ésta fuese una de las razones por las que fue escogido para la experiencia— y de cabello rizado y rojizo: y otros, que dan la impresión de ser los dominantes, tiene la piel más clara y los cabellos lisos y negros.

Pero ambos, aun siendo de formas parecidas a las humanas, son de una extraordinaria fealdad. Este detalle fue el que hizo que A. Carlos se resistiese a las experiencias a que fue sometido y el que lo inhibió para que voluntariamente practicase lo que de él se pedía, cosa que otros humanos, abducidos por extraterrestres de formas más armónicas, han practicado gustosamente. En el capítulo «Experiencias genéticas» hemos aportado varios casos.

El resumen de lo acontecido a Antonio Carlos Ferreira es el siguiente:

El día 28 de junio de 1979, a las tres de la madrugada, cuando AC hacía sus rondas, en compañía de su perro policía «Hongue» en la gran fábrica de muebles en la que trabajaba de vigilante nocturno, vio en una gran explanada cerca de los servicios sanitarios una luz muy brillante que descendía lentamente, dentro de los terrenos de la fábrica.

Cuando observaba atentamente qué podía ser aquello, vio que se acercaban a él tres criaturas de muy baja estatura —que más tarde supo que eran robots— con la cabeza cubierta por una especie de casco opaco y vestidos con un uniforme enterizo que los cubría completamente hasta el cuello.

«Hongue» adiestrado para ello, partió hacía ellos gruñendo pero no había hecho más que iniciar su carrera cuando lanzando un pequeño gemido quedó paralizado y cayó como muerto.

De una pequeña caja que llevaba uno de aquellos seres partió un haz de luz roja que inmovilizó a AC y en este estado fue transportado por los tres individuos, sin tocar el suelo, hasta un pequeño aparato discoidal que estaba aparcado en el extremo de la explanada.

Este aparato lo transportó a otro de mayor tamaño en donde sería sometido a las experiencias que enseguida detallaremos. La nave nodriza a donde fue trasladado tenía muchos compartimentos y salones y en ella pudo ver una gran cantidad de hombrecitos de las dos razas, atareados en sus quehaceres. Los tres robots que lo habían inmovilizado y secuestrado, en cuanto lo entregaron a los hombrecitos de la gran nave, se alinearon pegados a la pared y así permanecieron inmóviles todo el tiempo que estuvieron a la vista de AC. Durante su secuestro y traslado, en ningún momento se dirigieron a él para nada ni los oyó comunicarse entre ellos.

Las dos razas, aparte de diferenciarse en el pelo y en el color de la piel, tenían otras pequeñas disparidades, pero fundamentalmente eran bastante parecidos, teniendo unos ojos muy salientes y rasgados, sin cejas ni pestañas, gran boca con unos labios carnosos y salientes, nariz muy ancha, chata aunque algo arremangada, barbilla prominente y cuello bastante grueso.

Una vez que AC hubo recobrado sus movimientos y cuando de una manera telepática le aseguraron que no le iban a hacer ningún daño y que lo iban a regresar a su casa, lo llevaron a otra pequeña sala en donde había un diván. Lo hicieron tumbarse en él y entonces comenzó la parte más extraña e interesante de toda su aventura.

Por una parte apareció una mujer extraterrestre, que estaba completamente desnuda, y que se acercó decididamente al diván en donde estaba acostado AC. Era de la raza de los de piel oscura, y un poco más alta que los otros de su especie, aunque bastante más baja que AC. Tenía entre 1,50 y 1,55 mts., la piel color chocolate, bastante parecida a la de AC y una gran cabeza; pelo rojo y ensortijado, ojos negros y muy rasgados y una boca muy grande con unos labios muy gruesos.

Aparte de esto su aliento era bastante fétido, tenía la barbilla muy saliente, senos pequeños, pelo rojo en la región púbica y una piel muy fría al tacto. Estos fueron los detalles que posteriormente bajo hipnosis dio AC, ya que cuando reaccionó de la impresión que le había causado la luz y los hombrecitos que vio acercarse, no se acordaba de nada de lo que había sucedido en las más de doce horas transcurridas.

Las incidencias de lo ocurrido entre AC y la mujer extraterrestre las resumo de lo que escribieron Walter K. Buhler, Guillermo Pereira y Ney Matiel Pires en el libro «UFO Abduction at Mirassol – A biogenetic experiment» publicado privadamente en 1985 por Wendelle C. Stevens, en Tucson, Arizona.

«… En aquel momento la desnuda extraterrestre le habló algo a AC. Le dijo con señales de afecto que ella quería que él la besase. Esto lo repitió en más ocasiones mientras estuvieron juntos.

«AC consideraba a aquella mujer nada atractiva y estaba muy lejos de agradarle. Cuando él tocó por un momento su piel, aparte de sentirla muy fria, recibió una pequeña descarga (eléctrica)…

«Una vez que AC estuvo tumbado en el diván, tres de los extraterrestres comenzaron a despojarlo de sus vestidos, pero él se resistió. Los empujó y los golpeó, pero ellos eran fuertes y lo trataron ásperamente y con dureza y finalmente lo dominaron. Le arrancaron por la fuerza los vestidos rasgándoselos y durante el forcejeo recibió magulladuras.

«Posteriormente se pudo hacer más luz sobre este incidente y en especial sobre la manera bastante brusca con que lo despojaron de sus vestidos. Los ovninautas trataban de desnudar a AC quitándole su ropa de arriba a abajo como si fuese enteriza, sin desabrocharle los botones ni descorrerle la cremallera, muy posiblemente porque desconocían cómo es nuestra manera de vestirnos. Y esto puede ayudarnos a comprender la manera extraña que ellos tienen de ponerse y quitarse sus «monos» de una sola pieza de material elástico que de ordinario llevan puestos. (Ver ilustración).

«Enseguida la mujer desnuda trató de acercarse a él de nuevo y de cogerle las manos. AC estaba enormemente contrariado y le dijo a la mujer que no quería que se le acercase, porque su fealdad le causaba mucha repugnancia. Un extraterrestre un poco más alto que los otros se acercó y le puso a AC una inyección en un brazo lo que motivó que él perdiese toda su fuerza y también su deseo de resistir. Además en el otro brazo (el izquierdo) le pusieron un pequeño aparato que AC no sabe describir, pero que vio perfectamente cómo se lo acoplaban al brazo.

«A continuación le untaron por todo el cuerpo una especie de aceite de color ámbar oscuro. Enseguida lo colocaron encima de la mujer y lograron que él consumase su unión sexual con ella.

«No estuvo mucho tiempo con la mujer y en cuanto terminó le quitaron el aparato que le habían puesto en el brazo izquierdo y volvieron a untarlo con el mismo aceite, antes de devolverle sus ropas (que, sobre todo los calzoncillos, estaban bastante rasgados).

«Durante todo el tiempo los hombrecitos conversaban entre ellos en un lenguaje que era totalmente ininteligible para AC. Sin embargo, cuando se dirigían a él podía entender perfectamente lo que querían decirle.

«Le volvieron a decir que no tenía que temer; que nada malo le iba a suceder y que lo devolverían a la Tierra. También le dijeron que ellos venían de otro planeta y que estaban en la Tierra para conseguir el hijo (híbrido) de un terrestre para futuros estudios; que ya habían conseguido tres. Le aseguraron también que volverían a contactarse con él y que le mostrarían el fruto de su experiencia, porque querían que él conociese a su hijo.

«Mientras le decían esto le marcaron en el cuerpo con una especie de tatuaje que AC conserva todavía. (El tatuaje es un círculo con dos diámetros en forma de cruz). Le dijeron que este símbolo era la marca de ellos. AC sintió entonces que le faltaba el aire y le dieron un líquido oscuro que tenía un sabor raro y desagradable.

«Tras de esto lo llevaron a una habitación completamente oscura en donde sintió que lo trasladaban a otro vehículo más pequeño que lo dejó en el mismo sitio en que lo habían abducido. Cuando se repuso y quiso ver dónde estaba el pequeño vehículo que había visto al principio, ya no estaba allí».

Hasta aquí lo que los citados autores nos cuentan resumidamente de la experiencia de AC en el año 1979. Pero lo interesante es que las experiencias han proseguido y hoy ya conocemos muchos pormenores sobre todo este caso; no sólo sobre las consecuencias que ha tenido sobre la vida de AC, sino sobre los mismos extraterrestres que lo secuestraron y hacia los que en la actualidad AC ya no siente ninguna animosidad.

Todos estos detalles han ido saliendo a la luz mediante las sesiones de hipnosis a que AC ha sido sometido por expertos muy cualificados que se han ocupado de verificar cada una de sus aseveraciones y de asegurarse de que no están ante un sujeto fabulador.

Sin querer entrar en ninguna discusión que estaría completamente fuera de lugar en este apéndice, les diremos a los que critican el método de la hipnosis como un instrumento de trabajo en la ovnilogía, que si conociesen bien todo lo que él conlleva, no perderían su tiempo ni su reputación en atacarlo tan a ciegas y tan absolutamente. Por supuesto, que puede haber algún caso de fabulación, pero cuando se toman las precauciones debidas y es practicado por verdaderos expertos se pueden descubrir datos y se puede llegar a conclusiones que no admiten duda alguna.

AC fue sometido a una «Regresión de sensitividad» el 5 de agosto de 1979, mes y medio después de su primera abducción. A una regresión hipnótica el 19 del mismo mes de agosto. A otra regresión hipnótica en enero de 1983 tras otra abducción y a otra más en el mes de abril del mismo año tras una tercera abducción. En cada una de estas regresiones se descubrían otras abducciones de las que AC no se acordaba.

Al igual que en muchos otros casos, AC tenía sólo una sensación borrosa de que algo extraño le había pasado en aquella fecha o en aquel lugar pero no conservaba ninguna idea clara ni concreta de lo que entonces le había sucedido. Bajo hipnosis todo se volvía claro y cuando posteriormente se oía a sí mismo en la cinta grabada en estado hipnótico, se producía casi repentinamente una conexión entre la mente consciente y la inconsciente, que en más de una ocasión ha resultado ser bastante traumática.

Uno de los testigos más importantes que nos demuestra que no estamos ante un caso de fabulación es el perro «Hongue». Tal como ya dijimos, fue dejado como muerto por los dos robots cuando los quiso atacar, pero en realidad estaba sólo paralizado. Cuando volvió en sí, huyó del lugar y posteriormente no ha querido de ninguna manera volverse a acercar al sitio en donde fue paralizado. No sólo eso, sino que ya no ha vuelto a ser el mismo perro dócil y valiente que era antes y se niega rotundamente a acompañar a AC en sus rondas nocturnas, cosa que antes hacía con gran alegría, pues no en vano había sido entrenado especialmente para ello.

AC ha cambiado mucho en su manera de ser desde que tuvo su experiencia. En la actualidad puede comunicarse telepáticamente con sus abductores con los que, como ya dijimos, mantiene unas relaciones mucho más amistosas que en un principio. En sucesivas abducciones, además de las dos razas ya descritas, ha visto otras dos completamente diferentes. En un caso se trata de individuos de talla alta, y rubios de ojos azules que cooperan amigablemente con las otras dos razas; y en otro de individuos muy peludos, parecidos a gorilas o chimpancés, pero racionales pues los vio hablar entre ellos, aunque no se dirigieron a él en ningún momento.

En julio de 1982 le fue mostrada a AC su pequeña hija, fruto de la experiencia llevada a cabo en su primera abducción. En esta ocasión AC no fue abducido sino que sencillamente se la mostraron a la puerta de una pequeña nave que se posó cerca de él. Un mes más tarde, el 8 de agosto, fue abducido nuevamente y esta vez se la enseñaron de cerca. Es una niña bastante parecida a su madre, pero con las facciones más dulcificadas y con la misma piel color chocolate de sus progenitores. (Ver ilustración).

En un ocasión AC vio cómo en su propia casa su hijo terrestre Fernando, de tres años, nacido de su matrimonio con Jandira, jugaba con su hija extraterrestre, de cuatro años. Y entonces le fue dicho que esto sucedía muchas veces por la noche sin que sus padres se diesen cuenta.

Tal como hemos dicho este no es el único experimento biogenético hecho por extraterrestres del que se tenga noticia en Brasil.

He aquí unos cuantos tomados del catálogo de la SBEDV:

13 de abril de 1978. Lugar: Maringá (Paraná), Brasil.

Jocelino de Mattos, trabajador en una Compañía eléctrica, fue abducido por la noche cuando caminaba hacia su casa. También fue elevado hacia el ovni a través de un haz de luz. Primero le extrajeron semen y luego fue obligado a copular con una extraterrestre de piel clara que dijo ser médica en su planeta. Duración de la experiencia: dos horas.

3 de enero de 1979. Lugar: Hialeah (Miami), U.S.A.

Filiberto Cárdenas, cubano exiliado, mientras examinaba su coche descompuesto, fue levantado en el aire al atardecer por una nave medio escondida a poca altura en una pequeña nube. El hecho sucedió en presencia de un amigo, la esposa de éste, y una hija de ambos que viajaban con él en el coche. Los extraterrestres le extrajeron muestras de semen en el examen físico a que lo so metieron. Le dijeron que ellos tenían ya 81 híbridos de su propia raza con humanos. Apareció semiconsciente al próximo día, tirado en una carretera no muy lejana y en buenas condiciones físicas.

15 de octubre de 1979. Lugar: Saquarema (Río de Janeiro).

Luli Oswaldo y un amigo fueron abducidos por un objeto esférico que salió del mar. Sometidos a un examen físico les extrajeron semen y luego fueron obligados a tener relaciones sexuales con dos de tres mujeres que tenían caras feísimas como de roedores y de estatura bastante baja, que no demostraron emoción ni sentimiento alguno durante todo el encuentro. Duración: dos horas y media.

30 de noviembre de 1982. Lugar: Botucatú (Sao Paulo), Brasil.

Juan Valerio de Silva, portero de un hospital. Cuando a media noche salió al patio de su casa para tomar un vaso de agua, fue elevado hacia un ovni que flotaba encima de un árbol, mediante un rayo de luz. La extraterrestre con la que tuvo relaciones sexuales tenía la piel oscura y cabellos largos y negros. Le hicieron numerosos tatuajes con símbolos extraños. Duración: aproximadamente tres horas.

14 de diciembre de 1983. Lugar: Chapeco (Río Grande), Brasil.

Antonio Nelso Tasca, locutor-reportero de una emisora de radio. Fue elevado hacia un ovni, también mediante un haz de luz, mientras manejaba su auto por la carretera BR-282. La mujer con la que copuló tenía los ojos muy rasgados y era de piel clara. Duración del suceso: unas ocho horas.

Los robots a los que se hace referencia en el texto, que la noche del 28 de junio de 1979

secuestraron a Antonio Carlos Ferreira y lo llevaron a una pequeña nave

en la que lo transportaron a otra mayor que se hallaba estacionada a gran altura en el espacio.

Dibujo de la ET con que AC tuvo relaciones.

Los puntos en los muslos son una señal que llevan todos los de su raza.

El dibujo fue hecho por Vilma Buhler tras dos años de trabajo con el abducido

y después de muchas correcciones conforme a lo que él le iba indicando.

La misma mujer con la que tuvo relaciones,

vistiendo el traje de una sola pieza que ordinariamente llevan puesto los de su especie.

La insignia que en él se ve es la misma que le tatuaron a AC en un brazo.

Imagen idealizada por el artista norteamericano Chan Johnson, de la mujer con la que tuvo relaciones Antonio Carlos.

A lo que parece tiene en cambio bastante semejanza con la hija que resultó de la unión de ambos.

Esta no tiene tan acentuados los rasgos de la madre, que tan mala impresión causaron en el ánimo de AC.

Dos vistas de AC con el investigador Ney Matiel.

La superior, en el lugar exacto de una de las abducciones.

En la inferior se puede ver a Fernando, su pequeño hijo, con el que algunas noches viene a jugar su medio-hermana extraterrestre.

Juan Valerio y su hijo Reginaldo.

Los extraterrestres que lo secuestraron y lo obligaron a tener relaciones sexuales le dijeron

que tanto él como Reginaldo eran fruto de experiencias genéticas que ellos habían llevado a cabo;

en cambio los otros miembros de su familia, no.

Apéndice VI

Apéndice VI
EXTRATERRESTRES «BUENOS»

El lector, que ya bastante sorprendido estará con todas las cosas que llevamos dichas en este libro, se sorprenderá una vez más con el contenido de ese Apéndice. Pero, por otro lado, dulcificará con él un poco la idea pesimista que, probablemente, le habrá quedado tras la lectura de tantas cosas preocupantes.

He dudado bastante en publicar esto, porque sé que con ello me expongo aún más al ludibrio de los «ufólogos científicos», que ya bastantes armas tienen contra mí por todo lo hasta aquí dicho. Pero no sería yo, si por lo que ellos pudieran decir, dejara de expresar lo que pienso.

En repetidas ocasiones he dicho que estoy seguro de que entre las entidades inteligentes extrahumanas — extraterrestres o no— las hay «buenas» y las hay «malas». Es decir, las hay menos favorables y hasta totalmente perniciosas, como es el caso de las que hemos presentado a lo largo de todo este libro.

Pues bien, en este Apéndice quiero presentarle al lector un tipo de entidades que, al parecer, son benévolas a la raza humana y muy superiores en su grado de evolución espiritual a los enanos cabezones a los que no hemos referido.

En el grabado, tomado de los cuadernos que edita en Desojo (Navarra) la Asociación Adonai para la Fraternidad Cósmica, aparece la efigie de «Ashtar Sheran» que, según ellos, es el jefe de una flota extraterrestre en misión sobre la Tierra.

Confieso que, aparte de sus excelentes intenciones, tengo muchos reparos en cuanto al enfoque que tanto los «Adonai» como los «Rama» y otros grupos le dan a todo el fenómeno extraterrestre. Creo que lo ven con ojos demasiado ingenuos y me parece que, en buena parte, están siendo engañados por ciertos truhanes cósmicos que abundan mucho más de lo que ellos creen.

En concreto, un cierto «Ashtar Sheran» se ha manifiesto en otras ocasiones y bajo otras formas de las que tengo grandes sospechas.

Sin embargo tengo que confesar que cuando vi esta efigie, pintada de memoria por uno de sus contactados, me extrañé mucho. El rostro del supuesto «Ashtar Sheran» se parece mucho al rostro del joven Mario del que hablé en el último capítulo de mi libro «La Granja Humana» (Plaza y Janés).

Y si mi extrañeza fue grande, la de Mario fue mucho mayor, pues cuando le enseñé el dibujo me dijo sin vacilar: «es igual que Rufo».

Para los que no saben de qué se trata, Rufo es el extraterrestre que viene a visitar a Mario a su casa en Madrid y con el que hace años tiene una gran amistad. Aparece de repente delante de él sin tener necesidad de subir por la escalera ni entrar por la puerta. Para irse, se esfuma de la misma manera que ha aparecido. Y cuando más, se va a través de los cristales o de la pared. Confieso que si no tuviese muchas pruebas de ello no creería nada de esto, como no creí por bastantes años historias semejantes que leía en los libros dedicados al fenómeno ovni.

El parecido, aunque no tan marcado, existe también con otros «comandantes» cuyos dibujos aparecen también en los boletines de «Adonai» y que aquí reproducimos.

El lector no iniciado en el tema de Rufo, preguntará lógicamente, por qué Mario tiene que parecerse también a estos tipos extraterrestres si él es un humano normal. Y la respuesta es que Mario, al igual que miles de «humanos normales», no son todo lo normales que parecen. Mario, como muchos «Marios» que hay en el planeta, es fruto de una compleja y larga experiencia genética — menos drástica que la que hacen los «grises»— realizada por razas superiores con el propósito de hacer evolucionar paulatinamente a la raza humana y de conseguir ciertos fines suyos que nos son desconocidos.

En el capítulo titulado «Las experiencias genéticas de los extraterrestres» expliqué el tratamiento a que fue sometida la madre de Mario, para que éste fuese una especie de híbrido de seres de fuera de la Tierra.

¿Estoy siendo yo también engañado al admitir como auténtico todo esto? Puede ser.

Pero como he dicho, tengo muchas bases para creerlo. Y de lo que estoy seguro es de que esto no altera en nada mi vida porque no la pongo a girar en torno a estos hechos. Sean ellos ciertos o no, yo trato por todos los medios de conservar mi libertad y mi independencia. La relativa libertad e independencia que podemos tener los mortales.

Después de los hechos increíbles a los que nos hemos asomado a lo largo de estas páginas, ya no podemos extrañarnos de nada. Y menos de que en la granja humana, los dueños traten en sus laboratorios de mejorar la raza, aunque no sepamos con qué fines.

Y como final, a pesar de que soy alérgico a los sermones ecológico-morales que nos suelen endilgar los contactados provenientes de sus «buenos hermanos cósmicos», transcribiré aquí, tomado también del boletín de «Adonai», un mensaje extraterrestre con el que estoy totalmente de acuerdo:

«Para el que todavía no lo sepa, estamos entre vosotros y observamos. Notamos la incapacidad de vuestras ciencias políticas y económicas. Observamos sin maravillarnos (porque conocemos muy bien la contaminación moral que os atenaza cada vez más) las notas y la actividad secreta que empuja a los pueblos de vuestro planeta a lanzarse los unos contra los otros para defender uno u otro patrón, una u otra idea, unos u otros intereses, uno u otro poder económico, etc.

Observamos también otras actividades, conocidas o desconocidas, que empeñan recursos inmensos para fines bélicos o para ilícitos comercios destructivos y mortales. Podríamos hacer un largo catálogo, pero lo creemos inútil, porque también conocemos que la pasividad de gran parte del pueblo seguirá siendo lo que es: complicidad y «consentimiento».

Ciertamente, no nos limitamos a la sola observación y no creemos llegado el momento de una intervención nuestra más sólida. Estamos trabajando con una metodología que no conocéis, pero que dará seguramente sus frutos. Vuestra situación es grave. Os lo hemos dicho. Nuestra ayuda llegará en el momento más oportuno.»

Apéndice IV

Apéndice IV
ACUSACIÓN PUBLICA DE JOHN LEAR Y WILLIAM COOPER AL GOBIERNO DE USA

Texto del documento enviado el 12 de enero de 1989 al Presidente George Bush

El Gobierno de los Estados Unidos de América, que ha sido formado bajo la autoridad de la Constitución y elegido legalmente por el pueblo bajo los términos de la misma, ha violado la confianza que este pueblo ha depositado en él, y ha violado los términos, las condiciones y la ley de este país tal como se contienen y consagran en la Constitución de los Estados Unidos de América.

A saber:

El Gobierno ha aprobado y hecho un trato secreto con una nación extranjera (extraterrestre) con-tra los términos de la Constitución y sin el conocimiento ni el consentimiento del pueblo ni del Congreso.

El Gobierno, mediante este tratado, le ha dado a una nación extranjera tierras y bases dentro de las fronteras de los Estados Unidos de América.

El Gobierno, mediante este tratado, ha intercambiado propiedades y vidas humanas —como si fuesen tierra o ganado— por tecnología y les ha denegado a los ciudadanos de este país la protección a que tienen derecho por ley bajo la Constitución.

Esta nación extraña ha demostrado ser el mortal enemigo de nuestro pueblo y de la humanidad entera, mediante sus actos contra las propiedades y las vidas de muchos ciudadanos de este país y mediante la comisión de muchos otros actos abominables y crueles.

Al aprobar y participar en los crímenes señala dos en los párrafos 1, 2, 3 y 4, el Gobierno está violando el artículo II, sección 2, el artículo III, sección 3 y otros artículos de la Constitución y, por tanto, es culpable y reo de crimen y traición contra el pueblo y la Constitución de los Estados Unidos de América.

En el proceso de ayudar y asistir a esta nación extraña en la comisión de estos crímenes contra el pueblo, la nación y la humanidad entera, teniendo un total conocimiento de los hechos, el Gobierno ha asesinado, encarcelado, trasladado a la fuerza, drogado, hostigado e interferido ilegalmente de muchas maneras en las vidas de ciudadanos patriotas que han tratado de dar a conocer este crimen y traición.

Todos los miembros del Gobierno, presentes y pasados, que son responsables de estos actos criminales y de traición a la justicia, a saber, el presidente, vicepresidente, el director de la CIA, el director de Agencia Nacional de Seguridad, ciertos miembros del Gabinete del Presidente, los miembros del MAJI (Agencia «Majestic» de Inteligencia Conjunta), los miembros del MJ-12 el actual y todos los anteriores consejeros de la Seguridad Nacional, al igual que todos los que han tomado parte en esta conspiración extranjera, son acusados de crimen y traición.

Por el interés de preservar la Constitución y el Gobierno de estos Estados Unidos de América y para salvar y proteger a la raza humana, y no por otras razones, nosotros hacemos estas acusaciones con la autoridad que nos da la Constitución de estos Estados Unidos de América y en nombre del pueblo de los Estados Unidos de América, contra todos aquellos que teniendo pleno conocimiento de ello han participado voluntariamente en las violaciones del articulo II, sección 2, articulo III. sección 3 y otros artículos de la Constitución, al igual que contra el Gobierno y todos los individuos nombrados en el párrafo 7.

Por el interés de preservar la Constitución y el Gobierno de los Estados Unidos de América, nosotros solicitamos una total inmunidad para declarar acerca de todos estos hechos. Le pedimos a la Rama Judicial del Gobierno que haga extensiva esta inmunidad a todos aquellos miembros culpables del Gobierno que declaren lo que saben antes del 28 de marzo de 1989. Le pedimos a la Rama Judicial que sea estricta con todos aquellos culpables que persistan en ocultar este crimen y traición.

Por tanto, nosotros, en nombre de la Constitución y del pueblo le exigimos al Gobierno de los Estados Unidos de América que rompa este convenio ilegal y traicionero. Le exigimos que cese de ayudar, de sostener y de ocultar a estos extraños que se han instalado dentro de nuestras fronteras. Le exigimos al Gobierno que ponga fin a todas las operaciones, proyectos, grupos y todo tipo de tratos con esta nación extraña. Le exigimos al Gobierno que ordene a estos extranjeros que abandonen nuestra nación y el planeta Tierra inmediatamente y para siempre, en la fecha del 1 de junio de 1989 y lo hacemos responsable del cumplimiento de esta orden.

En caso de que el Gobierno y la Rama Judicial ignoren este requerimiento, juramos sobre la Constitución que no descansaremos hasta que estos crímenes sean traídos a la luz pública y conocidos por el pueblo. Juramos por la Constitución que todos los culpables serán traídos ante la justicia. Juramos que lucharemos hasta la muerte hasta que logremos estos propósitos en nombre de la humanidad entera, en nombre de la Constitución y en nombre de todos los patriotas que nos han precedido en el mismo empeño.

Firmemente creemos, sabemos y tenemos evidencia de que todos estos crímenes y acusaciones son verdaderas y han sucedido y están sucediendo en la actualidad; y de que han sido perpetrados, fomentados y ayudados por aquellos a los que hemos acusado. Esto lo juramos.

Estando en nuestro juicio cabal, teniendo pleno conocimiento de las implicaciones y consecuencias de estas acusaciones, y teniendo sólo en mente la defensa de la humanidad, la preservación de la Constitución de los Estados Unidos de América y de su buen gobierno, y como buenos patriotas que hemos jurado preservar y proteger la Constitución de nuestra patria, ponemos nuestra firma al pie de este documento para atestiguar nuestra dedicación y fidelidad al juramento hecho.

(Firmado)

William Cooper

John Lear

COMENTARIOS A ESTE DOCUMENTO

Cuando escribo estas líneas han pasado cuatro meses desde que este documento fue entregado a las autoridades norteamericanas y a la Rama Judicial.

La respuesta, como era de esperar, ha sido el más absoluto silencio, tal como había sucedido anteriormente con el documento del grupo JMP presentado a Ronald Reagan.

Por parte de los líderes políticos, este silencio no tiene nada de extraño; porque, aparte de ser ellos los principales culpables, las chusmerías politiqueras en que están ordinariamente envueltos para mantenerse en el poder, no les dejan tiempo para ocuparse de los problemas que realmente interesan y preocupan al pueblo.

En concreto el señor Bush, ex director de la mafia «legal», llamada CIA, tiene mucho que perder en caso de que todos los hechos que Lear y Cooper denuncian llegasen a ser de conocimiento público.

Lo que es más de extrañar es que la prensa haya guardado el mismo silencio y no haya tenido ni un comentario para estas tremendas y gravísimas acusaciones. Al igual que tampoco lo tuvo para el documento del JMP, ni para el documental televisado «El encubrimiento de los ovnis» (The UFO coverup) de hace varios meses, ni cuando hace unos años se transmitió en Inglaterra el inquietante reportaje titulado «Alternativa 3» (que, dicho sea de paso, nunca fue permitido en los Estados Unidos).

Esto es una clara señal de hasta qué punto la gran prensa (que es únicamente libre hasta que no ve peligrar sus finanzas) está amordazada por los grandes poderes fácticos.

Aunque no creyesen en las acusaciones, dada la conocida personalidad de ambos acusadores y, sobre todo, la importancia de los acusados y la gravedad de los cargos, deberían haber hecho por lo menos algún comentario. Y estamos seguros de que por su instinto periodístico lo hubiesen hecho, de no haber mediado alguna mano siniestra que impuso un obligado silencio.

A lo que hay que estar ahora muy atentos es a las vidas de los acusadores. Si mueren en algún accidente, por muy casual que éste parezca, habrá todas las probabilidades de que éste haya sido intencionado y causado por los mismos que han perpetrado desde las sombras muchos otros accidentes «casuales».

Y si la cosa no llegase a tanto y se limitasen a «retirarse» de sus actividades investigativas y denunciadoras —tal como últimamente han hecho unos cuantos famosos investigadores del fenómeno ovni—, habría que achacárselo a presiones de muchos tipos, incluidas serias amenazas de muerte.

A los nombres de Lear y Cooper habría que añadir los de Moore, Bennewitz, Shandera, Stanton Friedman, Timothy Good, Stringfield, Clark, Steinman, Stevens y unos cuantos más, que en estos últimos meses han acentuado su hostigamiento al Gobierno de los Estados Unidos para que haga pública la información que posee.

Apéndice III

Apéndice III
PROYECTOS DEL GOBIERNO NORTEAMERICANO RELACIONADOS CON LOS OVNIS
(Según el ovnílogo William Cooper)

Proyecto «Blue Team». Fue el primer proyecto encargado de la reacción ante el estrellamiento de un ovni y del rescate de sus tripulantes.
Dirigido por la Fuerza Aérea.

Proyecto «Sign». Fue el segundo proyecto encargado de la recolección de información y de estudiar si la presencia de naves alienígenas constituían una amenaza para la segundad nacional. El proyecto «Sign» absorbió al proyecto «Blue Team» y quedó bajo la dirección conjunta de la Fuerza Aérea y de la CIA.

Proyecto «Grudge». Absorbió al proyecto «Sign» con sus mismas tareas y bajo él se formó el Proyecto «Aquarius».

Proyecto «Aquarius». Absorbió a todos los proyectos previos y se hizo más abarcador. Inicialmente fue costeado con fondos de la CIA confidenciales y no especificados. Su propósito es reunir toda la información científica, tecnológica, médica y secreta sobre todo lo relacionado con ovnis. Este proyecto todavía está funcionando. Comenzó siendo dirigido por la Fuerza Aérea, bajo el Proyecto «Sign», pero pasó a manos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Todos los proyectos relacionados con ovnis son, en la actualidad, controlados por un selecto grupo de «inteligencia».

Proyecto «Plato». Fue originalmente organizado en 1954 como parte del proyecto «Sign». Su misión era establecer relaciones diplomáticas con formas de vida inteligente no humana que habían sido detectadas. Este proyecto logró sus propósitos e hizo un tratado con algún grupo de extraterrestres. El tratado consistía en que se recibiría de ellos tecnología avanzada a cambio de guardar secreto sobre su presencia entre nosotros y de no interferir en sus actividades. Los extraterrestres estuvieron de acuerdo en darle al grupo MAJI y al «National Security Council» periódicamente una lista de las personas contactadas y abducidas. Este proyecto todavía sigue funcionando en Nuevo México. Posteriormente, se descubrió que ios extraterrestres no estaban diciendo la verdad de sus propósitos y de sus acciones y que no se tenía control alguno sobre ellos. Este proyecto depende en la actualidad del Proyecto «Aquarius».

Proyecto «Pluto». Establecido con fines científicos para evaluar toda la información recibida de los ovnis y relacionada con la tecnología del espacio. Este proyecto está funcionando todavía. De él se ha derivado el Proyecto «Pounce».

Proyecto «Sigma». Fue establecido en 1954, originalmente como parte del proyecto «Sign». Se independizó de éste en 1976. Su misión era establecer comunicación con extraterrestres (probablemente con otros). En 1959 se logró iniciar unas rudimentarias comunicaciones y el 24 de abril de 1964 se hizo un contacto físico en la base de Holloman (N. M.) que duró tres horas. El proyecto está funcionando todavía en Nuevo México y depende del Proyecto «Aquarius».

Proyecto «Redlight». Comenzado en 1954, dependiendo del proyecto «Aquarius». Su misión específica era probar el vuelo de un ovni que había sido capturado. Los primeros intentos le costaron la vida a un piloto de la Fuerza Aérea. El proyecto se reasumió en 1972 (probablemente debido a que la Fuerza Aérea logró capturar otros ovnis) y continúa en la actualidad en el «Area 51», de Nevada. Cuando se ven ovnis acompañados de helicópteros negros, se trata de pruebas de este proyecto. Los proyectos «NRO» y «Delta» son los que tienen bajo su comando estos helicópteros.

Proyecto «Snowbird». Establecido en 1954. Su misión específica era «camuflar» el proyecto «Redlight», desarrollando un aparato parecido a un ovni (aunque funcionando con tecnología convencional) de modo que cuando Ia gente lo viese pensase que todos los ovnis eran esos aparatos nuevos de la Fuerza Aérea. Tuvo inicialmente éxito cuando logró volar ante muchos periodistas un aparato en forma de disco (probablemente el modelo AVRO) (ver ilustración en páginas anteriores).

Proyecto «Pounce». Otro proyecto más para recuperar todo el material posible de ovnis caídos y a sus tripulantes. Además tenía como misión suministrar a la prensa noticias falsas para despistar a los periodistas y para encubrir las actividades reales del proyecto. Todavía está funcionando.

Proyecto «Gabriel». Este proyecto tuvo la misión de desarrollar un generador de ondas sónicas de baja frecuencia. Se comenzó debido a información obtenida tras la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial. Es dudoso que todavía esté funcionando.

Proyecto «Excalibur». Establecido en 1988 con el objeto de desarrollar un arma nuclear que sea capaz de destruir bases subterráneas de extraterrestres. El artefacto, que está en pruebas, tiene una cabeza de un Meg. El arma está todavía desarrollándose en la División WX, LANL, en Los Alamos (N. M.)- Muchos de los técnicos que allí trabajan piensan que este proyecto tiene que ver con la llamada «Guerra de las galaxias» y con la llegada de nuevas oleadas de alienígenas para los años 1991-1993. Parece que el Gobierno, una vez que se ha convencido de que ha sido traicionado y de que los extraterrestres con los que hizo el trato no lo han cumplido, tiene intención de disuadirlos de su deseo de permanecer en nuestro planeta.

Proyecto «Bluebook». Un proyecto de la Fuerza Aérea establecido para «desinformar» al público acerca de las actividades de los ovnis. Sus actividades fueron absorbidas en 1969 por el Proyecto «Aquarius». La única información valiosa que proporcionó fue el «Informe n.° 13 del Proyecto “Grudge”» (del que hablamos en páginas anteriores).

NRO (National Reconnaissance Organization). Está ubicada en el Fort Carson (Colorado). Su misión es la formación de vigilantes para todas las personas y proyectos relacionados con ovnis. Usan helicópteros negros sin señal alguna.

Proyecto «Delta». Equipos de vigilancia para todo aquello que tenga que ver con ovnis. Consta de dos clases de miembros: Humanos, procedentes de la NRO, especialmente entrenados, y no humanos, entre los que se encuentran los famosos «hombres de negro» (que pueden ser cyborgs, androides, sintéticos o robots) para ciertas misiones muy especiales en las que están envueltos extraterrestres. Este proyecto está activo todavía.

Acerca de todos estos proyectos tenemos que decir lo mismo que de la lista de estrellamientos: aunque haya algunos datos inexactos y hasta errores crasos, el lector debería tener muy presente que toda esta información ha sido obtenida muy laboriosamente, a lo largo de años y teniendo que luchar contra unas fuerzas todopoderosas —y en muchos casos muy peligrosas— que no querían de ninguna manera que tales noticias fuesen conocidas.

Y que debido a sus ilimitadas posibilidades económicas y a su falta de principios éticos, han tenido por años oficinas organizadas con el solo fin de despistar a los investigadores o de disuadirlos, incluso con métodos violentos, para que desistan de su pesquisa.

Es por ello completamente lógico que entre las muchas informaciones veraces se hayan deslizado noticias falsas, difundidas precisamente por aquellos que esperaban que al ser éstas descubiertas, echasen un velo de duda, sobre todo entre científicos y personas de formación universitaria, ya predispuestas a juzgar como vulgar y anticientífico todo aquello de que no les hubiesen hablado sus libros de texto.

Apéndice II

Apéndice II
PAUL BENNEWITZ

Paul Bennewitz, en los últimos dos años se ha convertido en un personaje singular en el mundo de los ovnis. Denostado o seguido por muchos de los «ufólogos», es indudablemente una pieza clave en la investigación de las actividades de los extraterrestres en nuestro mundo.

Es un científico de primera categoría, presidente de los Laboratorios Científicos «Thunder» en Alburquerque, y con una veta de genio que ha demostrado más que suficientemente en sus investigaciones en las actividades de los ovnis.

Algunos lo acusan de ser un agente solapado del gobierno para despistar a los investigadores, dándoles pistas falsas; y otros no dejamos de tener algunas sospechas sobre él, porque ciertamente se nos hace muy difícil de comprender cómo un hombre, usando únicamente sus propios medios, ha llegado a conseguir una información tan secreta que, de ser cierta, da muchas claves para comprender el misterio tras el fenómeno ovni.

El doctor Bennewitz vive en Manzano (Nuevo México), cerca de un área de almacenamiento de armas, muy próximo a la Base Sandia de la Fuerza Aérea.

Como desde su casa estaba constantemente observando luces en el cielo, se decidió a investigar por su cuenta a ver si aquellas luces eran efectivamente ovnis y cuál era la causa de que abundasen tanto en aquella zona. Para ello usó no sólo sus muchos conocimientos en electrónica y física, sino todo el instrumental de su laboratorio, sobre todo cámaras de filmar y ordenadores.

Su primer objetivo fue entrar en contacto con los tripulantes de aquellas máquinas, cosa que logró muy pronto gracias a su gran inteligencia y a su conocimiento en materia de programación y códigos de ordenadores. Debido a esta comunicación, fue poco a poco conociendo más a fondo los propósitos y actividades de aquellos misteriosos individuos y haciéndose una idea cabal de cómo era su psicología.

Atemorizado en parte con lo que fue descubriendo, se decidió a comunicárselo a las autoridades y redactó un largo informe que a continuación le ofrecemos al lector. Mal sabía el doctor Bennewitz, cuando acuciado por la curiosidad comenzó sus investigaciones, que el gobierno ya conocía todo lo que él estaba tratando de averiguar, y que la preocupación que él tenía era la misma que desde hacía tiempo le quitaba el sueño a algunos miembros más responsables del gobierno.

Sin embargo, para los maniáticos militares del Pentágono, imbuidos de la paranoia belicista y con una excitación casi orgásmica ante sofisticadísimas armas con las que divertirse aplastando a los comunistas (y al mismo tiempo acabando con el planeta), el pacto con los extraterrestres tenía que continuar. Paul Bennewitz envió su informe, en el que hasta proponía maneras para defenderse de los EBEs, pero las autoridades no le hicieron ningún caso.

Es, sin embargo, algo muy de extrañar que conociendo PB todo lo que conocía no sufriese ningún atentado ni fuese silenciado de una manera violenta como lo han sido tantos otros. Aunque algo de esto sí debió suceder, pues en los últimos meses se ha negado a hacer más declaraciones. Sin embargo, su retirada no fue total, ya que en alguna ocasión, preguntado por algún periodista, se reiteró en todo lo dicho.

Según él, tiene 2 kms. (kilómetros) de film de 8 mm. con las idas y venidas de los ovnis cerca del área de estacionamiento de armas en Manzano y muchos videos y fotos. Además, asegura que en la casa Kodak, adonde mandó sus películas y fotos a revelar, le han manipulado los negativos en muchas ocasiones, le han cortado pedazos de partes en que aparecían ovnis muy de cerca, los han tenido por dos meses y hasta en una ocasión la película que le devolvieron era una copia, y no la original que él les había mandado.

A continuación traduzco el informe enviado por PB, por cierto en un inglés muy «sui generis», al gobierno de los Estados Unidos.

Comienza con un resumen de todo lo que contiene el informe:

Dos años de una continua vigilancia electrónica grabada, de 24 horas por día, acerca de la actividad de vehículos alienígenas, en un radio de 60 millas alrededor de Albuquerque, lo cual se traduce en más de 2.000 m. de película tanto de día como de noche.

Detección y descodificación de comunicaciones y canales de video de alienígenas; locales, de la Tierra y del espacio circundante.

Recepción constante de video procedente de naves alienígenas y de pantallas de la base subterránea.

La historia de la víctima de un encuentro (con los extraterrestres) en Nuevo México, lo cual me llevó a la sintonización de las comunicaciones y al descubrimiento de que aparentemente todas las víctimas de los encuentros tienen implantes (de instrumentos dentro de su cuerpo) con las consiguientes cicatrices. Estos implantes han sido comprobados con rayos X y «scans». Se han comprobado, además, otros cinco casos de cicatrices.

He establecido una comunicación directa y constante, usando para ello una computadora y una forma de «Código hexadecimal» con gráficos e impresión. Esta comunicación se acentuó aparentemente después de la evacuación de la base (frase oscura).

Gracias a este nexo de comunicación con los alienígenas, dijeron la ubicación verdadera de la base subterránea y señalaron el punto exacto.

Subsecuentes fotografías aéreas y desde tierra revelaron pilotes (para señalar) el aterrizaje, naves en tierra, entradas, armas lanza-rayos, y posibles puertos de lanzamiento junto con alienígenas en tierra en vehículos propulsados electrostática mente y armas lanza-rayos, también cargadas electrostáticamente (traducción difícil).

Comparando por triangulación y correlación cruzada (mis hallazgos) con films de alta resolución de la NASA tomados en infrarrojo, se con firmó la localización de la base y se encontró que el Ejército estaba envuelto en todo esto, dando los límites precisos de la base militar.

Una comunicación previa con los alienígenas ya había indicado el envolvimiento militar y el hecho de que la Fuerza Aérea tenía una nave de éstas; pero debido a la (extraña) psicología de los alienígenas que yo había descubierto, no hice caso por entonces de aquel dato,

Subsecuentemente, los alienígenas comunicaron que, ciertamente, había una nave y, en realidad, más de una. De hecho, dos se habían ya estrella do y abandonado y, otra, había sido construida. Esta estaba propulsada por energía atómica y está funcionando. Los alienígenas me indicaron su ubicación.

Se supo y se dijo que dos mujeres y un muchacho, cerca de Austin (Texas), sufrieron una gran irradiación (procedente de un ovni averiado) y el aparato fue visto moviéndose hacia el Oeste, rodeado de helicópteros. Además, el Gobierno pagó calladamente todos los gastos.
(Se refiere al incidente Cash-Landrum del que hablamos en el capítulo «Los juegos de los ovnis con los aviones».)

Un estudio de las películas reveló que el vehículo (disco) de los Estados Unidos, o uno similar a él, iba volando con los de los alienígenas. Esto está de acuerdo con las películas infrarrojas tomadas desde el aire, en las que se pueden ver dos en el suelo y en las subsiguientes fotos tomadas desde tierra, cuando la base fue abandonada.

La comunicación mediante computadora con los alienígenas —aunque sin un contacto directo— (me) ha dado una idea razonablemente clara de ellos y de su psicología, su lógica y métodos lógicos y sus metas principales.

Es importante tener presente desde el principio que los alienígenas (con los que Bennewitz trataba) son raros, emplean el engaño, no tienen intención ninguna aparente de hacer la paz y obviamente no cumplen ningún trato que hayan hecho previamente.

En cuanto a la verdad, tienden a mentir, pero su memoria para mentir no les dura y eso se demuestra tras analizar sus afirmaciones en la computadora. Por tanto, no es difícil «verles la oreja», por así decirlo, y de aquí se puede deducir la verdad.

El propósito de este informe no es el criticar o señalar a nadie con el dedo. Indudablemente, quienquiera que fuese el que hizo el primer contacto (con estos seres) actuaba conforme a nuestra lógica y no conforme a la de ellos, y por eso actuó de buena fe, pero cayó en la trampa.

Los alienígenas indicaron que los «grises» —que aparentemente son el grupo inicial que hicieron el trato— todavía estaban enfadados por la captura y muerte subsiguiente de los ocho compañeros suyos que llegaron primeramente. (Desconocemos a qué se refiere).

Hay otro grupo, que en el lenguaje de la computadora se llaman a sí mismos «Naranja», y cuya base está en la ladera oeste de la Mesa de Archuleta… (da detalles precisos y prolijos de dónde tienen la entrada y de la extensión de la base subterránea).

Basado en fotografías aéreas, en las cuales se ve a un (ovni) alienígena claramente y despegando, se puede decir que algunos despegues proceden de la dirección del domo (del que habló previamente). Creo que el lugar es una salida de la base subterránea. En las fotos en infrarrojo de la NASA se ve lo que parece ser una limusina negra al lado del domo en una rampa. También hay vehículos con ruedas, vehículos para nieve y «caterpillars», camiones y «jeeps». Los alienígenas no usan ruedas; los humanos, sí.

A continuación sigue describiendo todo lo que se ve en las fotos en infrarrojo y llega a la conclusión de que son implementos pertenecientes al ejército de los Estados Unidos que está colaborando con los extraterrestres.

Termina así el largo párrafo:

«He comparado las dimensiones de todos los tipos de vehículos y son exactos a los del ejército. Si yo tuviese que hacer alguna conjetura, diría que las limusinas negras son de la CIA.

Continúa describiendo pormenores de la base y termina:

«El área total de la base alienígena —que da la impresión de tener varios cultivos que en el lenguaje de la computadora se llaman «Unity»— mide tres kilómetros de ancho por ocho de largo. Un cálculo aproximado de la población total de alienígenas en la actualidad, a juzgar por el número de naves que vuelan sobre este área y las que hay posadas en el suelo en las fotos infrarrojas, sería de unos dos mil y probablemente más. Y ellos dicen que hay más en camino.

Sigue un párrafo de difícil comprensión, dada la sequedad y a veces la incorrección del lenguaje de P. B.:

«No quiero especular en esta información acerca de cómo fue el contacto inicial del gobierno, qué fue lo que se supo, ni cuántos lograron escapar. Los alienígenas han comunicado su punto de vista y si fuese cierto, en verdad que no sería tragable.»

«He omitido muchos detalles para una futura discusión si se desea, pero lo importante es lo dicho.

«Estos son datos muy valiosos:

Es muy importante saber que los alienígenas no permitirán que nadie (terrícola) salga (de la base) sin un implante (en el cerebro) y cuando estén convencidos de que se han olvidado de todo. Simplemente, no lo permitirán. Todo parece indicar que no puede haber lenguaje ni comunicación sin un implante. Con excepción del código binario y la computadora. Esto es una posible amenaza para todos aquellos que sean del ejército, de la Fuerza Aérea o quien quiera que haya estado en la base. De todas maneras, nadie podrá recordar que le pusieron un implante.

«La razón para el implante es múltiple: para el lenguaje y la comunicación por el pensamiento —parece que no hay barreras en este tipo de comunicación y lenguaje— y también para el control absoluto (del humano) por parte del alienígena con miras al programa general a través de sus «rayos de ondas» o contacto directo.

« Yo he investigado esto y encontré que durante la programación la persona se vuelve enteramente como un alienígena; una vez que uno aprende a reconocer los signos y la persona, ya no tiene recuerdo de la conversación o del acto que sigue. Si esto le ha pasado a algunos militares no tengo que en/atizar las posibles consecuencias. El «botoncito» de la victima puede ser apretado en cualquier momento y en un instante se convierte en una cámara filmadora o en un micrófono si así lo desean ellos. Con estos métodos no hay nada por secreto que sea en los Estados Unidos que no pueda ser conocido por ellos. Sin embargo, las cicatrices (que dejan los implantes), a pesar de que están muy disimuladas, pueden ser vistas, todas están exactamente colocadas en el mismo sitio, y todas son accesibles por rayos X.

Hay que notar también que todos los alienígenas —«humanos» y humanoides— tienen implantes. Sin ellos parece que no es posible la comunicación. Por eso uno puede decir de una manera general que si una persona dice que se comunica con el pensamiento con un extraterrestre, muy

probablemente ha sido «implantado». Estos individuos suelen decir que son muy «psíquicos» y estar dispuestos a probarlo. Además, a través del trasplante, el humano recibe información del alienígena y no se da cuenta de ello.

Muy importante: el alienígena exhibirá tendencia a usar una mala lógica (mala si la comparamos con la nuestra terrena), de manera que ellos no son infalibles.» En realidad, ellos dan la impresión de cometer más errores y de tener más debilidades que el normal «Homo Sapiens». Para el alienígena, la mente es clave, y eso constituye una gran debilidad de ellos que discutiremos más adelante.

No hay que fiarse de ellos. Pienso que si tuviésemos a alguno de ellos por amigo y nos viésemos en alguna dificultad y lo llamásemos para que nos ayudase contra un enemigo, el amigo se pondría en seguida del lado de nuestro enemigo. La computadora indica que en la Tierra en general nadie, ni siquiera los rusos o cualesquiera otros por el estilo, tienen esa tendencia. Ello nos lleva a deducir el peligro que hay en hacer ningún tipo de trato con estos alienígenas, por lo menos con los de esta especie.

Los alienígenas, generalmente usan «el rayo» para matar. Su efecto en el humano es un circulo púrpura de unos tres a cuatro cm. Si es hecho desde atrás se notará en una o en las dos espaldas. En el ganado es lo mismo, mostrando un color púrpura debajo de la piel con círculos quemados en el interior.

Las mutilaciones de ganado son la otra parte de la moneda y no trataré de ellas aquí, aunque son una parte del total. Parece que los humanoides (fabricados por los extraterrestres) son alimentados con una fórmula hecha con material humano o extraído del ganado o por una mezcla de ambos y son construidos con el mismo material por empalme de genes y el óvulo de alguna hembra humana víctima de una abducción. Los alienígenas le llaman al embrión resultante un «órgano». El tiempo de gestación hasta su desarrollo total, cuando ya podrá ser usado para que trabaje, es aproximadamente de un año. Un año de ellos que no sé bien cuánto es.

Solución: Dudo que haya una «cura» inmediata y total para todo esto. Sin embargo, sí pienso que hay que pararlos y tenemos que salir de este círculo vicioso antes de que sea demasiado tarde. La realidad es que cada noche ellos agarran y «cortan» —como ellos dicen— a mucha gente. Y cada uno de estos «implantados» está listo para que en cualquier momento le aprieten el botón. No sé si todos los implantes son eficaces o no, pero lo que sí creo es que en los Estados Unidos hay por lo menos 300.000 implantados y no menos de dos millones en todo el mundo.

ARMAS Y DEBILIDADES INHERENTES DE LOS ALIENÍGENAS

El armamento es otra cosa clave en el momento presente de ¡os alienígenas y creo que nosotros podemos preparar un arma efectiva contra ellos. Al principio uno suele pensar —a mí me pasó— cuando ve sus aparatos: Contra esto no hay arma ni defensa posible. Uno se queda abrumado ante su velocidad, su capacidad de hacerse invisibles o de «cubrirse» y otras capacidades que no voy a discutir ahora. En particular sus armas de rayos son una amenaza directa y obviamente hay que tenerla en cuenta muy seriamente, pero tampoco sobreestimarla.

Veamos en qué consiste este arma. Es un instrumento electrostático con voltajes generadores de plasma. Tiene un mecanismo de almacenamiento interno y es «pulse powered». El rayo, totalmente efectivo en la atmósfera, puede ser cargado con hidrógeno o con oxígeno.

¿Alcance? Por lo general, las armas que usan en la tierra tienen un alcance máximo de 2 km. si el tiempo está seco y pueden repetir con toda potencia muchos disparos. Tienen fugas constantemente y por eso hay que recargarlas periódicamente. Si está lloviendo el arma se vuelve inservible…

En los discos y platillos el arma está generalmente en la parte izquierda en lo alto, y tiene un alcance máximo de 200 m… Dispara en los dos sentidos opuestos al mismo tiempo.

¿Razón? Debido a su manera y método de vuelo. Si no se mantiene el equilibrio el platillo comenzaría a girar.

¿Armas de mano? Un estimado hecho a base del daño que han causado nos dice que no tienen mucha velocidad ni un poder mantenido, como no sea a corta distancia. Pueden ser mortales, pero no más que una 45 automática. A la distancia de un metro la temperatura del rayo es de 1.600 grados F. o más. Puede vaporizar el metal. Aparentemente los discos y las armas operan con una energía almacenada en alguna parte. Con el tiempo, si no se recargan, ésta energía se consume. El modelo que nos dieron en intercambio era por lo menos treinta años viejo y empleaba energía atómica.

Posiblemente los alienígenas tienen todavía algunos porque la duración de su energía almacenada es mucho mayor.

VULNERABILIDAD DE NUESTROS HELICÓPTEROS Y AVIONES

Cualquiera de nuestros aviones, helicópteros, misiles o aparatos volantes puede ser derribado instantáneamente sin que haya que usar armas. Los alienígenas no tienen más que hacer un pase invisible y su onda en arco o su pantalla o ambas harán que el vehículo se precipite a tierra. El piloto ni se enterará de qué fue lo que lo derribó.

Para los humanos, en tierra, el alienígena puede usar otras armas o la onda de arco. El «partial pressure envelope» puede golpear con la fuerza de un tornado. Sin embargo, en el aire prefieren no golpear el aparato físicamente, porque ellos también son frágiles y de hecho cuando vuelan lentamente en nuestra atmósfera están en unas condiciones muy precarias. Sin fuerzas, balance o equilibrio, fácilmente pueden perderse.

Resumiendo, éstas son sus capacidades aparentes observadas a través de la comunicación con la computadora y en observación directa.

¿QUE PODEMOS HACER?

1. Debido al aparente sistema lógico de los alienígenas —porque dan la impresión de estar regidos por un sistema lógico—, no se puede tomar una decisión clave sin tener más datos. Todos estamos bajo el control de lo que ellos llaman «El Guardián». Pero parece que esto no es la última palabra. Debido a esto y dependiendo de Ia urgencia de las decisiones, a veces hay que esperar hasta doce o quince horas hasta que llega la decisión final. En circunstancias de guerra, esta espera puede ser muy ventajosa para nosotros, aunque no lo sé fijo.

Debido a este control (externo a que están sometidos los individuos) están muy limitados en cuanto a hacer decisiones instantáneas. Cuando las cosas no salen como fueron planeadas, aunque sea ligeramente, se llenan de confusión. En circunstancias así, los humanoides (fabricados por ellos) muy posiblemente serán los primeros en «rajarse» y salir corriendo.

Interrumpo aquí el Informe de Bennewitz para contarle al lector un suceso que confirma totalmente lo que éste está diciendo. Sucedió en Madison, Estado de Montana, en el otoño de 1976.

Habían estado ocurriendo muertes inexplicables de reses en una región bastante inaccesible y muchos rancheros decían que se habían estado viendo unos extraños helicópteros, silenciosos y sin números ni letras, que lanzaban hacia abajo unos potentes haces de luz.

Por aquellos días un cazador del pueblo de Bozeman, en aquella misma región, estaba cazando por la tarde cerca de un pueblo llamado Norris, en la llamada «Montaña Roja». Cuando estaba acercándose a la cima de una colina vio pasar a uno de estos helicópteros muy bajito que le dio la impresión de que se iba a posar en lo alto. Entonces apretó el paso hacia la cima, pues le gustaría hablar con los militares que lo pilotaban.

Efectivamente, el helicóptero se había posado en la otra ladera, y de él descendieron siete individuos que comenzaron a ascender hacia lo alto de la colina en donde él se encontraba. El les hizo señas al mismo tiempo que avanzaba hacia ellos. Le llamó la atención que todos parecían tener ojos rasgados como los orientales. Como ya estaban bastante cerca, los oyó charlar entre ellos en un lenguaje muy raro. También le extrañó que no vestían uniformes, sino trajes civiles.

Cuando lo vieron a él que les saludaba, y avanzaba hacia ellos se pararon como no sabiendo qué hacer. A los pocos instantes se dieron todos la vuelta y comenzaron a caminar hacia el helicóptero. El cazador, creyendo que se le iban, apretó el paso y comenzó a llamarlos. Ellos avivaron también el paso y de repente sucedió algo que está totalmente de acuerdo con lo que nos dice Bennewitz: como a una orden, salieron todos disparados en una alocada carrera hacia el helicóptero. Se montaron apresuradamente y se fueron.

A juzgar por lo que nos dice Bennewitz y por algún otro informe parecido proveniente de Inglaterra, los «orientales» eran androides fabricados por los EBEs y utilizados para estos menesteres de capturar reses. Y a lo que parece, muchos de los famosos «hombres de negro» son este mismo tipo de criaturas fabricadas, con un color de piel aceitunado aunque a veces se hayan visto tipos demacrados y de piel muy pálida.

Continuemos con el informe de Paul Bennewitz:

Lo mismo sucede con su «Plan Principal Misionero», si es que se puede llamar así. Si se fuerza fuera de contexto puede desintegrarse. Quedarían expuestos ante el mundo y posiblemente huirían antes de luchar abiertamente. Ciertamente ellos no quieren que tal cosa suceda.

Psicológicamente, en la actualidad, su moral está en un punto bajo y cerca de la desintegración. Hay muchas disputas entre los mandos, incluso con los mismos humanoides. La comunicación con ellos puede acrecentar esto, básicamente debido a su vulnerabilidad interna y a las sospechas entre ellos (traducción dudosa); esto es una gran debilidad suya. La confianza de cada individuo en sus superiores y subalternos no se echa de ver por ninguna parte, de modo que todos sospechan de todos. Hay muchos escalones y diferencias sociales Uno de la clase baja no se atreverá a enfrentarse a otro de rango medio o más alto porque ello significa la muerte. La muerte, para los humanoides, significa la desprogramación o quizá, finalmente, la muerte física.

Dan la impresión de estar completamente orientados hacia la muerte y, debido a ello, orientados igualmente al miedo a la muerte. La computadora también da indicaciones de que puede ser que tengan una (traducción dudosa) programación adversa o «programación de tierra».

2. La mayor parte de sus naves, si no todas, funcionan por baterías (o energía almacenada). Esta fuente de energía se descarga y, dependiendo de su tamaño, esta descarga puede acontecer para algunas después de una semana. Las naves se pueden cargar unas a otras, pero sólo hasta que sus cargas estén equilibradas. Esto lo hacen por medio de una especie de antenas y ¡a carga se distribuye ateniéndose a las leyes de la energía. Se pueden recargar de (nuestras) líneas de conducción eléctrica, pero sólo hasta cierto punto, de modo que su tiempo de vuelo está limitado. Si no pueden recargarse creo que todas las naves tendrán que bajar a tierra en el plazo de unos seis meses a un año, a no ser que puedan ser transportadas a su nave nodriza de la que salieron.

Los discos y los platillos por lo general no pueden volar en el espacio (exterior) debido a su método de propulsión. Por ello, separados de su base no es creíble que puedan sobrevivir. Su capacidad de acumular energía (para volar) es superior a su capacidad para almacenar alimento. Si no logran obtener alimento en un determinado tiempo se debilitan y mueren.

En el caso de Archuleta Mesa (la base de Dulce), dependen del río Navajo para el suministro de agua y el agua es para ellos la vida. Sin agua no tienen energía, y sin energía no pueden tener oxígeno ni hidrógeno para sus naves. Sin agua no pueden alimentar los «órganos» ni elaborar la fórmula con la que se alimentan.

Hasta aquí las noticias que nos da Bennewitz sobre lo que él pacientemente pudo ir sabiendo de los grises mediante largas horas de escucha de sus conversaciones.

En los párrafos siguientes se enfrasca en la descripción de todo un plan militar para salir de ellos. He dudado mucho si traducirlo, porque da la impresión de ser la obra de un paranoico que juega con sus ideas y hace toda suerte de castillos en el aire, basado únicamente en sus fantasmas mentales.

Sin embargo, entreverados con sus estrategias hay datos muy interesantes para un verdadero investigador del fenómeno que hacen pensar que, fantástico y todo, está uno ante una realidad que supera nuestra capacidad de imaginación. Y por otro lado, pienso que si he llegado hasta aquí, dándole una gran parte de crédito a Bennewitz, sería ilógico que interrumpiese abruptamente todo lo que él se tomó tanto trabajo en comunicarnos.

He aquí, por tanto, el resto del comunicado de Bennewitz a las autoridades de su país.

«¿Simple? No, realmente. Sin embargo, hay una entrada de agua (en la base de Dulce) y una presa más arriba de modo que el agua se les puede cortar por completo, enviándola hacia Chama. Si esto se hiciese, por lo menos tres de las bases internas se colapsarían. Probablemente podrían usar energía nuclear, pero de todas maneras tendrían problemas al no tener manera de enfriarla.

Cuando les pongamos una fuerte presión a las bases, todos los discos no tendrán más remedio que salir de ellas y volar. Entonces nuestras tropas de tierra podrían avanzar y tomar posesión hasta cierto punto. El terreno es áspero.

3. Nosotros necesitamos un arma que preferible mente no sea como las de los alienígenas. Creo que si no son cogidos por sorpresa no obtendremos buenos resulta dos. Con sus defensas cerradas (traducción dudosa), sus armas están inactivas, de modo que serían como niños boxeando con almohadas. Nuestra arma debe poder penetrar sus defensas y poder penetrar el suelo (la tierra).

Creo que yo tengo tal arma. He construido dos prototipos pequeños en mi compañía. Las pruebas que se han hecho hasta ahora indican que funcionan y bastante bien, teniendo en cuenta su pequeño tamaño. No explicaré aquí su funcionamiento debido a que todavía está en trámite una patente.

Sin embargo, aun siendo tan pequeñas, parecen lograr dos cosas:

Los discos, cuando están a su alcance, se empiezan a descargar. Este efecto lo he podido observar en sus instrumentos de detección, cuando están sometidos a una pequeña descarga (de mi arma).

Esta descarga de los discos (usando mi pequeña arma) es lenta, pero con un arma de mayor potencia esta velocidad de descarga se aceleraría notablemente.

4. Una cosa muy importante es que este arma puede penetrar sus defensas: cascos, aleaciones, cualquier cosa.

No se pueden defender de ella de ninguna manera. Además, debido a los implantes (cerebrales) que tienen, el rayo que produce el arma los afecta mentalmente: pierden la capacidad de juzgar y se nota en ellos una confusión casi instantánea, sobre todo en los humanoides.

Pienso, en este momento todavía temprano de la investigación, que cuando hayamos desarrollado un arma de mayor potencia seremos capaces de derribar aeronaves a una considerable distancia. Y como sus armas funcionan como sus naves, es decir, por baterías, pienso que podremos descargar su fuente de energía rápidamente.

El alcance de mi arma es superior al de las de ellos y pienso que cuando esté desarrollada totalmente podrá ser controlada por computadora, de modo que encuentre rápidamente a su blanco y lo persiga de una manera automática… Es un arma de rayos y aún en este estado primario de investigación ya es superior a las de ellos.

5. La logística podría ser la siguiente, implementada de una manera secuencial…

El ataque tendría que hacerse casi enteramente en tierra, por razones obvias. Los que conocen las capacidades de los alienígenas sabrán que en seguida tendríamos problemas con la ignición de nuestros vehículos. Esto es cierto; sin embargo, la razón de esto no es ningún misterio y conocemos las leyes físicas en que se basa. He estudiado este problema y sé cómo solucionarlo, pero ahora no lo expondré aquí. Todo el sistema eléctrico tiene que ser «fortalecido» usando unas técnicas específicas. En este repone sólo presento ciertos aspectos de nuestra estrategia, porque los alienígenas tienen métodos de detectar los planes de antemano.

En mi larga interacción y comunicación con ellos he probado y experimentado esta capacidad de espiarse y de haber abortar los planes mutuos… (Continúan ciertos planes para la construcción del arma.)

FASES ESPECIFICAS DEL ATAQUE

El primer paso sería cerrar las esclusas de la presa de río Navajo, que permanecerían cerradas durante la operación. Dentro de la primera base subterránea hay una pequeña presa para almacenamiento de agua, pero tiene poca capacidad. Hay una salida de las aguas que habría que cerrar, con lo cual causaríamos que el agua usada se les quedase dentro. Creo que ellos absorben del rio electrónicamente el agua, y mediante el arma actuando desde cerca esto ya no lo podrían hacer.

Una vez privados totalmente de agua por un período de cuatro semanas, la vida se les haría muy difícil en las bases. En los alienígenas será extremadamente efectivo un «shock» psicológico. Nos podemos aprovechar de una acción instantánea o planificada deliberadamente contra las normas. Creo que tomaremos por lo menos tres bases.

Si ellos siguen sus normas de acción tal como han hecho en otras ocasiones cuando han estado presionados, enviarán al aire todas sus naves.

Antes de cortarles totalmente el agua habrá que desplegar el arma en lugares estratégicos muy bien defendidos y activarlas de una manera coordinada y bien planificada de antemano.

Esto disminuirá en seguida la energía de las naves que estén volando y el poder de las armas que tienen colocadas alrededor de sus bases.

Debido al funcionamiento de la mente de los alienígenas, se pueden hacer muchas cosas abiertamente, sin ocultarse y sin mantenerlas en secreto. Mucho de lo que se hace puede ser para despistar. (Parece que se refiere a los alienígenas.) Normalmente, ellos hostigarán, pero no atacarán abiertamente.

Antes y durante toda esta operación el lazo de unión con ellos mediante la computadora se mantendrá funcionando para seguir obteniendo de ellos respuestas.

En algún momento, dependiendo de cómo vaya la batalla, habrá que comenzar el despliegue de fuerza. Habrá que hacerlo de una manera casi instantánea y de cierta forma que se discutirá aparte.

El sistema de armas tiene que mantenerse cargado durante toda fa operación. Así lograremos que los discos no puedan bajar a tierra.

Cuando el arma sea usada de una manera específica, además de la descarga continua de los discos que estén en el aire y de las armas de tierra, el personal que esté en las bases subterráneas sufrirá una gran confusión mental. Después de cuatro semanas o menos, todas las armas estarán completamente descargadas y no tendrán energía en las bases.

La mayor parte del personal estará completamente imposibilitado. No tendrán fórmula para alimentarse y su capacidad para pensar estará liquidada. Todos los embriones que tienen estarán muertos y las reservas de oxígeno e hidrógeno, agotadas.

Basados en lo que hemos experimentado con las armas pequeñas (ya fabricadas) unas armas mayores no tendrán problema alguno para paralizar a los discos. En ciertos casos, algunos caerán en las primeras cuarenta y ocho horas sin necesidad de que se les haga ningún disparo.

Entonces podrán entrar en juego las armas convencionales.

El sistema de comunicaciones (con ellos) debe continuarse para saber cómo ¡es van ¡as cosas y, ya cerca del final, para instarlos a que se rindan. Si no hay res puesta, entonces simplemente cerraremos la comunicación y esperaremos los resultados.

SUMARIO

Es importante saber que desde un principio la comunicación con los alienígenas no se estableció sólo como un medio de comunicarse con ellos o como un juego, sino que deliberadamente se hizo como un medio para estudiar en profundidad y a largo plazo sus fuertes y sus flacos, sin tener una confrontación física.

La teoría del arma desarrollada fue hecha teniendo en cuenta sus dos debilidades clave que habíamos descubierto.

Este proyecto realizado a mis expensas ha sido costoso —más de 200.000 dólares—, hecho únicamente por amor a mi patria y de la mejor manera posible.

(Este párrafo es confuso por estar mal redactado por Benewitz). La principal área descubierta y más débil (de su psiquismo) que ha sido probada, es su mente. Este es su fuerte y su flaco. Su meta es el control de la mente, pero esto se convierte en su debilidad. Y esto no sólo su cede en los mandos, sino también en los humanoides.

Yo he encontrado que manipulados, por el contrario, psicológicamente y mediante el lenguaje de la computadora, y más aún con la distorsión e incapacidad que les produce el arma (esta inclinación suya por lo mental) se convierte para ellos en un desastre y en una gran debilidad.

Aunque sus naves son estupendas, sin embargo, también son débiles, debido al método y al único modo que tienen de volar. No tienen una plataforma estable para luchar. Su sistema de almacenamiento de energía es también vulnerable. Nuestra arma, aun en su estado actual, puede descargarlos.

No pretendo decir con este reporte que todo el problema se solucionará con la captura de sus bases. Obvia mente, no, pero será un buen comienzo que nos dejará bien colocados para futuras acciones.

Tampoco quiero decir que los alienígenas no van a luchar. Lo harán posiblemente, pero su tendencia es ordinariamente la contraria. Esto es algo fundamental. Sin ello su «misión» está en peligro. Nótese que éstas no son las únicas bases en la Tierra; hay otras. Usando cálculos normales en logística, no es irreal decir que hay alrededor de 50.000 alienígenas (de este tipo) dentro de la ecosfera terrestre y en el espacio inmediato.

Es natural que en esta empresa van a perecer algunos humanos, esto es lógico. Sin embargo, si lo hacemos ahora, tenemos una ventaja, además de que podemos preparar una tecnología más avanzada para la próxima operación.

La clave para el éxito final es que ellos respetan absolutamente la fuerza. Y con ellos el método más eficaz es hostigar continuamente sus defensas sin darles tregua. Cuando se vean expulsados de su base que les ha costado tantos años construir, es lógico pensar que su misión se verá grandemente debilitada.

En este trance particular, como norteamericanos, tenemos que caer en la cuenta de que no podemos hacer mucho ‘caso de nuestros principios morales para encontrar una respuesta. La negociación está descartada. Con este grupo en particular sólo se puede tratar lo mismo que se trata con un perro rabioso. Es el único método que entienden. Han invadido nuestro país y nuestro espacio y han violado libremente la integridad mental y personal de nuestra gente. Por tanto, al eliminar esta amenaza no se nos puede llamar «agresores», puesto que hemos sido literalmente invadidos.

Finalmente: Conclusión.

No podemos fiarnos de ellos bajo ninguna circunstancia.

Son completamente mentirosos e inclinados hacia la muerte y no tienen respeto moral por la vida humana.

No habrá que hacer con ellos negociación, trato ni compromiso de paz de ninguna manera.

Ellos no respetarían pacto ni compromiso alguno aunque, intentasen hacernos creer lo contrario.

No habrá que concederles tregua alguna bajo ninguna circunstancia.

En cuanto se empiece la ofensiva hay que llevarla hasta el final. Si no lo hacemos así, ellos iniciarán en seguida una ofensiva. Tienen una orden permanente, en caso de que la nave les falle, de bajar a tierra y destruirse a sí mismos o de abandonar el planeta inmediatamente (en caso de que lo puedan hacer). No se les puede dar ninguna vía de escape.

Nota de última hora: El temor que manifestamos en la pág. 136 acerca de que el Dr. Bennewitz sufriese algún atentado, ya se ha cumplido. Actualmente la CIA y la NSA ya no usan medios violentos para acallar a alguien. PB ha sido sometido a un proceso de manipulación mental (en los que la CIA es maestra) que lo ha destruido anímicamente.

En el verano de 1989 trascendió la noticia de que la CIA, conocedora de las investigaciones de PB, había interferido sus computadoras haciéndole creer que se estaba comunicando con los EBEs y suministrándole datos falsos. La noticia fue divulgada por un individuo de personalidad psicopática, a sueldo de la CIA, con el objeto de desprestigiar a PB.

Según los datos que poseo, la CIA efectivamente interfirió las comunicaciones del Dr. Bennewitz y le dio pistas falsas, para desprestigiar de raíz, una vez que se conociesen los hechos, todo lo mucho que él había averiguado. Pero además de eso, lo sometió a un proceso de bombardeo mental con ondas de muy baja frecuencia para callarlo definitivamente y convertirlo en la persona retraída que es en la actualidad.

Un caso más de encubrimiento criminal del que son culpables las autoridades de EE.UU..

Información Complementaria: Project Beta

Apéndice I

Apéndice I
MEMORÁNDUM AL GENERAL EISENHOWER

Asunto: Operación Majestic-12.

Información preliminar para el presidente electo Eisenhower.

Documento preparado el 18 de noviembre de 1952.
Oficial informador: Almirante Roscoe H. Hillenkoetter (mu-1).

Nota: Este documento ha sido preparado como una información preliminar solamente. Tiene que considerarse como introductorio a otro más completo que vendrá posteriormente.

* *

MAJESTIC-12. Es una operación de investigación y desarrollo de la inteligencia militar que únicamente depende y rendirá cuentas al presidente de los Estados Unidos. Todas las actividades de este proyecto se llevan a cabo bajo el control del grupo Majestic-12 (Majic-12), el cual fue establecido por el presidente Truman por una orden especial ejecutiva y secreta el 24 de septiembre de 1947, con la recomendación del doctor Vannevar Bush y el ministro James Forrestal (véase adjunto «A»).

Los miembros designados de Majestic-12 fueron los siguientes:

Alm. Roscoe H. Hillenkoetter

Dr. Vannevar Bush

Min. James V. Forrestal *

Gen. Nathan F. Twining

Gen. Hout S. Vandenberg

Dr. Detlev Bronk

Dr. Jerome Hunsaker

Sr. Sidney W. Souers

Sr. Gordon Gray

Dr. Donald Menzel

Gen. Robert M. Montague

Dr. Lloyd V. Berkner

La muerte del ministro Forrestal el 22 de mayo de 1949, creó una vacante que estuvo sin llenar hasta el 1 de agosto de 1950. en cuya fecha fue designado el general Walter B. Smith como miembro permanente.

El 24 de junio de 1947, un piloto civil que volaba sobre las Cascade Mountains, en el Estado de Washington, observó nueve aparatos volantes en forma de disco que se movían a gran velocidad en formación. Aunque no era la primera vez que se veían tales objetos, éstos fueron los primeros en adquirir notoriedad, por haber sido informado en los medios públicos de comunicación.

A continuación siguieron cientos de informes acerca de avistamientos semejantes, de los cuales muchos provenían de fuentes civiles y militares de alta credibilidad. En virtud de estos informes varias agencias militares, independientemente, trataron de averiguar la naturaleza y los propósitos de estos objetos, teniendo en cuenta la Seguridad Nacional. Se entrevistó a un buen número de testigos y hubo varios intentos fallidos de perseguir a estos objetos en vuelo utilizando nuestros aviones. La reacción popular en algunas ocasiones fue casi de histerismo.

A pesar de estos esfuerzos, poco fue lo que se pudo saber acerca de tales objetos hasta que un ranchero dio la información de que uno de ellos se había estrellado en una remota región de Nuevo México que está aproximadamente 75 millas al Noroeste de la Base Aérea de Roswell (ahora Base Walker).

El 7 de julio de 1947 se comenzó una operación secreta para la recuperación de los restos de este aparato con el objeto de estudiarlo científicamente. Durante el curso de esta operación, un reconocimiento aéreo descubrió que cuatro seres parecidos a los humanos habían aparentemente salido despedidos del aparato momentos antes de que éste estallase. Estaban en tierra, a unas dos millas al Este de donde estaban los restos del aparato.

Los cuatro estaban muertos y malamente descompuestos, debido a la acción de los (animales) depredadores y a los elementos en la semana que poco más o menos había transcurrido desde que se habían estrellado. Un equipo especial de científicos se hizo cargo de la tarea de recoger los cuerpos para su estudio (ver Adj. «C»). Los restos del aparato fueron llevados a diferentes partes (ver Adj. «B»). Los testigos civiles y militares fueron interrogados y a los periodistas se les dijo, para salvar las apariencias, que se trataba de un balón de investigación de las condiciones climatológicas.

Un estudio analítico del suceso, organizado por el general Twining y el doctor Bush bajo las órdenes directas del presidente, dio como resultado un consenso preliminar (19 de Sept. 1947) de que probablemente el disco era un aparato de reconocimiento de corto alcance. Esta conclusión estaba basada en el hecho de que el disco era de pequeñas dimensiones y aparentemente no tenía provisiones (ver Adj. «D».) Un análisis similar de los cuatro cadáveres fue hecho por el doctor Bronk.

La conclusión previa de este grupo fue que (30 nov. 1947), aunque las criaturas se parecen a los humanos, los proyectos evolutivos y biológicos causantes de su desarrollo aparentemente son muy diferentes de los del «Homo Sapiens». El equipo del doctor Bronk ha sugerido para ellos el término «Entidades Biológicos Extraterrestres», o «EBEs», que deberá ser adoptado como la palabra clave de referencia para estas criaturas hasta que nos pongamos de acuerdo en otro término más definitivo.

Puesto que es virtualmente cierto que estos aparatos no proceden de ningún país de la Tierra, hemos discutido mucho sobre su punto de origen y de qué manera pueden llegar hasta nosotros. Marte es una posibilidad, aunque algunos científicos, sobre todo el doctor Menzel, consideran que se trata de seres que provienen de otro sistema solar.

Entre los restos del aparato se encontraron muchas formas de escritura. Todos los esfuerzos para descifrarlas han resultado inútiles (ver Adj. «E»). Igualmente infructuosos han sido los esfuerzos hechos por conocer el método de propulsión y la naturaleza de su fuente de energía. Esto se ha complicado aún más al no tener el aparato alas, hélices, tubos de propulsión o escape y otros métodos convencionales para guiar o impulsar una nave, lo mismo que una falta total de alambres metálicos, tubos de vació u otros componentes electrónicos reconocibles (ver Adj. «F»). Se cree que fa unidad de propulsión fue completamente destruida por la explosión que causó la caída.

La necesidad de tener toda la información posible sobre estos aparatos, sus capacidades, características y propósitos llevó (a los miembros del MJ-I2) a instituir el «Proyecto SIGN» en diciembre de 1947. Con el objeto de proteger la seguridad (o el secreto), la unión entre SIGN y MJ-12 se limitó a dos personas dentro de la División de Inteligencia del Comando de Material Aéreo, cuya misión era pasar cierto tipo de información a través de los canales debidos. En diciembre de 1948, el Proyecto SIGN se convirtió en el Proyecto GRUDGE. En la actualidad la operación se lleva a cabo bajo el nombre de Proyecto Blue Book, que tiene unión con el oficial de la Fuerza Aérea que es el jefe del proyecto.

El 6 de diciembre de 1950, un segundo objeto, probablemente del mismo origen, se impactó en la tierra a gran velocidad en el área de El Indio Guerrero, en la frontera de Texas con México, después de seguir una larga trayectoria (de caída) en la atmósfera. Cuando llegó el equipo de búsqueda, lo que quedaba del objeto estaba casi totalmente incinerado. El material que se pudo recoger fue llevado para su estudio a la Base AEC de Sandia, en Nuevo México.

Como los motivos y las últimas intenciones de estos visitantes siguen todavía sin conocerse, la Seguridad Nacional continúa todavía interesada en todo el asunto. Además, como la actividad exploratoria o vigilante de estos aparatos se ha incrementado grandemente a partir de mayo y a través de todo el otoño de este año, se piensa que esto significa que pronto habrá nuevos acontecimientos.

Debido a estas razones, lo mismo que a consideraciones de índole internacional y tecnológicas y a la necesidad de evitar a toda costa un pánico general, el Grupo Majestic-12 unánimemente cree que las precauciones más estrictas de seguridad (es decir, del secreto total) deben continuar ininterrumpidamente bajo la próxima administración. Al mismo tiempo el «plan de contingencia» MJ-1949-04P/78 (Top Secret. Eyes only) se debe mantener siempre listo para en caso de que se presentase la necesidad de hacer un comunicado para el público (ver Adj. «G»).

(Siguen la enumeración de los ocho adjuntos al documento, ninguno de los cuales ha llegado a nosotros. Se conserva el Adj. «A», pero no se puede leer nada porque está completamente censurado.)

Hasta aquí la traducción del Memorándum presentado al general Eisenhower.

Es muy de notar el último párrafo del documento, en el que, con términos muy formales y muy de las «dignísimas autoridades», se dice de una manera velada que hay que mantener siempre lista la gran mentira para engañar al pueblo, en caso de que éste exija conocer toda la verdad.

Nota: La autenticidad de este documento está siendo discutida. Lo hemos trascrito por parecernos que tiene muchas posibilidades de ser auténtico.

La amenaza extraterrestre

ESTE LIBRO ES UN GRITO DE PROTESTA:

CONTRA LOS GRANDES POLÍTICOS FARSANTES DEL MUNDO ENTERO QUE CÍNICAMENTE HAN ENGAÑADO A SUS PUEBLOS, OCULTÁNDOLES LA VISITA DE SERES DE OTROS MUNDOS.

CONTRA LA MICROCEFALIA Y LA PARANOIA BELICISTA DE LOS «PENTÁGONOS» DE TODOS LOS PAÍSES, VERDADEROS ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD.

CONTRA LA ESTUPIDEZ O LA TRAICIÓN DE LA CIENCIA OFICIAL QUE HA SIDO ENGAÑADA O SE HA PUESTO INCONDICIONALMENTE AL SERVICIO DEL ENCUBRIMIENTO DE LOS POLÍTICOS O DE LA VIOLENCIA DE LOS MILITARES.

Y CONTRA LOS «ILLUMINATI» DE TODOS LOS TIPOS QUE DESDE LAS SOMBRAS MUEVEN LOS HILOS QUE RÁPIDAMENTE ESTÁN CONVIRTIENDO EN UN INFIERNO A ESTE DESVENTURADO PLANETA NUESTRO.

PARADÓJICAMENTE, ESTE LIBRO NO ES DERROTISTA.

EL AUTOR CREE FIRMEMENTE QUE A PESAR DE LOS GRANDES MALES QUE EN EL SE DENUNCIAN, TODAVÍA HAY ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD PERO SÓLO SI DESPIERTA DEL SUEÑO EN QUE LA TIENEN SUMIDA LOS QUE MAL-GOBIERNAN EL MUNDO.

Índice

Introducción 

Capítulo – Los militares se rebelan

Capítulo – Los jueces también se rebelan 

Capítulo – Los presidentes de EE.UU. y los ovnis 

Capítulo – Los juegos de los ovnis con los aviones

Capítulo – Las experiencias genéticas de los extraterrestres

Capítulo – EBEs vivos y EBEs muertos

Capítulo – Estrellamientos de ovnis

Capitulo – Aztec – Cómo mienten las autoridades

Capítulo – Se destapa el secreto

Capítulo – Taxonomía y anatomía de los EBEs

Capítulo – La terrible verdad

Capítulo – ¿Acarreados?

Capítulo – La invasión solapada

Apéndice – Memorándum al general Eisenhower

Apéndice – Paul Bennewitz

Apéndice – Proyectos del gobierno de USA relacionados con ovnis

Apéndice – Acusación pública de J. Lear y W. Cooper a su gobierno

Apéndice – El Popol Vuh y los EBEs

Apéndice – Los extraterrestres «buenos»

Apéndice – Experiencias genéticas en Mirassol (Brasil)

Apéndice – Extraterrestres y Sociedades Secretas

Apéndice – Resumen de Valdamar Valerian

Reflexión final

INTRODUCCIÓN

Reconozco que este libro es atrevido, y aún antes de nacer ya ha merecido la sonrisa de los científicos invertebrados y la excomunión de los «ufólogos serios».

Hablar de los tripulantes de los ovnis o EBEs (Entidades Biológicas Extraterrestres, tal como oficiosamente les ha llamado el Gobierno de los Estados Unidos) con la decisión y la claridad con que en él se habla, es caer automáticamente en anatema.

Pero con anatema y todo, yo voy a atreverme a exponerle al lector ciertas realidades interesantísimas que la feroz censura gubernamental y militar —en los Estados Unidos— y el borreguismo obtuso y facilitón de los grandes medios de comunicación —en España— no se atreve a presentar, estafándonos en cierta manera al privarnos de conocer unas realidades que tienen mucha mayor trascendencia que las mentiras de los políticos y las horteradas de las «estrellas» con que a diario llenan sus columnas o sus noticiarios.

El fenómeno ovni ha llegado a su mayoría de edad y tal como venimos diciendo desde hace ya bastantes años, tiene unas implicaciones mucho mayores de lo que a simple vista parece, y es en la actualidad el desafío más importante que en la raza humana tiene planteado, si dejamos a un lado el ciego instinto suicida de nuestra sociedad.

Esta tendencia a la autodestrucción se debe al precario grado de evolución de las grandes masas y a la desmesurada ambición de una minoría de «iluminados» — peligrosísimos enfermos mentales— que quieren dominar el planeta, convirtiendo al resto de los seres humanos en esclavos de su enfermiza pasión por el mando.

El fenómeno ovni tiene que ver no sólo con la manipulación de que somos víctimas por parte de seres inteligentes no humanos —extraterrestres o no— sino que además en el fondo, está relacionado con los enormes cambios sociales, políticos, económicos y religiosos que estamos observando en nuestros días. Algunos de estos cambios habían sido predichos exactamente por los que en el mundo ovnístico se llaman «contactados».

Algunos de los documentos transcritos en este libro y aducidos como prueba han sido declarados no auténticos por ciertos investigadores. Nosotros, tras haberlo pensado mucho, creemos que la mayoría son auténticos, Y aunque algunos no lo fuesen, ello no quitaría nada de fuerza a la tremenda verdad que se expone a lo largo de todas estas páginas y que tiene tres vertientes a cual más inquietante:

La presencia en nuestro planeta de seres inteligentes no humanos que interfieren negativamente en la marcha de la historia sin que la mayoría de los mortales se den cuenta

El conocimiento (y muy posiblemente los convenios) que las más altas autoridades de las grandes potencias tienen de estos misteriosos seres, manteniendo acerca de todo ello un humillante y criminal silencio

El uso que de la presencia y de las actividades de estos «extraterrestres» están haciendo ciertos grupos secretos, para lograr un control total del planeta entero

Hasta hace poco, estos grupos secretos, valiéndose de los grandes jefes militares que se creen los dueños del planeta, tenían oficinas especialmente dedicadas a acallar a todos aquellos que se acercaban demasiado a la «gran verdad», y que podían influir en el despertar de la raza humana.

Pero desde hace muy poco tiempo, los cuidadores de la «gran verdad» han ido dejando que ésta se filtre parcialmente, porque han descubierto que podría resultar un excelente instrumento para sus planes de dominio.

Un ejemplo de esto pueden ser los famosos avistamientos de Gulf Breeze (Florida) en donde una multitud de residentes han visto y fotografiado repetidas veces un enorme ovni del tamaño de un edificio de varios pisos.

Las investigaciones apuntan en la dirección de que todo no es más que una proyección luminosa hecha con una tecnología humana muy sofisticada, para confundir a los bien intencionados testigos. Las agencias de noticias se encargan de difundir el suceso hasta los últimos confines del planeta, manteniendo así en suspenso las mentes de los humanos acerca de la posibilidad de que se encuentren ya entre nosotros seres de otros mundos.

Algo por el estilo se podría decir del reciente avista-miento del ovni en Rusia tan ampliamente difundido por la Agencia Tass. El desmentido que a los pocos días hicieron ciertas autoridades científicas era de esperar, pues ello ha ocurrido siempre que ha habido noticias de cierta resonancia. Las oficinas encargadas de desacreditar el fenómeno, desconocedoras de las últimas estrategias encaminadas a usarlo, siguen en su misión de desmentir todo aquello que puede desvelar la realidad del fenómeno.

Es una doble estrategia: por un lado, los que secretamente llevan las riendas del mundo, quieren mantener en la ignorancia a la raza humana acerca de las terribles verdades que se ocultan tras el fenómeno ovni y evitar así la ira del pueblo contra ellos por haberse portado de una manera tan irresponsable; y por otra parte procuran mantener la incertidumbre acerca de la posibilidad de visitas de extraterrestres para en un momento dado usarlas como elemento atemorizador en sus planes de dominio del mundo entero.

El inexplicable y súbito entendimiento entre las dos grandes potencias y el inesperado derrumbe simultáneo de los regímenes comunistas de la Europa del Este son otras muestras de lo que estamos diciendo. Aunque hasta hace poco las disensiones y desconfianzas mutuas entre los dos grandes bloques eran cosa normal, la realidad era que en la cumbre ya hacía tiempo que los supremos responsables estaban de acuerdo, y de hecho practicaban conjuntamente secretas maniobras espaciales, tal como veremos en el libro.

Sin embargo, habrá que tener presente que no necesariamente los líderes políticos que aparecen oficialmente al frente de sus respectivas naciones, son los que en realidad planifican la marcha de los acontecimientos. En muchas ocasiones los gobernantes, por importantes y poderosos que parezcan, no son más que meros títeres de otros cerebros que desde las sombras dirigen el rumbo de la historia, aunque éstos a su vez, y muy probablemente sin percatarse de ello, sean dirigidos por otras inteligencias suprahumanas o «dioses» que son los que desde el inicio de los tiempos controlan este planeta que ellos consideran más suyo que nuestro.

Cuando se habla de «dioses», de extraterrestres o de entidades no humanas, no hay que caer en la ingenuidad de creer que existe una sola especie de ellos o de que todos son, poco más o menos lo mismo. Tratándose de entidades no humanas, las diferencias entre ellas son infinitamente mayores que las que se pueden hallar entre los mortales.

Lo mismo que hay seres humanos buenos y malos —aunque estos términos tengan mucho de relativo— hay alienígenas que se portan bien con los hombres y los hay que nos tratan de la misma manera que nosotros tratamos al ganado. Y esto a pesar de los «Ramas» y los «Adonais» y demás ingenuos que todavía siguen pensando que los extraterrestres son indefectiblemente los «buenos hermanos del Cosmos» que vienen a salvarnos o a liberarnos de los holocaustos nucleares.

Yo no niego y nunca lo he negado que haya «extraterrestres» «buenos», que tratan de ayudar y que de hecho a muchos humanos los hayan ayudado. Ese tipo de extraterrestres me preocupan menos porque no espero de ellos ningún mal. Lo que sí digo y con total certeza, es que muchos de los tripulantes de los ovnis y muchas de las entidades no humanas que se nos presentan como benévolas, no lo son a la larga y de hecho han destruido las vidas de muchos seres humanos que se fiaron de sus palabras y promesas.

Por eso afirmo que tenemos que estar muy alerta cuando nos relacionamos con estas entidades, porque no sabemos con quién estamos tratando. Y, aunque algunos no lo crean todavía, hoy sabemos con absoluta certeza que muchos de estos seres mienten mucho, por muy avanzados que estén en tecnología.

Otro caso muy diferente es el de los «ufólogos serios» y además «científicos». Estos no han pasado de la tabla de sumar de la ovnilogía y están todavía tratando de convencerse de que existen abducciones reales. Hay gente a la que el almacenamiento de información, en vez de darles nuevas ideas los empacha. En lugar de descubrir la realidad se emborrachan con los mismos datos que reciben.

Para estos técnicos de los «ufos» (¿do you follow me?) todo lo que yo diré en este libro es un puro delirio que según ellos no tiene base alguna. Pero lo que no tiene base es hablar y criticar desde una mesa, sin haberse tomado el trabajo de ir a los sitios en donde se podrían convencer de la realidad, a veces terrible, de los hechos.

Nuestro planeta no sólo es morada de muchos seres inteligentes además de los humanos, sino que es lugar de paso o de visita para muchos otros fuera de nuestro sistema solar.

Esto es motivo de escándalo para los científicos de vía estrecha que piensan que las distancias que nos separan de otros planetas habitados son insalvables. Probablemente están pensando en los reumáticos cohetes que ellos disparan y su ciencia no les da para deducir que unos seres con la increíble tecnología que demuestran en sus aparatos (aunque los científicos de vía estrecha lo desconocen todo en cuanto a los ovnis) probablemente tienen otros métodos muy diferentes a los nuestros para desplazarse en el espacio.

Usando un método muy poco científico se dicen: según nuestros cálculos estos seres no pueden llegar hasta nosotros. Por tanto, aunque den la impresión de estar aquí, corno teóricamente es imposible que estén, no perderemos el tiempo en averiguar si están en realidad. Y siguen rumiando la paja de sus fórmulas.

Mi método es “diametral mente opuesto al de los científicos.” Están aquí; luego se puede llegar.

¿Cómo? No lo sé. Lo único que sé con certeza es que están aquí, porque mis sentidos son tan veraces como los de los científicos.

Pero como ya dije anteriormente, puede haber «suprahumanos» que hayan vivido aquí siempre, aunque en otros planos de existencia; y puede haber visitantes que vengan de fuera. Y ese es el caso del que nos vamos a ocupar en este libro. De ciertos visitantes enanos, lampiños y cabezones que desde hace varias décadas están haciendo horrores en nuestro planeta sin que la mayoría de los humanos, y mucho menos los científicos, se hayan enterado.

Los que sí se han enterado han sido los militares de varios países y muy pocos políticos de las grandes potencias como en seguida veremos. Pero unos debido a su paranoia belicista y otros por la borrachera que les produce el poder y el vivir en olor de multitudes, no le han dado al asunto la importancia que tiene o, lo que es peor, lo han convertido en una nueva fuente de desgracias para la humanidad.

En este libro, pues, si bien vamos a tocar el tema de los visitantes espaciales —los ovnis en sí ya no nos interesan pues son únicamente un vehículo— no vamos a fijarnos en todas las especies que existen de ellos, sino única-mente en dos o tres que son las que en la actualidad tienen mayor contacto con nosotros y de las que nos tenemos que defender pues son altamente peligrosas.

El lector podrá preguntarse por qué casi todo lo que digamos está ubicado en los Estados Unidos. ¿Es que ellos tienen también el monopolio de los ovnis? Ciertamente, no. Creo que Brasil, por poner un ejemplo, es un país en donde la actividad ovnística ha sido enorme tanto cuantitativa como cualitativamente pero mucho menos conocida que la de Estados Unidos. Es cierto que en este país ha habido muchos y muy interesantes casos que han dado la vuelta al mundo; ello se debe a que siendo el país muy extenso y poblado es natural que se den más casos, aparte de que sus agencias de noticias difunden con más facilidad cualquier suceso que allí ocurra.

Asimismo estamos seguros de que en África la actividad de los tripulantes de los ovnis es aún más descarada, pero la ausencia de grandes agencias de noticias y lo apartado de los lugares en donde muchas de estas cosas suceden, impiden que nos enteremos.

Todas estas ideas podrán parecerle alucinaciones a más de un lector, tal como se lo parecieron durante muchos años al propio autor, endrogado como estaba con ideas religiosas absurdas y con el recuento oficial y falso de la historia humana que le habían dado en la Universidad.

Pero para corroborar estas ideas hay innumerables hechos que irán saliendo a lo largo de estas páginas. Que el lector los haya desconocido hasta ahora no es culpa del autor.

Y si se negase a darles crédito, aunque estaría en su derecho, obraría muy sabiamente si, dada su enorme importancia, le dedicase un poco más de tiempo a todo este asunto para convencerse de si todos estos hechos son ciertos o no.

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