La armonia es resultado de la paz interior

“La armonía es el resultado de la paz interior”

El maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad.

Primero, les dijo, Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años. Luego volvió y me condujo al País de la Aflicción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada. Entonces fue cuando me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mi de egoísmo. Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte.

¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?, le preguntaron.

No respondió, el Maestro,… Un día dijo Dios: Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al corazón del propio Dios…

Y fui conducido al País de la Risa.

Trabajando con el Apego y el Deseo

Trabajando con el Apego y el Deseo

Texto del Libro “Puertas a Práctica Budista”
de Chagdud Tulku Rinpoche

Para entender la forma en que surge el sufrimiento, practique observando su mente. Comience simplemente permitiéndole relajarse. Sin pensar en el pasado ni en el futuro, sin sentir esperanza ni miedo por esto o aquello, déjela descansar cómoda, abierta y naturalmente. En este espacio de la mente, no hay ni problema ni sufrimiento.

Entonces algo capta su atención: una imagen, un sonido, un olor. Su mente se divide entre dentro y fuera, yo y otro, sujeto y objeto. En la simple percepción del objeto, aún no existe problema. Pero cuando centra su atención en él, se da cuenta de que es grande o pequeño, blanco o negro, cuadrado o redondo. Entonces usted hace un juicio y decide, por ejemplo, que es bonito o feo y usted reacciona: le gusta o no le gusta.

Aquí comienza el problema, porque “me gusta”, conduce a “lo quiero”. Del mismo modo, “no me gusta”, conduce a “no lo quiero”. Si nos gusta algo, lo deseamos y si no lo podemos tener, sufrimos. Si deseamos algo, lo obtenemos y luego lo perdemos, sufrimos. Si no lo deseamos, pero no podemos mantenerlo alejado, sufrimos otra vez.

Nuestro sufrimiento parece provenir del objeto de nuestro deseo o de nuestra aversión, pero no es así. Sufrimos porque la mente se divide en objeto y sujeto y se imbuye en la idea de querer o no querer algo. Muchas veces pensamos que el único camino para crear felicidad es tratar de controlar las circunstancias externas de nuestras vidas, tratar de arreglar lo que parece estar mal o deshacernos de todo aquello que nos moleste. Pero el problema real está en nuestra reacción a esas circunstancias.

Había una vez una familia de pastores que vivía en Tibet. Un día especialmente frío de invierno, le tocaba al hijo el turno de cuidar a las ovejas, de manera que su familia le guardó para la cena el mejor y más grande trozo de carne . Cuando llegó, miró el alimento y rompió en lágrimas. Cuando le preguntaron qué había de malo, respondió entre sollozos: “¿Por qué razón se me da siempre la peor porción y la más pequeña?”

Tenemos que cambiar nuestra mente y el modo en que experimentamos la realidad. Nuestras emociones nos lanzan de un extremo a otro: de la euforia a la depresión, de buenas experiencias a malas experiencias, de la felicidad a la tristeza en un constante columpiarnos hacia delante y hacia atrás.

Todo esto es el sub-producto de la esperanza y el miedo. Tenemos esperanza porque estamos apegados a algo que deseamos. Tenemos miedo porque sentimos aversión hacia algo que no deseamos. En la medida en que vamos detrás de nuestras emociones, reaccionando ante nuestras experiencias, creamos karma: un perpetuo movimiento que determina nuestro futuro en forma inevitable. Necesitamos detener los extremados vaivenes del péndulo emocional, para que podamos encontrar un punto de equilibrio.

Cuando comenzamos a trabajar con las emociones, aplicamos el principio que dice que el hierro corta al hierro o que el diamante corta al diamante. Ocupamos el pensamiento para cambiar el pensamiento. Un pensamiento amoroso puede servir de antídoto a uno de enojo y la contemplación de la impermanencia puede ser un antídoto para el deseo.

En el caso del apego, comience por examinar a qué es a lo que está apegado. Es posible que usted piense que si llega a ser famoso, será feliz. Pero puede que su fama despierte los celos en alguien y que este alguien trate de matarlo. Aquello para lo que trabajó tan duramente, podría tornarse en la causa de un sufrimiento aún mayor. O bien puede ser que usted trabaje diligentemente para llegar a ser rico, pensando que eso le traerá felicidad, sólo para luego perder todo su dinero. La fuente de nuestro sufrimiento no es la pérdida de la riqueza en si misma, sino más bien nuestro apego a tenerla.

Podemos reducir el apego contemplando la impermanencia. Es cierto que todo aquello a lo que estemos apegados va a cambiar o bien lo perderemos. Un miembro de la familia puede morir o irse a otro lugar, un amigo puede transformarse en enemigo, un ladrón puede robarnos nuestro dinero. Incluso nuestro cuerpo, al cual estamos extremamente apegados, un día partirá. Saber esto no sólo nos ayuda a reducir nuestro apego, sino que nos entrega una nueva posibilidad de apreciar lo que tenemos mientras lo tengamos. No hay nada de malo con el dinero en si mismo, pero si estamos apegados a él, vamos a sufrir cuando lo perdamos. En vez de eso, podemos apreciarlo mientras dure, disfrutarlo y compartirlo con los demás sin olvidar que es impermanente. Entonces, si lo perdemos, el péndulo emocional no oscilará hasta tan lejos en la tristeza.

Imagínese a dos personas que compran la misma clase de reloj, el mismo día y en la misma tienda. La primera persona piensa: “Este es un reloj muy bueno. Me será de gran ayuda, pero es posible que no dure mucho”. La segunda persona piensa: “Este es el mejor reloj que he tenido en toda mi vida. No importa lo que pase, no puedo perderlo, ni dejar que se rompa”. Si ambas personas pierden sus relojes, la que está más apegada se disgustará más que la otra.

Si estamos engañados por nuestras experiencias e invertimos grandes valores en una u otra cosa, podemos encontrarnos a nosotros mismos peleando por lo que deseamos en contra de cualquier oposición. Podemos pensar que aquello por lo que luchamos es perdurable, verdadero y real, pero no lo es. Es impermanente, no es ni verdadero ni perdurable y finalmente ni siquiera es real.

Podemos comparar nuestra vida con una tarde en un centro de compras. Caminamos por las tiendas, guiados por nuestros deseos, sacando cosas de los estantes y tirándolas en nuestros canastos. Nos damos vueltas por ahí mirándolo todo, queriendo y deseando. Le sonreímos a una o dos personas y seguimos, para nunca volver a verlas otra vez.

Llevados por el deseo, fallamos en apreciar la preciosura de lo que ya tenemos. Necesitamos darnos cuenta de que es muy breve el tiempo con que contamos para estar con aquellos a quienes amamos, con nuestra familia, con nuestros amigos y con nuestros compañeros de trabajo. Aún en el caso de vivir hasta los ciento cincuenta años, tendríamos muy poco tiempo para disfrutar y sacar el máximo partido a nuestra oportunidad como seres humanos.

Los jóvenes piensan que sus vidas van a durar mucho y los viejos piensan que las suyas terminarán pronto. Pero no podemos hacer suposiciones sobre este tipo de cosas. La vida viene con una fecha de expiración incorporada. Hay muchas personas fuertes y saludables que mueren jóvenes, mientras que muchos ancianos, enfermos y débiles siguen y siguen viviendo. Sin saber cuándo vamos a morir, necesitamos desarrollar la apreciación y la aceptación de lo que tenemos más bien que continuar encontrando errores en nuestras experiencias y seguir buscando incesantemente la satisfacción de nuestros deseos.

Si empezamos a preocuparnos de que nuestra nariz es demasiado grande o demasiado chica, deberíamos pensar: “¿Qué tal si no tuviera cabeza? ¡Ese si que sería problema!” Mientras tengamos vida, deberíamos regocijarnos. Aunque puede ser que todo no marche exactamente como lo deseamos, podemos aceptarlo. Si contemplamos con profundidad la impermanencia, la paciencia y la compasión surgirán dentro de nosotros. Nos aferraremos en menor medida a la aparente verdad de nuestra experiencia y la mente se tornará más flexible. Si nos damos cuenta de que este cuerpo algún día será enterrado o cremado, nos regocijaremos en cada momento disponible, en vez de sentirnos infelices o de hacer infelices a los demás.

En este momento estamos afligidos por el “todo es mío, mío y para mí no más”, que es una condición causada por la ignorancia. Nuestros hábitos de centrarnos en nosotros mismos y en nuestro propio interés, se han fortalecido enormemente. Para cambiarlos, necesitamos realizar un nuevo enfoque. En vez de estar siempre preocupados de “yo”, debemos dirigir nuestra atención a “tú”, “ellos” u “otros”. Reducir la auto-importancia disminuye el apego derivado de ella. Cuando nos enfocamos más allá de nosotros mismos, finalmente nos damos cuenta de la igualdad entre nosotros y los otros seres. Todo el mundo quiere la felicidad; nadie desea el sufrimiento. Nuestro apego a nuestra propia felicidad se expande hasta abarcar el apego a la felicidad de todos.

Hasta ahora nuestros deseos tendieron a ser pasajeros, superficiales y egoístas. Si vamos a desear algo, dejemos que este deseo no sea ni más ni menos que la completa iluminación para todos los seres. Eso es algo que vale la pena desear. Estar constantemente recordándonos a nosotros mismos qué es lo verdaderamente valioso es un elemento importante para la práctica espiritual.

El deseo y el apego no desaparecerán de la noche a la mañana. Pero el deseo se torna menos ordinario cuando reemplazamos nuestro anhelo mundano por la aspiración de hacer todo lo que nos sea posible por ayudar a todos los seres a encontrar una felicidad inalterable. No tenemos que abandonar los objetos ordinarios de nuestros deseos: relaciones, riqueza, éxito, etc., pero a medida que contemplamos su impermanencia, nos vamos apegando menos a ellos. Comenzamos a desarrollar cualidades espirituales por el hecho de regocijarnos en nuestra buena fortuna, mientras al mismo tiempo reconocemos que no es perdurable.

Cuando el apego surge y perturba la mente, nos podemos preguntar: “¿Por qué estoy sintiendo apego? ¿Es de algún beneficio para mí o para otros? Este objeto de mi apego, ¿es permanente o perdurable?” A lo largo de este proceso, nuestros deseos comienzan a disminuir. Realizamos menos acciones dañinas originadas por el apego y en consecuencia, creamos menos karma negativo. Generamos más karma afortunado y las cualidades positivas de la mente van aumentando gradualmente.

Con el tiempo, a medida que va madurando nuestra práctica en la meditación, podemos probar, desde el espacio de la contemplación, un sistema diferente al que ocupábamos cuando usamos el pensamiento para cambiar el pensamiento. Podemos usar un nuevo enfoque en el cual se va descubriendo la naturaleza profunda de las emociones a medida que van surgiendo.

Si usted se encuentra en la mitad de un ataque de deseo, en el cual algo ha capturado su mente y usted siente que tiene que tener ese objeto de su deseo, no se podrá librar del deseo por medio de procurar reprimirlo. En vez de eso, puede comenzar a ver a través del deseo mediante el hecho de examinarlo. Cuando surja; pregúntese a sí mismo: “¿De dónde proviene? ¿Dónde habita? ¿Se le puede describir? ¿Tiene algún color, silueta o forma? ¿A dónde va cuando desaparece?
Usted puede afirmar que el deseo existe, pero si busca captarlo en su experiencia, no podrá asirlo completamente. Por otro lado, si usted afirma que no existe, estará negando el hecho obvio de que usted siente deseos. No puede decir que existe y tampoco puede decir que no existe. No puede decir que existe y no existe al mismo tiempo o que ni existe ni no existe. Este es el significado de la verdadera naturaleza del deseo, más allá de los extremos de la mente conceptual.

Nuestro fracaso en tratar de entender la naturaleza esencial de una emoción en el momento en que surge, nos pone frente a un problema. Una vez que somos capaces de simplemente mirar con claridad aquello que está ocurriendo, sin reprimir ni comprometernos con la emoción, ésta se va disolviendo. Si dejamos a un lado por un momento un vaso con agua turbia, ésta se asentará por si sola y se aclarará. En vez de juzgar la experiencia del deseo, la “liberamos en su propio origen” por el hecho de mirarla directamente en su naturaleza.

Cada emoción negativa o veneno de la mente, tiene una pureza inherente que no reconocemos debido a que estamos habituados a su apariencia de emoción. La verdadera naturaleza de los cinco venenos son las cinco sabidurías: el orgullo como la sabiduría de la ecuanimidad; los celos como la sabiduría que todo lo alcanza; el apego y el deseo como la sabiduría discriminante; la rabia y la aversión como la sabiduría que es como un espejo y la ignorancia como la sabiduría del espacio fundamental de los fenómenos. Del mismo modo que el veneno se puede ocupar en calidad de medicina para curar, cada veneno de la mente, si se lo trabaja en forma apropiada, puede transformarse en su naturaleza de sabiduría y así elevar nuestra práctica espiritual.

Si usted, mientras se encuentra en medio de un ataque de deseo, simplemente se relaja sin dejar de prestar atención, puede tener un atisbo de sabiduría discriminante. Sin abandonar el deseo, puede descubrir su verdadera naturaleza.

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Palabras Palabras Palabras

por Bhante Vimalaramsi y Khanti Khema

Traducido por Adrian Montoya (I/O)

Saludos del Dhamma a todos,

Aquí hay algunas definiciones para palabras comúnmente usadas. Espero que las encuentren útiles. Esto es de algunas de las notas de Khanti Khema.

Maha-Metta para ustedes

Siempre,

Bhante Vimalaramsi

PALABRAS- PALABRAS- PALABRAS

Si estás examinando esta información, solo por hoy, pretende que no sabes lo que estas palabras significan y, solo por ahora, trata de crear una mente de principiante, comienza por el principio y considera estas definiciones como las “definiciones de trabajo” apropiadas mientras te acercas al tema de la meditación. Después cuando leas los suttas te sorprenderás de la comprensión más clara que tienes y la diferencia que experimentarás.

Esta solicitud se extiende aquí porque pareciera que uno de los mayores retrasadores en lograr un progreso significativo hoy para los meditadores han sido las definiciones insustanciales que han sido entregadas para las palabras primarias necesarias para practicar y comprender la meditación apropiadamente. Mucho de esto ha sido provocado por las inadecuadas presentaciones dadas en Inglés como segundo lenguaje. Es el estado de las cosas en estos momentos.

Echa un vistazo:

1. MEDITACION (Bh?van?):
Ayuda tener una clara definición de trabajo de Meditación para comenzar, para que así comprendas lo que vas a hacer, cómo hacerlo y por qué vas a ir a hacerlo? Estas son realmente buenas definiciones de trabajo a memorizar y tenerlas contigo mientras avanzas en tu viaje.

Meditación (bh?van?) es “observar cómo la atención de la mente se mueve (anicca) momento-a-momento para así ver claramente las Cuatro Nobles Verdades y la verdadera naturaleza de CÓMO el patrón del Originamiento Dependiente ocurre.”

2. MINDFULNESS (Atención/Observación) (Sati):
Después de leer libros tras libros de meditación y nunca descubrir lo que es mindfulness (atención/observación), o lo que el estudiante se supone que “recuerde”, debiese ser muy evidente para todo profesor que una definición de trabajo es muy urgentemente necesaria. Esta definición llegó a ser, después de varios años de practicar y refinarla para tener las más pocas palabras como fuera posible y ser capaz de aplicarla a la mayoría de las situaciones en forma general. Funciona en la meditación donde sea que la apliques.

Mindfulness (Sati) [Atención/Observación] es “el acto de recordar el reconocer y soltar cualquier distracción que jale a la propia atención lejos del objeto de meditación.”

El truco aquí es mantener la atención/observación [mindfulness] andando TODO EL TIEMPO. Con esta definición, cuando una persona te dice, “¿estás siendo atento/observante [mindful]?”, esto significa, “¿estás observando dónde está la atención de la mente y qué está haciendo?” Uno entonces se detiene y revisa y suelta lo que sea que esté surgiendo, relaja toda tensión, y luego vuelve al objeto de meditación.

3. COLECCIÓN(*) [COLLECTEDNESS] VS CONCENTRACIÓN:

COLLECTEDNESS (Sam?dhi) describe la cualidad de observación mientras se observan los movimientos de la atención de la mente.

Esto no es lo mismo que Concentración. Usar la palabra concentración aquí en Occidente, ha llevado a jaquecas, tinnitus, y problemas de vértigo entre los practicantes que entran en niveles demasiado profundos de concentración. Debiese notarse que este tipo de concentración uni-puntual fue abandonada por el Buda de sus primeros profesores. En occidente crecemos concentrándonos muy duro y somos orientados a la meta y bastante serios. Decirnos que nos concentremos trae a colación un acercamiento endurecido que no lleva a la felicidad y tranquilidad o a los resultados que buscamos. En vez, enangosta y a veces endurece la mente al punto en que no podemos considerar otras alternativas nunca más. Así continuamos luchando por años por no sabemos qué. Algunos profesores han retrocedido e intentado diciendo “mente unificada” para soltar un poco. Pero la idea de una “mente colecta” (Sam?dhi) funciona muy bien para alcanzar el nivel que necesitamos para la observación que llevaremos a cabo.

(*)Nota del Traductor: Con “Colección” o en inglés “Collectedness”, se refiere a una cualidad de “mente colecta”, que quiere decir, una mente reunida, vuelta en sí, y a la vez serena, tranquila, sosegada. Pero no fija ni unipuntualizada o unifocalizada.

4. ANSIA [CRAVING] (Ta?h?) y APEGO [CLINGING] (Up?d?na)
Hay una diferencia muy importante entre Ansia y Apego. Una de las cosas más peligrosas que han ocurrido en estos días fue introducir la palabra “asirse, agarrarse” [grasping] , que muchas personas han usado en vez de “ansia y apego”. Esto no es una buena práctica porque despista al estudiante de una oportunidad de investigar específicamente la diferencia entre estos dos enlaces [del Originamiento Dependiente] por sí solos.

ANSIA [CRAVING] (Ta?h?) se manifiesta en mente y cuerpo cuando una Sensación está surgiendo y se mueve hacia el enlace del ansia. (usualmente indicada en los lados de la cabeza o en la base del cráneo en la parte posterior )

En este punto, el Ansia se manifiesta como la mente del “Me agrada” o el “No me agrada”. Claro, esto es equivalente a el “Lo deseo” o el aferramiento [attachment] y tensión de jalarlo hacia ti; O puede ser equivalente al “No lo deseo” o aversión y tensión de alejarlo. En cualquiera de las dos caras de la moneda, la tensión es igual y necesita ser liberada.

APEGO [CLINGING] (Up?d?na) por otra parte está condicionado por el enlace que recién llamamos Ansia. Inmediatamente después, el apego es el surgimiento en la mente de la “historia de POR QUÉ me agrada o no me agrada”, lo que sea que haya surgido.

APEGO [CLINGING] (Up?d?na) es la cháchara que sigue al ansia mientras uno se involucra con esta historia acerca de por qué te agrada o te desagrada lo que surgió y el torrente de pensamientos que nacen de ello.

Lo más importante de comprender es que en el enlace del ANSIA es donde “primero la personalidad aparece como Yo!” Atta (o la idea de un yo, ego, ser. [self]). Es aquí que la idea de un yo se asoma y se involucra.

Poner los dos enlaces de Ansia y Apego juntos nunca fue la intención del Buda y aleja la oportunidad de que el estudiante descubra esto a medida que su sensibilidad se desarrolla apropiadamente y su conciencia-observante [awareness] se agudiza durante la meditación para así poder realmente observar estos enlaces ocurriendo por medio del notar las sutiles tensiones surgiendo simultáneamente.

Como todos sabemos, el Buda dijo que ANSIA está en la raíz del sufrimiento. Es el enlace débil en el ciclo. Si uno puede SOLTAR lo que sea que esté surgiendo cuando se está comenzando a identificar este punto del ansia, entonces uno puede experimentar un breve cese del sufrimiento mientras la tensión se desvanece. Sin embargo debes recordar que si uno detiene la cháchara del APEGO, uno no ha llegado a la cumbre, sino a una cima falsa! No te engañes. Uno NO ha abandonado el ANSIA. Es: “con el ansia como condición, el apego surge.” Esta es la clave para entender. Por esta razón, es importante mantener los dos enlaces como son enseñados en los textos; claramente “dos” enlaces separados, y continuar con el entrenamiento.

Así que para resumir esto:

ANSIA [CRAVING] (Ta?h?) se manifiesta como una contracción y tensión en mente y cuerpo mientras surge. El Ansia es donde primero surge la Personalidad con el etiquetado de una sensación que surge como “Me” gusta, o No “me” gusta.

APEGO [CLINGING] (Up?d?na)- es la historia que se hecha a correr que surge en la mente del estudiante acerca de “Por qué” le agrada o desagrada lo que sea que surgió…

5. SAMATHA (SERENIDAD) y VIPASSAN? (INSIGHT(*))
Lo que es necesario decir acerca de estos dos es breve. En los suttas éstos dos NUNCA FUERON SEPARADOS en dos meditaciones. Hay muchos ejemplos de seguidores en los suttas practicando meditación que estaban en los jhanas mientras estaban completamente concientes. Es muy claro que Serenidad e Insight ocurren juntos. (ver MN-111) Esto era único y exclusivo de la meditación Budista.

SAMATHA y VIPASSAN? estaban enyugados juntos.

Ya que fue presentado tan ampliamente, decidí darle una justa oportunidad a la posición de la “separación de los dos” para que se comprobar en los suttas. Revisando los dos tópicos a través del índice de el Majjhima Nikaya entero se encontró que en algunas páginas y secciones se citaban ambos tópicos y En toda oportunidad aparecieron como “SERENIDAD E INSIGHT” en los textos! Nunca aparecieron solos, nunca! Así que para seguir las instrucciones en los suttas para la meditación es lógico asumir que la práctica se hacía de esta manera: con serenidad e insight enyugados juntos. Al hacer esto, la práctica comienza a profundizarse y ha tener total sentido, junto con otros materiales de los suttas.

(*)Nota del Traductor: Insight es una palabra que hace referencia a una comprensión profunda de cómo son las cosas en verdad a través de lo que se llama “ver con sabiduría”.[ver definición 12]

6. SAM?DHI – En el diccionario de Rhys Davies, él comenta algo acerca de esta palabra; nos dice que la palabra Samadhi nunca fue usada antes del tiempo de el Buda y que el Buda inventó esta palabra para hablar acerca de este particular tipo de meditación que descubrió. El Buda usó esta palabra para querer decir Sabiduría Tranquila o Silenciosa y cuando usamos esta definición mientras leemos los textos, éstos se vuelven claros.

7. JH?NA – La palabra jh?na significa “nivel de comprensión”. Jhana no fue indicada como una práctica separada de meditación sino que ocurría dentro de la meditación regularmente enseñada si las instrucciones de los suttas eran seguidas con presición. Los estados que alcanzamos mientras pasamos por los varios jhanas no son equivalentes al logro del Nibbana como se asume y se aconseja por algunas personas hoy en día.

Hay dos formas de jh?na y esto ayuda a entenderlos claramente. La forma que el Buda practicaba era una meditación de Serenidad-Insight (Samatha-Vipassan?) con completa Conciencia [Full Awareness] (Sampajjana). La otra forma de jhana era una forma uni-puntualizada de concentración que lleva a la absorción sin completa conciencia, donde los insights más profundos no pueden tomar lugar con claridad. El tipo absorto fue lo que él experimentó con sus dos profesores previos a su iluminación y que dejó a un lado.

Hoy en día, hay muchos tipos de meditación de absorción que se enseñan, dividiendo Serenidad e Insight y las personas se frustran mucho con su progreso. Siguiendo muchos, muchos años de práctica, las personas no está experimentando lo que se escribe en los textos. Pero con un sutil giro en la comprensión, adhiriendo nuevamente unos pocos ingredientes a la receta, un pequeño acercamiento diferente, y un poco de determinación, todo su entrenamiento y disciplina puede ser retribuida a medida que comienzan a experimentar estos estados más profundos con una clara conciencia.

8. SAMPAJAÑÑA – Completa Conciencia [Full Awareness]. Esta era la naturaleza de la práctica de meditación del Buda mientras se está en meditación sentado, en meditación caminando, y todo el tiempo. ¿Completa Conciencia de qué? Completa Conciencia de los movimientos de la atención de la mente.

9. NIRODHA- CESE [CESSATION] – Nibb?na. Todos están de acuerdo en que la práctica se trata del cese del sufrimiento. La pregunta que surge es, ¿el cese de qué? El sufrimiento tiene su raíz en el Ansia. El Ansia se manifiesta como “tensión y contracción” explicada antes en la definición de Ansia. La tensión es la ‘causa’ de la ‘condición’ del estrés. El estrés está hoy siendo identificado como la ‘causa’ de in-sanidad(*) física y mental. La in-sanidad es vista durante la meditación y es notada, ‘de cerca’, como la tensión, que es en realidad la contracción de los músculos en el cerebro, la cara, el cuerpo mientras surge el Ansia. SOLTAR cualquier sensación que surge y RELAJAR toda tensión y rigidez permite el dejar ir esa contracción.

Algunos profesores han dicho que el Nibbana, por definición, es “la ausencia de todo movimiento de la mente”. Esto encaja también porque ‘movimiento’ es también la contracción de los músculos dentro del cerebro. Al cesar este movimiento, no alcanza un cese momentáneo.

Hay 2 tipos de Cese. El cese momentáneo es conocido como el Nibb?na Mundano y el Nibb?na Supra-Mundano es mayor y dura mucho más y es parte de nuestra meta final.

El Nibb?na Mundano puede ocurrir a menudo para que lo observemos durante nuestra práctica y podamos verlo si comprendemos lo que buscamos.

El Nibb?na Supra-Mundano ocurre seguido después del Nirodha Sam?patti (cese de la percepción y la sensación) y dura un poco más. Es de el que todos hemos escuchado alguna vez.

La esencia de esto es que los Ceses Mundanos ocurren en el punto donde el meditador RECONOCE los fenómenos surgentes; SUELTA lo que sea que está surgiendo y RELAJA (tranquiliza) toda tensión y contracción excedente en cuerpo y mente. En ese momento, entre el RELAJAR y mientras se DEVUELVE la atención de la mente al objeto de meditación, hay un punto de lo que ha sido llamado Mente Pura, mente absolutamente clara o Punto-Quieto. Este es solo un cese momentáneo! Es real! Puede observarse! Este es el Nibb?na Mundano. Ver esto trae confianza real al practicante respecto a la Enseñanza completa. Surge fervor [zeal] más allá de la Fe normal que uno usualmente tiene, porque uno llega a darse cuenta que el Nibb?na como estado ES REAL.

(*) Nota del Traductor: Se ocupa aquí el juego de palabras en Inglés: “dis-ease”, que significa “enfermedad” (disease), pero la fragmentación de la palabra en dis – ease, se refiere a “no-paz”, “in-comodidad”, “in-sanidad (física y mental)”.

10. IGNORANCIA (Avijj?)- significa no comprender el Proceso Impersonal de Originamiento Dependiente y las 4 Nobles Verdades.

11. EKAGGAT?—significa mente unificada. Se encuentra al separar la palabra Pali en EKAGGA= Tranquilo + TA= Reunido.

12. SABIDURíA (Paññ?):

Sabiduría significa ver claramente el proceso impersonal del Originamiento Dependiente.

Si cada vez que vemos la palabra SABIDURÍA mencionada en cualquier forma a través de los textos, consideramos primero esa referencia como concerniente directamente a ‘el proceso de originamiento dependiente’, entonces encontraremos un nuevo significado al leer los textos. La palabra sabiduría se encuentra en muchos contextos:

Como en

“Y sus contaminaciones fueron destruidas al él ver con sabiduría”

“Él ve con sabiduría”

“Él es sabio”

Simplemente la palabra sabiduría por sí sola en cualquier parte debiese ser considerada primero en este contexto a menos que se esté refiriendo muy obviamente a otra cosa.

El juego

Algo que he visto en los ultimos años es la concordancia entre varias cosas dentro del chamanismo y el budismo. Una de esas particularidades son las realidades alternas, las realidades falsas entre otras cosas.
En 10 años he visto desfasamientos del tiempo (alargamiento o acortacion del tiempo), plantas gigantes, cosas de otro reino, espiritus de otro plano poseyendo cuerpos y similares. Toda una “realidad” que no concuerda con la que usualmente asumimos. A la vez magica, a la vez pavorosa. Pero sobretodo “realidades” con infinitas posibilidades.

Nota del Cuervo.

El JUeGo !

por I/O

En El Juego, hay dos realidades paralelas:

Hay una Grande, y otra Pequeña. Esta última se encuentra dentro de la primera.

El propósito de El Juego es llegar a descubrir la Gran Realidad a través del juego en la Pequeña Realidad.

Para hacer esto, hay reglas simples, gobernadas por una Ley.

La dificultad es, que la Pequeña Realidad parece no tener relación con la Grande, pero sí la tiene.
Y la única manera de descubrir la Gran Realidad, es a través de la Pequeña.

Cuando comienzas a jugar, no sabes todo esto (todo esto es llamado ‘La Ignorancia’ en El Juego).

Pero puedes encontrar a un guía dentro de El Juego para comenzar a disipar ‘La Ignorancia’, debes encontrarlo a Él primero.
Al guía le llaman ‘El Buddha’. Y a medida que comienzas a seguir su guía, puedes empezar a pasar por niveles que llevan al descubrimiento de la Gran Realidad.

Una pista: Su guía se llama ‘El Dhamma’.

Hay otros jugadores en El Juego que son muy avanzados, algunos han ganado El Juego, algunos están a punto de ganarlo. Puedes buscar su ayuda también dentro de El Juego, ellos se llaman ‘La Sangha’.

Sin embargo no pueden hacer nada POR ti, queriendo decir “en tu nombre”. La única manera, es por tí mismo.

Hay un problema, mientras estás en la Pequeña Realidad estás olvidando todo el tiempo cuál es el principal propósito de El JUego. Incluso olvidas la mayor parte del tiempo, que estás EN EL JUEGO!

Pero mientras más juegas el juego siguiendo la guía de el guía, esto ocurre cada vez menos.

La Ley actúa en ambas Realidades, hasta que ganas El Juego.
Dependiendo de tus decisiones en El Juego, la Ley puede ser beneficiosa o perjudicial para ti.
A esta Ley le llaman ‘Kamma’.

El asunto es, que para poder descubrir la Gran Realidad tienes que ganar puntos para ir sumando a tu puntuación.
Pero en El Juego puedes ganar, o perder puntos.
La puntuación que ganas se llama ‘Mérito’, y la puntuación que pierdes se llama ‘Demérito’.

***NOTA: Existen mérito y demérito, verdaderos y falsos. Depende de dos cosas para ser verdadero:
VOLICIóN (acto de voluntad) y SINCERIDAD.
Sólo los verdaderos cuentan en tu puntuación.

> Mérito y Demérito funcionan de acuerdo a esta manera:

*Pueden ganarse o perderse, a través de tres vías:
>>> Mente – Acción – y Habla dentro de la Pequeña Realidad. La que gobierna a las tres es Mente (a través de pensamientos volicionales), queriendo decir que, las vías de ‘Acción’ y ‘Habla’ son efectos de la causa de la vía de ‘Mente’.

*Mérito y Demérito son Interdependientes y sus consecuencias, buenas y malas respectivamente, pueden aparecerse en cualquier momento durante El Juego, en cualquiera de tus vidas (el número de vidas es indefinido, hasta que ganes El Juego)

* Mientras más Mérito, menos la consecuencia del Demérito – Mientras más Demérito, mayor su consecuencia, incluso debida a pequeño Demérito.

* Hay Niveles de puntuación de Mérito y Demérito (dependiendo del tipo de pensamiento – acción – habla)

*Demérito obstruye al Mérito. Mérito obstruye al Demérito (queriendo decir, obstruye la decisión volicional momento-a-momento (explicada a continuación) y/o sus respectivas consecuencias dentro de El Juego)

* Si ayudas a otros jugadores, enseñándoles a ganar puntos, o haciéndoles ganar puntos, hay más ‘Mérito’ para tu puntuación.

Ganas o pierdes puntos dependiendo de una Decisión (volicional) Momento-a-Momento. La Decisión es casi siempre doble. Estas palabras son una mera guía para tomar esa desición momento-a-momento. Tú decides por lo:

Mérito Demérito
—– ———

Beneficioso o No-Beneficioso
Alegre o Serio
Impersonal o Personal
Altruísta o Auto-Céntrico

Aceptación con Amor o Aversión
Amor u Odio
Ecuanimidad o Avidez
Dar o No Dar
‘Bueno’ o ‘Malo’
Paciencia o Impaciencia
Moral o Inmoral
Tolerante o No-Tolerante
Relajar o No-Relajar
Dejar ir o Luchar
Armonioso o No-Armonioso
Felicidad o Sufrimiento

etc.

HERRAMIENTAS para tu uso y que ganes El Juego:
—————————————————————————–

* La guía de ‘El Buddha’ y/o ‘La Sangha’, queriendo decir ‘El Dhamma’, consiste en guiarte para que veas y experimentes lo que ellos llaman:

“Las 4 Nobles Verdades” y
“El Proceso Impersonal del Originamiento Dependiente” (visto y experimentado hacia adelante y hacia atrás)

(Que corresponde a ver la Existencia TAL CUAL ES. Algo así como en The Matrix, ver todo cómo códigos todo el rato. JA!)

>>> Si ves y experimentas éstos, puedes ganar El Juego.

OBSERVACIÓN IMPORTANTE:

Hay dos tipos de conocimiento en El Juego (esto vale para todo en él).

*Uno es por medio de la Acumulación de Conceptos.
*Y el otro es por EXPERIENCIA (vivencia).

Aún cuando el primero puede ser a veces beneficioso, puede ser perjudicial también.
Puede desviarte de el propósito de El Juego. Que es EXPERIMENTAR la Gran Realidad.
Puedes usar la Acumulación de Conceptos, pero debes ser cuidadoso… es una herramienta traidora y tramposa.

SOLO a través del tipo de conocimiento por EXPERIENCIA, puedes ganar El Juego. Este tipo de conocimiento se conoce también como “SABIDURíA”, la que gradualmente ayuda a descubrir la Gran Realidad.

> Tienes muchas herramientas para hacer esto: (dadas por el guía, ‘El Buddha’)

MEDITACIóN:

A medida que desarrollas esta herramienta (que tiene dos formas: sentado o en acción, ambas en la Pequeña Realidad), puedes desarrollar SABIDURíA, y ganas ‘Mérito’. Y puede convertirse (si la desarrollas) en un constante recordatorio de: “estás EN EL JUEGO!”, y Cuál es el PROPOSITO y la FORMA de jugarlo.

>>> La manera como funciona se llama ‘Los 6 Pasos’:

Primero estableces un objeto que te ayude a recordar EL JUEGO, éste se llama ‘Objeto de Meditación’ (Hay muchos que puedes elegir, pero recomiendo dos de ellos dependiendo de tu decisión, ‘La Respiración’ o ‘Metta’. El último es un Ultra Poder de El Juego que puede hacerte ganar muchos ‘Mérito’ y hacer que otros jugadores ganen ‘Mérito’, y puede ser desarrollado gradualmente)

Cuando surge algo que te hace olvidar EL JUEGO (ese ‘algo’ se llama ‘Distracción’), haces lo que sigue: (Esta es una de las guías de ‘El Buddha’, a través de su ‘Dhamma’ y ‘La Sangha’)

RECONOCER que la Distracción ha surgido y te ha hecho olvidar EL JUEGO momentáneamente
SOLTARLA dejarla ir, suavemente, gentilmente, armónicamente. Sin luchar.
RELAJAR la tensión provocada por el Ansia (un enlace del Originamiento Dependiente) de esa Distracción en tu mente y cuerpo.
RE- SONREIR Volver a sonreír. Esta es OTRA HERRAMIENTA MUY IMPORTANTE, que te ayuda a recordar EL JUEGO.
VOLVER a tu ‘Objeto de Meditación’
REPETIR los 6 pasos para nunca olvidar que estás en EL JUEGO

>>> Mientras más olvidas El Juego, más lento es tu progreso en él, y es menos probable que ganes.

NOTA IMPORTANTE: Dentro de El Juego, en la Pequeña Realidad, hay otros jugadores que tratan de guiar a los jugadores enseñándoles algo que ellos LLAMAN Herramienta ‘Meditación’, pero NO ES la misma Herramienta ‘Meditación’. Y ellos parecen ser parte de la Noble ‘Sangha’, pero no lo son. No son malhechores, pero son jugadores que fueron mal guiados y fueron erróneamente encaminados. Esto es Muy Peligroso, porque pareciera ser idéntica a la Herramienta ‘Meditación’ Real. Pero lleva a otros caminos. Y te mantienen atorado en tu camino a ganar El Juego. TEN MUCHO CUIDADO, parece ser algo que es parte de la guía de ‘El Buddha’, pero no lo es.
Esto puede Malencaminarte. Ten Cuidado!, nuevamente.

ALEGRíA, SONRISA y RISA

Esta Herramienta fue nombrada en la explicación de la Herramienta ‘Meditación’. Es MUY IMPORTANTE. Es una gran herramienta y un gran poder tuyo dentro de la Pequeña Realidad y El Juego mismo.
Esta es una causa constante de suma de puntos a tu puntuación (Mérito). Y es un constante RECORDATORIO de El Juego.

Y es un ayuda constante para que tu Decisión Volicional Momento-a-Momento sea una causa de Mérito y no de Demérito.

Recuerda lo que se dijo acerca de VOLICIÓN y SINCERIDAD.

GENEROSIDAD

Esta se lleva a cabo por pensamiento – acto- habla, como todas las demás. Y es definitivamente una forma rápida de ganar ‘Mérito’.
Con esta herramienta haces que otros jugadores ganen ‘Mérito’ también (debido a su Gratitud Beneficiosa, pero esto no es un requisito para la herramienta Generosidad. Generosidad puede hacerse sin recibir Gratitud, no es afectada por ella). Puede que ellos lo sepan o no, pero de todas formas el acto mismo te hace ganar más ‘Mérito’.

PRECEPTOS

Ésta te hace ganar aún más ‘Mérito’ si se mantiene contigo constantemente a través de El Juego.
Es una herramienta para desarrollar la herramienta ‘Meditación’ más rápido, además.

Son:
(i) Abstenerse de Matar o Dañar a cualquier otro jugador de El Juego. (ya sean humanos o no, cualquier ser vivo)
(ii) Abstenerse de tomar lo que no te ha sido dado en la Pequeña Realidad de El Juego (es una causa de ‘Demérito por Acción’)
(iii) Abstenerse de actividades sexuales erróneas dentro de El Juego. (cualquier actividad sexual que dañe a otro jugador, ya sea si él/ella es conciente de ello o no)
(iv) Abstenerse de mentir y de habla soez (que es causa de ‘Demérito por Habla’)
(v) Abstenerse de tomar ‘Drogas’ y ‘Alcohol’. (Estas son substancias de la Pequeña Realidad que te hacen olvidar El Juego por un período de tiempo. Pero su efecto puede ser acumulativo y puede hacerte olvidarlo muy seriamente, así que ten cuidado con éstas también! Parecen divertidas y grandiosas al principio y puede ser que durante largo tiempo también, ese es su peligro.)

Si rompes uno de estos, queriendo decir que, interrumpes la práctica constante de ellos a través de El Juego. Pierdes ‘Mérito’. Y haces de tu herramienta ‘Meditación’ menos eficiente.
Hay niveles de rompimiento de ellos también.
Si el rompimiento es grave puedes sumar muchos ‘Demérito’ a tu puntuación. Créeme, no quieres hacer eso.
Si el rompimiento es suave, habrá consecuencias, pero no tan duras.

El ARMONIOSO CAMINO OCTUPLE

Esta es parte de ‘El Dhamma’ que ‘El Buddha’ usa para guiar en El Juego.

Él se refiere a ella como “La Vía que LLeva a Ganar El Juego” (la cual es la cuarta de “Las 4 NObles Verdades”)

Estas son sugerencias para el correcto uso de la herramienta ‘Meditación’.
Cuando se toman de cerca estas sugerencias, la herramienta ‘Meditación’ puede volverse muy, muy poderosa y más que ciertamente puede hacerte ganar El Juego.

Estas son ARMONIOSA: PERSPECTIVA, IMAGEN MENTAL, COMUNICACIÓN, MOVIMIENTO, ESTILO DE VIDA, PRACTICA, ATENCIóN, MENTE COLECTA.

Características de El Juego

El Guía declaró ésta guía también:

“Todo en El Juego, en la Gran y Pequeña Realidades es:

(i) Impermanente, (Anicca)

(ii) Un Potencial de Olvidar El Juego y Sufrir, (Dukkha)

(iii) e Impersonal” (Anatta)

Esta declaración debe ser considerada como algo constante a recordar. Si recuerdas las Características de El Juego constantemente, puede ser una gran herramienta de gran uso en tu aventura de el Descubrimiento de La Gran Realidad.

La clave de la libertad


La Clave Para la Libertad

por Khanti Khema

(Traducido por Adrian Montoya)

Esta es una charla sobre entender la clave para la libertad!
Espero que se diviertan con esta.

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Mayo 9, 2006
Dhamma Sukha Meditation Center.

IDENTIFICANDO LA CLAVE PARA LA LIBERTAD

EL ANHELO (O ANSIA, inglés: Craving)

P: CÓMO LIBERAMOS NUESTRA MENTE DEL SUFRIMIENTO?
R: Llegando a ver cómo son en realidad las cosas.

Amigos del Dhamma,
He estado conteplando por algún tiempo ya, lo que alguien me dijo acerca de una Sensación que surge y acerca de la pregunta de cómo las Formaciones llegan a ser y cómo los enlaces de la Sensación y el Anhelo juegan un rol en el Renacimiento (Originamiento Dependiente) en relación con un entendimiento claro de la raíz real del sufrimiento y cómo podemos liberarnos del sufrimiento.

“Ok. Captaste mi interés”.

Me tomó mucha consideración y sesiones de meditación, incluyendo algunas caminatas con contemplación en los bosques para decidir cómo tratar de comunicar esto a otra persona. Quisiera intentarlo ahora. Perdón si es que parece un poco largo. Por favor sé paciente y sinceramente espero que ayude a cualquiera que lo lea a que llegue a un entendimiento mayor acerca de los Enlaces individuales de Sensación y Anhelo y CÓMO podemos ver claramente cómo funciona todo esto en realidad. Haciendo eso, nos movemos hacia LA VERDADERA NATURALEZA DE LAS COSAS.

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OBSERVANDO LA EXPERIENCIA VS EXISTENCIA:

El Buda llegó a comprender muchas cosas en su camino a la iluminación. Una de las cosas que clarificó fue el cómo “La Experiencia precede a la Existencia”. Sin nuestra Experiencia, no hay Existencia! Esto fue en contra de lo que muchas personas creían en ese tiempo, e incluso hoy la mayoría de las personas cree que la Existencia viene primero y luego nacemos y entonces tenemos la Experiencia. Pero esto no es así. En realidad la Experiencia viene primero y luego, a través de las formaciones volicionales, viene la Existencia. Todo esto se trata de las formaciones volicionales. Si no estamos aquí, si no hay puertas sensoriales, entonces no surgen formaciones volicionales. Me tomó cerca de dos años para captar verdaderamente esto. Siempre decía esto de la forma contraria. Pero es verdad. La Experiencia viene primero y luego la Existencia porque toda la existencia está ahí debido a nuestras formaciones volicionales. La Existencia no puede ser sin las puertas sensoriales cognificándolas.
Esto es algo a considerar, de hecho. Ensancha la mente y la abre a nuevas avenidas para el comprender profundo (insight).

LA RAÍZ DEL SUFRIMIENTO:

El Buda confirmó que el ANSIA (craving) está en la raíz del sufrimiento. Comprobó que, rompiendo este enlace dentro de el Proceso Impersonal de Originamiento Dependiente el ciclo podía romperse. Sin Ignorancia, cuando entendemos completamente lo que es real en cada momento presente, si nos convertimos en observadores cuidadosos mientras estamos en este estado equilibrado, no somos más esclavos de nuestras emociones, reacciones, suposiciones, etc. En cambio, nos volvemos libres de experimentar cada momento individual usando la volición, “respondiendo” en vez de re-accionando (tendencias habituales) una y otra vez de las mismas viejas maneras. [re-accionar es como el ‘reproducir el disco rallado’ del que algunos doctores les hablarán en psicología o consejerías.]

Ahora, claro está, para la mayoría de nosotros, que esto no es un arreglo rápido. Muy a menudo las personas (usando la volición) no pueden simplemente soltar una sensación placentera o no-placentera que está surgiendo y luego esperar ser libres. Tienen que probar lo que se siente “no RE-ACCIONAR”. Pero no pueden verdadera y permanentemente despertar a cómo son en realidad las cosas en un “bang!” ahora mismo, No si lo haces solo una vez. ¿Por qué no? Bueno, porque en muchos casos, uno ha sido Ignorante o, en otra palabras, ha ignorado las Cuatro Nobles Verdades, y simplemente “re-acciona” a cual sea la sensación que surge, de manera muy personal, con una visión personal, digamos, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta o más años! Uno ha estado re-accionando de esa manera con la mayoría de la gente que nos rodea por toda una vida; los padres, los profesores, los colegas, y casi todos. Tamaño hábito! Tan gigantesca tendencia habitual en que la mente ha sido entrenada para asir o alejar y luego RE-ACCIONAR y en que uno ha sido guiado a creer toda la vida que eso es normal! Uno puede creer que está participando en lo que es real, pero, si hay vastas suposiciones y conceptualizaciones sumadas a lo que es el momento en vez de simplemente estar en el momento, entonces estamos muy lejos de cómo son las cosas en realidad!

Esto significaría, claro, que esta práctica, o re-entrenamiento, debe tomar buen tiempo para taer la mente hacia un patrón habitual más beneficioso de manera que deje de re-accionar. Este re-entrenamiento involucraría algún tipo de esfuerzo para detener nuestro extremadamente rápido movimiento hacia el Anhelo (o Ansia). Debiésemos ser capaces de reconocer/sentir el agrado o desagrado del Anhelo mientras está surgiendo. Debiésemos ser capaces de reconocer el ‘Apego’ (inglés: Clinging) también, que viene muy rápido luego del Anhelo. Este Apego se convierte en la preocupación de la propia mente acerca del POR QUÉ surgió el agrado o el desagrado. Es la historia en que se atrapa tu mente. Anhelo y Apego toman nuestros momentos presentes de la vida lejos nuestro. Estamos acostumbrados a movernos hacia el enlace posterior de ‘Tendencias Habituales’ además, que está condicionado por el Apego. Esta es la tendencia que tenemos de acudir a nuestras reacciones guardadas que hemos reproducidos cientos de veces antes cuando una sensación similar surge.

El problema es, ¿CÓMO rompemos este patrón? Está ocurriendo tan extremadamente rápido. Un anciano monje describió que este proceso está ocurriendo a una tasa de muchos miles de momento-pensamientos dentro de un clickear de dedos! Uf! ¿Cómo podemos detener esta corriente torrentosa mientras ocurre? Esta es la pregunta que el Buda resolvió.

Primero, debemos ser capaces de entender y en verdad ver/Observar/presenciar el proceso claramente mientras está ocurriendo. Uno puede llegar a sentir las etapas del enlace en el que uno está durante la meditación. ¿CÓMO podemos hacer esto si está ocurriendo a tal velocidad? Para entender CÓMO el Buda descubrió en verdad el enlace clave en el Originamiento Dependiente que podía ser roto, uno debe primero observar lo que está en realidad ocurriéndonos mientras meditamos.

¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO REALMENTE?

Han habido personas que me han dicho que se han calmado desde que comenzaron a meditar. Dicen que han desacelerado la mente. Pero ¿hace uno esto en realidad en el proceso de su meditación o es solo una ilusión?
Sí, nos sentimos más calmados. Y, sí, se SIENTE como si la mente fuera más lento. Pero si observas de cerca, eso no es exactamente cierto. No podemos hacer la mente más lenta. No controlamos la SENSACIóN. Una SENSACIóN surge debido a que las condiciones son correctas para que surja. PERO, PODEMOS agudizar nuestra conciencia observante (awareness) que es como acelerar la observación. ¿CóMO puede ayudarnos el agudizar la atención?, dices tu.
Bueno, daré dos ejemplos que pueden ayudarte a ver parte del porqué la clave está ahí. Espero que una de ellas te llegue.

1. El Automóvil.

¿Has conducido por una carretera y vas a 70 MPH (112 kph) y otros automóviles van a 50 MPH (80 kph)? Mientras pasas a un auto que va a 50MPH, si echas un vistazo dentro de ese automóvil, no puedes ver realmente quién maneja y de qué color son sus ojos, o lo que está vistiendo, o cualquier detalle. PERO, si vas a 70MPHy el automóvil a tu lado va a 70 MPH también, puedes de hecho echar un vistazo dentro y ver claramente quién va ahí! Puedes ver si es hombre o mujer, que está vistiendo, incluso el color de su corbata o el adorno que lleva la mujer en la solapa de su abrigo! Puedes ver tanto detalle como quieras si continuas moviéndote a la misma velocidad que el automóvil que viaja a tu lado. Es sorprendente.

Bien, con la meditación, uno en realidad no está haciendo más lenta la mente sino más bien acelerando la CONCIENCIA OBSERVANTE.

Con una conciencia observante más rápida, uno puede comenzar a examinar las intricancias de los movimientos de la mente.

Mientras más rápida/AGUDA se hace la propia CONCIENCIA OBSERVANTE, más de cerca puede ser la examinación de CÓMO exactamente se mueve la mente.
Muchos entenderes profundos (insights) vendrán al meditador a medida que observa.
¿Cómo se aleja la mente del objeto de meditación a lo que está surgiendo, realmente? ¿Cómo ocurre este cambio? ¿Qué ocurre primero? ¿QUe ocurre después?

¿CóMO surge y se va una sensación en realidad? Qué ocurre primero, antes, después, etc.
Así es como investigamos en realidad. Estamos observando qué es una Sensación; CÓMO surge la sensación, es decir, buscar la causa de la sensación; CóMO ocurre el cese de la sensación; y cuál es la vía que lleva al cese de la sensación. Este es nuestro sendero de investigación.

De esta forma, el Buda descubrió la verdad de cada uno de los enlaces del Originamiento Dependiente y lo que era real en cada parte del proceso. El Buda descubrió que el único enlace que podría ser roto por volición (voluntad) para detener el proceso y no conllevaba la aplicación de “NINGUNA” tensión para hacerlo, era “SOLTANDO” lo que surgió en el enlace del ANHELO. (o ANSIA, inglés: Craving)

Descubrió que no puedes detener el surgimiento la sensación sin aplicar gran tensión y rigidez. Observa a cualquiera que trate de suprimir el surgimiento de una sensación! Pero no es tu sensación. Tu no pediste que surgiera. La Sensación es sólo una sensación. No puedes detener las funciones de las puertas sensoriales. EL Buda vió claramente que la SENSACIóN y el APEGO (Clinging) no eran la clave. Uno puede ver por sí mismo que el APEGO ocurre seguido de la condición del Anhelo. Pero el Anhelo puede dejarse ir. CóMO? Soltando, dejando, abandonando la tendencia habitual del ANHELO.

A través de entrenar la mente a una nueva tendencia habitual de RECONOCIMIENTO de los sutiles surgimientos de tensiones; SOLTAR o dejar ir toda sensación surgente y no cayendo en el surgimiento del personalizar o tomar la sensación personalmente y no dirigirse hacia la avidez/codicia o aversión/odio por ella. Simplemente déjale ir! Suéltale! Hazlo livianamente. No seriamente. Solo ligeramente sueltale. Una y otra vez haz esto, asegurándote de RELAJAR “TODO”, incluyendo “CUALQUIER muy sutil tensión subyacente” en las formaciones mentales y corporales; luego VUELVE-A-SONREíR para alivianar la mente y agudizar la conciencia observante y VUELVE al objeto de meditación, ya sea la respiración o el Amor-Amabilidad, repite nuevamente la observación, RECONOCE, SUELTA, RELAJA, RE-SONRíE, VUELVE, REPITE. Continúa sonriendo a través de todo esto y mantén este proceso muy ligero. La sonrisa ayuda a hacer esto. Solo una sugerencia. De verdad, mientras más ligero eres con la práctica, más verás y aprenderás.

Estamos, claro, hablando de hacer este ejercicio cerca de 2 a 3 millones de veces hasta que la mente un día comience a internalizarlo al punto en que comenzará automáticamente a hacer esto por su cuenta. Entonces ya no tenemos que aplicar la volición ya que estamos presenciando el nacimento de una nueva y beneficiosa tendencia habitual! Además, a medida que esta tendencia comienza a asentarse, la mente se hace menos y menos ocupada y saltando para todos lados. Se habrá calmado considerablemente. En este momento uno puede entrar en estados mucho más profundos de meditación y ver el Proceso Impersonal de Originamiento Dependiente ocurriendo por entero y descubrir mucho más acerca de CóMO funciona todo en los niveles más profundos.

El asunto de la analogía del Automóvil es la claridad con la que puedes ver dentro del otro carro mientras viahas a la misma velocidad y cómo al agudizar la CONCIENCIA OBSERVANTE un meditador puede desarrollar capacidades increíbles de insight (comprensión profunda). Esta conciencia observante agudizada permite ver más intrincadamente lo que está ocurriendo mientras la mente se mueve del objeto de meditación a la sensación que surge y de vuelta al objeto de meditación contínuamente. Esta conciencia observante se usa en nuestras vidas diarias a medida que practicamos esta técnica usandola para ver los movimientos de la atención de la mente (el Proceso Impersonal de Originamiento Dependiente en sí) y dejar ir el Anhelo.

2. La Película

La segunda analogía que a mucha gente le llega es la de la Película.

Una película parece que fuera un cuadro en movimiento. Pero, en realidad, todos sabemos que está hecha de muchos cuadros individuales. Si pudiésemos entrar a la sala de edición podríamos observar los cuadros individuales y ver exactamente en que consiste la acción cuadro a cuadro.

A medida que observamos la atención de la mente, nos parece que se está moviendo muy rápido en un flujo continuo. Ahora, aún cuando sabemos intelectualmente de los enlaces del Originamiento Dependiente, en realidad no los vemos o experimentamos claramente porque todo está simplemente fluyendo. Pero si uno está totalmente quieto y observando CóMO surge una sensación, uno llega a ver que la sensación que surge no es nuestra. La sensación es solo una sensación que surge debida al contacto y las condiciones que fueron apropiadas para que surgiera.

Ejemplo:

[El Ojo] se encuentra con [el color y la forma] y surge la [conciencia-del-ojo]. El encuentro de los tres es [Contacto-del-Ojo]. Debido a que el Contacto-del-Ojo ocurre, la Sensación-del-Ojo surge.
Esto es cierto para todas las otras puertas sensoriales. (Son 6: ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo(tacto), mente)

La meditación nos permite entrenar nuestra conciencia observante para que se mueva tan rápido como el proyector de la película y por lo tanto podamos ver en realidad cada cuadro de la película por nosotros mismos. Comenzamos a ver qué es lo real de verdad en la naturaleza de la película. Cuadros individuales. De la misma manera, llegamos a ver los enlaces individuales durante el surgimiento y pasar de los fenómenos que ocurren durante la meditación.

Una cosa que se desarrolla simultáneamente aquí es que uno llega a ver claramente que nosotros, como individuos, queriendo decir YO, MI, MISMO, MiO, NO CONTROLAMOS, a través de ninguna naturaleza personal, lo que surge. Sin embargo, SI tenemos volición (libre albedrío) cuando se trata de la respuesta a cualquier sensación que surge. Nosotros optamos por lo que ocurra después. Es en éste campo donde reside nuestra oportunidad para la Emancipación del sufrimiento. Podemos liberarnos de las antiguas tendencias habituales de nuestra mente por medio de el re-entrenamiento de la mente a soltar lo que sea que surja y luego por medio de la volición, podemos comenzar dirigirnos hacia un balance/Ecuanimidad, edificándola más y más fuerte a medida que desarrollamos este nuevo hábito.

CUÁL ES LA LIBERTAD QUE BUSCAMOS?

Parecen haber muchas ideas circulando en estos días acerca de cuál es la libertad que estamos buscando en este sendero.
Lo que se encuentra en los suttas es que la libertad que buscamos es “la libertad del ANHELO y el fin del sufrimiento; felicidad real”. Sin el Anhelo no habrá tensión que venga del “me agrada” o “no me agrada” que demarque el surgimiento de una sensación. Sin la condición de tensión, no puede surgir el síntoma del Stress. Sin Stress, no habrá convalecencia.

La Sensación seguirá surgiendo, incluso para un Arahat, pero no es, de hecho, las sensaciones que surgieron antes de eso (del anhelo) estaban en la raíz del sufrimiento. Era la avidez (“me agrada”) o la aversión (“no me agrada”) del Anhelo la sensación que era, de hecho, la causa del sufrimiento. El Anhelo era el enlace débil.

Habiendo conquistado la IGNORANCIA, que es no comprender el Sufrimiento, la Causa del Sufrimiento, el Cese del Sufrimiento, y la Vía que lleva al cese del sufrimiento, uno ha adquirido un nuevo saber. Con este saber, una persona puede, por opción, reducir enormemente su sufrimiento en la vida recordando por medio de la atención/observacion SOLTAR la causa del sufrimiento. Puede hacer esto en diferentes grados aún cuando no alcance el nivel de un Arahat en esta vida. Por ahora puede claramente ver lo que es el sufrimiento; cuál es la causa del sufrimiento; que, de hecho, hay un estado que puede alcanzar donde no hay sufrimiento cada vez que suelta la tensión y esto se llama el cese del sufrimiento.

Ahora saben cómo seguir el camino por medio de la práctica de RECONOCER la tensión, SOLTAR, RELAJAR la mente y el cuerpo, RE-SONREíR para alivianar la mente y elevar la conciencia observante de la mente, VOLVER al objeto de meditación como un hogar base, y luego REPETIR este proceso nuevamente. Esto los lleva a alcanzar el fin del sufrimiento.

Si uno trabaja en desarrollar esta tendencia, la perspectiva cambiará a una más personal y notarás que uno puede decidir, por medio de la propia voluntad, que uno va a practicar el dejar ir el surgimiento de los pensamientos y no agarrarse a ellos en forma personal alguna por más tiempo. Uno dejará de tratar de controlarlos y dejará de pre-ocuparse con ellos y de esta forma se liberará de muchos pesos, tensiones, enfermedades, mal sueño, mal temperamento, tristeza, depresión, ira, odio y, claro, engaño ilusorio (inglés: delusion). Tamaña mejoría para nosotros mismos y para el modus operandi del mundo!

Comprender claramente el asunto de la meditación del Buda por definición y llegar a saber lo que él trataba de enseñar a otros que observaran mientras se sentaban en meditación es un paso monumental en dirección a la libertad. Después a medida que salimos a la vida descubrimos que “CONTINUAR ESTA OBSERVACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS DE LA ATENCIÓN DE LA MENTE MIENTRAS VAMOS A CUALQUIER LUGAR Y HACEMOS LO QUE SEA”, es el corazón del asunto. Esta es la puerta a la felicidad real y al vivr pacífico y el alivio de mucha de la tensión de nuestras vidas. Esta parece ser la puerta a un mundo más Pacífico para toda la humanidad también. si podemos correr la voz.

Mucho Metta.

KK

Enviandoles mucho amor-amabilidad
Recuerda SONREíR, sin importar lo que sea!
🙂 Es siempre tu opción.

PD
Como puedes ver, las 6 R’s (en inglés: Recognize > Release > Relax > Re-Smile > Return > Repeat = Reconocer > Soltar > Relajar > Re-Sonreír > Volver > Repetir) salen a flote ahí muy consistentemente para descubrir la información que necesitas internalizar! Que te diviertas meditando.

La Integración Arquetípica

La Integración Arquetípica

Título original: Archetypal Integration por el Rv. Chuan Zhi Shakya, OHY
Traducido por Miguel Conde D’Arbell (Zheng Chè)
desde Ciudad México
Traducción presentada el 8 de septiembre de 2002

¿Los arquetipos son verdaderos? – me preguntó cuando caminábamos a través de un gran peñasco que llenaba el vacío entre dos paredes de piedra, casi verticales. La caída era de unos cuantos pies, pero el peñasco ofrecía una ruta sencilla para el largo y casi invisible camino de ascenso a la montaña. Yo lo había encontrado unas semanas antes y como él había expresado su afán de aprender Zen, decidimos programar una excursión a la cima de una de nuestras montañas favoritas. Habíamos iniciado el ascenso desde el amanecer y estábamos a un par de horas antes de que el sol alcanzara su cenit. Habíamos necesitado salir muy temprano para lograr alcanzar la cumbre y regresar antes del ocaso.

Durante la mayor parte de nuestra marcha esa mañana sólo habíamos escuchado el canto de los pájaros, el silbido del viento, nuestras propias respiraciones y el eco de nuestras firmes pisadas; pero no habíamos tenido una conversación hasta que mi amigo tropezó con una piedra, causándole una dolorosa torcedura de tobillo. Maldijo la piedra como si ésta se hubiese atravesado deliberadamente en su camino. Después de darle masaje a su tobillo por un minuto, él recogió de pronto la piedra y, aun maldiciéndola, la arrojó montaña abajo. Esperé que no hubiese nadie en su camino.

Nos sentamos juntos, mientras sus palabras de enojo se desvanecían en un eco distante. Ambos sabíamos que mientras no existiera un desgarre en los ligamentos, el dolor menguaría hasta aliviarse. Bebimos agua y descansamos por algunos minutos. Entonces mi amigo se levantó y soltó una frase optimista – ¡está bien, vamos! – la que nos puso nuevamente sobre nuestro camino.

– Quisiera no estar tan enojado en todo momento – dijo reflexionando, en parte para mí, en parte para consigo mismo. – Si esa piedra hubiese sido una persona, pude haberla asesinado cruentamente.

– La sombra del enemigo – le sonreí – no sabe de misericordia alguna. – El se volvió y me miró socarronamente queriendo seguir mi pensamiento.

– Es la fuerza de un comportamiento codificado en nuestro ADN (DNA) – le expliqué. – Existe exclusivamente para aumentar las probabilidades de nuestra supervivencia cuando nos encontramos ante una amenaza. Si un hombre nos ataca, nos enojamos, sube la adrenalina, nuestros músculos se tensan, el ritmo cardiaco se incrementa, el oxígeno se bombea a todo el cuerpo en concentraciones más altas… Todo esto nos prepara para una lucha, para una que esperamos ganar. Dudo que nosotros estuviéramos aquí hoy en día, si nuestros antepasados hubieran carecido de este importante arquetipo.

– He leído sobre los arquetipos – me dijo – ¿pero de qué puede servir el enfadarse con una piedra? Creo que no sirve de nada para la preservación de nuestra especie.

– No, no sirve de nada – estuve de acuerdo con él. – Pero los arquetipos actúan solos. Ellos no evalúan situaciones ni deciden actuar o no. Son autónomos mientras estemos inconscientes de ellos. Actúan por impulso, como cuando, repentinamente, sentimos dolor o temor y entonces, la sombra enemiga nos asalta para morder la cabeza de lo que asociamos con nuestro dolor o nuestro miedo. No importa si se trata de un hombre, de un amigo, o de una roca. Los arquetipos sirven a un propósito, pero pueden torcerse si no estamos alerta; y cuando ellos se tuercen, rápidamente nos encontramos ante uno o más de los siete pecados capitales: orgullo, envidia, cólera, pereza, avaricia, glotonería y lujuria. La única forma de evitar el pecado es, en primer lugar, tomando conciencia de las fuerzas que nos conducen a pecar. Esas fuerzas son a menudo los arquetipos de la sombra enemiga y el ego o la personalidad. Todos las tenemos – concluí.

– ¿Por qué nunca le he oído enfadado? – me preguntó. Me reí, – ¡porque nunca me ha oído en el momento oportuno! – Le expliqué entonces – la integración de los arquetipos es la tarea más importante en el Zen. Antes de tomar conciencia de las fuerzas que están integradas en nuestro código genético, no somos más que una especie de robots que actúan de acuerdo con una serie de instrucciones previamente programadas… son instrucciones que han sido adquiridas e incorporadas por experiencias pasadas. Una vez que estamos conscientes de ellas, digamos, la sombra enemiga, no tendrán más la capacidad de actuar sin nuestro consentimiento consciente. Podemos enfadarnos, pero esta cólera será por lo general espontánea, breve y justificada por las circunstancias. No será el resultado de desear atacar a alguien. El crecimiento espiritual, o la evolución del ego (del yo), hacen necesario que esa conciencia se extienda. La dirección de esta expansión es siempre hacia adentro, hacia el inconsciente.

– Esto puede sonar tonto – dijo mi amigo. Su tono era reflexivo más que condescendiente. – El consciente se amplía hacia el inconsciente. ¿No es esto lo que justifica el decir que aquello que una vez fue desconocido o inconsciente, llega a conocerse… o hacerse consciente? – Sí, coincidí. Mi amigo continuó – ¿pero cómo puedo tomar conciencia de lo que es inconsciente? Esto suena tan contradictorio como si dijéramos “un asesino legal” o un “sabio tonto”. Si eso es inconsciente, entonces me es desconocido, ¿cómo sé entonces que eso existe? Pero cuando se le conoce, entonces no es inconsciente, así es que existe. El inconsciente no puede, entonces, existir, ¿verdad?

– No podemos saber lo que no sabemos. – Estuve de acuerdo – pero esto no significa que no sepamos que existe. Pensar que sabemos todo lo que se debe saber sería temerario. Creemos ver las cosas claramente y estamos totalmente conscientes de ello porque es la única perspectiva que tenemos. Pero el conocimiento, en este contexto, está siempre relacionado con nuestra conciencia, con nuestra capacidad de percibir. Esto no es absoluto. Los niños desarrollan su conciencia de una forma que podemos percibir claramente día a día, pero cuando nos hacemos adultos ese proceso a menudo se detiene. Creemos que hemos “llegado” a un destino que ha sido fijado por nuestra imaginación. Las expectativas que nosotros mismos nos creamos, interrumpen nuestro crecimiento sostenido como seres humanos. Actuamos como si fuéramos dioses omniscientes y nuestro ego es, en sí mismo, el responsable.

Continuamos con nuestra excursión y luego nos detuvimos para tomar un breve descanso y beber agua. Fue entonces cuando mi amigo preguntó si los arquetipos son verdaderos. La pregunta me tomó por sorpresa, pues no podía yo concebir que no lo fueran. Tuve que considerar mi respuesta cuidadosamente, pues en el contexto de nuestro dialogo reflexivo, sería muy fácil confundir el significado de las palabras – el clásico problema Zen ilustrado por un monje cuyo dedo apunta hacia la luna brillante. Decidí revertir el tema hacia un asunto del que sabía algo.

– En la Física – comencé – se habla sobre las fuerzas. Sin fuerzas no existiría ninguna física porque nada pasaría. De hecho, no habría nada en absoluto, porque son las fuerzas las que crean las cosas. Una piedra se mantiene unida por fuerzas nucleares, poderosas y sutiles. El declive de la montaña desliza hacia abajo debido a la fuerza gravedad. Las fuerzas hacen que ocurran las cosas. – Le señalé una piedra cercana a nuestros pies. – Si tomamos la piedra nos parece real, también reconocemos que las fuerzas que la hacen comportarse como una roca son verdaderas. Así, por ejemplo, si nos enojamos y consideramos este enojo como real, también debemos admitir que las fuerzas detrás de la cólera son verdaderas. Podemos llamar a estas fuerzas de la forma que queramos… El nombre no es lo importante, pero su existencia si que lo es. Los arquetipos son en cada partícula de ellos, si se puede decir así, tan reales como esa piedra.

Me dijo que nunca antes había pensado en ello de esa manera. Entonces me preguntó – ¿cuántos arquetipos hay? Usted solo ha mencionado uno o dos.

Volví a la Física. – Sabemos acerca de la gravedad y de las fuerzas electromagnéticas. Estos conocimientos son comunes a todos, nos los enseñan en la escuela primaria y en la secundaria. También sabemos sobre las fuerzas nucleares poderosas y las fuerzas nucleares sutiles. Los científicos han aumentado su conocimiento en torno a los cada vez más y más pequeños componentes de la materia, con lo que ha logrado deducir la existencia de otras fuerzas. Esta es la manera en que parece trabajar también el ámbito espiritual. Primero aprendemos sobre la sombra enemiga, la persona, el ego, la sombra amistosa; pero conforme nuestra conciencia se amplía, vamos aprendiendo sobre lo que llamamos ‘arquetipos divinos’: la sabiduría del anciano o la anciana, el Anima o Animus, el Niño Voluble, y otros. Cada uno de ellos es un aspecto de nosotros, y cuando cultivamos el corazón Chan, nos esforzamos por integrar a cada uno de estos. Con cada éxito nos hacemos más completos en nuestra naturaleza humana. Progresamos de un estado fracturado a un estado de integridad… la unidad.

Le dije que una gran parte de nuestro sitio web ha sido dedicada a la integración arquetípica y le sugerí que lo explorará si tenía interés. Dijo que lo haría. Reasumimos nuestra excursión sumiéndonos en un silencio rítmico durante el resto del día y regresamos mucho antes del ocaso.

La Reencarnación

La Reencarnación
por el Rv. Chuan Zhi Shakya, OHY
Traducido por Hortensia De la Torre

“Fue en una gran reunión de jóvenes y viejos, que habían venido a aprender un poco más acerca del Budismo. El parque estaba iluminado ese día. Una brisa fresca de primavera hacía que los pájaros cantaran a la vida, mientras los altavoces, compitiendo por el mismo espacio en el aire, chillaban. Un famoso Lama Tibetano había sido anunciado como la atracción central, pero había sido presentado solamente por la primera media hora del programa y ya se había ido cuando yo llegué. Muchas personas estaban sentadas en frazadas y alfombritas formando la audiencia para un grupo de monjes que estaban sentados en la plataforma sobre la cima de la loma. Los monjes se turnaban al hablar. Uno contó una historia acerca de su primer viaje a los Estados Unidos diez años atrás; otro monje habló acerca de la naturaleza del Karma; y finalmente, el último monje, para hablar, escogió el complicado tema de la reencarnación.

Tan pronto como él finalizó de hablar, todos los monjes se levantaron, agradecieron a la audiencia, y caminaron rápidamente descendiendo de la loma hacia un sedan que los estaba esperando.

Un sacerdote budista, incluso vestido en sus hábitos Zen, no está fuera de lugar en una reunión como ésta, sino que mi presencia dirigió la atención suficiente, de manera que cuando la muchedumbre comenzó a dispersarse, muchas personas se acercaron a mí. Ellos querían continuar indagando acerca del tema, para aprender más sobre la reencarnación y para compartir sus puntos de vista o compararlos con los míos.

El primer hombre dijo, “Quiero escuchar más acerca del Bardo. ¿Le importaría responder algunas preguntas?”

“Yo soy un Budista Zen,” dije, sorprendido por la pregunta, “La Reencarnación no es parte del pasaje místico del Mahayana. Es más bien una parte de los pasajes Vajrayana o Theravadin, porque en el Zen las preguntas acerca de la reencarnación simplemente no surgen. Me temo que no puedo hablar por los predicadores – los monjes que hace poco se han ido.”

Él me miró interrogadamente. “Pero pensé que todos los Budistas creen en la reencarnación,” dijo. “Algunos creen, y otros no,” repetí.

El Budismo enseña el pasaje a la Realidad, ¿no es cierto?” Alguien preguntó. “Si,” respondí, atrayendo la atención. “Entonces, respondió él, “¿cómo puede usted, de la escuela Mahayana, y ellos de la escuela Vajrayana, sostener puntos de vista opuestos? ¡Uno debe ser correcto y el otro debe estar incorrecto!”

“Nuestro punto de vista no es opuesto,” dije, “incluso aunque parezca ser. En el Budismo hay muchos pasajes espirituales al igual que en la Cristiandad o en cualquiera otra religión. Ellos todos nos guían al mismo destino, pero sus métodos son frecuentemente muy diferentes. Los métodos involucran un conjunto complejo de creencias y disciplinas, y todos ellos están unidos con la fe, la fe que los métodos trabajarán y enviarán al devoto a la otra orilla – el Nirvana. La escuela Vajrayana puede ser tan efectiva como la escuela Mahayana, pero no tiene caso compararlas una en contra de la otra. Ellas son como manzanas y naranjas: lucen diferentes, saben diferentes, y cada una provee la nutrición en su propia forma.

No hay nada incorrecto acerca de la reencarnación mientras no se separe del resto del sistema, extenso y elaborado, Vajrayana. La tradición Zen Mahayana es simplemente diferente y no requiere la creencia en la reencarnación. El ‘Camino a la Realidad’ como usted lo presenta, no tiene que ver con el pasaje o camino, es acerca de a dónde nos lleva el camino o pasaje – nos lleva al estado de iluminación que nosotros asociamos con el Nirvana. El cómo llegar ahí, no es importante, lo importante es mantenerte en el pasaje que has escogido para poder llega. Un cristiano no asiste a los servicios de una Sinagoga.”

“¿Por qué los Budistas Zen también creen que si ellos no obtienen el Nirvana en esta vida, ellos tendrán otra oportunidad, en otra vida?” La voz, firme y clara, llegó de la parte de atrás del pequeño grupo que se había formado a mi alrededor. Me pude dar cuenta por la forma que cada palabra fue enunciada que el hombre estaba verdaderamente curioso.

Me empiné para encontrar la cara en el grupo. “Si ese fuera el caso, entonces, quizás esta vida fuera la repetición necesaria de una previa que uno fracasó en el intento, pero el buscador no lo sabe. La pregunta es, ¿tendrá él otra oportunidad?”

Él sonrió. “Me imagino que podemos seguir tratando hasta que lo hagamos correctamente.”

“Pero si no sabemos cuantas veces ya hemos fracasado, ¿cuál es la diferencia? ¿Por qué no justamente asumir que hemos obtenido esta única preciosa oportunidad – así que debemos usarla?”

Alguien preguntó, “¿Qué pasa cuando obtenemos el Nirvana?”

El Nirvana es la Iluminación, la extinción y la completa trascendencia del ego – la identidad y la realización de nuestra Naturaleza Budística,” dije, “y la Iluminación revela que no somos individuos después de todo, sino que contenemos el todo de la misma forma que el todo nos contiene. Entendemos que no hay lugar para ir ni nada que lograr… que las cosas no eran diferentes antes de nuestra Iluminación como después de ella. La Iluminación cambia nuestro entendimiento intuitivo. La existencia, hemos descubierto, es independiente de tiempo, de forma que podemos salirnos del nacimiento y la muerte. La existencia es también independiente de lo que pensamos y creemos. Y con un poco de reflexión descubrimos que el tiempo mismo es una creación de la mente discriminatoria, y no es de ninguna forma un aspecto de la realidad. La Realidad existe ahora y solamente ahora, y la idea de buscarla en el futuro no tiene sentido para el Zen.

“Ahora, en el Zen nosotros creemos que aunque todos y cada uno pueden experimentar la Iluminación, a la mayoría de nosotros nos tomará una gran esfuerzo y un intenso poder de voluntad. Él decirnos a nosotros mismos, ‘Bien, si no lo logras ahora, quizás lo puedas lograr la próxima vez,’ es un subterfugio o truco común manufacturado por el ego para protegerse a si mismo: el ego simplemente no quiere rendir su estatura de importancia propia. Irá a cualquier extremo para mantener su supremacía.

Alguien preguntó, “He oído de algunas personas, que una vez que se logra el Nirvana usted no necesita reencarnar otra vez. ¿Es la doctrina de la Reencarnación simplemente un mecanismo ético?”

Cuando vivimos en Samsara, esto es, en el dominio del pensamiento discriminatorio, todo toma la forma de lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, lo algo y lo bajo, el nacimiento y la muerte… cada idea que creamos contiene su opuesto, uno trae al otro a la existencia. Así es justamente como la mente funciona: está implícito en nuestro ADN o nuestros cromosomas / genes. Ahora, realmente no hay una forma de conceptuar el Nirvana porque está fuera de nuestra modalidad del pensamiento discursivo. Pero los sistemas religiosos han desarrollado – por evolución – para proveernos, unos vehículos maravillosos y efectivos, o métodos que, si los seguimos fehacientemente, nos capacitará para lograr la libertad de esta fuerza nebulosa que llamamos ego.

En el Samsara, la vida y la muerte existen porque las personas los traen a la existencia, los crean. En el Samsara, podemos hablar acerca de la muerte y renacimiento porque podemos conceptualizarlos y darle realidad a esa conceptualización. En el Nirvana todo eso se borra – no-nacimiento, no-muerte, lo que significa no-reencarnación. Y si la reencarnación no existe en el mundo Nirvánico y el mundo Real del Dharmakaya, ¿cómo puede existir en el mundo Samsárico o el mundo Ilusorio de Maya?”

“Pero, ¿por qué algunas personas que son respetables, personas decentes, alegan ser capaz de recordar una vida pasada?”, Preguntó una señora. “¡Algunos de ellas son hombres sagrados renombrados! ¿Está usted diciendo que todos ellos están alucinando?”

“No,” dije sonriendo. “Voy a darle a usted el acercamiento Zen a ese asunto. Recuerde, esto no es parte de nuestra doctrina. Nosotros hemos tomado otro camino. Así que cuando nos preguntan por qué la reencarnación no es parte de nuestro sistema de creencia, tenemos que contarla como ausente. No podemos decir simplemente, ‘Bien, cree en ello si quieres y también cree en nuestro camino Zen.’ Nosotros no podemos andar ambos caminos a la vez. Así que decidimos, y en ese proceso de decisión tenemos que determinar inmediatamente por qué no incorporamos la reencarnación en nuestro sistema.” Reí y realicé que tenia que ir más profundamente. “A través de la imaginación deliberada, algunas personas pueden haber creado sucesos deseados, que entonces, en lugar de llegar a ser la memoria de una imaginación, llega a ser la memoria del suceso imaginado. Los abogados están bien conscientes y familiarizados con este fenómeno de implantación de memoria en el cual un testigo ha sido manipulado, a través de variados medios, para creer que ciertos sucesos o eventos actualmente ocurrieron. Dadas las circunstancias correctas y propicias, nosotros podemos “recordar” o podemos “olvidar” casi todo.

“Pero hay otra respuesta para su pregunta.” Continué. “Dado que en la realidad, no hay nacimiento y no hay muerte… ni tiempo ni espacio, ¿qué me dice acerca de todas las personas que han eternamente vivido y todas las personas que todavía están por vivir? ¿Cómo puede la historia de ellos relacionarse con nosotros en nuestras vidas en el aquí y ahora? Lo que llamamos historia se le puede referir más exactamente como un conjunto infinitos de “ahoras” en el cual todos los momentos co-existen. ¿Tienen algunas personas excepcionales la habilidad de entrar en esos otros ‘ahoras’ del pasado o del futuro? ¿Pueden los testimonios del pasado de las personas, de hecho, ser una entrada en la matriz infinita del ‘ahora’?

Si fuéramos a tener una consciencia repentina de alguna otra vida, sería natural asociar la experiencia con algo que nosotros sepamos, para ayudar a hacer sentido de la experiencia – como por ejemplo, la reencarnación. A esos misteriosos e inexplicables eventos, sólo podemos llamarlos e identificarlos como descripciones, pero la experiencia que guía a la persona a considerarse ella misma que está encarnada, puede definitivamente haber sido una experiencia real – un rápido vistazo en el dominio de lo místico o espiritual.”

Después de un largo silencio alguien preguntó, “Así que, usted está diciendo que la reencarnación existe para servir a algunos sistemas de disciplina espiritual, pero que ella no existe por sí misma ni en sí misma, ¿es eso correcto? Él que hablaba era el primer hombre que me había preguntado.

“Ella existe en la misma forma que existe cualquier concepto que traemos a la existencia con nuestras mentes.” Dije. “Pero el Zen no la considera un aspecto de la realidad, per se, ni tampoco el Zen la considera de valor para el propósito de la instrucción.”

“Así que, ¿cómo es que el Zen es tan diferente de los otros sistemas si ellos todos guían a la misma meta pero algunos creen en la reencarnación mientras que el Zen no cree?” Él continuó.

“Todas las religiones usan sistemas éticos para ayudar a modificar la conducta de las personas y mantener la paz en la comunidad. Algunas religiones, por ejemplo, inculcan la creencia de cielo e infierno para lograr que las personas obedezcan las normas éticas. Si hacemos buenas acciones seremos recompensados yendo al cielo, pero si hacemos malas acciones, iremos al infierno. Esto, entonces, alienta, inspira y nutre la conducta responsable a través de un simple sistema de castigo / premio. Hay otros sistemas que imponen la misma disciplina por el castigo o el premio del renacimiento en un nivel más bajo o más alto.

“El Zen no objeta esos acercamientos porque ellos sirven para ayudar a disciplinar a las personas y prepararlos para progresos futuros dentro del misticismo. Pero el Zen es un camino místico; él presupone que la persona que lo practica ha prevalecido y predominado esencialmente, en esas luchas éticas tempranas. En ese punto, él o ella puede eximirse de todos los premios y castigos. De acuerdo con el Zen, no hay nada que ganar, ni nada que perder, y no hay nada que lograr. El cielo está aquí ahora – es lo que llamamos Nirvana porque está libre de ego. Y el infierno está aquí ahora también – le llamamos Samsara porque está lleno de ego – y, porque está lleno de ego, necesita el temor o la esperanza del castigo o el premio. ¿Cuál es el que escogemos? Eso depende de nosotros solamente y del esfuerzo que estemos dispuestos a hacer para salir del Samsara. El entrenamiento Zen involucra prácticas que nos ayudan a descubrir por nosotros mismos lo que ya lo poseemos todo, que no hay nada que lograr. Esa es la realización de la no-realización.”

“¿Así que no hay cielo, ni infierno, ni renacimiento?” Preguntó él.

“El cielo está aquí ahora si despertamos a él.” Repito, “y el Infierno está aquí ahora si fracasamos para despertar a él. Esta es la enseñanza del Zen. Cielo e Infierno no son lugares que vamos cuando nuestros cuerpos espiren, así que no sirven para modificar nuestra conducta a través del sistema de premio y castigo. Y no tenemos uso para un sistema que nos enseñe que renaceremos como otra criatura. Ese sistema no nos ayudará a obtener nuestra libertad ahora. El Zen nos exhorta y estimula a despertarnos a nosotros mismos a través de nuestro esfuerzo, a entender nuestra naturaleza como seres humanos, y a vivir nuestras vidas en esa naturaleza. Nuestros métodos comienzan con la fe de que nuestra Naturaleza Búdica existe en nosotros todo el tiempo. Todo lo que necesitamos hacer es desprendernos de los apegos que hemos formado al mundo exterior del Samsara, y dirigirnos a nuestro interior, al refugio interno de nuestra Naturaleza Búdica, y realizar el Nirvana.” “¿Qué nos pasa cuando morimos?” Preguntó una mujer. “Si no vamos al cielo o al infierno o nacemos de nuevo en otra vida, ¿qué es lo que nos pasa?”

“Ese es el ego hablando,” dije. “El ego continúa pensando de él mismo como una criatura eterna. El ego vive en el tiempo pero lo eterno significa fuera del tiempo. Así que sabiendo esto podemos preguntar, ¿qué le pasa a una gota de lluvia que cae a su debido tiempo? Muchas cosas pueden pasarle; pero, para nuestros propósitos, nosotros decimos que en su estado material, ni es creada, ni destruida y aceptamos que eventualmente ella retornará al océano. Nuestra ‘individualidad’ al igual que una gota de lluvia desaparece cuando nos unimos con el océano, pero nuestra naturaleza como agua, se mantiene la misma… retornamos al origen, pero es un origen que nunca hemos dejado.

“Cuando reconocemos que el ego no existe en un sentido real, sino que solamente es un artificio de la mente, no hay nada que necesita explicarse ya, y la noción de reencarnación es vista como nada más que un juego intelectual. La persona, como la gota de lluvia, se une al océano del Dharmakaya, un mar donde la individualidad, en cualquier modo de concepción, es totalmente obliterada. ¿Se separa una molécula del agua del océano en una gota cuando uno de nosotros muere y otro nace? Quizás sí, quizás no; pero esa es una pregunta que no pertenece al Zen porque es una pregunta intelectual. Cuando tratamos de usar nuestro intelecto para comprender la realidad, siempre regresan las mismas limitaciones de la mente. Si respondemos la pregunta intuitivamente, diríamos que nunca hubo una separación entre la gota de lluvia y su origen.”

El grupo se sintió tranquilo y parecía satisfecho. Les ofrecí enseñarles la Respiración Saludable, esa práctica ideal y ejemplar que nos prepara para la meditación. Les expliqué que ellos mismos, eran las personas más adecuadas para responder sus propias preguntas y que la forma mejor de hacerlo era a través de la meditación. Cité a Hsu Yun, “Un hombre no puede decir que tibio o frío está el té de otro. Sólo lo puede saber el que lo está probando.”

El obtener las respuestas de otro no cuenta, porque el entender no necesariamente llega con las respuestas.

Muchas de las personas aceptaron mi oferta y como el sol estaba en su punto más alto, nos fuimos a sentar bajo la sombra de un árbol. Pasamos algún tiempo aprendiendo como sentarnos propiamente y entonces comenzamos nuestro ejercicio de respiración. Fue muy agradable el sentarnos en silencio sin los altavoces y la multitud acordonada. Después de un rato todos nos fuimos, cada uno en su propia dirección.

Traducido por Hortensia De la Torre
Miami, Florida USA
Agosto del 2000

Una Conversación sobre el Zen y Dios

Una Conversación sobre el Zen y Dios
Título original: A Conversation on Zen and God
por el Rv. Chuan Zhi Shakya, OHY
Traducido desde el Inglés por Shi Chuan Fa
Edición en Español revisada por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY

La conocía desde que era una niña pequeña pero no la había visto en muchos años. Ahora estaba entre los veinte y los treinta, llena de vida y de energía, y bastante ansiosa por hablar. Se proclamaba ateísta y quería conocer algo sobre el Zen porque, como remarcó: “Los budistas no creen en Dios.” Hablamos durante casi una hora.

– ¿Por qué crees que no hay dios? – Le pregunté.

– ¿Por qué debería creer que hay un dios cuando no hay evidencia de ninguno? ¿Dónde hay un dios que pueda ver, tocar, escuchar, o sentir de cualquier otra forma? Creer en Dios es creer en una ilusión.

– ¿Así que quieres decir que como no puedes percibir a Dios con tus sentidos Dios no existe? – Le pregunté.

– ¡Soy una persona racional! – Enfatizó – racional.

– ¿Y qué sucedería si alguien pudiera percibir a Dios? – Le pregunté.

– Entonces se están engañando a sí mismos.

– ¿Cómo lo sabes? – Seguí con el razonamiento. – ¿Qué pasaría si sus conocimientos les permitieran percibir a dios y los tuyos no?

– Bueno, creo que si hubiera un dios sería capaz de percibirlo. ¿Qué conocimiento podría alguien tener que yo no tengo?

– ¿Recuerdas cuando eras una niña pequeña – le pregunté – cuando el mundo parecía confuso y tal vez un poco terrible?

– Sí, – dijo mientras me miraba un tanto extrañada por cambiar de tema, después continuó la conversación. – Recuerdo cuando estaba asustada en mi habitación. Imaginaba que debajo de la cama vivían perros guardianes que me protegerían de noche.

– ¿Sigues teniendo perros guardianes bajo la cama durante la noche?

– Se rió.

– Bueno, entonces estarás de acuerdo en que la comprensión y el conocimiento pueden cambiar a medida que crecemos, ¿no?

– Sí, – balbuceó, quizás imaginando adónde estaba hiendo con mi razonamiento.

– Entonces, ¿por qué quieres creer que no hay dios, cuando, de hecho, puede ser posible experimentar a dios? ¿Podría ser que hubiera alguna satisfacción, tal vez alivio, en la `incredulidad’ en dios?

Dijo que no estaba segura a dónde quería dirigirse.

– La mente es algo divertido – comencé. – A no ser que se encuentre en un modo receptivo, parece que no se permite aprender o conocer cosas nuevas (un modo de no-negación). Cuando toma una opinión sobre algo, niega la posibilidad de cualquier nuevo conocimiento que descanse fuera de su compresión actual. Hay muchos ejemplos de esto en la historia de la raza humana, ejemplos que la mayoría de nosotros conocemos; por ejemplo, fue décadas después de que los científicos y exploradores mostraran que el mundo no era plano cuando la gente lo creyó. A la mente no le gusta desprenderse de sus creencias. Incluso hoy en día hay algunos pocos que se niegan a creer que el hombre haya puesto un pie sobre la luna. Pueden ser una pequeña minoría, pero insistirán en que alguien que crea en esas cosas estará entregándose a vuelos de fantasía. ¿Deberíamos creerles?

– Los grandes descubrimientos ocurren cuando la mente se amplía y crece más allá de los límites del conocimiento existente. La teoría de las fuerzas de Isaac Newton, la teoría de Einstein de la relatividad especial, la teoría de los quarks de Gell-Mann, o sea, sus contribuciones a la ciencia pueden estar fuera de duda hoy en día, pero pasaron muchos años antes de que sus pensamientos fueran considerados explicaciones plausibles de la naturaleza, incluso por sus colegas. Ninguno de estos hombres sabía adónde les llevarían sus incursiones en los terrenos no explorados de la mente. Sus descubrimientos estaban tan alejados de la mente científica colectiva de su tiempo, que incluso tuvieron que inventar nuevas matemáticas para describir y explicar, sus de otra forma, increíbles descubrimientos.

– ¿Pero cómo puedo no creer en dios sin creer en dios? – Preguntó, ‘Hay creencia y hay incredulidad’, uno cree en algo o no cree.

– ¿Crees que Einstein ‘creía’ en la relatividad especial antes de descubrirla? – Le pregunté. – ¿Sabías que confesó que no creyó en ella incluso después de descubrirla? Pero eso no hizo que desapareciera; no afectó el hecho de la relatividad especial. Lo que creía no provocó ningún tipo de diferencia. Así es la realidad. Está ahí la creas o no.

Se quedó mirándome en silencio durante unos momentos. – La realidad es independiente de lo que creamos… – musitó para sí.

– Cuando quieres ir a la tienda coges las llaves y vas a tu coche. ¿Necesitas creer en tu coche para conducir hasta la tienda?

– Dos pasos de distancia separan a la creencia de la realidad de lo que se cree. Cuando hablamos de creencias hablamos solo de creencias, no de otra cosa; las creencias crean su propia realidad. La creencia es la respuesta dualista de la mente a una idea o percepción. La realidad solo puede percibirse directamente, antes de que la mente la filtre. Una vez que el cerebro interpreta la realidad, la nueva realidad es solamente la interpretación. Este es el primer paso de distanciamiento. Cuando la mente finaliza su interpretación, la comprueba para ver cómo encaja con el resto de las experiencias que ha procesado a través de los años. Dado que la mente en inherentemente dualista, es decir, que categoriza las cosas como verdaderas o falsas, buenas o malas, correctas o erróneas, coloca la opinión sobre la interpretación. Este es el segundo paso de distanciamiento. Una vez que hemos llegado aquí, tendemos a perder cualquier contacto que pudiéramos haber tenido con la realidad que dio origen al episodio entero. En vez de ver una pila de latas usadas y montones de vasos de plástico en una esquina de la calle, vemos un “montón de basura”; en vez de simplemente ver a un hombre caminando por la calle vemos a un “infeliz vagabundo”.

– ¿Estás diciendo entonces que no deberíamos creer en nada? – Insistió. – ¿No enseñamos a nuestros hijos qué creer y qué no creer para que puedan sobrevivir en el mundo cuando sean adultos?

– Cuando enseñamos nuestras creencias a los niños, ¿no nos limitamos a enseñar nuestras creencias? ¿No son las creencias abstracciones de lo que es real? Les leemos a nuestros hijos una historia sobre animales de granja y aprenden algo de ello. Después les llevamos a una granja y ven y sienten un cerdo o un caballo. De eso aprenden algo más. Cuando se hacen mayores tal vez los montamos en un caballo y les dejamos cabalgarlo, o les dejamos que alimenten a los cerdos y a los patos. Ellos aprenden más aún sobre los animales de estas experiencias. Ahora bien, si les quitamos todas estas experiencias a medida que crecen y solo les contamos historias sobre animales de granja, solo los conocerían por abstracciones de las historias. ¿Hay diferencia entre estos dos tipos de conocimiento? Realmente no, pero hay una diferencia en lo que se conoce. ¿No tendrán fe los niños que únicamente han crecido con historias en que estas están basadas en una realidad subyacente; en que efectivamente hay en el mundo animales de granja aunque nunca los hayan visto, tocado, olido o alimentado?

– La fe, sin creencia, nos prepara psicológicamente para encontrar lo real que aún no ha sido vislumbrado. Por esta razón en muchas religiones se enseña la fe en Dios como un medio de prepararnos para un encuentro con Dios. Una vez que se encuentra lo real, la fe y la creencia desaparecen como el capullo de una mariposa. El escudo protector de la fe ya no es necesario. El niño que crece solamente leyendo sobre animales de granja adquiere fe en su existencia, pero más tarde, tal vez después de vivir en un granja durante unos años, simplemente conoce sobre los animales de granja. La fe no está implicada. Para él, la idea de tener fe en la existencia de una vaca es ridícula.

– Algunos budistas pueden decir que creen en Dios, otros pueden decir lo contrario, pero la realidad de Dios es independiente de cualquier cosa que cualquiera pueda creer o no creer. Las religiones del mundo dan testimonio del deseo universal que tiene nuestra mente para realizar lo que es mayor que ella. ¿Cómo describimos algo que no guarda relación o semejanza con nada? ¿Lo llamamos Dios, Naturaleza Búdica, Alá, Jehová, Nuestro Padre Celestial, o le atribuimos a esa misteriosa esencia de la que hablamos un sonido como “Om”? En realidad, solo son formas de referirse a algo que desafía a todas las formas de referencia.

– Dijo que ella no había pensado antes en las cosas de esta manera, y después preguntó cómo encajaba el Zen con todo esto.

– En Zen meditamos para ser capaces de mirar profundamente en nuestra propia naturaleza – para trascender el limitado ego. Los pensamientos, cuando son filtrados a través del ego, conducen al argumento, y el argumento trae el conflicto y la confusión. La contemplación conduce al entendimiento y en última instancia a la sabiduría. No importa lo que la gente nos diga, o lo que podamos pensar sobre esto o aquello. No podemos esperar realizar a Dios con nuestros pensamientos o por medio de una creencia ciega. Pero cuando podemos volvernos vacíos del ‘yo’, la cuestión de Dios desaparece por completo. Llamamos a esto Unión Divina o Samadhi.”

Dejé de hablar y permanecimos en silencio durante un breve tiempo. De repente pareció muy cansada.

– Dejar ir las ideas que tenemos sobre lo cierto y lo falso del mundo en el que vivimos es difícil, incluso doloroso. Aquellos que hemos recorrido este camino lo comprendemos como una muerte: la muerte del ego, el fallecimiento de nuestro sentido de existencia como una entidad independiente, separada de todo. El Buda realizó que es debido a nuestro sentido de separación que nosotros, los seres humanos, sufrimos. Él, al igual que muchos otros después de él, fue capaz de trascender su alienada existencia samsárica. El Nirvana, explicó, se encuentra vaciando nuestra mente de su equipaje; sus apegos. El esfuerzo es por completo interno. Requiere perseverancia y una fe constante de que el esfuerzo rendirá frutos.

– Y eso es cierto.

– Hablamos durante un poco más, después terminó la conversación y me agradeció las explicaciones. Habíamos cubierto mucho terreno en un corto tiempo. Me dijo que quería volver a hablar en alguna ocasión pero que quería digerir las cosas. Le deseé lo mejor.

El shinto: la espiritualidad de Japon

EL SHINTO: LA ANCESTRAL ESPIRITUALIDAD DEL JAPÓN.                                      Por Nelly Naumann

PRESENTACIÓN

En nuestra modesta aventura de apertura a las riquezas de las culturas en este número 2 de Revista Kenos, ahora nos nutriremos con las brisas antiquísimas del Japón. En el viejo Imperio del Sol Naciente, se desarrolló el culto a los kamis. Antes de la llegada del budismo a la isla, los kamis ya eran venerados como entes espirituales imbuidos de un sutil y especial poder que podía socorrer al hombre en circunstancias apremiantes. La presencia invisible de los kamis puede latir en diversos lugares de la naturaleza y también en los templos.

De hecho, en el templo se halla la residencia del dios, el shintai o “el cuerpo del dios”. Los emblemáticos torii, como el que ilustra el inicio de este momento de Kenos, señala la proximidad de un templo sintoísta.  El sintoísmo no constituye propiamente una religión en un sentido formal. Carece de dogmas, y de textos que enuncien un claro contenido doctrinario. En el sintoísmo es también decisiva la búsqueda de la pureza. De ahí su apego a una forma de purificación llamada harae (“barrido”) que es indispensable antes de toda ceremonia religiosa. Detrás de la imagen del Japón hipertecnológico y occidentalizado, aún perdura el ancestral sintoísmo en las tierras niponas. Rituales y fiestas sintoístas todavía se celebran y los torii  y el Monte Fuji Yama continúan exudando sus auras de iconos sagrados.

  El texto que presentamos a continuación, que sólo aspira a trazar una inicial apertura al shinto, pertenece a la emblemática obra colectiva “Historia de las ideas y creencias religiosas” dirigida por Mircea Eliade.

Recomendamos también la página www.japonologia.com donde hallarán una sólida introducción al shinto en el Japón actual.

De entrada podríamos decir que la religión japonesa es un culto a los kami. En nuestras lenguas occidentales no existe un equivalente exacto de esta palabra. Como todas las voces japonesas, kami carece de género y número, pudiendo referirse a una o varias divinidades, femeninas o masculinas; se utiliza para designar al dios único de los cristianos como a seres a los que más bien daríamos el nombre de espíritus: silvestres, acuáticos, domésticos y otros muchos espíritus colectivos. La amplitud del concepto no nos permite precisarlo más. A lo sumo puede darse del mismo una definición negativa: los kami no son ni omniscientes ni todopoderosos, ni fundamentalmente buenos ni malos, y ni siquiera puede decirse que están siempre presentes. De hecho, el llamar a la divinidad al comienzo de un acto de culto y él despedirla al final de la celebración constituye una parte esencial del rito de los templos, prueba evidente de que la presencia de las divinidades es excepcional. El shintai (cuerpo del dios) que se conserva en los santuarios – espejo, espada, peine, piedra o cualquier otro objeto- es sólo un símbolo de la divinidad o el lugar donde ésta viene a instalarse durante el culto. A veces se colocan también arbolillos, postes, pértigas, etc., como asientos temporales de la divinidad, lo que permite suponer que los kami vienen de lo alto, es decir del cielo.

De todos modos, el que visita uno de esos templos se comporta allí como si la divinidad estuviera presente. Comienza por batir palmas para atraer su atención y luego se inclina respetuosamente ante ella. Esto corresponde mas bien a una nueva tendencia favorecida por la creciente afición de los japoneses a los viajes y sobre todo, desde hace dos siglos, a las peregrinaciones religiosas. Aquí, a decir verdad, suele pasarse por alto un importante factor del desarrollo de concepciones religiosas más recientes, a saber, la intensa compenetración entre las ideas autóctonas y el budismo. Los budistas tienen siempre sus ascetas o asesores a quienes uno puede acudir en busca de ayuda. ¿Por qué no habrían podido desempeñar ese mismo papel los kami, que, como se creyó durante siglos, no eran sino manifestaciones de los budistas y bodhisatvas, es decir, de los santos y auxiliares budistas?

También, pues, para el hombre sencillo de hoy los kami son ante todo auxiliares o intercesores, un poco como los santos católicos. Al templo de uno peregrinarán los estudiantes antes de sus exámenes, al de otro las futuras madres; éste curará las afecciones oculares o dentales, aquél ayudará al casadero o la casadera a encontrar el cónyuge ideal, etc.

Lo único que uno puede preguntarse es si los kami están o no siempre presentes en sus respectivos templos; para venerarlos en otro lugar tiene que efectuarse una “disociación” o transferencia, la cual es tan invisible como los propios kami. Ahora bien, esta invisibilidad de los kami no está reñida con la facultad que poseen de hacerse visibles, como seres de carne y hueso, o de manifestar su presencia en cualquier objeto.

En general, los dioses se imaginan antropomórficamente, si bien existen algunas excepciones. En la mitología y las creencias populares, ciertas divinidades se manifiestan también en forma de serpiente; las de las montañas suelen presentarse como animales de caza, y los animales que aparecen en algunas leyendas como mensajeros de los kami constituyen quizá un indicio de la forma original de estos últimos. En este mismo contexto conviene repetir que contemplar directamente a la divinidad lleva en definitiva al hombre a su perdición, por lo que debe evitarse a toda costa.

Hasta ahora hamos considerado a la palabra kami en su sentido más amplio. Si a partir de lo dicho quisiéramos definir con más precisión la esencia de los kami, podríamos decir que son entes espirituales dotados de especiales fuerzas que los hacen superiores al hombre y los capacitan para socorrer a éste en sus diversas necesidades.

Pese a esta característica común, debemos distinguir entre las divinidades con un nombre propio e individual y las divinidades o espíritus cuyo nombre se refiere meramente a la función que desempeñan. Esta división aparece ya sugerida en la mitología y no cuesta ningún trabajo mantenerla hasta hoy.

Los kami con nombre propio son los que en la mitología actúan como personas; son también los antepasados o dioses-antepasados de las diversas familias nobles que asumieron un papel importante en el antiguo Japón. A estos mismos kami se les sigue rindiendo culto actualmente en los templos sintoístas. Cierto que hay también otros muchos dioses que la mitología menciona ocasionalmente por su nombre, pero que no han dejado huella duradera y hoy están del todo olvidados.

Otra categoría de dioses con nombre propio, venerados por todas partes en los templos, la constituyen numerosos kami que en algún momento se han manifestado a los hombres en sus sueños o en oráculos. Ejemplos de esta clase se dan sobre todo en la antigua historia del Japón, pero también los encontramos en el pasado reciente, si echamos una ojeada a los relatos de la fundación de algunas “nuevas religiones”. El esquema de tales revelaciones suele ser más o menos el mismo. La divinidad, que se da a conocer en sueños o por boca de un médium, se presenta como causante de tal o cual desgracia: muerte repentina de un gran personaje, malas cosechas, epidemias, catástrofes naturales o incluso únicamente el estado patológico o desesperado del médium. La maldición cesará tan pronto como se elija allí mismo un templo, con sus correspondientes tierras y sacerdotes, y se le ofrezca sacrificios, o también, si la víctima es el médium, en cuanto este se le abandone enteramente y sin reservas. Semejantes manifestaciones pueden venir de divinidades conocidas o desconocidas, así como de espíritus vengativos de difuntos que guardan algún resentimiento contra los vivos. Aquí cobra la divinidad una nueva dimensión: se muestra colérica y sedienta de venganza, capaz de hacer daño a los hombres, pero a la vez dispuesta a reconciliarse con ellos si siguen sus instrucciones.

Muy distintos son los dioses colectivos, dioses o espíritus de las montañas y bosques, ríos y mares, campos, árboles, rocas, caminos, etc. De ellos la mitología nos dice solamente que fueron engendrados y nacieron como los demás seres de este mundo, sabemos también que eran indómitos y violentos, hasta que los dioses y los héroes del pueblo de Yamato acabaron por doblegarlos. Los dioses y los espíritus anónimos desempeñan – o hasta hace poco desempeñaban – en la vida ordinaria del hombre sencillo un papel mucho más importante que los dioses de los grandes templos. En efecto, con estos últimos se entraba pocas veces en contacto, por ejemplo al hacer una peregrinación, y por lo demás la gente se contentaba con adquirir al principio del año un amuleto de tal o cual templo, comprándoselo a cualquier vendedor ambulante, para colocarlo en el estante de las ofrendas adosado a la pared de su casa y olvidarse luego probablemente de él. En cambio, la devoción a los dioses y espíritus anónimos y la s modestas fiestas en su honor a lo largo del año y de la vida de cada individuo tenían una importancia primordial. Estas celebraciones no requerían ni templos ni sacerdotes. Por supuesto, los espíritus de montes y bosques residen en plena naturaleza y allí es siempre posible encontrarlos, sin tener que llamarlos expresamente. ¡mas bien sucede lo contrario! Están allí aunque uno no lo quiera y vigilan estrechamente la conducta del hombre que tiene algo que hacer en el bosque, por ejemplo, para castigarlos si infringe algún tabú. En cuanto a las ofrendas, las reciben en determinadas fechas, según la costumbre, y en los lugares que vienen utilizándose para ello hace generaciones. Ocurre también que el cazador que cobre una buena pieza o el leñador que derriba un árbol de especial hermosura den excepcionalmente gracias a la divinidad por ese regalo mediante un sacrificio. Otro tanto hace el pescador cuando la pesca tiene éxito y el campesino tras una buena cosecha. Para cada cosa hay un patrono o señor que vela por ella. El dios de los campos está presente hasta en le última gavilla; el dios del hogar recibe las ofrendas que el ama de casa le presenta en la etapa de la gran marmita; y al dios de los caminos, encargado de múltiples tareas, se le honra en un altarcillo de piedra erigido en los confines del poblado. Desde allí puede esta divinidad rechazar a los dioses causantes de las epidemias y proteger a los viajeros; por ser además un dios fálico, concede la fecundidad a quienes la desean. La vida entera de los hombres depende de la benevolencia d todos esos kami anónimos, y muchos de ellos pueden encolerizarse y causar desgracias si no se les rinde el culto como es debido y no se observan sus preceptos. Para esto no necesitan mediums ni sueños, pues las antiguas tradiciones y costumbres enseñan ya a los hombres el modo de comportarse con tales seres.

Culto y lugares de culto

  A pesar de cuanto acabamos de decir, la imagen de la divinidad en la religión autóctona del Japón sigue siendo vago. Por otra parte, en una religión sin dogmas ni preceptos claros no nos parece posible formular un contenido doctrinal. Lo que quizá podría considerarse la base de todo ello, a saber, la mitología, no guarda relación alguna con la práctica religiosa. Solo, pues, el culto y sus lugares nos brindan un terreno concreto de estudio. El templo es, según la creencia general, el hogar de la divinidad. En su parte íntima, el santuario, se conserva el shintai o cuerpo del dios. Delante se extienden dos grandes salas, una para las ofrendas y otra para la oración. A esto se añade todo una serie de edificaciones complementarias: templetes para divinidades de segundo orden, una tarima para danzar, un tesoro, un despacho, etc. Más recientemente suele erigirse también un pabellón para celebrar bodas según el rito sintoísta, sin duda por influjo de los usos cristianos, que en este punto gozan de gran aceptación. Una valla rodea todo el conjunto, a menudo situado en medio de un bosque de viejos árboles. En el exterior, más allá de la puerta, los típicos torii indican al viandante la proximidad de un templo sintoísta. Nadie conoce exactamente el significado de esos torii.

A la entrada misma del recinto del templo hay una fuentecilla o pozo; unos pequeños cuencos de madera que sirven para extraer el agua invitan a lavarse allí la boca y las manos, purificación necesaria antes de poner los pies en el santuario. La pureza en efecto, es una exigencia primordial del Shinto. No obstante, cuando uno ha visitado varios de esos santuarios, no tarde en descubrir el desface que existe entre exigencia y realidad. La mayoría de los visitantes pasan de largo sin acercarse a la fuente, y apenas si hay alguno que eche un poco de agua sobre la punta de los dedos, menos todavía que se humedezca la boca. Ya en el siglo VIII se expresaban las mismas quejas sobre la falta de limpieza corporal y espiritual de quienes acudían a los templos de los dioses, y desde entonces nunca han cesado. Sin embargo, esa negligencia queda compensada por las rigurosas purificaciones impuestas a todos aquellos, sacerdotes o no, que toman parte activa en un acto de culto.

¿Qué ha de entenderse por pureza en el contexto de la religiosidad japonesa? El lavarse manos y boca es, desde luego, una purificación simbólica, como también el baño que toman los sacerdotes y laicos que van a participar en el culto: ¡Práctica bien rigurosa, cuando ese baño se toma en el mar o bajo una cascada en pleno invierno! Este tipo de purificación por agua se designa por el nombre de misogi y tiene por objeto dejar al individuo limpio de toda mancha de cuerpo y espíritu.

Lo mismo se pretende con otra forma de purificación llamada harae (barrido), obligatoria antes de toda ceremonia religiosa. El sacerdote recita una oración agitando a la vez una especia de escobilla formada por una vara de la que cuelgan tiras de papel o tela; de esa manera “barre” todas las impurezas. En las ocasiones en que debe purificarse a sí mismo, se pasa suavemente por todo el cuerpo un muñeco de papel y luego lo arroja al agua, dejándolo flotar a la deriva. Este método de purificación individual no es sino un ejemplo entre otros mundos.

Para participar activamente en los actos de culto hay que observar todavía otras prescripciones que persiguen idéntico fin, desde la simple abstinencia de carne, alcohol, relaciones sexuales, etc., hasta el total aislamiento durante algún tiempo entregándose a la oración y a la meditación, purificándose con abluciones y no tomando más alimentos que los preparados por uno mismo, para asegurarse de que no hay en ellos “mancha” alguna. Aquí es donde se ve con mayor claridad que los conceptos japoneses de pureza e impureza no coinciden forzosamente con los nuestros. Los teólogos modernos del shinto afirman que la máxima exigencia de su religión se resume en la rectitud personal y un corazón limpio y que los ritos de purificación tienen por objeto restablecer el estado de inocencia necesario para poder unirse con la divinidad. No obstante, si nos fijamos en los testimonios de tiempos pasados y en muchas realidades que aún hoy mismo saltan a la vista – por ejemplo el proceder de las gentes del campo que siguen las antiguas costumbres – comprobaremos que esa noción de pureza es relativamente nueva y se debe en gran parte a la influencia de otras religiones. En efecto, los dioses mismos son los primeros en reclamar la pureza, lo cual significa que a nadie a quien haya manchado la muerte o la sangre le es lícito acercarse a ellos, o sea tomar parte en el culto. No se habla aquí de un corazón limpio, sino de la impureza contraída, por ejemplo a raíz de la muerte de un pariente o de haberse dejado acompañar por alguien que haya comido un alimento preparado en un fuego “impuro”. De la impureza indirecta era bastante fácil deshacerse, pero en caso de la muerte de la propia familia debía pasar no poco tiempo para que eso sucediera y verse de nuevo autorizado a participar en el culto o incluso entrar en el recinto del templo. Lo mismo ocurría con el nacimiento de un niño. Por supuesto, la mujer embarazada no podía visitar ningún templo, debía como mínimo guisar su comida en un fogón aparte, ya que el fuego además de atraer hacia sí toda impureza, extiende su acción a los alimentos en él preparados.

Siendo tan importante la impureza externa, no podemos ahora menos que preguntarnos por la interna, el pecado. Ya hemos dicho que de la religiosidad japonesa no se desprende ninguna ética. Esto se explica ante todo por la historia, pues ya antes que los modestos principios de la religión autóctona hubieran podido dar lugar a una doctrina moral, los mandamientos budistas y la ética confucianista vinieron a ocupar el vacío existente.

Tales principios, sin embargo no carecen de interés. Para nosotros el pecado es un acto voluntariamente malo, una transgresión consciente de preceptos divinos. Del pecado cometido nos liberamos por el arrepentimiento, haciendo tal o cual tipo de penitencia y esperando así el perdón. La moderna teología sintoísta, que por un lado no puede prescindir de las ideas y problemas actuales y por otro, debe partir de los antiguos textos que el shintó contemporáneo reivindica con insistencia, explica, en cambio que la causa de una mala acción no reside en el interior del hombre, sino en influjos exteriores. Por ello es posible “barrer” de uno mismo el mal con un simple harae. Ninguna acción puede ser de por sí buena o mala; su valor en este sentido depende enteramente de las circunstancias.

Ahora bien, ¿cómo parecen en realidad las nociones tradicionales? Los textos más antiguos conocen ya la palabra tsumi, que a menudo se traduce por “pecado”, pero no hay identidad entre ambos conceptos, aunque es cierto que tsumi ha llegado a cobrar ese significado en el lenguaje moderno, por influjo del budismo y del pensamiento actual. Etimológicamente tsumi es algo que s le achaca a alguien, a modo de una carga que estaría llevando. De esa carga personal el sujeto se libera por medio de un harae que es como una multa o compensación exigida por el propio interesado. El harae forma, pues, parte de una especie de orden jurídico y, como se ve por los ejemplos, la culpa, que representa una carga para el individuo, no está ligada a una moral.

A mediados del siglo VII, con el nuevo derecho inspirado en el modelo chino, se abolió el harae como práctica legal. Jurídicamente caduco, siguió empero utilizándose por varias décadas con un nuevo espíritu y en forma oficial. De todas partes debían llegar determinados dones expiatorios como si se tratara de un “impuesto”, y luego, al final del sexto y duodécimo mes, se celebraba la ceremonia de la gran purificación, a raíz de la cual quedaban colectivamente absueltos todos los tsumi del país. El sacerdote que presidía el acto agitaba en público un haz de fibras de cáñamo como representación visual del barrido.

(*) Fuente:  Nelly Naumann, Shinto y religión popular. La religiosidad japonesa en su contexto histórico, en Historia de las creencias  y de las ideas religiosas (obra colectiva dirigida por Mircea Eliade), Barcelona, Herder.

Cuatro formas de tolerancia

Cuatro formas de tolerancia.

Maestro Hsing Yun

La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien tolera.

Hay cuatro principios para la tolerancia:

1. No responder a las blasfemias

Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.

2. Mantenerse calmo frente a los infortunios

Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.

3. Compasión frente a la envidia y el odio

Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra superioridad.

4. Gratitud frente a las difamaciones

Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.

El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones.

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