NARADA, MAHATHERA (SUMANAPALA PERERA, 1898 -1983)

NARADA, MAHATHERA (SUMANAPALA PERERA, 1898 -1983)

Fue discípulo de Mahanayaka Thera. Perteneciente a la comunidad Sinhalese, nació en un suburbio de Colombo (Sri Lanka). Tuvo una educación inglesa y entró en la Sangha de Pelene Vajiranana Mahanayaka Thera a la edad de dieciocho años.

Recibió una educación monástica y estudio filosofía, lógica y ética en U College, Colombo.

Viajó por el Sudeste de Asia, siendo un gran promotor de budismo en Europa. Fue presidente de la Sociedad Budista Vihara.

Sus publicaciones más importantes son:  El Budismo en una Cáscara de Nuez; El Buda y sus Enseñanzas; Concepción Budista de la Mente o Conciencia; La Doctrina Budista de Karma y Renacimiento; Los Estados Sublimes; La Via Hasta el Nibbana; La Vida de Buda; y El Ideal del Bodhisattva. Sus grandes traducciones fueron El Dhammapada y Abhidharmmathasangaha.

Perteneció al budismo Theravada, palabra utilizada para referirse al Canon Pali, el cual fue compilado por quinientos Arahants (personas iluminadas) en el Primer Concilio Buddhista celebrado en Rajagaha (hoy día Rajgir, India) tres meses después de la muerte de Buddha en el siglo sexto A.C.

Theravada significa literalmente “la doctrina o enseñanza de los antiguos”. La tradición theravada se fundamenta en el Canon Pali o las Tres Canastas (Tipitaka) que según todos los estudiosos reconocen, contiene la compilación más antigua de las enseñanzas de Buddha, y que para la tradición theravada, representa las palabras y enseñanzas originales de Buddha.

Por muchos siglos el theravada ha sido la filosofía y la religión predominante en Sri Lanka, Mianmar (Birmania), Tailandia, Camboya y Laos. También se encuentra en Vietnam, Malasia, Singapur y otros países del Oriente. En las últimas décadas se ha expandido a Europa, Estados Unidos y Canadá, y más recientemente a México, Brasil, Puerto Rico y otros países latinoamericanos.

Los textos canónicos theravadas están escritos en pali, una lengua muy antigua emparentada con el sánscrito, que de acuerdo a la tradición theravada, Buddha utilizó  para impartir sus enseñanzas. El Venerable Ananda, primo y asistente personal de Buddha, memorizó todos sus discursos. Tres meses después de la muerte de Buddha se reunieron los monjes y recitaron todo lo que habían escuchado decir a Buddha. Así se estableció una transmisión oral de las enseñanzas hasta que estas fueron escritas en hojas de palma en pali cien años A.C.

El capitulo de Narada Thera sobre las cuatro Nobles Verdades resumido en las siguientes líneas, pertenece al libro original traducido al inglés THE BUDDHA AND HIS TEACHINGS y representa la esencia de las enseñanzas de Buddha. Cada vez que un Buddha aparece en el mundo, descubre y enseña estas Verdades que han permanecido ocultas por mucho tiempo. Todo lo que Buddha enseñó está incluido en estas Cuatro Nobles Verdades. No hay nada capaz de ser conocido fuera de estas Verdades.

Buddha realizó las Cuatro Nobles Verdades en el momento de su Iluminación hace más de dos mil quinientos años. Estas Verdades existen independientemente de la existencia de los Buddhas por lo que no son creadas sino descubiertas por éstos.

Las Cuatro Nobles Verdades son:

  1. La primera Verdad trata del dukkha que por falta de una traducción mejor equivalente, es denominado sufrimiento o dolor. Los hombres corrientes sólo pueden ver superficialmente. Un Ariya ve las cosas como son de verdad. Para un Ariya toda la vida es sufrimiento y él no encuentra ninguna felicidad real en este mundo que engaña a la humanidad con placeres ilusorios. La felicidad material es meramente la satisfacción de los deseos. El deseo insatisfecho también es sufrimiento
  2. La Noble Verdad del Origen de Dukkha es que la causa de este sufrimiento es el deseo o el apego Las formas más groseras de deseo se atenúan al obtener Sakadagami, la segunda fase de Santidad, y se erradican al lograr Anagami, la tercera fase de Santidad. Se erradican las formas sutiles de deseo en lograr Arahantship. Ambos, sufrimiento y deseo sólo pueden ser erradicados siguiendo el camino de en medio, enunciado por el Buddha, y logrando la Beatitud suprema de Nibbana. El budismo Mahayana añade que la causa más profunda de este sufrimiento es la mente de DUALIDAD
  3. La Tercera la Verdad Noble es la cesación completa del sufrimiento que es Nibbana, la última meta budista. Es lograda por la erradicación total de todas las formas de deseo. Este Nibbana será comprendido por el ojo mental, renunciando a toda atadura interior al mundo externo.
  4. Esta Verdad tiene que ser comprendida desarrollando el Octuple Noble Sendero que es la Cuarta Verdad Noble. Este único camino es la única ruta directa que lleva a Nibbana. Evita el extremo de auto mortificación que debilita al intelecto y el extremo de autoindulgencia que retarda el propio progreso moral.

            Consiste en lo siguiente ocho factores.

1) La Comprensión (entendimiento) correcta (Samma Ditthi),

2) Los Pensamientos (Actitud) correctos (Samma Samkappa),

3) El Discurso (Palabra) correcto (Samma Vaca),

4) La Acción correcta (Samma Kammanta),

5) El Sustento (forma de vida) correcto (Samma Ajiva),

6) Esfuerzo correcto (recta energía e intención) (Samma Vayama),

7) Atención correcta (Samma Sati), y

8) Concentración correcta (Samma Samadhi),

Hablando estrictamente, desde un último punto de vista, estos factores que comprenden el Octuple noble sendero representan ocho propiedades mentales (cetasika) colectivamente incluidas en las cuatro clases de conciencia supramundanas (citta del lokutttara) cuyo objeto es Nibbana.

Ellos son: –el paññindriya (facultad de sabiduría), vitakka (aplicación inicial), virati (tres abstinencias,) el viriya (energía), sati (atención) y ekaggata (unidereccionalidad) respectivamente.

Puede ser particularmente ineficaz que cualquier maestro diga, por ejemplo: ‘Cultivad una recta atención’. ¿Qué es una recta atención? ¿Cómo conseguirla? Parece que necesitamos ir a seguir un curso para cada elemento del Óctuplo Sendero. No es así. Una comprensión completa y profunda del Óctuple Sendero tiene las respuestas a esta pregunta sin necesidad de entrar en grandes diálogos o planes de acción. El Óctuple Sendero no es un camino de renuncia en que necesitas saber lo que es incorrecto. La verdad de ¿qué? y ¿cómo? puede encontrarse dentro del Óctuplo Sendero, pero no es fácil. Necesitas calma, introspección, paciencia, determinación y perseverancia y una creencia en tu propia naturaleza

¿Que es el budismo Theravada?

¿Que es el budismo Theravada?

De acuerdo con el Dipavamsa (La Crónica de la Isla de Sri Lanka), una obra muy antigua escrita en pali a principios de la era común, el nombre “Theravada” se utilizó para referirse al Canon Pali según éste fue compilado por los “theras” – quinientos Arahants (personas iluminadas) – en el Primer Concilio Buddhista celebrado en Rajagaha (hoy día Rajgir, India) tres meses después de la muerte de Buddha en el siglo sexto antes de la era común.

Theravada es una palabra pali compuesta de “thera” que significa antiguo, viejo, monje y “vada” que se traduce como palabra o doctrina. Theravada significa literalmente “la doctrina o enseñanza de los antiguos”. La tradición theravada se fundamenta en el Canon Pali o las Tres Canastas (Tipitaka) que todos los estudiosos reconocen contiene la compilación más antigua de las enseñanzas del Buddha, y que para la tradición theravada representa las palabras y enseñanzas originales del Buddha.

Las Tres Canastas del Canon Pali son: (1) Vinaya Pitaka, la reglas de disciplina para los monjes (bhikkhus) y monjas (bhikkhunis), (2) Sutta o Suttanta Pitaka, los discursos de Buddha, (3) Abhidhamma Pitaka, enseñanza superior de la psicología y filosofía buddhista.

Por muchos siglos el theravada ha sido la filosofía y la religión predominante en Sri Lanka, Myanmar (Birmania), Tailandia, Camboya y Laos. También se encuentra en Vietnam, Malasia, Singapur y otros países del Oriente. En las últimas décadas se ha expandido a Europa, Estados Unidos y Canadá, y más recientemente a México, Brasil, Puerto Rico y otros países latinoamericanos.

Los textos canónicos theravadas están escritos en pali, una lengua muy antigua emparentada con el sánscrito, que de acuerdo a la tradición theravada el Buddha utilizó para impartir sus enseñanzas. El Venerable Ananda, primo y asistente personal del Buddha, memorizó todos sus discursos. Tres meses después de la muerte del Buddha los monjes se reunieron y recitaron todo lo que habían escuchado decir al Buddha. Así se estableció una transmisión oral de las enseñanzas hasta que estas fueron escritas en hojas de palma en pali cien años antes de la era común en la isla de Sri Lanka. El aprender y entender conceptos en la Lengua Pali es de beneficio para los estudiantes de esta tradición

No hay fuego tan ardiente como la pasión; (Codicia)

No hay desastre comparable al odio; (Hostilidad y Aversión)

No hay nada tan frágil como el cuerpo; (Confusión y Delusión)

No hay felicidad superior al Nirvana. (Estado primordial)

Las Semillas de la meditación Buddhista se plantaron en la India
Y fueron desarrolladas por los Theravadin.

Sin estas semillas, el Arco Iris del Buddhismo no habría sido tan magnifico
como para ayudar a todos los seres.
Aquellos que practican y entienden las semillas y las raíces pueden dejar el apego a sus
propias prácticas y salir de la cárcel de sus individuales torres Buddhistas

EL SERMÓN DEL FUEGO
El oído está ardiendo; los sonidos están ardiendo…
La nariz está ardiendo; los olores están ardiendo…
La lengua está ardiendo; los sabores están ardiendo…
La mente- conciencia está ardiendo;
Las impresiones recibidas por la mente están ardiendo;
Sea cual fuere la sensación: agradable, desagradable, o indiferente,
se origina en dependencia de las impresiones recibidas por la mente, que también está ardiendo

NYANAPONIKA THERA

En la Doctrina Buddhista, la mente es el punto inicial, el punto focal,
y también, en la mente liberada y purificada del Santo, el punto culminante.

Para poder entrar en el camino, el punto inicial es saber que la mente está fuera de control como un caballo loco que corre constantemente sin sentido natural. Por tanto, la única solución al principio del camino es pacificar primero al caballo.

La manera de pacificación depende, en el sistema Theravadin, de la naturaleza del caballo y también de la manera en que la mente está manchada.

Algunos pueden entrar en el camino por vía de la CONTEMPLACIÓN.
Pero la mayoría de las personas necesitan entrar por vía de la CONCENTRACIÓN.

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Hay una diferencia fundamental entre la Concentración y la Contemplación.

La Concentración es como un microscopio que dirige la atención hacia un tema u objeto, excluyendo a todos los otros estímulos. Las técnicas son sutiles en el Buddhismo, pero la idea es de apaciguar la mente. Los métodos de la CONCENTRACIÓN son las Semillas.

La Contemplación es como un telescopio con una lente de ángulo amplio, que puede ver todo el cielo sin prestar atención a ninguna estrella.

En el Buddhismo, la idea es no rechazar ni excluir de la atención los sentimientos, las emociones, o los pensamientos que entran en la conciencia cuando se hace la contemplación.

El crecimiento de CONTEMPLACIÓN es el desarrollo de las Raíces.

La Concentración y La Contemplación son formas diferentes de meditación y cualquier persona que ha entrado en grupos de meditación (incluidos sistemas no Buddhistas) sabe que la gran dificultad es que los pensamientos, las sensaciones y las emociones entran continuamente en la mente, interrumpiendo la tranquilidad.

El secreto del éxito de la CONCENTRACIÓN y la CONTEMPLACIÓN en cualquier vehículo Buddhista es no resistir estos visitantes indeseables, pero tampoco aceptar su presencia y rendirse.

Necesitas desarrollar una neutralidad en su presencia de manera que sabes que están presentes, pero sin prestarles la más mínima atención.

CONCENTRACIÓN THERAVADIN

En la Concentración, la actitud con respecto a las sensaciones, emociones, y pensamientos es igual que en la Contemplación, pero en la Concentración, la mente está dirigida, con recta atención, a uno de los siguientes temas inicialmente elegido por el maestro:

Las Reflexiones, Los Elementos, la Repugnancia de la Comida —— Meditación de Acceso
Partes del Cuerpo o Cadáveres ——————————————————– Primer Jhana (nivel)
Amor Benevolente, Júbilo por Otros, Compasión —————————— Tercer Jhana (nivel)
Ecuanimidad ————————————————————————————— Cuarto Jhana (nivel)
Espacio Infinito ———————————————————————————- Quinto Jhana (nivel)
Conciencia Infinita ——————————————————————————-Sexto Jhana (nivel)
Vacuidad ———————————————————————————————- Séptimo Jhana (nivel)
Las Kasinas, La Respiración, Ni Percepción ni No-Percepción ————Octavo Jhana (nivel)

LOS PRIMEROS CUATRO JHANAS

El primer jhana refrena los estímulos externos y nuestras respuestas internas a los mismos.

El segundo jhana intensifica la serenidad; la mente no analiza, ni reflexiona, ni se mueve en agitación.

En el tercer jhana, comienzas a ver las experiencias directas de sufrimiento, compasión, amor benevolente, y júbilo.
Hay una imperturbabilidad y calma completa.

El cuarto jhana presenta un estado ajeno de dualidad y de placer o alegría mundana, y la experiencia de la ecuanimidad, que no es indiferencia.

Los jhanas más avanzados
Con buenas prácticas y aplicación, puedes avanzar y eventualmente progresar en los niveles hasta la comprensión de que
no hay percepción ni no percepción.

Esto es la Concentración.

En el sistema Theravadin, ¿cómo se elige el tema de Meditación?
En el Buddhismo, los Jhanas son de importancia secundaria en la cultivación de la sabiduría trascendental. Sin embargo, tienen grandes ventajas para la preparación de la mente.

La clave de los avances en la meditación de acceso a los Jhanas es la cualidad de la Atención Recta. Es esta misma atención recta que es la base para la meditación mas allá de los Jhanas. La esencia de atención recta es énfasis en la recepción de la mente de estimulos y no la reacción.

LA ATENCIÓN RECTA

La esencia de la Atención Recta es enfocar sólo en la recepción del objeto de atención y no desarrollar respuestas mentales. La exclusión de formaciones mentales relacionadas con el sujeto permite una atención más pura.

Los sistemas graduales utilizan la concentración junto con la contemplación, introduciendo el sistema de concentración hasta que todos los hábitos e impedimentos acumulados en la vida sean disueltos.

En ese momento, con sólo la base de las identidades presentes, se entra en la contemplación, y se permite que los residuos de las identidades: Yo, Ego y Súper Ego, se escurran como agua en la mano.

Los métodos que empiezan por la concentración se llaman métodos graduales.

Los métodos de sólo contemplación, como Chan y Dzogchen, se llaman métodos directos, súbitos o repentinos.

Ninguno es más rápido ni mejor que ningún otro.

No existen doctrinas (o caminos) inmediatas y graduales. Como hay gente con una mente rápida y gente que no lo es tanto, los desorientados se unen por grados. Pero una vez que los unos y otros logran comprender su propio corazón de la mente y contemplar su propia naturaleza, el despertar es igual para todos.”

Entonces, ¿Por qué se habla del despertar gradual y súbito si Doctrina solo hay una?
Porque unos son lentos y otros raudos en alcanzarlo. Por eso se habla de caminos inmediatos y graduales.

Recuerda: nunca han existido diferentes vehículos; es la ley única la que adopta diferentes formas de transporte, según los niveles de capacidad del corazón de la mente de las gentes.

El Camino de la Contemplación Theravadin
Como hemos dicho arriba, después de los Jhanas de La CONCENTRACIÓN, viene la verdadera Meditación en la Vía Theravadin, LA CONTEMPLACIÓN, que también tiene su base en la Atención Recta.

Aquí se comienza el CAMINO DE LA CONTEMPLACIÓN llamado “VIPASSANA”.

Hay cinco etapas de CONTEMPLACIÓN:

La Etapa de LA RECTA ATENCIÓN DIRIGIDA
La Etapa de las REFLEXIONES
La Etapa del PSEUDO NIRVANA
La Etapa de la REALIZACIÓN DEL IMPULSO DE ESCAPARSE
La Etapa de VIPASSANA SIN ESFUERZO

Estas cinco son Etapas en El Camino al Prajna (Sabiduría Trascendental).
Las Etapas anteriores de CONCENTRACIÓN son Etapas de Samadhi (Absorción).

En la Etapa de la RECTA ATENCIÓN DIRIGIDA, la Recta Atención está desarrollada y dirigida a las Funciones del Cuerpo, Sensaciones, Estados Mentales y Fenómenos procedentes de la Mente.

En la siguiente Etapa de REFLEXIÓN estos procesos son percibidos de siete maneras:

Hay una clara discriminación entre la atención y el aparente objeto de meditación.
Hay una experiencia de “no ser”.
Las discriminaciones no tienen sustancia ni ninguna identidad como procesos.
Hay una experiencia de impermanancia.
Todo parece transitorio en cada momento de la Meditación.
Los procesos no son ni agradables, ni desagradables.
Hay una experiencia de sufrimiento inaceptable.

La Etapa de PSEUDO NIRVANA consiste en la clara percepción de los aparentes momentos sucesivos de la mente. Está acompañada por una variedad de diferentes experiencias de tranquilidad y ecuanimidad.

La Etapa de la REALIZACIÓN DEL IMPULSO DE ESCAPARSE consiste en la realización de la naturaleza no satisfactoria de los fenómenos físicos y mentales. Está acompañada por la disolución de las experiencias anteriores, y la iniciación del dolor físico

La Etapa de VIPASSANA SIN ESFUERZO consiste en entrar en la verdadera CONTEMPLACIÓN sin esfuerzo, incansable, y con la comprensión instantánea del sufrimiento, el no ser, y la impermanencia.

Entonces, el meditador entra en la ETAPA DE CESACIÓN. En esta etapa están:
NIRVANA, que es la cesación de todo fenómeno físico y mental
y
NIRODA, que es la cesación total de la conciencia.

La madurez de VIPASSANA es la disolución de las cadenas de las Identidades
y de la conceptualización del universo.

Eso es el conocimiento de la NO DUALIDAD, El ESTADO PRIMORDIAL

El Sendero Súbito Theravadin
El Sendero Súbito en el vehículo Theravadin es VIPASSANA BHAVANA. Es una aprehensión directa de la realidad de las cosas tal como son, Nianatiloka dijo,

“Vipassana es la luz intuitiva que brota como una relámpago, revelando la verdad de la impermanencia, el sufrimiento y la naturaleza impersonal e insustancial de todos los fenómenos de la existencia, tanto físicos como mentales”

Según el Visuddhi Magga, los 18 principales tipos de conocimiento del Vipassana son:

La contemplación de:
La reflexión que vence la negligencia y la falta de atención
El rechazo a los fenómenos que desata los nudos y vence el aferramiento
La permanencia que disuelve la idea de permanencia
El cambio que disuelve la idea de duración
La degradación que disuelve la idea de consistencia
El sufrimiento que disuelve la idea de felicidad
La infelicidad o el peligro que vence el anhelo y el apego
La aversión que elimina el apego
El abandono que vence el apego
La ausencia de deseo que vence el disfrute
El desapego que combate la avidez
La extinción que vence la idea de la aparición
La desaparición que combate la acumulación de Karma negativo
La impersonalidad que disuelve la idea de identidad
Lo incondicionado que vence las condiciones
El vacío que disuelve las formas
La experiencia directa que vence el anhelo y el apego a la idea de sustancia
El conocimiento y la visión del estado primordial que vence el apego al Ego y al mundo

Es solo la IGNORANCIA lo que hace la separación, más aparente que real.
Cuando ves la humildad y compasión de los Maestros Theravadin de la Nueva Era
puedes ver al Bodhisattva que tienen escondido por dentro.

En el sistema Theravadin original, el concepto de la Renuncia era prominente.
En este siglo, el énfasis ha cambiado, gracias a Maestros como Nerada Maha Thera y Nayanaponika Thera.

La nueva era Theravadin, con Recta Atención como ayuda en la vida cotidiana, y como clave de la puerta de la Concentración,
ha reunido el Theravadin conceptualmente con el Mahayana

La propia naturaleza de un principe

LA PROPIA NATURALEZA DE UN PRINCIPE

Con una lluvia de monedas de oro puedan apaciguarse los deseos sensuales, pues son insaciables, efímeros y engendran el dolor;

Sabiendo esto, el sabio, ni siquiera halla deleite en los placeres celestiales.

El discípulo del Perfecto Despierto sólo se regocija extinguiendo los deseos.

Las raíces del Buddhismo vienen claramente de la gran Religión Hinduismo de la India, y el gran sabio Buddha nació en ese ámbito. Sus primeros maestros fueron Hindúes. Es importante entender su Vida y Enseñanzas con referencia a su tiempo y no al nuestro.

NO BUSCAR REFUGIO EN NADA SINO EN SÍ MISMO

“He enseñado el Dhamma sin hacer distinción alguna entre la doctrina exotérica y la esotérica; pues por respeto a la norma, Ananda, el Tathagata no tiene tal cosa como un puño cerrado para aquellos maestros que retienen ciertas cosas. ¡Sed islas vosotros mismos, Ananda!
Sed un refugio para vosotros mismos; no toméis otro refugio. Ved la verdad como una isla, ved la verdad como un refugio. No buscad refugio en nadie sino en vosotros mismos.”

“¿Y cómo, Ananda, ha de ser un Bhikkhu una isla dentro de sí mismo, un refugio para sí mismo, no tomando para sí ningún otro refugio, viendo la Verdad como una Isla, viendo la Verdad como un refugio, no buscando refugio en nadie sino en sí mismo?

Así, monjes: en cuanto al cuerpo, un Bhikkhu contempla el cuerpo, y el cuerpo permanece alerta, atento y en posesión de sí, habiendo conquistado el deseo-apego por las cosas del mundo. (Y similarmente:) en cuanto a las sensaciones…en cuanto a los estados de ánimo… en cuanto a las concepciones mentales, un Bhikkhu contempla cada uno de ellos permaneciendo alerta, atento, y en posesión de sí, habiendo conquistado el apego del deseo por las cosas del mundo.

“Y quienquiera, Ananda, ahora o después de mi muerte, sea una isla y un refugio para sí mismo, y no tome para sí otro refugio, sino que vea la Verdad como una isla, vea la Verdad como un refugio, no ha de buscar refugio en nadie sino en sí mismo, y será él, Ananda, entre mis discípulos, el que alcanzará la otra Ribera. Pero son ellos mismos quienes han de hacer el esfuerzo.”

“¡Basta, Ananda! ¡No lloréis, no os mortifiquéis! ¿Acaso no os he dicho a menudo que está en la misma naturaleza de las cosas el tener que separarse eventualmente de todo lo que nos toca de cerca y es querido? Pues, Ananda, ¿puede ser de otra manera? Puesto que todo lo nacido, evolucionado y organizado contiene dentro de sí los gérmenes de desintegración, ¿cómo puede ocurrir que un ser no muera? ¡ninguna otra condición es posible!

Puede ser, Ananda, que algunos de vosotros tengan esta idea: “¡La palabra del Maestro ya no está más, y ahora estamos sin guía!” Pero, Ananda, es menester que no penséis de esta manera. El Dhamma y las reglas para la Sangha que os he expuesto y he establecido para vosotros, una vez que me haya ido, que sean vuestro maestro.

Esto os digo, Bhikkhus. La decadencia es inherente a todas las cosas condicionadas. Buscad vuestra salvación, con diligencia.”

Si el hombre sensato se junta con el Sabio, aunque sea por un instante, captará la verdad como la lengua el sabor de la sopa.

El Dhammapada

Hay seres, en medio del Sufrimiento, con aparente inteligencia, pero lleno de arrogancia, orgullo e ignorancia que creen que pueden encontrar la verdad sin la ayuda de un sabio.

Ellos, buscando la verdad escondida por Mara, solo tienen la mente manchada como guía. Rechazan la ayuda de un maestro porque la mente manchada resiste ser domada.

Esos hombres son fácilmente atrapados por las palabras y frases y nunca pueden ver más allá.

Son como el abogado que ha elegido defenderse a sí mismo. Tiene a un idiota como cliente.

Estas son las últimas enseñanzas de Buddha antes de su muerte.

Para ayudar a las personas en el camino, pueden ser las enseñanzas más importantes que puedan recibir, ya que, como hemos dicho, eso no significa que uno pueda hacer el camino sólo y sin ayuda.

Muchas veces oigo decir a muchas personas, desilusionadas con la jerarquía religiosa y con ideas muy fijas, que pueden despertarse e iluminarse por sí solas, ya que Buddha lo hizo así.

Estas personas tienen una visión muy estrecha de la verdad.

PORQUE BUDA TAMBIÉN TUVO MAESTROS

Nuevas fronteras de pensamientos
Nadie que abre nuevas fronteras de pensamientos lo hace sin los beneficios y los impedimentos de la era en la que vive. En la India, durante la época de Buddha, existía mucho descontento con el sistema Brahmánico, particularmente en el noroeste, donde los ascéticos intentaban ir más allá de las escrituras.

Había un nuevo énfasis en el conocimiento trascendental y la renuncia. Fue una era de nuevas sectas: escépticos, atomistas, materialistas, antinomians (contra la ley y las normas de la sociedad), ajivikas (que proponían la ley natural del destino), y jaínas (que buscaban maneras de liberar la esencia del hombre de lo material).

En este ámbito nació Siddharta.

Es cierto que cuando era joven, sus estudios eran teóricos y académicos, pero tenía enseñanzas y conocimientos de la meditación suficientes como para entrar en el primer jhana (nivel), según El Maijjhima Nikaya, ‘durante un festival de aradores en la época del laboreo del primer surco’.

Suddhodana, su padre, escoltado por sus ministros, efectuaba esta noble tarea campesina mientras el príncipe, Siddharta, estaba cobijando en una tienda, bajo las ramas de un gran árbol jambu (manzano rosa). Cuando su padre y los ministros lo encontraron allí, absorto en el primer jhana, se alegraron y se asombraron, pero Suddhodana estaba muy preocupado por su futuro.

Buddha recitó este episodio:

La fe es la simiente, la austeridad, la lluvia;
La sabiduría es mi yugo y mi carreta;
La modestia, mi varal; mi espíritu es la correa,
Y estoy atento al arado y a la aguijada…
De este modo es sembrada la simiente
Y de ella saldrá el fruto imperecedero,
Quien tenga esta simiente bien sembrada,
Estará libre de todos los males.

Suttanipata

Según las leyendas que surgen alrededor del nacimiento de cualquier gran maestro, encontramos el siguiente diálogo entre los padres de Siddharta, la reina Mayadeva y el rey Suddhodana, antes de su nacimiento:

La reina Mayadeva se dirigió a su esposo así:

“En lo sucesivo, quiero abstenerme de causar daño a cualquier ser viviente y llevar una vida casta. Evitaré el robo, la embriaguez y las conversaciones frívolas. Quiero, Señor, renunciar a toda palabra áspera, a calumnias y a mentiras. Este es mi propósito.

No envidaré la felicidad del prójimo, ni haré daño a nadie; mantendré amistad con todos y evitaré con sumo cuidado emitir opiniones falsas. Quiero, ¡Oh Rey!, vivir acomodándome a las once reglas morales. Esta resolución me ha atormentado toda la noche.

Así, pues, ¡Oh Rey!, no alimentéis conmigo deseos de placer sensual. Procurad no ofenderme, porque quiero observar mi voto de castidad.”

Y el rey respondió:

“Respetaré todos vuestros deseos. Permaneced tranquila. Vos emprendéis una noble vida. Yo y mi reino os obedeceremos.”

Con este diálogo, se nos prepara por un nacimiento milagroso.

La concepción y el parto
Entonces, Mayadeva dulcemente dormida en su lecho. vio en sueños esto: “Un elefante blanco como la nieve y la plata, con seis colmillos, de bellas patas, de soberbia trompa, de cabeza bermeja, entró en mi seno; era el más hermoso de todos los elefantes; su andar gracioso, las junturas de su cuerpo firmes como el diamante. La felicidad que yo sentí, jamás fue vista, oída ni gustada; de manera que, en un estado placentero para el cuerpo y de sumo bienestar para el espíritu, quedé de todo absorta en la contemplación.”

Después de este sueño, encontramos a la reina Mayadeva a punto de dar luz a Siddharta.

‘El Mahavastu’ dice que la reina parió en el éxtasis de alegría y un bienestar perfectos, asió con una mano una rama de un árbol cubierto de lianas verdes y tiernos botones y así mantuvo en ademán placentero, hasta que parió al Conquistador. (Era la norma establecida, dice ‘el Dighnikaya’, que mientras las demás mujeres dan a luz sentadas o acostadas, la madre de un Bodhisattva debe parir de pie.) Así, el nacimiento ocurrió en una luna llena del mes de Vaisakha.

Después del nacimiento, la alegría se desbordó en el reino de los Sakya. Tras este sorprendente nacimiento, el padre del príncipe, al pasar su nulo papel en la concepción, podía desbordar de orgullo y esperanza.

Las predicciones
Como de costumbre, el rey reunió a una asamblea de ciento ocho brahmanes, con ocho expertos, para interpretar los varios símbolos del cuerpo. Siete de los expertos dijeron que el príncipe podría ser un rey universal o un buddha. El octavo, Kandanna, el más joven, estaba seguro de que sería un buddha. (Más tarde, Kandanna era entre sus primeros cinco discípulos.)

Las predicciones se verían confirmadas por el anciano Asita, Kalia Deva, al que avisaron milagrosamente del acontecimiento, en su ermita. Abandonó las montañas y acudió junto al recién nacido. El ascético afirmó, “Los grandes hombres como él no duermen mucho tiempo; los hombres de bien como él suelen permanecer despertados.”

Asita sonrió y también lloró y explicó a los allí presentes que al haber visto al Salvador del Mundo, le había llenado de alegría, pero al pensar que morirá sin haber escuchado la enseñanza de Buddha, le había llenado de tristeza.

Después de una vida conyugal durante doce años con la joven hija de un noble Sakya, llamada Gopa adornada con todas las virtudes, Siddharta no consiguió que de su matrimonio naciera un joven príncipe.

Sin embargo, en el transcurso del treceavo año, tuvo un hijo de Yasodhara, una hermana de Gopa. Siddharta tuvo dos o quizás tres esposas; por supuesto sin mencionar a las mujeres de su harén.

Así era la vida del joven príncipe.

Era una vida de lujo y placer lejos del sufrimiento de la humanidad.

Ahora vienen los cuatro encuentros importantes en la vida del joven.

El ‘Dighanikaya’ cuenta:

“El joven señor Gotama ordenó a su cochero que preparara el carruaje de ceremonia con estas palabras: “Prepara el carruaje, mi buen cochero, y vamos a pasear por el parque”.

“Si, señor”, respondió el cochero. Se apresuró a aparejar el carruaje y regresó para anunciarle a Gotama-“El carruaje está listo, señor; a vuestras órdenes.”- Gotama subió entones al carruaje de ceremonia y se fue al parque.”

Tras este suceso, el rey se dijo para si: “Es preciso que Gotama no renuncie al poder; hay que evitar que abandone la casa para llevar la vida errante de los religiosos, es necesario que la predicción de los magos brahmanes no se cumpla.”

Así, para evitar que abandone la casa, para evitar que esto sucediera, adoptó sus medidas a fin que el joven príncipe se aficionara todavía más a los placeres sensuales. Y entonces, Gotama siguió inmerso en el placer de los sentidos.

Su encuentro con la vejez
Luego, el joven señor encontró en el camino del parque, a un anciano tan torcido como la terminal curvada de un tejado, decrépito, apoyado en un bastón, tambaleándose al andar, agotado. Al verle, Gotama dijo:

“Buen cochero, ¿qué hizo ese hombre para que sus cabellos y su cuerpo sean diferentes de los de otros hombres?”

“Ese hombre es lo que llamamos un anciano, señor”. “Le llaman así, señor, porque no seguirá viviendo mucho tiempo”.

“Entonces, mi buen cochero, ¿también yo estoy expuesto a la vejez? ¿no estoy yo fuera de su alcance?”

“Vos, señor, lo mismo que yo, estamos amenazados por la vejez; no nos hallamos fuera de su alcance.”

“Está bien, mi buen cochero, ya tengo bastante parque por hoy. Llévame a mis aposentos…”

Su encuentro con la enfermedad
Pasado cierto tiempo, el joven señor mandó a su cochero que preparara el carruaje y salió de nuevo.

Y Gotama, cuando se dirigía al parque, encontró a un hombre enfermo, doliente y débil, tendido en el suelo y revolcándose en sus excrementos, solo, alimentado y vestido por almas caritativas. Al verle, Gotama preguntó:

“Ese hombre, mi buen cochero, qué cosa ha cometido, para que sus miradas no sean como las de otros hombres y que su voz sea distinta a la de los demás?”

“Ese hombre, señor, el lo que se llama un enfermo.”

“¿Y qué significa un enfermo?”

“Un enfermo, señor, es un hombre que difícilmente podrá recuperar la salud.”

“Y yo, mi buen cochero, estoy expuesto también a caer enfermo? ¿No estoy fuera del alcance de la enfermedad?”

“Vos, señor, como yo, estamos expuestos a caer enfermos; no estamos fuera del alcance de la enfermedad.”

También entones el rey dijo para sí, “He de procurar que Gotama no rechace el poder; hay que evitar que abandone la casa para llevar la vida errante de los religiosos; es preciso que las predicaciones de los magos brahmanes no se cumplan.”

Así, para oponerse a este peligro, tomó sus medidas para que el joven señor se abismara más aún en los placeres de los sentidos. Y Gotama siguió deleitándose en los placeres sensuales.

Algún tiempo después, el joven señor Gotama salió en su carruaje otra vez. Y yendo hacia el parque, vio una aglomeración de gente, personas vestidas con traje de colores diversos que se hallaban ocupados en alzar una pira funeraria. Al verlo, preguntó a su cochero:

“Por qué todas esas gentes vestidas con trajes de diverso colorido se han reunido aquí para alzar esa pira?”

“Es porque alguien, señor, ha terminado sus días.”

“Entonces, guía el carruaje hasta cerca de ese que ha terminado sus días.”
Su encuentro con la muerte
“Sí señor,” respondió el cochero y cumplió lo que le ordenaba. Gotama vio el cadáver de aquel que había terminado sus días y preguntó,

“Qué significa, mi buen cochero, eso de terminar sus días?”

“Ello significa, señor, que ni su padre, ni su madre, ni sus otros parientes verán jamás a quien terminó sus días y él tampoco los verá más.”

“Y yo estoy también expuesto a la muerte? ¿No estoy fuera del alcance de la muerte? El rey, su esposa y mis otros parientes no me verán más ni yo tampoco a ellos?”

“Vos, señor, lo mismo que yo, estamos expuestos a la muerte y no estamos fuera de su alcance. Ni el rey, ni nadie os verá más, ni vos tampoco veréis más a nadie.”

“Está bien, mi buen cochero, no siento ya el menor deseo de parque. Condúceme a mis aposentos.”

Su encuentro con el solitario
Por último, algún tiempo después, el señor Gotama salió otra vez en su carruaje y de camino hacia el parque, encontró a un hombre con el cráneo rapado, un solitario que vestía ropa amarilla. Al verle, preguntó al cochero:

“Ese hombre, mi buen cochero, ¿qué ha hecho? Su cabeza no es semejante a la de otros hombres y sus ropas son diferentes a los vestidos de los demás.”

“Ese hombre es lo que llaman un solitario, señor, porque ha abandonado su casa. Abandonar su casa, señor, significa consagrarse a la vida religiosa, a la vida sosegada, a las buenas acciones, observar una conducta meritoria, no causar daño al prójimo, y ser caritativo con todas las criaturas.”

“En verdad, cochero amigo, ese a quien llaman un solitario es un hombre superior, puesto que su conducta es en todo tan perfecta; así pues, lléveme hacia ese hombre que ha abandonado su casa.”

“Sí, señor,” respondió el cochero, y le guió junto al solitario.

Entonces, hablándole a éste, le dijo:

“Por qué, maestro, vuestra cabeza no es como la cabeza de los otros hombres y vuestras ropas son diferentes de las ropas de los demás?”

“Yo soy, señor, un hombre que ha abandonado su casa.”

“Y qué significa eso?”

“Significa, señor, consagrarse a la vida religiosa, a la vida sosegada, a las buenas acciones; mantener una conducta meritoria, no causar daño al prójimo y ser caritativo con todas las criaturas.”

“En verdad, maestro, vos que sois llamado un solitario sois un hombre superior, puesto que vuestra conducta es en todos puntos perfecta.”

Este texto es muy importante porque demuestra que Siddharta no
era una persona llena de la compasión tradicional en ese momento.
Al contrario, demuestra, en parte, un egoísmo cuando dijo en cada caso,
“¿Y esto puede ocurrir a mí?”

Se supone que estos cuatro encuentros fueron los elementos decisivos en la decisión de Siddharta de seguir el camino del Dharma, pero no se debe ver así. Cuatro elementos combinados con las condiciones adecuadas daban impulso a este cambio en su vida.

Primero, el entorno en el que vivía.
Segundo, su experiencia bajo el árbol Jambu.
Tercero, su encuentro con la vejez, la enfermedad y la muerte, y la disponablidad de un camino alternativo.
Cuarto y finalmente, el siguiente episodio que provee el contraste necesario para su decisión.

Estos textos antiguos que describen la trayectoria de Buddha demuestran una cosa importante: que Budda era un ser humano que se enfrentó a todos los problemas que nosotros encontramos hoy.
Esta humanización de Buddha es más importante hoy que su glorificación por la leyenda para que podamos acercarnos más a él y no alejarnos de él.

En el canon de los Theravadin hay una descripción de un episodio muy decisivo:
Después de haberse divertido con las cortesanas, se durmió en seguida. Los espíritus de todas las cortesanas se turbaron y ellas se durmieron. Siddharta se despertó de pronto y vio a las mujeres que permanecían en su sitio, apoyadas unas contra otras, desnudas como estatuas de madera, los ojos llorosos, deslizándose la saliva por las comisuras de los labios, las guitarras y las flautas que habían abandonado esparcidas por el suelo, en desorden. Vio también que el palacio parecía un túmulo funerario.

Al presenciar todo esto, Siddharta exclamó tres veces: “¡Mal haya! ¡Mal haya! ¡Mal haya! ¡Huyamos! He visto el palacio donde reside el rey, mi padre,” y repitió: “¡Mal haya!”

Y en lo más profundo de sí mismo nació el disgusto y el deseo de renunciar a todo.

Entonces Siddharta dijo a su diligente esclavo Chanda,

“Despierta y aparéjame el caballo de modo que las gentes no se enteren”.

Chanda dijo, “La noche no es hora buena para viajar; no es apta para el paseo. Además, no hay enemigos que se apresten al asalto del palacio. No discierno por qué debo aparejar con tanto cuidado tu caballo esta noche.”

Y el príncipe dijo, “¿Acaso no sabes que hay grandes enemigos? Esos enemigos, que son la vejez, la enfermedad y la muerte, son enemigos poderosos. Apareja de prisa el caballo blanco a fin de no retrasarnos y de que no puedan retenernos.”

Acto seguido el caballerizo aparejó el caballo blanco y lo llevó al patio del palacio y luego dijo, “El caballo está listo”.

Siddharta se acercó junto al caballo y quiso montarlo acto seguido, pero el animal relinchó con inmensa tristeza. Los dioses, temiendo que las dificultades retrasaran la huida, acallaron inmediatamente el relincho del caballo a fin de que las gentes no lo oyeran. Siddharta cabalgó al fin y se dirigió hacia la pequeña puerta del palacio que se abrió de repente por sí misma. Después, se dirigió hacia la puerta de la ciudad.

Así fue la huida de Siddharta.

Sus Maestros
Años más tarde, cuando salió del palacio, supo que necesitaba tener un maestro para avanzar. Caminó hacia el sur en dirección a Rajagaha buscando maestro. Finalmente encontró a su primer maestro, ALARA KALAMA, y estudió con él. Después de ponerle mucha energía y diligencia, entró en la ‘esfera de ninguna cosa’, que era lo máximo que pudo conseguir con ALARA KALAMA.

Buddha dijo,
“De esta manera, Alara Kalama, mi maestro me elevó, su estudiante, al mismo nivel que él.”

Cuando realizó el séptimo jhana (nivel), Siddharta actuó como maestro para los discípulos de ALARA y eventualmente encontró a su segundo maestro, UDDAKA RAMAPUTTA, con quien estudió y entró en el octavo nivel de la meditación, en la “esfera de ni percepción ni no percepción”.

Para Siddharta era insuficiente. Siguió buscando todavía más allá. Hay que recordar que Siddharta no buscaba el despertar ni la iluminación; no tuvo este objetivo. No buscaba una solución al sufrimiento. Buscaba ‘la verdad más allá’, paradójicamente una respuesta de un “qué” sin respuesta.

El fracaso
Siddharta llevó más de seis años buscando la verdad más allá del octavo jhana, pero sin éxito. Por vía de la meditación y una vida ascética, vivió con cinco compañeros antivedicos y antibrahmanicos que viajaban sin rumbo durante ocho o nueve meses al año y discutían temas éticos y filosóficos referentes a la naturaleza y el misticismo.

Siddharta conocía bien las filosofías de los celebrados maestros brahmanes, herméticos, ascéticos, y de los filósofos, reclusos y viajeros de su tiempo. En los documentos Buddhistas, ‘Digh-nikaya’, ‘Majjhima-nikaya’, ‘Aguttara-nikaya’ y otros, se menciona frecuentemente más de una docena de maestros con quienes estaba continuamente en desacuerdo. De ahí, se puede ver que Siddharta no era simplemente un príncipe que espontáneamente salió del palacio, se sentó bajo un árbol y encontró la verdad.

Finalmente, Siddharta rompió el esquema ascético y pasó al país de Magadha al pueblo de Senanigama. En las palabras de Buddha, era, “un bello sitio, con una bonita arboleda y un río fluido de agua clara, un vado placentero y un pueblo acerca por sustento.” Aquí Siddharta siguió su camino y, eventualmente, en el lugar cercana de Uruvela, ahora Bodhi gaya, entró en el más allá y, por su propio energía y voluntad, encontró el despertar.

La experiencia directa de la verdad del sufrimiento, de la compasión, de la alegria, del amor benevolente, de la ecuanimidad, de la inexistencia del ego, de la no dualidad, de la unidad de la consciencia y, naturalmente, de la impermanencia y la muerte. Pero hay mucho más, porque una vez que hayas aceptado esta experiencia, es necesario construir un puente entre ella y esta vida de los sentidos en la que reina la equivocación.

ENTONCES ¿QUÉ ES EL BUDISMO?
Las enseñanzas del Gran Maestro son claramente espirituales, ¿pero es el Buddhismo una religión?

Hay aspectos importantes de filosofía, ¿pero es el Buddhismo una filosofía?

Es cierto también que hay grandes enlaces con la Sicología de cada persona, ¿pero es el Buddhismo un método psicológico para disolver los sufrimientos?

El Buddhismo no es una religión, ni una filosofía, ni tampoco un método
psicológico para conseguir una victoria contra los “problemas” mentales.

Algunos consideraréis que es un modo de vida, pero, afortunadamente, tampoco esto es cierto.

Habitualmente, quienes se acercan al Buddhismo pensando en sí mismos y en su propio sufrimiento, suelen llegar con un gran peso sobre los hombros, del que no es fácil librarse.

Pero, por otra parte, si se llega al Buddhismo con la idea de encontrar en él una ayuda para los seres humanos y un camino correcto y natural, se llegará con un buen acercamiento.

El Buddhismo es una consecuencia, no una meta, ni un objetivo que se ha de conseguir.

Es un camino para hallar al verdadero ser humano, a la propia naturaleza, que está escondida bajo las máscaras y los juegos de esta vida. Es un modo de apartar la confusión, la codicia y la hostilidad.

El camino del Buddhismo tiene una consecuencia:
la eliminación del sufrimiento.

¿HAY FORMAS DIFERENTES DE BUDDHISMO?

Sólo hay un Buddhismo. Hay un camino Theravada, un camino Avatamsaka,
un camino Yoga Cara, múltiples caminos Tibetanos, un camino Chan, un camino Zen,
un camino de Tierra Pura, y muchos más…
pero todos estos caminos conducen al mismo punto:
al descubrimientode la propia naturaleza por la experiencia directa.

¡EXPERIENCIA! ¿NO VALE LA INTELIGENCIA?
La esencia del Buddhismo es la experiencia directa, y esta experiencia nada tiene que ver con los conocimientos de las cosas de modo intelectual o académico. Si hablas con maestros Buddhistas, sobre todo si son Mahayana, te dirán que no leas nada sin que el maestro lo haya aprobado o aceptado. La razón para esto es que no entenderás la verdad esencial que está más allá de las palabras, pues es necesario cortar antes con el modo en que vives y entiendes las palabras y conceptos para entrar en la primera de las diez puertas del Dharma.

Es muy fácil creer que entiendes algo cuando tu intelecto considera que lo ha aprehendido, pero la mente humana está manchada, y funciona con el apego a los conceptos erróneos e ideas incorrectas, apartando de ella aquello que no está de acuerdo con su yo.

No existe ningún sustituto para la experiencia directa; recuerda esto siempre

NO HAY CAMINOS INFERIORES NI SUPERIORES
Ciertos caminos y prácticas pueden resultarte muy atractivos, y fácilmente puedes apegarte a tu camino y críticar a todos lo demás. Pero cualquier maestro que realmente haya recibido la experiencia y el beneficio del camino, y haya aceptado el importante vacío, realmente magnífico pero sin ningún valor, puede explicar a todos que el camino Vajrayana, que es místico y secreto; los mantras y mandalas de Chenyen; la Tierra Pura; el camino del Zen y el camino flexible de Chan, son todos lo mismo.

Tan sólo se trata de distintas formas, pensadas para adaptarse a los diferentes seres humanos, con diferentes personalidades, costumbres, comportamientos y temperamentos. Recuerda que todos los caminos Buddhistas deben ser respetados igualmente. Ninguno es mejor ni peor que otro.

EL BUDDHISMO ES ASÍ

Algunas características notables del Budismo

Algunas características notables del Budismo

Narada Mahatera

                “El Dhamma está bien expuesto por el Sublime, es realizable por uno mismo, es de efecto inmediato, invita a la investigación, conducente al Nibbana, para ser comprendido por los sabios, cada uno en su propia mente.”

                        Majjhima Nikaya

      Fundamentos del Buddhismo

        Las Cuatro Nobles Verdades, que el Buddha descubrió por sí mismo y reveló al mundo, constituyen las principales características y los sólidos fundamentos del buddhismo.

        Éstas son (1) el sufrimiento (la razón de ser del buddhismo), (2) su causa, que es el deseo, (3) su cese, que consiste en el Nibbana (el “summum bonum” del buddhismo), y (4) el Camino Medio que lleva a su cese.

        Las primeras tres representan la filosofía del buddhismo, mientras que la cuarta representa la ética del buddhismo, en consonancia con esa filosofía.

        Estas cuatro verdades que condensan el Dhamma del Buddha son dependientes del propio organismo. Son hechos indiscutibles completamente asociados con los hombres y otros seres.

        Estas verdades existen en el universo aparezcan o no Buddhas en él. Los Buddhas tan sólo las dan a conocer al mundo.

        El eje sobre el que se apoya el buddhismo es el sufrimiento. Aun cuando el buddhismo enfatiza la existencia del sufrimiento, de ello no se sigue que el buddhismo sea una religión pesimista. Al contrario, no es ni totalmente pesimista ni totalmente optimista, sino realista. Sería justificable llamar al Buddha pesimista si sólo hubiese recalcado la verdad del sufrimiento sin sugerir un modo de ponerle fin y de obtener la felicidad eterna. El Buddha percibió la universalidad del dolor y prescribió un remedio para esta enfermedad universal de la humanidad. Según el Buddha la más alta felicidad concebible es el Nibbana, que es la total extinción del sufrimiento.

        El autor del artículo “Pessimism” (pesimismo) en la Encyclopaedia Britannica escribe:

        “El pesimismo denota una actitud de desesperanza frente a la vida, una vaga opinión general sobre que el dolor y el mal predominan en los asuntos humanos. La doctrina original del Buddha es de hecho tan optimista como cualquier optimismo de Occidente. Llamar a la doctrina ‘pesimista’ se debe tan sólo al hecho de aplicarle un característico Principio Occidental según el cual la felicidad es imposible sin la personalidad. El verdadero buddhista espera con entusiasmo la absorción en la Beatitud eterna.”

        Felicidad

        El Buddha no esperaba de sus discípulos que estuviesen constantemente reflexionando sobre los males del mundo y hacer así sus vidas infelices.

        El gozo (pati, interés placentero) debe ser cultivado por cualquier buddhista como uno de los prerrequisitos indispensables para la iluminación. En opinión de muchos escritores imparciales, los buddhistas son conocidos por ser las personas más felices en el mundo entero. No tienen el complejo de inferioridad de ser miserables pecadores.

        Los miembros de la Noble Orden, que llevan la vida de santidad del modo más completo posible, son quizás las personas más felices. “Aho sukkham, aho sukkham” – ¡Oh felicidad!, ¡Oh felicidad! “Vivamos en la dicha” – son algunos de los dichos favoritos de sus discípulos.

        Un día una cierta divinidad se acercó al Buddha y le preguntó de este modo:

        “Aquellos que hacen del bosque su lugar predilecto
        Los nobles ascetas de vida santa
        Quienes sólo rompen su ayuno para una comida diaria:
        ¿Cómo es posible que muestren un semblante tan sereno?”

        El Buddha respondió:

        “Ellos no se lamentan por el pasado
        Ni anhelan por lo que ha de venir
        Viven atendiendo a lo que ahora sucede:
        De este modo es que ellos muestran un semblante tan sereno.”[1]

        Los bhikkhus viven felizmente en el eterno presente sin preocuparse por el pasado o por el futuro.

        La Ley Causal en términos de Felicidad

        En el Samyutta Nikaya se encuentra una interesante interpretación del Origen Dependiente (Paticcasamuppada) en términos de felicidad. El Buddha dice:

        “El sufrimiento lleva a la fe (saddha); la fe al deleite (pamojja); el deleite al gozo (pi;ti); el gozo a la tranquilidad (passaddhi); la tranquilidad a la felicidad (sukha); la felicidad a la concentración (samadhi); la concentración al conocimiento y visión de la verdad tal y como es (yathabutañanadassana); el conocimiento y visión de la verdad tal y como es al disgusto(nibbida); el disgusto al desapego (viraga); el desapego a la liberación (vimutti); la liberación a la extinción de las pasiones (khaye ñana); esto es, al estado de Arahant.”[2]

        En este importante pasaje se indica claramente como el sufrimiento puede llevar a la felicidad y en última instancia al estado de Arahant.

        Tolerancia del Buddhismo

        No es necesaria una fe ciega para entender estas Cuatro Nobles Verdades. Las primeras dos verdades, que son mundanas (lokiya), pueden ser experimentadas por los propios seres ordinarios. Las otras dos verdades, que son supramundanas (lokuttara), pueden ser experimentadas mediante la obtención de algún estado de santidad.

        El Buddha-Dhamma se edifica sobre este sólido lecho de piedra que son esos hechos, que pueden ser verificados por propia experiencia y comprobados por cualquiera, y no sobre el miedo a lo desconocido. El buddhismo es por tanto racional y sumamente práctico.

        En el Dhamma no hay nada que sea impracticable o irracional. El Buddha llevaba a la práctica todo lo que enseñaba; enseñaba lo que él practicaba. Lo que más enfatiza en sus enseñanzas es la práctica, una persona no puede purificarse solamente mediante credos.

        En el Dhammapada, v.19, se dice:

        “Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa.”

        Un sistema racional y práctico no puede contener ninguna doctrina misteriosa o esotérica. En el Parinibbana Sutta el Buddha declara recalcándolo:

        “He predicado la verdad sin hacer distinción entre una doctrina esotérica y una doctrina exotérica, ya que en relación a las verdades, Ananda, el Tathagata no tiene cosa tal como el puño cerrado del maestro que se reserva la verdad final.”

        Anantaram y abahiram son las palabras usadas por el Buddha. Si el Buddha hubiese pensado “Esta parte de mi doctrina no la voy a enseñar a los demás” o “Sólo voy a enseñar a los demás esta parte de mi doctrina” habría caído dentro de la categoría de los maestros que se guardan un puño cerrado. Si el Buddha hubiese pensado “Voy a adiestrar a estas personas” o “A estas personas no las voy a adiestrar” habría formado un círculo interno y un círculo externo a sus enseñanzas. El Buddha no hace tales distinciones.

        Con respecto a las doctrinas secretas, el Buddha dice en el Angutara Nikaya, I, p. 261:

        “Oh, bhikkhus, hay tres a quienes les es propio el secretismo y la falta de franqueza. ¿Cuales tres? El secretismo es propio de mujeres, les falta franqueza. El secretismo es propio de la sabiduría de los sacerdotes, les falta franqueza. El secretismo es propio de las falsas doctrinas, les falta franqueza. La enseñanza proclamada por el Tathagata resplandece ante todo el mundo y no contiene secretos.”

        Es cierto que el Buddha no expresó su punto de vista sobre algunos problemas que intrigan a la humanidad. Sobre estas controvertidas cuestiones el Buddha mantenía un silencio característico porque las consideraba irrelevantes para su noble misión y no esenciales para la emancipación de los seres.

        En cierta ocasión, un bhikkhu llamado Malunkyaputta se acercó al Buddha y pidió impacientemente una respuesta inmediata para ciertos problemas especulativos bajo la amenaza de abandonar los hábitos definitivamente.

        “Venerable señor,” él dijo, “estas opiniones el Bienaventurado no las explica, las deja a un lado y las rechaza: el mundo es eterno, el mundo no es eterno; el mundo es finito, el mundo es infinito; el alma y el cuerpo son una misma cosa, el alma y el cuerpo son dos cosas distintas; el Tathagata existe tras la muerte, el Tathagata no existe tras la muerte, el Tathagata existe y no existe tras la muerte.”[3]

        El Buddha le aconsejó que no desperdiciase tiempo y energía en tales opiniones especulativas y ociosas que son perjudiciales para el progreso moral.

        “Es como un hombre herido por una flecha untada de un fuerte veneno, que, al llamar al médico cirujano que debe extraerla, dijera: ‘No me sacaré la flecha hasta que sepa detalles del hombre que me ha herido, características de la flecha que tengo clavada, etc…’ Ese hombre moriría sin llegar a enterarse de todo eso. Del mismo modo que la persona moriría antes de que se hubiesen aclarado esas cuestiones.”

        La resolución de esas cuestiones metafísicas no conducen al desapego, al desapasionamiento, a la iluminación, o al Nibbana.

        En otra ocasión cuando sus discípulos buscaban respuesta sobre esos puntos, él guardó silencio sobre ello citando la parábola del elefante y los ciegos.[4]

        Se presentó un elefante a un grupo de ciegos para que describiesen que les parecía. Los hombres tocaron las diferentes partes del cuerpo del elefante y cada uno expresó su particular punto de vista sobre lo que había tocado. Discutieron entre ellos y sus argumentaciones naturalmente finalizaron en una pelea.

        El Buddha descarta con su característico silencio las especulaciones inútiles que no atienden a la emancipación y que sencillamente satisfacen la curiosidad.

        El buddhismo no pretende dar una explicación a todos los problemas éticos y filosóficos que preocupan a la humanidad. Nada se consigue con especulaciones y opiniones ociosas que no conducen a la realización. El buddhismo tiene un propósito específico y práctico –la erradicación del sufrimiento– y con este objetivo a la vista todas las cuestiones secundarias irrelevantes se dejan completamente de lado. Sin embargo, se invita a realizar una intensa investigación sobre la verdadera naturaleza de la vida.

Ninguna coacción, persecución o fanatismo juega ningún papel en el buddhismo. Sobre este mérito exclusivo del buddhismo debe decirse que a lo largo de su pacífica existencia de 2500 años ninguna gota de sangre se ha derramado en nombre del Buddha, ningún monarca ha empuñado su poderosa espada para propagar el Dhamma y no se han realizado conversiones ni a la fuerza ni usando métodos censurables. Hasta la fecha el Buddha ha sido el primer y el más gran misionero que ha vivido sobre la tierra. El buddhismo se ha extendido y sigue extendiéndose rápidamente a lo largo de todo el mundo y consigue una introducción pacífica en todas las regiones debido principalmente a su mérito intrínseco y a la insuperable belleza de sus enseñanzas y de ningún modo con la ayuda del imperialismo, militares o cualquier otro organismo proselitista.

Aldous Huxley escribe:

“De entre todas las grandes religiones del mundo, sólo el buddhismo ha seguido su curso sin persecuciones, censuras o inquisiciones. A este respecto, su historial es enormemente superior al del cristianismo, que formó su camino en medio de personas aliadas con el materialismo y que justificaban con habilidad la sed de sangre de sus adeptos mediante una lectura salvaje de textos de la edad del bronce como es el Antiguo Testamento.”

Lord Russell comenta: “De entre todas las grandes religiones de la historia, yo prefiero el buddhismo, especialmente en sus formas tempranas; porque ha tenido el mínimo elemento de persecución.”

En el nombre del Buddha jamás ocurrió que ningún lugar sagrado fuese manchado con la sangre de mujeres inocentes, ni fue quemado vivo ningún pensador sincero, ni hubo sangrientas persecuciones de herejes.

El buddhismo apela más al intelecto que a la emoción. Está más interesado en el carácter de sus devotos que en su superioridad numérica.

En una ocasión el millonario Upali, un seguidor del Nigantha Nataputta, se acercó al Buddha y tras escuchar la exposición del Dhamma por parte del Buddha se sintió tan satisfecho que expresó inmediatamente su deseo de convertirse en un seguidor del Buddha. Pero el Buddha lo advirtió diciéndole

“Piénsatelo bien, respetable señor, es bueno que un hombre tan conocido como tú piense bien las cosas.”

Upali, que estaba contento y complacido sobremanera con esta inesperada declaración del Buddha, dijo:

“Venerable señor, si fueran otros los que hubieran conseguido hacerme su discípulo, irían por todas las calles con una pancarta que dijera: ‘El seglar Upali se ha convertido en nuestro discípulo.’ En cambio el Bienaventurado me dice: ‘Piénsatelo bien, respetable señor, es bueno que un hombre tan conocido como tú piense bien las cosas.’ Estoy aún más complacido con esta advertencia del Bienaventurado. Por segunda vez, venerable señor, yo voy por refugio al Buddha, al Dhamma y a la Sangha.”

A pesar de que se había hecho buddhista por convicción, el Buddha, en una magnífica demostración de su compasión ilimitada y perfecta tolerancia, le advirtió que siguiese sustentando a su anterior maestro religioso en conformidad con su práctica.

Animando a todos los seguidores de la verdad a no ser influenciados por autoridades externas o por la mera persuasión, el Buddha incluso llegó al extremo de pedir a sus discípulos a no reverenciar de forma sumisa a autoridades superiores.

El buddhismo está saturado con su espíritu de libre indagación y completa tolerancia. Es la enseñanza de la mente abierta y del corazón comprensivo con los que ilumina y calienta el universo entero con sus dos rayos de sabiduría y compasión, y vierte su dulce resplandor sobre todo ser luchando en el océano de nacimiento y muerte.

El Buddha fue tan compasivo y tolerante que no ejerció su poder para dar órdenes a sus seguidores laicos. En lugar de usar el imperativo –Debéis hacer o no debéis hacer– él dice –Se espera de ti que hagas esto, se espera de ti que no hagas esto.

Los preceptos ordinarios que se espera que los buddhistas observen no son mandamientos sino modos de disciplina (sikkhapada) que ellos toman por propia voluntad.

El Buddha extendió esta tolerancia y comprensión a hombres, mujeres y a todos los seres vivientes.

El Buddhismo y el Sistema de Castas

Fue el Buddha quien, por vez primera en la historia conocida de la humanidad, intentó abolir la esclavitud e “inventó la moralidad más elevada y la idea de hermandad de la raza humana entera y condenó en términos llamativos” la degradación del sistema de castas que en aquel tiempo estaba firmemente establecido en la sociedad India. El Buddha declara:

“No se es un paria por nacimiento,
No se es brahmán por nacimiento,
Se es un paria por las acciones,
Se es brahmán por las acciones.”[6]

El Vasettha Sutta del Sutta Nipata (p.112) cuenta que dos jóvenes brahmanes tenían una discusión con respecto a qué es lo que determina a un brahmán. Uno mantenía que por el nacimiento se es brahmán, mientras que el otro mantenía que por la conducta (deberes y ritos religiosos) se es brahmán. Como ninguno de los dos pudo convencer al otro ambos estuvieron de acuerdo en trasladar la cuestión al Buddha.

De ese modo se acercaron al Buddha y presentaron su caso ante él.

Primero el Buddha les recordó que aunque en el caso de las plantas, insectos, cuadrúpedos, reptiles, peces y pájaros hay muchas especies y características por las que pueden diferenciarse, no ocurre así en el caso de los hombres entre los que no existen tales especies y características. Entonces les explicó como los hombres se diferencian a sí mismos por una mera convención y según sus varias ocupaciones. Para concluir el Buddha comentó:

“No se es brahmán por nacimiento, ni se deja de ser brahmán por nacimiento;
Es por el modo de vida y por sus hechos por lo que se es brahmán;
Sus acciones determinan al ganadero, al artesano, al mercader, al siervo;
Sus acciones determinan al ladrón, al noble guerrero, al sacerdote, al rey.”

Otro interesante diálogo acerca de este problema de las castas aparece en el Madhura Sutta.[7] El Rey de Madhura informa de lo siguiente al Venerable Kaccana:

“Kaccana, los brahmanes dicen así: ‘La casta superior es la de los brahmanes, las otras castas son inferiores; la casta más blanca es la de los brahmanes, las otras son más oscuras; los brahmanes son puros, no así los que no son brahmanes; los brahmanes son los hijos legítimos de Brahma, nacidos de la boca de Brahma, creados por Brahma, descendientes de Brahma, herederos de Brahma.” ¿Qué opinas de esto honorable Kaccana?”

El Venerable Kaccana replicó que era una afirmación vacía y señaló cómo una persona adinerada podría emplear como sirviente a un miembro de cualquier clase o casta y cómo una persona maliciosa podría renacer en un estado desgraciado y una persona virtuosa en un estado dichoso independientemente de sus castas particulares, añadiendo que un criminal, a pesar de su casta, sería castigado por sus crímenes. Recalcó el hecho de que todo aquel que se unía a la Orden recibía por igual honores y respeto sin discriminación de ningún tipo.

Según el buddhismo, la casta o el color no son impedimento para que uno se convierta en seguidor del Buddha o para entrar en la noble orden de la Sangha donde todos son tratados como Ariyas.[8] Pescadores, basureros, cortesanas, junto con guerreros y brahmanes fueron admitidos libremente dentro de la orden y se les dieron además posiciones destacadas.

Upali, el barbero, se hizo principal discípulo en materias pertenecientes a la disciplina o Vinaya, superando a todos los demás a ese respecto. Suni;ta, que era honrado por reyes y nobles como un Arahant, fue un tímido basurero. El filosófico Sati era el hijo de un pescador. La cortesana Ambapali se unió a la orden y obtuvo el estado de Arahant. Rajjumala, que fue convertida por el Buddha cuando estaba a punto de suicidarse, era una esclava. También sucedió que el Buddha aceptó la invitación de Punna para permanecer allí una estación de las lluvias, en preferencia a la hecha por Anathapindika, que era su propio y principal mecenas. Subha era la hija de un herrero. Capa era la hija de un cazador de ciervos. Pueden obtenerse muchos más ejemplos de las escrituras que muestran como las puertas del buddhismo estaban abiertas a todos sin ningún tipo de distinción.

El Buddha proporcionó igualdad de oportunidades para todos y, en lugar de disminuirla, elevó la condición social de las personas.

En el buddhismo encontramos leche para los niños y carne para los adultos, y es atractivo igualmente para ricos y pobres.

El Buddhismo y las Mujeres

Fue también el Buddha quien elevó la condición social de las mujeres y las condujo al reconocimiento de su importancia para la sociedad.

Antes del nacimiento del Buddha, en la India no se tenía en gran estima a las mujeres. Un escritor indio, Hemacandra, despreciaba a la mujer como “la antorcha que ilumina el camino al infierno.”

El Buddha no humillaba a las mujeres, tan solo las consideraba como débiles por naturaleza. Él comprendió la bondad innata de ambos, hombres y mujeres, y les asignó sus lugares debidos dentro de su enseñanza. El sexo no es obstáculo para la purificación o realización.

Algunas veces el término pali utilizado para referirse a las mujeres es matugama que significa “matriarcado” o “sociedad de mujeres”. Como madre, la mujer posee un lugar destacado en el buddhismo. La madre es considerada como una conveniente escalera para ascender a los mundos celestiales, y la esposa se considera como la “mejor amiga” del marido.

A pesar de que al principio el Buddha se negó a admitir mujeres en la Orden con argumentos razonables, finalmente cedió a los ruegos del Venerable Ananda y de su propia madre adoptiva, Maha Pajapati Gotami, y fundó la orden de las Bhikkhunis (monjas). Fue el Buddha quien fundó la primera comunidad de mujeres con reglas y normas.

De igual forma que a los Arahants Sariputta y Moggallana se les consideró como los dos discípulos principales en la orden de bhikkhus, la orden democrática de célibes más antigua, del mismo modo a las Arahants Khema y Uppalavanna se las consideró como las dos discípulas principales en la orden de las bhikkhuni;s. El propio Buddha también consideró entre sus seguidores más distinguidos y piadosos a muchas otras discípulas. Entre los Vajjis, la libertad de las mujeres se consideraba como una de las causas que les llevó a la prosperidad de su pueblo. Antes del nacimiento del Buddha, las mujeres no disfrutaban de suficiente libertad y fueron privadas de una oportunidad para exhibir sus innatas capacidades espirituales y su dotes mentales. En la India antigua, como aún puede verse hoy día, el nacimiento de una hija en la familia era considerado como algo indeseable y desafortunado.

En una ocasión, mientras el Buddha estaba conversando con el rey de Kosala, llegó un mensajero e informó al rey de que acababa de tener una hija. Al enterarse, el rey se sintió naturalmente disgustado. Pero el Buddha le animó y estimuló diciendo:

“Una hija, oh soberano entre los hombres, puede resultar
ser una descendencia igual o mejor que un hijo.”[9]

Para las mujeres que vivían bajo diversas situaciones de impotencia antes de la aparición del Buddha, la institución de la orden de las bhikkhuni;s significó en verdad una bendición. En esta orden reinas, princesas, hijas de nobles familias, viudas, madres desconsoladas, mujeres desvalidas, cortesanas, todas sin importar su casta o nivel encontraron un fundamento común, disfrutaron de un alivio y paz perfectas, y respiraron de esa atmósfera de libertad que era negada a aquellas que vivían enclaustradas en casas de campo y mansiones palaciegas. Muchas mujeres que de otro modo habrían caído en el olvido, se esforzaron y distinguieron de varios modos y consiguieron su emancipación tomando refugio en la orden.

Khema, la primera discípula femenina, era la hermosa consorte del rey Bimbisara. Al principio era reacia a ver al Buddha ya que, tal y como había oído, éste solía referirse a la belleza externa en términos despectivos. Un día visitó casualmente el monasterio simplemente para disfrutar del paisaje del lugar. Poco a poco fue atraída hacia la sala donde estaba predicando el Buddha. El Buddha que leyó sus pensamientos, formó con sus poderes psíquicos la imagen de una joven y hermosa doncella que permanecía de pié a su lado abanicándole. Khema admiró su gran hermosura. El Buddha hizo que la imagen que había creado fuese cambiando desde su juventud, pasando por edad mediana y por edad avanzada, hasta que finalmente cayó al suelo sin dientes, con el pelo canoso y su piel arrugada. Sólo entonces se dio cuenta de la vanidad de la belleza externa y de la naturaleza transitoria de la vida. Khema pensó: “¿Deben los cuerpos decaer de igual modo que ése? Entonces también le sucederá al mío.”

El Buddha conoció su mente y dijo:

“Aquellos que son esclavos de la pasión van a la deriva corriente abajo
Como una araña deslizándose hacia abajo por su red
Ellos recogen lo que siembran. Pero el liberado,
Quien ha cortado toda atadura y rota en pedazos,
Con pensamientos atentos en algo mejor, renuncia al mundo,
Y aleja todo deseo sensual.”[10]

Khema obtuvo el estado de Arahant y entró en la orden con el consentimiento del rey. Destacó como la principal en capacidad de discernimiento entre las bhikkhuni;s.

Patacara, que perdió a sus dos hijos, marido, parientes y hermano en circunstancias trágicas, fue atraída a la presencia del Buddha con su poder de voluntad. Escuchando las reconfortantes palabras del Buddha, obtuvo el estado de entrada en la corriente y entró en la orden. Un día que ella estaba lavándose los pies se dio cuenta de como al arrojar el agua, ésta discurre un corto camino y finalmente desaparece absorbida por el terreno, la segunda vez discurre un poco más lejos y desaparece absorbida y la tercera vez llega todavía más lejos y es absorbida. “De igual modo acontece la muerte de los seres,” sentenció, “ocurra en la niñez, en la edad madura o en la vejez.” El Buddha conoció sus pensamientos y, proyectando su imagen enfrente a ella, la adiestró en el Dhamma. Obtuvo el estado de Arahant y posteriormente llegó a ser fuente de consuelo de muchas madres afligidas.

Dhammadinna y Bhadda Kapilani eran dos bhikkhuni;s que eran respetables expositoras del Dhamma.

En respuesta a Mara, el Maligno, fue la bhikkhuni Soma[11] quien señaló:

“¿Qué utilidad tiene la naturaleza femenina en aquella cuyos pensamientos están bien controlados, en aquella cuyo conocimiento va avanzando, que tiene un correcto entendimiento del Dhamma? El Maligno es apto de hablarle a alguien que abriga dudas a la pregunta: ‘¿Soy una mujer en estos asuntos, o soy un hombre, o acaso qué es lo que soy?’”

Entre los laicos también hubo muchas mujeres que se distinguieron por su piedad, generosidad, devoción, aprendizaje y amor benevolente.

Visakha, la principal benefactora de la orden, era la principal entre todas ellas.[11]

Suppiya era una laica muy devota que, viéndose incapaz de conseguir algo de carne del mercado, se cortó un pedazo de carne de su muslo para preparar una sopa a un bhikkhu enfermo.

Nakulamata era una fiel esposa que, mediante la recitación de sus virtudes, rescató a su marido de las fauces de la muerte.

Samavati era una reina amable y piadosa que, sin malevolencia alguna, irradiaba amor benevolente hacia su rival incluso cuando fue quemada hasta la muerte a causa de las maquinaciones de su enemiga.

La reina Mallika aconsejó a su marido, el rey Pasenadi, en muchas ocasiones.

Una criada, Khujjuttara, consiguió muchos conversos enseñando el Dhamma.

Punabbasumata estaba tan atenta intentando escuchar el Dhamma que hizo callar a su hijo que estaba llorando de este modo:

“¡Oh, silencio pequeño Uttara! Estate quieto Punabbasu, Que pueda escuchar el Dhamma enseñado por el Maestro, Por el Más Sabio entre los hombres…
Querido nos es nuestro propio hijo, y Querido nos es nuestro marido; más estimados que ellos
Es para mi esta Doctrina que investiga el camino.”[12]

Una madre contemplativa, cuando se le cuestionó porque ella no lloraba la pérdida de su único hijo, dijo:

“Llegó aquí sin nombre alguno, sin anunciar su pronta partida;
Así como llegó, se marchó. ¿Que motivo hay para estar apenada?”[13]

Sumana y Subhadda eran dos hermanas de carácter ejemplar que tenían una fe absoluta en el Buddha.

Estos pocos ejemplos bastarán para ilustrar el gran papel desempeñado por la mujer en tiempos del Buddha.

El Buddhismo y la Inofensividad

La bondad ilimitada del Buddha era irradiada no sólo hacia todos los seres humanos sino también hacia el reino de los animales. Fue el Buddha quien prohibió el sacrificio de animales y exhortó a sus seguidores a que extendiesen su amor benevolente (metta) a todos los seres vivientes, incluso hacia la más pequeña de las criaturas que se arrastra a los pies de uno. Enseñó que ningún hombre tiene derecho a eliminar la vida de otro, puesto que la vida es estimada por todos.

De un bhikkhu se espera que ejercite su amor benevolente en tal magnitud que en las reglas del Vinaya incluso se prohibe excavar o ser el motivo de excavar en la tierra. Del mismo modo tampoco puede beber agua hasta que ésta haya sido filtrada.[14]

Asoka, el más gran rey buddhista, esculpió palabras sobre rocas y monolitos diciendo, “Un ser viviente no debe ser nutrido con un ser viviente. Aun no se debe quemar la paja con insectos.”

Un buddhista genuino debe practicar este metta hacia cada uno de los seres vivientes e identificarse con cada uno de ellos, sin hacer ningún tipo de distinción. Es este metta buddhista, una de las características más sobresalientes del buddhismo, que pretende romper todas las barreras de casta, color y religión que separan a unos hombres de otros. Si los seguidores de los diferentes credos no pueden encontrar un principio común como hermanos y hermanas debido tan sólo a que profesan religiones diferentes, entonces, sin duda los maestros religiosos han fallado en sus nobles tareas.

En el noble Decreto de la Tolerancia, basado en el Culla Vyūha y el Maha Vyūha Suttas, el rey Asoka dice: “La concordia es lo mejor que hay, es decir, todos deben aceptar de buena gana las doctrinas profesadas por otros.”[15]

En su enseñanza, el buddhismo no tiene característica alguna que lo limite a ninguna nación particular ni ninguna región en concreto. Es universal en su declaración.

Para el buddhista no hay lejanía o proximidad, no hay enemigos o extraños, no hay renegados o intocables, debido a que el amor universal, realizado por medio de la comprensión directa, ha establecido la hermandad de todos los seres vivientes. Un auténtico buddhista es un ciudadano del mundo.

Por lo tanto, algunas características destacadas del Buddhismo son su racionalidad, practicabilidad, eficacia, no-violencia, inofensividad, tolerancia y universalidad.

Habiendo existido durante más de 2500 años, el buddhismo es la más noble de todas las influencias que se hayan erguido y unificado nunca.

* * * * *

Las naciones se forman y se disuelven. Los imperios construidos sobre la fuerza y el poder han florecido y perecido. Pero el Imperio del Dhamma del Buddha, fundado sobre el amor y la razón, todavía sigue floreciendo y continuará floreciendo durante tanto tiempo como sus seguidores observen sus nobles principios.

* * * * *

* Capítulo 16 (Some Salient Characteristics of Buddhism) del libro The Buddha and His Teachings por Narada Mahathera. Traducción española por Marco Antonio Montava con permiso de la Buddhist Publication Society (BPS). Versión original ©Buddhist Publication Society 1997. La fuente usada en este documento es Times New Roman que contiene algunas de las marcas diacríticas de la Lengua Pali. Las demás marcas diacríticas han sido representadas usando las letras normales. Este material puede ser reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma gratuita. Traducción española ©CMBT 2001. Última revisión 27 de diciembre de 2001. Fondo Dhamma Dana.

Notas
[1] Kindred Sayings, parte 1, pp. 7,8.
[2] Samyutta Nikaya, vol. ii, p. 32; Kindred Sayings, parte 2, p.27.
[3] Majjhima Nikaya, I, 63, Cūla Malunkya Sutta, p. 426.
[4] Ver Udana, vi, p. 4; Woodward, Some Saying of the Buddha, pp.287, 288.
[5] Ver Cap. 8, arriba.
[6] Sutta Nipata, Vasala sutta, p.21.
[7] Majjhima Nikaya, vol ii, pp.83-90.
[8] N. del T. Personas Nobles.
[9] Kindred Sayings, parte I, pp.111.
[10] Psalms of the Sisters, p.82
[11] Samyutta Nikaya, parte I, p.162.
[12] Kindred Sayings, 5, parte I, p. 270.
[13] Traducción del Jataka, No.354, V, p.110.
[14] N. del T. Por compasión hacia los diminutos seres terrestres y acuáticos.
[15] Evidentemente el autor se refiere al Decreto de Piedra XII, donde leemos (en Prakrit): “samavayē va sadhu, kiti? amnamanasa dhammam suneyu ca sususeyu ca ti,” literalmente “La concordia es lo mejor que hay. ¿Por qué? Aquellos con diferentes opiniones pueden escuchar y observar el dhamma” (donde ‘dhamma’ debe entenderse en su sentido amplio). Ed.

Traducción española por Marco Antonio Montava

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