HAGAKURE (oculto bajo las hojas)

HAGAKURE (hojas cultas)

Índice:

1.La rutina
2.Las raices
3.Tácticas militares
4.Los cuatro votos
5.Decisiones
6.La critica de los
demás
7.Previsión
8.Como ha de ser el
samurai
9.La perdida de la
virirlidad
10.Mushin
11.Entrenamiento
12.Caligrafía
13.Imponer
14.El dragón
15.Concentración
16.Animar a un amigo
17.Las palabras
18.La actitud durante la
tormenta
19.Ganar desde el
principio
20.La amistad se mide
en la adversidad
21.Éxito y fracaso
22.Quien calcula es un
cobarde
23.La vía del samurai
24.La distracción
25.La desgracia
26.Las decisiones
27.El orgullo
28.Levantaos a la
octava

29.Auto-perfección
30.Los consejos
31.Determinación
32.El fundamento de las
cosas
33.Senilidad
34.Errores
35.Caligrafía
36.Aceptar el sufrimiento
37.Hacer demasiado
38.La condición del
samurai
39.El fin de las cosas
40.El mundo es sueño
41.fanatismo
42.Resolución
43.La nostalgia del
pasado
44.Examen cotidiano
45.Marionetas
46.Cuando el agua sube
47.Ahora es la hora
48.Fugacidad
49.Dignidad y sinceridad
50.El orgullo(2)
51.Intuición súbita
52.Nuestra opinión
53.Longevidad
54.Relajación
55.Confusión
56.Un método secreto
57.Las palabras(2)
58.Lealtad a la muerte
59.Los pequeños fallos
60.Hierba de cobardía
61.Asir la ocasión
62.Dominar a sus aliados
63.Vencer la enfermedad
64.Valentía
65.Homosexualidad

HAGAKURE (hojas ocultas)

Hagakure, que significa “oculto bajo las hojas”, es un
antiguo breviario de caballería inspirado en el célebre código
Bushido. Nos expone la vía del guerrero, cuyos preceptos
filosóficos y ética trascendental presentan al Bushi.

Bushido es la aceptación total de la vida, vivir incluso cuando ya no tenemos
deseos de vivir. Esto se logra sabiendo morir en cada instante de nuestra vida, viviendo
el instante, el aquí y ahora, sumido en el eterno presente, en vez de abandonar el campo
de batalla cotidiano. Para el Samurai, la vida es un desafío, y la muerte es preferible a
una vida indigna o impura. Esta es la noble y espectacular lección del HAGAKURE.
Mantenido en secreto durante siglos, el Hagakure fue el libro de cabecera de Yukio
Mishima.

He descubierto que la vía del Samurai reside en la muerte. Durante una crisis,
cuando existen tantas posibilidades de vida como de muerte, debemos escoger la
muerte. No hay en ello nada difícil; sólo hay que armarse de valentía y actuar. Algunos
dicen que morir sin haber acabado su misión es morir en vano. Este razonamiento es el
que sostienen los mercaderes hinchados de orgullo que merodean por Osaka; no es más
que un razonamiento sofisticado a la vez que una imitación caricaturesca de la ética de
los Samurais.

Hacer una elección juiciosa en una situación donde las posibilidades de vivir o
de morir se equilibran, es casi imposible. Todos preferimos vivir y es muy natural que el
ser humano encuentre siempre buenas razones para continuar viviendo.

El que escoge vivir habiendo fracasado en su empeño, será despreciado y será a
la vez un cobarde y un fracasado. El que muere después de haber fracasado, muere de
una muerte fanática, que puede parecer inútil. Pero en cambio, no será deshonrado. Tal
es la vía del Samurai.
Para ser un Samurai perfecto es necesario prepararse a la muerte mañana y tarde
e incluso durante todo el día.
Cuando un Samurai está constantemente dispuesto a morir, ha alcanzado la
maestría de la Vía y puede dedicar, sin cesar, la vida entera al servicio de su señor.

La Rutina

Cuando Hotta Haga No Kami Masamori era paje del Shogun, era tan obstinado
que este último decidió someterlo a prueba. Para hacerlo, hizo calentar a blanco un par
de sandalias y las colocó sobre un brasero. Masamori tenía por costumbre coger las
sandalias colocadas al lado del brasero para ir a recibir a su Señor. Esta vez, en cuanto
tocó las sandalias notó la quemadura en las manos. Pero actuó de la manera
acostumbrada, así que el Shogun se las quitó rápidamente de las manos.

Uno de los Samurai de Matsudaira Sagami No Kami estaba en una pensión en
Kyoto para recoger dinero. Un día que estaba en el portal viendo pasar a la gente, oyó a
un transeúnte gritar: “Se dice que los hombres del Señor Matsudaira están enzarzados en
un combate.” El samurai se dijo: “Es muy lamentable que mis compañeros estén
implicados en un combate. Estos deben de ser los que tenían que ir a relevar a los que
estaban de servicio en Edo.” Se informó sobre el lugar del combate y cuando llegó
jadeante, sus compañeros habían sido heridos ya por sus adversarios, que estaban a
punto de darles el golpe de gracia. Acompañando su ataque de un grito, golpeó a dos
hombres y regresó a Kyoto. Este asunto llegó a oídos del oficial del Shogun que mandó
llamar al Samurai para preguntarle: “Habéis ayudado a vuestros compañeros,
desobedeciendo con ello al edicto del Gobierno. ¿Cómo es eso?” Él contestó: “Vengo de
la provincia y me es difícil entender lo que Su Señoría me dice. ¿Podría volver a
repetirlo?” El oficial enfureció y dijo: “¿Está usted sordo? ¿Habéis estado implicado en
una pelea, derramado sangre y desobedecido el decreto gubernativo, quebrantando las
leyes, sí o no?” El hombre contestó: “Ya había comprendido todo esto. Aunque lo
afirméis, yo no he desobedecido voluntariamente a las leyes y no he tenido intención de
desobedecer al gobierno. La razón de ello es que todo ser viviente concede a la vida
cierto precio y desde luego lo mismo ocurre con los seres humanos. Por mi parte, doy
un gran valor a la vida humana. Pero he oído que mis compañeros estaban en peligro y
hacer ver que uno no se ha enterado de nada no es digno de la Vía del Samurai. Por ello
he corrido para socorrer a mis compañeros. Volver a mi casa, la vergüenza en el
corazón, sabiendo que mis amigos han sido asesinados, habría prolongado desde luego
mi vida, pero era desobedecer a la Vía. Para seguir la Vía, uno debe sacrificar su
preciosa vida. Es debido a esto, a respetar a la Vía y no por despreciar el reglamento,
que decidí ir allí. Os ruego, ahora, que procedáis a mi ejecución.” El oficial quedó
impresionado, archivó el asunto y escribió al Señor Matsudaira: “Tenéis un valiente
Samurai a vuestro servicio. Espero que lo sabréis cuidar como se merece.”

Las Raíces

El árbol genealógico del Señor Soma, sobrenombrado el Chiken Marokoshi, era
el más elaborado del Japón. Un año en el que su hacienda se incendió y estuvo a punto
de ser destruida, el Señor Soma dijo: “Incluso si la casa, los muebles y todo el resto es
destruido, no lo lamentaré porque son cosas que se pueden reemplazar. Lo único que
lamentaré es no haber podido salvar mi árbol genealógico, que es un tesoro de familia
de lo más precioso.” Allí estaba un Samurai y dijo: “Voy a entrar en la casa y traerlo.”
El Señor y los demás se pusieron a reír, diciendo: “La casa es ya pasto de las llamas,
¿cómo lo conseguiréis?” Aquel hombre no había sido jamás muy hablador y no había
sido particularmente diligente pero era alguien que iba hasta el final en todo lo que
hacía. Dijo también: “Hasta ahora no he sido de una gran utilidad a mi amo, porque no
he sido muy cuidadoso, pero he vivido con la idea de que un día mi vida podría ser útil.
Me parece que este momento ha llegado.” Entonces se lanzó a las llamas. Cuando el
incendio fue apagado, el amo ordenó: “¡Que se encuentre su cadáver! ¡Qué gran
pérdida!” Después de haber buscado por todas partes, se descubrió su cuerpo en el
jardín próximo a los apartamentos; cuando se le dio la vuelta, salió sangre de su vientre.
El Samurai se había abierto el vientre y en él había colocado el documento para que
permaneciera intacto. A partir de ese día, se sobrenombró este documento “la
genealogía de la sangre”.

En el Koyogunkan, alguien dijo: “Cuando estoy frente al enemigo, siempre
tengo la impresión de que penetro en las tinieblas y a causa de esto he sido herido
gravemente… sin embargo, vos que habéis combatido con tantos hombres valientes
jamás habéis sido herido. ¿Cómo es posible esto?” El otro contestó: “Cuando me
enfrento con el enemigo, es desde luego como si penetrara en las tinieblas. Pero
enseguida tranquilizo mi mente, todo se vuelve como una noche iluminada por la pálida
Luna. Si ataco en este momento, sé que no seré alcanzado.” Esta es la situación en el
momento de la verdad.

Tácticas Militares

En las Notas sobre las Reglas Marciales, está escrito lo siguiente: “Ganar
primero, combatir después, lo que dicho en dos palabras es ganar antes. La riqueza del
tiempo de paz es permitir la preparación marcial para el tiempo de guerra. Con
quinientos aliados, se puede derrotar a una fuerza enemiga de diez mil hombres.”
Cuando uno intenta tomar el castillo de un enemigo y es necesario retirarse, hay que
replegarse, no siguiendo la carretera principal sino las carreteras secundarias. Se debe
tender a sus muertos y heridos con el rostro girado hacia el enemigo. Es evidente que el
guerrero tiene que estar en vanguardia durante el ataque y en la retaguardia cuando la
retirada. Cuando se ataca, no se ha de despreciar esperar el buen momento. Esperando el
buen momento no se debe olvidar el ataque.

Entre los principios secretos de Yaygu Tajima No Kami Munemori, hay un
proverbio: “No existe táctica militar para un hombre de gran fuerza moral.” Instruido
por esto, cierto vasallo del Shogun fue a ver al Maestro Yagyu y le pidió que lo aceptara
como a su discípulo. El Maestro Yagyu dijo: “Me parece que ya sois alumno de una
escuela de Artes Marciales. Decidme el nombre de vuestra escuela antes de iniciar
nuestras relaciones de maestro-discípulo.” El hombre contestó: “Yo no he practicado
jamás un arte marcial.” El Maestro dijo: “¿No habéis jamás aprendido la disciplina de la
escuela Tajima Nokami? Tengo la impresión de que sois uno de los maestros del
Shogun. El hombre juró que no. El Maestro le preguntó entonces: “¿Tenéis algún tipo
de convicción profunda?” El hombre contestó: “De niño tomé conciencia de que el
Bushi es un hombre que no debe arrepentirse de su vida. He enterrado este pensamiento
en mi corazón durante muchos años y ello se ha vuelto una convicción. Por ello, jamás
pienso en la muerte. No tengo ninguna otra concepción fuera de ésta.” El Maestro
Yagyu quedó muy impresionado y dijo: “Mi intuición no me ha engañado. El principio
más profundo de la táctica marcial es el que vos poseéis. Hasta ahora, de cientos de
discípulos que he tenido, ninguno ha alcanzado este principio. No es necesario
prepararos con el “sable de madera” (boken). Voy a iniciaros inmediatamente.”
Enseguida le dio un pergamino. Esta historia ha sido relatada por Muragawa Soden.

Si alcanzáis demasiado rápido la gloria, la gente se volverá vuestro enemigo y
no seréis de ninguna utilidad. Si os eleváis progresivamente en el mundo, las personas
serán aliados vuestros y seréis felices. A la larga, que hayáis sido rápido o lento, en
cuanto hayáis adquirido la comprensión de los otros, nada os amenaza. Se dice que la
suerte que os es dada por otros es la más segura.

Los Cuatro Votos

Algunos son capaces de actuar con sabiduría cuando la ocasión lo requiere.
Otros se ven obligados a permanecer despiertos largas horas, presos de angustia, antes
de descubrir la solución correcta al problema planteado. Pero aunque estas deferencias
innatas sean en cierta medida inevitables, cada uno puede alcanzar dones de sabiduría
insospechada adoptando “los cuatro votos”.

Parece que cualesquiera que sean los dones personales, cualquiera que sea la
dificultad del problema, a una reflexión suficientemente larga y profunda. En tanto uno
funda su razonamiento sobre el “Yo”, puede ser muy prudente y astuto pero no sabio.

Los seres humanos son insensatos y les es difícil abandonar su “Yo”. A pesar de
todo, un individuo enfrentado a una situación complicada tiene grandes posibilidades de
encontrar una solución, si llega a abstraerse momentáneamente del problema,
concentrándose sobre los “cuatro votos” y abandonando su “Yo”.

Decisiones

Poseemos muy poca sabiduría; sin embargo, tenemos una gran tendencia a
referirnos a ella para resolver nuestras dificultades. Debido a que nos preocupamos
esencialmente de nosotros mismos, nos desviamos de la Vía del Cielo y nuestras
acciones se vuelven malas. A los ojos de los demás, somos despreciables, débiles,
limitados y totalmente ineficaces. Cuando nos sentimos incapaces de una competencia
verdadera es preferible apelar a alguien más sabio. No estando personalmente
implicado, tal vez pueda revelarse como un juez preclaro -ya que no tiene un interés
propio-. Estará en medida de aconsejar la elección más juiciosa.

Si observamos a un hombre que toma sus resoluciones de esta manera digna de
notarse, sabemos que está resuelto, autónomo, digno de fe y enraizado en la realidad. Su
sabiduría, alimentada por los consejos de los demás, puede compararse a las raíces de
un gran árbol de follaje espeso y denso.
Existen límites a la sabiduría del ser humano, arbusto débil, sacudido por el
viento.

La Critica a Los Demás

Reprender y corregir a alguien por sus errores es importante. Este acto
esencialmente caritativo es la primera obligación del Samurai. Pero hay que esforzarse
en hacerlo de la manera conveniente. En efecto, es fácil encontrar cualidades y defectos
en la conducta del prójimo. También es igualmente fácil criticarlo. La mayoría de las
personas se imagina que es por gentileza que dicen a los otros lo que no desean oír y si
alguna vez sus críticas son mal acogidas, piensan que los otros son incurables. Tal
manera de pensar no es razonable. La misma da tan malos resultados como colocar a
alguien en una situación embarazosa o bien si alguien nos insultara. Esto no es muchas
veces más que una mala manera de sacar lo que nos pesa en el corazón.

La crítica sólo debe intervenir después de haber discernido si la persona la
aceptará o no, después que uno se ha hecho amigo de ella, de haber compartido sus
intereses y de haberse comportado de manera tal que nos concede su entera confianza
para que tenga fe en nuestras palabras. Luego interviene el tacto. Hay que sentir el buen
momento y la buena manera de ejercer su crítica – por carta o al regresar de una reunión
particularmente agradable-. Hay que empezar comentando sus propios fallos y luego
llevar a su interlocutor a comprender, sin pronunciar más palabras de las necesarias.

Hay que alabar sus méritos; esforzarse en darle ánimos, en preparar su humor;
volverlo tan receptivo a las observaciones del mismo modo que el hombre sediento lo es
al agua. Es entonces cuando hay que corregir sus errores. La crítica constructiva es
delicada.

Sé por experiencia que las costumbres malas y antiguas, no ceden sin fuerza. Me
parece que la actitud más verdaderamente caritativa consiste, para todos los Samurais al
servicio de un mismo Daimyo, en ser benevolentes y amistosos los unos con lo otros,
corregir mutuamente sus errores para servir luego al Daimyo. Poniendo a alguien
voluntariamente en una situación embarazosa no se hace nada constructivo. ¿Cómo
podría ser de otro modo?

Previsión

El lenguaje militar emplea los términos de “Samurai ilustrado” y de “Samurai
ignorante”. Un Samurai que ha esperado tenerse que enfrentar con situaciones difíciles
para aprender a salir de ellas no es ilustrado. Un Samurai que se preocupa por
adelantado de todas las situaciones y soluciones posibles, es sabio. Será por lo tanto
capaz de hacerle frente con brillantez cuando la ocasión se presente. No importa lo que
ocurra, un Samurai ilustrado es aquel que se preocupa de los detalles de la acción, antes
de la hora. Un Samurai imprevisor, en cambio, da la penosa impresión de arrastrase en
una gran confusión y su éxito sólo proviene de una suerte anormal. Sólo un Samurai
negligente no considera todas las eventualidades antes del momento de la acción.

No comparto la opinión de los que preconizan una autoridad estricta y constante.
Como dice el proverbio: “El pez no vive en el agua clara”. Son las algas las que le
permiten desarrollarse plenamente hasta su madurez. Es cuando uno pasa de los detalles
y no cuida de las quejas menores cuando es capaz de procurar la serenidad a los que nos
sirven. La comprensión de este principio es esencial para el que quiera comprender el
carácter y el comportamiento de los demás.

Cuando el Señor Mitsushige sólo era un niño, se le pidió leer un pasaje de un
libro del Monje Kaion; llamó a los otros niños y a los acólitos para decirles: “Os ruego
que os acerquéis y escuchéis. Es muy difícil leer cuando no hay casi nadie que escuche”.
El monje quedó impresionado y dijo a los fieles: “Es con este espíritu que hay que hacer
todas las cosas”.

Como Ha de Ser el Samurai

Tengo la impresión de que los jóvenes Samurais de hoy en día se han fijado
objetivos lamentablemente bajos. Tienen la mirada furtiva de los ladrones. La mayoría
sólo busca su interés personal o hacer gala de su inteligencia. Incluso los que parecen
tener el alma serena sólo muestran una fachada. Esta actitud no es conveniente. Un
Samurai sólo lo es verdaderamente en la medida que no tiene otro deseo que morir
rápidamente -y de volverse puro espíritu- ofreciendo su vida a su amo, en la medida
donde su preocupación constante es el bienestar de su Daimyo, al que rinde cuentas
continuamente, sin cesar, de la manera mediante la cual resuelve los problemas para
consolidar las estructuras del dominio. De este modo, Daimyo y servidores deben estar
determinados de la misma manera. Es indispensable que nadie, ni siquiera los dioses y
los Budas, puedan haceros desviar de la meta fijada.

La Pérdida de la Virilidad

He aquí lo que decía uno de mis amigos. Parece que un tal Doctor Kyon afirma
lo siguiente: “En medicina se distingue a los hombres de las mujeres en virtud de los
principios del Yin y del Yang; por consiguiente, los tratamientos médicos son
fundamentalmente diferentes. Además, su pulso es también diferente. Sin embargo, en
el curso de estos últimos cincuenta años, el pulso de los hombres se ha vuelto idéntico al
de las mujeres. Desde que me he fijado en este fenómeno, he considerado bueno tratar
las enfermedades oculares de los hombres por los medios apropiados al pulso de las
mujeres. Cuando intento aplicar a mis pacientes varones los cuidados previstos para
ellos, no obtengo ningún resultado”. En efecto, el mundo está abordando un período de
degeneración; los hombres pierden su virilidad y se parecen cada vez más a las mujeres.
Es una convicción inquebrantable que he adquirido en el curso de mi experiencia
personal y que he decidido no propalar. Desde entonces, no olvidando nunca esta
reflexión, cuando miro a los hombres de hoy en día, me digo: “Mira, mira, he aquí un
pulso femenino”. Ya no encuentro prácticamente nunca lo que se llama un hombre
verdadero. Debido a esto es por lo que es posible hoy en día ser considerado excelente y
acceder a una posición importante con un esfuerzo mínimo. Los hombres se vuelven
cobardes y débiles, la prueba de ello está en que, hoy en día, raros son los que tienen la
experiencia de haber cortado la cabeza de un criminal con las manos atadas a la espalda.
Cuando se les pide ser el asistente del que va a suicidarse ritualmente, la mayoría
considera que es más hábil evadirse e invoca a excusas más o menos válidas.

Hace sólo cuarenta o cincuenta años, se consideraba una herida combate como
una marca de virilidad. Un muslo sin cicatrices era un signo tan destacado de falta de
experiencia que nadie se hubiera atrevido a mostrarlo tal cual, prefiriendo infligirse una
herida voluntaria. Se esperaba de los hombres que tuvieran la sangre ardiente y fueran
impetuosos. Hoy en día la impetuosidad es considerada como una ineptitud. Los
hombres de hoy en día utilizan la impetuosidad de su lengua para rehuir sus
responsabilidades y no hacer nunca ningún esfuerzo. Desearía que los jóvenes
reflexionaran seriamente sobre esta situación actual.

Mushin

El Monje Tannen tenía costumbre de decir: “La gente ha terminado por no
entender nada porque los sacerdotes ya no enseñan más que la doctrina de Mushin. Lo
que se llama Mushin es un espíritu sin mancha y sin complicación. Esto es interesante”.
La Vía del Samurai

El Señor Sanenori decía: “En el seno de un espíritu en donde la perversidad no
encuentra su lugar, está la vía”. Si esto es verdad, la Vía es una. Pero nadie puede
comprender esta evidencia en el primer intento.

La pureza no se consigue sin esfuerzo.

El carácter chino gen puede leerse en japonés maboroshi y significa “ilusión”.
En japonés, los magos indios se llaman Gen shu sushi o “ilusionistas”.

Los seres humanos son marionetas aquí abajo. Es por ello que se utiliza el
carácter gen para sugerir la ilusión del libre arbitrio.

Abominar del mal y conducir su vida con rectitud se vuelve extremadamente
difícil. Ello es bastante sorprendente pero muchos errores tienen por origen la creencia
de que es esencial ser estrictamente lógico y colocar la rectitud por encima de cualquier
otra cosa. Existe una vía más elevada que la rectitud, pero su descubrimiento no es una
cosa fácil e impone una profunda sabiduría. Comparados con esta vía, los principios
lógicos son insignificante, en efecto. Aunque para el que no tenga la experiencia de ella
o no la conozca, existe una manera de descubrir la verdad, incluso si uno no ha sabido
discernirla solo. Esta vía consiste en hablar con otros. Ocurre a menudo que una
persona, aunque imperfecta, puede dar consejos juiciosos a otra, porque ella puede
dominar la situación exterior, del mismo que el que, en el juego de Go, tiene “la ventaja
de ser espectador”. Se dice que es igualmente posible discernir sus faltas por la “mirada
en uno mismo” y por la meditación, pero también en este caso el resultado es
igualmente mejor cuando uno habla con otros. La razón de esto es que se puede superar
su propia facultad de discernimiento si uno aprende a escuchar con provecho a los
demás y leer libros.

Uno siempre se enriquece de la sabiduría de los Antiguos.

Entrenamiento

Me dijeron que un maestro de sable ya anciano había dicho esto: “El Samurai
debe entrenarse toda su vida”, y para ello hay una razón. Al principio, incluso en caso
de práctica regular, uno no tiene la sensación de progresar. Uno se sabe poco hábil y ve
a los demás a su propia imagen. En este estadio es inútil precisar que no se es de
ninguna utilidad al servicio del Daimyo. Cuando se alcanza un estadio mediano, uno no
es todavía de gran utilidad pero toma conciencia de sus deficiencias y empieza a notar
las imperfecciones de los otros.

Cuando un Samurai alcanza un nivel superior, es capaz de tomar, por propia
iniciativa, decisiones en cualquier situación, de tal manera que ya no necesita los
consejos de los otros. Un Samurai es, podemos decirlo, útil al Daimyo. Luego, por
encima de este nivel, están aquellos cuyo rostro jamás revela lo que piensan, los que no
hacen jamás gala de su habilidad, que fingen ignorancia e incompetencia. Y lo que es
más: respetan la habilidad de los otros. Para muchos, ésta es la ambición más alta. Pero
a un nivel todavía más elevado existe un dominio que supera la habilidad del común de
los mortales. El que se compromete a fondo en la Vía de este campo, toma conciencia
de que su entrenamiento será ilimitado y que no podrá estar jamás satisfecho de su
trabajo. Por esto un Samurai debe conocer sus debilidades y pasar su vida
corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo suficiente. No debe,
naturalmente, tener demasiada confianza pero tampoco sentirse inferior.

Yagyu, el maestro de la Vía del Sable, que enseñaba al Shogun Tokugawa,
decía: “Yo no sé cómo superar a los otros. Todo lo que sé es cómo superarme a mí
mismo”. El se decía: “Hoy, yo soy mejor que ayer, mañana todavía seré superior”. Un
verdadero Samurai consagra todo su tiempo al perfeccionamiento de sí mismo. Es por
ello que el entrenamiento es un proceso sin fin.

Entre las proclamaciones públicas que ha hecho el Señor Naoshige, se encuentra
la siguiente: “Las decisiones importantes deben ser tomadas con calma”. Ittei Ishida
(sabio confucionista de Han Sagan y maestro Jocho Yamamoto) explica: “Los asuntos
menores deben ser estudiados con seriedad. Hay pocos problemas realmente
importantes, solamente se presentan más de dos o tres en toda una existencia. Una
reflexión cotidiana os convencerá. Es por ello que es indispensable prever lo que
conviene hacer en caso de crisis. Cuando ésta se manifieste, habrá que acordarse de la
solución, para resolverla en consecuencia. Sin una preparación cotidiana, cuando
sobrevenga una crisis delicada, se será incapaz de tomar una decisión rápida, lo que
conlleva el riesgo de consecuencias desastrosas”. ¿No es entonces posible decir que para
poder tomar con calma decisiones importantes, hay que prepararse cada día con
resolución?

En el curso de una reunión cuya meta era examinar la oportunidad de conceder
una promoción a cierta persona, se tuvo noticia de que la misma, anteriormente, era
muy aficionada a la bebida. Por lo tanto, los participantes estaban muy propensos a
negarle su adelanto. Sin embargo, uno de ello intervino: “No animar a un hombre
porque ha cometido un solo error, es impedir que mejore. Si un hombre, que ha
flaqueado una vez, muestra, por una conducta irreprochable y conforme a las reglas, que
lamenta sinceramente su error, es eminentemente útil a su Señor. Siendo así, animadlo”.
Entonces, uno de los presentes dijo: ¿Asumís la responsabilidad de tal decisión?”
Después de que él hubo dado tal seguridad, la asistencia le rogó que diera sus razones.
Dio esta respuesta: “Lo avalo porque sé que se ha equivocado una vez. No se puede
conceder confianza al que no ha cometido jamás errores”. Fue de este modo que el
interesado consiguió su promoción.

Un día, un hombre cayó en desgracia porque había descuidado reparar el insulto
que le había sido hecho. La única manera de vengarse era lanzarse sobre el campamento
enemigo y combatir hasta la muerte. Un Samurai que se lanza desesperadamente al
combate no puede caer en desgracia. Es porque uno espera la victoria que la misma se
nos escapa. El tiempo corre cuando uno espera que el enemigo no sea tan numeroso
para no estar uno en desventaja. A fuerza de esperar, incluso puede ser que uno olvide la
injuria y que abandone la venganza. Pero cuando los enemigos son numerosos, si uno se
agarra al terreno con la determinación de diezmarlos a todos, la pelea se resolverá
deprisa. El curso de la acción transcurrirá probablemente de buena manera. Incluso
cuando los cuarenta y siete Ronins del clan Asano, que acabaron por atacar a Kira una
noche para vengar la muerte de su Amo, ya habían fallado en su salida. Deberían
haberse suicidado ritual e inmediatamente Sengakuji. Se tomaron tiempo para vengar la
muerte de su Señor. Kira habría podido caer mortalmente enfermo antes de que
hubieran ejecutado su plan. En este caso, habrían perdido irremediablemente la ocasión.
Por regla general, yo no critico el comportamiento de los otros, pero puesto que
nosotros estudiamos la vía del Samurai, debo añadir esto: si no se consideran con
cuidado y por adelanto todas las eventualidades, cuando ocurre el suceso no se está en
medida de contestar adecuadamente y uno es deshonrado.

Escuchar estos consejos e intentar comprender la esencia de las cosas, constituye
una preparación para tomar decisiones antes de que sobrevenga la crisis.

La vía del Samurai exige, entre otras cosas, que se esté siempre dispuesto a
someter a prueba la firmeza de su resolución. Noche y día, el Samurai debe seccionar
sus pensamientos prepara una línea de acción. Según las circunstancias, puede ganar o
perder. Pero evitar el deshonor es un hecho distinto de l victoria o de la derrota; para
evitar el deshonor tal vez le será necesario morir. Pero si, desde el principio, las cosas
no se desarrollan como había previsto, debería intentarlo de nuevo. Para ello, ninguna
sabiduría ni habilidad particular son precisas. El Samurai valiente no piensa en términos
de victoria o derrota; combate fanáticamente hasta la muerte. Sólo de este modo realiza
su destino.

No es bueno tener fuertes convicciones personales. Si, al perseverara y
concentrarse, un Samurai adquiere opiniones muy marcadas, podrá estar tentado a
pensar con precipitación que ya ha alcanzado un buen nivel de realización. Esto debe
ser desaconsejado formalmente. Un Samurai debe, por asiduidad, llegar primeramente a
la maestría absoluta de los principios básicos y luego continuar su entrenamiento de tal
manera que sus técnicas lleguen a la madurez. Un Samurai no debe jamás relajar su
esfuerzo sino que debe perseverar toda su vida en el entrenamiento. Pensar que uno
puede relajar la disciplina del entrenamiento porque simplemente ha hecho algún
descubrimiento personal, es el colmo de la locura. Un Samurai debe estar
constantemente animado por el pensamiento siguiente: “En tal o cual punto todavía
disto mucho de la perfección” y consagrar toda su vida más y más al perfeccionamiento,
buscando asiduamente la vía verdadera. Es por una práctica así que se puede encontrar
la Vía.

No hace aún cincuenta o sesenta años que los Samurais hacían sus abluciones
cada mañana, se afeitaban la cabeza y perfumaban el moño. Luego se cortaban las uñas
de las manos y de los pies, las limaban con piedra pómez y luego las pulían con hierba
Kogane. No mostraban jamás señal alguna de pereza en este asunto y se cuidaban con
atención. Después el Samurai verificaba su sable largo y su sable corto para comprobar
que el óxido no los deterioraba; les quitaba el polvo y los limpiaba para cuidar su brillo.
Tomar tal cuidado de su apariencia puede parecer una manifestación de fatuidad pero
esta costumbre no provenía de una inclinación para la elegancia o lo romancesco. Uno
puede ser llamado en cualquier momento a librar una dura batalla; si se muere habiendo
descuidado su pulcritud, se da muestra de una relajación general de las buenas
costumbres y uno se expone al desprecio y al descuido del adversario. Esta es la razón
por la cual los viejos y jóvenes Samurais han aportado siempre un gran cuidado en su
presentación. Un escrúpulo tal puede parecer una pérdida de tiempo y una ocupación
muy fútil, pero forma parte de la vida del Samurai. En realidad, ello precisa menos
esfuerzo y tiempo de lo que parece. Si quiere estar dispuesto a morir, un Samurai debe
considerarse ya muerto; si es diligente en su servicio y se perfecciona en las artes
militares, no se cubrirá jamás de vergüenza. Pero si se dedica a hacer egoístamente lo
que le plazca, en caso de crisis de deshonrará. Incluso, no será jamás consciente de su
deshonra. Si nada le importa, excepto el hecho de no estar en peligro y de sentirse feliz,
se descuidará de una manera completamente lamentable.

Es seguro que un Samurai que no está preparado para morir, morirá de una
muerte poco honorable. En cambio, si consagra su vida a preparar su muerte, ¿cómo
podría tener un comportamiento despreciable? Uno debería reflexionar seriamente al
respecto y armonizar su conducta en consecuencia.

Los tiempos han cambiado mucho en el transcurso de estos últimos treinta años.
En nuestros días, cuando los jóvenes Samurais se reúnen, hablan de dinero, de
provecho, de pérdidas, de la manera de administrar su casa, de los criterios para juzgar
el valor de la vestimenta, e intercambian opiniones profanas. Si otro tema es evocado, el
ambiente se estropea y cada uno se siente vagamente a disgusto. ¡Qué estado tan
lamentable éste al que hemos llegado! Antaño, hasta la edad de veinte o treinta años, un
hombre joven no tenía ningún pensamiento para las cosas materiales o indelicadas, por
lo tanto no hablaba de ellas jamás. Si, por accidente, en su presencia, los hombres de
edad madura dejaban escapar de sus labios alguna reflexión fuera de lugar, se sentía tan
afectado como si hubiera recibido una herida física. La tendencia nueva ha penetrado
aparentemente mediante lo que los tiempos modernos aprecian al máximo: el lujo y la
ostentación. Sólo el dinero tiene importancia. Es manifiesto que si los hombres jóvenes
no tuvieran estos gustos de lujo, incompatibles con su situación, esta actitud errónea
desaparecería. Por otra parte, alabar como ricos en recursos a jóvenes ahorrativos y
parcos, es completamente despreciable. La frugalidad equivale a la ausencia del sentido
del giri u obligaciones sociales y personales. ¿Necesito añadir que un Samurai que se
olvida de sus obligaciones hacia los demás es despreciable, cobarde e indigno?

Caligrafía

Cuando me dirigí a Yasaburo para tomar ejemplo de su arte caligráfico, me dijo:
“Se debería escribir en caracteres suficientemente grandes como para que uno solo
cubriera toda la hoja, con suficiente vigor como para rasgarla. La habilidad en la
caligrafía depende del espíritu y de la energía con la que se ejecuta. El Samurai debe
obrar sin dudar, sin confesar el más mínimo cansancio ni el más mínimo desánimo hasta
concluir su tarea. Eso es todo”. Y continuó escribiendo.

Según el sabio confucionista Ittei Ishida, todo calígrafo, incluso mediocre, puede
aprender a escribir de una manera correcta si sigue cuidadosamente las líneas de un
cuaderno. Se puede decir la misma cosa al servicio de un Samurai. Si toma por modelo
un buen Samurai, el éxito es posible. Desgraciadamente, en el momento presente no hay
ningún Samurai que merezca realmente ser imitado, así que uno debe crearse
idealmente un modelo que imitar. El modo de crear tal modelo es imaginar cuál de los
que están en torno a nosotros sabe cómo conformarse al protocolo, a la rectitud y a las
conveniencias; cuál demuestra la mayor valentía; cuál es el más elocuente; cuál es aquél
cuyo comportamiento es el más irreprochable; cuál es el más íntegro; cuál tiene el
mayor espíritu de decisión en caso de crisis. A partir de todos estos elementos, es
necesario imaginar un ser reuniendo todas estas cualidades. La síntesis constituirá un
excelente modelo, digno de ser imitado. Es cierto que en todo arte es muy difícil
aprender los puntos fuertes del maestro, pero en cambio, sus puntos débiles son
imitados fácilmente. Estos no son, desde luego, de ninguna utilidad para sus discípulos.
Por ejemplo, algunos conocen perfectamente la etiqueta pero no son íntegros. Cuando
uno intenta tomar por modelo este tipo de persona, siempre tiene tendencia a descuidar
la etiqueta y a no imitar más que la ausencia de integridad. Cuando uno aprende a
apreciar los puntos fuertes de lso demás, cada persona puede volverse un maestro o en
público. Si es negligente cuando está en período de descanso, el público sólo lo
percibirá bajo este aspecto.

Imponer

Retirarse silenciosamente cuando el amo habla de uno, en buenos o malos
términos, indica perplejidad. Se debe poder dar una respuesta apropiada y estar decidido
previamente. Cuando se os encargue una cierta función, la alegría o el orgullo que
vosotros sentiréis se reflejará en vuestro rostro y eso es algo inconveniente. Algunos,
conscientes de sus fallos, piensan: “Soy torpe pero debo cumplir cueste lo que cueste mi
misión. ¿Cómo la voy a llevar a cabo? Esto puede ocasionarme muchos motivos de
ansiedad”. Aunque estas palabras no se pronuncien jamás, se reflejarán claramente en
vuestro rostro. Esto es una prueba de modestia. Es por inconstancia y ligereza que nos
apartamos de la Vía y que nos comportamos como novicios. Entonces somos fuente de
molestias. El año pasado, en el curso de una reunión, un hombre expuso su punto de
vista y afirmó que estaba dispuesto a matar al animador de la reunión si su opinión no
era adoptada. Su moción fue aceptada. Cuando todos los procedimientos fueron
terminados, dijo: “Han dado su consentimiento demasiado rápidamente. Pienso que son
débiles y no son dignos de ser los consejeros de su amo”.

Cuando una reunión oficial es extremadamente seria y alguien introduce, con
ligereza, temas diferentes los participantes expresan su despecho y se enfadan. Esto no
está bien. En tales momentos la etiqueta de Samurai consiste en permanecer calmado y
tratar a la persona con benevolencia. Maltratar a alguien es una conducta digna de un
lacayo.

Hay momento en donde uno tiene realmente necesidad de los demás. Si esto se
repite a menudo, éstos acaban por encontrarlo inoportuno y desplazado. Para ciertas
cosas, más vale no tener que tener que contar con los demás.

El Dragón

Había un hombre en China al que gustaban mucho las imágenes representando a
dragones. Todos sus muebles y vestidos estaban decorados con este emblema. El dios
de los dragones se dio cuente de este amor profundo, así que un día, un verdadero
dragón se presentó en su ventana. Se dice que el hombre se murió del susto… Era
seguramente un charlatán que se hubiera revelado como tal en el momento de la acción.

Concentración

En cierta ocasión vivía un maestro del arte de la lanza. En el momento de su
muerte llamó a su mejor discípulo y le declaró: “Te he transmitido todas las técnicas
secretas de nuestra escuela. Si piensas aceptar ahora a un discípulo, debes practicar
enseguida con diligencia, y cada día, con el sable de madera. La superioridad no es una
cuestión de técnicas secretas”. Del mismo modo, en la enseñanza de un maestro de
Renga, se dice que la víspera del concurso de poesía debe calmar su espíritu y consultar
una antología de poesías. Es necesario saberse concentrar sobre una sola cosa. Todos los
oficios deben ser ejercidos con concentración.

Animar a un Amigo

Cuando se visita a un Samurai golpeado por la desgracia, lo que se le dice para
animarlo es siempre de una extremada importancia. Él es, en efecto, capaz de discernir a
través de nuestras palabras los móviles verdaderos que animan a su interlocutor. Para
animar a un amigo en dificultades el secreto a revelarse es el siguiente: un verdadero
Samurai no debe pavonearse ni perder confianza. Debe ir siempre hacia delante, sino no
avanzará y será totalmente inútil

Las Palabras

Se dice que no hay que dudar jamás en corregirse cuando uno a cometido un
error. La falta desaparece rápidamente si uno se corrige sin demora. Cuando se intenta
remediar un error, ello se vuelve desplazado y doloroso. Cuando se dice algo que no se
debería haber dicho, si uno se autocritica rápida y claramente, aquello se olvida pronto y
ya no hay necesidad de preocuparse. Pero si alguien os censura, hay que saber contestar:
“Os he dado las razones de mis propósitos inconsiderados, yo no veo nada más que
hacer si no las aceptáis. Puesto que he dicho esto sin querer, deberá pasar como si nadie
lo hubiera oído. Nadie puede sustraerse a una reprimenda.”.

Morooka Hikoemon fue requerido un día para confirmar la verdad de sus
palabras respecto a un asunto. Pero él contestó: “La palabra de un Samurai es más firme
que el metal. Dado que estoy impregnado de este principio, ¿qué más pueden aportar los
dioses y los Budas?” El juramento fue anulado. Esta historia ocurrió cuando él tenía
veintiséis años

La Actitud Durante la Tormenta

Existe lo que se llama la actitud durante la tormenta. Cuando uno es sorprendido
por una repentina tormenta, se puede o bien correr lo más aprisa posible o bien
colocarse rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todos
modos nos mojaremos. Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar
mojado, se estaría a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la lluvia. Se
puede aplicar este principio con provecho en todas las situaciones.

Ganar Desde el Principio

Cuando ya era anciano, Tetsuzan hizo un día la reflexión siguiente: “Tenía
tendencia a pensar que el combate a manos desnudas difería del Sumo, debido a que no
tenía importancia ser tirado al suelo al principio, ya que lo esencial era ganar al final del
combate. Recientemente he cambiado de punto de vista. Se me ha ocurrido que si un
juez tomaba la decisión de parar el combate en el momento en que uno se encuentra en
el suelo, os declararía vencido. Hay que ganar desde el principio para salir victorioso
siempre.”

La Amistad Se Mide en la Adversidad

Se ha dicho: “Si queréis sondear el corazón de un amigo, caed enfermo.” Una
persona a la que consideráis amiga cuando todo te va bien, y que os da la espalda como
un extraño en caso de enfermedad o de infortunio, no es más que un cobarde. Es mucho
más correcto cundo un amigo debe enfrentarse con el infortunio, estar cerca de él,
visitarlo y socorrerlo. Un Samurai no debe jamás, mientras viva, permitirse distanciarse
de aquellos de los que es deudor espiritualmente. He aquí por lo tanto un medio para
medir los verdaderos sentimientos de un hombre. La mayor parte del tiempo nosotros
nos dirigimos a los demás para pedirles ayuda y luego los olvidamos en cuanto la crisis
ha pasado.

Alguien hizo un día el comentario siguiente: “Se piensa generalmente que nada
es más difícil que ser ronin; que cuando este destino golpea a un hombre, se pierde
confianza en él y se le abandona. En verdad, ser ronin es algo muy diferente de lo que
yo me había imaginado y es un estado menos desagradable de lo que parece. Me
gustaría, en verdad, volver a ser un ronin cierto.” Coincido con esta opinión. La misma
actitud puede prevalecer en lo que concierne a la muerte. Si un Samurai se acostumbra,
día a día, a la idea de la muerte, será capaz de morir con toda tranquilidad cuando llegue
el momento. Como todos los desastres son difícilmente tan terribles como uno se los
había imaginado, es totalmente ridículo lamentarse por adelantado y sin cesar. Más vale
prepararse desde el principio a la idea de que el destino final del Samurai dedicado al
servicio de un Señor es hacerse sepukku o terminar ronin.

Éxito y Fracaso

La bondad o la maldad del carácter de un individuo no se reflejan en el éxito
momentáneo o en el fracaso, aquí abajo. El éxito o el fracaso no son, a fin de cuentas,
más que manifestaciones de la Naturaleza. El bien y el mal son, sin embargo,
naturalezas humanas. No obstante, es cómodo, por razones didácticas, expresarse como
si el éxito o el fracaso en el mundo fueran el resultado directo de un buen o mal
carácter.

Quien Calcula es un Cobarde

Un hombre que no para de calcular es un cobarde. Digo esto porque las
suposiciones siempre tienen una relación con las ideas de provecho y de pérdida; el
individuo que las hace está siempre preocupado por las nociones de ganancia o pérdida.
Morir es una pérdida, vivir una ganancia y es así que se decide a menudo no morir. Esto
es cobardía. Del mismo modo, un hombre que ha recibido una buena educación puede
camuflar, con su inteligencia y su elocuencia, su pusilanimidad o su estupidez, que son
su verdadera naturaleza. Mucha gente no se da cuenta

La Vía del Samurai

El Señor Naoshige tenía por costumbre decir: “La vía del Samurai es la pasión
de la muerte. Incluso diez hombres son incapaces de desviar a un hombre animado de
tal convicción.” No se pueden llevar a cabo grandes hazañas cuando se está en una
disposición anímica normal. Hay que volverse fanático y desarrollar la pasión de la
muerte. Si uno cuenta sobre el tiempo para acrecentar su poder de discernimiento, corre
el riesgo de que sea demasiado tarde para ponerlo en práctica. La lealtad y la piedad
filial son algo suplementario en la Vía del Samurai; Lo que uno necesita es la pasión por
la muerte. Todo el resto vendrá por añadidura de esta pasión.

El famoso Samurai KiranoSuke Shida ha dicho: “Si sois totalmente desconocido,
entre morir o vivir, más vale escoger vivir”. Shida era un Samurai fuera de lo corriente.
Los jóvenes han interpretado frecuentemente mal lo que ha dicho, pensando
equivocadamente que se hacía el abogado de una conducta deshonrosa. En un post-
scriptum, escribió: “Si uno duda entre comer y no comer, más vale abstenerse. Cuando
uno no puede decidirse entre vivir o morir, entonces más vale morir.”

Hay una manera de educar a los hijos de Samurais. En su infancia se ha de
favorecer su bravura y evitar darles miedo frívolamente o burlarse de ellos. Si una
persona se ve afectada por la cobardía cuando niño, queda una cicatriz para toda la vida.
Es un error de los padres que, sin reflexionar, hagan temer a los niños los relámpagos,
los sitios oscuros, o contarles cosas terroríficas para provocar sus lloros. Más aún, si un
niño es reñido severamente se volverá tímido. No debe tolerarse que se formen malos
hábitos. Después que se ha formado un mal hábito, aunque se reprenda al niño, ya no
mejorará. Para cosas tales como el hablar correctamente o tener un buen
comportamiento hay que volver gradualmente al niño consciente de ello. No dejéis que
el niño conozca la avaricia. Otra cosa más, si tiene una naturaleza normal, se
desarrollará siguiendo el camino que se le marque. Otro punto más a tener en cuenta es
que si los padres tienen una mala relación, el niño no tendrá sentimientos filiales. Esto
es natural. Incluso los pájaros y las bestias se sienten afectados por lo que ven en el
momento de nacer. Por lo tanto, las relaciones entre padre e hijo se pueden deteriorar
debido a la inconsciencia de la madre. Una madre quiere a su hijo por encima de todas
las cosas y será imparcial con él cuando es corregido por el padre. Si se vuelve una
aliada del niño, tal cosa sembrará la discordia entre el padre y el hijo. Debido a la
estrechez de su mente, una mujer ve a su hijo como el sostén de su vejez.

La Distracción

Seréis confundidos por la gente cuando vuestra resolución sea débil. Más aún, si
en una reunión estáis distraído cuando otra persona esté hablando, por vuestro descuido
podéis pensar que coincidís con su opinión y le vais a seguir diciendo: “De acuerdo, de
acuerdo”, incluso cuando esté diciendo algo contrario a vuestros propios sentimientos, y
los demás pensarán que estáis de acuerdo con ellos. Por esto, nunca debéis distraeros ni
un instante cuando tengáis una reunión con otras personas. Cuando estéis escuchando
una historia o estén hablando con vosotros, deberéis ser cuidadosos para evitar veros
confundidos; y si hay algo con lo que no estéis de acuerdo, exponed vuestra opinión,
mostradle su error a vuestro oponente, esforzaos en resolver la situación. Incluso en
asuntos poco importantes los malentendidos provienen de cosas pequeñas. Uno debe ser
cauteloso en este aspecto. Más aún, es mejor no colaborar con gente de la que ya habéis
tenido dudas anteriormente. No importa lo que hagáis, será gente que siempre os
confundirá o absorberá. Para estar seguro en este tipo de asuntos debéis tener mucha
experiencia.

La Desgracia

No es suficiente evitar simplemente sentirse desanimado cuando llega una
prueba. Cuando llega una desgracia, el Samurai debe alegrarse y coger la suerte que le
es ofrecida por poder emplear así su energía y su valentía. Tal actitud difiere
radicalmente de la simple resignación. Cuando la marea sube, el barco flota…

Cuando se ha oído hablar de las hazañas de un Maestro, pensar que cualquier
cosa que uno haga no podrá jamás igualarlo, es señal de un alma mezquina. Se debe
pensar, al contrario, que “si el Maestro es un hombre como yo, ¿por qué yo he de ser
inferior?” En cuanto un Samurai se decide contestar a este desafío contra sí mismo, ya
está en camino de la mejoría. Ittei Ishida ha dicho: “Un hombre reconocido como sabio
por los otros, sólo adquiere esta reputación porque ha comenzado a profundizar sus
conocimientos desde su más tierna edad. Nunca es el resultado de un aprendizaje tardío,
incluso si éste es difícil.” En otras palabras, en cuanto un ser toma la resolución de
llegar a la perfección, puede esperar un día experimentar la iluminación. Un Samurai
debe prestar atención a sus hechos y gestos para evitar cometer errores de conducta, no
importa lo pequeños que aquellos sean. Ocurre que, por descuido, un Samurai no
controla su mente y llega a pensar reflexiones de este tipo: “Decididamente, soy un
cobarde” o “Si esto ocurre, corramos para preservar nuestras vidas” o “Cuán terrorífico
es esto”, “¡Ay!”, Etcétera. Tales exclamaciones no deben ser jamás proferidas por un
Samurai aunque sea para mofarse o reírse, ni por descuido, ni siquiera soñando, ni en
ninguna otra situación. Un ser perspicaz adivinaría rápidamente la naturaleza verdadera
de la persona que hubiera pronunciado tales palabras. Uno debe estar siempre en
guardia. Se ha dicho que un hombre que acaba de ser decapitado todavía puede hacer
algunos gestos. Esta historia ha sido transmitida por Nitta Yoshisada y Ono Moken.
¿Cómo un hombre puede ser inferior a otro hombre? Mitani Joyku decía: “Incluso
cuando un hombre enferma mortalmente, puede sobrevivir dos o tres días más.”

Las malas relaciones existentes entre los actuales gobernantes y los procedentes,
entre el padre y el hijo, entre el hermano mayor y el pequeño están motivadas por
razones egoístas. La prueba es que no hay tales relaciones entre maestro y servidor.

Las Decisiones

Un viejo proverbio dice: “Decidios en el espacio de siete soplos.” El Señor
Takanobu Ryuzoti hizo un día este comentario: “Si un hombre tarde demasiado en
tomar una decisión, se duerme.” El Señor Naoshige dice también: “Si uno se lanza sin
vigor, siete de cada diez acciones no llegan a término. Es verdaderamente difícil tomar
decisiones en estado de agitación. Por consiguiente, si sin ocuparse de las consecuencias
menores, uno se enfrenta a los problemas con la mente afilada como una navaja,
siempre se encuentra la solución en menos tiempo del preciso para hacer siete
soplos.”Hay que considerar los problemas con calma y determinación.

El Orgullo

El que tiene pocos conocimientos se vuelve rápidamente pretencioso y se deleita
en la idea de ser considerado como un hombre competente. Los que se enorgullecen de
sus talentos y se estiman superiores a sus contemporáneos serán inevitablemente
castigados por alguna manifestación del Cielo. Un hombre que no sepa hacerse apreciar
de los otros no será de utilidad a nadie a pesar de su alta competencia. El que trabaja
arduamente y sabe permanecer modesto; el que se alegra de la posición subordinada que
ocupa al mismo tiempo que respeta a sus iguales, será altamente estimado.

Levantaos a la Octava

Es el colmo de la locura para un Samurai perder el control de sí mismo si por
desgracia queda reducido al estado de ronin o se encuentra enfrentado a algún revés de
fortuna del mismo tipo. En el tiempo del Señor Katsushige, los Samurais tenían una
divisa favorita: “Si no habéis sido ronin siete veces, no podréis reivindicar
efectivamente el título verdadero de Samurai. Tropezad y caed siete veces, pero
levantaos a la octava.” Manifiestamente, Hyogo Naritomi había sido, según se dice,
siete veces ronin. Un Samurai al servicio de un daimio debe ser como un tentetieso que
se levanta cada vez que uno lo inclina. En verdad, sería una excelente idea para el
Daimyo devolver a sus discípulos la libertad para someter a prueba su fuerza espiritual.
El Trato a los Subordinados

En un poema a la gloria de Yoshitune, se dice: “Un general debe dirigirse
frecuentemente a sus soldados.” Las personas que sirven a un amo estarán tanto más
dispuestas a consagrar su vida a su servicio cuando su amo le alabe en circunstancias
excepcionales, así como en la vida corriente, del tipo: “Me habéis servido muy bien.”
“Debéis ser muy cuidadoso con esto o lo otro.” “Ahora tengo un servidor de primera
clase.” Estos comentarios atentos son de una gran importancia.

Auto-perfección

Si deseáis perfeccionaros, la mejor manera de hacer es solicitar la opinión de los
otros y buscar sus críticas. La mayor parte de las personas intentan perfeccionarse
fiándose en su sola facultad de apreciación. El único resultado que consiguen es que no
hacen progresos significativos… Los hombres que buscan las críticas de los demás son
ya superiores a ellos. La primera palabra pronunciada por un Samurai, en cualquier
circunstancia, es extremadamente importante. Revela por esta palabra todo su valor. En
tiempos de paz, el lenguaje firma el valor. Pero, del mismo modo, en tiempos de
disturbios y destrucción, la gran bravura puede revelarse por una única palabra. Se
puede decir entonces que esta palabra única es la flor del alma.

Un Samurai debe siempre evitar quejarse, incluso en la vida corriente. Debe
estar en guardia para no dejar escapar jamás una palabra que demuestre su debilidad.
Una indicación anodina hecha por inadvertencia indica frecuentemente el valor del que
la ha hecho.
Un hombre cuya reputación está basada sobre su habilidad para una técnica
precisa es insignificante. Concentrando toda su energía en un solo objeto, se ha vuelto
desde luego excelente pero se ha abstenido de interesarse en otras cosas. Un hombre así
no es de ninguna utilidad

Los Consejos

Son numerosas las personas que dan consejos, pero escasas son las que los
reciben con reconocimiento, y todavía más raros los que los siguen. Después de los 30
años, el hombre se vuelve, por lo general, impermeable a los consejos. Cuando los
consejos ya no le alcanzan se vuelve rápidamente fatuo y egoísta. Añade, para el resto
de sus días la impudencia a la estupidez, lo que irremediablemente causará su pérdida.
Es por ello que es indispensable descubrir a alguien capaz de discernir, ligándose
fuertemente a él para recibir su enseñanza.

Un Samurai que no concede ningún interés a la riqueza y al honor, acaba
habitualmente por volverse insignificante y envidioso. Este hombre es a la vez vano e
inútil, acaba por revelarse inferior a aquel mismo cuyos únicos móviles son la ambición,
el dinero y la fama. No es de ninguna utilidad inmediata.

Hasta la edad de cuarenta años un Samurai debe vigilar de no dejarse seducir por
la sabiduría y el sentido del juicio. Debe depender únicamente de sus capacidades y de
su fuerza de carácter. Cuanto mayor sea esta última, mejor será el samurai. Aun
habiendo superado los 40 años, pero esto depende del individuo y de su posición social,
un Samurai no es nada si no tiene fuerza de carácter.

Determinación

Cualquiera que sea la meta, nada es imposible de hacer cuando uno está
determinado. Se puede entonces remover cielo y tierra según convenga. Pero cuando el
hombre no tenga “el corazón en el vientre”, no se puede persuadir de ello. Remover
cielo y tierra sin esfuerzos es una simple cuestión de concentración.

Es bueno desarrollar su potencia hasta la edad de cuarenta años. En cambio es
aconsejable “calmarse” a partir de los cincuenta. Cuando alguien os da su opinión, hay
que saber aceptar con gratitud incluso si no es de ningún interés. Solo con esta
condición os comunicará lo que ha oído decir de vosotros. Es bueno dar y recibir avisos
de una manera amistosa.

Si en el campo de batalla no dejáis a nadie al cuidado de conducir el asalto y sois
vosotros quienes tenéis la firme intención de penetrar en las filas enemigas, no caeréis,
vuestro espíritu será bravo y manifestaréis vuestro valor marcial. Este consejo es una
herencia de los antiguos. Por otro lado, si debéis ser derribado en el curso de un
combate, estad decidido a serlo frente al enemigo.

El Fundamento de las Cosas

Conozco un sacerdote que pretende resolverlo todo gracias a su extraordinaria
inteligencia. No hay ningún otro en todo Japón que le sea comparable. Esto no es muy
sorprendente ya que simplemente nadie percibe el fundamento de las cosas.

Senilidad

La vejez llega cuando uno se limita a hacer las cosas a las que se es proclive.
Mientras el vigor persiste, uno puede ir en contra de esta inclinación; cuando él se
debilita, las verdaderas tendencias aparecen y nos perturban. Existen diferentes
manifestaciones de este estado pero, alcanzados los sesenta años, nadie escapa a ello.
Pensar que uno no será jamás senil, es serlo ya. Así uno puede considerar la
argumentación del maestro Ittei como la de una persona senil, cuando quiso probar que
él era el único que podía ayudar a la Casa Nabeshima. Fue a hablar con los poderosos de
diferentes familias, pero mostraba ya señales de senilidad. Todo el mundo pensó en su
momento que era un acto razonable; y si reflexiono mejor me doy cuenta que era un
acto de debilidad. Por mi parte, gracias a este ejemplo y debido a la sensación que tengo
de retornar a la infancia, he rehusado la invitación a la ceremonia del templo por el
aniversario de la muerte el Señor Mitsushige y he decidido permanece cada vez más
recluido en mi casa. Uno debe tener la clarividencia de lo que os va a ocurrir.

Errores

Según una historia de Ryutaji, había un experto en el I-Ching en la región de
Kamigata. Habría dicho que, incluso tratándose de un sacerdote, es inútil dar una
posición a un hombre antes de los cuarenta años, por la buena razón de que hasta
entonces comete numerosos errores. Confucio no fue el único que tuvo el espíritu
sereno después de los cuarenta años. Hasta esa edad, tanto el sabio como el insensato
han acumulado numerosas experiencias formadoras y luego cesan de estar indecisos
frente a la existencia.

En lo que concierne al valor marcial, es más meritorio morir por su amo que
matar a un enemigo. Es en este sentido que se puede comprender la devoción de Sato
Tsugunobu.

Cuando yo era joven, tenía un “diario de lamentaciones” en el cual mencionaba
día tras día mis errores. Pero no pasaba un solo día sin que yo tuviera que abrirlo veinte
o treinta veces. Es así como acabé realizando que siempre sería así y decidí
abandonarlo. Hoy en día, cuando medito, antes de irme a dormir, sobre la jornada
transcurrida, no hay un día en el cual yo no haya cometido algún fallo de palabra o de
acción. Vivir sin cometer errores es casi imposible, pero “los intelectuales” distan
mucho de admitirlo.

Cuando se lee un texto en voz alta, hay que hacerlo con el vientre. Cuando se lee
con la boca y la garganta, uno se cansa deprisa. Esto es una enseñanza de Nakamo
Shikibu.

Lo que se llama generosidad es realmente compasión. En el “Shin?ei” está
escrito: “Mirando con el ojo de la compasión, no hay nadie que no merezca ser amado.
El que ha pecado debe despertar todavía más nuestra piedad”. No hay límite para la
anchura y profundidad de nuestro corazón. Hay espacio para todo. Por esto todavía
adoramos a los sabios de los tres antiguos reinos (India, China y Japón) debido a que su
compasión todavía nos alcanza a nosotros actualmente. Cualquier cosa que hagáis,
tenéis que hacerlo para el bien de vuestro amo, vuestros parientes, la gente en general y
la posteridad. Esto es la gran compasión. El amor y la sabiduría que vienen de esto son
el real amor y la real sabiduría. Cuando uno castiga o lucha con el corazón compasivo,
todo lo que haga será sin límites en la fuerza y la corrección. Hacer una cosa sólo en el
propio beneficio es superficial y se vuelve negativo. Yo comprendí hace tiempo los
temas de la sabiduría y la bravura. Ahora estoy justamente empezando a entender el
tema de la compasión. El Señor Ieyasu decía: “El fundamento para gobernar un país en
paz es la compasión; cuando uno considera al pueblo como a su propio hijo, el pueblo lo
considera como su propio padre.” Además ¿no ha de pensarse que los nombres del
“padre del grupo” y “niño del grupo” (es decir jefe del grupo y miembro) provienen de
lso armoniosos corazones de una relación padre-hijo? Es de esta manera que ha de
comprenderse que la frase del Señor Naoshige: “Un buscador de

El origen del Shorinji Kempo

El Shorinji Kempo no es solo un deporte, tampoco es solo un arte marcial, es GYO.

Para entender la palabla gyo vamos a hacer una pequeña comparación con los deportes y las artes marciales.

En primer lugar: Deporte. El deporte en esencia es buscar salud y diversión teniendo en cuenta unas reglas con las que unos ganas o pierden, y el objetivo últmo es ganar.

En segundo lugar: Budo. Las artes marciales además de buscar salud y diversión en esencia son defensa personal y el objetivo que persiguen no es ya ganar, sino no perder.

Gyo sim embargo, además de salud, defensa personal y no perder, basa su esencia en Jita Kyoraku, vivir mitad para si y mitad para los demás.

Para practicar BUDO, no hacen falta dos personas, una sola puede practicar las técnicas de lucha, pero GYO es diferente, significa: No luchar sino ayudarse mutuamente. La esencia de GYO es la ayuda, contiene técnicas de lucha, pero no para la lucha. Shorinji Kempo más que budo es GYO.

GYO. El kanji de gyo representa a un hombre que lleva a otra persona a cuestas y se encuentra de frente a otra persona con alguien a cuestas también, es un camino. Ambas personas llevan a alguien mas débil a cuestas y cuando se esncuentran se saludan. Este kanji en la actualidad significa ir, camino… pero el valor que se le da en Shorinji Kempo es el qeu hemos explicado. Es el de una disciplina que enseña a tener en cuenta a los demás además de a si mismo, y que incita a colaborar con los demás a ayudar a los mas débiles.

En Shorinji Kempo, la técnica se efectua con el sentido de la realidad, se realizan los entrenamientos con el corazón en la técnica, es por ello que se exige la existencia del otro para el entrenamiento. Hay un saludo de respeto, para que el sentido de ayudarse unos a otros sea tangible.

En palabras de So Doshin: ” Es la moral estándar mínima para la conducta himana, lo que nos muestra que uno no puede vivir y funcionar solo, que debemos cargar sobre nosotros a los ancianos y a los niños y que tenemos delante a otros seres humanos. El Gyo, la disciplina moral o espiritual, es fundamental para funcionar como ser humano en el sentido mas elemental del termino. Con Gyo es innecesario golpear a los enemigos o a los menos adelantados. Educar a estos, respetar a los adelantados, reconocer la propia existencia, esto es gyo. Una escuela que no intenta hacer al menos esto, no merece tener un grupo de Shorinji Kempo.”

En definitiva GYO es el ejercicio por medio de la ayuda mutua, para vivir mejor en este mundo.

El origen del Shorinji Kempo

El Shorinji Kempo se ha gestado durante milenios; sus orígenes pueden encontrarse en la India, en algún momento que se pierde en esa zona movediza entre la historia aún no escrita y la leyenda, en todo caso mucho antes del establecimiento del patriarca Bodhidharma en China en el siglo VI de nuestra Era y la consiguiente introducción del chuan-fa o kempo. No obstante, como arte diferenciado e independiente de la antigua tradición de la que toma el nombre, no hace mucho que el Shorinji Kempo cumplió oficialmente la cincuentena, y en Japón está considerado como un Gendai Budo, es decir, como un arte marcial moderno, entendido este término como expresión de la nueva orientación pacífica de las artes marciales surgida con la restauración imperial Meiji a partir de finales del siglo XIX. Para ser más exactos, el Shorinji Kempo fue fundado en el año 1947 en la localidad de Tadotsu (isla de Shikoku) por So Doshin, también llamado Kaiso (“Fundador”), con un triple propósito: la salud física, el equilibrio mental y la defensa personal.
Kaiso nació en 1911 en Japón, y se trasladó a China en 1928. Cuando veinte años después, tras terminar la Segunda Guerra Mundial, regresó a Japón, sintió que no podía permanecer indiferente ante el dolor de un pueblo desorientado y deprimido, y concibió un método para educar a la juventud en los valores de solidaridad y cooperación necesarios para contribuir a la construcción de un mundo mejor. Pretendía basarse en sus propias experiencias y en sus creencias budistas, pero no tardó en darse cuenta de que era inútil empeñarse en que jóvenes con unas inquietudes y una visión del mundo propias pudieran sentirse atraídos por una enseñanza de enfoque tradicional, que les exigía permanecer durante horas en actitud de meditación y como oyentes pasivos de interminables lecciones de filosofía. Recordó entonces la idea que había tenido el monje indio Bodhidharma, introductor en China de la rama Chan (Zen) del Budismo, de enseñar a los monjes del monasterio de Shaolin (Shorinji) a ejercitar sus cuerpos al mismo tiempo que sus mentes para desarrollar la fuerza interior y la autoconfianza. Este fue el ejemplo que guió a So Doshin para crear la nueva filosofía del Kongo Zen y el Shorinji Kempo.Kaiso se había iniciado de niño en las artes marciales con su abuelo, experto en kendo, en el manejo de la lanza y en jujutsu. Desde su traslado a China en 1928, So Doshin tuvo ocasión de aprender varios sistemas dispersos y más o menos clandestinos de kempo, algunos en trance de desaparecer, y llegó a ser designado oficialmente como sucesor de la línea de maestros de la escuela Giwamon (Yi Ho Chuan) procedente del templo de Shaolin del Norte. Más tarde estudiaría Hakko Ryu Ju Jutsu y otras artes marciales japonesas.

Tras reunir y codificar todas estas experiencias, incorporó sus convicciones filosóficas a un sistema que incluía el kempo como forma de entrenamiento y de meditación física, y desde entonces se dedicó a enseñar a la juventud a practicar este sistema, que llamó Shorinji Kempo en memoria de las artes de Shaolin que había aprendido y de los monjes guerreros que las habían desarrollado. Para la mejor propagación del arte fundó diversas organizaciones en un proceso que culminó en 1974 con la creación de la WSKO (Organización Mundial de Shorinji Kempo), con sede central (Hombu Dojo) en Tadotsu, en el mismo lugar donde Kaiso comenzó su enseñanza.

Salud física, salud mental y defensa personal

El arte que Kaiso estudió en China era conocido como el Ken de Kita Shorin Giwamon (Bei Shaolin Yihomen Chuan = Puño de la Sociedad de la Justa Armonía de Shaolín del Norte), y era originalmente un arte marcial y un método de entrenamiento que incluía las enseñanzas de Buda. No fue creado para pelear o derrotar a los demás, sino como un método de conseguir el autocontrol, el equilibrio físico y mental, y el crecimiento mutuo a través de la práctica. El Shorinji Kempo restablece esta tradición y sostiene que los tres principales beneficios para el practicante son: mejoramiento de la salud, desarrollo mental y espiritual y como residuo la defensa personal ya que una persona sana tanto de mente como de salud es mas eficaz ante la sociedad, y a defensa personal no me refiero sólo al defenderse ante un agresor, si no defenderse ante los desafíos que te ofrece la vida.
Kaiso enseñó el Arahan no Ken (Lo Han Kuen = Puño de los discípulos de Buda) a los jóvenes que se reunían en su dojo, y por medio de ello les brindó las experiencias necesarias para afrontar los desafíos de la vida diaria sin renunciar a sus valiosos sueños. Él se dio cuenta de que a través del entrenamiento mental y físico del Arahan no Ken, la gente joven conseguían confianza en si mismo y valor, así como cuerpos saludables y fuertes. Creó un método educativo basado en la práctica del Ken Zen Ichi Nio (armonía entre la fuerza y el amor). El Shorinji Kempo es su método de entrenamiento. Tomando el nombre de Kongo Shin de la aceptación Zen (ver “El Zen” en el apartado Budismo) de los Niosan (Reyes Devas que dieron lugar al arte del Arahan no Ken según la tradición hindú) dio el nombre de Kongo Zen a sus enseñanzas filosóficas.

Así es como el Shorinji Kempo comenzó en Japón. Hoy estas técnicas y filosofía son practicadas por jóvenes de muchos países, que trabajan unidos para extender el Shorinji Kempo por todo el mundo, entre ellos me incluyo yo.

Muchas personas, cuando hablo sobre el Shorinji Kempo, creen que es como una religión o secta, o una ideología, pero ni mucho menos, el Shorinji Kempo no te impone un Dios superior, además, gente con distintas religiones e ideologías practican el Shorinji Kempo sin haber conflictos con su creencias. El Shorinji Kempo lo que intenta es hacer ver que el cielo se encuentra en el corazón de los hombres y lo importante que es tener tanto una mente como cuerpo sano ya que el uno sin el otro no pueden sobrevivir.

A las artes marciales que consideran igual de importante el desarrollo intelectual como el físico se consideran Budo, hay muchas otras artes que solo se preocupan del desarrollo físico (hacen competiciones, desarrollan mucho la fuerza pero la razón la van perdiendo) otra solo entrenan la mente (hay artes que para alcanzar la iluminación proponen mantener ayunos prolongados descuidando así el cuerpo). Budo no significa luchar, derrotar, herir o matar al enemigo, sino detener la lucha entre la gente, ya que permitiéndoles trabajar juntos en armonía, se crea una cultura pacífica. Las artes marciales deben intentar jugar un papel moral en la sociedad.

Las 36 estrategias chinas

Las 36 estrategias chinas

Dominio de la superioridad
Estas estrategias son las más directas y fáciles de descubrir. Para alcanzar el éxito se necesita estar al comienzo en una posición de mayor fuerza, pero aún así se puede fracasar. Se poseen recursos para asediar a otros, tiempo y medios para relajarse mientras se esperan los movimientos del enemigo y capacidad de disimulo para enmascarar la verdadera dirección del ataque.

Estrategia 1. Cruzar el mar confundiendo al cielo.
Algo que es familiar no provoca la atención. (Proverbio chino). Cuanto más obvia parece una situación, más secretos profundos puede esconder. La gente tiende a ignorar lo que les es familiar y espera que los secretos estén escondidos. Se tiende a descuidar las actividades abiertas que esconden estrategias subyacentes. Hitler utilizó esta estrategia en la invasión de Francia durante la Segunda Guerra mundial. Dejó entrar la información de una invasión inminente ¡Veintinueve veces!, hasta que los servicios de inteligencia británico y francés dejaron de tomar en serio la información. Francia quedó desprotegida ante la guerra relámpago que sobrevino.

Estrategia 2. Sitiar el reino de Wei para salvar el reino de Zhao.
El que conoce el arte de la aproximación directa y de la indirecta resultará victorioso. El Arte de la Guerra (Sun Tzu). Atacar directamente a un enemigo poderoso y unido es una invitación al desastre. Hay que emplear una confrontación indirecta: concentrar fuerzas para golpear en el punto más débil del enemigo, aprovechar sus fallos, resolver un problema mediante la concentración en un aspecto que parece al margen pero que en calidad es la clave o desviar el problema sobre otra circunstancia. Mao Tse Tung empleó esta táctica en la Guerra civil china. Cuando Chiang Kai Shek avanzaba hacia la zona comunista, Mao enviaba tropas a donde menos se esperaba: justo medio del territorio controlado por el Kuomitang.

Estrategia 3. Matar con un cuchillo prestado
Si quieres hacer algo, haz que tu contrincante lo haga por ti. El Arte de la Guerra II (Sun Bin). Significa utilizar los recursos ajenos en provecho propio. En vísperas de la invasión de la Unión Soviética, los servicios de inteligencia alemanes proporcionaron a los soviéticos pruebas inventadas de que el mariscal ruso Mijail Tujachevski conspiraba contra Stalin. Como consecuencia, los mismos soviéticos ejecutaron a Tujachevski y a otros siete mariscales que Alemania consideraba obstáculos esenciales para la inmediata invasión.

Estrategia 4. Relajarse mientras el enemigo se agota a sí mismo.
Algo que es familiar, la mujer supera al hombre en tranquilidad. Tao Te King (Lao Tse). Lo que parece blando y flexible puede ser fuerte y firme, mientras lo que parece invencible puede ser débil. El sauce se pliega al viento y se mantiene en pie, el robusto roble se quiebra y cae. El agua se adapta a cualquier terreno, pero desgasta la roca más dura. Según escribió Sun Tzu en el Arte de la Guerra: “El ejército que llega antes al campo de batalla y espera al enemigo está descansado y gana la iniciativa, mientras que el ejército que llega tarde y se lanza a la batalla está cansado y se ve forzado a adoptar una posición pasiva. Si ves que los enemigos muestran ardor, espera a que éste se aplaque y se vean abrumados bajo el peso y el fastidio de la fatiga.”

Estrategia 5. Saquear una casa en llamas.
El enemigo con problemas internos está maduro para ser conquistado. Proverbio Chino. Los adversarios que ya tienen problemas son más fáciles de vencer que los que no tienen tales distracciones. Hay que aprovechar totalmente las desgracias del enemigo e incluso aumentarlas para restarles fuerza. Recordemos la cesión de la provincia del Sahara español a Marruecos en 1.975 y la Marcha Verde, así como la situación de España en esas fechas.
Estrategia 6. Fingir ir hacia el Este mientras se ataca por el Oeste.
El general que sabe cuando atacar hace que su enemigo no sepa cuando defenderse. El Libro de los Cinco Anillos -Manuscrito del Fuego- (Miyamoto Musashi). Se crea una falsa impresión para hacer pensar al enemigo que el ataque viene de un lado, cuando en realidad está llegando por otro. El adversario no debe descubrir las intenciones de los falsos movimientos: si no se hace con inteligencia, puede volverse contra uno.En 1.983, se dejó filtrar a la prensa que se estaban enviando aviones de carga y barcos de EEUU. a Oriente Medio para ayudar a las tropas de mantenimiento de la paz en el Líbano. En realidad, la flota se dirigió a Granada, dónde la isla se ocupó con gran rapidez por lo inesperado de la acción.

Confrontación
Los dos adversarios tienen una potencia similar. Inclinar la situación a nuestro favor requiere mas tretas y mayor complejidad. Estas estrategias se basan en el sigilo y la astucia (hacer que el enemigo nos subestime), ataques por sorpresa por retaguardia, infiltración y aprovechamiento de los puntos débiles del contrario.

Estrategia 7. Crear algo a partir de nada.
Todo el universo ha sido creado de la nada.Tao te King (Lao Tse). Si se es capaz de crear algo a partir de nada, las circunstancias más insignificantes pueden conducir al éxito. La mentira repetida mil veces puede llegar a aceptarse como verdad. Convertir algo pequeño en enorme, creado a partir de actitudes preexistentes para avivar los miedos, aumentar los prejuicios o desviar la percepción de los hechos. Una variante es hacer pensar a los demás que uno no tiene nada cuando en edad se tiene algo. Una ciudad estaba sitiada y sus defensores se quedaron sin flechas. Se ordenó a la gente fabricar figuras de paja de tamaño natural vestidos de negro que los soldados descolgaron con cuerdas por las murallas al caer la noche. Las tropas sitiadoras perdieron infinidad de flechas en disparar sobre lo que creían que eran enemigos que escapaban. Las flechas se clavaron en los hombres de paja y los sitiados las volvieron a subir a la muralla. En ese momento se descubrió el ardid y cesaron los disparos, pero ya era tarde. Se había pasado de no tener munición a tenerla de sobra. Esa misma noche se descolgaron 500 soldados de elite. Los sitiadores pensaron que otra vez eran figuras de paja y no prestaron atención. Los quinientos hombres entraron a saco en el campamento enemigo que huyó en desbandada.
Estrategia 8. Aparentar tomar un camino cuando se entra a hurtadillas por otro.
El ataque tiene éxito cuando el enemigo descuida la defensa. El Arte de la Guerra (Sun Tzu). Opone maniobras abiertas, predecible y públicas, a otras encubiertas, sorpresivas y secretas. Significa atraer la atención sobre un itinerario y desarrollar rutas alternativas. Los alemanes nunca imaginaron que los aliados cruzarían el Canal de la Mancha por Normandía y concentraron su defensa en Calais. Los aliados hicieron todo lo posible por reforzar esa creencia logrando la sorpresa.

Estrategia 9. Observar los fuegos que arden al otro lado del río.
Siéntate en lo alto de la montaña y observa cómo luchan los tigres entre sí. Proverbio chino. Consiste en dejar que los enemigos se destruyan entre ellos. Hay que aprovechar las contradicciones del adversario. Estando próximo el final de la guerra civil española, hubo combates en Madrid dentro del bando republicano entre los partidarios de negociar la rendición y los de seguir hasta el final. Las tropas nacionales pararon la ofensiva y esperaron el resultado. Esto precipitó aún más el final de la guerra.

Estrategia 10. Ocultar la daga tras una sonrisa.
La poca prudencia de los hombres ve la bondad inmediata de una cosa, sin reparar en el veneno que esconde.El Príncipe (N. Maquiavelo). Significa ganar la confianza del contrincante y actuar solamente cuando ha bajado la guardia. Sólo un mes antes del bombardeo japonés a Pearl Harbour, los nipones enviaron a Estados Unidos a un diplomático casado con una ame ricana para discutir los intereses de los dos países en el Océano Pacífico.

Estrategia 11. Sacrificar el ciruelo por el melocotonero
Dejar una prenda para salvar la carreta. Proverbio chino. A veces hay que hacer sacrificios parciales en aras de la victoria total, hacer concesiones para conseguir el objetivo principal. Exige un cuidadoso cálculo de beneficios parciales y globales, así como ganancias a largo y a corto plazo. Es el sacrificio de la fuerza de protección para lograr salvar los gruesos en una retirada.

Estrategia 12. Aprovechar la oportunidad para robar una cabra.
Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Refranero español. Hay que aprovechar las oportunidades que surgen. Cualquier error del enemigo debe ser una ventaja propia. “Cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando se detiene, lo hostigamos, cuando ésta exhausto, atacamos; cuando se retira, le perseguimos”(Mao Tse Tung).

Ataque
En estas estrategias, se explica como minimizar el desgaste que se sufre en el ataque, ya que es la fase mas expuesta del combate y que mayor número de bajas produce

Estrategia 13. Golpear la hierba para asustar la serpiente.
Perturba al enemigo para que revele su despliegue. El Arte de la Guerra (Sun Tzu). Atacando un blanco secundario, se puede asustar al enemigo para que haga públicos secretos importantes. Se puede hacer creer al enemigo que se le está cercando y así se entregará más fácilmente. Hay que provocar al enemigo y estudiar su respuesta antes de lanzar una verdadera ofensiva. Israel lanzó una oleada de aviones teledirigidos sobre el valle de la Bekaa para descubrir las frecuencias de los radares antiaéreos sirios. La siguiente oleada fue con bombarderos antiradar y fue todo un éxito.

Estrategia 14. Levantar un cadáver de entre los muertos.
Significa no utilizar lo que todo el mundo utiliza, sino servirse de lo que nadie se sirve. Hacer revivir algo que ha caido en deshuso por descuido o dejadez. Encontrar utilidades a cosas que habían sido hasta entonces ignoradas o consideradas inútiles.En el mundo de los discos, o en las editoriales, periodicamente aparecen recopilaciones de viejos éxitos que se vuelven a vender como gran novedad.

Estrategia 15. Atraer al tigre fuera de las montañas.
Es más importante disponer de un terreno favorable que tener buenas oportunidades. Los Cuatro Libros Clásicos (Libro de Men Tse).Es mejor hacer salir al enemigo para luchar que adentrarse en territorio peligroso y desconocido para combatirle. Hay que sacarle de su entorno para hacerlo más vulnerable al ataque. Un paso más de esta estrategia es hacer entrar al tigre en las montañas propias. Esta estrategia fue empleada con éxito por la guerrilla afgana contra el invasor soviético.

Estrategia 16. Deshacerse del enemigo permitiéndole escapar
Al enemigo que huye, puente de plata. Refranero español. Se utiliza para evitar derramamientos de sangre. Funciona mejor que intentar arrinconarle y provocar una lucha desesperada. No se debe presionar demasiado al enemigo. Cualquier asedio debe dejar una escapatoria para que el enemigo no se sienta decidido a luchar hasta la muerte. Una vez que empieze su fuga, se debilitará y será fácil destruirlo. “Si los enemigos, desesperados, vienen para vencer o morir evita encontrarse con ellos. A un enemigo cercado debes dejarle una vía de salida. Si carecen de todo debes prever su desesperación. No te encarnices con un enemigo acorralado”. El Arte de la Guerra (Sun Tzu).

Estrategia 17. Fabricar un ladrillo para obtener jade.
Dar un paso después de ceder un centímetro. Proverbio chino. Engatusar al adversario con algo de poco valor para obtener un beneficio mayor. El ejemplo más claro es el Caballo de Troya. Una variante en el mundo de las negociaciones es empezar con una pequeña petición para obtener una predisposición favorable a peticiones más amplias.

Estrategia 18. Capturar al cabecilla para prender a los bandidos
Cuando el árbol cae, los monos se dispersan. Proverbio Chino. Una fuerza se deshace cuando se pierde lo que la mantiene unida.En la batalla de Otumba (México), Hernán Cortés al mando de quinientos hombres, estaba sitiado por diez mil. En una carga con trece jinetes, rompió el cerco y logró matar al caudillo enemigo sembrando el pánico entre los indios. Esa acción decidió la batalla a su favor, destruyendo a gran parte de la fuerza enemiga y poniéndola en fuga.

Confusión
En esta situación, las circunstancias y el ambiente es caótico y confuso. Hay que compaginar una serie de intereses y relaciones. Ciertas alianzas con intereses a corto plazo pueden hacer transigir con un enemigo y romper pactos con aliados. Se emplean tácticas de aperturas de negociación y ofertas de paz, mezcladas con amenazas, manipulación de terceros y conspiraciones para dividir alianzas.

Estrategia 19. Robar la leña debajo de la caldera.
Para librarse de las semillas, arrancar de raíz. Proverbio chino. Este método tiene como objetivo mermar los recurso del enemigo y minar su moral. Tiene doble sentido: privar al enemigo de su sostén físico y también del psicológico. Napoleón dijo: “Las tres cuartas partes de la fuerza de un ejército reside en su moral”. En la II Guerra del Golfo, los aliados estuvieron bombardeando durante un mes las posiciones defensivas iraquíes. Como resultado, destruyeron un 5% de las Unidades que se encontraban fortificadas y un 80-90% del apoyo logístico. Los efectos morales se vieron durante la ofensiva por las rendiciones en masa.

Estrategia 20. Pescar en aguas turbias.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Refranero español. Los tiempos de crisis proporcionan oportunidades excepcionales. No hay que confundirlo con “saquear una casa en llamas”, que significa aprovecharse de las adversidades concretas del enemigo, mientras que “pescar en aguas turbias”, consiste en aprovecharse de una situación general de confusión y de caos. El ideograma chino “crisis” está compuesto de dos caracteres: “peligro” y oportunidad”.

Estrategia 21. Desprenderse del caparazón de la cigarra
Confundir al enemigo mediante una falsa apariencia. Ho Chi Min. Si alguna vez engañó a alguien poniendo almohadas bajo las sábanas para hacer creer que estaba en la cama, cuando en realidad estaba en otro sitio, ese es el significado de esta estrategia.

Estrategia 22. Cerrar la puerta para atrapar al ladrón.
Una sola persona desesperada que huye, puede asustar a mil hombres.Wu Qi. En esencia consiste en cercar al enemigo y cerrar todas las vías de escape. Pero exige algunos requisitos previos: se debe tener al menos una concentración superior de fuerzas en el lugar, o una superioridad absoluta; tiene que haber alguna especie de trampa, ya sea física o psicológica; hay que traer al enemigo con algún engaño y hay que cerrar la trampa en el momento adecuado para que realmente el adversario pueda ser atrapado dentro.Si éste percibe alguna posibilidad de escape, seguirá luchando desesperadamente, pero si sabe que su lucha no tiene sentido, acabará entregándose.

Estrategia 23. Aliarse con un Estado lejano para atacar al Estado vecino.
Personas con diferentes sueños pueden compartir la misma cama. Proverbio chino. Si uno se alía con enemigos (o simplemente neutrales) distantes, mientras se ataca a los cercanos, se pueden minimizar las dificultades logísticas y consolidar además cada victoria.Israel confía en el respaldo del distante poderío yankee y en la coexistencia con países a cierta distancia como Arabia Saudita y Kuwait, mientras tiene un ejercito desplegado en el Sur del Líbano y mantiene con firmeza los territorios palestinos. Estamos hablando de alianzas, no de paz perpetua. Existen intereses permanentes, pero no amigos eternos.

Estrategia 24. Conseguir un camino seguro para conquistar el reino de Guo.
Dime con quien andas y te diré quién eres.Refranero español. Se emplea para cuando, si tenemos dos adversarios, uno está amenazado por el otro. Si se interviene en ayuda del primero, se amplía la influencia sobre ambos al mismo tiempo. La clave de la estrategia es la capacidad de pedir prestado un camino de paso. En la guerra de Vietnam, los EEUU. se apoyaron en territorios prestados (bases en Tailandia y Filipinas, estados que no veían con buenos ojos a un Vietnam del Norte comunista) para llevar personal, armamento, equipo y municiones. De esta manera, también aumentaron su influencia en estos países.

Ganar terreno
El objetivo es conseguir de la forma que sea lo que otros controlan. Para alcanzarlo, se usan tácticas de reemplazo, de diversión, falsificación y trampa.

Estrategia 25. Reemplazar las vigas y los pilares con madera podrida.
Roba al cielo y pon allá arriba un sol falso. Proverbio chino. Consiste en robar, sabotear, destruir o eliminar de alguna manera las bases que sostienen al enemigo y sustituirlas por las propias.Durante los años previos a la invasión soviética de Afganistán, se enviaron mas de 6.000 consejeros que gradualmente fueron tomando el control del aparato del Estado. Cuando finalmente se produjo el ataque, casi todos los centros de decisión estaban controlados por los soviéticos.

Estrategia 26. Mata al pollo para asustar al mono.
Señalar a la morera y maldecir al algarrobo. Proverbio Chino. En esta estrategia se trata de usar tácticas para producir miedo, amenazar, asustar o plegar a otros a la sumisión. El rey de Aragón Ramiro I el Monje fue llamado a reinar desde el monasterio. Por proceder del clero, los mas destacados nobles pensaron que carecería de autoridad y se le podría manejar a su antojo. Vista la situación y al poco tiempo de iniciar su reinado, en el mismo día fue llamando uno a uno a los señores feudales más notables. Según entraban a la sala del trono, eran decapitados. El resto de la nobleza entendió el mensaje y se plegó a la autoridad del monarca.

Estrategia 27. Hacerse el tonto sin dejar de ser listo.
Un hombre verdaderamente sabio, suele parecer poco ingenioso. Proverbio chino. Las personas más inteligentes no dejan ver siempre lo inteligentes que son. Las que son menos listas y piensan que son muy listas, actúan de forma temeraria. Hay que esperar, hacerse el tonto y aprovechar la oportunidad. Una mujer llegó a dirigir una empresa a los 24 años en Silicon Valley. En su autobiografía confiesa que ser mujer le ayudó a triunfar, pues los colegas masculinos no la consideraban una competidora, la subestimaban por ser mujer (creencia que ella también alimentó) y al poco tiempo llegó a la presidencia.

Estrategia 28. Retirar al escalera después de haber subido.
No teniendo nada que perder, tiene todo para ganar. Proverbio samurai.Atraer al enemigo a una trampa y después cortarle la vía de escape: al codicioso, con promesa de ganancia; al inflexible, con argucias; al arrogante, con apariencia de debilidad. También quiere decir sumergir a los propios aliados en una situación de crisis que les obligue a inventar nuevas soluciones al problema. Hernán Cortés quemó sus naves al llegar al actual Veracruz (México), para impedir que sus hombres pudiesen regresar a España. No les quedó otra alternativa que realizar la empresa de la conquista.

Estrategia 29. Adornar los árboles con flores falsas.
No es oro todo lo que reluce. Refranero español. Se trata de presentar una apariencia poderosa, incluso si las fuerzas reales son mínimas. Otra variante es que el fuerte se presente como más fuerte para disuadir a los rivales, o más débil para confundirlos. En general, hay que hacer ver que se tienen mas fuerzas que las que se poseen. “Un astuto zorro atrapado por un tigre hambriento le engañaba de esta manera: no te atreverás a comerme, ya que soy superior al resto de los animales, y si me comes, enojarás a los dioses. Si no me crees, sígueme y verás lo que pasa. El tigre siguió al zorro por el bosque y todos los animales huían cuando les veían pasar. El tigre, asombrado y sin caer en la cuenta que era él quién causaba el miedo, dejo que el zorro se fuera.”

Estrategia 30. Hacer que el anfitrión y el invitado intercambien sus sitios.
Guárdeme Dios de los amigos, que de los enemigos ya me cuido yo.Refranero español. El invitado puede cambiar de posición con el anfitrión de muchas maneras: aumentando sus fuerzas hasta que se halla suficientemente fuerte para vencer al anfitrión, infiltrándose como amigo y tomando poco a poco el control o penetrando en el territorio después de haber hecho salir al anfitrión. En la naturaleza existe el ejemplo del cuco, que pone un huevo en el nido de otro pájaro y cuando éste sale, tira del nido a las crías de los otros huevos. Los padres de éstos últimos siguen alimentándolo al creer que es su hijo.

Situaciones desesperadas
Estas estrategias están pensadas para situaciones de gran debilidad. Pueden ser los últimos recursos en caso de emergencia. Invitan a dar golpes bajos, defenderse con fanfarronerías y faroles e incluso la autodestructividad. Si falla todo lo anterior, siempre se puede intentar la última: retirarse.

Estrategia 31. Utilizar una mujer para tender una trampa a un hombre.
Tiran más dos tetas que dos carretas. Refranero español. En un sentido más amplio, significa ofrecer al adversario cualquier clase de tentación irresistible. Cuando los sandinistas estaban luchando contra la dictadura de Somoza, utilizaron una mujer para atraer a uno de sus más importantes generales a una trampa mortal. Los servicios secretos israelíes utilizaron a una mujer para atraer a un piloto de las fuerzas aéreas sirias que desertó con un avión de combate soviético. En la Biblia, aparece el caso de Judhit que asesinó al caudillo enemigo – Holofernes – tras una loca noche de amor. Tras la muerte de éste contraatacaron los judíos ganando la batalla.

Estrategia 32. Abrir de par en par las puertas de la ciudad vacía.
La mentira más eficaz es la verdad. Stalin. Hay que utilizar esta estrategia cuando se está en situación muy vulnerable. Se basa en la propensión de la gente a desconfiar de lo que se reconoce abiertamente. Si no se tiene ningún medio de defensa y se revela abiertamente al enemigo, es probable que sospeche lo contrario. Se afirma no ser mas de lo que se es con la esperanza que los demás imaginen que somos mucho más. Un general chino iba de camino a sitiar una ciudad prácticamente desguarnecida. La autoridad al mando de la defensa de la ciudad dejó todas las puertas abiertas de las murallas, puso a soldados de paisano a barrer las calles y él mismo se puso a tañer el laúd en lo alto de la muralla. Cuando llegó el enemigo y vio semejante calma, pensó que esa escena sólo podía significar una terrible trampa y ordenó una retirada inmediata.

Estrategia 33. Dejar que el espía siembre la discordia en su propio campo.
No existen situaciones en las que los espías no puedan ser empleados. El Arte de la Guerra (Sun Tzu). Se aconseja manipular a los agentes enemigos para que sirvan a los objetivos propios. Según Sun Tzu hay cuatro tipos de espionaje: 1/ Reclutar personal enemigo. Gente afín a nuestra causa, con familiares en nuestro campo, etc. 2/ Comprar fuentes de información. Los candidatos a la captación suelen ser personas con algún resentimiento: gente con talento que ha sido dejada de lado, que han cometido errores y han sido castigadas, personas ambiciosas, inmorales y con afán de protagonismo. 3/ Enviar a alguien de nuestro bando al campo enemigo para que traiga información. 4/ Infiltrar falsa información mediante espías que no son imprescindibles. 5/ Comprar o utilizar espías enemigos. Ya sea por persuasión dinero, engaño, es la clave para manipular al enemigo.

Estrategia 34. Hacerse daño a sí mismo para ganarse la confianza de enemigo.
Uno quiere golpear y el otro quiere ser golpeado. Proverbio chino. La gente tiende a sentir simpatía por los que padecen calamidades. Es muy corriente en la historia antigua las automutilaciones de generales que luego se pasaban al enemigo haciéndole creer que odiaban a su anterior señor. Una vez que ganaban la confianza de éste, lo asesinaban o desertaban con el ejército que el enemigo les confiaba.

Estrategia 35. Encadenar juntos a los barcos enemigos.
Cuando dos saltamontes están atados por el mismo hilo, ninguno se puede escapar. Proverbio chino. Trata de cómo convertir en debilidad la fuerza del enemigo. Se intenta entorpecer al enemigo con su propio peso. Esta estrategia, realizada con éxito hace del adversario su peor enemigo. Durante las guerras de los Tres Reinos, en China, se le planteó al ejército más poderoso la necesidad de realizar un ataque anfibio. Sus tropas eran excelentes en tierra, pero embarcadas se mareaban y perdían capacidad de combate. Un general desertor enemigo (que seguía leal a su antiguo señor) les dio la idea de encadenar todos los barcos en bloques de cincuenta y clavarlos con tablas de cubierta a cubierta, ya que así no sentirían mareo. Cuando las fuerzas embarcadas se dispusieron a atacar, unas pocas naves salieron a recibirles y cuando ya estaban muy cerca, les prendieron fuego y las lanzaron contra los buques encadenados, creando un gran incendio y la destrucción de la fuerza de desembarco enemiga. En una futura y posible guerra informática, el país más vulnerable es EEUU. , ya que es el que mas depende de éstos sistemas.

Estrategia 36. Retirarse.
De las 36 estrategias, la definitiva es la última. Retirarse cuando todo falla es la estrategia definitiva. Pero no significa huir definitivamente. Al enfrentarnos con un enemigo infinitamente superior, se puede rendir, negociar o retirarse. La retirada no significa la derrota total, el compromiso significa una media derrota y la rendición, la derrota total.Mao Tse Tung dijo enLa guerra de guerrillas: “Si puedes ganar la batalla, lucha; si no, retírate”. Para Sun Tzu representa someterse temporalmente al poderoso, en espera de una transición a una nueva fase. En la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos se retiraron hasta Moscú, dejando todo arrasado. Aliados con el general invierno, cuando pararon ahí a los alemanes, la contraofensiva les dejó en Berlín. Hay que recordar que fracasar es fácil, pero hacerlo con gracia y éxito puede ser más difícil que el mismo éxito. Además, se aprende mas de los fracasos que de los aciertos. Como recomendación final, la retirada nunca debe hacerse sin pensar, de forma impulsiva. No hay que considerar que retirarse es una manera de escapar a los desafíos, si no una manera de enfrentarse mejor a ellos.

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Barrer y las cinco S, mensaje de 4 oct 05

La mayor parte de las personas olvidan el origen de uno de los dioses aztecas, al barrer el templo su madre diosa quedó embarazada.

Cada cierto tiempo realizo labores de mantenimiento que han ido creciendo y creciendo, y ese mantenimiento no solo es en sitios sino en cosas personales.

Lo que esta sucediendo en estos momentos es que algunos tratan de impartir basura en foros “neutrales” y algunos moderadores han tenido que intervenir, sin definir que esta sucediendo ( aunque CA trate de llamarme lo que es el ), y por lo mismo, al no cortar las cosas desde el origen, se crean mutilaciones que hacen que varios foros ya no sean considerados por muchos.

Uno de los principios interesantes que salen del estudio de tecnicas reales, es el quitar lo innecesario, y preferentemente desde el principio.

Les envio un link sobre una tecnica japonesa de manufactura llamada las 5s , y que puede usarse en varios entornos; es parte de unos cursos que tompe cuando estaba en las gaseras, aunque no es mio el material, da una buena idea.

http://www.gestiopolis.com/recursos/docume…ousekeeping.htm

Aplicados a principios de esta lista:

1. Seiri: diferenciar entre elementos necesarios e innecesarios
en el grupo y descargar estos últimos.

2. Seiton: disponer en forma ordenada todos los elementos que
quedan después del seiri. (reacomodos )

3. Seiso: mantener limpias las máquinas y los ambientes de
trabajo. ( gradual )

4. Seiketsu: extender hacia uno mismo el concepto de limpieza y
practicar continuamente los tres pasos anteriores.( repetir)

5. Shitsuke: construir autodisciplina y formar el hábito de
comprometerse con las reglas.

Un grupo sin reglas basicas degenera en caos; con reglas por lo menos
hay períodos de calma.

http://rojointenso.net/foros/index.php?showtopic=1277

Haragei

Haragei literalmente significa sentir a traves del vientre, y esto se puede traducir de muchas maneras.

Puede referirse a ver sin los ojos, saber realmetne las intenciones de las personas, y todo l oque tenga que ver con ese sentido extra.

El hara se activa con la respiracion abdominal.

La mejor forma de respirar correctamente es viendo a los bebes y a los animales.

Qué es irimi?

Qué es irimi?

Moverse el momento y espacio adecuado para no ser atacado y contraatacar.

La clave del irimi es timing, no moverse antes ni después, sino en el momento preciso en que el ataque del oponente no puede detenerse ni puede seguirnos.

Por supuesto y lógicamente el irimi se aplica socialmente.
Al movernos dentro del círculo social debe ser de manera que no podamos ser atacados.

si al movernos lo hacemos de una manera en que el yo no importa y nuestro ego no existe,
Qué podrá atacarnos?

Qué es Shibumi

Qué es Shibumi

Shibumi, es un concepto tan correcto, que no tiene que ser audaz; tan sutil, que no tiene que ser bonito; tan verdadero, que no tiene que ser real. Shibumi es comprensión más que conocimiento. Silencio elocuente.

En el comportamiento, es modestia sin recato.

En el arte, es donde el espíritu de Shibumi toma la forma de Sabi; es elegante simplicidad. Brevedad articulada.

En la filosofía, en la que el Shibumi emerge como wabi, es un sosiego espiritual que no es pasivo; es el ser sin la angustia de la conversión.

Y hablando de la personalidad de un hombre, es… ¿Cómo podría explicarse? ¿Autoridad sin dominio? Algo parecido.

Estado del ser que no se adquiere, se descubre; simplicidad a la que se arriba después del conocimiento.

MIYAMOTO MUSASHI

MIYAMOTO MUSASHI

Shinmen Musashi No Kami Fujiwara No Genshin, más conocido como Miyamoto Musashi, nació en 1584, en la población de Miyamoto, en la provincia de Mimasaka. Los ancestros de Musashi eran una rama del poderoso clan Harima, originario de la provincia de Kyushu, la isla más meridional de Japón. Su abuelo, Hirada Shokan, era un servidor de Shinmen Iga No Kami Sudeshige, amo del castillo de Takeyama y un importante señor feudal de la época.

Cuando Musashi tenía siete años de edad, su padre, Munisai, murió o desapareció (no se sabe exactamente). Ya que su madre había fallecido tiempo atrás, el chico fué puesto bajo la tutela de un sacerdote, tío materno suyo. Con esto encontramos a Musashi como huerfano durante la época de las campañas de unificación del pais del Taiko Hideyoshi. Hijo de samurai, durante una de las épocas más violentas de la historia de Japón, los escritos le describen como un joven de carácter tumultuoso, con gran fuerza de voluntad, y físicamente muy desarrollado para su edad. Su tío insistió en que estudiase las artes del guerrero, y esto, unido a su desarrollo físico y su carácter violento, hizo que pronto se viese involucrado en combates. Se guarda registro de una lucha en la cual derrotó y mató a un guerrero adulto, teniendo tan solo trece años de edad. Su oponente era Arima Kigei, un experto samurai de la escuela de artes marciales Shinto. Musashi le lanzó a tierra y acabó con él golpeandole la cabeza con un palo cuando intentaba levantarse.

El siguiente combate serio acerca del que se tiene constancia, ocurrió cuando Musashi tenía 16 años, y en el cual derrotó a Tadashima Akiyama. En la misma época, abandonó su casa para comenzar un peregrinaje en el cual perfeccionó sus habilidades a través de numerosos combates, tanto en luchas individuales como en batallas. Finalmente se asentó cuando tenía 50 años, ya que consideró haber aprendido todo lo que podía aprender a base de vagabundear. En ese periodo de la historia de Japón hubo muchos guerreros embarcados en peregrinajes similares, algunos en solitario, como Musashi; otros bajo el patrocinio de alguna escuela de lucha o algún señor feudal.

Durante todo este periodo de su vida, Musashi se mantuvo relativamente aparte de la sociedad, dedicándose exclusivamente a la búsqueda de iluminación a través del Camino de la Espada. Dedicado solamente a perfeccionar sus habilidades, vivió de una forma bastante precaria, vagabundeando por el país y durmiendo al raso en lo más frio del invierno, sin preocuparse de su aspecto físico, ni tomar esposa, ni dedicarse a ninguna profesión, aparte de su propio estudio. Se dice que nunca se le vió en un baño público, ya que no quería ser sorprendido sin sus armas. Su apariencia estaba a tono con este tipo de vida.

Musashi continuó sus vagabundeos por Japón, llegando a convertirse en una leyenda viviente. Se encuentran menciones a su nombre en numerosos registros, diarios y monumentos, canciones populares y relatos, desde Tokyo a Kyushu. Antes de haber cumplido 29 años ya había constancia de alrededor de sesenta duelos, todos los cuales había vencido.

En 1605, Musashi visitó el templo Zen de Hozoin, al sur de Kyoto. Este era un templo regido por monjes guerreros. Allí tuvo un encuentro con el principal luchador del templo. El monje era un experto en la Naginata (alabarda), y este fué el arma que empleó. Musashi se enfrentó a él, armado solamente con su espada de madera, y le derrotó en los dos combates que mantuvieron. Tras esto, permaneció en el templo durante una temporada, estudiando técnicas de lucha y Zen.

El combate más famoso de Musashi tuvo lugar en 1612, cuando se encontraba en Ogura, en la provincia de Bunzen. Su adversario era un tal Sasaki Kojiro, un samurai que había desarrollado una técnica muy potente y especial de lucha, conocida como Tsubame-gaeshi (la Parada de la Golondrina), inspirada en el movimiento de la cola de las golondrinas en vuelo. Kojiro estaba al servicio del señor de la provincia, Hosokawa Tadaoki. El periso para el duelo fué concedido, y se decidió que tendría lugar a las 8 de la mañana siguiente, en la isla de Ganryu, situada a unos kilómetros de Ogura. Aquella noche, Musashi abandonó el lugar donde se alojaba, y se fué a casa de un antiguo conocido. Esto inspiró el rumor de que la fama de invencible que tenía la técnica de Kojiro, había asustado a Musashi y este se preparaba para huir. A la mañana siguiente, Musashi fué llevado en barca hacia la isla donde tendría lugar el duelo, y por el camino, se dedicó a construir un cordel de papel trenzado para sujetar las mangas de su kimono, y después, a tallar una espada de madera utilizando el remo de repuesto.

Cuando el bote llegó al lugar del combate, Kojiro y sus seguidores se quedaron asombrados ante el aspecto de Musashi, espada de madera en mano, las mangas sujetas con tiras de papel, y una toalla anudada a la cabeza. Kojiro desenvainó su espada, y lanzó a un lado la funda. Musashi le provocó diciendole que, ya que se había deshecho de la funda, no volvería a tener necesidad de ella, al tiempo que se colocaba en guardia manteniendo su propia espada sujeta al cinto. Enfuereciendose, Kojiro lanzó el primer golpe, que arrancó la toalla de la cabeza de Musashi, al tiempo que éste, esquivando por poco, golpeó la cabeza de Kojiro con la espada de madera, y acabando con él.

Después de este combate, Musashi no volvió a usar la espada de verdad en ningún duelo. Era invencible, y a partir de entonces se dedicó a estudiar y a buscar la forma de comprender plenamente el Camino del Kendo.

En 1643 se retiró para llevar una vida de ermitaño en la cueva de Reigendo, lugar donde escribió el “Libro de los Cinco Anillos”, el cual dedicó a su pupilo Teruo Magonojo. Terminó de escribir el libro unas semanas antes de su muerte, el 19 de mayo de 1645.

Musashi es conocido en Japón como “Kinsei”, que significa algo así como “Sacerdote de la Espada”. El Libro de los Cinco Anillos encabeza cualquier bibliografía sobre Kendo, y resulta único entre todos los libros sobre artes marciales, en el sentido de que trata la estrategia de guerra a gran escala exactamente de la misma forma que el combate individual. El libro no es una tesis sobre estrategia, sino, usando las palabras del propio Musashi: “una guía para aquellos que desean aprender acerca de la estretegia”. Como tal guía, sus contenidos siempre están más allá de lo que los estudiantes son capaces de percibir. Cuanto más se lee el libro, más se encuentra en sus páginas. Se trata, de alguna manera, de “la última voluntad” de Musashi, la llave para abrir el sendero que el había recorrido. Al igual que otros ronin de la época, Musashi podría haber fundado una escuela cuando rondaba la treintena, siendo ya famoso y respetado, y haberse dedicado a disfrutar del éxito. Sin embargo, la opción que siguió fué la de continuar en solitario con su estudio, tal y como había hecho hasta entonces. Incluso en sus últimos años, abandonó la vida confortable que disfrutaba en el castillo de Kumamoto, y vivió dos años más en una cueva, en soledad, y dedicado a la contemplación y a escribir lo que había aprendido.

Escribió que “cuando has comprendido el Camino de la Estrategia, no existe una sola cosa que no seas capaz de comprender”, y “puedes ver el Camino en todas las cosas”. De hecho, se convirtió en un maestro en casi todas las artes y artesanías. Realizó obras maestras de pintura en tinta, posiblemente más valoradas que las de cualquier otro pintor. Fué un experto en el arte de la caligrafía, realizó esculturas en madera, trabajos en metal, e incluso fundó una escuela de artesanos “Tsuba” (las empuñaduras labradas de las espadas). También se dice que escribió poemas y canciones, aunque ninguno de éstos se ha conservado en la actualidad. Su obras estaban firmadas habitualmente con su sello “Musashi”, y también con el sobrenombre de “Niten”. Niten significa “dos cielos” y es el nombre que dió a su “escuela” de estrategia. Tal y como escribió: “estudia los Caminos de todas las profesiones”. Y evidentemente fué el primero en seguir su propio consejo.

Fue autor de: El Libro de los Cinco Anillos.

Su verdadero nombre era Shinmen Musashi No Kami Fujiwara No Genshin, en rigor de verdad no se sabe con absoluta certeza su lugar de nacimiento, algunos historiadores dicen que nació en el pueblo llamado Miyamoto de la antigua provincia Mimasaka en 1584. “Musashi” es el nombre de un área del sudoeste de Tokio, y la denominación “No Kami” quiere decir persona noble del área, mientras “Fujiwara” es el nombre de una de las primeras familias nobles del Japón de hace más de mil años. Él dice de sí mismo: “soy un samurai de la provincia de Harima”.

Hirada Shokan, su abuelo, era un servidor de Shinmen Iga No Kami Sudeshige, el señor del castillo de Takeyama. Se piensa que Hirada Shokan era un favorito de su señor que finalmente se casó con su hija.

Cuando Musashi tenía siete años, su padre, Munisai, o murió o abandonó al niño, aproximadamente un año después de que su madre, Omasa, muriera. Ben No Suke, como era conocido Musashi durante su niñez, quedó al cuidado de un tío materno, un sacerdote budista. Así es que encontramos a Musashi, un huérfano hijo de un samurai, durante las campañas de unificación del Shogun Hideyoshi, en una tierra infeliz y violenta. Él era un joven bullicioso, de fuerte voluntad y físicamente grande para su edad. No se sabe si su inclinación hacia el Kendo fue a instancias de su tío, o si su naturaleza agresiva lo llevó a él, (“desde mi primera juventud mi corazón se inclinó hacia el Camino del Guerrero”), pero esta registrado que en el primer combate en el que mató a un hombre sólo tenía trece años de edad. No olvidemos que la época de la que estamos hablando, siglo 16, fue un período sangriento tanto en Japón como en occidente. Aún así, a los 13 años de edad se es muy joven para matar a alguien, especialmente en un duelo. El rival fue Arima Kibei, un famoso samurai de la zona, de la escuela Shinto Ryu de Kenjiutsu, experto con la espada y la lanza, quien se había paseado por el pueblo desafiando a todos y colocado un aviso que decía: “Quien me quiera desafiar será aceptado”. Cuando Musashi lo leyó le agregó abajo: “Yo lo desafiaré mañana” y escribió su nombre. Esa tarde llegó una nota de Kibei aceptando el desafío e indicando el lugar del duelo. A la mañana siguiente Musashi partió hacia el sitio del duelo con una espada de madera en la mano, el muchacho derribó al hombre cuando éste desenvainó su espada, y le pegó en la cabeza cuando intentaba levantarse. Kibei murió vomitando sangre. Originalmente, las escuelas de Kenjiutsu se fundaban en torno a los templos shinto. Las más antiguas se encontraban en la región denominada Kanto, próxima a Tokio, donde se hallaban los importantes templos de Kashima y Katori.

El siguiente duelo registrado ocurrió cuando tenía dieciséis años, derrotó a un samurai llamado Tadashima Akiyama de la provincia de Tajima. Aproximadamente en este tiempo dejó su casa y comenzó a viajar en busca de experiencia, encontrando todo tipo de duelos y concursos de los que resultó vencedor, (“recorrí provincia tras provincia luchando con guerreros de todo tipo y formación, mas ninguno pudo vencerme en los más de sesenta duelos en que participé”), hasta que finalmente se estableció a la edad de cincuenta años, habiendo alcanzado el fin de su búsqueda de conocimientos. Hubo muchos ronin (samurai sin amo) viajando por el país en expediciones similares, algunos solos como Musashi, otros que disfrutaban del patrocinio de alguna escuela o sector feudal como el famoso samurai Tsukahara Bokuden, creador de la escuela Mutekatsu Ryu, que había viajado con un séquito de más de cien hombres en el siglo anterior. A este tipo de viajes de peregrinación en busca de experiencia y perfeccionamiento se lo denominaba Musha Shugyo.

En esta parte de su vida, Musashi vivía prácticamente apartado de la sociedad, consagrado con una feroz mentalidad individualista a la exclusiva búsqueda del esclarecimiento en el camino de la espada. Sólo tenía relación con lo concerniente a perfeccionar su habilidad, vivió como un vagabundo, viajando por Japón y durmiendo a la intemperie soportando los vientos fríos de invierno; no arreglaba su cabello, nunca tomó a una esposa (aunque hay algunas referencias de que tuvo una novia llamada Otsu), ni se dedicó a alguna profesión. Se dice que nunca entró en una bañera por temor a ser sorprendido desarmado, y que su apariencia era tosca y salvaje.

En la batalla de Sekigahara (1600) entre los ejércitos de Tokugawa Ieyasu y Ishida Mitsunari por la sucesión al trono como Shogun de Japón, Musashi, que aquí contaba con 19 años, se unió a las filas del ejército de Ishida para luchar contra Tokugawa. Sobrevivió a tres días de terribles combates durante los cuales murieron setenta mil personas, y también a la posterior caza y matanza del ejército vencido.

A los veintiún años viajó a Kyoto, éste será el escenario de su venganza contra la prestigiosa familia Yoshioka. Los Yoshioka habían sido los instructores del Clan Ashikaga por generaciones. Munisai, el padre de Musashi, había sido invitado a Kyoto años antes por el Shogun Ashikaga Yoshiaka. Munisai era un esgrimista competente, y un experto con el “jyutte”. La historia dice que Munisai luchó contra tres de los integrantes del Clan Yoshioka, ganando dos de los duelos, y que quizás esto tuvo alguna ingerencia en la conducta de Musashi hacia la familia.

Yoshioka Seijiro, la cabeza de la familia, fue el primero en luchar con Musashi, en un páramo fuera de la ciudad. No se sabe porqué Seijiro aceptó este desafío ya que pertenecía a una familia samurai de clase social alta y Musashi era un desconocido samurai de 21 años de una clase inferior y que no le aportaba ningún mérito. Cuando llegó la hora pactada para el encuentro Musashi no se presentó, enviaron servidores a buscarlo y lo encontraron dos horas después en una posada, durmiendo. Envió las disculpas pertinentes diciendo que iría rápidamente, pero tardó dos horas más. Cuando finalmente llegó a la escena del duelo Seijiro estaba enfadado e impaciente, armado con una espada real, y Musashi con una espada de madera. Musashi enfrentó a Seijiro con un ataque feroz y le pegó salvajemente, derribándolo y dejándolo inconsciente. Los servidores lo llevaron a su casa dónde por vergüenza se cortó la coleta de samurai.

” La Estrategia es el Arte del Samurai ”

Luego de esto Musashi decidió permanecer en la capital, su presencia continua fastidió aún más a los Yoshioka. El segundo hermano, Denshichiro, desafió a Musashi a un duelo, en un intento por restaurar el honor de la familia. Musashi en forma premeditada nuevamente se retrasó a la cita, cuando finalmente se presentó, Denshichiro estaba lo suficientemente desconcentrado y enfadado, un segundo después de comenzada la lucha le rompió el cráneo con su espada de madera. Denshichiro estaba muerto. El clan emitió otro desafío, esta vez de Hanshichiro, el joven hijo de Seijiro. Hanshichiro era un niño, todavía no había alcanzado su adolescencia. Esto quiere decir que en realidad era una artimaña, a pesar de que el desafío había sido lanzado en su nombre, Musashi debería enfrentarse a toda su guardia samurai. El duelo sería llevado a cabo debajo de un gran pino adyacente a un arrozal, a este pino se lo conoce con el nombre de Ichijoji Sagari Matsu “el pino bajando de Ichijoji”. Ichijoji era un templo fundado por el monje Tendai en el año 981, que ya no existe, y del cual también toma el nombre la zona. Ya en la antigüedad, el pino era un hito para los viajeros, pues confluían los límites de las provincias de Shiga, Shiratori o Imaji, al este de las montañas de Kyoto. Un trozo de ese árbol se encuentra preservado en el cercano templo de Hachidai. El pino que aún hoy se encuentra allí, es la cuarta generación de aquél. Por todo esto, este duelo es conocido históricamente como el Duelo de Ichijoji. Esta vez, Musashi llegó al lugar de reunión antes del tiempo designado y esperó escondido la llegada de su enemigo. El niño llegó vestido formalmente con su armadura de guerra rodeado de su séquito de servidores bien armados, determinados a acabar con Musashi. Musashi esperó, escondido en las sombras. Estaban planificando lo que harían cuando se presentase, pues seguramente llegaría tarde nuevamente; en ese preciso instante apareció repentinamente en medio de ellos y atacó al muchacho. Entonces, utilizando ambas espadas, abrió un camino a través de ellos escapando de la trampa, seguido por una lluvia de flechas.

Después de ese notable episodio vagó por Japón, volviéndose una leyenda en su propio tiempo. Se encuentran menciones de su nombre e historias de sus proezas en registros, diarios y monumentos desde Tokio hasta Kyushu. A la edad de veintinueve años había enfrentado más de sesenta duelos, y los ganó todos. La recopilación más temprana de estos hechos aparece en el Niten Ki, o “Crónicas de los Dos Cielos”, un registro compilado por sus alumnos una generación después de su muerte.

El mismo año en el que ocurrieron los sucesos con el Clan Yoshioka, 1605, visitó el templo Zen llamado Kofuku en el sur de la capital en Nara. Aquí tuvo un duelo con Hozoin Kakuzenbo Inei (1521-1607), sacerdote de la secta Nichiren y hábil guerrero. El sacerdote era un experto con la lanza (creador de la escuela de lanza Hozoin Ryu, aún activa), pero Musashi lo derrotó dos veces con su espada corta de madera. Se quedó en el templo durante algún tiempo para estudiar técnicas de lucha y disfrutar de las charlas sobre Zen con los sacerdotes. Actualmente, los monjes de Hozoin continúan con la práctica tradicional de las formas de lucha con lanza. Es interesante decir que en tiempos antiguos la palabra “Osho” que ahora quiere decir sacerdote quería decir “maestro de la lanza”. Hozoin Inei era alumno de Kamiizumi Nobutsuna, maestro de Kendo sintoísta. Las lanzas usadas por estos sacerdotes tenían forma de cruz, su denominación real es Jumonji Yari.

Cuando transitaba por la provincia de Iga se enfrentó con Shishido Baiken, un experto en el manejo del Kusarigama (una especie de hoz en cuyo mango tiene inserta una larga cadena que termina en una pequeña bola de metal). Haciendo uso de su estrategia, Musashi fue llevando el desarrollo del combate hacia un pequeño bosquecillo y cuando Shishido quiso usar su cadena, ésta se enredó, Musashi sacó una daga y la clavó en su pecho. Los compañeros de Shishido atacaron a Musashi pero él los hizo huir en cuatro direcciones.

En cierta oportunidad Musashi estaba en Akashi, provincia de Harima, cortando una madera para confeccionar un arco, cuando se presentó un samurai llamado Muso Gonnosuke Katsuyoshi para desafiarlo. Este era un samurai experto en las escuelas de Kenjiutsu Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu y Jikishinkage Ryu, su habilidad era tal, que nunca había sido derrotado anteriormente, hasta que se encontró con Musashi. Gonnosuke estaba armado con un Odachi (sable largo) y en las solapas de su Haori (especie de saco grande que se ponía sobre el kimono), llevaba escrito: “Heiho Tenka Ichi” (el mejor artista marcial de la tierra). Estaba rodeado por seis seguidores y comenzó a alardear sobre que nadie era su igual. Le dijo: “hace años, en mis viajes, he visto las técnicas de su padre, Munisai, pero todavía no he visto las suyas”. Musashi, que comenzaba a irritarse, le responde: “si usted vio las técnicas de mi padre, las mías no son diferentes”. Presumiendo ante sus estudiantes Gonnosuke presionó aún mas diciendo: “mis técnicas no son para mostrárselas a cualquiera”. Musashi le espetó: “no importa como usted me ataque, yo lo detendré, ésa es mi técnica, haga lo que quiera y como quiera”. Tomando una espada de madera de más de 1,20 metros de largo, Gonnosuke inició sin ninguna formalidad un ataque feroz, pero Musashi caminó directamente hacia él y lo golpeó ligeramente entre los ojos con la vara como si fuese una espada. Gonnosuke se marchó raudamente.

En uno de sus viajes llegó a la provincia de Izumo. Visitó al señor de la comarca llamado Matsudaira y le pidió permiso para luchar con su experto de Kendo más fuerte. Había muchos buenos estrategas en Izumo. El permiso fue concedido contra un hombre que usaba un bo de madera hexagonal de casi dos metros y medio de largo. Ya que era un desafío “amistoso” no sería a muerte, el mismo se llevó a cabo en los jardines de la mansión. Musashi, utilizando dos espadas de madera, acorraló al samurai en dos pasos contra un pórtico y lo desarmó golpeándolo en ambos brazos. Ante la sorpresa de los servidores congregados, el señor Matsudaira le pidió a Musashi que luchara con él. Cuando Matsudaira comenzó a asumir una posición de guardia, Musashi golpeó fuertemente su espada partiéndola en dos antes de que terminara de prepararse. El señor reconoció su derrota y Musashi se quedó durante algún tiempo como su maestro.

El duelo más famoso de Musashi se llevó a cabo en 1612, cuando se encontraba en la ciudad de Ogura, antigua provincia de Buzen, Kyushu. Su rival fue Sasaki Kojiro, un hombre joven, de unos cuarenta años de edad, que había desarrollado una fuerte técnica de esgrima conocida como Tsubame-gaeshi, inspirado por el movimiento de la cola de una golondrina en vuelo y creador del estilo Ganryu Ryu, lo cual se había transformado en su pseudónimo pues todos se referían a él como Ganryu. Tal era su fama, que este duelo quedó en la historia como “el duelo de la isla de Ganryu”, aunque en realidad la isla tenía otro nombre. Sasaki servía como instructor de Kenjiutsu para el señor de la provincia, Hosokawa Tadaoki. Musashi solicitó a Hosokawa el permiso para luchar con Sasaki a través de las oficinas de uno de sus oficiales, llamado Nagaoka Sato Okinaga, que a la sazón había sido alumno del padre de Musashi. El permiso para el duelo fue concedido y debería llevarse a cabo a las ocho de la mañana siguiente,14 de abril de 1612, el lugar sería la pequeña isla de Funa Shima, distante algunos kilómetros de Ogura (cerca de lo que hoy se conoce como Shimonoseki). Esa noche Musashi dejó su alojamiento y se trasladó a la casa de un antiguo conocido llamado Kobayashi Taro Zaemon. Esto inspiró el rumor de que había escapado, asustado por la técnica de Sasaki. El día siguiente a las ocho Musashi seguía durmiendo pues había bebido mucho, tuvo que ser despertado por uno de los oficiales congregados en la isla. Se levantó, bebió y se lavó con el agua que le trajeron (tomándose su tiempo para desayunar) y bajó directo a la orilla. Mientras Sato remaba hacia la isla decidió relajarse confeccionando un cordel de papel que usaría como Tasuki (cordón o tira de tela que se usa para atar las amplias mangas del kimono y evitar que incomoden o perjudiquen los movimientos), luego hizo una espada de madera con el remo de repuesto.

“…el verdadero Arte de la Espada no puede ser entendido desde los estrechos confines del mero manejo de la espada”.

Cuando el barco llegó al lugar del duelo, Sasaki y los oficiales que esperaban no lo podían creer, quedaron pasmados al ver la extraña apariencia de Musashi, con su pelo desaliñado atado con una toalla, las mangas del kimono atadas con tiras de papel, saltando del barco con un largo remo de madera en las manos y apresurándose a través de las olas hacia la playa al encuentro de su enemigo. Fastidiado por el espectáculo Sasaki desenvainó su espada larga, una fina hoja hecha por Nagamitsu de Bizen, y tiró la vaina. Al ver esto Musashi le dijo: “Usted ya ha perdido, ha hecho eso porque no la necesitará más” (queriendo indicar que al arrojar la vaina daba por hecho su propia muerte), lo cual encolerizó aún más a Sasaki y provocó que lance el primer ataque, Musashi saltó hacia arriba y atrás, utilizando probablemente una técnica conocida en Kendo como Nuki Waza, y esquivándolo por muy poco lo golpeó con el remo en la cabeza. Cuando Sasaki cayó muerto, su espada había cortado la toalla de la cabeza de Musashi y el dobladillo de su hakama. Saludó a los pasmados oficiales y volvió corriendo a su barco.

A partir de entonces, jamás en su vida volvió a usar las espadas verdaderas en ningún duelo. Era invencible, y en adelante se consagraría a la búsqueda del perfecto entendimiento por la vía de Kendo.

En 1614 y 1615 tuvo la oportunidad de adquirir más experiencia en el arte de la guerra y el asedio. Tokugawa Ieyasu sitió a la fortaleza de Osaka donde se habían resguardado los insurrectos partidarios de la familia Ashikaga. Musashi se unió a las fuerzas de Tokugawa durante las campañas de invierno y verano, luchando ahora contra aquellos que habían luchado junto a él en su juventud en la batalla de Sekigahara.

Castillo de KumamotoSegún sus propios escritos, llegó a entender el arte de la estrategia a la edad de cincuenta años, en 1634. Ese año él y su hijo adoptivo Iori, un huérfano que había encontrado en la provincia de Dewa en sus viajes, se asentaron en Ogura. Nunca volvió a dejar la isla de Kyushu. La casa de Hosokawa le había confiado la comandancia de un sitio neurálgico de la provincia de Higo, el Castillo de Kumamoto, y el nuevo señor de Buzen era Ogasawara. Iori encontró empleo bajo las órdenes Ogasawara Tadazane, como capitán de su ejército luchó contra los Cristianos en el levantamiento de Shimabara de 1638, Musashi tenía cincuenta y cuatro años. Los señores de las provincias del sur siempre habían sido antagónicos a los Tokugawa y habían sido los instigadores de intrigas con los poderes extranjeros y los Cristianos japoneses. Musashi era un miembro del estado mayor del ejército de Ogasawara en Shimabara donde los Cristianos fueron masacrados. Después de esto, Tokugawa cerró los puertos de Japón a la comunicación extranjera, y así permanecerían durante más de doscientos años.

Después de seis años en Ogura, fue invitado a quedarse como huésped por el señor del castillo de Kumamoto, Hosokawa Churi. Se quedó unos años con el señor Hosokawa utilizando su tiempo en la enseñanza y pintando. En 1643, se retiró a una vida de aislamiento en una cueva llamada “Reigendo” en el Monte Iwato.
Aquí escribió Go Rin No Sho, dirigido a su alumno Teruo Nobuyuki, terminándolo unas semanas antes de su muerte, el 19 de mayo de 1645.

Entrada a la cueva “Reigendo”

“El Camino del Guerrero, se ha dicho siempre, es el doble Sendero de la pluma y de la espada”.

Musashi escribió “Cuando hayas comprendido el Camino de la estrategia no habrá una sola cosa que no puedas entender” y “Verás el Camino en todas las cosas”. Él, de hecho, se convirtió en Maestro de artes y destrezas. Produjo obras maestras de pinturas en tinta, probablemente más valoradas por los japoneses que las pinturas en tinta de cualquier otro. Sus trabajos incluyen cormoranes, garzas, el Dios sintoísta Hotei, dragones, pájaros con flores, el pájaro en un árbol muerto, Daruma (Bodhidharma), y otros. Era un calígrafo experto, evidenciado en su obra “Senki” (Espíritu de Guerra). Hay una pequeña escultura de madera de la deidad budista Fudo Myoo en manos privadas. Una escultura de Kwannon, recientemente perdida. Hizo trabajos en metal, y fundó una escuela de fabricantes de “Tsuba” (guardas de espada) en las que firmaba “Niten”, después de su nombre (en alusión a su escuela Ni Ten Ichi Ryu) . Se dice que escribió poemas y canciones, pero ninguno de éstos ha llegado a nuestros días. También se dice que fue comisionado por el Shogun Tokugawa Iemitsu para pintar la salida del sol sobre del castillo de Edo.

Musashi es conocido por los japoneses como “Kensei”, es decir, “Esgrimista Divino” o “Santo de la Espada”. Go Rin No Sho (Libro de los cinco anillos, en referencia a Tierra, Agua, Fuego, Viento y Vacío, los cinco elementos del Universo del Budismo), encabeza cada bibliografía de Kendo, es el único entre los libros de artes marciales que trata no solo de la estrategia militar o el combate individual con espada, sino de cualquier situación en la cuál es necesario usar la táctica. Los hombres de negocios japoneses usan el “Libro de los Cinco Anillos” como un manual de gestión empresarial, desarrollando campañas de ventas tal y como si fuesen operaciones militares. Y que funcione bien o no, depende simplemente de lo bien que se hayan comprendido los Principios de la Estrategia.

“Al llegar a los treinta reflexioné sobre mi pasado. Entendí que todas mis victorias no se debían exclusivamente a mi maestría en el combate; que quizá sólo se debían a mi habilidad natural, o a que los deseos del cielo me eran favorables, o a que las estrategias de las demás escuelas eran inferiores a la mía. Tras esta conclusión estudié mañana y noche para buscar los Principios, y sólo a los cincuenta años llegué a comprender el Camino del Guerrero. Desde entonces he vivido sin seguir a ninguna escuela en particular y con la virtud del guerrero practiqué muchas artes y habilidades distintas: todo lo que ningún maestro me podía enseñar”.

El libro no es una tesis en la estrategia, según sus palabras es “una guía para hombres que quieren aprender la estrategia”, escribió sobre los diversos aspectos del Kendo, de tal forma que cada uno puede estudiar según su nivel. Un principiante puede sacar provecho a nivel de principiante, así como un experto puede captar sutilezas a nivel experto. Cuanto más se lee, más se encuentra en sus páginas. Es en definitiva su último legado, la llave del camino que él transitó. Cuando a los treinta años se había convertido en un experto luchador, no se estableció y fundó una escuela, repleto de éxito, sino que se abocó doblemente al estudio. En sus últimos días, igualmente, desdeñó la vida de comodidad con el señor Hosokawa y vivió dos años profundamente solo en una cueva de las montañas, inmerso en la contemplación.
La vida de Musashi se refiere, creo yo, a la búsqueda de un objetivo, a fijarse una meta y perseguirla mas allá de contratiempos y dificultades. A tener convicciones y defenderlas. A acumular experiencia durante nuestro aprendizaje en la vida, capitalizando y potenciando lo bueno sin olvidar los errores, para no volver a cometerlos.

Código de la Escuela Niten Ichi:

Código de la Escuela Niten Ichi:

* No pienses deshonestamente.

* El Camino está en el entrenamiento.

* Llega a ser hábil en todas las artes.

* Conoce los Caminos de todas las profesiones.

* Distingue entre ganancia y pérdida en los asuntos materiales.

* Desarrolla un juicio intuitivo y una mente abierta.

* Percibe las cosas que no pueden ser vistas.

* Presta atención incluso a las cosas más pequeñas.

* No hagas nada que carezca de utilidad.

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