Rajneesh Chandra Mohan Jain (OSHO)

Rajneesh Chandra Mohan Jain 11 de diciembre de 1931 – 19 de enero de 1990) fue un maestro espiritual hindú.

En los años sesenta se hacía llamar Acharya Rajneesh, en los años setenta y ochenta Bhagwan Shree Rajneesh y en los noventa Osho. Vivió en la India, y durante otras temporadas, en Estados Unidos, inspirando el movimiento Osho, un controvertido grupo filosófico que aún cuenta con muchos seguidores[1] y detractores.[2]

Contenido
1 Enseñanzas
2 Profecías
3 Decadencia y muerte
4 Notas
5 Enlaces externos

Enseñanzas
La enseñanza de Osho se centra en abordar desde distintos ángulos la cuestión del desarrollo de la conciencia humana hasta alcanzar el grado conocido en tradiciones varias como el de la iluminación. En su discurso, Osho utiliza las enseñanzas de numerosos maestros de distintas épocas, tales como Krishná, Buda, Jesucristo, Lao Tse, Sócrates, Heráclito, George Gurdjieff, etc., para acercarse desde distintos puntos de vista a la cuestión de la iluminación.

Sin embargo, según Osho, su mayor fuente para hablar de la conciencia humana, era la experiencia propia: su conciencia se había expandido hasta alcanzar la iluminación a los 21 años.[3]

Acorde a su enseñanza, la fuente de la desdicha del ser humano reside en el desconocimiento de su propia naturaleza. Los individuos identifican su “yo” con lo percibido por sus sentidos a todos los niveles. La identificación se produce tanto a nivel físico, con el cuerpo, como a nivel mental, con los pensamientos, y a nivel emocional, con los sentimientos. En cambio, según Osho, la naturaleza verdadera del individuo reside en su conciencia, o la capacidad de atestiguar lo percibido por los sentidos.

La conciencia, o la capacidad de atestiguar, emerge como consecuencia de la practica de la meditación. La meditación, que puede practicarse por medio de técnicas de lo más variadas, permite al individuo trascender la identificación con el ego, desechando las proyecciones de identidades falsas creadas por la mente.

A lo largo de varias décadas, Osho pronunció numerosos discursos, contestando a las preguntas de sus numerosos discípulos. Estos discursos fueron recogidos en numerosas cintas de audio y video. Se publicaron cientos de libros en decenas de idiomas.[4]

Profecías
En octubre de 1982, un artículo en la revista Rajneesh Foundation International Newsletter anunció que Rajneesh había profetizado el fin del mundo para 1999:

Todas las causas para una tercera guerra mundial ya han sucedido. Por lo tanto hay sólo una remota posibilidad de que el conflicto no tenga lugar. Pero sólo algo completamente impredecible (como —por ejemplo— el contacto con una forma de vida inteligente proveniente de otra galaxia) podría cambiar la direción en la cual se dirige la humanidad. […] La tercera guerra mundial [..] empezará en algún momento entre 1993 y 1999.[5]
En 1983, Sheela, la secretaria personal de Osho, anunció que su maestro predijo que dos tercios de la humanidad moriría de sida.[6] [7] Como precaución, se les exigió a los sannyasis que cuando tuvieran relaciones sexuales utilizaran guantes de goma y condones, y que evitaran por completo los besos.[8] [9]

Sin embargo, cabe destacar que desde 1981 a 1984, Osho mantuvo silencio, sin pronunciar nada en publico, por lo que todas las supuestas profecias, en el nombre de su maestro, fueron anuncidas por su secretaria personal y administradora de la comuna Sheela.

Decadencia y muerte

Osho manejando uno de sus noventa Rolls Royce en su centro de Rajneeshpuram, durante el Primer Festival del Rancho (1982)A fines de octubre de 1985, Osho y un grupo de sus sannyasis fueron arrestados en un aeropuerto de Carolina del Norte; el grupo iba en ruta a las Bahamas con 58.522 dólares en efectivo y un millón de dólares en joyas.[10] El encarcelamiento de Osho y su transferencia durante doce días a través de cárceles de todo el país fue un espectáculo internacional. Finalmente tuvo que pagar 400.000 dólares de fianza y fue deportado de EE. UU.

El 6 de noviembre de 1987 Osho expresó que su salud se estaba deteriorando, y que ello se debía a alguna forma de veneno que las autoridades estadounidenses le habrían administraron durante los doce días que fue mantenido en varias prisiones de EE.UU.[11] Sus doctores presentaron la hipótesis de que —como sus síntomas se concentraban en el lado derecho del cuerpo— debía de haber dormido sobre su lado derecho sobre colchones (en cárceles de Carolina del Norte, Oklahoma y finalmente en Portland) deliberadamente irradiados con talio.[12]

Sin embargo, esta opinión, que fue difundida por el abogado de Osho, Philip J. Toelkes (Swami Prem Niren), fue despreciada por el fiscal estadounidense Charles H. Hunter: “Es una ficción completa, y hay que considerar la fuente: este señor no tiene ninguna credibilidad». Finalmente Toelkes concedió que no había evidencia alguna para apoyar esa acusación.[13]

A fines de diciembre de 1988, declaró que no quería ser nombrado Bhagwan Shree Rajneesh, y pocos días después adoptó el nombre de Osho.

Otra explicación menos siniestra es que Osho —a quien se le había diagnosticado diabetes muchos años atrás— habría sufrido una serie de problemas sistémicos en las etapas finales de su enfermedad crónica, quizá exacerbadas por el estrés que experimentó en la cárcel[14] y por el uso de óxido nitroso y diazepam en los años ochenta.[15]

Notas
? Satyam.com.ar (sitio favorable, en Argentina).
? Sectas.org.ar (sitio contra las sectas, en Argentina).
? KuartaDimension.com.ar (biografía, donde comenta que la conciencia de Osho se expandió hasta los 21 años de edad).
? PlanetaDeAgostini.es (libros de Ragñísh).
? Rajneesh Foundation International Newsletter, 1, 14, 1 de octubre de 1982: iv.
? Judith M. Fox: Osho Rajneesh (pág. 26), 2002. ISBN 1-56085-156-2.
? S. J. Palmer, y A. Sharma (eds.): The Rajneesh Papers: Studies in a New Religious Movement (págs. 155 a 158). Nueva Delhi: Motilal Banarsidass Publishers, 1993. ISBN 81-208-1080-5.
? Palmer S. J.: “Charisma and Abdication: A Study of the Leadership of Bhagwan Shree Rajneesh”, en la revista Sociological Analysis, vol. 49, n.º 2, verano de 1988.
? Rajneesh Times, 16 (pág. 6), 1 de octubre de 1984.
? Lewis F. Carter: Charisma and Control in Rajneeshpuram (pág. 232, 233 y 238). 1990. ISBN 0-521-38554-7.
? Judith M. Fox: Osho Rajneesh (pág. 35 y 36). 2002. ISBN 1-56085-156-2.
? Judith M. Fox: Osho Rajneesh (pág. 35 y 36). 2002. ISBN 1-56085-156-2.
? B. S. Akre: Rajneesh Conspiracy (APwa 12/15, 1455). Portland: Associated Press Writer.
? Judith M. Fox: Osho Rajneesh (pág. 35 y 36). 2002. ISBN 1-56085-156-2.
? H. Milne: Bhagwan: The God That Failed (Bhagaván, el dios que cayó). Sphere Books, 1986.

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Desde su más temprana edad en India, Osho fue un espíritu rebelde e independiente, retando todas las tradiciones religiosas, sociales y políticas, e insistiendo en experimentar la verdad por sí mismo, en vez de acumular conocimientos y creencias dadas por otros.
A la edad de ventiún años, el 21 de marzo de 1953, Osho alcanzó la iluminación. Hablando de si mismo dice: “Ya no estoy buscando nada. La existencia me ha abierto todas sus puertas. Ni siquiera puedo decir que pertenezco a la existencia, porque soy parte de ella. … Cuando una flor florece, yo florezco con ella. Cuando el sol sale, yo salgo con él. Mi cuerpo es parte de la naturaleza, mi ser es parte del todo. No soy una entidad separada”.

Se graduó en filosofía con los más altos honores en la Universidad de Sagar. Siendo estudiante ganó una medalla de oro al obtener el primer lugar en un concurso de debate que cubría toda la India. Luego de un periodo de nueve años como profesor de filosofía en la India en la Universidad de Jabalpur, renunció para viajar por toda la India dando charlas, retando en debates públicos a los líderes religiosos ortodoxos perturbando así las creencias tradicionales y trastornando el ‘status quo’ existente.

En el curso de su vida, Osho ha hablado virtualmente sobre todo y cada aspecto del desarrollo de la conciencia humana. Desde Sigmund Freud, hasta Chuan Tzu, desde Gurdjieff hasta Gautama Buda, desde Jesucristo hasta Rabindranath Tagore… ha destilado de cada uno la esencia de lo que es significativo en la búsqueda espiritual del hombre contemporáneo basado no en una comprensión intelectual, sino en la propia comprobación existencial de su experiencia.

No pertenece a ninguna tradición: “Soy el comienzo de una conciencia totalmente nueva”, ha dicho. “Por favor, no me conectes con el pasado, ni siquiera vale la pena recordarlo”.

Los discursos a sus discípulos y buscadores de todo el mundo han sido publicados en más de seiscientos cincuenta volúmenes y traducidos a treinta idiomas. Osho ha dicho: “Mi mensaje no es una doctrina ni una filosofía. Mi mensaje es una alquimia, una ciencia de la transformación, así que sólo aquellos que estén listos a morir como son y a volver a nacer como algo tan nuevo que ni siquiera puedan imaginarlo… sólo aquellas personas valerosas estarán listas a escuchar, porque escuchar va a ser riesgoso. Al escuchar has dado el primer paso a tu renacimiento.”

Así que no es una filosofía de la cual simplemente puedas hacer un ropaje del cual jactarte. No es una doctrina en la cual puedas encontrar consuelo a preguntas amenzazantes… No, mi mensaje no es una comunicación verbal. Es mucho más arriesgado. No es menos que la muerte y el renacimiento”.

Osho dejó su cuerpo el 19 de enero de 1990. Justo unas semanas antes se le preguntó qué pasaría cuando se fuera. El respondió: “Mi confianza en la existencia es absoluta. Si existe algo de verdad en lo que digo, sobrevivirá… La gente que se mantenga interesada en mi trabajo, simplemente estará llevando la antorcha, pero sin imponer nada a nadie…

“Continuaré siendo una fuente de inspiración para mi gente. Y eso es lo que la mayoría de mis sannyasins sentirá. Deseo que crezcan por sí mismos – cualidades como el amor, en torno al cual no se puede crear ninguna iglesia; como la conciencia, que no es el monopolio de nadie; como la celebración, el regocijo, la mirada inocente del niño…”

“Deseo que la gente conozca de si misma y a que no sea según algún otro; que conozca el centro de su ser”.

De acuerdo a su orientación, la comuna que se desarrolló en torno a él aún florece en Puna, India, donde miles de discípulos y buscadores se reúnen a través del año para practicar las meditaciones y programas que ahí se ofrecen.

Osho: Philosophia Perennis, Volume 2, Chapter 2

Yo enseño un Nuevo hombre, una nueva humanidad, un nuevo concepto de ser en el mundo. Yo proclamo al homo novis. El hombre viejo está muriendo, y ya no hay necesidad de ayudarle a sobrevivir. El hombre viejo está en su lecho de muerte: no te lamentes por ello – ayúdale a morir. Porque sólo con la muerte del viejo, el nuevo puede nacer. El cese del viejo es el comienzo del nuevo.

Mi mensaje a la humanidad es un nuevo hombre. Menos que eso no sirve. No algo modificado, no algo continuamente con el pasado, sino fundamentalmente descontinuado.

El hombre ha vivido hasta ahora sin verdad, sin autenticidad; el hombre ha vivido una vida muy pseudo. El hombre ha vivido en gran patología, el hombre ha vivido en gran enfermedad. Y no hay necesidad de vivir en esa patología – podemos salir de la prisión, porque la prisión está hecha con nuestras propias manos. Estamos en la prisión porque hemos decidido estar en la prisión – porque hemos creído que la prisión no es una prisión sino nuestro hogar.

Mi mensaje a la humanidad es: Suficiente es suficiente. ¡Despierta! Mira lo que el hombre le ha hecho al hombre, a sí mismo. En tres mil años el hombre ha peleado cinco mil guerras. Tú no puedes llamar a esta humanidad sana. Y sólo alguna vez un Buda ha florecido. Si en el jardín sólo alguna vez una planta da una flor, y por lo demás el jardín entero permanece sin flores, ¿Lo llamarías jardín? Algo muy básico ha ido mal. Cada persona nace para ser un Buda: Menos que eso no va a satisfacerte.

Yo te declaro a ti tu condición de ser un Buda.

Pero ¿Qué ha salido mal? ¿Por qué el hombre ha vivido por miles de años una especie de infierno? Por miles de años hemos vivido en un concepto de -esto o lo otro- como una especie de batalla entre lo más bajo y lo más alto, lo material y lo espiritual, lo mundano y lo extra-mundano, entre el bien y el mal, entre dios y el diablo. Las consecuencias de ello han limitado severamente el potencial humano.

Para destruir al hombre, para destruir su poder, se ha usado una gran estrategia – y ella es dividir al hombre en dos. El hombre ha vivido con el concepto de -esto o lo otro-: ya sea ser materialista o ser un espiritualista. Se te ha dicho que no puedes ser ambos. Sé el cuerpo o sé el alma – te han enseñado que no puedes ser los dos.

Esta ha sido la raíz de la causa de la miseria humana. Un hombre dividido contra sí mismo va a permanecer en el infierno. El cielo nace cuando el hombre no está más dividido en su propia contra. El hombre partido significa miseria y el hombre integrado significa bendición.

Hasta ahora, la humanidad ha sido esquizofrénica – porque te han dicho que reprimas, que rechaces, que niegues, muchas partes de tu natural ser. Y rechazándolas, negándolas, no puedes destruirlas – simplemente se vuelven subterráneas. Siguen funcionando desde tu inconsciente: se vuelven realmente más peligrosas.

El hombre es un todo orgánico. Y todo aquello que Dios ha dado al hombre ha de ser usado; nada debe ser negado. El hombre puede convertirse en orquesta; todo lo que se necesita es el arte de crear una armonía con uno mismo.

Pero tus tan-mentadas religiones han estado enseñándote maneras anarmónicas, formas de discordancia, fórmulas de conflicto. Y cuando estás luchando contigo mismo sigues y sigues disipando tu energía. Permaneces soso, no inteligente, estúpido – porque sin gran energía nadie es nunca inteligente. Cuando la energía se desborda, ahí hay inteligencia. Energía desbordándose es lo que provoca que la inteligencia crezca. Y el hombre ha vivido en una pobreza interior.

Mi mensaje a la humanidad es: Crea un nuevo hombre – entero, integrado, total.

Buda no es total, tampoco lo es Zorba el griego. Ambos son mitad y mitad. Yo amo a Zorba, yo amo a Buda. Pero cuando miro en el más profundo centro de Zorba algo falta: no tiene alma. Cuado miro a Buda algo falta otra vez: él no tiene cuerpo.

Un gran encuentro yo enseño: El encuentro de Zorba y Buda. Yo enseño Zorba el Buda – una nueva síntesis. El encuentro de la tierra y el cielo, el encuentro de lo visible y lo invisible, el encuentro de todas las polaridades – de hombre y mujer, de día y noche, de verano e invierno, de sexo y samadhi. Sólo en ese encuentro un nuevo hombre llegará a la tierra.

Mis sannyasins, mi gente son las primeras luces de ese nuevo hombre, de ese homo novus.

La división interior ha conducido a la humanidad a un estado de suicidio. Ha creado sólo esclavos – los esclavos no pueden en realidad vivir, ellos no tienen nada por lo cual vivir. Viven para otros. Han sido reducidos a máquinas – hábiles, eficientes; pero una máquina es una máquina. Y la máquina no puede tener el gozo de vivir. No puede celebrar, sólo puede sufrir.

Las viejas religiones creen en la renunciación. La renunciación ha sido una ruta. Yo te traigo una bendición: yo enseño a disfrutar, no a renunciar. El mundo no tiene que ser renunciado, porque dios no ha renunciado a él – ¿Por qué tú has de renunciar a él? Dios es… ¿Por qué tú has de quedarte fuera?

Vívelo en su totalidad – y vivir la vida totalmente trae consigo la trascendencia. Entonces el encuentro de la tierra y el cielo es tremendamente hermoso; no hay nada malo. Entonces las polaridades desaparecen en ellas mismas y los polos opuestos se vuelven complementarios.

Pero el viejo hombre no era realmente humano. Era un humanoide, un homo mecanicus – un hombre que no es realmente completo. Y un hombre que no es entero no puede nunca ser sagrado.

El nuevo hombre viene, está llegando cada día. Es una minoría, es natural – pero los nuevos mutantes han llegado, las nuevas semillas han llegado. Y este siglo, el final de este siglo, va a ver ya sea la muerte de toda la humanidad o el nacimiento de un nuevo ser humano.

Y todo ello depende de ti. Si tú sigues aferrado a lo viejo, entonces el viejo hombre ya ha preparado todas las formas para cometer un gran suicidio, un suicidio universal. El viejo hombre está listo para morir; el viejo hombre ha perdido la frescura de vivir.

Es por eso que todos los países se están preparando para la Guerra. Y la Tercera Guerra Mundial será una guerra total. Nadie va a ser ganador, porque nadie va a sobrevivir a ella. No sólo va a ser destruido el hombre sino toda la vida en la tierra.

¡Cuidado! Cuidado con tus políticos – todos ellos son suicidas. Cuidado con los viejos condicionamientos que te dividen en hindús, alemanes, japoneses, norte americanos. El nuevo hombre tiene que ser universal. Él va a trascender todas las barreras de raza, religión, sexo, color. El nuevo hombre no va a ser de Oriente u Occidente; el nuevo hombre declarará la tierra entera como su hogar.

Sólo entonces la humanidad puede sobrevivir – y no sólo sobrevivir – con la llegada de un nuevo concepto de hombre… el viejo concepto es el de –esto o lo otro-, el nuevo concepto será –esto Y lo otro-. El hombre tiene que vivir una vida rica hacia fuera y una vida rica hacia adentro; no hay necesidad de elegir. La vida interior no está en contra de la vida exterior; ambas son parte de un solo ritmo.

TÚ no necesitas ser pobre en lo exterior sólo para ser rico en lo interior. Y no necesitas ser rico en lo exterior y renunciar a ser rico en lo interior. Así es como ha sido hasta ahora – el Occidente ha elegido un camino: ¡Sé rico en el exterior! Y el Oriente ha elegido otro: ¡Sé rico en el interior! Ambos están cojos. Ambos han sufrido, ambos están sufriendo.

Yo te enseño riqueza total. Sé rico en el exterior a través de la ciencia, y sé rico en el más profundo centro de tu interior a través de la religión. Y eso es lo que te hará uno, orgánico, individual.

El nuevo hombre no es un campo de batalla, no tiene una personalidad dividida, sino la imagen de un hombre unificado, único, totalmente sinergético con la vida y su totalidad. El nuevo hombre encarna una imagen más viable, una imagen mutante del hombre, una nueva forma de ser en el cosmos, cualitativamente una nueva forma de percibir y experimentar la realidad. Así que por favor no te lamentes el pasar de lo viejo. Disfruta que lo viejo está muriendo, la noche está muriendo, y el amanecer está en el horizonte.

Yo estoy feliz, fundamentalmente feliz, de que el hombre tradicional está desapareciendo – de que las viejas iglesias se están convirtiendo en ruinas, de que los viejos templos están desiertos. Yo estoy inmensamente feliz de que la vieja moralidad está cayendo al suelo.

Esta es una gran crisis. Si tomamos este reto, esta es una oportunidad para crear lo nuevo. Nunca ha estado tan maduro en ningún tiempo pasado. Estás viviendo en una de las más hermosas épocas – porque lo viejo está desapareciendo, o ha desaparecido, y un caos se ha creado. Y es sólo del caos que las grandes estrellas nacen.

Tú tienes la oportunidad de crear un cosmos de nuevo. Esta es una oportunidad que ocurre sólo de vez en cuando – muy raramente. Eres afortunado de estar vivo en estos tiempos críticos. Usa la oportunidad para crear al nuevo hombre.

Y para crear al nuevo hombre tienes que comenzar contigo mismo.

El nuevo hombre será un místico, un poeta, un científico, todos juntos. No verá la vida a través de podridas divisiones. Será un místico, porque sentirá la presencia de dios. Será un poeta, porque celebrará la presencia de dios. Y será un científico, porque buscará en su presencia a través de metodología científica. Cuando un hombre es estas tres juntas, el hombre es entero.

Ese es mi concepto de hombre sagrado.

El viejo hombre era represivo, agresivo. El viejo hombre estaba destinado a ser agresivo porque la represión siempre trae agresión. El nuevo hombre será espontáneo, creativo.

El viejo hombre vivió a través de ideologías. El nuevo hombre no vivirá a través de ideologías, no a través de moralidades, sino a través de la conciencia. El nuevo hombre vivirá a través de un darse cuenta. El nuevo hombre será responsable – responsable de sí mismo y de la existencia. El nuevo hombre no será moral en el viejo sentido; será a-moral.

El nuevo hombre trae un nuevo mundo consigo. En este momento el nuevo hombre está destinado a ser una minoría mutante – pero es el portador de una nueva cultura, la semilla. Ayúdale. Anuncia su llegada desde los tejados: ese es el mensaje que te doy.

El nuevo hombre es abierto y honesto. Es transparentemente real, auténtico y auto-revelador. Él no será un hipócrita. Él no vivirá para una meta: vivirá aquí y ahora. Conocerá un solo tiempo, ahora, y un solo espacio, aquí. Y a través de esa presencia sabrá que Dios es.

¡Alégrate! El hombre nuevo viene, el viejo se está yendo. El viejo ya está en la cruz, y el nuevo ya está en el horizonte.

Osho, Philosophia Perennis, Volume 2, Chapter 2

Osho-3158

“…La sociedad quiere usarte como una máquina, la sociedad quiere que seas obediente. La sociedad no te necesita para que funciones como un ser inteligente, porque un ser inteligente se comportará de un modo inteligente y habrá momentos en los que dirá: ‘No, no puedo hacer esto.’
Por ejemplo, si eres realmente inteligente y consciente, no puedes formar parte de ningún ejército. Imposible. Para ser parte de un ejército necesitas, como requisito básico, ininteligencia. Por eso en el ejército tratan de destruir, por todos los medios, tu inteligencia. Se necesitan años para destruir tu inteligencia; lo llaman ‘instrucción’. Hay que atender órdenes estúpidas: vuelta a la derecha, vuelta a la izquierda, marcha adelante, marcha atrás -esto y aquello- y lo están haciendo todos los días, mañana y tarde. Poco a poco la persona se convierte en un robot, comienza a funcionar como una máquina.
Toda la instrucción en el ejército es para destruir tu conciencia, es para hacerte una máquina automática. Entonces puedes ir y matar. De otro modo, si todavía te queda un poquito de inteligencia, te darás cuenta de que la persona que estás matando es inocente; no te ha hecho nada ni a ti ni a nadie. Y debe de tener una esposa en su casa que está esperando que regrese; y puede que tenga niños pequeños, que se convertirán en mendigos; y puede que tenga una anciana madre o un anciano padre, que podrían volverse locos: ‘¿Y por qué estoy matando a este hombre? Porque el oficial dijo: “Empiecen a matar. ¡Fuego!”’
Una persona inteligente no sería capaz de disparar. Una persona inteligente podría escoger morir antes que matar a personas inocentes. La guerra ha empezado porque algún estúpido político quiere verse implicado en la guerra, porque algún político quiere poder, por alguna estúpida declaración de los políticos. ¡Él no matará!
Le llamo educación a hacer a la gente más inteligente…”

El silencio-2843

Osho

EL SILENCIO

El silencio es la explosión de la inteligencia.
Silencio quiere decir: dentro de tí, eres sólo
espacio, espacio sin estrépitos. Silencio quiere decir
que has puesto a un lado todo el mobiliario de la
mente – los pensamientos, los deseos, las memorias,
las fantasías, los sueños — todo lo has empujado al
lado. Estás mirando la existencia directamente,
inmediatamente. Estás en contacto con la existencia
sin nada entre tí y la existencia. Eso es silencio….

El silencio se puede escuchar. Y cuando lo escuchas
hay un entendimiento inmediato. El entendimiento viene
como una sombra siguiendo el silencio. Entender las
palabras y escuchar las palabras es muy simple.
Cualquiera puede hacerlo: sólo se necesita un poco de
educación sobre el lenguaje, no mucha. Pero se
necesita una transformación tremenda para escuchar al
silencio y entender el silencio. El silencio tiene que
surgir de tu ser mismo.

Hay dos tipos de silencio: uno es el que cultivas, el
otro es el que llega. Tu silencio cultivado es nada
más que la bulla reprimida…. Lo puedes lograr con la
práctica pero es como sentarte encima de un volcán
–el cual puede estallar en cualquier momento, por
cualquiera pequeña excusa. Esto no es verdadero
silencio, sino un silencio forzado.

El silencio que se origina de tu ser mismo, que no se
impone ni desde afuera ni desde adentro pero que llega
justo al contrario — llega, surge desde adentro hacia
las afueras, se origina del centro hacia la
circunferencia…. ese es un fenómeno totalmente
diferente.

El silencio que nace así, es tan grande que puede
contener las palabras, puede contener el habla. Nada
puede perturbarlo, es un silencio que no tiene miedo
de las palabras. Hay gente que no habla, que parece
estar en silencio. Su silencio parece estar en contra
del habla — y un silencio que se pone en contra del
habla todavía es parte del habla. Es una ausencia: no
es una presencia.

¡La ausencia del habla no es mi silencio! El silencio
es una presencia. Te puede hablar. Te puede cantar.
Tiene una energía tremenda. No es vacuo, es una
realización.

El verdadero silencio no es el silencio del
cementerio, no es el silencio de la muerte. Es el
silencio de la vida, un silencio pulsando con la vida,
que al pulsar es positivo, afirmativo. Es un gozo. No
es la ausencia de la preocupación. Es la presencia del
éxtasis.

Uno puede escapar y lograr un cierto silencio — pero
sólo será una ausencia de tensión, que no es nada
especial. El silencio verdadero tiene que existir en
la plaza del mercado, en la muchedumbre, ¡en plena
rumba! Cuando nada te distrae, cuando nada te
perturba, estás centrado. Sé en el mundo, deja que el
servir a la gente sea tu meditación y luego
encontrarás que llegas al silencio. No escapes, no
busques el silencio en el aislamiento o en lugares
solitarios. Puedes llegar al silencio, puedes ser
meditativo — dentro del mundo.

Aprende el silencio. Con tus amigos, con tus amantes,
con tu familia, de vez en cuando siéntate con ellos en
silencio, sin chismear, sin hablar. Deja de hablar y
no sólo afuera — acaba con el monólogo interior.
Siéntanse y no hagan nada, sólo siendo presencias unos
para otros. Pronto encontrarán una nueva manera de
comunicarse a través del silencio.

El silencio tiene que pasar por tres puertas: Una es
la más periférica: el habla. Habla telegráficamente.
Habla lo esencial. Te darás cuenta que noventa por
ciento de tu habla es inútil; sólo necesitas diez por
ciento. Pero ese diez por ciento será más efectivo,
más significativo.

El primer paso es hablar lo esencial, sé telegráfico.
Luego el segundo paso: piensa sólo lo esencial y te
sorprenderá. Noventa y nueve por ciento es algo
innecesario; sólo uno por ciento es esencial y ese uno
por ciento quizás, tal vez, pero lo demás es todo
estiércol de vaca sagrada.

Deja de pensar innecesariamente sobre cosas
innecesarias.

Dejando de pensar lo inútil te ahorrará tanta energía
que se puede tomar el tercer paso. El tercer paso es
lo más sutil: sentir sólo lo esencial. Y si llegas a
lo esencial entonces hay sólo amor. La rabia, la
codicia, la lujuria — todas esas cosas no son
esenciales. Son parásitos, te están explotando. Cuando
llegas a lo esencial sólo queda el amor. Y cuando tu
corazón es sólo amor tu puedes entrar al centro mismo
del silencio.

Hay que pasar por estas tres cosas:
la parte de afuera de la mente: el hablar
la parte interior de la mente: el pensar
y la parte más interior: el sentir.

Y cuando has pasado por todas; luego hay silencio.
Y ese silencio es la puerta para encontrar lo divino.

Tanto como tu silencio crece, tu amabilidad y amor
crecen; tu vida se transforma en una danza de momento
a momento, en un regocijo, en una celebración.

VIDA por Osho

De: »k«  (Mensaje original)
Enviado: 06/11/2005 9:29

VIDA por Osho

Vida es inseguridad.

Es  un juguete.

Se todo fuera como tu gustaría que fuera, y se todo fuera cierto de acontecer, tu no seria un hombre, tu seria una maquina. Solamente para las máquinas todo es cierto y seguro. Lo hombre vive en libertad. La libertad necesita de la inseguridad y incertidumbre. Un hombre de verdadera inteligencia siempre hesita, porque no tiene ninguno dogma en lo cual se arrimar, se apoyar. El tiene de mirar y responder.

Lao Tzu dice:

Yo hesito y ando alerta en la vida, porque no se lo que irá acontecer. y yo no tengo ninguno principio a seguir. Tengo de decidir a cada momento. Nunca desisto de antemano. Tengo de decidir cuando o momento llega.

Entonces es necesario estar pronto para responder. Es eso que es la responsabilidad.

Responsabilidad no es ninguna obligación, no es un deber – es una capacidad para responder. Un hombre que quiere saber lo que es la vida tiene de ser alguien capaz de responder.

Eso está faltando.

Siglos de condicionamiento dejaran-no mas parecido con una máquina.

Usted pierde  la su humanidad, usted la negocio en cambio de seguridad.

Tu tiene seguridad y conforto y todo fue planeado por los otros. E ellos colocaran todo en lo mapa, ellos medirán todo. Eso es una absoluta tontería, porque la vida no puede ser medida.

Y ninguno mapa es posible porque la vida es un flujo constante. Todo está siempre cambiando. Nada es permanente, excepto el cambio. Heráclito dice: No se puede pisar dos veces en lo mismo río”.

Los caminos de la vida son mucho tortuosos. Los caminos de la vida no son como los triíllos de una estrada de fiero. No, ella no corre en los triíllos. Y esa es la belleza de la vida, la su gloria, la su poesía, la su música – ella es siempre una sorpresa.

Se tu estibes pensando en seguridad, certidumbre, sus ojos se tornaran cerrados. Y tu se sorprenderá cada vez menos y tu perderá la capacidad de se maravillar. Una vez perdida la capacidade de se maravilhar, tu terá perdido la religion. Religion es la receptividad para lo misterioso que nos circunda.

No busque la seguridad, no busque consejos sobre como vivir su vida. ¡La vida es tan preciosa! ¡Viva-a!

Tu cometerá errores. Apenas recuerde de una cosa: No cometa lo mismo error repetidamente. Basta eso. Se tu pude cometer un nuevo error a cada día, cometa-o. Mas no repita los errores, eso es tontería.

Un hombre que pude encontrar nuevos errores para cometer estará creciendo continuamente, ese es lo único medio de aprender, ese es lo único medio de tu llegar a la su propia luz interior.

EL REBELDE ESPIRITUAL Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 09/06/2006 18:42
EL REBELDE ESPIRITUAL

OSHO

1 – Sólo unos pocos rebeldes despiertos alrededor del mundo… y temblarán todos los tronos de poder.

2 – Si eres capaz de dormir, eres capaz de despertar.

3 – Hay que convertirse en un ser absolutamente desligado del pasado.

4 – El rebelde espiritual no tendrá ningún pasado ni ninguna historia. Solamente tendrá el presente y un vasto futuro abierto, no dominado por el pasado muerto.

5 – Lo único que será preciso es un poco de “meditatividad”, un poco de silencio, un poco de amor…

6 – Nunca ha habido ninguna seguridad.

7 – La vida puede desaparecer en un momento.

8 – El rebelde comprende que no hay seguridad -por lo tanto no la pidas. Vive en la inseguridad, porque ese es un hecho real de la vida. No puedes evitarlo, no puedes prevenirlo, así que no hay necesidad de preocuparse al respecto. No pierdas tiempo innecesariamente.

9 – Más vale que te apures o te quedarás sin planeta.

10 – ¿Cuál es la diferencia entre el rebelde y el revolucionario? El revolucionario pregona que cambiando la estructura social es suficiente para cambiar al hombre. El rebelde es un fenómeno espiritual. Su actitud es absolutamente individual. Su visión es que si queremos cambiar la sociedad, tenemos que cambiar al individuo.

11 – El rebelde trae al mundo un cambio de consciencia.

12 – La familia es una de las más grandes trampas que la sociedad ha usado por milenios para mantener al hombre esclavo.

13 – El rebelde es aún una dimensión no experimentada.

14 – El tiempo no sólo está maduro… si no te apuras, el tiempo ha llegado a su fin.

15 – La violencia es la violación de la vida y de la consciencia.

16 – Sólo se pueden lograr fines justos a través de medios correctos.

17 – A través de la violencia no se puede lograr una humanidad pacífica.

18 – El pasado, como un todo, tiene que ser negado.

19 – El rebelde no puede ser a medias.

20 – La justicia social es la venganza social.

21 – La vieja humanidad no está interesada en eliminar el crimen completamente. Sólo está interesada en castigar al desobediente –al inadaptado- a los que desean seguir su propio camino.

22 – Es fundamental recordar que la paz no es una meta. Paz es nuestra naturaleza intrínseca.

23 – Sea lo que fuere que te esté impidiendo tu crecimiento natural, eso ha de ser desechado: cólera, celos, envidia, avaricia, deseo. No es una renuncia, es simplemente comprensión. ¡Deséchalas!

24 – El único templo es la existencia.

25 – En el momento que renuncias a tus responsabilidades, renuncias también a la libertad.

26 – La responsabilidad no es el deber social: hacia tus mayores, tu esposa, etc. Es un deber mecánico.

27 – Sigue tu conciencia.

28 – No, el rebelde no puede renunciar al mundo y a la sociedad, pero ciertamente puede renunciar a muchas otras cosas. Puede renunciar a la mal llamada moralidad impuesta sobre él por la sociedad, puede renunciar al conocimiento dado por la sociedad. No renuncia a la sociedad como tal, pero renuncia a todo lo que le ha dado la sociedad. Esta es la verdadera renuncia.

29 – Puede aceptar la crucifixión, pero no aceptará ninguna esclavitud espiritual.

30 – La ignorancia no puede ser apoyada bajo ningún punto de vista.

31 – El rebelde amará al mundo porque el mundo -la existencia- es nuestra fuente de vida.

32 El nuevo rebelde declara la dignidad del hombre y la muerte de Dios y la muerte de todos los salvadores, profetas y mensajeros.

33 – El nuevo rebelde es una declaración de ser nadie, sólo un ser humano -simple, sincero, alerta y consciente” conociéndose a si mismo, y sabiendo que los demás son tan divinos como él.

34 – El nuevo rebelde es un ser iluminado – está realizado y profundamente contento.

Se encuentra distante y solo. Vive en la claridad.

La verdad es su religión, la libertad su ruta. Y ser él mismo, totalmente él mismo, es su objetivo.

35 – Los antiguos sabios condenaron la naturaleza humana, los instintos humanos. Todos éramos pecadores. Dios estaba en las alturas.

36 – El rebelde reta al mundo: tienes que crear tu propio Dios dentro de tu propio ser, tienes que ser un Dios. Y este Dios no va a estar contra la humanidad; al contrario, va a ser su absoluta realización, su germinación, su florecimiento, su madurez.

37 – El nuevo rebelde no va a aceptar ninguna culpa, porque todo lo que es natural está bien. Debe ser purificado, vivido – no reprimido, ni ocultado en el inconsciente, sino traído a la luz de la consciencia.
38 – En el pasado Dios era el creador. En el futuro Dios será la creación de la consciencia humana. Será el pico más elevado de la celebración humana, de la luz y el resplandor humano.

39 – Rebelión ahora o nunca.

40 – La única luz aceptada para tí, es la tuya.

41 – Tu único interés es el futuro crecimiento de tu ser.

42 – Ser un rebelde es vivir de acuerdo a su propia luz, aunque sea pequeña y encontrar su ruta en el futuro desconocido.

43 – El pasado es un peso y si te apegas no podrás moverte ni un centímetro.

44 – El rebelde no pertenece a ninguna ideología, a ninguna filosofía ni teología.

45 – La única idea significativa es la que surge de ti, crece en ti, florece en ti.

46 – El rebelde no tiene camino a seguir. El mismo espíritu de la rebelión es que no necesita guía. Es una luz en sí mismo.

47 – Los que no pueden rebelarse piden consejo, quieren ser seguidores. Su psicología es que al seguir a otros se relevan de toda responsabilidad. El guía, el maestro, el líder, el mesías, se hace responsable de todo. Lo único que se le pide del seguidor es que tenga fe. El rebelde está tremendamente enamorado de la libertad – libertad total, nada menos que eso.

48 – El rebelde no tiene salvador, ni mensajero de Dios, ni mesías, ni guía. Se mueve según su propia naturaleza. No sigue a nadie, ni imita a nadie. Ciertamente ha elegido el más peligroso modo de vida, lleno de responsabilidad, pero de tremenda dicha y libertad. Cae a menudo, comete errores, pero no se arrepiente de nada, pues aprende un profundo secreto de la vida: cometiendo errores te vuelve sabio. No hay otra manera de volverse sabio.

49 – Ser dichoso y alegre es correcto. Ser miserable y serio es erróneo.

50 – El peregrinaje del rebelde está lleno de sorpresas. No tiene ni mapas ni guía, así que en cada momento llega a un nuevo espacio, a una nueva experiencia – a su propia experiencia, a su propia verdad, a su propia dicha, a su propio amor.

51 – El rebelde no tiene camino como tal. Camina y hace su camino al andar.

52 – La vida es un puente, no hagas tu casa en él – es un lugar de paso.

53 – En una vida tan transitoria uno es absolutamente libre de vivir sin compromiso alguno y cuando la muerte es una certeza, no hay en realidad necesidad de compromisos.

54 – El rebelde es casi como un pájaro volando en el cielo. ¿Qué camino sigue? No hay autopistas en el cielo, no hay huellas de pájaros antiguos, ni grandes pájaros, ni Budas, ni Cristos. Ningún pájaro deja huellas en el cielo, por eso el cielo está siempre abierto.

55 – Encuentra la dirección que te produce regocijo, Dirígete hacia la estrella que hace repicar campanas en tu corazón.

Eres tú el factor decisivo. ¡Nadie más!

56″ Tu camino no será el de ningún otro.

57 – Es más, ¿qué necesidad hay de un camino? Ya estás aquí – existes, estás consciente. “Soy todo lo que necesito y mi hogar es la existencia”.

58 – Libertad total: menos que eso. No.

NO LO LLAMES INSEGURIDAD, LLÁMALO LIBERTAD (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 20/03/2006 16:24

NO LO LLAMES INCERTIDUMBRE, LLÁMALO PRODIGIO
NO LO LLAMES INSEGURIDAD, LLÁMALO LIBERTAD

NO ESTOY aquí para darte un dogma. Un dogma te da seguridad. No estoy aquí para hacerte una promesa para el futuro, cualquier promesa para el futuro te da seguridad. Simplemente estoy aquí para que estés despierto y seas consciente, es decir, para que estés aquí y ahora con toda la inseguridad que tiene la vida, con toda la incertidumbre que tiene la vida, con todo el peligro que tiene la vida.
Sé que has venido aquí buscando certidumbres, credos, algún «ismo», algún sitio al que pertenecer, alguien en quien confiar. Vienes aquí a consecuencia de tu miedo. Estás buscando una especie de hermosa prisión para poder vivir sin conciencia.
Me gustaría darte más inseguridad, más incertidumbre, porque la vida es así, Dios es así. La única forma de responder cuando hay más inseguridad y peligro es con conciencia.
Hay dos posibilidades. O cierras los ojos y te vuelves dogmático: católico, hinduista o musulmán… entonces, te conviertes en un avestruz. Eso no cambia tu vida, simplemente te tapa los ojos. Te vuelve estúpido, te vuelve poco inteligente. Con tu poca inteligencia te sientes seguro; todos los idiotas se sienten seguros. De hecho, sólo los idiotas se sienten seguros. Un hombre realmente vivo siempre se sentirá inseguro. ¿Qué seguridad puede tener?
La vida no es un proceso mecánico, no puede ser segura. Es un misterio impredecible. Nadie sabe qué va a pasar en el momento siguiente. Ni siquiera Dios, que supones que está por ahí en el Séptimo Cielo, ni siquiera él si es que está por ahí , ¡ni siquiera él sabe lo que va a pasar!… Porque si supiera lo que va a pasar la vida sería falsa, todo estaría escrito de antemano, y todo estaría determinado de antemano. Si el futuro no está determinado, cómo puede saber lo que va a ocurrir a continuación? Si Dios supiese lo que iba a ocurrir en el momento siguiente, la vida sólo sería un proceso mecánico, inerte. No habría libertad, ¿y cómo puede existir la vida sin libertad? No habría ninguna posibilidad de crecer, ni de no crecer. Si todo está predestinado de antemano, no habrá gloria ni grandeza. Entonces sólo seréis robots.
No, no hay nada seguro. Éste es mi mensaje. No puede haber nada seguro porque una vida segura es peor que la muerte. No hay nada seguro. La vida está llena de incertidumbres, llena de sorpresas, ¡ésa es su belleza! Nunca llegas a un punto en el que puedas decir: «Ahora, estoy seguro.» Cuando dices que estás seguro estás proclamando tu muerte; te has suicidado.
La vida continúa con mil y una incertidumbres. Eso es libertad. No lo llames inseguridad.
Puedo entender por qué la mente llama «inseguridad» a la libertad… ¿Has estado alguna vez en la cárcel durante unos meses o unos años? Si un prisionero está unos cuantos años en la cárcel, cuando llega el día de su libertad, empieza a sentirse inseguro acerca del futuro. En la cárcel todo estaba garantizado; todo era una rutina sin vida. Le servían la comida, le daban protección; no tenía miedo de pasar hambre al día siguiente y que no hubiera comida; nada de eso, todo estaba garantizado. Ahora, de repente, después de tantos años, cuando llega el carcelero y le dice: «Ahora serás puesto en libertad», empieza a temblar. Al salir de los muros de la prisión volverá a tener incertidumbres; tendrá que volver a buscar y rebuscar; tendrá que volver a vivir en libertad.
La libertad da mi Ido. La gente habla de la libertad, pero tiene miedo. Y un ser humano no será un ser humano mientras siga teniendo miedo a la libertad. Os doy libertad, no os doy seguridad. Os doy comprensión, no os doy conocimiento. El conocimiento te dará seguridad. Si te doy una fórmula, una fórmula determinada: que hay un Dios, un Espíritu Santo y su único hijo, Jesús; que hay un Cielo y un Infierno, que estas acciones están bien y ésas están mal; si cometes un pecado iras al Infierno, si haces lo que llamo buenas acciones irás al Cielo ¡y se acabó! entonces, estarás seguro. Por eso hay tantas personas que han decidido ser cristianos, musulmanes o jainistas, porque no quieren ser libres, quieren una fórmula fija.

De repente, se estaba muriendo un hombre tras un accidente de coche. Nadie sabía que era judío, de modo que llamaron a un sacerdote católico. El sacerdote se reclinó junto al hombre el hombre se estaba muriendo, eran los últimos estertores de la muerte y el sacerdote dijo: ¿Crees en la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
El hombre abrió los ojos y dijo: Estoy aquí a punto de morirme… y ¡él está jugando a los acertijos!

Cuando la muerte llama a tu puerta, todas tus convicciones no serán más que absurdos acertijos. No te aferres a ninguna convicción. La vida es incierta, la misma naturaleza de la vida es la incertidumbre. Y la persona inteligente siempre está insegura.
La propia disposición de mantenerse en la incertidumbre es valentía. Esta disposición de estar en la incertidumbre es confianza. Una persona inteligente es aquella que permanece alerta en cualquier situación, que responde a las situaciones con todo su corazón. No es que sepa lo que va a ocurrir; no es que sepa, «si haces esto sucederá aquello». La vida no es una ciencia; no es una cadena de causa y efecto. Cuando calientas agua hasta los 100 ‘C, se evapora, eso está garantizado. Pero en la vida real, no hay nada tan seguro como eso.
Cada individuo es una libertad, una libertad desconocida. Es imposible predecirlo, imposible imaginárselo. Hay que vivir estando despiertos y con comprensión.
Vienes a verme en busca de conocimiento, quieres fórmulas fijas para poder aferrarte a ellas. Yo no te las doy. En realidad, si tienes alguna, ¡te la quito! Poco a poco, voy destruyendo tus convicciones y, poco a poco, te voy volviendo cada vez más indeciso; poco a poco te voy volviendo más inseguro. Eso es lo único que hay que hacer. ¡Esto es lo único que tiene que hacer un maestro! Dejarte completamente libre. Totalmente libre, con todas las posibilidades abiertas, sin nada fijo… tendrás que estar despierto, no puedes hacer nada más.
Esto es lo que llamo comprensión. Si comprendes, la inseguridad es una parte intrínseca a la vida, y está bien que sea así, porque transforma la vida en libertad, la convierte en una sorpresa constante. Nunca se sabe lo que va a suceder. Te mantiene permanentemente maravillado. No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio. No lo llames inseguridad, llámalo libertad.

Ver la vida como un sueño (osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 20/03/2006 16:17
Ver la vida como un sueño

A
MADOS:
Se han formulado algunas preguntas sobre la charla de anoche. Un amigo ha preguntado:
Podemos morir plenamente conscientes, pero ¿cómo podemos tener una conciencia plena al nacer?

E
N REALIDAD LA MUERTE el nacimiento no son dos sucesos: son dos lados de un mismo fenómeno, como las dos caras de una moneda. Si un hombre tiene en la mano una cara de una moneda, también tendrá automáticamente la otra. No puedo tener en la mano una cara de una moneda y preguntarme dónde puedo encontrar la otra: dispongo de la otra automáticamente.
La muerte y el nacimiento son dos caras de un mismo fenómeno. Si la muerte se produce en un estado consciente, la muerte tiene lugar inevitablemente en un estado consciente. Si la muerte se produce en un estado inconsciente, el nacimiento se produce también en estado de inconsciencia. Si la persona muere plenamente consciente en el momento de su muerte, también estará llena de conciencia en el momento de su nacimiento siguiente.
Como todos morimos en estado de inconsciencia y nacemos en estado de inconsciencia, no recordamos nada de nuestras vidas anteriores. Pero el recuerdo de nuestras vidas anteriores siempre queda presente en algún rincón de nuestras mentes, y podemos revivir este recuerdo si lo deseamos.
No podemos hacer nada directamente en relación con el nacimiento: todo lo que podamos hacer estará relacionado únicamente con la muerte. No podemos hacer nada después de la muerte: todo lo que podamos hacer debemos hacerlo antes de la muerte. La persona que muera en estado inconsciente no podrá hacer nada hasta que vuelva a nacer. No hay remedio: seguirá inconsciente. Así pues, si vosotros habéis muerto en estado inconsciente, tendréis que nacer de nuevo en estado inconsciente. Lo que haya que hacer tendrá que hacerse antes de la muerte, pues disponemos de muchas oportunidades antes de la muerte: la oportunidad de toda una vida. Con esta oportunidad podemos hacer un esfuerzo por despertar. Sería, pues, un gran error esperar hasta el momento de la muerte para despertar. No podemos despertar en el momento de la muerte. El sadhana, el viaje hacia el despertar, tendrá que empezar mucho antes de la muerte: habrá que prepararse para ella. Si no os preparáis, es seguro que quedaréis inconscientes en la muerte. Aunque este estado inconsciente es bueno para vosotros, en cierto modo, si todavía no estáis preparados para nacer en estado consciente.
Hacia 1915, el rey de Casi fue operado del abdomen. Fue la primera operación de este tipo que se realizó en el mundo sin anestesia. Estaban presentes tres médicos británicos, que se negaban a realizar la operación sin administrar anestesia, pues decían que era imposible abrir el estómago a una persona durante una hora y media o dos horas para realizar una operación importante sin que el paciente estuviera inconsciente. Era peligroso, pues el paciente podía gritar, moverse, saltar o caerse a causa del dolor insoportable. Podía suceder cualquier cosa. Por ello, los médicos no estaban dispuestos a realizar la operación.
Pero el rey insistió en que no había de qué preocuparse, siempre que él estuviera en estado de meditación, y afirmaba que era capaz de pasar de una hora y media a dos horas en estado de meditación sin dificultad. No estaba dispuesto a tomar anestesia; decía que quería que lo operasen estando consciente. Pero los médicos desconfiaban: creían que era peligroso hacer sufrir tal dolor a una persona consciente. Por fin, como no encontraban otra alternativa, los médicos le pidieron en primer lugar, a modo de experimento, que entrase en estado de meditación. Cuando él estuvo en ese estado, le hicieron un corte en la mano. Él ni siquiera tembló. Sólo dos horas más tarde se quejó de que le dolía la mano. Más tarde, realizaron la operación.
Fue la primera vez en el mundo que unos médicos abrieron el estómago de un paciente durante una hora y media sin administrarle anestesia. Y el rey permaneció plenamente consciente durante toda la operación. Para alcanzar tal estado de conciencia es preciso practicar una meditación profunda. La meditación tiene que ser tan profunda que uno conozca plenamente, sin sombra de duda, que el yo y el cuerpo son independientes. La más mínima identificación con el cuerpo puede ser peligrosa.
La muerte es la mayor operación quirúrgica de todas. Ningún médico ha realizado una operación tan grande. Pues en la muerte existe un mecanismo que trasplanta toda la energía vital, el prana, de un cuerpo físico a otro cuerpo físico. Nadie ha realizado una operación tan espectacular, ni nadie la realizará jamás. Podemos amputar una parte del cuerpo u otra, o trasplantar una parte en otra, pero en el caso de la muerte hay que tomar toda la energía vital de un cuerpo e introducirla en otro.
La naturaleza ha procurado bondadosamente que nos quedemos plenamente inconscientes cuando se produce este fenómeno. Es por nuestro propio bien: quizás no fuésemos capaces de soportar tanto dolor. Es posible que el motivo por el que nos quedamos inconscientes es que el dolor de la muerte es insoportable. Nos interesa quedarnos inconscientes; la naturaleza no nos permite recordar el paso por la muerte.
En todas las vidas repetimos casi los mismos errores que hemos repetido en nuestras vidas anteriores. Si fuésemos capaces de recordar lo que hicimos en las vidas anteriores, quizás no tropezaríamos con las mismas piedras. Y si fuésemos capaces de recordar lo que hicimos en nuestras vidas anteriores, ya no seríamos como somos ahora. Es imposible que siguiésemos siendo los mismos, pues hemos amontonado riquezas una y otra vez y en todas las ocasiones la muerte ha despojado de sentido a esas riquezas. Si fuéramos capaces de recordarlo, quizás no llevaríamos dentro la misma manía por el dinero que hemos llevado hasta ahora. Nos hemos enamorado mil veces, y hemos visto una y otra vez que, a la larga, no tenía sentido. Si fuéramos capaces de recordarlo, desaparecería nuestra manía de enamorarnos y de procurar que se enamoren de nosotros. Hemos sido miles y miles de veces ambiciosos, egoístas; hemos alcanzado el éxito, el alto nivel social, y al final todo ha resultado inútil, todo ha quedado reducido a polvo. Si fuéramos capaces de recordarlo, es posible que nuestra ambición perdiera fuerza, y entonces no seríamos los mismos que somos ahora.
Como no recordamos nuestras vidas anteriores, seguimos moviéndonos casi por un mismo círculo. El hombre no se da cuenta de que ya ha recorrido el mismo círculo muchas veces ni de que lo está volviendo a recorrer con la misma esperanza que lo ha impulsado antes. Después, la muerte frustra todas las esperanzas y vuelve a comenzar el círculo. El hombre se mueve en círculo, como el buey en una noria.
Podemos salvarnos de este daño, pero necesitamos un gran nivel de conciencia y debemos experimentar continuamente. No podemos ponernos a esperar la muerte directamente, porque no es posible hacernos conscientes de pronto, en el transcurso de una operación tan importante, de un trauma tan grande. Tendremos que hacer experimentos poco a poco, con desgracias pequeñas, para descubrir cómo podemos ser conscientes mientras las pasamos.
Por ejemplo, tenemos un dolor de cabeza. Al mismo tiempo nos volvemos conscientes y empezamos a sentir que tenemos un dolor de cabeza, no que la cabeza tiene un dolor. De modo que tendremos que experimentar con el pequeño dolor de cabeza y tendremos que aprender a sentir que “el dolor está en la cabeza y yo soy consciente de él”.
Cuando el Swami Ram visitó América, a la gente le costaba mucho entenderlo al principio. Cuando el presidente de los Estados Unidos le hizo una visita, también se sintió confuso. Preguntó: “¿Qué lengua es ésa?”; porque Ram solía hablar en tercera persona. No decía “Tengo hambre”, sino que decía: “Ram tiene hambre.” No decía: “Me duele la cabeza”, sino “A Ram le duele mucho la cabeza.”
Al principio, a la gente le costaba mucho entenderlo. Por ejemplo, una vez dijo: “Anoche, Ram se estaba helando.” Cuando le preguntaron de quién hablaba, respondió que hablaba de Ram. Cuando le preguntaron: “¿De qué Ram?”, dijo, señalándose a sí mismo: “De éste Ram: el pobre se estaba helando de frío anoche. Nos reíamos y le preguntábamos: “¿Cómo va el frío, Ram?”
Decía: “Ram estaba paseando por la calle y algunas personas se pusieron a insultarlo. Nos reímos a carcajadas y dijimos: “¿Qué te parecen los insultos, Ram? Si buscas honra, es fácil que te encuentres con insultos”. Cuando le preguntaban: “¿De quién habla? ¿Quién es ese Ram?”, se señalaba a sí mismo.
Tendréis que empezar por hacer experimentos con desgracias de tipo menor. Os las encontraréis todos los días de la vida; están presentes todos los días. No sólo las desgracias: tendréis que incluir también la felicidad en el experimento, porque es más difícil ser conscientes en la felicidad que en la desgracia. No es tan difícil conocer que nuestra cabeza y el dolor que hay en ella son dos cosas independientes, pero es más difícil conocer que ”el cuerpo es independiente, y la alegría de estar sano también es independiente de mí; yo tampoco soy eso”. Es difícil mantener este distanciamiento cuando estamos sanos, pues en los momentos de felicidad nos gusta estar próximos a ésta. En los momentos de desgracia es evidente que nos gusta sentirnos independientes, apartados de ella. Si llegase a quedar claro que el dolor es independiente de nosotros, querríamos que siguiera así para estar liberados del dolor.
Tendréis que experimentar el modo de manteneros conscientes tanto en la desgracia como en la felicidad. El que realiza tales experimentos suele provocarse desgracias para vivirlas. Éste es, en esencia, el secreto de todo ascetismo: es un experimento en el cual se sufre un dolor voluntario. Por ejemplo, una persona realiza un ayuno. A base de pasar hambre, intenta descubrir el efecto del hambre sobre su conciencia. En general, la persona que realiza un ayuno no tiene la menor idea de lo que hace: lo único que sabe es que tiene hambre, y espera con avidez su comida del día siguiente.
El propósito fundamental del ayuno es sentir que “el hambre está aquí, pero está lejos de mí. El cuerpo tiene hambre, yo no.” Así pues, induciendo voluntariamente el hambre, uno intenta saber, desde dentro, si el hambre está allí. “Ram tiene hambre; yo no tengo hambre. Sé que el hambre está allí, y éste deberá ser un conocimiento continuado hasta que yo llegue a un punto en que se produzca un distanciamiento entre el hambre y yo, en el que yo ya no tenga hambre: aun dentro del hambre yo ya no tengo hambre. Sólo el cuerpo sigue teniendo hambre, y yo lo sé. Yo ya no soy más que uno que lo sabe.” Entonces, el significado del ayuno se vuelve muy profundo; por tanto, ya no significa simplemente pasar hambre.
Normalmente, el que emprende un ayuno se repite las veinticuatro horas del día que tiene hambre, que no ha comido nada aquel día. Su mente no deja de albergar fantasías y planes sobre lo que comerá al día siguiente. Los ayunos de este tipo no tienen sentido. Por consiguiente, no son más que abstenerse de comer. La diferencia entre abstenerse de comer y practicar el ayuno, el upavas, es la siguiente: el ayuno significa residir cada vez más cerca. ¿Más cerca de qué? Significa acercarse al yo produciendo un distanciamiento del cuerpo.
La palabra “upavas” no significa abstenerse de comer. “Upavas” significa residir cada vez más cerca. ¿Más cerca de qué? Significa residir más cerca del yo, residir más cerca del yo y más lejos del cuerpo. También es posible que una persona coma pero se mantenga en el estado de ayuno. Si, mientras come, sabe dentro de sí que el acto de comer tiene lugar en otra parte y que la conciencia es totalmente independiente del acto, entonces es upavas. Y también es posible que una persona no esté ayunando de verdad. Aunque se haya privado de la comida; pues puede suceder que esté demasiado consciente de tener hambre, que se esté muriendo de hambre. Upavas es una conciencia psicológica de la separación del yo y el estado físico del hambre.
También se pueden provocar voluntariamente otros dolores similares, pero la provocación de estos dolores es un experimento muy profundo. Un hombre puede tumbarse sobre un lecho de espinos sólo para sentir que los espinos sólo pinchan el cuerpo, y no su yo. Así, es posible provocar una desgracia para sentir la disociación de la conciencia con respecto al plano físico.
Pero en el mundo ya aparecen bastantes desgracias sin que las provoquemos: no hace falta que provoquemos ninguna más. Ya disponemos de muchas desgracias: debemos empezar a experimentar con ellas. Las desgracias aparecen sin ser provocadas, en todo caso. Si podemos mantener la conciencia de que “soy independiente de mi dolor” durante la desgracia que viene sin ser provocada, entonces el sufrimiento se convierte en un sadhana, en una disciplina espiritual.
Tendremos que seguir practicando este sadhana aun con la felicidad que se ha presentado por sí misma. Con el sufrimiento, es posible que consigamos engañarnos a nosotros mismos, porque nos gustaría creer que “yo no soy el dolor”. Peri, por lo que respecta a la felicidad, el hombre quiere identificarse con ella, porque ya cree que “soy feliz”. Por eso, el sadhana es más difícil todavía de practicar con la felicidad.
En realidad, nada es más difícil que sentir que somos independientes de nuestra felicidad. En la práctica, al hombre le gusta sumergirse por completo en la felicidad y olvidarse que es independiente de ella. La felicidad nos inunda; la desgracia nos desconecta y nos separa del yo. Llegamos a creer, de algún modo, que nuestra identificación con el sufrimiento se debe únicamente a que no nos queda ninguna otra elección, pero damos la bienvenida a la felicidad con todo nuestro ser.
Sed conscientes en el dolor que os llegue; sed conscientes en la realidad que os llegue; y, de vez en cuando, a modo de experimento, sed conscientes también en el dolor provocado, porque en él las cosas son un poco diferentes. Nunca podemos identificarnos plenamente con nada que nos provoquemos voluntariamente. El conocimiento mismo de que es algo provocado genera un distanciamiento. El huésped que se presenta en vuestra casa no es de la casa: es un huésped. Del mismo modo, cuando provocamos el sufrimiento como huésped, ya es algo que está distanciado de nosotros.
Caminando descalzos, y el dolor nos clava una espina en el pie. Es un accidente, y el dolor será abrumador. Este accidente desgraciado es diferente del que se produce cuando tomamos voluntariamente una espina y nos la clavamos en el pie, sabiendo en cada momento que nos estamos atravesando el pie con la espina y que estamos observando el dolor. No os digo que hagáis tal cosa, que os torturéis a vosotros mismos: ya existen bastantes sufrimientos. Lo que quiero decir es lo siguiente: en primer lugar, estad atentos, tanto en el sufrimiento como en la felicidad; más tarde, algún día, provocaos alguna desgracia y ved cuanto podéis distanciar de ella vuestra conciencia.
Recordadlo: el experimento de provocar la desgracia es muy significativo, porque todo el mundo quiere provocar la felicidad, pero nadie quiere provocar la desgracia. Y lo interesante es que la desgracia que no deseamos viene por sí misma, y que la felicidad que buscamos no llega nunca. Aun cuando llega por casualidad, se queda fuera de nuestra puerta. La felicidad a la que llamamos no llega nunca, mientras que la felicidad que no pedimos nunca entra en casa por sí sola. Cuando una persona hace acopio de la fuerza suficiente para provocarse la desgracia, eso quiere decir que es tan feliz que puede provocarse una desgracia. Es tan bienaventurado que no le resulta difícil provocarse una desgracia. Ahora puede pedir a la desgracia que venga y que se quede.
Pero éste no es un experimento muy profundo. Mientras no estemos preparados para emprender tal experimento, debemos intentar ser conscientes de todo sufrimiento que nos llegue por sí mismo. Si nos hacemos más y más conscientes cada vez que nos crucemos con la desgracia, haremos acopio de la capacidad suficiente para mantenernos conscientes incluso cuando nos llegue la muerte. En ese momento la naturaleza nos permitirá que permanezcamos despiertos también en la muerte. La naturaleza sabe que si el hombre es capaz de permanecer consciente en el dolor, también puede mantenerse consciente en la muerte. Nadie es capaz de mantenerse consciente en la muerte sin preparación, sin haber vivido una experiencia previa de ese tipo.
Hace algunos años murió un hombre llamado P.D. Ouspensky. Era un gran matemático ruso. Es la única persona que ha realizado en este siglo una amplia serie de experimentos relacionados con la muerte. Tres meses antes de morir cayó gravemente enfermo. Los médicos le recomendaron que guardase cama, pero, a pesar de ello, realizó un trabajo tan increíble que resulta inimaginable. No dormía por las noches, viajaba, caminaba, corría, siempre estaba moviéndose. Los médicos estaban escandalizados: le decían que necesitaba descanso absoluto. Ouspensky reunió a su lado a todos sus amigos íntimos, pero no les dijo nada.
Los amigos que convivieron con él en sus tres últimos meses de vida, dijeron más tarde que habían visto por primera vez, ante sus propios ojos, a un hombre que aceptaba la muerte en estado consciente. Le preguntaron por qué no seguía los consejos de los médicos. Ouspensky respondió: “Quiero conocer el dolor de todo tipo, no sea que el dolor de la muerte sea tan grande que me deje inconsciente. Quiero pasar por todos los dolores antes de la muerte, para adquirir una resistencia que me permita estar completamente consciente cuando llegue la muerte.” De modo que, durante tres meses, realizó un esfuerzo ejemplar por pasar todo tipo de dolores.
Sus amigos han dejado escrito que cuando los más sanos y fuertes se cansaban, Ouspensky seguía en actividad. Los médicos insistían en que necesitaba reposo absoluto, pues de lo contrario podía sufrir grandes daños, pero él no hacía caso. La noche en que murió Ouspensky, no dejaba de pasearse por su habitación. Los médicos que lo examinaron anunciaron que sus piernas ya no tenían la fuerza necesaria para andar; pero él siguió caminando toda la noche.
Decía: “Quiero morir caminando, pues si muero sentado puedo quedarme inconsciente, o si muero dormido puedo quedarme inconsciente.” Mientras caminaba, decía a sus amigos: “Un poco más: diez pasos más, y todo habrá terminado. Me estoy hundiendo, pero seguiré caminando hasta que haya dado mi último paso. Quiero seguir haciendo algo hasta el final; de lo contrario, la muerte podrá encontrarme desprevenido. Podría relajarle y quedarme dormido, y no quiero que me pase esto en el momento de la muerte.”
Ouspensky murió mientras daba su último paso. Muy pocas personas en el mundo han muerto así, andando. Cayó andando, es decir, que sólo cayó al suelo cuando se produjo su muerte. Mientras daba su último paso, decía: “Esto es: éste es mi último paso. Ahora estoy a punto de caer. Pero antes de marcharme quiero deciros que he soltado mi cuerpo hace mucho tiempo. Ahora veréis la liberación de mi cuerpo, pero yo he visto hace mucho tiempo que el cuerpo ha caído y yo sigo existiendo. Ahora sólo caerá el cuerpo: yo no puedo caer de ninguna manera.”
En el momento de su muerte, sus amigos vieron una especie de luz en sus ojos. Se hizo visible una paz, una alegría y un resplandor que se dejan ver cuando alguien está en el umbral del otro mundo. Pero uno debe prepararse para esto, debe practicar una preparación continua. Cuando una persona se prepara plenamente, la muerte se convierte en una experiencia maravillosa. No existe otro fenómeno tan valioso como éste, pues lo que se revela en el momento de la muerte no se puede conocer de ninguna otra manera. Entonces, la muerte parece una amiga, pues sólo cuando acontece la muerte, y no antes, podemos conocer que somos un organismo vivo.
Recordadlo: cuanto más oscura es la noche, más brillan las estrellas. Cuando las nubes son oscuras, el rayo destaca sobre ellas como un hilo de plata. Del mismo modo, el centro mismo de la vida se manifiesta con toda su gloria cuando la muerte en su plenitud nos rodea por todas partes, y no antes. La muerte nos rodea como la oscuridad, y dentro de ella, el centro mismo de la vida, al que podemos llamar atman, el alma, brilla con su esplendor pleno; la oscuridad que lo rodea lo hace luminoso. Pero en ese momento nos quedamos inconscientes. En el momento mismo de la muerte, que podía ser de otro modo el momento en que conociésemos nuestro ser, nos quedamos inconscientes. Por eso, tendremos que prepararnos para elevar nuestra conciencia. La meditación es esa preparación.
La meditación es un experimento sobre el modo en que uno alcanza una muerte gradual, voluntaria. Es un experimento sobre el modo en que uno se traslada a su interior y abandona después el cuerpo. Si una persona practica la meditación a lo largo de la vida, alcanzará la meditación total en el momento de la muerte.
Cuando se produce la muerte en estado pleno de conciencia, el alma de la persona realiza su nacimiento siguiente en estado pleno de conciencia. Por tanto, el primer día de su nueva vida no es un día de ignorancia, sino de conocimiento pleno. Incluso en el vientre de su madre está plenamente consciente. El que ha muerto en estado de conciencia sólo puede nacer una vez más, porque el que ha conocido lo que es el nacimiento, lo que es la muerte y lo que es la vida, alcanza la libración.
Al que ha nacido en estado de conciencia lo hemos llamado avatara, tirthankara, Buda, Jesús, Krishna. Y lo que distingue a éstos del resto de nosotros es la conciencia. Ellos están despiertos y nosotros estamos dormidos. Por haber nacido conscientemente, éste se convierte en su último viaje sobre la tierra. Tienen algo que nosotros no tenemos; tienen algo que ellos procuran incansablemente traernos a nosotros. La diferencia entre los despiertos y nosotros es, sencillamente, la siguiente: su última muerte y el nacimiento posterior tuvo lugar en un estado de conciencia: por eso viven toda su vida en estado de conciencia.
Las gentes del Tíbet practican un pequeño experimento llamado “el Bardo.” Es un experimento muy valioso que sólo se realiza en el momento de la muerte. Cuando alguien está a punto de morir, sus conocidos se reúnen a su alrededor y le hacen practicar el Bardo. Pero sólo al que ha practicado la meditación durante toda su vida se le puede hacer seguir el Bardo; de lo contrario, es imposible. En el experimento del Bardo, en cuanto muere la persona, se le indica desde el exterior que debe mantenerse plenamente despierta. Se le dice que siga observando lo que pasa a continuación, pues muchas veces pasan en ese estado cosas que la persona que está muriendo no es capaz de comprender. No es fácil entender a primera vista los fenómenos nuevos.
Si una persona es capaz de mantenerse consciente tras la muerte, durante cierto tiempo no sabrá que está muerta. Sólo llegará a saber con seguridad que está muerta cuando los demás se lleven su cadáver y se dispongan a incinerarlo en la pira funeraria; pues, en realidad, nada muere dentro: sólo se produce un distanciamiento. Este distanciamiento no se ha conocido nunca en vida. La experiencia es tan nueva que no es posible comprenderla por una definición convencional. La persona siente, simplemente, que algo se ha separado. Pero ha muerto algo, y eso sólo lo comprende cuando todos los que la rodean se ponen a llorar y a lamentarse, se inclinan sobre su cadáver llenos de dolor y se disponen a llevarse el cadáver para incinerarlo.
Si incineramos el cadáver tan pronto, es por un motivo. Quemamos o incineramos el cadáver en cuanto podemos para asegurarnos de que el cuerpo está muerto, de que se reduce a cenizas. Pero la persona sólo puede saberlo si ha muerto en estado consciente; la persona que muere en estado inconsciente no puede saberlo. Así pues, para que la persona que practica el Bardo vea quemarse su cuerpo, se le indica: “Mira bien cómo arde tu cuerpo. No huyas ni te apartes apresuradamente. Cuando la gente se lleve tu cuerpo para incinerarlo, no dejes de acompañarlos y de estar allí presente. Contempla con perfecta atención la cremación de tu cuerpo, para que la próxima vez no te apegues al cuerpo físico.”
Cuando vemos que algo se quema y se reduce a cenizas, nuestro apego hacia ello desaparece. Naturalmente, los demás verán la cremación de vuestro cuerpo, pero si vosotros la veis también, perderéis todo apego hacia él. Normalmente, en novecientos noventa y nueve casos de cada mil, la persona está inconsciente en el momento de la muerte: no tiene ningún conocimiento de ella. En el caso restante, de cada mil en el que está consciente, evita ver cómo se quema su cuerpo; huye del lugar de la cremación. Por eso, en el Bardo se le dice: “Mira: no te pierdas la oportunidad. Observa la cremación de tu cuerpo; contémplala de una vez por todas. Mira cómo se destruye por completo aquello con lo que has estado identificado tu yo. Mira cómo se reduce completamente a cenizas, para que en tu próximo nacimiento recuerdes quién eres.”
En cuanto la persona muere, entra en un mundo nuevo del que no sabemos nada. Ese mundo puede parecernos temible y terrorífico porque no es semejante ni distinto de ninguna de nuestras vivencias. En realidad, no tiene relación alguna con la vida en la Tierra. Enfrentarse a este mundo nuevo es más temible que lo que tendría que pasar un hombre que se encontrase en un país desconocido, donde no conociera a nadie, ni entendiera la lengua ni las costumbres. Evidentemente, se sentirá muy perturbado y confuso.
El mundo en el que vivimos es un mundo de cuerpos físicos. Cuando dejamos este mundo comienza el mundo incorpóreo, un mundo que no hemos conocido nunca. Y este mundo puede darnos miedo, porque es diferente de cualquiera de nuestras vivencias. En nuestro mundo, por extraño que sea el lugar donde estemos, por diferentes que sean de nosotros los habitantes y sus modos de vida, siempre existirá un vínculo entre ellos y nosotros: es un mundo de seres humanos. Entrar en el mundo de los espíritus incorpóreos puede ser una experiencia increíblemente terrorífica.
Normalmente, la pasamos en un estado inconsciente, por lo cual no la advertimos. Pero el que pasa por ella en estado consciente sufre grandes dificultades. Por eso, en el Bardo se intenta explicar a la persona qué tipo de mundo será, qué pasará allí, con qué seres se encontrará. Sólo los que han practicado la meditación profunda pueden ser guiados a lo largo de este experimento; de otro modo, es imposible.
Últimamente he tenido frecuentemente la impresión de que podemos realizar el experimento del Bardo, en una manera u otra, con nuestros amigos que practican la meditación. Pero esto sólo es posible cuando han entrado en la meditación profunda; de lo contrario, ni siquiera serían capaces de oír lo que se les dice. No serían capaces de oír lo que se les dice en el momento de la muerte, ni de seguir lo que se les explica. Para seguir lo que se dice se necesita una mente muy silenciosa y muy vacía. Cuando la conciencia empieza a desvanecerse y a desaparecer, y cuando empiezan a desatarse todos los vínculos terrenales, sólo una mente muy silenciosa es capaz de oír los mensajes que se transmiten desde este mundo; si no es muy silenciosa, no será capaz de oírlos.
Recordarlo: esto sólo se puede hacer con respecto a la muerte; nada puede hacerse con respecto al nacimiento. Pero cualquier cosa que hagamos con respecto a la muerte afectará también, en consecuencia, a nuestro nacimiento. Nacemos en el mismo estado en que morimos.
El que ha despertado elige libremente un vientre. Esto demuestra que nunca elige nada ciega e inconscientemente. Elige a sus padres, del mismo modo que el hombre rico elige la casa donde vive. El pobre no puede elegir casa a su gusto. Necesitamos de cierta capacidad para poder elegir. Necesitamos de cierta capacidad para comprar una casa. El pobre nunca elige su casa. Podríamos decir; en realidad, que la casa elige al pobre: una casa pobre elige a un inquilino pobre. El millonario decide dónde quiere residir, cómo ha de ser el jardín, dónde han de estar situadas las puertas las ventanas, si la luz del sol ha de entrar por el este o por el oeste, cómo debe estar dispuesta la ventilación, qué amplitud ha de tener la casa… lo decide todo.
El que ha despertado elige un vientre para sí mismo: ésa es su decisión. Los personajes como Mahavira o Buda no nacen en cualquier parte ni en cualquier momento. Nacen después de considerar todas las posibilidades: cómo será el cuerpo y qué padres lo concebirán; cómo será la energía y qué poder tendrá ésta; de qué facilidades dispondrá. Nacen después de estudiar todo esto. Tienen claro lo que han de elegir, dónde deben ir. Desde el día en que nacen viven la vida que han elegido.
La alegría de vivir una vida elegida por uno mismo es completamente diferente, pues la libertad comienza por tener una vida elegida por nosotros mismos. No puede haber una alegría del mismo tipo en una vida que se nos entrega, pues entonces se convierte en servidumbre. En estos casos, simplemente somos empujados a la vida, y entonces lo que suceda, sucede: la persona no influye para nada al respecto.
Si se hace posible tal despertar, entonces se puede hacer, decididamente, esa elección. Si el nacimiento mismo sucede por elección nuestra, entonces podemos vivir el resto de nuestras vidas a nuestra elección. Así pues, podemos vivir como un jivan-mukta. El que muere en estado despierto nace en estado despierto, y entonces vive su vida en estado de liberación.
Oímos con frecuencia la palabra “jivan-mukta”, aunque quizás no sepamos lo que quiere decir: “Jivan-mukta” es el que nace en estado despierto: sólo esa persona puede ser un jivan-mukta. La persona que no lo es puede trabajar toda su vida por conseguir la liberación, pero sólo puede alcanzar la liberación en su vida siguiente: no será libre en esta vida. Para ser jivan-mukta en esta vida, la persona debe disponer de la libertad de elegir desde el día mismo de su nacimiento. Y esto sólo es posible cuando la persona ha alcanzado la conciencia plena en el momento de la muerte al final de su vida anterior.

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De: The_dark_crow_v301 Enviado: 20/03/2006 16:18
Pero esto no es lo que nos ocupa de momento. La vida está aquí; todavía no ha llegado la muerte, de momento. Ha de llegar con seguridad: nada es más seguro que la muerte. Podemos dudar de otras cosas, pero no cabe duda alguna con respecto a la muerte. Algunas personas dudan de Dios; otras dudan del alma, pero jamás habréis conocido a nadie que dude de la muerte. Es inevitable; ha de venir con toda seguridad; ya está en camino. Se aproxima más y más a cada instante. Podemos aprovechar los momentos que nos quedan antes de la muerte para despertar. La meditación es una técnica que conduce a ese fin. En estos tres días intentaré ayudaros a comprender que la meditación es la técnica que conduce a ese mismo despertar.

Un amigo ha preguntado: ¿Qué relación hay entre la meditación y el jati-smaran, el recuerdo de las vidas anteriores?

“J
ATI-SMARAN” SIGNIFICA: “El método para recordar las vidas anteriores.” Es una manera de recordar nuestras existencias pasadas. Es una forma de meditación. Es una aplicación concreta de la meditación. Por ejemplo, alguien podría preguntarnos: “¿En qué se diferencia un río de un canal?” Le responderíamos que el canal es una aplicación concreta del río: bien planeado, controlado y sistematizado. El río es caótico, incontrolado. También llegará a alguna parte, pero su destino es incierto. El destino del canal está garantizado.
La meditación es como un río grande; llegará al mar; es seguro que ha de llegar al mar. La meditación con toda seguridad os llevará hasta Dios. Pero también existen otras aplicaciones intermedias de la meditación. Estas aplicaciones intermedias pueden llevarse, como pequeños afluentes, a los canales de la meditación. El jati-smaran es uno de estos métodos auxiliares de meditación. También podemos canalizar el poder de la meditación hacia nuestras vidas anteriores; la meditación no es más que centrar la atención. Pueden existir aplicaciones en las que uno centra su atención sobre un objeto dado, y una de estas aplicaciones es el jati-smaran: centrarse en los recuerdos, en estado latente, de las vidas anteriores.
Recordadlo: los recuerdos no se borran jamás; un recuerdo siempre se queda en estado latente, o sale a la luz. Pero el recuerdo en estado latente parece borrado. Si yo os pregunto qué hicisteis el 1° de enero del año 1950, no seréis capaces de responderme. Eso no quiere decir que no hayáis hecho nada en ese día. Pero, de pronto, el día primero de enero de 1950 parece un vacío total. No pudo estar vacío: estuvo lleno de actividad. Pero hoy parece un vacío. Del mismo modo, el día de hoy se convertirá también en un vacío mañana. Dentro de diez años no quedará ningún rastro del día de hoy.
Así pues, no es que el día primero de enero de 1950 no haya existido, ni que vosotros no existierais aquel día: lo que quiero dar a entender es que, dado que sois incapaces de recordar aquel día, ¿cómo podéis creer que existió verdaderamente? Pero sí existió, y hay una manera de saberlo. La meditación también puede centrarse en esa dirección. Descubriréis con sorpresa que en cuanto la luz de la meditación recaiga sobre ese día, éste os parecerá más vivo que nunca.
Imaginad, por ejemplo, que una persona está en un cuarto oscuro dirigiendo de un lado a otro la luz de un foco. Cuando dirige la luz hacia la izquierda, la parte derecha se queda a oscuras, pero no desaparece nada a la derecha. Cuando dirige la luz hacia la derecha, la parte derecha cobra vida de nuevo, pero la parte izquierda queda oculta en la oscuridad.
La meditación tiene un centro de enfoque, y si queremos canalizarla en una dirección concreta debemos utilizarla como un foco. Pero si queremos dirigir la meditación hacia lo divino, entonces debemos aplicar la meditación como una lámpara. Procurad entender bien esto.
La lámpara no tiene centro de enfoque propio: no está enfocada. La lámpara se limita a arrojar una luz que se difunde a su alrededor. A la lámpara no le interesa iluminar en una dirección o en otra: todo lo que caiga dentro del radio de su luz se ilumina. Pero un foco es como una lámpara enfocada.
Con el foco disponemos de toda la luz para dirigirla en una dirección determinada. Así pues, es posible que con una lámpara los objetos se hagan visibles pero difusos, y que para verlos claramente tengamos que concentrar toda la luz en un solo punto; se convierte en un foco. Entonces el objeto se vuelve claramente visible, pero los demás objetos se pierden de vista. En la práctica, si una persona quiere ver claramente un objeto, tendrá que enfocar su meditación total en una sola dirección y dejar a oscuras el resto.
El que quiera conocer directamente la verdad de la vida desarrollará su meditación como una lámpara: ése será su propósito único. Y, en realidad, el único propósito de la lámpara es verse a uno mismo; basta con que brille lo bastante para esto, y no hace falta nada más. Pero si debemos dar una aplicación especial a la lámpara, tal como recordar las vidas pasadas, entonces será preciso canalizar la meditación en una dirección determinada.
Voy a compartir con vosotros dos o tres indicaciones sobre el modo de canalizar la meditación en esa dirección. No os daré todas las indicaciones porque lo más probable es que a muy pocos de vosotros os interese aplicarlas, y si a alguno le interesa puede hablar personalmente conmigo. Citaré, pues, dos o tres indicaciones que en realidad no os permitirán experimentar con el recuerdo de las vidas anteriores, pero que os darán ciertas nociones. No lo expondré todo porque no es recomendable para todos experimentar con esta idea. Por otra parte, este experimento puede poneros en peligro en muchos casos.
Voy a contaros un incidente para que os quede claro lo que os digo. Una profesora estuvo practicando la meditación conmigo durante dos o tres años. Ella insistía mucho en experimentar con el jati-smaran, en conocer su vida anterior. Yo la ayudé a realizar el experimento; pero también le advertí de que sería mejor que no lo realizase hasta que no hubiera desarrollado plenamente su meditación, de lo contrario podía ser peligroso.
Los recuerdos de una sola vida ya son difíciles de soportar por sí solos. Si los recuerdos de las tres o cuatro vidas anteriores salvan la barrera e inundan a la persona, ésta puede volverse loca. Por eso, la naturaleza ha dispuesto las cosas de tal manera que siempre olvidamos el pasado. La naturaleza nos ha provisto de la capacidad de olvidar más de lo que recordamos, para que nuestra mente no tenga una carga mayor de la que puede soportar. La carga mayor sólo se puede soportar cuando ha aumentado la capacidad de nuestra mente, y si el peso de estos recuerdos recae sobre nosotros antes de haber aumentado esta capacidad, entonces empiezan los problemas. Pero ella insistía. No tenía en cuenta mis consejos y emprendió el experimento.
Cuando la invadió por fin la inundación de los recuerdos de su vida anterior, vino corriendo a verme hacia las dos de la madrugada. Estaba hecha un lío; estaba muy angustiada. Me dijo: “Esto tiene que parar de alguna manera. No quiero ver nunca ese aspecto de las cosas.” Pero no es tan fácil detener la marea de los recuerdos cuando se ha desbordado. En muy difícil cerrar la puerta cuando la han tirado abajo: la puerta no sólo se abre, sino que se rompe. Aquello duró unos quince días: sólo al cabo de ese tiempo cesó la oleada de recuerdos. ¿Cuál era el problema?
Aquella señora solía afirmar que era muy piadosa, que era una mujer de virtud impecable. Cuando se encontró con el recuerdo de su vida anterior, en la que había sido una prostituta, y cuando empezaron a salir a la luz las escenas de su prostitución, todo su ser se estremeció. Toda su moralidad sobre su vida presente se trastornó.
En las revelaciones de este tipo, no es como si las visiones pertenecieran a otro: la misma mujer que pasaba por casta se veía a sí misma como una prostituta. Suele suceder que las personas que se han prostituido en una vida anterior se vuelven profundamente virtuosas en la vida siguiente: es una reacción ante el sufrimiento de la vida anterior. Es el recuerdo del dolor y del daño de la vida anterior lo que la convierte en una mujer muy casta.
Suele suceder que las personas que fueron pecadoras en vidas anteriores se vuelven religiosas en esta vida. Por eso, existe una relación bastante profunda entre los pecadores y los religiosos. Suele producirse una reacción de este tipo, y ello se debe a que lo que llegamos a conocer nos hace daño y, por ello, nos pasamos al extremo opuesto.
El péndulo de nuestra mente no deja de moverse hacia el lado opuesto. En cuanto el péndulo llega a la izquierda oscila de nuevo hacia la derecha. Apenas ha tocado la derecha cuando vuelve a oscilar hacia la izquierda. Cuando veáis que el péndulo de un reloj se mueve hacia la izquierda, no dudéis de que está acopiando la energía suficiente para volver a dirigirse hacia la derecha: llegará a desplazarse hacia la derecha tanto como se desplazó hacia la izquierda. Del mismo modo suele suceder en la vida: la persona virtuosa se convierte en pecadora, y el pecador se vuelve virtuoso.
Esto es muy corriente: estás oscilaciones se producen en las vidas de todos. No creáis que es regla general que el que ha llegado a la santidad en esta vida ha debido de ser también un santo en su vida anterior. No necesariamente es así. Lo que se cumple necesariamente es exactamente lo contrario: está cargado del dolor de lo que tuvo que pasar en su vida anterior y ha girado en el sentido opuesto.
He oído contar lo siguiente:

U
NA VEZ VIVÍA UN RELIGIOSO ante la casa de una prostituta. Ambos murieron el mismo día. Pero el alma de la prostituta había de subir al cielo, y la del religioso había de bajar al infierno. Los emisarios que habían llegado para llevárselos estaban muy desconcertados. No dejaban de preguntarse: “¿Qué ha pasado? ¿Es un error? ¿Por qué debemos llevar al religioso al infierno? ¿No era un religioso?
El más sabio de ellos dijo: “Era un religioso, en efecto, pero envidiaba a la prostituta. Siempre pensaba en las fiestas que organizaba en su casa y en los placeres que se disfrutaban allí. Las notas de la música que llegaban hasta su casa lo afectaban en lo más hondo. Ningún admirador de la prostituta que la contemplase sentado ante ella se conmovía tanto como él, que escuchaba los sonidos que salían de la casa de ella, las notas de los cascabeles que ella se ponía en los tobillos para bailar. Toda su atención estaba centrada en aquel lugar. Aun cuando adoraba a Dios, tenía atentos los oídos a los sonidos que salían de casa de ella.
“¿Y la prostituta? Mientras languidecía en el pozo de la desgracia, siempre se preguntaba por las bienaventuranzas desconocidas en que vivía el religioso. Cuando lo veía cargado de flores para el culto de la mañana, ella se preguntaba: “¿Cuándo seré digna de llevar flores para el culto del templo? Soy tan impura que apenas tengo valor para entrar siquiera en el templo.” El humo del incienso, el brillo de las lámparas, los sonidos del culto, arrebataban a la prostituta y la hacían caer en una especie de meditación, de lo que no era capaz el religioso. La prostituta siempre soñaba con la vida del religioso, y el religioso siempre anhelaba los placeres de la prostituta.”

El recuerdo de la vida anterior dará la vuelta por completo a nuestra vida actual, porque ya no seréis capaces de vivir como vivisteis en vuestra vida anterior. En vuestra vida anterior tenías la opinión (e incluso ahora persiste esa opinión) de que el éxito y la felicidad grande se conseguían a base de labrar una fortuna. Lo que veréis primero en vuestra vida anterior será vuestro estado de infelicidad, antes de que veáis cómo ganasteis esa fortuna. Así veréis claramente que el hecho de ganar una fortuna, en lugar de ser una fuente de felicidad, os condujo en realidad a la infelicidad; y veréis que la amistad os condujo a la enemistad; que lo que tomabais por amor se convirtió en odio, y que lo que creías que era una unión se convirtió en separación. Entonces veréis por primera vez las cosas en su perspectiva correcta, con su trascendencia completa. Y estas consecuencias cambiarán vuestra vida, cambiarán por completo el modo en que vivís ahora. Será una situación completamente diferente.

H
E OÍDO CONTAR QUE UN HOMBRE fue a visitar a un monje y le dijo:
-Le agradecería mucho que me aceptase como discípulo.
El monje se negó. El hombre le preguntó por qué no quería tomarlo como discípulo. El monje respondió:
-En mi nacimiento anterior tuve discípulos que se convirtieron más tarde en enemigos míos. Lo he visto todo, y ahora sé que tener discípulos es ganarse enemigo, que hacer amigos es sembrar las simientes de la enemistad. Ahora no quiero ganarme enemigos, para lo cual no tengo ningún amigo. Sé que basta con estar solo. Acercarnos a una persona equivale, en cierto modo, a alejarla de nosotros.

E
L BUDA HA DICHO QUE EL ENCUENTRO con lo que nos agrada produce alegría, y que la despedida de lo que no nos agrada también produce alegría; que la despedida del ser querido que amamos nos produce dolor; y que el encuentro con el ser no querido también nos produce dolor. Así se creía y así se entendía. Pero más tarde llegamos a comprender que aquel al que llamamos el ser querido puede convertirse en el ser no querido, y que aquel al que considerábamos el ser no querido puede convertirse en el ser querido. Así, con la evocación de los recuerdos pasados, las situaciones existentes cambiarán radicalmente; se verán desde un punto de vista completamente diferente.
Estas evocaciones son posibles, aunque no son ni necesarias ni inevitables; y en algunas ocasiones estos recuerdos también pueden aparecer de improviso cuando practicamos la meditación. Si los recuerdos de las vidas pasadas llegan a presentarse de pronto (sin estar practicando ningún experimento; simplemente, en vuestra meditación normal), no os intereséis demasiado por ellos. Limitaos a mirarlos, a ser testigo de ellos; pues, normalmente, la mente es incapaz de soportar de pronto una turbulencia tan grande. Si uno intenta aguantarla, corre el claro peligro de volverse loco.
Una vez me trajeron a una niña que tenía unos once años y que, inesperadamente, había recordado tres de sus vidas anteriores. No había experimentado con nada: pero a veces se producen errores. Éste fue un error por parte de la naturaleza, y no una bendición que ésta otorgase a la niña: de algún modo, la naturaleza se había equivocado en su caso. Es como si alguien tuviera tres ojos o cuatro brazos: es un error. Cuatro brazos serían mucho más débiles que dos brazos; cuatro brazos no podrían funcionar tan bien como dos. El cuerpo con cuatro brazos sería más débil, no más fuerte.
De modo que la niña, de once años, recordaba tres vidas anteriores, y su caso se estudió mucho. En su última vida anterior había vivido a unos ciento treinta kilómetros de donde yo vivo ahora, y en aquella vida había muerto a los sesenta años de edad. Las personas con las que vivió entonces viven ahora en mi ciudad, y ella los reconocía a todos. Entre una multitud de millares de personas fue capaz de reconocer a sus antiguos parientes: a su propio hermano, a sus hijas, a sus nietos, a sus hijas y a sus yernos. Fue capaz de reconocer a sus parientes lejanos y a contar muchas cosas de ellos que ellos mismos habían olvidado.
Su hermano mayor vive todavía. Tiene en la frente la cicatriz de una herida pequeña. Yo pregunté a la niña si sabía algo acerca de aquella cicatriz. La niña se rió y dijo: “Ni siquiera mi hermano lo sabe. Que él te diga cuándo y cómo se hizo aquella herida.” El hermano no era capaz de recordar cuándo se había hecho la herida. Dijo que no tenía la menor idea.
La niña dijo: “El día de su boda, mi hermano se cayó del caballo del cortejo nupcial. Tenía entonces diez años.” Los ancianos del pueblo confirmaron el relato, pues recordaban que, en efecto, el hermano se había caído del caballo. Y el hombre no recordaba aquel suceso. La niña mostró también un tesoro que había enterrado en la casa en la que había vivido en su vida anterior.
En aquella vida anterior había muerto a los sesenta años de edad, y en la vida anterior a aquella había nacido en un pueblo de la región de Assam. En aquella vida había muerto a los siete años. No sabía el nombre del pueblo ni su dirección, pero conocía la lengua de Assam, tal como la podía hablar una niña de siete años. También sabía bailar y cantar como una niña de siete años. Se hicieron muchas pesquisas, pero no fue posible localizar a la que fue su familia en aquella vida.
La niña tiene una experiencia vital de un total de sesenta y siete años, además de sus once años en esta vida. Tiene los ojos de una mujer de sesenta y cinco a setenta y ocho años, aunque en realidad sólo tiene once años. No puede jugar con las niñas de su edad, porque se siente demasiado vieja. Lleva consigo los recuerdos de setenta y ocho años; se ve a sí misma como una mujer de setenta y ocho años. No puede ir a la escuela porque, a pesar de que tiene once años, le parece que el maestro podría ser su hijo. Así pues, aunque su cuerpo sólo tiene once años, su mente y su personalidad son los de una mujer de setenta y ocho años. No es capaz de jugar ni de divertirse como hacen las niñas; sólo le interesan las cosas serias de las que suelen hablar las ancianas. Sufre mucho; está llena de tensión. Su cuerpo y su mente no están en armonía. Se halla en una situación muy triste y dolorosa.
Yo recomendé a sus padres que me trajeran a la niña y que me permitiesen ayudarla a olvidad los recuerdos de sus vidas anteriores. Así como existe un método para recuperar los recuerdos, también existe una manera de olvidarlos. ¡Pero todo aquel asunto encantaba a sus padres! Acudían multitudes a ver a la niña; empezaban a venerarla. A los padres no les interesaba que ella se olvidase del pasado. Les advertí que la niña se volvería loca, pero ellos no hicieron caso. Hoy está al borde de la locura, pues no es capaz de soportar la carga de tantos recuerdos. Otro problema es que no hay manera de casarla. Le resulta difícil pensar en casarse cuando, en realidad, se siente como una anciana de setenta y ocho años. En ella no hay armonía de ninguna clase: su cuerpo es joven, pero su mente es vieja. Es una situación muy difícil.
Pero esto fue un accidente. También vosotros podéis atravesar esta frontera con un experimento. Pero no es necesario viajar en esta dirección, aunque los que lo deseen pueden experimentar. Pero antes de pasar al experimento es esencial que practiquen la meditación profunda para que sus mentes puedan volverse tan silenciosas y tan fuertes que, cuando las inunde la marea de los recuerdos, puedan aceptarlos como simples testigos. Cuando una persona es capaz de presenciar las cosas como un simple testigo, sus vidas anteriores no le parecen más que sueños. Entonces no lo atormentan los recuerdos: no significan para él nada más que los sueños.
Cuando uno consigue evocar las vidas anteriores y le empiezan a parecer como sueños, también su vida actual comienza a parecerle inmediatamente un sueño. Los que han llamado maya a este mundo no lo han hecho simplemente para defender una doctrina filosófica. Detrás de ello se encuentra el jati-smaran, el recuerdo de las vidas anteriores. Para el que ha recordado sus vidas anteriores, todo se ha convertido de pronto en un sueño, en una ilusión. ¿Dónde están sus amigos de las vidas anteriores? ¿Dónde están sus parientes, su mujer y sus hijos, las casas en las que vivió? ¿Dónde está aquel mundo? ¿Dónde está todo lo que le parecía tan real? ¿Dónde están aquellas preocupaciones que le quitaban el sueño? ¿Dónde están aquellos dolores y sufrimientos que le parecían tan insuperables, que llevaba como un peso a las espaldas? Y ¿qué fue de la felicidad que anhelaba? ¿Qué fue de todo aquello por lo que trabajó y por lo que se esforzó? Si sois capaces de recordar vuestra vida anterior, y si vivisteis setenta años, lo que vierais en esos setenta años ¿os parecería un sueño, o una realidad? En verdad, os parecería un sueño que vino y se marchitó.
He oído contar lo siguiente:

U
NA VEZ EL HIJO DE UN REY yacía en su lecho de muerte. Llevaba ocho días en coma: no podían salvarlo, pero la muerte tampoco venía a llevárselo. El rey rezaba pidiendo por su vida, por una parte, pero era consciente, al mismo tiempo, de que todo está lleno de dolor y de sufrimiento y advertía la futilidad de la vida. El rey pasó ocho noches sin dormir, pero en la novena noche, hacia las cuatro de la madrugada, lo venció el sueño y empezó a soñar.
Solemos soñar con las cosas que no hemos conseguido en la vida; por eso, el rey, sentado junto a su único hijo, que se moría, soñó que tenía doce hijos fuertes y hermosos. Se vio como emperador de u gran reino, como rey de toda la Tierra, dueño de palacios grandes y bellos. Y se vio enormemente feliz. Y, mientras soñaba todo eso…
El tiempo transcurre más deprisa en los sueños; el tiempo de los sueños es completamente diferente del tiempo de nuestra vida diaria. En un sueño se puede saltar en un momento un intervalo de muchos años, y cuando nos despertamos nos parece difícil entender cómo hemos cubierto tantos años en un sueño que sólo ha durado unos momentos. En realidad, el tiempo transcurre muy deprisa en los sueños; podemos cubrir muchos años en un momento.
Así pues, mientras el rey soñaba con sus doce hijos y con las lindas esposas de éstos, con sus palacios y con su gran reino, el príncipe enfermo, que tenía doce años, murió. La reina dio un grito, y el sueño del rey quedó interrumpido bruscamente.
El rey se despertó, asustado. La reina, entristecida, le preguntó:
-¿Por qué pareces tan asustado? ¿Por qué no tienes lágrimas en los ojos? ¿Por qué no dices nada?
El rey respondió:
-No, no estoy asustado: estoy confuso. Me enfrento a un gran dilema. Me pregunto a quién debo llorar. ¿Debo llorar a los doce hijos que tenía hace un momento, o a este hijo que acabo de perder? Lo que me inquieta es que no sé quien ha muerto. Y lo más extraño es que, cuando yo estaba con aquellos doce hijos, no sabía nada de este hijo. No estaba en ninguna parte: no había rastro de él, ni de ti. Ahora que he salido del sueño, este palacio está aquí, tú estás aquí, mi hijo está aquí; pero aquellos palacios y aquellos hijos han desaparecido. ¿Qué es lo verdadero? ¿Es verdadero esto, o lo era aquello? No soy capaz de determinarlo.

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De: The_dark_crow_v301 Enviado: 20/03/2006 16:19

S
US INTERESES Y SUS ACTITUDES, tan diferente, tan opuestos entre sí, habían cambiado por completo. Esto suele suceder; y estos hechos siguen ciertas leyes.
Así pues, cuando a aquella profesora le llegó el recuerdo de su vida anterior, le dolió mucho. Le dolió porque le destrozó su amor propio. Lo que supo de su vida anterior la estremeció, y después quería olvidarlo. Yo ya le había advertido de antemano que no debía recordar su vida anterior sin prepararse a fondo.
Como me lo habéis preguntado, os daré algunas nociones básicas para que podáis comprender el significado del jati-smaran. Pero no os servirán para experimentar con ello. Los que quieran experimentar tendrán que estudiarlo por su cuenta.
La primera noción es que el propósito del jati-smaran es, simplemente, conocer la vida anterior de uno; para ello, debemos apartar nuestra mente del futuro. Nuestra mente está orientada al futuro y no al pasado. Normalmente, nuestra mente está centrada en el futuro; se desplaza hacia el futuro. La corriente de nuestros pensamientos está orientada hacia el futuro, y si nuestra mente está orientada hacia el futuro y no hacia el pasado es por el bien de la vida. ¿Por qué preocuparse del pasado? Se fue; se acabó; y lo que nos interesa es lo que ha de venir. Por eso preguntamos constantemente a los astrólogos lo que nos reserva el porvenir. Nos interesa descubrir lo que va a pasar en el futuro. El que quiere recordar el pasado tiene que renunciar, por completo, a todo interés por el futuro. Pues en cuanto el foco de la mente se centra en el futuro, en cuanto la corriente de los pensamientos ha empezado a dirigirse hacia el futuro, ya no es posible hacerla volver hacia el pasado.
Así pues, lo primero que hay que hacer es romper por completo con el futuro durante algunos meses, durante un periodo de tiempo determinado. La persona tiene que decidirse a no pensar en el futuro durante seis meses. Si se le presenta un pensamiento relacionado con el futuro, se limitará a saludarlo y a soltarlo; no se identificará con ninguna idea de futuro ni se dejará llevar por ella. Lo primero es, pues, pensar durante seis meses que no hay futuro y fluir hacia el pasado. Y así, en cuanto se suelta el futuro, la corriente de los pensamientos fluye hacia el pasado.
Para comenzar tenéis que retroceder en esta vida; no es posible regresar en seguida a una vida anterior. Y existen técnicas para retroceder en esta vida. Por ejemplo, como dije antes, no recordáis lo que hicisteis el día 1° de enero de 1950.
Existe una técnica para descubrirlo. Si entráis en la meditación que os he indicado, al cabo de diez minutos (cuando la meditación se haya hecho más profunda, cuando el cuerpo esté relajado, la respiración esté relajada, la mente esté tranquila), entonces dejad que lo único que os quede en la mente sea la pregunta: “¿Qué pasó el 1° de enero de 1950?” Dejad que toda vuestra mente se centre en eso. Si ésa es la única nota que resuena en vuestra mente, al cabo de varios días veréis de pronto que se levanta un telón: aparece el día primero de enero, y empezáis a vivir de nuevo todos y cada uno de los hechos de aquel día, desde la salida del sol hasta la noche. Y veréis el primero de enero con mucho más detalle del que pudisteis ver realmente en aquel día concreto, porque aquel día quizás no estabais tan conscientes. De modo que debéis empezar por hacer experimentos de regresión en esta vida actual.
Es muy fácil hacer regresiones hasta la edad de cinco años; se vuelve muy difícil llegar antes de esta edad. Y, en general, no podemos recordar lo que sucedió antes de los cinco años de edad; es el límite máximo que podemos alcanzar. Algunas personas pueden recordar hasta su tercer año de vida. Pero más allá se vuelve extremadamente difícil: se levanta como una barrera ante la entrada y todo se bloquea. La persona que adquiere la capacidad de evocar será capaz de despertar plenamente el recuerdo de cualquier día a partir de sus cinco años de edad. El recuerdo empieza a revivir por completo.
Después, hay que ponerlo a prueba. Por ejemplo, anotad en un papel los hechos de hoy y guardadlo bajo llave. Os años más tarde, recordad el día; leed la nota y comparad con ella vuestro recuerdo. Descubriréis con asombro que habéis sido capaces de evocar más cosas de las que habías anotado en el papel. Los sucesos volverán a vuestra memoria con toda seguridad.
El Buda ha llamado a esto alaya-vigyan. Hay un rincón de nuestras mentes al que el Buda ha llamado alaya-vigyan. “Alaya-vigyan” significa “el almacén de la conciencia”. Así como nosotros guardamos todos nuestros trastos en el sótano de la casa, existe un almacén de la conciencia donde se recogen los recuerdos. Todo se guarda en él, nacimiento tras nacimiento. Nada se retira nunca de allí, porque el hombre no sabe nunca cuándo puede necesitar esas cosas. El cuerpo físico cambia, pero en nuestra existencia continuada ese almacén sigue existiendo, sigue con nosotros. Nunca sabemos cuándo podemos necesitarlo. Y sea lo que sea lo que hayamos hecho en nuestras vidas, lo que hayamos visto, conocido, vivido, todo ello se almacena allí.
Él que es capaz de recordar hasta la edad de cinco años puede llegar más allá de tal edad: no es demasiado difícil. La naturaleza del experimento será la misma. Más allá de los cinco años hay otra puerta que os conducirá hasta el punto de vuestro nacimiento, hasta el momento en que aparecisteis sobre la Tierra. Entonces nos encontramos con otra dificultad, porque los recuerdos de nuestra estancia en el vientre materno tampoco desaparecen nunca. Podemos introducirnos también en estos recuerdos, llegando hasta el instante de la concepción, hasta el momento en que se unen los genes de la madre y del padre y entra el alma. El hombre sólo puede entrar en sus vidas anteriores después de haber llegado a este punto; no es capaz de entrar en ellas directamente. Debemos realizar todo este viaje de regreso: sólo entonces es posible pasar también a la vida anterior.
Después de haber entrado en la vida anterior, el primer recuerdo que nos llegue será del último suceso que tuvo lugar en aquella vida. Recordad, no obstante, que esto provocará ciertas dificultades y que no tendrá mucho sentido. Es como si proyectamos una película marcha atrás o como si leemos una novela empezando por la última página: nos sentimos perdidos. Nuestra primera entrada en nuestra vida anterior, nos confundirá, porque la secuencia de los hechos estará en orden inverso.
Cuando volváis a vuestra vida anterior, os encontraréis en primer lugar con la muerte; después, con la vejes, con la juventud, con la infancia, y, por último, con el nacimiento. Estará en orden inverso, y en ese orden os resultará muy difícil entender las cosas. Así pues, cuando salga a la luz el recuerdo por primera vez os sentiréis tremendamente inquietos y agitados, porque es difícil entender las cosas; es como si vieseis una película o como si leyeseis una novela al revés. Quizás sólo seáis capaces de desentrañar un hecho después de reordenarlo varias veces. De modo que el mayor esfuerzo que hay que realizar al volver a los recuerdos de nuestra vida anterior es el de ver en orden inverso unos hechos que normalmente transcurren en orden normal. Pero, al fin y al cabo, ¿cuál es el orden normal, y cuál es el inverso? Es simplemente una cuestión de cómo entramos en el mundo y de cómo salimos de él.
Al principio sembramos una semilla, y la flor aparece al final. Pero si observamos este fenómeno al revés vendría en primer lugar la flor, seguida del capullo, de la planta, de las hojas y del brote, y lo último sería la semilla. Como no tenemos un conocimiento previo de este orden inverso, necesitamos mucho tiempo para reordenar coherentemente los recuerdos y para determinar claramente la naturaleza de los hechos. Lo más extraño es que vendrá en primer lugar la muerte, seguida de la vejez y de la enfermedad, y después vendrá la juventud: las cosas sucederán en orden inverso. O bien, si os casasteis y os divorciasteis, cuando repaséis el baúl de los recuerdos veréis en primer lugar el divorcio, seguido del amor y, después, del matrimonio.
Será extremadamente difícil seguir los sucesos de esta manera regresiva, porque normalmente comprendemos las cosas de una manera unidimensional. Nuestras mentes son unidimensionales. Es muy difícil ver las cosas en el orden contrario: no estamos acostumbrados a tal experiencia; estamos acostumbrados a movernos de manera lineal. Haciendo un esfuerzo, no obstante, podemos comprender los sucesos de una vida pasada siguiendo, secuencialmente, el orden inverso. Sin duda, será una experiencia increíble.
Repasar los recuerdos siguiendo este orden inverso será una experiencia sorprendente, porque al ver en primer lugar el divorcio, después el amor y después el matrimonio quedará claro inmediatamente que el divorcio era inevitable: el divorcio era inherente al tipo de amor que se produjo: el divorcio era el único resultado posible del matrimonio que tuvo lugar. Pero en el momento de aquel matrimonio de la vida anterior no teníamos la menor idea de que acabaría en divorcio; y el divorcio fue consecuencia de ese matrimonio. Si viésemos todo esto en su integridad, entonces el enamoramiento de hoy sería algo completamente diferente, porque ahora podríamos ver de antemano el divorcio que tenía aparejado; ahora podríamos ver la enemistad que se avecina, antes incluso de establecer la amistad.

C
UANDO RECORDÉIS VUESTRAS VIDAS anteriores, os resultará difícil determinar si lo que veis en esta vida es verdadero o no. Os daréis cuenta de que ya habéis visto las mismas cosas muchas veces y de que nada ha durado para siempre: todo se ha perdido. Entonces os preguntaréis: “¿Es lo que veo ahora tan verdadero como lo que vi antes? Porque también esto pasará y se desvanecerá, como todos los sueños anteriores.”
Cuando vemos una película, nos parece verdad. Cuando termina la película, tardamos algunos momentos en volver a nuestra realidad, en reconocer que lo que vimos en el cine no era más que una ilusión. En concreto, muchas personas que suelen ser incapaces de manifestar sus sentimientos llegan a llorar cuando ven una película. Se sienten muy aliviadas, porque de lo contrario tendrían que buscar algún otro pretexto para liberar sus sentimientos. Se permiten llorar o reír en el cine. Cuando salimos de ver la película, lo primero que se nos ocurre es lo mucho que nos hemos identificado con lo que sucedía en la pantalla. Si vemos la misma película cada día, la ilusión se desvanece poco a poco. Pero también se nos olvida lo que nos pasó en la última película. Y cuando vamos a ver una película nueva, empezamos de nuevo a creernos lo que pasa en ella.
Si pudiéramos recuperar los recuerdos de nuestras vidas anteriores, nuestra vida actual también empezaría a parecernos un sueño. ¡Cuántas veces han soplado estos vientos! ¡Cuántas veces han pasado estas nubes por el cielo! Aparecieron y desaparecieron, y lo mismo pasará a estas que están aquí: ¡ya están desapareciendo! Si llegamos a darnos

Osho nos habla de la envidia.

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 25/03/2006 6:02

Osho nos habla de la envidia.

La envidia

Pregunta:
¿Qué es la envidia y por qué duele tanto?

Osho:

Envidiar es comparar. Y hemos sido enseñados a comparar, hemos sido
condicionados para comparar, siempre comparar. Alguien tiene una mejor
casa, alguien tiene un mejor cuerpo, alguien tiene más dinero, alguien tiene
una personalidad carismática. Comparar, sigue comparándote a ti mismo con
todos los que pasan y la envidia aparecerá; es el acondicionamiento de la
comparación por el producto.

Por otra parte, si dejas de comparar, la envidia desaparece, entonces tu
simplemente, sabes que tú eres tú y nadie más y no existe la necesidad. Es
bueno que no te compares con los árboles, si no, vas a sentir mucha envidia—
¿por qué no fuiste verde? ¿Y por qué Dios es duro contigo y no con las
flores? Es mejor que tú no te compares con los pájaros, los ríos, las
montañas porque sufrirás. Sólo te comparas con seres humanos porque has
sido condicionado para compararte con otros seres humanos; no te comparas
con pavos reales o loros. Ahí si que estarías celoso cada vez más: estarías
tan celoso que simplemente no podrías vivir.

La comparación es una actitud muy tonta, pues cada persona es única e
incomparable. Una vez que comprendes eso, la envidia desaparece. Cada ser es
único, incomparable. Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, y nadie
jamás lo será. Y no necesitas ser como otro.

Dios sólo crea originales; no crea copias.

Un grupo de pollos y gallinas estaba en el patio cuando una pelota de fútbol
voló sobre la cerca y cayó en el centro. Un gallo observó, balanceándose la
estudió y luego dijo “ No me estoy quejando chicas, pero miren el resultado
del trabajo de los vecinos”
En casa de los vecinos, grandes cosas suceden: el pasto es más verde, las
rosas son más rosadas. Todos parecen tan felices –excepto tú. Siempre
comparándote. Y el caso es el mismo con los otros, se están comparando
también. Quizás están pensando que el pasto es más verde en tu
césped –siempre parece más verde a la distancia– que tu esposa es más
bonita, … Tú estás cansado, no puedes entender como te permites a ti
mismo estar atrapado con esta mujer, no sabes como deshacerte de ella— ¡y
el vecino tiene envidia de ti por tener una esposa tan linda! Y tal vez tú
estás celoso de él…

Todos sienten envidia de los demás y por eso creamos un infierno y nos
convertimos en malas personas

Un viejo granjero estaba enojado mirando los daños de la inundación. “Hiram”
gritó el vecino” todos tus cerdos se desbarrancaron por el arroyo”.
“¿ y los cerdos de Thompson?” preguntó el granjero.
“También se fueron”.
“¿y los de Larsen?”
“Sí”.
“¡Mmn! Soltó el granjero, contento “no es tan malo como pensé”

Si en todas partes hay miseria, se siente mejor; si todos están perdiendo,
se siente bien. Si todos están felices y exitosos, hay un dejo de amargura.

Pero ¿por qué la idea de los otros entra en tu cabeza, en primer lugar?
Nuevamente déjenme recordarles que es: porque no dejan que sus propios
juicios fluyan; no dejan que su propia felicidad crezca, no han permitido a
su propio proceder. Por eso se sienten vacíos y miran a todos y cada uno
afuera, porque sólo pueden ver lo de afuera

Tú conoces tu interior y así conoces a los demás; exteriormente, eso genera
envidia. Ellos te conocen exteriormente y saben cuál es su propio interior—
eso genera envidia. Nadie más conoce tu interior. Entonces tú sabes que no
eres nada, que no vales nada. Y los otros, afuera, se ven sonrientes. Sus
miradas pueden ser falsas, pero, ¿cómo sabes que son falsas? Quizá sus
corazones están muy sonrientes. Sabes que tu sonrisa es falsa porque tu
corazón no sonríe del todo, talvez está llorando y sollozando.

Tú conoces tu interior y sólo tú lo conoces, nadie más. Y conoces el
exterior de todo el mundo y en el exterior la gente lo hace bonito. El
exterior son sólo piezas de un espectáculo y es decepcionante.

Hay una antigua historia sufí.

Un hombre estaba muy agobiado con su sufrimiento. El rezaba cada día a Dios
“¿Por qué yo? Todos parecen tan felices, por qué soy el único que sufre.”
Un día fuera de sí por la desesperación, rezó a Dios, “Puedes darme el
sufrimiento de cualquiera y lo aceptaré, pero toma el mío, ya no lo soporto
más”

Esa noche tuvo un hermoso sueño –hermoso y muy revelador. Soñó que Dios se
le aparecía en el cielo y les dijo a todos: “pongan todos sus sufrimientos
dentro del templo” Todos estaban cansados de su sufrimiento. De hecho todos
han rezado alguna vez “Puedo aceptar el sufrimiento de cualquier persona,
pero llévate el mío; esto es demasiado, es insoportable”.

Así, todos juntaron sus sufrimientos en una bolsa y llegaron al templo, se
veían felices; el día había llegado, sus plegarias habían sido escuchadas.
Y este hombre también se apresuró al templo.

Y Dios dijo “pongan sus bolsas en las murallas” y eso hicieron y entonces
Dios declaró. “Ahora puede cada uno escoger tomar cualquier bolsa”.

Y lo más sorprendente fue esto: que el hombre que había rezando siempre
¡corrió hacia su bolsa para que nadie la tomara! Pero él tuvo una sorpresa
porque cada uno tomó su propia bolsa y todos estaban contentos de elegir de
nuevo ¿Qué pasó? Por primera vez cada uno vio las miserias ajenas — ¡sus
sufrimientos eran iguales o más grandes!

El segundo problema era que uno se acostumbra a los sufrimientos propios.
Ahora, elegir los de otro –¿quién sabe que sufrimientos habría en otra
bolsa, por lo menos uno está familiarizado con sus propios sufrimientos, se
ha acostumbrado a ellos –¿para qué elegir uno desconocido?.

Y todos se fueron a casa felices. Nada había cambiado, estaban devolviéndose
con el mismo sufrimiento, pero todos estaban contentos, sonrientes y alegres
porque pudieron llevarse su propia bolsa devuelta.

En la mañana él rezó a Dios y dijo:” Gracias por el sueño, nunca te pediré
eso de nuevo. Lo que sea que me hayas dado, es bueno para mí; por eso me lo
has dado”.

Por los celos están en constante sufrimiento; se han vuelto malvados con los
otros. Y por los celos tú comienzas a ser falso, porque comienzas a
pretender, comienzas a simular cosas que no son, empiezas a pretender cosas
que no puedes, que no son naturales para ti. Llegas a ser más y más
artificial. Imitando a otros, compitiendo con otros ¿qué más puede hacerse?
Si alguien tiene algo que tu no tienes y no tienes la posibilidad natural de
tenerlo, la única forma es tener un sustituto barato.

Escuché que Jim y Nancy Smith tuvieron una gran temporada en Europa este
verano. Es tan bueno cuando una pareja tiene la oportunidad de vivir la
vida. Ellos fueron a todas partes e hicieron todo. Paris, Roma…
nómbralo, ellos lo vieron e hicieron todo.
Pero fue tan molesto cuando al regresar a casa, pasaron por la Aduana, Uds.
saben como los oficiales de Aduana escudriñan las pertenencias. Abrieron
una bolsa y sacaron tres pelucas, ropa íntima de seda, perfume, tintura para
el pelo… realmente molesto. ¡Y era sólo la maleta de Jim!

Sólo mira dentro de tu valija y encontrarás muchas cosas artificiales y
falsas ¿para qué? ¿por qué no puedes ser natural y espontáneo? Por los
celos.

El celoso vive en un infierno. Elimina la comparación y los celos
desaparecerán, la maldad desaparecerá, la falsedad desaparecerá. Pero sólo
los puedes eliminar si empiezas a hacer crecer tus tesoros internos; no hay
otra forma.

Madura, conviértete en un individuo más y más auténtico. Ámate y respétate
de la forma que Dios te hizo e inmediatamente las puertas del cielo se
abrirán para ti. Estuvieron siempre abiertas, simplemente no te habías
fijado.

~ ~ ~

“El odio es un cuchillo con doble hoja ,
que hiere mucho mas al que lo esgrime,
que a aquel por el que se siente el odio”

Ejercicios para desarrollar la atencion-2184

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 05/02/2006 15:28

Observando el Reloj

Propósito: Descubrir e investigar el estado actual de nuestra atención.

Materiales: Un reloj (de preferencia con un segundero), y entre 1 a 5 minutos de su tiempo.

Ejercicio:

Coloque su atención en el segundero de un reloj por un minuto. Mantenga la atención ahí durante el minuto entero sin permitir que la atención se vaya.

Descanse.

“Usando tu aparato visual normal, es decir, los ojos, sigue tan intensamente como sea posible el movimiento del segundero de un reloj o un Atencionador, si es que lo tienes, intentando a la vez percibir tu presencia dentro de la máquina, incluyendo los sonidos, olores, temperatura, humedad y ambiente general del entorno; al mismo tiempo llegando a estar agudamente consciente de las sensaciones constantemente cambiantes de la piel de la máquina biológica humana, de las sensaciones de los órganos internos, de las sensaciones resultantes de los pensamientos que pasan por el aparato mental y de las emociones que acaso se estén produciendo actualmente en la máquina.

Todo esto, mientras que la atención está intensamente arraigada en el rápido e inexorable movimiento del segundero cuando se mueve por la esfera del reloj.”

“En otras palabras, si vemos el segundero de un reloj por un minuto, lo que estaremos tratando de hacer en un principio es manteniendo la atención sin que se vaya del segundero. ¡Nos sorprenderá lo difícil que es esto! Sesenta segundos de simple presencia son muy difíciles, y eso que ni siquiera es presencia ‘invocada’. Y tampoco estamos hablando aquí de la conciencia, si no de la percepcion simple”

EL EJERCICIO DE DRENAJE

Propósito: Aprender a usar una parte de tu atención para mantener el cuerpo relajado, y demostrar la eficacia que tiene el relajar el cuerpo para aquietar la mente y las emociones.

Ejercicio: Cierra los ojos. Enfoca tu atención en los pies. Ahora, suelta toda la tensión de los pies. Mueve la atención hacia arriba y suelta cualquier tensión que pueda estar atrapada en las piernas. Ahora sube la atención más arriba, a las caderas, dirigiéndola del mismo modo para que suelten toda la tensión. Siente cómo la gravedad se apodera del cuerpo y presiona hacia abajo. Ahora vuelve la atención hacia los pies, para ver si algo de tensión ha vuelto a escondidas. De ser así, relaja los pies de nuevo. No des por hecho que una vez que hayas liberado la tensión, ya estás relajado. Ahora trae la atención al abdomen, soltando la tensión que mantienes guardada allí. Dirige la atención a la parte baja de la espalda y la cintura, y suelta toda la tensión que tengas allí. Trae la atención al pecho y a la espalda superior, dejando salir la tensión. Lleva la atención al cuello y a los hombros, dejando salir cualquier tensión. Ahora, cada vez que expires, pasa la atención por el cuerpo desde los pies hacia arriba, instantáneamente dejando salir cualquier tensión que descubras. Continúa haciéndolo hasta que estés satisfecho con la relajación del cuerpo. Abre los ojos al terminar el ejercicio.

DEJANDO CAER LA MÁSCARA

Propósito: Demostrar el uso de la máscara facial como indicador y controlador del estado de tensión y relajación del cuerpo.

Ejercicio: Relaja el cuerpo como en el Ejercicio de Drenaje, pero mantén los ojos abiertos. Enfoca tu atención en la cara. Utiliza las manos para quitar las tensiones, arrastrando las manos sobre la cara hacia abajo (incluyendo la mandíbula, el cráneo y las orejas). Deja caer las tensiones, y entonces utiliza el sensar—que es el percibir con la esencia, de manera interna. Mientras se vaya notando las tensiones en la máscara facial, suéltalas.

Comentarios: Usar una máscara facial relajada no quiere decir dejar de percibir otras tensiones corporales. La máscara facial es un mecanismo de retro-alimentación. Aunque pueda parecer demasiado complejo mantenerse al tanto de todas las tensiones del cuerpo, a través de enfocar en la máscara facial, puedes llegar a estar más consciente de las tensiones en el resto del cuerpo. Dejar caer la máscara no significa tener una cara de palo ni estar “como ido”. La cara debería estar viva mientras se activa una máscara relajada. No dejes que la energía baje al dejar caer la máscara. La máscara sirve como director al resto del cuerpo. Podemos aprender a mantener todo el cuerpo relajado al manejar las tensiones en la máscara facial. Al hacer este ejercicio, date cuenta de como reaparecen las tensiones. Sólo porque nos relajamos una vez no significa que ya quedamos relajados. Haz el esfuerzo de atención adecuada para notar tensiones cuando aparezcan

DIFUSIÓN DE LA VISIÓN

Propósito: Demostrar la efectividad de la difusión de la visión para concentrar la atención. Darte una experiencia del potencial de la atención con la visión difusa.

Ejercicios: Haz estos ejercicios sentado en una silla o de pie en un círculo.
1- Mira directamente delante de ti. Extiende los brazos hacia cada lado hasta donde no puedas ver tus manos. Entonces, meneando los dedos, lentamente empieza a llevar tus brazos hacia delante hasta que de reojo notes como se mueven los dedos. Éste es el rango periférico de tu visión.
2- Ahora extiende las manos por encima de tu cabeza, y sin mover tu cabeza busca los dedos que se menean mientras lentamente bajas los brazos. Cuando ves por primera vez los dedos, éste es el rango vertical de tu visión.
3- Ahora, desenfoca los ojos para abarcar la enorme área que forma tu completo campo de visión . . . mucho mayor que cuando tu visión está enfocada en objetos individuales. Mientras haces este ejercicio, asegúrate de que controlas tu máscara facial para despejar cualquier tensión que surja. Date cuenta de que mantener la visión difusa requiere una atención de momento a momento. Sin esfuerzo, nuestra visión naturalmente tiende a enfocar en una estrecha parte del campo de visión disponible

EL EJERCICIO DE LA CAJA DE VIDRIO

Glassbox.jpg (18733 bytes)

Proposito: Dejar claro el poder del factor distracción en nuestra propia mente.

Materiales: Un televisor y una hora de su tiempo.

Ejercicio: Bienvenidos al ejercicio de La Caja de Vidrio, en el cuál nos mantendremos sentados ante una caja con un frente de vidrio y un fondo plástico.

Nos sentaremos por una hora entera, tan solo tratando de ver el televisor como una simple caja de vidrio con el objeto de rechazar el condicionamiento adquirido desde la niñez que nos ha hecho creer que esta es un televisor el cual provee entretenimiento, diversión, e información importante.

Trataremos de estar sentados por una hora sin permitir ser atrapados por el drama, el conflicto, ni por las distracciones con las que somos tan estratégicamente bombardeados. “Es tan solo una caja”, nos repetiremos a nosotros mismos. “No es más que una simple caja vieja, es todo. No hay nada significativo que esté pasando, tan solo algunos cambios de luz y sonido, pero no debo olvidar que no es más que una caja”.

Por supuesto, para tener éxito en esto debemos mantener el foco de la atención en el hecho de que esto es tan solo una caja durante la hora entera, sin romper dicho foco.

Las distracciones vendrán. ¿Dónde está el factor de distracción en el ejercicio de la caja de vidrio? ¿Acaso está en el televisor, en la película o comerciales, o donde? El proceso es el mismo: la mente continuamente quiere asociarse con lo que está pasando en el televisor.

(Este ejercicio es un fragmento de el articulo: “El Poder de la Atencion”, una platica por E.J. Gold)

EL EJERCICIO DE MANEJO DE LA ATENCIÓN

Propósito: Ganar experiencia en el uso de la atención aplicada.

Ejercicio:

Relaje todas las tensiones del cuerpo. Ponga atención a la máscara facial, tratando de detectar tensiones. Haga su visión difusa.

Recoja toda la atención del pasado y tráigala al presente. Notará que una parte de su atención se ha quedado trabada en ciertos eventos y experiencias del pasado (en una manera similar a la que los niños pequeños dejan la ropa tirada al azar tras de ellos, formando un caminito a su paso). Traiga cada pedazo de atención hacia el presente, que estén con usted aquí y ahora. Indudablemente, parte de su atención se encuentra en el futuro, aún cuando no sea más que una leve preocupación general por el “qué va ser de mí y de mi vida”. Traiga esta atención también hacia el presente. Es posible que algo de su atención esté en sus deseos personales, ambiciones, miedos, incomodidades, antojos, e incluso en la noción de “que siento acerca de mi situación actual.” Tanto sus deseos como sus inseguridades y sus vanidades no deben escapar de esta captura total de su atención.

Ahora, recoja toda esta atención que ha recuperado. Recuerde mantener la máscara facial relajada y su visión difusa. Seleccione tres objetos dentro de su campo visual actual. Coloque su atención deliberadamente en el primer objeto. Al momento de colocar su atención, exhale—como quién pone una piedra sobre ese objeto, sin soltar la piedra antes de que la haya colocado sobre el objeto. Ahora, levante la atención del primer objeto y colóquela sobre el segundo objeto de la misma manera. Luego, quite la atención del segundo objeto y deliberadamente póngala en el tercer objeto. Repita este proceso de colocar, levantar, y reemplazar su atención varias veces usando los mismos tres objetos.

(Para penetrar mas profundamente en este tema lea el Capitulo 17 de “La Maquina Biologica Humana como Aparato de Transformacion Alquimica” : “Calentando el Alma”. Tambien lea la Platica del Mess #54: “El Shamanismo 101”)

EL EJERCICIO DE
LOS PORTALES

Propósito: Adquirir la comprensión de que la muerte es como pasar a través de un portal o de una puerta.

Ejercicio: Aunque tal vez no comprendas cómo esto puede ser cierto, pasar a través de un portal es de alguna manera saborear la muerte. El siguiente ejercicio te ayudará a experimentar esto. Cada vez que pases el umbral de una puerta normal y corriente, repite silenciosamente el siguiente mantra:

“Me recuerdo como el Viajero, cuya naturaleza más profunda es la Luz Clara misma”.

EL EJERCICIO DE
CONTACTO

Contact.jpg (19761 bytes)

Propósito: Aprender a compartir un espacio con otro Ser sin la interferencia generada por condicionamientos sociales ni por acciones evasivas.

Ejercicio:
Si hay varias personas, que se divida el grupo en parejas. Los dos miembros se sientan entonces el uno frente al otro con los ojos a no más de un metro de distancia. El líder del grupo deberá entonces leer las siguientes instrucciones:

Relaje el cuerpo como en el ejercicio de drenaje, y haga que su visión se vuelva difusa. Intencionalmente divida su atención concentrada y coloque la mitad de su atención en su máscara facial.

Mantenga su visión difusa, con su atención dividida entre su máscara facial y la máscara facial de su pareja. Ayúdense mutuamente esforzándose por soltar toda tensión de la máscara facial.

Continúe con la misma máscara facial relajada, como el ejercicio previo. Muchos efectos fenomenológicos pueden aparecer a través de la máscara facial, pero continúen hasta que puedan estar el uno con el otro con facilidad sin tener que dramatizar expresiones sociales y la personalidad.

Si el contacto es perturbado, interrumpa el ejercicio para recoger la atención y diga: “Alto. ¿Qué pasó?” Acepte cualquier explicación dada (ésta debe ser breve). Después de contestar diciendo “Gracias”, comience de nuevo.

No dude en interrumpir si hay una perturbación en el contacto. La actitud que hay que mantener es que no importa qué reacción, tensión y respuesta que ocurra en la cara de la pareja, uno debe esforzarse por mantener una máscara facial relajada.

Usted está tratando de desarrollar la habilidad de estar con alguien sin las manifestaciones y reacciones de la máquina. El tener esto en mente ayudará a depurar la técnica rápidamente. (Algunas personas encontrarán que son capaces de alcanzar el contacto con rapidez. Pero con frecuencia se requerirán entre 5 y 20 horas para poder superar todas las reacciones automáticas del cuerpo y la mente y poder establecer un contacto limpio con la pareja. En algunos casos, es posible que se necesite más tiempo aún).

Qué hacer si no se tiene un(a) compañero(a)…

Es posible encontrarse en una situación en la que uno no tenga la oportunidad de hacer el ejercicio de contacto con otra persona (si está Ud. solo, por ejemplo). No se desespere, hay varias posibilidades todavía de practicar este ejercicio solo. En esta sección, algunas de estas posibilidades son presentadas. Pruebe algunas, o todas.

1. Siéntese frente al espejo y use su reflejo como si fuera su pareja. Este ejercicio puede ser muy poderoso.
2. Durante una sesión de Fundamentos de Zen, haga el ejercicio de contacto. En este caso, use tan solo una de las rocas.
3. Use una fotografía de otra persona.
4. Use una obra de arte como si fuera otra persona. Vea la obra de arte como si estuviera viendo la máscara facial de otra persona.
5. Use una máscara (de un disfraz, o africana, o de macramé, etc.). Cuelgue la máscara a la altura adecuada para simular una persona sentada frente a usted. Siéntese a aproximadamente un metro de la máscara. Haga el ejercicio de contacto.
6. Use una máscara de vida, tomada de su propia cara.
7. Use la llama de una candela como si fuera la máscara facial de otro.
8. etc.

Este ejercicio toma entre 5 y 20 horas, acumuladamente, para sobrepasar las reacciones automáticas del cuerpo y la mente. Una vez esto haya sido logrado, usted podrá estar en contacto simple con otra persona sin la necesidad de las reacciones del primate. Este ejercicio, cuando es hecho junto con Fundamentos de Zen, es una herramienta muy poderosa para el desarrollo de la atención del ser.

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